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Inducción: Los iniciadores suelen ser energía (luz, calor, etc), trazas de metales pesados, y
radicales peróxidos que hacen que se produzcan radicales libres activos. La acción de la
energía provoca la descomposición del ácido graso en un radical libre e ion hidrogeno
Propagación: Con la oxidación de los radicales libres en combinación con otros ácidos
grasos, se van formando hidroperóxidos y más radicales libres, que vuelven a entrar en la
cadena de oxidación. Por otra parte, los hidroperóxidos con la incidencia de la energía,
forman grupos oxidrilo y la forma oxidada de los radicales libres, los cuales junto a otros
ácidos grasos dan lugar a más hidroperóxidos y nuevos radicales libres. Finalmente los
grupos oxidrilo junto a otros ácidos grasos liberan agua y nuevos radicales libres expuestos
a una nueva oxidación.
Es la reacción del agua con una sustancia, como las grasas. Separa algunos ácidos grasos,
dando lugar a ácidos grasos libres. Se producen algunos monoglicéridos y diglicéridos. En
algunas ocasiones esta hidrólisis es total generando glicerol y ácidos grasos libres.
En la práctica de la escisión de las grasas, se asegura un alto grado de hidrolisis, por la
adicción de un gran exceso de agua y por las sucesivas extracciones de la fase acuosa, rica
en glicerina, que se reemplaza con agua fresca. La reacción hidrolitica es catalizada por los
ácidos, por los compuestos que forman ácidos grasos y por otras subsustancias, tales como
las enzimas lipoliticos, que permiten efectuar una rápida hidrolisis, en las condiciones
normales de temperatura y presión, (Bailey, 2001).
Hidrólisis básica.
Los jabones se obtienen por hidrólisis alcalina de las grasas y aceites con sosa concentrada
con agitación y calentando con vapor. Este proceso, que da lugar a la hidrólisis de los
grupos éster del triglicérido, recibe el nombre de saponificación. Como resultado se obtiene
una molécula de glicerina (líquido) y tres moléculas de ácidos carboxílicos (los ácidos
grasos). A su vez, estos ácidos grasos reaccionan con la sosa produciendo tres ésteres de
sodio o jabones.
Hidrólisis ácida.
La hidrólisis ácida puede llevarse a cabo con ácido sulfúrico diluido y vapor, con un
emulgente que asegura el contacto de las dos fases (grasa y acuosa ácida); los ácidos grasos
resultantes flotan, como una capa aceitosa, quedando la glicerina en la capa acuosa. Por
decantación se separan los ácidos grasos, insolubles en agua, de la glicerina. Otra
alternativa es realizar una hidrólisis a presiones superiores a 50 atmósferas utilizando ZnO
como catalizador, (Rodríguez, Sanhueza, Valenzuela, & Nieto, 2012).
Esta rancidez se puede producir por reacciones de hidrólisis, en las que pueden participan
enzimas como son las lipasas, o por reacciones de oxidación, en las que las grasas se
transforma en peróxidos. En ambos casos se generan habitualmente compuestos volátiles
como son las cetonas, que aportan ese olor peculiar de los productos enranciados.
Bibliografía
Bailey, A. E. (2001). Aceites y grasas. Barcelona: Reverté, S.A.
Chasco, J., Beriain, M. J., & Bello, J. (2010). La oxidación de componentes grasos y formación de
hexanal en la curación del salchichón. Tesis, Universidad de Navarra, Madrid España.
Rodríguez, R., Sanhueza, J., Valenzuela, A., & Nieto, S. (2012). Hidrólisis del aceite de coco (Cocos
nucífera. Grasas y aceites, 18(1), 7-9.
Vanegas, O., & Pérez Dany. (2009). Determinación de la rancidez en las grasas y aceites. Ciencia y
Tecnología de los Alimentos, 19(1).