Sie sind auf Seite 1von 4

LA COHERENCIA, LEY GENERAL DE LA ACCIÓN HUMANA

Autor: María de la Luz García Alonso Para ello es indispensable: ner aquellos dos términos, como si el
Publicado: Septiembre 20, 2010 a) La constancia de los juicios origi- conocimiento no lo fuera de la reali-
Por acción, debe entenderse en el nantes (juicios-nervadura). dad, o como si no lo fuera, al menos,
presente contexto, el ejercicio de una b) La revisión continúa de los juicios el conocimiento abstracto. Existen
actividad, independientemente de que originados y de las implicaciones. dos maneras fundamentalmente di-
ésta implique o no potencia pasiva y En síntesis, un pensamiento es cohe- versas de considerar la abstracción: o
también independientemente de que rente si sus juicios —ya originantes, bien como un proceso natural y es-
su perfección permanezca en el inte- ya originados— y las implicaciones de pontáneo de la mente, vía imprescin-
rior del agente o que recaiga en otro esos juicios relacionados entre sí, no dible para cualquier tipo de conoci-
diferente de él. De este modo el tér- se oponen en la tabla de la verdad. miento intelectual, -también vulgar-, o,
mino acción engloba los de movi- En tanto que la persona humana difie- por el contrario, como un mecanismo
miento y operación. re del animal en que aquella actúa en más o menos artificial cuyo resultado
La acción humana se encuentra cons- función de su inteligencia —de una no puede ser otro que la disociación
tituida, ante todo, por los pensamien- inteligencia que la guía desde den- entre la realidad y el conocimiento,
tos y las voliciones, y, consecuente- tro— la coherencia en la persona entre el pensamiento y la vida, entre
mente, por la acción interna de otras humana consiste en actuar conforme la teoría y la praxis.
facultades y por la acción externa. a lo que se juzga y juzgar conforme a El divorcio, la incoherencia entre la
En la medida en que escapan a la lo que se es —persona humana, suje- verdad especulativa y la práctica, se
fatalidad del determinismo de la natu- ta a someter su juicio a la naturaleza fundamenta en no considerar que lo
raleza irracional, las acciones del de las cosas. contingente es un modo del ser de lo
hombre pueden decirse humanas. El análisis de la coherencia de la necesario corno una manera de no
Ciertas acciones son de suyas huma- persona humana debe calcarse del ser necesario.3 Puede deberse tam-
nas —como los pensamientos y las análisis de las diversas funciones de bién al nominalismo mitigado que
voliciones— porque son de suyos las facultades humanas, y de su mu- tiende a refundir al conocimiento
racionales. Otras lo son porque pue- tuo enfrentamiento. práctico en la acción transitiva, y, en
den ser informadas por la inteligencia; Los tipos de incoherencia. ocasiones, en el ámbito afectivo.
esta esfera está constituida por los El divorcio entre el pensamiento y la La ruptura entre el juicio práctico y la
llamados actos imperados por la vo- acción transitiva, se funda en un juicio volición elícita (Elicitación (del griego
luntad. Por último, ciertas acciones se del entendimiento especulativo, con elicitus, "inducido" yelicere, "atrapar")
encuentran marginadas de la razón un contenido como el que se ejempli- Está asociado a la sicología como un
porque ni son intrínsecamente racio- fica: “una cosa es pensar y otra ha- concepto que refiere al traspaso de
nales, ni tienen potencia para ser cer”, o bien, “una cosa es el pensa- información en forma fluida de un ser
informadas por la razón —tales son miento y otra la realidad”. Pero, ¿cuál humano a otro por medio del lengua-
las funciones vegetativas— y por eso es la condición de posibilidad que je) no cabe sino a través de la deci-
permanecen ajenas a la considera- permite el compromiso personal con sión de no decidir, o, lo que es lo
ción de acciones humanas. un juicio como los anteriores? ¿Pue- mismo en el fondo, a través de la
La coherencia se predica propiamen- de tratarse simplemente de un lugar decisión de aplazar las decisiones
te del pensamiento, y, en sentido común? En mi opinión, cabe en el perfectas indefinidamente. La tesis de
preciso, de las relaciones de los jui- fondo de un juicio con semejante fondo que respalda semejante actitud,
cios entre sí, en función de la verdad. contenido, el convencimiento de la no puede ser sino el voluntarismo,
Para calificar a un pensamiento como postura racionalista frente al proble- esto es, el convencimiento de que la
coherente, éste debe cumplir con las ma del conocimiento. voluntad no sólo tiene la última pala-
siguientes condiciones parciales: El nominalismo mitigado2 suele pasar bra con respecto a la elección, sino
1. La no-contradicción de los princi- por la vida filosófica bajo la insignia que es capaz de suplir por el ejercicio
pios (juicios primeros inmediatamen- del realismo: se hace profesión de fe deliberativo, y que está absolutamen-
te evidentes) entre sí.1 en lo que se refiere a la independen- te por encima de las motivaciones, o
2. La no-contradicción y la secuencia cia de la realidad en función del co- bien dependiendo fatalmente de las
lógica de las conclusiones con res- nocimiento y a su prioridad sobre las más fuertes.
pecto a sus principios. consideraciones científicas y gnoseo- El corte entre el juicio práctico y la
3. La no-contradicción entre las distin- lógicas en general. Frente al idealis- acción imperada funciona como alie-
tas conclusiones de un mismo princi- mo, la postura es contrastante en la nación. Ella consiste, precisamente,
pio y de las distintas conclusiones de solución, aunque semejante en el en la ejecución, sin más fundamento
diversos principios entre sí. planteamiento del problema gnoseo- que la permisión voluntaria, pero ha-
4. La no-contradicción entre las im- lógico; en ambos casos la estructura biendo dejado de lado el proceso
plicaciones de las conclusiones. es similar: ¿Prioridad de la realidad deliberativo, y por tanto, la ilumina-
5. La no-contradicción entre los jui- sobre el conocimiento o del conoci- ción intelectual.
cios del entendimiento especulativo y miento sobre la realidad? El eje co- La contradicción entre afirmaciones
los del entendimiento práctico. mún consiste en separar y aún opo- del entendimiento especulativo, es en
1
parte, la raíz de la incoherencia en puede ser otro que el lenguaje del relativas. Ante una doctrina de este
otros ámbitos, y, definitivamente, la ser, un lenguaje anclado en la metafí- tipo, hablar de coherencia resulta un
causa última de cualquier estilo de sica, es decir el lenguaje de la filoso- sinsentido, porque en su contexto no
incoherencia es un juicio erróneo del fía. Únicamente el saber que puede cabe la incoherencia.
entendimiento especulativo. alcanzar explicaciones definitivas es Para el subjetivismo, la verdad es el
La incoherencia especulativa capaz de determinar el nivel de pro- resultado mecánico de la apetencia
En el ámbito de la incoherencia entre fundidad con la que explican otros del sujeto, ya que es el sujeto el ele-
juicios especulativos se encuentra la saberes, lo mismo que definir la ex- mento definitivo —principal si no ex-
“doctrina de la doble verdad”. Gracias tensión de sus dominios respectivos. clusivo, dependiendo de las postulas
a esta doctrina un sujeto puede certi- La coherencia especulativa, de la que gnoseológicas— en el conocimiento.
ficar la verdad de un juicio especulati- pende cualquier otro tipo de coheren- Por eso la opinión tiene tanto peso
vo y la de su opuesto4 con tal de que cia en el hombre, implica, al menos, como la certeza; y el juicio práctico
afirme que estas verdades se dan en el recto aprendizaje de las verdades tanto valor como el especulativo,
planos diferentes. claves de la filosofía, y la oportuna porque todas estas actitudes psico-
La doctrina de la doble verdad consti- apreciación de sus implicaciones. gnoseológicas proceden lo mismo del
tuye, desde luego, un peligro muy La doctrina de la doble verdad no querer -apetecer es más preciso- del
grave —quizá el más grave de to- escenifica el único yerro del que re- sujeto.
dos— para la coherencia, y sin em- sulta la incoherencia teórica. El relati- Para el escepticismo no es necesario
bargo, tiene, para fundamentarse, vismo, el subjetivismo, el escepticis- juzgar, para el relativismo, no es ne-
razones de peso. mo, el pragmatismo y el sincretismo cesaria juzgar coherentemente, para
Vale la pena detenerse en este punto. constituyen otras tantas fuentes para el subjetivismo la coherencia es es-
Dos juicios emitidos desde dos ámbi- la incoherencia especulativa. pontánea, se identifica con la apeten-
tos distintos del saber, pudiendo pa- La principal, entre ellas, es el escepti- cia subjetiva. El denominador común
recer, formalmente, contradictorios, cismo. Hay que tener presente, cuan- consiste en el desprecio por la cohe-
pueden muy bien no serlo material- do se trata de este error, que caen lo rencia, la incoherencia para estas
mente, ser realmente compatibles. mismo bajo su denominación los es- posturas no implica nada negativo.
Las proposiciones: “Todo ser vivo cepticismos parciales — En un ámbito más reducido, niegan la
nace y muere”, “Dios es un ser vivo”, racionalismos, empirismos, idealis- importancia de la coherencia el prag-
son ejemplos de juicios emitidos des- mos— como el escepticismo total. matismo y el sincretismo. Para el
de la biología y desde la filosofía, Resulta bastante claro que quien, pragmatismo, el territorio de la cohe-
respectivamente, verdaderas ambas y presa del escepticismo, pone en duda rencia se reduce al ámbito de los
formalmente contradictorias, y sin la capacidad de conocer, observará resultados. Para el sincretismo el
embargo, materialmente compatibles una conducta fundamental de sus- valor de la afición por los opuestos
desde el momento en que se com- pensión del juicio, aun sin razón algu- tiene prioridad sobre el valor de la
prende que todo juicio pronunciado na para suspenderlo. Puesto que la coherencia.
desde una ciencia particular debe inteligencia, por su naturaleza misma Cualquiera entre los tipos de incohe-
matizarse con otro juicio suplementa- tiende a la verdad, y no cabe la ver- rencia mencionados, tiene su causa
rio, tal como: “entendido que la biolo- dad sin el juicio, una actitud funda- en un juicio erróneo especulativo. El
gía se refiere a todos y solamente a mentalmente dubitativa constituye un modo de corregir una actitud incohe-
los vivientes que caen bajo su objeto, atentado contra la inteligencia. Res- rente en un hombre cuerdo, es buscar
esto es, a los vivientes corpóreos.” pecto a los escepticismos parciales, cuál es el juicio erróneo del que tal
Por otra parte, es fundamental com- quedan también afectados por esta actitud pende y rectificarlo.
prender que multitud de juicios dicta- crítica en la medida y en el ámbito del Cuando alguna idea no es operativa,
dos desde distintos ámbitos del sa- conocimiento en el que se introduzca ello puede deberse a tres causas: o
ber, se oponen, en efecto, formal y esa parálisis del intelecto que es la bien se trata de una idea errónea, o
materialmente, y son incompatibles. duda. se anula su fuerza por incongruente
En otras palabras, las diferencias El relativismo, en contraste con el con otros juicios en su orden, o —si
entre los niveles del saber, incluso si escepticismo, bien puede escapar de se trata de un juicio práctico— resulta
se trata de niveles tan ajenos como la duda. Cabe, para quien lo profesa, irrealizable por incompatible con el
los del saber natural y el sobrenatural, que varios juicios incompatibles entre contexto real.
no se resuelven todos los problemas sí, merezcan todos el calificativo de Los universos psicológicos.
de incompatibilidad judicativa sólo por verdaderos gracias a las diferencias Existen en el hombre ciertos tipos de
apelar al sentido real y contextual de de los sujetos que los pronuncian o acción, que aglutinan alrededor suyo
los juicios. Por el contrario, para po- de las circunstancias en que lo hacen; un cúmulo de decisiones, de juicios,
der hablar de coherencia, es precisa y cabe, además, que el carácter de de actitudes posteriores, constituyen-
la traducción de los juicios expresa- tales afirmaciones verdaderas sea do así un sistema, un universo. Hace
dos en los distintos dialectos del sa- también cierto. En síntesis: no puede falta examinar cara a la coherencia,
ber, al lenguaje común del conoci- hablarse de la verdad, sino de las no sólo los universos, sino los univer-
miento humano, capaz de abarcarlos verdades, mutables, cambiantes, sos entre sí.
a todos. Este lenguaje común no provisionales, parciales y, por tanto,

2
Cimentan universos, actitudes psico- originantes, corno integrantes de la está marcada por la imaginación por
lógicas radicales: como la concepción axiomática psicológica. encima de la inteligencia. Este tipo de
de la felicidad, como la posesión in- La integridad, característica ineludible conducta responde al infantilismo y es
mediata y a corto plazo de los bienes de la verdad. letra muerta.
patentes, como la decisión de sufrir Desde el momento en que la inteli- Las virtudes intelectuales estabilizan
en cada momento lo menos posible, gencia se abre al ser, se patentiza y facilitan la coherencia del orden
como la determinación de la defensa que su objeto no está constituido por especulativo. El conocimiento científi-
de los bienes propios incluso a costa una parcela del ser ni por alguno de co sin coherencia es imposible. La
del atropello de los bienes ajenos, sus aspectos: todo lo real es su he- sabiduría sin coherencia es impensa-
como la decisión de no decidir nada rencia. La inteligencia humana alcan- ble.
sino provisionalmente, etcétera. za algunos seres —o algunos aspec- En el extremo opuesto a la estabilidad
Por su duración, ciertas acciones se tos del ser— inmediatamente, otros en la coherencia que proporciona la
constituyen en universos fundantes, mediatamente y algunos de modo virtud, se encuentra el provisionalis-
tales como las decisiones vitalicias. indirecto. De ahí la necesidad del mo especulativo universal, y el provi-
Naturalmente todo otro universo psi- proceso raciocinante. Si se negara el sionalismo práctico universal. Es de
cológico que no encaje con un uni- conocimiento discursivo, la inteligen- sabios cambiar de opinión y de necios
verso fundante vitalicio, tenderá a ser cia humana quedaría reducida a un cambiar de certeza —como norma de
negado o a convertirse en universo ámbito más estrecho que el del cono- conducta.
vitalicio sustitutivo de aquel. cimiento sensitivo. Por otra parte, la La coherencia no implica uniformidad,
La revocación de una elección que condición cíe posibilidad del conoci- es lo opuesto a una postura monolíti-
haya funcionado como universo vitali- miento discursivo es el carácter ex- ca, requiere armonía y unidad en la
cio, producirá una conflagración, y pansivo de la verdad: una verdad multiplicidad y en la variedad. Exige
obligará a la revisión de los universos implica otras muchas y las relaciones distinguir para unir.
psicológicos dependientes de aquél. entre juicios verdaderos fecundan La coherencia, ley fundamental del
Esto confirma, que así como una verdades nuevas. En suma, no cabe psiquismo humano.
elección vitalicia procura al sujeto una hablar de verdades aisladas, sino de Lo es, porque el entendimiento y la
planificación psicológica descomunal, juicios verdaderos concatenados voluntad están ordenados al ser como
su revocación suele implicar tan entre sí. Su ley, se llama coherencia. verdadero y como bueno, y se unen
cuantiosas y profundas revisiones de Cuando en un contexto de verdad se en su objeto en el que se identifican
los universos dependientes, que pue- introduce un juicio falso, el contexto realmente ambos aspectos, perma-
de significar su ruina —en la medida, completo se corrompe. La razón ya neciendo, sin embargo, como dos
sobre todo, en que afecte más o me- se apuntaba antes: el objeto del inte- facultades distintas. El hecho de ser
nos al fin último del hombre.5 lecto es el ser en cuanto verdadero, y distintas, significa que cabe una ley
Por su primado jerárquico también se no un aspecto verdadero de un ser por encima de las leyes propias de
constituyen en universos fundantes, particular. Esta necesidad de síntesis ambas facultades, ley exigida en vir-
ciertas decisiones. Estas subrayan universal es un testimonio de la natu- tud de la unidad del sujeto: se trata de
aún más que las anteriores el conte- raleza racional del hombre. la coherencia. Lo es porque la verdad
nido de los valores y sus relaciones Traicionar la verdad —que representa implica integridad, el bien apetecido
mutuas. Multitud de universos depen- la adhesión del intelecto con la reali- por la voluntad supone conocimiento
den de éstos como dependen los dad— equivale a traicionarse a sí intelectual, y la acción externa pende,
medios con respecto a los fines, y mismo. lo mismo, del intelecto, porque en el
como depende lo secundario con Las virtudes, garantía de la coheren- hombre el punto alfa es la inteligen-
respecto a lo principal. Quien estime cia. cia. Por su naturaleza misma el ac-
primordialmente el valor económico Las virtudes de la voluntad postulan tuar del hombre tiene que ser un ac-
(monetario) fundamentará multitud de decisiones fundamentales basadas tuar inteligente. Existe una ley que
universos psicológicos en el universo en un modo de juzgar (en su orden gobierna la acción intelectual y las
fundamental jerárquico de esta esti- práctico) coherentemente, e implican acciones volitivas y externas junto
mación. Muy distinto resultará el con- una certeza (premisa indispensable con su relación a la inteligencia, esa
junto de universos anclados en la de esos juicios prácticos) especulati- ley es la coherencia.
jerarquía máxima de los valores cultu- va. Y además estabilizan y facilitan Notas:
rales, o de los religiosos. ese modo coherente de juzgar. 1. No sólo los primeros principios, sino los
Por su carácter condicionante, ciertos La falta de virtud, en un hombre con juicios obtenidos por inferencia. El saber
universos asumen el papel de ante- uso de razón, el obrar ordinariamente humano no se deduce de los primeros
cedente obligando a otros a funcionar de acuerdo con las disposiciones principios, se obtiene —ya sea por deduc-
ción de juicios evidentes o a partir de
como consecuentes. No es preciso subjetivas, es síntoma de la ausencia nuevas abstracciones— de acuerdo con
que estos universos tengan un carác- del juicio intelectual, y caracteriza las ellos.
ter vitalicio ni tampoco un primado conductas cuya homologación con el 2. La tipificación concreta estaría en un
jerárquico; sin embargo, junto con los deber ser es principalmente externa, Bergson, en un Hartmann y, en el ori-
anteriores funcionan como elementos cuya regla es más la receta funcional gen, Francisco Suárez.
que la prudencia y cuya iluminación 3. Cfr. el artículo: “La fuerza psíquica”,
Istmo n° 112. Relaciones especulativo-

3
práctico. Las cosas necesarias son 4. Entiéndase que cuando se revoca una último fin, y de la coherencia con un con-
perfectamente cognoscibles por el elección vitalicia moral, por encima de las texto moral más amplio.
entendimiento, mientras que las contin- consecuencias psicológicas negativas —- Fuente: Universidad Panamericana- Mé-
gentes, como contingentes, no lo son sino en un orden restringido— de revisión de xico. Revista Sapientia de Buenos Aires
deficientemente, y de éstas no tenemos universos dependientes, etc., procurará el MEXICO. 20 de septiembre de 2010
ciencia sino opinión. C. G., 1.2 c. 55. sujeto el beneficio de la reorientación a su

Das könnte Ihnen auch gefallen