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Los modelos mentales son representaciones internas de la realidad que se forman a lo largo de toda la

vida y determinan cómo se interpreta la realidad que rodea a cada uno. Asimismo, influyen sobre las
decisiones que se toman ante las diversas circunstancias o los problemas de la vida. Incluso, son los que
hacen sentir, de manera completamente dispar, situaciones iguales o similares.

Formación de modelos mentales


El cerebro siempre da una explicación a todo lo que ocurre, ya que no puede mantenerse en la
ambigüedad continuamente. Estas explicaciones se basan en modelos mentales que se van formando a lo
largo de la vida y son unas estrategias evolutivas de supervivencia.

Los modelos mentales se forman a partir de diversos factores.

 La genética: el acervo genético y su desarrollo embrionario determinan una estructura cerebral


y, por ende, mental exclusiva y única para cada individuo.
 Las vivencias personales: las circunstancias que cada persona vive influyen de manera decisiva
en sus emociones, creencias y acciones.
 La cultura: es el nicho ecológico humano y, por tanto, es relevante a la hora de conformar los
modelos mentales canónicos en los que se inserta la persona.
 Los canales de comunicación: tanto el idioma como el lenguaje influyen decisivamente en los
esquemas mentales.
Cuanto mayor es la experiencia de una persona en diversas circunstancias de la vida, mayor cantidad de
esquemas mentales posee en su haber y mayor capacidad tiene para la resolución de problemas.

Así se explica que, ante una misma situación, diferentes personas reaccionen de manera distinta y
apliquen soluciones diversas y únicas. Que sus emociones ante una misma circunstancia sean diferentes
o las opiniones sean, incluso, opuestas ante un mismo hecho.

Estos modelos mentales tienen un mecanismo interno de funcionamiento que desemboca en una forma
determinada de tomar decisiones, desde las observaciones que se hacen de los hechos y hasta
las acciones. Pues bien, Chris Argyris llamó, en 1985, Escalera de Inferencias a este modelo
explicativo de cómo las personas realizan la toma de decisión.
Habitualmente, la gente no es consciente de este proceso interno de inferencias, por lo que, en la
mayoría de decisiones de la vida cotidiana, uno no se da cuenta de los procesos internos que se
producen. A continuación, un ejemplo:

1. Datos de la realidad. Se observa un hecho de la realidad: “mi marido ha tenido un accidente


con el coche”.
2. Una interpretación de estos hechos. Se da una interpretación según las creencias y los
modelos mentales: “mi marido se distrae siempre con el móvil”.
3. Se emiten juicios y opiniones. Siempre se valora o se compara con la propia escala de valores y
opiniones: “siempre se distrae conduciendo y esto es una irresponsabilidad”.
4. Se toman decisiones y se realizan conclusiones: “mi marido fue irresponsable y tuvo un
accidente por incumplir la normativa, por lo que estoy enfadada por ello”. En este momento,
intervienen las emociones, que tienen un peso relevante en la toma de decisiones.
Es un proceso rápido y en el que, la mayoría del tiempo, no hay consciencia del proceso interno
que lleva a esta conclusión precipitada.
Pero, siguiendo con el ejemplo de Escalera de Inferencia, si, al llegar al lugar de los hechos, su marido
no fue el que provocó el accidente, sino quien esquivó a un peatón distraído y esto produjo el accidente,
¿por qué se realizó esta rápida y errónea interpretación?

La conclusión inicial de esta persona puede ser errónea. No debido a que no esté basada en hechos, ya
que, habitualmente, su marido habla por el móvil mientras conduce, sino debido a que, en realidad, su
modelo de pensamiento para este caso concreto es erróneo y las conclusiones, por tanto, lo son.

En realidad, la Escalera de inferencias es un proceso circular y no uno lineal


Si se revisan los peldaños anteriores, se ve, claramente, cómo se han generado emociones que
determinan los hechos seleccionados, de las situaciones de la vida, para emitir un juicio y realizar una
acción. Tomar decisiones cuando se siente una emoción o un sentimiento determinado puede provocar
errores en el juicio y la valoración. Esto lleva a confusiones, malos entendidos, discusiones
interminables, tomas erróneas de decisiones, prejuicios y juicios de valor erróneos o dañinos. En
conclusión, una peor relación con las personas del entorno y las circunstancias de la vida.

Toma de conciencia
Para mejorar la toma de decisiones, es posible hacerse conscientes de cada paso del modelo de la
Escalera de inferencias. Quizá parezca una tarea ardua, pero realizando ejercicios de entrenamiento, es
viable lograr mejorar la comunicación, la interpretación y las emociones. Dado que una inferencia no es
una realidad, sino supuestos del pensamiento a los que se les da el mismo valor que a la realidad,
cabe aprender a ser conscientes de estos pasos internos y, por tanto, no precipitarse en las conclusiones,
los sentimientos y las decisiones.

Cómo subir y bajar la Escalera de Inferencias


Es posible hacer conscientemente cada uno de los pasos internos del juicio y de los sentimientos en una
situación concreta. Para ello, hay que realizar las preguntas adecuadas a las personas implicadas en los
hechos. Por tanto, la tarea inicial debe ser mejorar lashabilidades comunicativas. Es decir, fiarse menos
de las interpretaciones iniciales y preguntar más a los demás.
Si ese saludo que Pedro no me dio el otro día es interpretado como un desprecio hacia mí, mi reacción
será de ira y rabia. Si pregunto el motivo a Pedro, podemos sorprendernos de su respuesta: desde andar
distraído hasta haber inferido una interpretación él mismo errónea, como, por ejemplo, que
“nos cae mal”.
El reto es, por tanto, dejar de interpretar para escuchar y preguntar. Es una herramienta muy útil y eficaz
para entender mejor y comprender el entorno sin prejuzgar y siendo conscientes de los pasos que se
dan para llegar a conclusiones.

Se puede diferenciar la observación de hechos de los juicios o valores:


 Hechos: son datos objetivos. Por ejemplo: Juan mide 1,85 metros o ha llegado 20 minutos tarde.

 Juicios: son evaluaciones subjetivas. Por ejemplo: Juan es alto o impuntual.

Por tanto, para subir y bajar la Escalera de Inferencia, se seguirán los siguientes pasos, por niveles.
Nivel 1. Seleccionar los datos que se observan: dado que la capacidad perceptiva es limitada, se
suele realizar una selección de datos relevantes. Pero se tendrán en cuenta diálogos, objetos del
ambiente, gestos, formas de vestirse, sonidos, volumen de voz…
Nivel 2. Dar significado: qué es, por qué sucede o para qué sucede. Qué personas salen perjudicadas o
beneficiadas de la circunstancia, etc.
Nivel 3. Hacer supuestos: se establecen relaciones causales, una vez se ha entendido lo que significa la
situación.
Nivel 4. Adoptar valores y creencias: en este paso, se refuerzan las creencias que ya se tenían o se
adoptan nuevas, lo que da origen a las emociones y preparar la acción posterior.
Nivel 5. Sacar conclusiones: se llega a las conclusiones que se derivan de los supuestos anteriores.
Nivel 6. Realización de acciones: Ya en el último peldaño de la Escalera es donde se muestran los
pensamientos y emociones hacia el exterior. Es el momento del paso a la accióny este será el que las
personas de alrededor usen como hechos para comenzar sus propias Escaleras de Inferencias.

La comunicación es la clave
Porque comunicarse con otros no supone un simple intercambio de palabras. En realidad, es el medio
fundamental por el que las personas planifican sus acciones y, como ya se mencionó, es fundamental
diferenciar los hechos objetivos de los juicios subjetivos. Estos son útiles siempre que no se confundan
con la realidad. En especial, los juicios sobre personas, ya que son en los que mayor cantidad de
malentendidos se producen.

Los juicios se suelen generar en el pasado, se emiten en el presente y se determinan o se diseñan para el
futuro, de ahí su gran importancia a la hora de emitirlos como opiniones en la comunicación con
otras personas. Dado que no se puede vivir sin emitir juicios, sacar conclusiones poco fundadas o dar
sentido a las emociones, lo que sí se puede hacer es mejorar la comunicación a través del
autoconocimiento y de la reflexión a través de esta útil herramienta, la Escalera de Inferencias.

De esta manera, es posible lograr:

 Ser más conscientes de los razonamientos y pensamientos: reflexionar.

 Hacer visibles a los demás los razonamientos y pensamientos: argumentar.

 Indagar en el razonamiento y pensamiento de los demás: análisis.

Porque, antes de llegar a un acuerdo con otras personas, es recomendable buscar el entendimiento, dar a
conocer la perspectiva, conocer la de los demás y contar con suficiente información.
Utilizar esta estrategia es una ventaja, ya que, para las personas que la aplican conscientemente,
constituye una fortaleza en su comunicación y mejora la toma de decisiones, así como la capacidad
de resolución de conflictos. Se sistematizan y se relacionan datos relativamente observables, aunque
siempre desde el propio acervo cultural, como es lógico, siendo conscientes de los supuestos que rigen
la conversación.
Descubrir cuál es el origen de las dificultades a la hora de comunicarse, emitir las opiniones siendo
conscientes de su procedencia, tomar decisiones basadas en datos objetivos y conseguir los resultados
deseados son los propósitos por los que merece la pena subir por la Escalera de Inferencias de manera
consciente.

Tags: Modelos Mentales, Escalera de Inferencias

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