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nos presenta como una trama des- hilachada, confusa, que encuentra
nos impide
tan- to, no sólo porque nuestros proyec- tos de investiga
vislumbrar el interés de lo que se in- tenta plantear. no han recibido el auspicio del genio. También porque todas
Tenemos en psicoanálisis ejem- plos de un rigor tentaciones
metodológicoescotomizantes del conocimiento “objetivo”, de la
admi- rable: releamos en este sentido La in- terpretación de neralización
los sueños prematura, de la enume- ración incompleta
de Freud, “La dirección de la cura y los princi- pios de su conceptualmen-
poder”, y “De te heteróclita que confunde los nive- les, de las lóg
una cues- tión preliminar a todo tratamiento po- sible de laexcesivamente
psicosis” de rí- gidas que excluyen al sujeto o exce-
sivamente blandas
Lacan. En los tres textos observaremos el correc- to planteo que no
de recortan
los el mínimo necesario, todas ellas
facilitan el descuido
problemas, el “es- tado del arte” admirablemente sinte-del “objeto” que in- teresa al psicoanalista: el
único la
tizado,
sujeto cu- yas huellas,
definición ágil y certera de los propósitos y objetivos de la inves- precisamente, investiga (que deriva del étimo
invenio, seguir las huellas,
tigación, la articulación precisa de las preguntas y de las hipótesis las pisadas, los “vestigia”). En otros
términos,
funda- mentales, la descripción de los obs- táculosporque
con queno siem-
chocanprelasestamos a la altura del método por el que
explica- ciones de otros autores, la nuevaelso-
discurso
lución psicoanalítico
propuesta queabre
hacesurcos nuevos en lo real.
de esos tropiezos el punto de apoyo para una nueva perspectiva El otro error es el de reducir la in- vestigación al
epistémica y el ¡en marcha! de un nuevo método
progresode prác-
la tico
investi-
del discurso
gación. Fernando Pessoa, con hu- mor
analítico. concluyente, escribió: “El defec- to central de la investigación filosófi- ca
Estos ejemplos nos permiten al mismoy académica
tiempoes que vuelve
medir objeti- vo lo que no es sino su método, bien
hasta qué
pun- to el método permite resaltar, expli-atribuyendo a las yabstracciones
car, contextuar transmitir un de las que forzosamente se sirve el ca-
rácterYde
hallaz- go. Sin modelos difíciles de seguir. nocosas, bien atribuyendo
sólo porque uno no al curso de las cosas esa regularidad,
a lógica, esa racionalidad que per- tenecen forzosamente al Aunque el método no es todo en la investigación
ciocinio, pero no a aquello sobre lo que se ra- zona”. Cuando se es un error despreciar lo que tenemos para aprender
psicoanalítica,
metió este error en psicoanálisis, se lo transformó en sobreunalos
mera
procedimientos en psicoanálisis y en otras disciplinas. Ni
cnica de resultados cuan- tificables. Heidegger advirtió, sin
Freud
em- ni
bargo,
Lacan lo hicieron. Podemos también beneficiarnos con el
existencia de ciencias que, para permanecer rigurosas, humilde
es decir fieles
y detallado manual de Umberto Eco
proyecto que les abre los ca- minos, deben en toda necesidad es-
blecerse fuera de la dimensión de la exactitud y de la cuantificación.
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