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Universidad Yacambú
Facultad de Humanidades
Araure – Portuguesa
La escasez del agua y el maltrato de los bosques lo que obliga a reiterar nuevamente una
llamada a la moderación de consumo por parte de la población a nivel mundial, ya que sin su
colaboración los esfuerzos técnicos que llevan a cabo algunas organizaciones resultarían
insuficientes.
Sólo muy poca agua es utilizada para el consumo del hombre, ya que: el 90 % es agua de mar y
tiene sal, el 2 % es hielo y está en los polos, y sólo el 1 % de toda el agua del planeta es dulce,
encontrándose en ríos, lagos y mantos subterráneos. Actualmente, la contaminación de los
suelos se encuentra cada vez más en el punto de mira de la gestión medioambiental, debido
principalmente al riesgo que un suelo contaminado puede suponer para la salud humana y
para el correcto funcionamiento de los ecosistemas. Pero a pesar de los problemas que puede
ocasionar esta contaminación, el hombre sigue abusando del suelo; utilizándolo de manera
continua e indiscriminada en muchas ocasiones, dando lugar a que las propiedades naturales
del suelo se vean negativamente afectadas.
En los últimos 10.000 años la diversidad animal y vegetal que hoy nos maravilla, es fruto de
una historia de miles de millones de años de evolución en donde los seres vivos han
conquistado medios tan diferentes como los océanos y el aire. Sin embargo esta exaltación de
vida está sufriendo un retroceso devastador debido a la actividad humana. El ritmo de
extinción de las especies se ha acelerado drásticamente, calculándose que en la actualidad es
por los menos 400 veces mayor que el que existía antes de la aparición del ser humano.
Desforestación
La deforestación arrasa los bosques y las selvas de la Tierra de forma masiva causando un
inmenso daño a la calidad de los suelos. Los bosques todavía cubren alrededor del 30 % de las
regiones del mundo.
Entre los factores que llevan a la deforestación en gran escala se cuentan: el descuido e
ignorancia medieval del valor intrínseco, la falta de valor atribuido, el manejo poco
responsable de la forestación y leyes medioambientales deficientes.
Los árboles crean oxígeno, elemento que sabemos bien, necesitamos para respirar. Esa sola
circunstancia parecería motivación suficiente para dejarlos intactos. En calidad de pulmones
del planeta, los bosques trabajan las 24 horas para extraer el dióxido de carbono del aire
(proceso denominado “captura de carbono”) y brindarnos oxígeno a cambio.
Los bosques cumplen otros servicios vitales. Recolectan y filtran nuestra agua dulce, con lo
cual mantienen el ciclo hidrológico general del planeta y moderan inundaciones o sequías.
Conservan la salud del suelo porque sostienen en el lugar la fértil capa superficial, rica en
nutrientes.
La tala de árboles ha atraído más atención, los bosques secos tropicales se están perdiendo
sobre todo como resultado de las técnicas utilizadas de tala y quema para ser reemplazadas
por cultivos. La pérdida de Biodiversidad se relaciona directamente por la tala de dichos
árboles.
Entre otros casos, las Naciones Unidas lleva años advirtiendo del peligro que corren los gorilas
en la gran cuenca de la República Democrática del Congo, cuyo hábitat está tomado por las
milicias, que logran financiarse a través del contrabando de madera y de los ricos yacimientos
mineros de la zona.
Si bien las causas inmediatas que dan lugar a los incendios forestales pueden ser muy variadas,
en todos ellos se dan los mismos presupuestos, esto es, la existencia de grandes masas de
vegetación en concurrencia con periodos más o menos prolongados de sequía.
El calor solar provoca deshidratación en las plantas, que recuperan el agua perdida del
sustrato. No obstante, cuando la humedad del terreno desciende a un nivel inferior al 30 % las
plantas son incapaces de obtener agua del suelo, con lo que se van secando poco a poco. Este
proceso provoca la emisión a la atmósfera de etileno, un compuesto químico presente en la
vegetación y altamente combustible. Tiene lugar entonces un doble fenómeno: tanto las
plantas como el aire que las rodea se vuelven fácilmente inflamables, con lo que el riesgo de
incendio se multiplica. Y si a estas condiciones se suma la existencia de períodos de altas
temperaturas y vientos fuertes o moderados, la posibilidad de que una simple chispa provoque
un incendio se vuelven significativa.
Las causas que originan un incendio forestal se clasifican en cinco grandes grupos:
Intencionados: según datos del Gobierno de España, representan cerca del 60 % de los casos
(entendiéndose intencionalidad tanto cuando hay acción dolosa como culposa del causante).
Las motivaciones son variadas, siendo con diferencia las más comunes la quema no autorizada,
ilegal e incontrolada de superficies agrícolas, ya sea para la eliminación de rastrojos o
matorrales (lo que se conoce como quema agrícola) o para la regeneración de pastos para el
ganado.2 Tras estas destacan también la piromanía, usos cinegéticos, vandalismo o venganzas
personales. Por último, en algunas ocasiones la motivación tiene que ver con ahuyentar
animales (lobos, jabalíes), la especulación urbanística, la animadversión contra repoblaciones
forestales, bajar el precio de la madera, y otras varias. Cabe señalar que el delito de incendio
está tipificado en muchas legislaciones.
Es importante distinguir los agentes de la deforestación y sus causas. Los “agentes” son
aquellas personas, corporaciones, organismos gubernamentales o proyectos de desarrollo que
talan los bosques, en oposición a las fuerzas que los motivan. Una cantidad importante de lo
que se ha escrito sobre la deforestación no distingue entre “agentes” y “causas”. Algunas
veces, esta deficiencia culpa erróneamente a los grupos que sólo actúan de una manera
racional desde el punto de vista económico. Colaborar para solucionar los problemas de
alimentación a una población en constante aumento que procura sustraer terrenos a los
bosques para cultivos familiares o comerciales, de donde surgen los principales problemas
forestales.
Hay mucha controversia sobre quiénes están llevando a cabo la deforestación y las razones
que tienen para ello. La respuesta es: todos ellos y otros. La mayor parte del daño causado a
los montes, está provocado por la ignorancia o la codicia humana, por tanto puede repararse
con la inventiva humana y la tecnología apoyada en la ayuda política y la educación, y en este
aspecto se debe colaborar para solucionar los problemas de alimentación a una población en
constante aumento.
Agricultores comerciales. Talan para plantar cultivos comerciales, a veces desplazan a los
agricultores de roza y quema, que se trasladan a su vez a los bosques.
Despoblamiento de zonas rurales. Implica un abandono de las tierras y campos que causan La
pérdida de superficie forestal total del Norte de Europa y EEUU el bosque se transforma y
crece en cantidad, no en calidad. En gran parte se compone sólo de matorrales y de malezas,
fácil pasto de las llamas.
Imagen de prosperidad a sus pueblos, o para obtener divisas y por presiones sociales,
autorizan talas de los bosques propiedad del Estado, que sobrepasan la capacidad de los
mismos. Agricultores de roza y quemas La falta de tierras, de abonos para hacer fructífera las
tierras y las plagas hacen necesario aumentar el superpeso agrícola. Talan el bosque para
sembrar cultivos de subsistencia y otros cultivos para la venta (Explicado con amplitud en
capitulo siguiente) /se le atribuye el 75% de las pérdidas de los bosques/
Las talas ilegales. Las islas de los archipiélagos asiáticos, han sido esquilmadas por piratas. En el
río Congo entre Brazaville y Kinshasa, los piratas de río, robaban troncos. En Nigeria, existe
mercado ilegal de madera para la construcción y combustible del que se abastece a los
millones de habitantes de Lagos. (Estas maderas no pueden llegar a los importadores
españoles, debido al control de los países de exportación y de las aduanas de nuestros
puertos.)
Hoy los bosques cubren más de la cuarta parte de las tierras emergidas, excluyendo la
Antártida y Groenlandia. La mitad del bosque está en los trópicos; y el resto en las zonas
templadas y boreales. Siete países albergan más del 60% de la superficie forestal mundial:
Rusia, Brasil, Canadá, Estados Unidos, China, Indonesia y El Congo (el antiguo Zaire).
La mitad de los bosques que una vez cubrieron la Tierra, 29 millones de kilómetros cuadrados,
han desaparecido, y lo que es más importante en términos de biodiversidad, cerca del 78 por
ciento de los bosques primarios han sido ya destruidos y el 22 por ciento restante están
amenazados por la extracción de madera, la conversión a otros usos como la agricultura y la
ganadería, la especulación, la minería, los grandes embalses, las carreteras y las pistas
forestales, el crecimiento demográfico y el cambio climático. Un total de 76 países han perdido
ya todos sus bosques primarios, y otros once pueden perderlos en los próximos años.
Hasta décadas recientes, la mayor parte de la pérdida de bosques tuvo lugar en Europa, el
Norte de África, Oriente Próximo y la zona templada de América del Norte, como documenta
John Perlin en la Historia de los Bosques, así como en China. A mediados de este siglo, estas
regiones habían perdido gran parte de sus bosques originales. Ahora la superficie forestal en
Europa y Estados Unidos está estabilizada, o aumenta, por la sustitución de los bosques
primarios por secundarios y plantaciones forestales.
Los bosques más amenazados en términos relativos no son los tropicales, como cabría pensar
por la atención de los medios de comunicación, sino los bosques templados de Europa y
Estados Unidos.
Los bosques boreales son los mejor conservados, y hoy representan el 48 por ciento de la
frontera forestal, frente al 44 por ciento de los bosques tropicales y apenas un 3 por ciento de
los bosques templados.
Por lo menos 5 millones de km2 de bosques tropicales han sido talados sólo entre 1960 y 1995,
una superficie equivalente a diez veces España. Asia perdió un tercio de su superficie forestal,
y África y América Latina perdieron el 18 por ciento cada una. Durante la primera mitad de los
años noventa, estas regiones continuaron perdiendo porciones significativas de su cobertura
forestal. Más de la mitad (el 57 por ciento) de la pérdida neta de bosques entre 1980 y 1995
tuvo lugar en sólo siete países: Brasil, Indonesia, Congo (Zaire), Bolivia, México, Venezuela y
Malaisia. Los bosques tropicales secos, los manglares y los bosques templados húmedos de las
Américas (Canadá, EE UU y Chile), han experimentado pérdidas muy altas.
Al comenzar el siglo XXI hay una pérdida neta anual de 11,3 millones de hectáreas de bosques,
según la FAO, que se destinan a otros usos. Entre 1990 y 1995, por lo menos 107 países
registraron una pérdida neta de superficie forestal, según el Worldwatch Institute. En el mismo
periodo el área forestal se redujo en 56 millones de hectáreas, resultado de una pérdida de 65
millones de hectáreas en los países en desarrollo y un aumento de 9 millones de hectáreas en
los países industrializados. La deforestación sigue siendo uno de los grandes problemas
ambientales, junto con la amenaza nuclear, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Marco Legal
Ley Forestal de Suelos y Agua: Tiene por objeto la conservación, fomento y aprovechamiento
de los recursos naturales que en ella se determinan y los productos que de ellos se derivan. Las
disposiciones referentes a las aguas fueron derogadas por la Ley de Aguas de 2006, y las
concernientes al recurso forestal por la Ley de Bosques de 2008.
La Ley consta de 11 títulos y 130 artículos. INDICE: Disposiciones generales (I); Protección
forestal (II): Parques nacionales (1), Zonas protectoras (2), Cuencas hidrográficas (3), Quemas e
incendios forestales (4), Consejo Nacional de Prevención y Extinción de Incendios (5),
Desmontes (6), Pastoreo (7); Repoblación forestal (III); Aprovechamientos forestales (IV);
Movilización de los productos forestales (V); Suelos (VI); Aguas (VII); Organismos
administrativos y de guardería de los recursos naturales.
3. Los Parques Nacionales, los monumentos naturales, las zonas protectoras, las reservas de
regiones vírgenes y las reservas forestales.
5. La repoblación forestal.
3. Los suelos; y
4. Las actividades relacionadas con los recursos enumerados en los ordinales anteriores y que
se rigen por la presente Ley.
Los seres vivos (plantas y animales) están ampliamente distribuidos en el planeta y mantienen
relaciones de dependencia entre todos, así como en el medio ambiente. Se calcula que existen
unos 30 millones de especies animales y vegetales distintas en el mundo. De todas ellas, la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) cifra en 1.000 las que se
encuentran en peligro de extinción y en 17.000 las amenazadas. Para el 2020 la diversidad de
especies se puede haber reducido en un 33%.
Animales y plantas están amenazados por la alteración de los espacios naturales, que se
emplean para construir viviendas, carreteras, etc. La caza deportiva o comercial y el tráfico
ilegal de especies son causas que también hacen peligrar a la fauna y a la flora. Muchas de
nuestras mascotas o plantas son fruto de este comercio que, según el Fondo Mundial para la
Conservación de la Naturaleza (WWF), produce más de 300 mil euros anuales de beneficio.
WWF asegura que este negocio ilegal es una de las causas principales de pérdida de
biodiversidad en el Planeta. Además, afirma que en la actualidad, unas 700 especies se
encuentran en peligro de captura, con un objetivo comercial, en sus medios naturales. Un
estudio realizado junto a Traffic, organización que se encarga del seguimiento del comercio
internacional de especies, pone de manifiesto el peso de la Unión Europea en este negocio.
Se sabe que una vez que una especie se extingue, todo el ecosistema se va afectando
paulatinamente haciendo que las que quedan en el ambiente; se vean afectadas en todos sus
aspectos, no solo por la alimentación que conlleva la cadena en cada especie; sino también por
los cambios que se producen a nivel de los recursos de los alrededores y de la mantención de
la vitalidad de cada uno. Dentro de las consecuencias de los animales en peligro de extinción
están:
Es el incremento en la vulnerabilidad de las especies; lo que ocasiona que los diferentes tipos
de elementos que componen los ambientes se sientan plenamente sustraídos ante los riesgos
que implican la cacería; los rasgos de eliminación de especies no solo para componentes
vegetales, sino también de la fauna.
Con el pasar del tiempo y de los daños que se ocasionan en el medio ambiente; las especies
más su extinción se van apoderando de aquellas zonas donde más se involucre la biodiversidad
entre los diferentes procesos que afectan a los entornos, desde la cacería; hasta la tala y la
quema en muchos de los casos, limitando la vitalidad de cada uno de los seres que forman
parte de la cadena trófica de la vida.
Evolución humana
Los procesos antropogénicos hacen parte de las consecuencias generadas por los animales en
peligro de extinción; pues es uno de los medios que hace que todo ser humano se apodere de
conocer los diferentes procesos de evolución para subsistir a través de las dificultades
alimentarias; así como el seguir adelantándose al desarrollo de toda la humanidad sin limitarse
por la precaria aparición de especies utilizadas para la alimentación a lo largo de los años.
Es una situación que generalmente puede apreciarse en los trópicos mucho más que en las
demás regiones y a su vez que ha tenido un avance mucho mayor en un lapso de 20 a 30 años;
respectivamente.
Conclusión
Debemos también, realizar acciones para atacar causas y también efectos negativos que
produce la contaminación de nuestro ambiente. Prevenir los problemas del ambiente y nunca
ignorarlo porque si los dejamos crecer arriesgamos nuestra calidad de vida y esto disminuye
las oportunidades del desarrollo. Ordenar nuestras intervenciones en el ambiente.