Sie sind auf Seite 1von 1

Mi amigo Luchito

El profesor Víctor llegó después de que Luchito le había pegado a Raúl Vilchez. Pero este seguía
llorando incansablemente, y estaba rodeado por todos. A penas alguien entraba al salón, dejaba
su mochila y se iba a ver el llanto de Raúl. El que habló fue Julio, le contó todo lo que había
pasado. Luis Ángel había llegado segundo, y no le gustaba que otros lleguen primero, profesor,
así que cuando yo estaba a punto de entrar vi por la ventana que Raúl se cogía la cabeza porque
había recibido un fuerte cocacho. Luchito le había tirado, profe, yo lo vi. El profesor Víctor
levantó la voz para que todos nos sentáramos. Estábamos sorprendidos porque jamás Luis le
había pegado a Raúl. Esta vez sucedió. Siempre me pegaba, a Julio, a José, a Diego, menos a él.
Ya nos habíamos acostumbrado, pero al último de ese día nunca. Quizá porque su mamá le
había amenazado a Luchito que si tocara a su hijo se las vería con ella. Tal vez se olvidó de eso y
plap le dio uno fuerte, profe, su cabeza está hinchada, hasta sangre le ha sacado. Llévelo a la
dirección, se paró Carlos Moreno, ya mucho nos está haciendo. Pero el que había cometido el
pequeño crimen estaba callado, mirando al piso, moqueando, y a punto de llorar. Ya basta, dijo
el profesor. Dejó su maleta, caminó en dirección al lugar de Luis Ángel, le cogió del brazo y
habló: Vamos, quiero que me acompañes a la dirección. Entonces Luchito empezó a llorar, a
suplicar que por favor no le llevaran, que se portaría bien ese día, que no le llamen a su papá
porque le pegaría, profe, no. Todos al unísono: llévelo, profe, llévelo, para que aprenda a no
pegarnos. Sin embargo Luis seguía llorando intensamente, hasta mojar todo su rostro. EL
profesor le arrastraba hasta llegar al punto de cargarlo, pero Luis era una piedra, por nada del
mundo dejó que le llevaran. Nosotros nos paramos, algunos se rieron, otros gritaron, y pocos
fuimos los que sentimos mucha lástima por él. Yo en especial, pese a que a mí me pegaba a cada
rato, no quise que se lo llevaran, sobre todo no quise que su papá llegara al colegio. Porque
cuando la primera vez que me pegó, su papá llegó furioso al colegio y ni bien vio a su hijo, sacó
su correa y en delante de todos, le tiró dos correazos por la espalda, y no bastaba con eso, le dio
dos patadas en las nalgas. Nos asustamos feo. Por eso no quise que llamaran a su papá, le
pegaría más fuerte y Luchito lo sabe y algunos cuantos. Pareciera que el profesor no

Das könnte Ihnen auch gefallen