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1.5.4.

La 'psicología ambiental verde' o una


psicología para el desarrollo sostenible
El último giro en cuanto a objeto y a objetivo lo podemos encontrar en la evolución hacia el
comportamiento humano y social en relación a la problemática ecológica y Cambio Global (McAndrew,
1993; Pol, 1993). En este giro se incluye todo lo que tiene que ver con la conservación de la naturaleza,
la energía, los recursos, la contaminación, los riesgos industriales y tecnológicos, los comportamientos
ecológicamente 'responsables' de la población y los movimientos sociales 'verdes'.

Se puede argumentar, con razón que el tema, como objeto, no es nuevo, ni en la psicología ambiental ni
en la psicología social. Hay textos tempranos que se ocupan de ello, como el monográfico de Kates y
Wohlwill (1966) en el Journal of Social Issues, los primeros temas aplicados a la conservación de la
energía (Pallak, Cook y Sullivan, 1980) que Bickman (1980) recoge en su edición del primero volumen
del Applied Social Psychology Annual, los trabajos sobre refuerzo y conducta ecológica responsable
(Everett et. al. 1974; Géller y col., 1977, 1980, 1982 y ss.), o los constantes artículos o monográficos en
el Journalof Social Issues y en menor número en Environment and Behavior y en el Journal of
Environmental Psychology. Pero el tema como objeto es anecdótico tanto en los manuales, en las
conferencias como en las revistas.

La presencia de la cuestión ambiental (environmental concern) irá ganando espacio en los textbooks,
hasta ser capítulo imprescindible o impregnar todos los contenidos del texto. Pero la perspectiva
dominante es todavía la consideración del comportamiento en un medio 'externo', ajeno al ser humano.
Centrado sobre la persona como ser individual, pocas veces se considera el comportamiento social y
menos todavía los condicionantes estructurales del comportamiento de las personas (por lo tanto la
dimensión de la gestión). Como reconocen Stern y Oskamp (1987) sabemos mucho sobre el
comportamiento de la persona pero poco sobro como gestionarlo.La presencia de la cuestión ambiental
(environmental concern) irá ganando espacio en los textbooks, hasta ser capítulo imprescindible o
impregnar todos los contenidos del texto. Pero la perspectiva dominante es todavía la consideración del
comportamiento en un medio 'externo', ajeno al ser humano. Centrado sobre la persona como ser
individual, pocas veces se considera el comportamiento social y menos todavía los condicionantes
estructurales del comportamiento de las personas (por lo tanto la dimensión de la gestión). Como
reconocen Stern y Oskamp (1987) sabemos mucho sobre el comportamiento de la persona pero poco
sobro como gestionarlo.

Visto como respuesta de la psicología a un problema social, tanto en el caso del 'primer nacimiento'
como del segundo y de la evolución hacia la sostenibilidad, la reacción es tardía respeto al surgimiento
de la necesidad. En el mejor de los casos, la respuesta se da con unos cinco o diez años de retraso si
tenemos en cuenta que los primeros movimientos 'verdes' aparecen entre grupos minoritarios a finales
de los sesenta; que tienen una auténtica eclosión a medios los setenta; que tomaron fuerza social y
política a comienzos de los ochenta. Se empezó a detectar un cambio importante en la filosofía social y
ambiental, incluso a nivel de gobiernos, a medios de los ochenta. Se hacen solemnes propósitos y
declaraciones 'mundiales', e incluso se empieza a hablar de 'capitalismo verde' a principios de los
noventa, con el compromiso ambiental de algunas empresas pioneras, que vuelan demostrar que
invertir para preservar el medio ambiente puede ser incluso un buen negocio.Visto como respuesta de la
psicología a un problema social, tanto en el caso del 'primer nacimiento' como del segundo y de la
evolución hacia la sostenibilidad, la reacción es tardía respeto al surgimiento de la necesidad. En el
mejor de los casos, la respuesta se da con unos cinco o diez años de retraso si tenemos en cuenta que
los primeros movimientos 'verdes' aparecen entre grupos minoritarios a finales de los sesenta; que
tienen una auténtica eclosión a medios los setenta; que tomaron fuerza social y política a comienzos de
los ochenta. Se empezó a detectar un cambio importante en la filosofía social y ambiental, incluso a
nivel de gobiernos, a medios de los ochenta. Se hacen solemnes propósitos y declaraciones
'mundiales', e incluso se empieza a hablar de 'capitalismo verde' a principios de los noventa, con el
compromiso ambiental de algunas empresas pioneras, que vuelan demostrar que invertir para preservar
el medio ambiente puede ser incluso un buen negocio.
Este pequeño regreso hacia una perspectiva ecológica iniciada a finales de los ochenta, reforzada por
el que se deriva de la entrada en vigor de la nueva normativa ambiental comunitaria europea,
conjuntamente con unas coordenadas mundiales cambiantes que plantean una nueva dimensión de la
problemática humana y social, está marcando lo que se ha considerado una nueva etapa de una
psicología ambiental más social, más organizacional, a la vez que más verde, pero otra vez iniciada con
retraso (Pol, 1993).

El nuevo reto para la psicología ambiental actual no está a abandonar ámbitos y conocimientos
conseguidos en las etapas anteriores sino al saber incorporar los nuevos parámetros de referencia,
tanto ecológicos, como sociales y económicos, a su reflexión y análisis de la realidad. Así, en esta
última etapa, el medio construido no desaparece en absoluto. La fórmula clave de referencia al medio
ambiente como objeto será la de medio sociofísico desde el uso de la expresión por Stokols y Altman
(1987) en la definición ofrecida en la introducción al Handbook of Environmental Psychology. Otros
autores modificarán expresiones anteriores, como el caso de Proshansky cuando afirma que cada
ambiente físico es también un ambiente social y a la inversa (Proshansky, 1990; pág. 22). Estas dos
posiciones de autoridad reconocidas en la psicología ambiental tienen una doble implicación que perfila
bastante bien el objeto de este último periodo. Por un lado, tratan de expresar la indisolubilidad
persona-medio, pero a la vez, expresan que el comportamiento-en-el-ambiente es siempre social. Esta
indisociabilidad no admite otro objetivo que la comprensión para la mejora y por lo tanto la
transformación positiva de comportamiento y medio, por lo tanto el progreso hacia el desideratum de la
sostenibilidad.

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