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Universidad Metropolitana

Epistemología

Profesor: Francisco Rivero

Alumno: Julio Fortique Carnet: 20131110397

Parcial #2

Pregunta 3

¿Por qué según el racionalismo idealista, el ser, la razón, el bien y la verdad son
necesariamente absolutos, sistémicos, comunes, normativas y universales?

Es oportuno comenzar buscando entender el racionalismo idealista desde su base


conceptual y desde su desglose. El racionalismo es una “teoría epistemológica que, frente
al empirismo, considera la razón como fuente principal y única base de valor del
conocimiento humano en general”. Siendo la razón este principio máximo de generación
de saber y conocer, la percepción y la experiencia quedan aislados.

El termino idealismo por su parte, tiene un significado muy amplio al igual que el
racionalismo, pero el idealismo que trabajaremos se puede entender fundamentalmente
como el sistema que propone a las ideas como principio del ser y del conocer, es decir, el
sistema de las ideas. Dicho método afirma que el sujeto (su mente, su espíritu, su
conciencia, su “yo”) son el origen de toda reflexión del mundo.

Para llegar a entender completamente la idea de sujeto, del ser y la verdad desde
el punto de vista del racionalismo idealista, comencemos observando brevemente a sus
contrapartes, por ejemplo un argumento básico del idealismo absoluto de George Hegel,
“el hombre es el centro de lo absoluto, no la naturaleza”. Para enfrentar dicho argumento,
se tiene uno de los ideales primordiales del conocido empirista David Hume, “la filosofía
debe tener como objetivo el estudio de la naturaleza humana, pues todo gira alrededor de
esta”.

Sin embargo, numerosas críticas al empirismo muestran que dicho concepto de


experiencia “no arroja luz alguna sobre el concepto de verdad. El empirismo considera
que, situando la verdad en la experiencia, ésta se hace más próxima, quizá más humana,
pero lo único que se hace con dicha estrategia es desvirtuarla”.
René Descartes, conocido como el padre de la filosofía moderna y padre del
racionalismo idealista, realiza su primer punto de quiebre en la historia, al tomar la
decisión de rechazar las verdades recibidas, tema ya discutido anteriormente, y afirmar
que solo a través de la razón se podían descubrir verdades universales y absolutamente
ciertas que no fueran posibles de dudar.

Para llegar a dichas verdades absolutas, Descartes brinda el método cartesiano o el


discurso del método que consiste en la aplicación, en primera instancia, de la duda
metódica, es decir, (s/a) “dudar sobre toda o cualquier verdad que es exhibida frente a
nuestros sentidos para así lograr reconocer las verdades que toleran la duda metódica, las
cuales son aquellas verdades mayores sobre las que debe erigirse una idea de la realidad.
Y de esta manera es que funciona el método cartesiano fomentando o impulsando la duda
que yace en cada una de las realidades sensibles por hacer prueba de la inconsciencia de
todos los sentidos del individuo. Y al ocurrir esto, el dudar de todas esas realidades
sensibles, solo se mantienen en pie todas aquellas realidades internas geométricas y
matemáticas” (s/f).

En la búsqueda de la verdad absoluta, se llega a un punto de obstrucción que


probablemente ha estado en la cabeza de toda la humanidad. ¿Existe una verdad absoluta
en las cuestiones de los que es verdaderamente el bien? ¿Cuál es el criterio de moralidad
en lo que está bien y está mal? ¿Se puede ser objetivo con respecto a lo que es el bien?

Lo que hemos comprendido del racionalismo idealista en ocasiones anteriores, es


que la respuesta se encuentra en nosotros. Dentro de nuestro ser hay un absoluto que
funciona de guía, un impedimento, una razón que maneja las parcialidades, una norma
absoluta, una conciencia que está basada en lo que creemos que es un ser perfecto.

Descartes lo explica:

“Pero no podía opinar lo mismo acerca de la idea de un ser más perfecto que el mío, pues
que procediese de la nada era algo manifiestamente imposible y puesto que no hay una
repugnancia menor en que lo más perfecto sea una consecuencia y este en dependencia
de lo menos perfecto, que la existencia en que algo proceda de la nada, concluí que tal
idea no podía provenir de mi mismo. De forma que únicamente restaba la alternativa de
que hubiese sido inducida en mi por una naturaleza que realmente fuese más perfecta de
lo que era la mía y, también que tuviese en si todas las perfecciones de las cuales yo podía
tener alguna idea, es decir, para explicarlo con una palabra que fuese Dios.

Discurso del Método. Cuarta Parte


En resumidas cuentas, Descartes nos enseña que la búsqueda del bien, es buscar
asemejarnos a Dios. Esa debe ser nuestra única base y referencia. Dios es fuerza divina,
simple, absoluta, es el saber perfecto, es la luz y es la verdad.

Se menciono anteriormente que dentro de nuestro ser existe una conciencia, una
norma absoluta. Dicha conciencia se concibe desde un punto de vista ideal y general, no
real e individual, “la conciencia no es una entidad empírica o psicológica, sino un sistema
de estructuras lógicas, un sujeto general e, incluso universal. Esto validando lo
anteriormente dicho por Descartes y avalado a su vez por el imperativo categórico de
Kant, que es simplemente un mandamiento autosuficiente capaz de funcionar como guía
para el comportamiento humano en todas sus expresiones.

La mejor manera de contextualizar esto o humanizarlo es en las situaciones de


crisis, donde se busca una razón general en contra de las parcialidades, en contra de las
distintas creencias. Se busca una razón universal capaz de regir y calmar el
comportamiento humano.

El racionalismo idealista nos deja simplemente el hecho que somos lo que


pensamos, nuestra existencia está basada en una única razón, en las ideas innatas que
permanecen en nuestro interior, no en lo que percibimos. A pesar de que las experiencias
nos dan el primer paso de entendimiento de las cosas, quedarnos simplemente con eso,
es desvirtuar la verdad, de la misma manera que alejarnos completamente de ellas, seria
cerrar los ojos a nuestro mundo, a la innegable belleza que nos dejan los sentidos.

Descartes nos enseña a cuestionarlo todo, nos enseña a observar en nuestro


interior que es lo verdaderamente bueno, nos muestra que la verdadera guía siempre ha
estado presente, lo único que hay que saber es donde empezar a buscarla, y para eso nos
dio un método y para eso nos dio una guía, Dios
Referencias Bibliográficas

- Barroso, Ana (s/f). El Racionalismo. E-libro. Corp


http://labs.libhub.org/dallaspl/portal/El-racionalismo-recurso-electronico-
Ana/dqsJsjnH/
- Echegoyen Javier. (s/f). Historia de la Filosofia. Volumen 2: Filosofía Medieval y
Moderna. Editorial Edinumen. http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-
filosofia/Filosofiamedievalymoderna/Hume/Hume-CienciaNaturalezaHumana.htm
- De Anda, Cristi (s/f). Críticas al Empirismo.
https://es.scribd.com/doc/141814468/Criticas-al-Empirismo
- (s/a). (s/F). Definición de Método Cartesiano. Recuperado 28 de junio, 2016, de
http://conceptodefinicion.de/metodo-cartesiano/

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