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Historia de Mónaco

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Este aviso fue puesto el 26 de junio de 2008.

Índice

1 Los Orígenes

2 De la Baja Edad Media al siglo XIX

3 El siglo XX y la actualidad

4 Lecturas

5 Referencias

Los Orígenes

Dominada por diversos pueblos de la antigüedad, fue colonia de los fenicios, del cual poseía el
templo del dios Melkart. Luego, los griegos la dominaron con el nombre de Monoikos (es decir: -el
de- una vivienda adjetivación que se daba a Heracles, asimilado por los helenos a Melkart) y los
romanos con el de Portus Herculis Monæci. En el siglo I, Mónaco fue completamente cristianizado
y luego paso a diversos pueblos bárbaros como francos y lombardos. Pasó luego al Sacro Imperio
Romano Germánico y finalmente a la República de Génova hasta 1297, año desde el que la familia
Grimaldi gobierna el país hasta la actualidad, legitimándolo en 1419.

De la Baja Edad Media al siglo XIX

Hasta su independencia, fue codiciada como base naval por los franceses. En el último decenio del
siglo XV, la nueva monarquía hispánica liderada por los Reyes Católicos consiguió finalmente
anexionarse Granada en 1492, y decidió centrarse activamente en Italia. En este mismo momento
Francia aspiraba a anexionarse nuevos territorios hacia el este, y colisionó con los intereses
españoles.1 Así, entendemos la primera parte del siglo XVI por esta rivalidad hispano-francesa que
involucró de forma directa al señorío de Mónaco.

En 1506, una revuelta popular en Génova contra los franceses provoca uno de los hechos más
trágicos de la historia de Mónaco. El nuevo gobierno genovés, que quiere recuperar el peñón,
comienza un asedio el 7 de diciembre. El nuevo señor de Mónaco, Luciano Grimaldi (1481-1523),
emprende la defensa de la Roca con unos 600 hombres, 22 cañones y 318 piezas de artillería,2 que
conseguirán repeler a 12000 genoveses merced de las buenas defensas de la ciudadela y la ayuda
de Francia, que estaba también en guerra con Génova. La victoria monegasca y francesa el 19 de
marzo de 1507 permite la recuperación inmediata de los señoríos de Menton y Roquebrune, que
pertenecían a Mónaco respectivamente desde 1346 y 1355.

Luciano Grimaldi, Colección del Palacio principesco de Mónaco.

Tras la conquista de Génova por parte de Luis XII, Luciano rechaza continuar siendo vasallo de
Francia y es encarcelado en Milán. Mediante la intercesión del papa Julio II,3 Luciano finalmente
es liberado en 1508. En 1523, Luciano fue sin embargo asesinado y sus asesinos quedaron impunes
a pesar de las instrucciones de Francisco I, rey de Francia. Aprovechando la situación, los primos
genoveses de Agustín Grimaldi (sucesor de Luciano y obispo de Grasse) le instaron a unirse al
emperador Carlos V, que ya se había afirmado como soberano europeo y que pareció ser el más
apto para garantizar la protección del señorío de Mónaco.4

Se celebraron diversos tratados de protección y autonomía con España (en 1512), Francia (1409,
1641 y 1861) y el reino italiano de Cerdeña (Congreso de Viena de 1815). Ocupada por los
españoles en 1605, obtuvo los señoríos de Roccabruna ("Roquebrune") y Mentone/Mentón (los
cuales perdería con la Revolución de 1848).

En 1605, el príncipe de Valdetaro firmó un acuerdo con el conde de Fuentes -gobernador de


Milán- que agravó las condiciones del protectorado español. Desde ahora, para evitar los
problemas de pago a la guarnición que guarda la fortaleza, Mónaco queda bajo la jurisdicción
militar del Ducado de Milán, con un destacamento regular español de unos 100 a 200 hombres.
Por contra, hay que resaltar que este acuerdo se hizo de espaldas a las instrucciones que se habían
dado desde Madrid. La administración española nunca vio con buenos ojos el establecimiento de
un regimiento que no podría controlar directamente.5

En 1612, el señor de Mónaco toma el título de príncipe soberano con tratamiento de alteza
serenísima (S.A.S.), a la manera de los príncipes del Sacro Imperio Romano Germánico. En 1619,
este nuevo título se incorpora a todos los documentos oficiales junto con la cifra dinástica, y
desaparece el nombre patronímico.6 Este singular hecho se puede entender como una intención
de refuerzo del poder, contextualizado en un ambiente de creciente absolutismo en toda Europa.
Además, se hace notable el aumento del poder principesco, en detrimento de las instituciones
intermediarias que existían entre el príncipe y los súbditos. Éste era el caso durante el siglo XVI de
la asamblea de jefes de familia -también llamada parlamento o universidad-, órgano
independiente de la autoridad del señor que desempeñaba importantes competencias de la vida
urbana, como el dictamen de los reglamentos de la policía.7
Honorato IV de Mónaco.

La Roca de Mónaco en 1870.

Durante la Revolución francesa el país fue ocupado en 1793, situación que perduraría hasta 1815.
El Tratado de París de 1814 restaurará finalmente a la dinastía de Grimaldi en la persona del
príncipe Honorato IV (1758-1819), que sucederá a su padre gracias en parte a las conversaciones
mantenidas entre su hermano José y el ministro Talleyrand.8 Este tratado dejó a Mónaco bajo la
tutela del rey de Cerdeña, y fue ratificado por segunda vez en 1815 tras el breve regreso de
Napoleón. En 1865, se firmó un convenio con Francia en las cuestiones de aduanas y aboliciones
de impuestos directos. Con el príncipe Alberto I, se procedió a abolir el absolutismo en 1869.

El siglo XX y la actualidad

Durante ese siglo, Mónaco sufrió serias vicisitudes que amenazaron su independencia nacional. Se
reformó en dos oportunidades la constitución de 1911 (en 1917 y en 1930). Luis II tuvo que
reconocer a su hija, Carlota, para asegurar la continuidad dinástica del futuro Raniero III, que
ascendió al trono en 1949 y diez años después, este tuvo que suspender la constitución tras varios
desacuerdos con el Consejo Nacional.

En 1962, se promulgo la nueva constitución, asegurándose así de respetar los derechos


fundamentales de los monegascos: Al año siguiente, se firmó un tratado con Francia del cual se
arreglaron diferendos económicos y se crearon nuevos acuerdos de vecindad y moneda, que se
renovaron en 2002 con la puesta en circulación del Euro en Mónaco si bien este estado no es
miembro de la Unión Europea (UE).

En los años sesenta, junto con el acuerdo con Francia, se adoptaron medidas que dieron al país su
actual carácter. En 1964 se iniciaron las obras que permitieron aumentar un 20 % la superficie,
ganándola al mar. Se renunció expresamente al turismo de masas, reduciéndose el número de
camas de hotel y apostando por atraer a personalidades de gran nivel adquisitivo, como turistas y
para residir. Así mismo se configuró como un gran centro financiero.9

En 1982, muere de un trágico accidente la esposa de Raniero III, la princesa Grace, del cual
conmovió a todos los círculos del principado y de jet-set mundial y del cual realizó aportes valiosos
al desarrollo cultural del país. El 6 de abril de 2005 falleció el príncipe Raniero y le sucedió su hijo y
heredero Alberto II.
Lecturas

FOUILLERON, T., Histoire de Monaco, Direction de l'Éducation nationale, de la Jeunesse et des


Sports, Principado de Mónaco, 2010.

Referencias

FLORISTÁN, A., (coord.) Historia Moderna Universal, Ariel, Barcelona, 2008 (2002), p.177.

ARCHIVES DU PALAIS PRINCIER DE MONACO (A.P.M.)., Annales monégasques. Revue d'histoire de


Monaco, nº1, Publication des Archives du Palais Princier, Principado de Mónaco, 1985 (1977), p.
145.

EDITIONS EGC., Les Grimaldi de Monaco. Une dynastie de 700 ans, Editions EGC, Principado de
Mónaco, 1996, p. 7.

FOUILLERON, T., Histoire de Monaco, Direction de l'Éducation nationale, de la Jeunesse et des


Sports, Principado de Mónaco, 2010, p. 77.

ARCHIVES DU PALAIS PRINCIER DE MONACO (A.P.M.)., Annales monégasques. Revue d'histoire de


Monaco, nº1, Publication des Archives du Palais Princier, Principado de Mónaco, 1985 (1977), pp.
155-156.

FOUILLERON, T., Histoire de Monaco, Direction de l'Éducation nationale, de la Jeunesse et des


Sports, Principado de Mónaco, 2010, p. 88.11.

FOUILLERON, T., Histoire de Monaco, Direction de l'Éducation nationale, de la Jeunesse et des


Sports, Principado de Mónaco, 2010, p. 89.

EDITIONS EGC., Les Grimaldi de Monaco. Une dynastie de 700 ans, Editions EGC, Principado de
Mónaco, 1996, p. 16.

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