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ensayos
huer-
tos
narra-

T
tivos
César Cortés Vega
Mario Panyagua
Pedro Hesiquio

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ensayos
huer-
tos
narra-
tivos
César Cortés Vega
Mario Panyagua
Pedro Hesiquio

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Ensayos Huertos Narrativos
Primera Edición: noviembre de 2019

© Mario Panyagua por el texto “Visiones del mundo futuro


/ presente distópico”
© César Cortés Vega, por el texto “El lenguaje de las plan-
tas, la literatura y la muerte”
© Pedro Hesiquio por el texto “Ideas sobre los Huertos ensayos
Narrativos”
huer-
tos
narra-
tivos

Este material se realiza en colaboración con el programa


social “Colectivos Culturales Comunitarios Ciudad de Mé-
xico 2019”

Este programa es de carácter público, no es patrocinado ni


promovido por partido político alguno y sus recursos provie-
nen de los impuestos que pagan todos los contribuyentes.
Está prohibido el uso de este programa con fines políticos,
electorales, de lucro y otros distintos a los establecidos.
Quien haga uso indebido de los recursos de este programa
en el Distrito Federal, será sancionado de acuerdo con la
ley aplicable y ante la autoridad competente.

Impreso y hecho en México.


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El lenguaje de las plantas, la literatura y la muerte
César Cortés Vega

Preámbulo sobre los Huertos Narrativos

La política es también discurso encaminado a hacerle


creer a quien escucha, a quien lee, que en efecto eso
que se cuenta o describe en realidad sucede o ha suce-
dido. Es decir: la política está hecha en buena medida de
ficciones complejas que pretenden pasar por verdades.
La verdad es, pues, política, así como la ficción no podría
abastecer nuestro vacío si no estuviera tejida con los hi-
los de una exultante realidad. Y un libro es eso también:
un artefacto político organizado para su ejercicio, desde
la fabricación de una visión, o un conjunto de ellas.

¿Qué pensamos nosotros, los creadores de los Huer-


tos Narrativos, sobre el proyecto? Eso en este breve
libro no se dice. Se dice, en todo caso, la emoción o
la frustración, la creación de un contexto muy modes-
to, fuertemente mediado y desmedido respecto a las
condiciones burocráticas internas y externas, que son
parte de un presente que le da cabida a tales amasijos.

A lo que -quizá de manera pomposa-, denominamos


“Incubadora Digital de Huertos Narrativos”, en reali-
dad es y ha sido una serie de experiencias de diversa
índole que nos han hecho entablar diálogos comunes
y contradictorios. Y es, en buena medida, una simu-
lación que ha pretendido empujar una realidad ima-
ginaria que, si ha valido la pena, es en la medida de
su dispendio y reestructuración frente a dificultades

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organizativas. Y digo esto para ejercer una honestidad ajeno, sino complemento para la indistinción. De este
que, sin embargo, sigue siendo celebratoria: el ensa- modo, por ejemplo, el concepto de ciudadanía excluye
yo se ejerce desde la posibilidad del error, y así las también la posibilidad comunitaria. Bataille lo tiene cla-
alternativas de su disfrute aparecen a pesar de todo. ro: cuando el Estado pretende homogeneizar lo común,
Porque si sus principios han sido ingenuos, eso impor- lo diluye hasta la desaparición, ordenando y racionan-
ta menos que un gasto operado en el presente. Mejor do la productividad frente al peligro de la escasez. Y
que la productividad cuantificable, un gesto poético ese es un principio básico del capitalismo: una acumu-
significativo que documente las infinitas posibilidades lación jerarquizada que pospone el uso del tiempo y su
en las que el error puede manifestarse. derroche. Por el contrario, en lo heterogéneo ocurre el
dispendio de una abundancia que no concluye, pues es
Por ello, más allá de si los objetivos iniciales de este dechado de subjetividad inagotable, en tanto siempre
proyecto llevado a cabo en el 2019 se cumplieron o generará nuevas relaciones insospechadas.
no —en el intento de vincular el trabajo de los llamados
huertos caseros, con la labor literaria—, la experiencia Acaso en los sucesivos ensayos y errores que se pre-
ha permitido un intercambio colectivo diverso y bien sentan necesariamente en una experiencia proyectiva,
intencionado que ha derivado en discusiones, muchas aquello que más puede ser significativo, es justamente
de ellas infructuosas, y otras, por lo mismo, fructíferas. lo que carece de una delimitación significante. Lo que
Porque quizá no se necesitan tanto las certezas abso- no sirve de nada, pues. Una intuición en desarrollo que
lutas, ni una malicia lo suficientemente ordenada me- crece hacia un sacrificio no expiatorio. Para aquello un
diante la cual se planifique y se construyan objetivos buen ejemplo se encuentra en el desarrollo exponencial
alcanzables, sino un impulso primigenio que permita y exuberante del reino vegetal: conjunto vivo más allá
que la aparición de sucesos imprevistos arroje nuevas de creencias estandarizadas, que perciben y pueden
lecturas, otras formas de mirar lo realizado. desarrollarse de manera grupal sin un control racional.

Debo agregar que, de manera personal, me cuesta Así pues, los siguientes apartados muestran el desa-
trabajo observar comunidad donde se pregona plañi- rrollo de una idea que en el proyecto pude hacer crecer
deramente. Cuando Georges Bataille sostiene que es y sobrevivir, independiente de cualquier obstáculo téc-
el miedo a la muerte lo que hace que cualquier inten- nico: lenguaje vegetal-literatura-muerte/supervivencia.
to de comunidad decaiga, se opone justamente a la
construcción de una identidad que, temiendo el fin de
la vida, individualice a los seres sociales y los convierta Lenguaje de las plantas
en unidades diferenciadas. Para él, si la comunidad es
posible, ésta ocurre en la asunción de la muerte como Lo vi en alguno de aquellos documentales transmiti-
conducto para la fusión con un otro que ya no será dos por televisión, que interrumpían intermitentemen-

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te mi infancia con asuntos de rigor soporífero. Aque- bación vibratoria en el preciso momento del suceso.
llos discursos en off, que se presentaban como algo a Y yo, que podría haber arrojado al abismo del olvido
lo cual le debías una atención muy especial, mientras aquella información sobre una sensibilidad inadverti-
te convencían de que un pájaro limpiando excremen- da, lo recuerdo ahora al hablar de literatura.
tos de su plumaje (con sonidos del amanecer en el
fondo), o cosa parecida, superaba la importancia de Más allá de que aquello germinara en una fantasía
cualquier otro tema. Yo no hacía caso la mayoría de infantil extremista, cuya voluntad podía ser demasia-
veces, porque ya era un adicto más a las caricaturas do generosa con un documental quizá patrocinado
violentas. Sobre todo a las que incluyeran en su elen- por alguna secta de motivaciones extraterrestres, una
co a personajes antropomorfos: cabezas de tiburón potencia de duda legítima permaneció conmigo. Aún
con cuerpos anfibios y alas, o gigantas imposibles con ahora, pienso en la manera en la que sería posible
implementos electrónicos incrustados en la carne, o que organismos a los cuales no les atribuimos capa-
peces abisales con tres clarividentes ojos, o… etc—. cidad para comunicar sensaciones, puedan en efecto
Luego, además, aquellas filmaciones informativas te- ‘advertir’ algo, y la forma en la que entonces podrían
nían una o dos décadas de lejanía respecto a aquel incluso haberse desarrollado nuestros propios senti-
presente mío, en el que la modernidad comenzaba a dos para hacernos afirmar que un suceso, en efecto,
dejar de ser un mero presentimiento para llenarse de acontece debido a que lo hemos ‘percibido’. ¿Percibi-
satélites y naves intergalácticas realizadas en algún do gracias a qué? Si respecto a nosotros los humanos
estudio californiano, con la probable intención de ha- no hay certezas absolutas, a pesar de que nos hemos
cernos creer que la conquista del espacio era ya cosa estudiado en exceso ¿qué hay respecto de aquellos
cercana. Por el contrario de toda aquella propaganda impulsos inadvertidos en cierto tipo de organismos, ya
lunar, documentales de ese tipo estaban realizados no digamos animales, sino vegetales? ¿Qué de dicha
en una tonalidad más bien opaca, a veces mal de- sensibilidad, de la cual no tenemos demasiados con-
codificados por los televisores de un color finisecular, ceptos desarrollados? Y es que muy probablemente a
y narrados por unas voces plúmbeas, de tono ahue- partir de ello, estaríamos a la vez hablando del tema
cado y amenazante. Por ello, me sorprende que aún nada desdeñable de una percepción capaz de crear
recuerde que fue en uno de esos programas que lo vi, sistemas de lenguaje no-humano, si a la vez nos re-
e imaginé que era posible: en un cuarto —decían— se ferimos al desarrollo de secuencias lógicas y repro-
podía asesinar experimentalmente a un grupo de ca- ducibles que elaboran las condiciones para modificar
marones, mientras en otro registrar a la vez, mediante contextos específicos para sobrevivir.
electrodos, las reacciones de plantas de las que se
podía aducir que ‘sentían’ la masacre. Unas agujas Si bien las plantas no poseen un sistema nervioso que
entintadas graficaban, como en el caso de los elec- pueda explicar tales reacciones, de cualquier modo
trocadiogramas o los medidores de los sismos, la tur- se sabe que son capaces de una percepción reactiva

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a estímulos determinados. El llamado tropismo —que determinar, por ejemplo, que en el momento en el que
curiosamente comparte raíz etimológica con la figura los insectos mastican las hojas, las plantas liberan
retórica tropo, cuyo origen en griego es τροπή, tropḗ compuestos orgánicos volátiles en el aire que sirven
= giro/vuelta/fuga/punto de retorno, y en latín trópos como protectores: una suerte de armas químicas de-
= dirección— es un fenómeno biológico que indica fensivas. Lo que Karban ha retomado para realizar sus
ciertas reacciones de organismos como las plantas, propias experimentos sobre el lenguaje de las plantas.
que responden a estímulos medioambientales. De Trabajando en el norte de la Sierra Nevada de Califor-
cualquier modo, en aquel documental de mi infancia, nia, el investigador ha desarrollado avances estadís-
las reacciones estaban independizadas de aquello ticos con la llamada Artemisia tridentata, una especie
que las provocaban, lo cual no me parece descarta- de árbol pequeño que pertenece a la familia Astera-
ble en términos ideales, pues es evidente que no todo ceae. Karban ha replicado en ellos experimentaciones
sentido implica un contacto directo con aquello que previas realizadas por Ted Farmer, quien trabajó en el
percibe. La vista, sin ir más lejos, capta condiciones laboratorio de la Universidad Estatal de Washington
de la materia según un órgano sofisticado que se ha junto al especialista en hormonas vegetales Clarence
adaptado para, luego de que la información ha sido Ryan. Ambos concentraron sus observaciones en la
incorporada, categorizar el espacio. planta artemisa local, que produce grandes cantida-
des de metil jasmonato: un químico orgánico presente
Científicos como Richard Karban1, por ejemplo, se han en el aire que resultó ser liberado por las plantas con
basado en estudios realizados desde 1983 que fueron los mismos efectos defensivos. Si dicha señalización
aplicados a sauces, álamos y arces azucareros, que es de naturaleza generalizada —dijeron— podría te-
sugirieron que muchas especies vegetales son capa- ner un profundo significado ecológico. Karban repitió
ces de transmitir información a otras plantas, median- entonces el experimento de Farmer directamente en
te la generación de sustancias químicas que permiten la naturaleza, en un medio no controlado en labora-
la resistencia a la depredación. Lo anterior implica, torio, cortando plantas de tabaco silvestre como si se
necesariamente, la transmisión y recepción de cier- tratara de las heridas causadas por los dientes de los
to tipo de mensajes. De hecho en los años setenta, insectos, para provocar que éstas produjeran sustan-
hubo un debate intenso que resultó en el descrédito cias químicas en el aire. El resultado estaba anuncia-
de tales estudios. Sin embargo, de manera más bien do: estas plantas sufrieron menos daños provocados
subrepticia, muchos investigadores continuaron reali- por los insectos en las hojas, que otras.
zando pruebas de laboratorio, lo cual hizo posible que
sus resultados ganaran de nuevo peso, para alentar Además de las reflexiones acerca de lo que esto pu-
investigaciones subsecuentes. De este modo se logró diera representar para los conflictos vinculados a los
1 How Plants Secretly Talk to Each Other. McGowan, Ken. Sección Scien- herbicidas y los problemas de la salud derivados de
ce, 12-20-2013. En https://www.quantamagazine.org/the-secret-language- ello, así como las políticas producidas por tales con-
of-plants-20131216/ Última visualización: 2-10-2019
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frontaciones, el tema va mucho más allá si se asume El sentido de ‘naturaleza’, según Ferrater Mora,3 apa-
desde nuestra relación con lo que denominamos ‘la rece más claramente esbozado desde Aristóteles,
naturaleza’. que propuso distintas definiciones para ella:

[…] Se llama naturaleza, en un sentido, la gene-


Naturaleza ración de las cosas que crecen; por ejemplo, si
uno pronunciara la u alargándola; en otro sentido,
‘Naturaleza’ es un concepto sobreexplotado que suele aquello primero e inmanente a partir de lo cual
relucir en la voluntad de dominio de los humanos so- crece lo que crece. Además, aquello de donde
bre unas formas que se imaginan ajenas y maleables. procede en cada uno de los entes naturales el
Y entonces, por las mismas razones, soterrado en primer movimiento, que reside en ellos en cuanto
las turbias ideas de los entusiastas políticos ambien- tales. Y se dice que crecen cuantas cosas tienen
tales de turno. ¡Naturaleza! —repiten, como sí por el aumento a través de otro por contacto y unión
mero hecho de nombrarla, estuvieran ya ‘salvándola’, natural, o por adherencia, como los embriones.
ya ‘reivindicándola’, ya disculpándose por la falta de Pero la unión natural se diferencia del contacto,
atención de todo predecesor incómodo, o de alguna pues en éste no es necesario que haya ninguna
burocracia en funciones incapaz de hacerse de la vo- otra cosa además del contacto, mientras que en
luntad necesaria para reorganizar los sistemas socia- las cosas que están unidas naturalmente hay en
les que afectan los ecosistemas, gracias a algo que ambas algo idénticamente uno, que hace que,
muy bien podría llamarse eco-oportunismo, redituable en vez de tocarse, estén unidas naturalmente y
desde lo monetario a lo discursivo. sean una sola cosa en cuanto a la continuidad y
la cantidad, pero no en cuanto a la cualidad. Y
Asociado a la voz latina natural, y completado por el se llama también naturaleza el elemento primero,
sufijo -eza para precisar un vínculo con el origen, el informe e inmutable desde su propia potencia, del
término es complejo y está repleto de interpretacio- cual es o se hace alguno de los entes naturales;
nes. Una de ellas, mencionada en distintos textos, es por ejemplo, se dice que el bronce es la natura-
la vinculada a la voz nasci, que se traduce como na- leza de una estatua y de los utensilios de bron-
cer. Corominas, en su famoso diccionario etimológi- ce, y la madera, de los de madera. Y lo mismo
co,2 complementa una interesante relación de natura en las demás cosas. Pues de estos elementos
con las partes sexuales, debido a que en nacer está es cada cosa, conservándose la materia primera;
implicado el salir del vientre materno, y por añadidura de este modo, en efecto, dicen que son también
el origen y nacimiento de las cosas. naturaleza los elementos de los entes naturales,
2 Corominas, Joan (2008). Breve diccionario etimológico de la lengua cas-
tellana. 4ª edición. Madrid: Editorial Gredos. Volumen IV: Me-re. 1997 (1ª 3 Ferrater Mora, José. Diccionario de Filosofía, tomo II. Editorial Sudame-
ed., 7ª imp.) ricana, Buenos Aires, 1965.

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mencionando unos el Fuego, otros la Tierra, otros noción elaborada por Hobbes, quien sostiene que entre
el Aire, otros el Agua, otros alguna otra cosa se- la naturaleza no hay vinculación ninguna entre signifi-
mejante; unos, algunas de estas cosas, y otros, cado y significante. Es decir, entre la palabra y la cosa
todas éstas. Y, todavía, en otro sentido, se llama designada. Además, Hobbes argumenta que el lenguaje
naturaleza la substancia de los entes naturales.4 se emplea para generar marcas en las cosas, que impli-
can una repetición que conduce a no perder el objeto,
Se trata entonces del principio de ser, del movimien- desde la constancia de su nombramiento, y con lo cual
to, de un elemento componente del cual están con- también se abandona la inmediatez, para poder reco-
formados todos los cuerpos, etc. Para Aristóteles la nocer un mismo objeto en la memoria. De este modo, y
naturaleza es, pues, la esencia de los seres que po- a la par, también es posible proyectar un futuro organi-
seen en sí mismos y en cuanto tales el principio de zado en función a los objetos marcados en el presente.
su movimiento. Así, lo que existe por naturaleza se
contrapone a lo que existe por otras causas. Es decir, Si bien tales ideas prefiguran, de algún modo, los
al artificio, al hacer —ficio— arte —arti—. fines utilitarios del lenguaje, y en última instancia
su objeto político, quizá habrá que precisar si no
Tal idea implicaría entonces una originalidad anteceden- es posible establecer estas operaciones en otro
te que tiene un orden que prevalece más allá de la vo- tipo de lenguajes no humanos, en los cuales se
lición humana. Y es aquella voluntad, desde la cual se encuentre una vinculación más clara con las im-
pretende nombrar, la que parecería ser ya un artificio. perativos de su origen. Por ejemplo, respecto al
Sin embargo, Aristóteles sostiene que la naturaleza ha lenguaje de las especies vegetales, hay constata-
dado el lenguaje a los humanos, y que se trata, justa- ciones actuales que establecerían condiciones dis-
mente, de un bien natural. En contraposición a esta idea, tintas. La profesora de Ecología Forestal Suzanne
y como bien lo apunta Althusser5, Hobbes sostiene que Simard de la Universidad de Columbia Británica, ha
el lenguaje es el arquetipo de todos los artificios. La ar- realizado investigaciones que demuestran la exis-
bitrariedad del signo, que formulara los preceptos que tencia de redes de raíces y hongos, que movilizan
fundamentan las ideas de Saussure6, es en realidad una los nutrientes entre árboles de distintas especies,
a la manera de un administrador orgánico que in-
4 Aristóteles. Metafísica. Edición Electrónica de www.philosophia.cl /
Escuela de Filosofía Universidad ARCIS. Traducción de Valentín García
distintamente realiza operaciones de equilibración
Yebra. En: https://www.philosophia.cl/biblioteca/aristoteles/metafisica.pdf. entre ellas. David George Haskell,7 por su parte,
Última visualización: 13/10/19 ha trabajado en un espacio controlado en un bos-
5 Althusser, Louis. Política e historia: De Maquiavelo a Marx. Katz editores.
Madrid, 2007. posee un vínculo con la realidad. El significante (imagen acústica) y el sig-
nificado (representación mental) son complementarios y aparecen ligados
6 En Escritos sobre lingüística general [Saussure, Ferdinand de. Gedisa inseparablemente. Sin embargo, la traducción fónica de un concepto que
editorial. Barcelona, 2002.] Saussure hace referencia al signo lingüístico implica el significante, y su significado, que es la relación de esto con la
como un concepto y una imagen acústica, y no como una cosa o un mero idea mental, es lo que compone al signo.
nombre. Por ello sostiene que el signo es arbitrario debido a que esto no 7 Sola, Miguel. El biólogo que asegura que los árboles hablan un idio-
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que de Sewanee, Tennessee. Profesor de Biología diante sus sonidos. Por ejemplo, en la selva ama-
y Estudios Ambientales, en su segundo libro 'Las zónica del Ecuador, habla del ceibo gigante, y de
canciones de los árboles’8, plantea que los árboles cómo el pueblo huaorani le reconoce como árbol de
establecen comunicación con las redes biológicas la vida, refiriéndose a él como un ente con recuer-
a su derredor, empleando olores, señales o vibra- dos, conciencia del presente y proyecciones futuras.
ciones. Se trata, según Haskell, de una intrincada
red neuronal similar a las de los seres humanos,
en la que existe ‘cooperación’ de muchos tipos. La literatura y la muerte

Otro de los investigadores que ha identificado cier- La idea de lo ‘natural’ ha sido tópico de la literatura, si
tos patrones lingüísticos de diferente índole, como nos atenemos a una relación de poder que aísla a quien
los sonidos emitidos por árboles, es Peter Wohlle- describe, de lo descrito. Pero esto depende, por supues-
ben. Por ejemplo, las diferencias entre los sonidos to, de una definición escencialista, que ha surgido de las
del viento penetrando a través de ellos, sus hojas vísceras de aquello que seguimos imaginando aislado de
y sus ramas. Dependiendo de cada forma, de cada nuestra propia volición. De ello hay contraposiciones, o
tipo de hoja, de cada estructura y tipo de madera, evoluciones que corresponden a etapas históricas. Poca
se pueden determinar ‘mensajes’ que cada especie relación existe, por ejemplo, entre la idea que el clasicis-
emplea para emitir ‘información’ que es ‘interpretada’ mo tenía de la naturaleza, ordenada y racionalizada, con
por las demás especies. Sin embargo, esto no pue- la del romanticismo donde resulta ser indomable e impo-
de concebirse del todo, si se imaginan individualida- nente frente a las limitaciones de lo humano. Pensemos
des comunicándose con otras individualidades, sino también en el locus amoenus: un tópico característico de
que por el contrario, todo esto puede comprender- la literatura latina, que implica un espacio idílico en el que
se mejor si se hace alusión a una red global que se se puede encontrar seguridad y tranquilidad. La relación
autoadministra y regula. Aquello a lo que nosotros intuitiva con un espacio abierto y sosegado, propicio para
llamamos ‘comunicación’, en realidad es parte de un el encuentro amoroso o para el desarrollo del placer, es
proceso orgánico integral, equilibrado en función a probablemente una rememoración de las economías
necesidades comunes. En el libro 'La vida secreta primitivas en las que las funciones sociales no estaban
de los árboles’9, Wohlleben define en cada capítu- del todo delimitadas. Una suerte de paraíso en la tierra,
lo el tipo de ‘historias’ que cada árbol ‘cuenta’ me- que llora secretamente la pérdida, mientras la evoca li-
ma que podemos aprender. https://www.elconfidencial.com/alma-cora- terariamente. El Decamerón de Boccaccio, por ejemplo,
zon-vida/2017-11-08/biologo-arboles-hablan-idioma-aprender_1473468/
08/11/2017 Última visualización: 12/10/2019.
idealiza el lugar desde donde nace la narración como
un jardín inigualable. Aparece también en muchas obras
8 Haskell, David George. Las canciones de los árboles. Un viaje por las
conexiones de la naturaleza. Turner. Madrid, 2014. shakeperianas, como espacio más allá de los límites de
9 Wohlleben, Peter. La vida secreta de los árboles. Ediciones Obelisco. la ciudad, y en el que aquello normado por las regias
Barcelona, 2016.
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costumbres, puede tener libre expresión en lo periférico que habita-en-el-mundo. Porque, ¿pueden estar los
y excéntrico. Así como estas, hay un sinfín de referen- procesos humanos desvinculados de una necesidad
cias que, ya sea por similitud o por contraste, idealizan, ‘natural’? ¿No son, pues, los procesos aparentemen-
a la vez que fetichizan, lo ’natural’ como un más allá que te artificiales, fenómenos complejos que mezclan
delimita las fronteras entre lo permitido y lo no permitido. unas formas con otras para vincular etapas, para
administrarlas? Si bien uno de esos procesos es la
Sin embargo, independientemente de la evocación del fabricación de ideas que le otorgan valor a la admi-
paraíso perdido que tiene evidentes orígenes cristia- nistración de las energías —operativas de manera
nos, todo canto o rezo primitivo posee orígenes en la material o inmaterial—, toda administración discur-
tierra y en sus ciclos. Es, pues, integración instintiva siva también sería parte de una necesidad encami-
con aquello de lo que, de algún modo, forma parte. Una nada hacia la reequilibración de tales desarrollos.
derivación en desarrollo de un centro original que distri- Reconozco que aunque el símil sea aún arriesgado,
buye energía de distintos tipos y hacia varios lugares. Y pienso en la literatura como una manera de adminis-
aquello es, por supuesto, también vida, y es ahí donde trar una memoria hecha de impulsos, y sus sucesivas
las fronteras se vuelven cada vez más difusas. Pensé- subjetividades. Una construcción para la predicción y la
moslo desde Heidegger,10 para quien el concepto de mutación de la realidad. Y a pesar de que esto pueda
ser-en-el-mundo arroja una unidad integral en la es- parecer una mera metáfora, imaginemos que la cultu-
tructura del ser (ontolología) del mundo/naturaleza. ra en realidad es una sucesión de sueños operativos,
Por ello, los entes son una manera de ser en ese que modulan un organismo múltiple, hecho de aconte-
mundo. Es decir, un ‘ser-en’ solo en términos del cimientos que permiten a las sociedades organizarse
‘mundo’. Una relación, pues, de dos entes. ‘Habitar al producir formas complejas. Si bien esta visión corre
en’, implicaría, justamente, tal vinculación, que si el peligro de objetualizar los procesos para una produc-
bien puede explicarse desde lo binario, no concluye ción en términos de intercambio y mercado, tal limita-
únicamente en aquello, sino que solo puede ser real ción no puede contener el desarrollo de operaciones
si se constata en múltiples relaciones de relaciones, extraliterarias que suceden cuando, por ejemplo, un
que completan estructuras complejas. Y pienso que, pueblo determinado emplea tales mitologías para nom-
en esa medida, la diferencia entre lo ‘natural’ y lo ‘ar- brarse y subsistir mediante la fabricación de ficciones/
tificial’ mencionada en el principio, es en buena me- realidades de muy variada especie. Pero no solo me
dida de número y acumulación, lo cual está deter- refiero a la difusión, en determinados grupos humanos,
minada por la capacidad que se tiene para observar de una cosmogonía en la que se describen de manera
la construcción de su comportamiento: si es posible específica las vinculaciones con las posibilidades muy
hacer un recuento simple, o complejo de aquello amplias de lo ‘natural’, sino a toda producción cultural
que disponga de concepciones que estabilizan o des-
10 Heidegger, Martin. El ser y el tiempo, trad. de José Gaos. Fondo de estabilizan los procesos, según la perspectiva ideológi-
Cultura Económica. Buenos Aires, 2009
20 21
ca desde la que se les juzgue. Es decir, de todo aquello de un universo intrincado y complejo que no puede
que ha sido nombrado para reequilibrar la gestión de la interpretarse de manera unidireccional. Desde el tér-
vida, a partir de una idea de sí misma, y de la ‘natura- mino más lato de ‘ideología’, se trata de un conjun-
leza’, incluyendo el discurso que construye un imagina- to normativo de métodos y reglas para interpretar la
rio de entidades tutelares para comunicarse, de algún realidad. Pero no el único. Si bien argumentar des-
modo, y así elaborar procesos de equilibración de la de la mera dialéctica estos procesos es difícil, por-
realidad. Así, hablar del Quijote, o del Ulises de Joyce, que los mecanismos ‘naturales’ son extremadamen-
implicaría algo similar, en tanto se trata de un procesa- te más complejos, el principio podría ser valedero si
miento de relaciones de energía condicionada y regula- aquello se atiene a una conversación multifactorial.
da según el orden de un discurso que reproduce ciertas
nociones de verdad o ficción, desde las cuales se hace Pensemos, por ejemplo, en una aliteración vincula-
uso de un poder específico de interpretación. da con los procesos y los cambios que suceden a las
metamorfósis. Toda figura retórica tiene un origen re-
Justo en el libro ‘El orden del discurso’11, Foucault lacionado a la transformación de las formas. La lucha
habla de algo similar, que me parece del todo rele- de todo ser narrado, así, implica de nuevo un conflicto
vante para tratar el tema ya no solo de lo ‘natural’, que, en términos de acomodo histórico y emocional,
sino de la idea de ‘literatura’. Una de las nociones debe enfrentarse —en contra o a favor— a fenómenos
que caracteriza a las sociedades reguladas por ins- originales, frente a los cuales debe hacer interpreta-
tituciones en nuestra época es la voluntad de ver- ciones; las pasiones no serían otra cosa que aquellas
dad, que está relacionada con la voluntad de saber. fuerzas de un mundo ‘natural’ no controlado, para lo
Si renunciamos al objetivismo que es característico cual aquello funciona. La literatura lleva, de este modo,
de las interpretaciones autoritarias, es imposible no al extremo esta compleja red de relaciones, elaborando
reconocer que esta administración del conocimiento posibilidades respecto a un futuro incierto. Se trata de
tenga intenciones clasificatorias vinculadas al poder. señales que advierten, colocando sutiles alternativas
Y esto implica un sistema de exclusión de carácter para la percepción en el entorno de futuros posibles y
histórico, modificable e institucionalmente coactivo. presentes amenazados, los espacios delimitados y las
Dichas coacciones son, en estos términos amplios fronteras que la política del lenguaje impone. Es, pues,
y especulativos desde los que asumo estar hablan- una forma en la que se pone en juego una comunica-
do, ‘naturales’ en tanto surgen de una necesidad que ción compleja para presentir la muerte. Y así asumirla,
depende de una clasificación. Dependen no de un o acaso aplazarla.
proceso específico y unilateral de un organismo indi-
vidualizado de los otros, sino de ajustes constantes

11 Foucault, Michel. El orden del discurso. Tusquets editores. Buenos Ai-


res, 2005.
22 23
Ideas sobre los Huertos Narrativos
Pedro Hesiquio*

01

Hace unos días se presentó el proyecto Huertos Na-


rrativos en la Feria del Libro del Zócalo. Ahí se me
hizo evidente una pequeña parte de los plurales y tal
vez incompatibles afanes del universo de relatos que
estos abordan y confrontan, y es algo que considero
refleja el mismo matiz de nuestra época, las insalva-
bles contradicciones, lo inabordable de la tarea qué,
como cualquier otra que juega con el sueño y la ac-
ción, confronta y promueve deseo y posibilidades de
realización mientras se escribe. Así, pensando en lo
que es necesario decir sobre ellos, digo hoy:

* Nota del autor: No sé cómo le pase a otro, a mí, un texto que me ocupa
debo escribirlo al menos tres veces y en distintos desdoblamientos, no por
gusto. Así ahora, este pequeño ensayo, es a la vez una serie de argumen-
tos, intenciones y búsquedas, se abre frente a mí en sus estadios, miradas,
posibilidades. Llámele como quiera, amable lector, pero ahí está, la con-
fluencia de las voces, de las intenciones y argumentos que en mí vienen, y
yo no puedo sino tratar de dejarlo, mientras me sucede. Un texto, en días
como hoy, lo veo como una suma de fantasmas y deseos, una conferencia.
Yo, el sujeto que escribe, si atiendo el sentido, escucho, y veo lo que por
dentro se levanta, las inquietudes, la diversidad de experiencias, y de ellas,
las formas en que se revela lo verbal, donde yo ni siquiera soy voz estable
¿Qué sería darme nombre en este mundo, siendo testigo de lo que soy en
el tiempo y en el deseo? Así que no me queda más que humildemente dar
cuenta de mi hacer verbalidad desde la imposibilidad de darlo por hecho, si
crítico observo a la vez que escribo. Ahora, teniendo un tema en los huer-
tos, tengo las derivas, las posibilidades abiertas, estás que conviven en la
experiencia: Desde la ficción que los imagina y critica, como también desde
la real siembra que son, sus procesos, y su ser colectivo. Partiendo de la
dificultad propia del lenguaje que constantemente se rehace como argu-
mento dialógico plural, el asunto que voy planteando sobre la imposibilidad,
considero es propio también a la naturaleza de los huertos desde lo que he
experimentado, pues mucho aparece en la diversidad que de ellos brota,
convive, pervive, se transloca; estos huertos de los que hablo, nacen en
tiempos de colapso y saltos cuánticos, su propia forma los obliga a ser así,
múltiples, caóticos, poderosos, sólidos y volátiles a la vez, futuros. / 22 de
noviembre del año 2019.

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Estos son nuestros huertos abiertos el año 2019 de esta Ahora, sólo estoy viendo una mínima parte de ellos
era, en este lugar del planeta tierra que es la Ciudad de desde la puerta de mi pequeño balcón, mientras cre-
México, y no son uno, sino la serie de afanes, búsque- cen. Me pregunto si únicamente he llegado hasta aquí
das y encuentros, y ahora son apenas una voz de voces. para ser testigo de su entreabierto afán, o si mi vena
Una voz que se sabe habitada, habla ahora, zozobrante me permitirá en el tiempo aventurar un tanto más allá
cuenta de un acontecer. y verlos futuros, en otros niveles y desdoblamientos
de lo colectivo y las posibilidades de lo vivo.
Los huertos son un afán colectivo, y si colectivo son,
no hay una sola mirada que los englobe, en todo caso, Mi primer problema pues, es poder dar una mínima
sólo la intención de arranque. definición de los huertos, de su intención, pero sobre
todo de su práctica, y para hacerlo se me ocurre quitar
Partiendo de ahí, lo interesante, y que para mí se ha de enfrente el nombre, que aglutina demasiado, así
vuelto elemental, es su ser activo, su ejercicio vivo que más bien propongo ver la miríada de intenciones
que los vuelve casi inabordables, pero sumamente in- que toca este juego.
teresante en el riesgo que conllevan.
Son los Huertos narrativos sólo un apelativo de algo
Yo trato solamente dar cuenta de algunos de sus bor- que sobrepasa los nombres. Los huertos son un so-
des, de lo que con ellos se abre. Su riesgo es el pro- brenombre al deseo de muchos, a su trabajo.
pio del acontecer y lo que en ello va como y frente al
deseo vivo. Esto, que por un momento conformamos una colecti-
vidad amplia y abierta, que casualmente y con inten-
Por eso digo, para poder comenzar: ción ha logrado converger y construir algo temporal,
claro, pero real en las marcas- evidencias, y de ellas,
Estoy estudiando algunas posibilidades de siembra desde donde vale primero hablar, es la del hacer real
de futuro con la intención de re-construir nuevas y mi- y pequeño de la siembra de hortalizas que ha suce-
lenarias formas de vida y su escritura desde el queha- dido y continúa, simplemente. Ese material consuelo
cer de los huertos. que estos dedos tienen por haber tocado la tierra cada
día, la siembra mínima, la siembra de lo pequeño, y
Y ¿qué son los huertos? ¿Qué soñaron ser que hace sus consecuentes y escuetos frutos, hortalizas, rába-
hoy posible hablar de ellos? ¿Qué de ellos vale en su nos y tomates, espinacas y berros, ejotes, jícamas y
cuestionar futuro? Sí, ¿qué son en el afán de acciones chiles, que se comparten en un entorno urbano.
colectivas, en la red que han experimentan con la inten-
ción de continuarse, reabierta en el tiempo, hacia la po- He sido testigo de prodigios mínimos pero increíbles,
sibilidad de la construcción de sus múltiples universos? he podido despertar cada día y ver los avances; ahora

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mismo lo hago, en el balcón observo los microviveros del que escribe, que sabe que nunca nada puede decir
de este mes de octubre que han de alimentar en unas de ella. Así que he estado aquí, durante unas cuantas se-
semanas otros pocos huertos urbanos de pequeña manas con los ojos entornados, buscando escribir, pero
escala, en Portales, en Tlalpan, en Cuauhtémoc o en también en el gozo de la sonrisa franca que tiene quien
nuevos espacios que ya nos buscan en el deseo de siente una vena invisible en la mano que pareciera decir:
sembrar y ensoñar autogestión alimentaria y perma- “Adelante, es también hoy tuya la savia, pues con Ventura
cultura. Pero claro, para poder seguir este ensayar, se y por momentos has acompañado al Misterio, has pagado
debe dimensionar también en su hacer simbólico, que el mínimo tributo, y has recibido los pequeños frutos.
es a la vez un experimentar muy real, pero microscó-
pico, vamos hablando de ello. Sea así.

No voy a argumentar sino con los hechos y sobre todo Aquí están: Cinco ejotes, dos cebollas y un manojo de
con los hechos mínimos que son los que tenemos, los acelgas.
cotidianos, los que nos tienen donde estamos en el
práctico sembrar. Dejo para otros las disquisiciones Adelante muchacho, escribe, y no pierdas tan pronto
profundas. Lo mío, hoy, es diminuto. Agradezco al pro- la seña.
ceso de este año la bondad del hacer, la determina-
ción que junto con la mejor compañía de colectivos y Y claro, que si así hablo, que si así miro, que si así
amigos pudimos experimentar, y eso, no tengo forma disparo.
en vida de terminar de agradecer, la infinita bondad de
lo conectado que fue compartida y que estoy obligado Entonces ya este desdoblar, el de este día, enfila la
a mostrar, propagar y arriesgar, cuya prueba y forma cuenca que se ha de abrir.
misma es la vida, vida de plantas, vida de humanos.
Entre ellos, debo agradecer la bondad del Colectivo Aquí se abre pues, y pertenece a las plantas, las plan-
Poesía de la Transición por haberme incluido como tas, sus saberes, y los afanes que distintas personas
parte de su equipo, y por el hecho de haber desarro- pusieron en ellas.
llado de manera colaborativa este proyecto, así como
las aportaciones de otros colectivos como Kanan Pal, Debo decir que todo huerto real hoy sé que es un nodo,
Huertequio, Corazón de Venado, Matlachihua, Por un una red, un universo desdoblado, un entorno milena-
mundo sin contaminación, Laboratorio de los huertos, rio, con muchos sistemas en él guardados, por eso, un
y mucha gente muy querida y solidaria. huerto no cabe en palabra, y yo apenas algo he com-
partido de sus secretos. Soy testigo de la microvida,
¿Pero cómo acercarse a un atisbo de palabra que con- pero además de eso, pude comprobar la conexión di-
tenga vida, que la nombre sin perderlo todo? Es el debate recta de estos con la de vida de la tierra y las plantas

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que amablemente conmigo crecieron en mi balcón. como acto o como intención... y son también múltiples, y
Aprendí-reaprendí pequeños y vitales secretos de diferentes niveles de desdoblamientos conllevan.1
siembra urbana, como el que: Toda el agua que bebe-
mos en la ciudad está terriblemente clorada, y no vale Por eso creo que hablar de los huertos es, para empezar
mucho a la hora del riego, sobre todo en los brotes. Así, con brío, al menos hablar del deseo, y de la forma en
me alegra, como me alegra siempre la escritura en su que la vida se devela en el hacer de un huerto real que
viva aventura, hablar de lo que experimento, de lo que busca acercarse a las prácticas de la permacultura, sí,
malentiendo-bienentiendo, y comparto. permacultura, claro, también, ¿y qué es esto que digo?

Es lo que encontré elemental al incitar y compartir el de-


02 seo del hacer de los huertos en colectividades - efímeras
unas y más sólidas otras- de amigos y nuevos conocidos
Hablaré ahora sobre algo que me importa preguntar que durante este año del 2019 he frecuentado.
en el hacer de estos huertos ¿Existe la posibilidad de
construir comunidades del deseo o es esto imposible? Por ahora valga decirlo así, el hacer de un huerto que
Es una pregunta que he encontrado al ensayar los busca acercarse a la permacultura -para poder arran-
huertos narrativos, con lo que todo esto implica, parti- car- debe intentar comprender el proceso ecosistémi-
cularmente al acotar la pregunta durante el tiempo en co en que se desenvuelve.
que los huertos ficticios y reales se han construido y
reinventado en mi experiencia durante este 2019. So- Claro, esto tendría que explicarlo desde la biología y
bre todo, en el hacer experimental de estas posibles también seguir la sabiduría ancestral de quienes en-
comunidades que ante el futuro se preguntan y actúan tienden que todo tiene una conexión profunda por den-
desde un pensar y hacer siembra, una siembra múlti- tro, y que no hay en la vida forma aislada, o al menos,
ple y naturalmente compleja de deseos y acciones, de que no busca sino acompañarse de otros que al vital
búsquedas y cuestionamientos, de realizaciones con afán se abandonan, para alimentarse, o para compar-
múltiples y variadas vertientes, algunas de ellas incom- tir, o para defenderse, o para convivir con ellos: Insec-
patibles, otras maravillosamente fuertes y vivas. tos, plantas, aves y sobre todo, porque en el fondo son
quienes originan la vida, los microsistemas de biota.
Así que los huertos, relacionados al deseo, pienso se
1 Siendo el desdoblamiento uno de los juegos que he seguido en la expe-
deben entender plurales en sentido y en su forma de riencia de la escritura durante años, te invito, oh lector, a acercarse a este
interpretarse, pues son huertos vivos, y son huertos entender del desdoblar por diversas vías, sea desde la visión del desdo-
imaginarios, y son huertos narrativos desarrolladores de blamiento en el rito y en el mito mesoamericano que estudia López-Austin,
o sea en el desdoblamiento que el escritor genera al contar historias po-
historias posibles de comunidades inexistentes, ficticios, lifónicas al experimentar la voz de los narradores que se obligan a hablar
pero reales al buscarse y suceder como algo posible, de la pluralidad de los mundo, y sus posibles construcciones, como es mi
caso y refiero en otros escritos.
30 31
Vida, dentro de las vidas, microorganismos, todos re- nuestro alimento-, el entorno y el fin mismo, el ir y venir
lacionados entre sí, esos, los que alimentan la vida por de lo pequeño a lo enorme; fue y es, un afán central del
dentro -como bien puede constatarse al estudiar lo que compartir de estos huertos.
sucede entre las raíces de las plantas y rizobacterias y
hongos que las propagan-. Así que sin querer impresio- Siguiendo el argumento, no queda sino descubrir cuan
nar y más bien envuelto en el proceso de siembra que profunda verdad de Perogrullo es que no hay existen-
se ha desatado y bien compartido, las menciono para cia aislada sino siempre múltiple. Tan simple suena,
asentar por un momento desde donde poder hacer que lo increíble es comprobarlo, y justo esa premisa
sentido al ensayar este “pensar/hacer de los huertos”. se convirtió en la invitación constante de los talleres y
laboratorio, lo primero a hacer evidente desde el labo-
Por lo que, tratando de mostrar simple el asunto, hablo ratorio, del que ya hablare más adelante:
de la forma de la vida de las plantas, que no es sino la de
las interdependencias y comunicaciones, relacionada a No hay planta sana si no hay suelo sano y pleno de vida.
la nodalidad, el rizoma, el ser arbóreo conectado a otros
organismos, y por lo tanto, hablo de la complejidad de No es que tenga el saber claro de los elementos que com-
la vida, sus relaciones invisibles, sus formas múltiples ponen la vida, hablo como escritor que gusta de la siem-
de ser que sobrepasan la posibilidad de entender una bra, hablo pues de este atisbo comprobado una y otra vez
célula por sus componentes químicos, aunque definir- en las experiencias de pequeños huertos desarrollados a
los ayude a entender, pues no es la vida un compuesto diferente escala, en distintos entornos, con distintas co-
separado sino la mezcla, y la interrelación de lo diverso lectividades, con resultados satisfactorios de arranque de
adyuvante, mucho de ello, ininteligible, e inexplicable. biota y con subsecuentes plantas florecientes.

Pero, hablando de lo interrelacionado, un asunto, que al Y bueno, siendo así por ahora el ensayo y la forma de
trabajar los talleres se hizo nodal en los objetivos del hacer lo interconectado, tal vez puedo avanzar unos minutos
de los huertos, fue el conectar con personas de la ciudad más antes de caer en solipsista grito mudo de quien se
que tienen poco o nulo contacto con la siembra y el cui- arriesga a hablar sobre lo vivo.
dado de sus alimentos, para compartir la experiencia que
implica entender que una planta no puede entenderse Y lo vivo de lo que hablo, está ensayando ahora alrede-
fuera de su microsistema, sea una maceta o un bosque dor de la posibilidad de la existencia de las comunidades
- que visto en lo macro y lo micro por momentos pueden del deseo, su posibilidad-noposibilidad nata.
verse iguales o al menos isotópicamente-.
Este es mi juego, el que he compartido en niveles y for-
De esta forma, aportar al comprender que no hay planta mas prácticas, con mis compañeros, unos a veces pre-
sin la vida que la provee, y que ella misma es - como sentes desde la literatura, muchos otros en el germinar y

32 33
crecer de plantas y su entorno, otros tantos en las expe- una cosa, para otros algo muy distinto, subjetividades, sus
riencias de prácticas colectivas autogestivas. posibilidades en el deseo, y las formas nudas de la expe-
riencia compartida. Eso, que queriendo acotarse, cuando
Y con todos: La inquietud del futuro, un futuro que en riesgo el momento llega del contar, o más bien, del querer contar,
se asume por los tiempos que nos tocaron; sí, pero en el se engola, en cada uno a su manera, desde su decir-hacer.
fondo, por su ser incierto, que es la condición de la vida dos
grados fuera de su entorno. Y es que, es la misma riqueza del juego su imposible,
sí, y por eso no puede detenerse, por eso la continui-
Pero trataré de seguir en el ensayar una comunidad del de- dad se juega sola, en la siembra.
seo, posible, no sin antes marcar la línea que ya se abre, y
golpea, imposible (disculpe lector tan humana irracionalidad): Tal vez sólo nombrar algunos ejemplos sirvan para ver va-
riantes de lo relativo y abierto del ensueño del huerto y su
((Son imposibles las comunidades del deseo, como contar, ese imposible que se cuenta y se conecta.
son reales, pues el deseo las mueve. Somos lo que
se da y se pierde y, también somos lo que logra man- Por ejemplo; acompañantes pasajeros que sólo llega-
tenerse algunas generaciones. Hasta que se pierde.)) ron un día a los distintos huertos y que vieron elemen-
tos dispersos como una sesión de lombricomposta con
Pero, tratando de aclarar la intención que presentan los una básica explicación de como cuidarlo; otros, los pe-
huertos y el deseo desde donde los pude observar: El afán queños, haciendo los juegos e investigaciones de ni-
fue simple: Hacer en la práctica de los huertos una inten- ños, descubriendo aventuras del contar o aprendiendo
ción compartida con otras. Un querer sembrar/compartir a diferenciar hortalizas; otros, vecinos cuestionados so-
el aprendizaje, buscar las posibilidades de una siembra bre el futuro de su barrio, pensando juntos las posibili-
viva que experimenta y revive al suceder. Quedarán los dades ante un futuro caótico que promete la Ciudad de
testimonios en textos, fotografías, dibujos y grabaciones, México; otros, escritores, disparando la memoria como
fuimos varios con diverso juego los que compartimos; con posibilidad futura en la construcción del recuerdo.
cada uno fue distinta la experiencia, pero a todas percibo
conectadas por dentro. Es esto de lo que doy cuenta aho- Así, puedo seguir los juegos y los niveles y no agoto la
ra y es algo que nuestra plataforma de narrativas digitales siembra: Como pasó con los exploradores de los ce-
creo buscaremos mostrar desde Poesía de la Transición rros y sus bendiciones de semilla por ancestros guar-
como experiencia y testimonio. dianes; o los buscadores de la comunicación profunda
de las plantas en sus vibraciones medibles en radies-
Lector, este escrito nos cuesta, porque el mismo ensueño tesia; también, sumado a lo anterior, los trabajos en
del proyecto era casi imposible y sucedió, y sigue vivo y si- entornos mediáticos y el posible entorno digital que el
gue siendo imposible, estos huertos son a la vez para unos proyecto de narrativas transmediales aventura.

34 35
Y ahí, en cada uno, la mirada distópica junto a la po- quizás, quedaron apresados / y, con sus años mozos, /
sibilidad de la utopía; allá la autogestión alimentaria y tiende las manos hacia otras flores.
la lucha organizativa contra el capitalismo tardío; los
R.M. Rilke
anhelos, las frustraciones, los miedos y el dolor del
autoengaño que nos provee la esperanza; también,
Ahora, importa hablar de algo que nace de los huertos,
el aparato del estado queriendo apropiarse de los
que es parte fundamental de lo que hacemos y descu-
afanes colectivos de organización comunitaria, des-
brimos unos, por lo que trataré de hacer evidente en el
gastando intenciones con casi imposibles formatos de
ensayar una delicada y casi invisible red colectiva que
reporte y control.
hemos tejido para sostener la verdadera siembra que los
huertos logran y hacen evidente en los talleres y en las
Ahí, la luna llena de octubre, hermafroditas lombrices
presentaciones ¿A qué me refiero? Bueno, todo esto su-
copulando y sus huevecillos, aquesa Feria del libro y
cedió por la propia necesidad del proceso organizacio-
el encuentro con gente que se hace preguntas cer-
nal, ante los deseos sumados y al encontrarnos con par-
canas al futuro y la siembra; pero también la posibi-
ticulares problemas para hacer crecer semillas y plantas.
lidad de una extinción masiva de especies; a la par,
el silencio obtuso en el que todos nos sumergimos al
¿Y porqué es importante hablar de esto? Porque sirve
cuestionar nuestro futuro cuando dimensionamos la
para darle continuidad a lo que contiene y proyecta el
suma de factores que por un lado lo disparan y por
pensar los huertos, desde la literatura, pero también
otro, posiblemente, lo vuelven entrópico.
desde la experiencia del cuestionarse en un ambien-
te solidario y creativo que se conecta en el pensar/
Y aquí estamos, tocados por el sol, bañados por el
haciendo/ de la real siembra, el cual es hoy, por su
agua.
compromiso, el sano tejido interno y casi secreto que
alimenta los huertos, lo que pasa del otro lado, lo invi-
Los huertos, los deseos, lo imposible, las plantas, las
sible y que casi sólo aquí queda registrado.
palabras, los relatos, como palabra viva.
Los huertos, que no únicamente son los talleres que
hemos dado, sino eso de los cual los talleres son la
03
superficie de procesos que se viven detrás, a niveles
No te empeñes en comprender la vida / y, así, será una
de profundidad mucho más ricos ¿Pero, cómo es esto?
fiesta para ti. / Acepta los días / como el niño recibe del
viento / pétalos de flores, cuando va de camino. Aquí aventuro una respuesta:

A él no se le ocurriría / recoger y amasar toda esa llu- La materialidad de las plantas y su presencia en las
via. / Suavemente los aparta de sus cabellos / en donde,
fotografías de los huertos nos muestran algo que se ve,
36 37
como lo que en las redes sociales se muestra y parece sentan la existencia de ese rábano (en color rojizo,
ser, eso, talleres, por ejemplo, talleres para niños que con sabor amargo y rico en yodo, como si eso sirviera
juegan y se encuentran en un parque un sábado cada para describirlo, ya que, ni el contenido de yodo ni
quince días con plantas. Está bien, eso parecen, como su sabor, lo define consistentemente, en todo caso,
parece la planta ser lo que está en la cosecha. Tú ves lo limitan, si la intención es querer hablar de la vida).
una planta en la maceta, pero no ves algo más, no ves
tanto más que es a través de la misma, lo que está A lo que me refiero o quiero abordar, tiene que ver con la
debajo, los imposibles amigos reunidos en ella, lo que red de vida que está detrás como sostén de eso que por un
revelan, lo que traen consigo, la increíble microfauna momento ingieres, pasa por tu tracto, nutre y luego reinte-
ahí contenida y bien cuidada, que, conectada toda, es- gras al entorno de la biomasa, de la que en realidad nunca
tablece relaciones en diversas dimensiones y niveles salió (o nunca debería), aunque tú te veas en tu casa co-
de realidad, así, como suena, desde la biología -como miendo del envase de plástico la hortaliza... O al menos así
ya lo he mencionado-, pero también necesariamente fue por miles de millones de años, en la relación entre seres
en el complejo social, como es, vida misma de los orga- vivos, y sus infinitas cadenas conectadas...
nismos colectivos, y ella, es la que aprendemos a repli-
car y a vivir en contextos, sin separarla de los entornos. Hasta ahora.

Pero, debo regresar un poco para hacer esto eviden- En que durante los últimos cincuenta años la gran ma-
ciable, comprensible, mínimamente razonable, este yoría de los nacidos urbanos, en la cotidianidad sepa-
ser de biota social. ramos, y separando asumimos, comprendimos, deter-
minamos el ser del hombre y su imagen como un ente
Hay, en la biología hace más de cien años, gracias a independiente frente a la naturaleza, y la vida... Vaya a
Pasteur y tantos más, la plena conciencia de la exis- usted a saber qué y cómo llegamos a eso, alguien más
tencia del microbiota, de redes de vida que se tejen y no ahora ha de bregar con la brumosa discusión de lo
debajo de lo que vemos, y de las cuales apenas tene- natural y artificial que no me es hoy de lo más relevante.
mos una idea, por ejemplo, la que vive en universos
muy relacionados a nuestra existencia en nuestros ali- Sino más bien, quiero evidenciar primero la red de la
mentos vegetales, esa que provee a nuestras hortali- que antes hablaba, para poder seguir hablando del
zas, verduras, legumbres y demás. Pero esta acelga, entorno biotasocial.
ese rábano, que a la mirada empobrecida de quien
no sabe ni de biomasa, ni de secretas invisibles redes Éste, donde no hay separación entre lo uno y lo otro.
que alimentan la vida, a ese le parece por sí mismo
un fruto independiente, cuando es el resultado de una Y claro, a estas alturas nos hemos perdido -en aparien-
red de interacciones de vida que por un momento pre- cia- de un centro -aunque nunca lo hubo-, pero dejaré

38 39
la ilusión del discurso como hilo que guía y da sentido parten, en lo que se comparten, lo que se desata y es,
a nuestra campechana forma de hacer mundo hoy día. por sí mismo y en este momento, también, literatura.

Así, regreso a lo que creo sucede en la siembra que Pero, por ahora lo que trato de verbalizar es la parte
el huerto urbano abre, con estos pequeños afanes de de la red que en nuestra acción se ha construido libre-
unos que juntan viejos bidones para convertirlos en mente acompañando los huertos.
maceteros, reúnen semilla, tierra y aseguran agua y sol
a un entorno de vida; el cual, además, poco a poco A esta la veo como un espacio mínimo de exploración
crece en verdor, y es, simplemente la continuación de colectiva al que han acudido artistas, activistas, soñado-
ancestrales modos de vida, este modo humano agricul- res, germinadores, gente, nomás.
tor que hoy en nuestra incomprensibilidad llamamos:
Los llamo por ahora, germinadores, a estos, los que
Huerto urbano de pequeña escala. acompañan el proceso y quiero hacer evidentes, artis-
tas, músicos, activistas, sembradores, biólogos, sana-
Y su red de redes, la compleja, la muchas veces abierta, la dores, performanceros, fotógrafos y escritores, todos
tantas veces posible, la que se ha desdoblado como forma con real interés en ayudar y dar al menos parte de su
amplia de entender y como una realización práctica. tiempo en la búsqueda y el imaginar común del huerto
que procura el bien de la planta con acciones determi-
Ésta es, la red de redes de la vida que unos huertos nadas en un rico proceso social reflexivo.
intuyen y revelan en la acción, en la que -y aquí vie-
ne lo interesante- de pronto unos se dan cuenta y se Así sucede esta parte del proceso que ha ayudado a
conectan sencillos con actos directos, fuera de tanto lanzar al frente y a darle coherencia interna a los huer-
juego retórico, pues simplemente ejecutan acciones tos en lo que superficialmente proyectan.
que realizan narrativas colectivas en la configuración
directa del actuar, y esto, sucede a niveles inimagina- Para mostrar más de eso que importa, debo mostrar un
bles para quien no los experimentan, y es parte nodal cuestionar formulado en el grupo y que organiza el centro
de otra dimensión del juego del huerto. de nuestro actuar colectivo para poder configurarnos como
laboratorio: ¿Qué? ¿Cómo podemos? ¿Cómo puedo ayu-
En esta red, así como en las toda red microbiológica, dar a la vida de las plantas en este tiempo de riesgos?
todo esa relacionado, lo macros con los mínimos, los
complejos con los pluricelulares, los más organizados Esta sencilla y difícil pregunta, que sirve como punto
con los menos, todo eso que busca explicar el biólogo, de encuentro y relaciona a los diversos, es el punto de
sí, y lo es también en el hacer de estos huertos huma- arranque y alrededor de donde puedo jugar por ahora
nos, lo que producen alrededor de la vida, lo que com- este ensayar.

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Fuimos pues varios, los que nos reunimos alrededor de cabalmente lo que en los talleres hoy se promueve:
ella, algunos, como Daniel Lara Ballesteros, que trajo Que una planta no es por sí misma, ni separada, sino
desde su estudio del sonido, las vibraciones y gente va- que una planta sana, refiere y representa directamen-
liosa, como Patricio Coronado con quien esta pregunta te a un entorno vivo, lleno de microrrelaciones bien
tomo fuerza interior profunda y vital, pues la mera pre- adaptadas que la sostienen y proveen.
gunta aplicada a acciones concretas resultó en la po-
sibilidad de conectar y seguir lo importante que mueve Todo esto, tampoco pudo afianzarse en la forma de
en sus múltiples niveles, y no puedo dejar de mencionar los huertos si no es gracias a un gran promotor de la
entre ellos, a otro gran laboratorista que ha generado vida de las plantas, Tlaolli Argüello, quien compartió,
un importantes aportes en todos los niveles de nuestros al invitarme a observar el entorno acuático de una lom-
huertos, Ciblu Niblu, sanador y uno de los fundadores briz en el microscopio, algo crucial en mi experiencia
más activos del Huertequio, junto con Uriel-Jaguar. de los procesos de nuestra biota. Pues humildemente
observé, con ojos siempre incrédulos, lo que aquí pla-
Mas, continuando el desbroce del asunto del cómo tico, la conexión interior entre muy diversas especies
ayudar la vida de las plantas en la siembra, el cues- de microrganismos, los más chicos y los más gran-
tionarnos y buscar respuestas, resultó en el diseñar el des, todos contenidos en el agua en que mojamos
entorno posible para mantener pequeños huertos ur- una lombriz de compostero, donde ellos, que solo ob-
banos ¿Porqué? Porque en los experimentos y cues- servé en su propia superficie, cumplen cada a uno di-
tionamientos dados en ese espacio de la constancia, versas funciones, se alimentan unos a otros y crean el
se dieron los procesos de germinación que dan vida ambiente posible para la vida de una planta, al dar el
las pequeñas plantaciones que hoy apoyamos en dis- equilibrio necesario para que, determinada espinaca,
tintos puntos de la ciudad. pueda crecer y así formar parte de la siguiente cade-
na alimenticia que la convierte en el alimento de un
Ahí, en lo que hoy llamo el “Laboratorio de los huer- humanete, el cual, hoy, regularmente ignora lo mucho
tos” reaprendimos a comprender mejor el arranque de que recibe y comparte, pero que, paradójicamente,
la vida, la germinación, así se hizo nuestro lugar para muy alto se considera en la conciencia de sí mismo, y
tratar de permanecer a futuro, huerteando. Momento al mismo tiempo genera una nula empatía con aquello
elemental fue el descubrir, en la práctica y en la ob- que lo compone y realmente le hace vivir.
servación compartida, la comunicación que la planta
tiene con su entorno, como lo fue el ir descubriendo Regresando a la red debajo, puedo decir que en nues-
los microorganismos y sus conexiones, muchas que tro hacer de la siembra pequeña tenemos un labora-
aún desconocemos pero que al menos nos puso en la torio, construido con constancia, lo alimentamos al
puerta de relaciones invisibles que determinan la vida reunirnos frente a determinadas y específicas tareas
de la planta, y esto, al menos a mí me hizo entender como: Saber por qué florea pero no saca fruto un toma-

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te, preguntarnos cómo representar la vida en palabras del parque de Busto de Juárez, donde los vecinos se
o cómo dialogar con ella en la experimentación artísti- ven continuando su huerto; lo cual también es posible
ca, más otras tareas relacionadas a la experiencia de lo ver en la experimentación colectiva con escritores y
invisible, la vida de las plantas, y la tierra. artistas que a través de los procesos de los huertos
se sienten cuestionados respecto a los asuntos de la
De este laboratorio colectivo han salido pues los ger- vida y los riesgos en que esta se encuentra ante una
minados que luego donamos en los huertos o casas posible crisis ambiental global.
que los reciben, y ha resultado, por ejemplo, en Tlal-
pan, donde la siembra de plántulas hizo del huerto De esta forma es que hoy veo se esbozan algunas de las
del parque Busto de Juárez algo real y evidente entre posibilidades de las comunidades del deseo, en la real
los vecinos del barrio, quienes durante los talleres posibilidad de existir a través de una red comunitaria de
acudieron a compartir saberes sobre las posibilida- deseos de futuro, no en el entorno que los grandes relatos
des de la siembra sin agroquímicos y sin intenciones del poder y del estado les narran, sino en los construidos
de explotación capitalista, y qué, en el dialogar co- desde un querer acercarse a la tierra, a lo vivo, y que, por
menzaron a compenetrarse en la creación de espa- lo tanto, poco a poco intenta alejarse del consumo voraz
cios de siembra con permacultura que proponen la y de la explotación -tanto del humano como de la tierra-,
autogestión alimentaria; pero esa, la historia de los poco a poco, no porqué se sepa si lo vaya lograr, sino por
juegos políticos de la autogestión y la acción perma- querer ir entendiendo la posibilidad abierta, con trabajo,
cultora, son por ahora otra parte del relato que tal en la intención que el deseo y su hacer provee.
vez más adelante se cuente; pues espero, a través
de distintos abordajes que la plataforma digital ha de Llamar a todo esto utopía me parece demasiado, son
construir, se pueda ir hablando de las derivas que solo intenciones puestas en práctica para formar posi-
por ahí se han abierto. bilidades de futuro asumiendo el riesgo del acontecer,
y justo lo importante es el riesgo que aceptan y jue-
Ahora que los huertos están activos, el juego de mu- gan al plantear y enfrentar el problema con acciones
chos obliga continuar viviendo e ir más allá de lo que colectivas que buscan organizarse atendiendo estas
han hecho hasta hoy, no por nada más sino por las co- intenciones marcadas en la siembra.
nexiones realizadas desde el deseo, lo cual se com-
prueba en los afanes que se han disparado y logrado La apuesta es alta el riesgo es mucho, pues quienes se-
conectar como tareas de nuevas colectividades: Con riamente todo esto analizan, ven la disparidad de fuer-
niños que cerca de Portales quieren seguir sembran- zas, lo lejano de los objetivos, lo contradictorio de la mis-
do y se proponen ser ellos los nuevos talleristas, o ma idea si estamos partiendo desde el interior mismo
en pequeños huertos caseros que necesitan apoyo del sistema del capital y sus urbes: Donde casi todos
colectivo para seguir vivos; así como en el huerto tenemos hoy que trabajar por un salario, comprar ali-

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mentos, consumir celulares obsoletos, pagar, endeudar, Visiones del mundo futuro
y casi debemos aceptar que los métodos actuales de
explotación de la tierra determinan gran parte de nuestro
Presente distópico
modo de vida. Claro, el panorama es desalentador, im- Mario Panyagua
posible, por decirlo de alguna forma, por eso tal vez no
distopía: Del lat. mod. dystopia, y este del gr. δυσ- dys- 'dis-2' y
se trata sino de asumir al narrar que la ficción es la forma
utopia 'utopía'.
de la historia, y que por lo tanto en una de esas se or- 1. f. Representación ficticia de una sociedad futura de caracterís-
ganiza otra historia posible. Por supuesto que el fracaso ticas negativas causantes de la alienación humana. (RAE)
es inminente, nunca la vida debe verse distinta, y por lo
mismo, nunca aceptar sino eso, que la muerte es segura distopía: Del Griego δυσ- (düs), prefijo de sentido negativo, y
y que ante el riesgo más vale lanzarse a crecer como τόπος (tópos), lugar.
1. Anti-utopía. Mal lugar. Situación general en que todo es inde-
semilla, si una posibilidad, por más ínfima que sea, se
seable. (Diccionario María Moliner, edición 2016)
tiene de sobrevivir a heladas, sequias y depredaciones.
dystopia: Noun. An imagined state or society in which there
— is great suffering or injustice, typically one that is totalitarian or
post-apocalyptic. (Oxford dictionary)
Amable lector: Aquí termina hoy este espacio de es-
critura que fue tan sólo un acercarse a las derivas que
siguen quienes se hablan y ven en los huertos, esto
Inventar lo que no existe
que es, lo que se hace al acercarse a la vida de las
plantas, esa, su manera en que hacen un entorno y
Aristóteles fundamenta, en su celebre Ética nicomá-
buscan mantenerse en una capa de suelo vivo, eso,
quea o Ética para Nicómaco, que: el fin supremo del
que si lo hacen bien, logran hacerlo por unos cuantos
hombre es la felicidad. El ser humano desde antiguo ha
miles de años, en sus generaciones, hasta que desa-
perseguido dicho fin. Sin embargo, la experiencia le ha
parecen, como especie, y dan cuerpo a lo siguiente,
enseñado que el conocimiento suele ser (aunque libe-
su obra heredera y conectada a nueva vida, que, has-
rador) doloroso, la verdad amarga y la vida fugaz, frágil
ta donde hoy sabemos, solamente habita en el plane-
y, por demás, difícil. Ante las dificultades para alcanzar
ta tierra.
un estado de paz y dicha duraderos, ha tenido que bus-
car dicho fin en las regiones etéreas de la fantasía y en
Bienvenidos.
los entresijos de su propia subjetividad.

En el Renacimiento (ese remanso fértil en que el ser
humano encontró solaz luego de haber atravesado –
travesía de diez siglos– aquella ciénaga oscura, he-
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dionda y espantosa de la Edad media), el filósofo lon- continental de hielo. Hoy, Estados Unidos sigue negán-
dinense Thomas More (santo Tomás Moro) acuñó en dose a aceptar las evidencias del cambio climático que
1516, para dar nombre a su ensayo y obra más cele- amenaza la extinción de más de un millón de especies
bre, el neologismo “utopía”, que Francisco de Queve- al corto plazo, sin contar las miles que se han extingui-
do traduciéndolo al castellano definió así: Utopía, voz do en las últimas décadas, y ha invertido más en cam-
griega, cuyo significado es no hay tal lugar. El término pañas de negación y contrainformación global que en
nace justo en esa época porque existía una especie revertir o tratar de frenar la alarmante situación.
de optimismo generado por los nuevos territorios des-
cubiertos por los europeos. Sin embargo, las nuevas No es de extrañar que tres siglos y medio más tarde
civilizaciones que encontraron fueron sometidas, su de que se acuñó la utopía, naciera la antítesis de
cultura diezmada y dichos territorios saqueados. dicho término: “distopía”. Poco importa si fue Jere-
my Bentham o si John Stuart Mill fue el encargado
Desde que comenzó el siglo XXI, el gobierno de Esta- de acuñarlo. Lo que en realidad importa es que fue
dos Unidos ha emprendido a través de la NASA y sus concebida entre las postrimerías de la Revolución In-
medios de comunicación una campaña que se basa en dustrial y los comienzos de la Primera Globalización.
un optimismo utópico, pregonan la existencia de dece- A través de los síntomas que mostró la humanidad
nas de planetas (a años luz de distancia) que podrían para ajustarse a las vertiginosas transformaciones
ser colonizados cuando la Tierra ya no tenga recursos económicas y tecnológicas, y a las revoluciones so-
naturales con que generar y sostener la vida; es impor- ciales sufridas en los siglos XVIII, XIX y XX, pasando
tante hacer mención de esto ya que Estados Unidos de sociedades agrícolas a urbes mecanizadas, es
es el principal responsable de la devastación actual de que empezaron a aflorar y multiplicarse las distopías.
nuestro mundo. En mayo de 2019, ante los alarmantes Hoy, siglo y medio más tarde de haber nacido el con-
deshielos (a velocidad de vértigo) de los polos, Mike cepto, la distopía se manifiesta como un realidad.
Pompeo, Secretario de Estado del país norteamerica-
no, declaró en la cumbre bienal del Consejo Ártico que
el deshielo significaba más que un desastre ecológico El paraíso perdido
una nueva oportunidad para abrir nuevas rutas comer-
ciales para barcos de carga. Lo que dicho comentario La introyección del paraíso en la psique humana ha
oculta es que ahora el Ártico se considera la gran últi- sido una tarea llevada a cabo durante siglos por va-
ma reserva mundial de hidrocarburos y que decenas rias religiones; la imagen de ese lugar idílico donde
de flotas (principalmente de Estados Unidos, Noruega no existe la maldad, el dolor ni la amargura, es una
y Groenlandia) ya han puesto manos a la obra por la proyección del deseo, y a veces olvidamos que esta
conquista de los yacimientos de oro negro que hace mítica región fue inventada para traer consuelo ante lo
una década resultaban inaccesibles debido al manto ineludible: el sufrimiento y la muerte.

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deformada y metamorfoseada de muchas maneras por
La ley de los contrarios se hace presente (en forma de los escritores.
esperanza) cuando sufrimos, y se comienza a pensar:
si existe amargura también existe dulzura, si hay llanto Cabe resaltar que las más importantes plumas de la
también hay risa... Sin embargo, parece que estamos Edad Moderna (era de expansión colonial y monár-
instalados en la época de la desesperanza, sobre todo quica europea) reutilizarán el mito de la Edad Dorada,
la población más joven, inclinada a pensar que todo Cervantes lo pondrá en El ingenioso hidalgo Don Qui-
irá tirando a peor, convencida de que no existe un sitio jote de la Mancha, en boca del “caballero de la tris-
capaz de aportar dicha y tranquilidad, fiel embajadora te figura” frente a los cabreros, y Shakespeare en La
de las malas nuevas, entregada a predicar que todo tempestad, en boca de Gonzalo frente al rey de Ná-
va a desaparecer y entonces a entregarse al gozo irre- poles; ambos lo utilizaron magistralmente para crear
frenable, disfrutar mientras se pueda y lo más que se contraste entre la realidad humana y el ideal utópico.
pueda; la idea del fin parece algo que, como antes el
paraíso, es algo que no se puede desarraigar de su
creencias. Al parecer, los vuelos al jardín de las delicias El mundo distópico
se encuentran agotados, el Edén, el Aaru, los Campos
Elíseos…, todos estos lugares fueron reemplazados
por paraísos sociales (por no hablar de los fiscales). Todo lo que era sólido y estable es
destruido; todo lo que era sagrado es
profanado, y los hombres se ven for-
Muchos son los que han imaginado sociedades idea-
zados a considerar sus condiciones de
les: Platón, Francis Bacon, Gabriel Morelly, François existencia y sus relaciones recíprocas
Babeuf, Joseph Proudhon, Karl Marx, Edward Bellamy, con desilusión.
entre otros; muchos han soñado, ante “el gran mal de
la civilización”, regresar a un estado de “buen salvaje” Karl Marx
(Rousseau), a “la candidez original” (Montaigne), a la
Edad de Oro. Dice Harry Levin acerca de ésta: Las utopías siempre son construidas (contenidas) en
islas o en ciudades amuralladas para que la amenaza
Si Hesíodo fue el primero en enunciar nuestro mito, si exterior no pueda penetrar y afectar o infectar a la so-
Arato lo proveyó de una protagonista femenina, Virgilio
ciedad perfecta; la frontera se yergue para contener al
lo reorientó tanto geográfica como cronológicamente
cuando lo aclimató en Italia. Fue, sin embargo, su con- mundo ideal y refrenar al mundo detestable y enfermi-
temporáneo más joven, Ovidio, quien lo cristalizó en un zo; todo aquel que habita el lugar utópico (inexistente)
tópico, quien reorganizó sus elementos tradicionales en está sometido por la frontera que no debe traspasarse,
una pieza retórica mayor que sería imitada, plagiada, ya que si la transgrede arriesga a toda la sociedad que
parafraseada, parodiada, reinterpretada, controvertida, vive dentro de la esfera, siempre amenazada por al-
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guien del exterior que la penetre, porque así la burbuja Las narrativas distópicas han servido para, de forma
podría reventar. Es el miedo el que en realidad erige la perspicaz, burlar a la censura y así denunciar ciertos
utopía, y también su contraparte, la distopía; las obras aspectos del hoy que ponen en riesgo el mañana,
de ficción han servido para vislumbrar desde lejos esas siempre con la advertencia de aquello que podría tor-
posibilidades de amenaza. narse represivo, asfixiante o hasta terrorífico. Algunas
nos han advertido sobre las consecuencias de la hiper-
H. P. Lovecraft señaló: La emoción más antigua y más vigilancia, la amonestación, la reeducación, el castigo
intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo ejemplar y la manipulación mediática como manera
y más intenso de los miedos es el miedo a lo descono- de control de las masas; otras han hecho adverten-
cido. Las antiguas filosofías de oriente hicieron hinca- cia sobre la hiperindustrialización, el uso antiético de
pié en que el pasado es nostalgia y el futuro angustia, la tecnología, el consumismo desbocado, la devasta-
por eso debemos centrarnos en el hoy, sin embargo, ción de la naturaleza, la virtualidad instaurada como
nunca habíamos estado más lejos del aquí y el ahora. realidad o el aislamiento disfrazado de individualismo;
otras señalaron hacia dónde podrían encauzarse los
El ser humano siempre ha sentido miedo del futuro; sistemas ideológicos de gobierno, como las socieda-
por más que en la antigüedad se consultara el oráculo des socialistas en pro de la demagogia y su tendencia
o se interrogara a las sibilas y por más que hoy se siga a través de la manipulación política a devenir en régi-
recurriendo a la charlatana astrología o se pregunte men dictatorial, las plutocracias disfrazadas de demo-
a cuanto vidente se nos cruce en el camino, la única cracias o las democracias liberales rozando la acracia
respuesta verdadera es que el futuro nos está veda- y en vías del totalitarismo, y un largo etcétera.
do; mas esto no quiere decir, ni puede evitar, que no
podamos levantar sospechas a través de los aconte- Las obras distópicas que hoy en día se conciben van
cimientos actuales de lo que en un futuro nos espera. más ligadas a mostrar el verdadero rostro del capita-
lismo esquizofrénico como un sistema de control de
Anteriormente vimos que al igual que la utopías, las las masas basado en el oscurantismo tecnológico, la
distopías también son hijas del temor, engendros de mediatización, la deshumanización sistemática y la
la incertidumbre; nada escapa al reino de las contra- desigualdad monetaria, todo esto en medio de catás-
dicciones, y (perdón por el pleonasmo) las segundas trofes medioambientales surgidas por el cambio cli-
nacen de las paradojas y estropicios de las primeras; mático que arrojan a un mundo de sinsentido a seres
representan futuros espeluznantes, a veces post apo- confundidos, aislados, sedentarios, buscadores infati-
calípticos, sociedades indeseables, mundos atroces, gables de estatus social rebasados por la ignorancia
totalitarios, dominados por la frivolidad, el consumis- y la amoralidad, los cuales sobreviven en un mundo
mo y aparentes libertades que resultan lo contrario de hiperglobalizado y represivo que es regido por corpo-
lo que simbolizan. raciones transnacionales de carácter capitalista.

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Las que muchos consideran como obras protodistópi- mativa, la hipervigilancia (que se hermana con parte
cas son Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swif, don- de la obra filosófica de Michel Foucault), la represión
de el protagonista viaja a literales paraísos perdidos, social y la abolición del libre pensamiento son los ele-
la otra es Paris en el siglo XX, nacida de la pluma de mentos que conforman la obra; no deja de sorprender
Julio Verne, en la cual se presenta un mundo tecno- el paralelismo que se vive hoy (2019) con los vectores
logizado, industrializado y estatista, donde políticos, esbozados en la novela. La obra se ha adaptado para
tecnócratas y banqueros han rebajado al humanis- formato televisivo (1954) y en tres ocasiones ha sido
mo y las bellas artes a un accesorio inútil y sin valor llevada a la pantalla grande (1956, 1984 y 2012), tam-
práctico, donde los creadores e intelectuales han sido bién se ha trasladado al teatro, la radionovela y hasta
transformados en burócratas al servicio del crecimien- a la ópera.
to económico y del poder en turno, ya que el saber
estorba y la espiritualidad se considera un mito. Fahrenheit 451, escrita por Ray Bradbury, publicada
en 1953 y ambientada en un futuro no fechado, nos
La obra que se considera fundacional del género en lleva de la mano hacia un régimen empeñado en eli-
cuanto a forma, fondo y contenido es Nosotros, de Ev- minar cualquier tipo de conocimiento y perseguir (para
gueni Ivánovich Zamiátin, publicada en 1924 y ambien- eliminar) a todo aquel que ose resguardarlo o, peor
tada en un futuro no fechado, que nos introduce a lo aún, concebirlo o, peor aún, transmitirlo. La quema
que parece una sociedad utópica pero conforme vamos de libros, la censura al pensamiento propio para dar
avanzando en la lectura descubrimos los símbolos de paso a un estado de ignorancia perpetuo, el elogio
la opresión causados por el totalitarismo del régimen a lo baladí, el cultivo de lo superficial y la supresión
en turno y con ello la privación de las libertades. de las libertades de expresión son las líneas temáti-
cas, fundamentales, de esta obra bradburyana. Se ha
Seguirá Un mundo feliz, de Aldous Huxley, publicada adaptado al teatro, a los videojuegos, a la radionovela
en 1932 y ambientada en el año 2049 que, con un y dos veces (1996 y 2018) a la pantalla grande.
mundo hipertecnologizado como escenario de fondo,
toca temas como la clonación, el dogmatismo científi- Soy leyenda fue escrita por Richard Matheson, publi-
co y el control emocional de los habitantes a través de cada en 1954 y ambientada entre 1976 y 1979, nos
la hipnopedia y las drogas (el “soma”). Algunas obras introducirá al universo de un personaje que sobrevivió
cinematográficas se han basado en este libro: Demo- a una pandemia generada tras una guerra bacterioló-
lition man (1993), Gattaca (1997) y La isla (2005). gica; un virus fue el causante de que los humanos se
convirtieran en una especie de vampiros y que el so-
Vendrá la novela 1984, escrita por George Orwell, pu- breviviente comenzará a estudiar, para comprender,
blicada en 1949 y ambientada en 1984, la cual nos in- a este nuevo ser que predomina en el planeta; el giro
troduce en una sociedad donde la manipulación infor- que ofrece la novela es muy interesante ya que aquel

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que teme a estos seres, que a su vez le temen a él, los el terrorismo islámico, dicho régimen prohibirá la liber-
compara a monstruos sólo para darse cuenta que el tad de prensa y suprimirá los derechos fundamentales
ser humano es el verdadero monstruo de la obra. Ha del género femenino y hasta sus libertades básicas
sido trasladada al cine en tres ocasiones (1964, 1971 de autonomía; en esta obra, Atwood señala los peli-
y 2017) y también fue adaptada al comic. gros del puritanismo y lo peligroso que puede resultar
el mezclar la religión con la política. Fue llevada a la
Make Room! Make Room!, escrita por Harry Harri- pantalla grande (1990) y se han hecho adaptaciones
son, publicada en 1966 y ambientada en la segunda para radionovela, teatro y una serie televisiva.
década del siglo XXI, es una novela que explora los
riesgos de la sobrepoblación exponencial y de la ham- Muchas son las narrativas distópicas que se han es-
bruna causada por el efecto invernadero que hizo se crito y adaptado al cine, como las ya antes mencio-
extinguieran los alimentos naturales. Fue adaptada a nadas; un ejemplo contemporáneo es la trilogía de
la pantalla grande (1973) bajo el nombre de Soylent Los juegos del hambre, escrita por Suzanne Collins;
Green, en español se le tituló Cuando el destino nos otras distopías propias del séptimo arte son Mad
alcance. Max y Matrix, por ejemplo; algunas más han nacido
del comic y posteriormente se llevaron a la pantalla
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de grande, como Akira y Evangelion; series televisivas
Philip K. Dick, publicada en 1968 y ambientada en también se han encargado de tratar este tipo de his-
1992 (las ediciones posteriores al 2000 manejan el torias, como la actual Black Mirror o el clásico The
2021), nos introducirá en el universo de la coloniza- Twilight Zone.
ción interestelar, la inteligencia artificial, la robótica y
las consecuencias de la radioactividad en un mundo
post-apocalíptico donde algunos androides orgánicos Un nuevo virus ha invadido el planeta
parecen tener más sentimientos de empatía y solida-
ridad que los mismos humanos. Fue llevada a la pan- No para siempre en la tierra:
talla grande (1992) bajo el título de Blade Runner y sólo un poco aquí.
también fue adaptada al comic.
Netzahualcóyotl

El cuento de la criada fue escrita por Margaret


Es el miedo el motor del hombre, y la curiosidad su
Atwood, publicada en 1985 y ambientada en un fu-
fuente de vida. Hijos de nuestro tiempo, con las agen-
turo no fechado; en esta obra las mujeres vuelven a
cias noticiosas establecidas como narradores de
estar sometidas y viven, en calidad de esclavas, bajo
la distopía actual, la norma que dicta y, parece, rige
un régimen teocrático y patriarcal que fue llevado al
nuestra existencia, es un futuro adverso, desesperan-
poder amparado bajo el pretexto de la defensa contra

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zador, es hacia allá a donde señala nuestra brújula a la sabiduría, este mundo con una desigualdad eco-
(con el norte perdido) del presente. nómica que puede compararse al de la sal y el azúcar,
se muestra como algo inalcanzable para quien no tie-
Nuestro mayor temor es lo desconocido, quizá sea por ne el recurso de comprarla, porque la felicidad hoy tie-
eso que hoy, siendo participes y testigos de una pan- ne forma de una casa, un catálogo de zapatos o una
demia que está aniquilando especies de flora y fauna Coca-Cola. Las distopías hace ya varias décadas que
diez mil veces más rápido que las otras cinco extincio- dejaron de hablar del futuro para hacerlo del presente,
nes masivas que ha sufrido el planeta, hemos adopta- señal inequívoca de que el futuro ya nos alcanzó.
do una actitud displicente ante los fehacientes hechos
del deterioro ambiental de la Tierra y el deterioro ético Un nuevo virus ha puesto en jaque al planeta, un virus
del ser humano; no desconocemos los estragos que llamado: ser humano, vector de aniquilación, organis-
proceden de nuestra forma de vida actual, estancada mo genéticamente codificado para suprimir la vida,
en una idea de progreso y bienestar más parecida al incluyendo la de su propia especie. Si se nace es ley
slogan de una marca de autos o a un comercial de que se habrá de morir, es el pacto que todos firmamos
agua embotellada que a una realidad tangible. con la vida al llegar al mundo; mas todo final contiene
un nuevo comienzo, y todo nuevo comienzo es una
La extinción intensa y veloz que se desencadenó a probabilidad; no hay certeza pero si esperanza, no
partir de los años ochenta del siglo XX no tiene prece- hay olvido pero sí una promesa.
dentes, ni siquiera en La Gran Mortandad del periodo
Pérmico hace doscientos cincuenta y dos millones de La vida es un movimiento incesante, siempre se ha sa-
años, cuando el noventa y siete por ciento de la vida bido replantear en el planeta, y ésta puede prescindir
en el planeta sucumbió, llevaba un ritmo tan acele- de una especie como el ser humano para continuar su
rado. Este ritmo de devastación hace cada vez más marcha así como ha prescindido de cientos de millo-
imposible que los organismos vivos nos adaptemos nes de otras especies que habitaron la Tierra en otras
a los cambios que se están generando en el planeta, eras. ¿Sabrá el ser humano replantear su existencia
nuestras probabilidades de salir airosos de este bre- para alargar su tránsito por el planeta?
te se muestran en el horizonte como casi imposibles,
parece que hemos decidido morir ebrios de estupidez,
refocilados en la ignorancia, en la negación.

El modelo capitalista continúa exhibiéndose como un


beneficio práctico, vendiéndose como felicidad enlata-
da, pero la felicidad en este mundo que no premia el
merito sino el descaro, que pone por encima la astucia

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Índice

El lenguaje de las plantas,


la literatura y la muerte .......................................5

Ideas sobre los Huertos Narrativos ..................23

Visiones del mundo futuro


Presente distópico ...........................................45

60 61
62

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