Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
los
jovencitos responden que no, les propone el osado experimento. Iniciado éste, el docente va
reproduciendo en sus clases todos los elementos que fueron capaces de conducir a la gente
normal a mirar hacia otro lado, e incluso participar en muchos casos, ante los horrores del III
Reich. Los alumnos, inicialmente escépticos y reticentes, con inusitada rapidez y casi sin darse
cuenta, los van asumiendo con absoluta inconsciencia y entusiasmo. Muy pronto son ellos
mismos quienes inventan nuevos pasos a seguir, superando las previsiones del profesor.
El docente propone su experimento como un juego y convoca la elección democrática de
un líder. Tras un interesante tanteo de candidatos, es el profesor quien resulta elegido. Los pasos
sucesivos son de máximo interés, no pierdan detalle. Una vez “en el poder legítimo”, el profesor
cambia su actitud jocosa por un papel autoritario e impone medidas disciplinarias: Silencio,
postura quieta y erguida en la silla, pedir permiso y ponerse en pie para hablar… Con la simple
explicación de que todo eso es bueno para el organismo, acalla las protestas. Usando la misma
bondadosa excusa exige comenzar las clases haciendo un ejercicio: Marcar el paso al estilo
militar, añadiendo el astuto argumento de que, con el estruendo del pateo simultáneo, molestan a
“los de abajo”. No es casualidad que “los de abajo” sean otro grupo que sigue un seminario sobre
anarquía. Los alumnos, divertidos y entregados al jueguecito, sorprenden al profesor tomando la
iniciativa de ponerse en pie y cuadrarse cuando entra en clase.
La experiencia que pone en práctica el profesor trata, sobre todo, de demostrar la potencia
intrínseca e irracion