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"Yo vuelvo al tema

desangrado
Como un general del olvido
que sigue viendo su derrota:
no solo los muertos murieron
en los brazos de la batalla,
en la prisión, en el castigo,
en las estepas del desierto,
sino que a nosotros también ,
a los que vivimos aún,
ya se sabe que nos mataron."
Neftalí Ricardo Reyes Basoalto.
"Fin de Mundo"

Introducción
El Derecho Penal Político o Derecho Penal Constitucional[1]se erige como un paréntesis dentro
del Sistema Penal, pues el bien jurídico tutelado lo constituyen los principios en los que se
sustenta el orden constitucional, precisamente el que lo legitima, de allí que la doctrina
encuentra una "paradoja político criminal moderna".
La materialización de un Estado Constitucional Democrático de Derecho es la inexorable
relación entre el poder político y la cultura jurídica, como momento cumbre en la evolución del
Estado como afirmaba Peces-Barba, pero dicha relación no es exclusiva del Derecho
Constitucional, sino antes bien se refleja en todo el Ordenamiento Jurídico en general,
encontrando también un punto de quiebre en el Derecho Penal, a través del delito político, cuyo
sentido es imprescindible deslindar en las siguientes líneas.

Definición
Nuestra Constitución Política hace única referencia a delito político en su Art. 37° cuando
desarrolla lo pertinente a la extradición, determinándolo como su límite, con un tratamiento
privilegiado.[2] [3]La Constitución no define ni enumera los delitos políticos; tampoco
la ley penal tiene una definición precisa de éstos[4]Ahora bien la doctrina del Derecho Penal
Constitucional desarrolló un criterio objetivo (por el bien jurídico atentado-
Organización Política o Constitucional del Estado); como un criterio subjetivo (por el fin o
ánimo político que impulsa al agente, propio de doctrina liberal) y un criterio mixto que
combina ambos y que a su vez puede ser extensivo (todo el que atente contra el organización
política constitucional del Estado aún cuando no se ejecuten con finalidad política o se ejecuta
con fines políticos pero no lesionan bienes jurídicos políticos) comorestrictivo (exigen la
presencia necesaria del atentado incluso como peligro a la organización política constitucional
y el fin político), al que me adscribo junto a Cerezo Mir, Rodríguez Devesa, entre otros.[5]
El Tribunal Constitucional[6]desarrolla el criterio mixto restrictivo, asumiendo en la
sentencia recaída en el Expediente N° 3966-2004-HC/TC, que los delitos políticos "...Son
aquellos que atentan contra la estabilidad y normal funcionamiento de los poderes públicos. En
ese sentido, la intencionalidad y objetivo del agente se deriva de la relación gobernante-
gobernado. A través de los delitos políticos se impugna, por móviles ideológicos, el
poder de los órganos políticos vigentes. Estos no surgen por ningún tipo de
razonabilidad personal o ánimo de lucro. Igualmente, esta excepción [respecto a la extradición]
se extiende a los actos conexos, cuando la acción criminal sirve para ejecutar o
favorecer el atentado contra la organización y funcionamiento del cuerpo
político, o para procurar la impunidad del mismo. Debe señalarse que no se consideran
como delitos políticos y por ende son factibles de extradición, los casos derivados
de terrorismo, magnicidio y genocidio..."[7] [8]
NATURALEZA DEL DELITO POLÍTICO:
Algunos consideran la naturaleza del delito político como extrajurídica[9]particularmente
preferiría que se considere un fenómeno metajurídico, habida cuenta que no está ajeno al
Derecho, sino es el resultado de una relación imbricada entre Política y Derecho.

Desarrollo histórico del delito político


Desde que hubo Estado, hubieron delitos políticos, por ser estar en tensión el ejercicio del
poder resulta relativo y depende de la volutad del gobernante, de quien ejerce la tituraridad en
un Estado. El Estado por el solo hecho de serlo, tiene la absoluta necesidad de garantizar su
existencia y seguridad frente a conductas que tienden a destruirlo o desconocer su soberanía,
interna e internacional. Así el Estado dicta normas que lo protegen del delito político.
a. Roma: Constituía delito político decapitar, vender o quemar la estatua del emperador,
faltar el respeto a imágenes imperiales, negarse a jurar por el César o modelar estatua de mayor
altura que las dedicadas a él. En el Digesto, se conoce al delito político como el "crimen de
majestatis", adoptando una tipificación más amplía, porque mantiene como base los conceptos
antes referidos y añade a ellos varias formas de sedición, dirigidas contra el pueblo o contra la
seguridad pública, pero exigiendo que se pruebe que detrás de ellas, está presente una
intención dolosa. En las Partidas, encontramos definido al delito político, como la "Lease
Majestatis" esto es, como un crimen, como una infracción de suma gravedad, "tanto quiere
decir en romance como yerro de traición que faze ome contra la persona del rey". Las Partidas
enumeran por lo menos catorce formas de traición, equivalentes al crimen de majestatis, que
en suma, se reducen a ofensas contra la autoridad y la persona del monarca.
b. Edad Media: El delito político, hasta desaparecida la Edad Media, era equivalente a una
infracción con un contenido indefinido que abarcó todo acto hostil en contra del Estado, entre
político que para esta época se hallaba confundido, con la persona del rey, las sanciones
aplicadas a los responsables de esta grave infracción fueron del todo arbitrarias. Por ejemplo, el
Papa Bonifacio VIII, en su calidad de Jefe de Estado, dispuso la destrucción de la casa de los
autores del delito de lesae majestatis, además de privarles del derecho de testar. La sanción, en
el ejemplo, afectó no solo al autor del delito, sino inclusive a su descendencia.
c. Revolución Francesa: So pretexto de la Revolución Francesa, se utilizaron fórmulas del
momento que impedían que la marcha del proceso revolucionario se detenga, por la presencia
de sutilezas de índole jurídico como despojar a los contrarrevolucionarios de todo derecho,
inclusive el de la defensa y los procesos que desarrollaron para sancionar delitos políticos, se
volvieron discrecionales, los jueces no tenían otro límite que su consciencia.
El desarrollo del concepto de delito político ha sufrido variaciones que han sembrado
dificultades en el camino, para establecer criterios homogéneos que nos lleven a formular un
concepto único. La dificultad mayor para llegar a una definición, válida para todos, nace del
hecho de que la noción de esta figura, se subordina a la suerte que corre el sujeto activo, en su
propósito de hacer realidad un ideal. Miguel Macedo ilustra esta circunstancia, en unos versos
que publicó en París: "Hoy es la fiesta del admirable ancángel que arrojó al diablo del cielo. Si
el diablo hubiera arrojado a San Miguel, sería la fiesta del diablo".
d. Actualidad del Delito Político: En este estadio conviene detallar conforme lo hace
VALLE RIESTRA[10]"...paulatinamente, el campo conceptual de la delincuencia política fue
reduciéndose al eliminar sucesivamente al magnicida, al falsificador de moneda con fines de
sabotaje político-económico, al anarquista, al autor de crímenes vandálicos, al genocida, a
quien se apodera ilicitamente de aeronave s comerciales en vuelo, etc..."
En la actualidad, nuestro Sistema Jurídico ha reconocido el criterio mixto restringido para
determinar la existencia de un delito político, conjugandolímites objetivos como subjetivos,
quizá el subjetivo implica la gran distinción con la comisión de un delito común, puesto que a
diferencia de estos, se valora con más cuidado el móvil, sustentándose en el hecho de que el
sujeto activo, tiene una concepción nueva o por lo menos distinta del Estado y del hacer
político, con relación al criterio de quienes obstentan el poder y para conseguir materializar su
ideal, utiliza métodos que no son admitidos por quienes gobiernan, generando tensión.
El delito político resulta una suerte de aspiración que la mayoría de la gente desea, pero que se
trastoca en delito, porque en el intento de alcanzar el ideal, fracasa el autor, que es el conductor
de un proceso social a todas luces positivo. Es la actitud de un espíritu superior que guiado por
principios morales, políticos y sociales altruistas, trata de construir una sociedad nueva,
rompiendo esquemas y estructuras, a costa de ser considerado un delincuente, si fracasa en su
propósito.
Así el delito político responde a la política de cada Estado, de acuerdo a sus intereses,
determinándose de manera casuística, así "...en el caso concretode los delitos políticos,
la interpretación y aplicación del Derecho por parte de los jueces se da en el marco de una
coyuntura ligada a un contexto de tensión, sea fáctico por la gravedad de los hechos, o jurídico
reconocido a través de la declaratoria de un estado de excepción o conmoción
interior..."[11] [12]

Móvil del delito político


La Organización de Estados Americanos ha señalado lo siguiente: "Los delitos políticos se
caracterizan por el objeto o móvil que ha determinado la ofensa, objeto o móvil de
naturaleza altruista y que consiste en tener en la mira la instauración de un
ordenamiento político jurídico diferente del que está en vigor y que se considera
con razón o sin ella, éticamente superior a éste"[13].

Clasificación del delito político


Los delitos político han sido divididos en delitos políticos puros, propios de criterios de
definición mixtos restrictivos y que merecen un tratamiento benevolente del Derecho Penal
Internacional (regulados en el Título XVI del Código Penal, sea rebelión, sedición, motín,
conspiración) atentan contra derechos que pertenecen al Estado) y delitos políticos relativos o
concurrentes, propio de criterios subjetivos (atentan contra un individuo o al Estado pero por
fines políticos), y esto a su vez, en complejos (concurso real de delitos comunes y delitos
políticos, verbigracia de robos y daño en una rebelión) y conexos (concurso medial de delitos
comunes con delitos políticos, y que violan derechos individuales con un fin político,
verbigracia del robo de armamento con fin de rebelión).

Criterios doctrinales para determinación del delito


político[14]
El criterio objetivo establece que hay delito político cuando el objeto de la tutela penal es de
naturaleza política, es decir, cuando se trata de cualquier ataque al Estado, sea en su existencia,
integridad, seguridad, forma o constitución, tomando en cuenta el bien jurídico lesionado (el
ataque a los derechos políticos de los ciudadanos o a la política estatal). En este caso pueden ser
considerados delitos políticos el de traición, sedición y rebelión.
El criterio subjetivo, sustentada por Lombroso y Ferri entre otros, establece que hay que
remitirnos al movil de la acción, si el fin que persigue el titular de la acción es político,
estaremos frente a un delito político, o sea que cualquier acto contrario a la ley puede ser delito
político si está inspirado en motivos nobles, y no con fines egoístas, y para el bien común,
según su autor.
Las teorías mixtas sustentadas entre otros por Soler combinan ambas posiciones
requiriéndose que el delito sea objetivamente político y que la finalidad del autor sea
moralmente buena.

Delitos políticos en nuestro Código Penal


Conforme se venía sosteniendo, nuestro Código Penal regula los delitos políticos en el título
XVI con los siguientes delitos de conformidad con el Art. 45° y 46° de la Constitución Política
[15]
a. Rebelión: Art. 346° "El que se alza en armas para variar la forma de gobierno, deponer al
gobierno legalmente constituido o suprimir o modificar el régimen constitucional, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor de veinte años."
b. Sedición: Art. 347° "El que, sin desconocer al gobierno legalmente constituido, se alza en
armas para impedir que la autoridad ejerza libremente sus funciones o para evitar el
cumplimiento de las leyes o resoluciones o impedir las elecciones generales, parlamentarias,
regionales o locales, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor
de diez años."
c. Motín: Art. 348° "El que, en forma tumultuaria, empleando violencia contra las personas
o fuerza en las cosas, se atribuye los derechos del pueblo y peticiona en nombre de éste para
exigir de la autoridad la ejecución u omisión de un acto propio de sus funciones, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de seis años."
d. Conspiración: Art. 349° "El que toma parte en una conspiración de dos o más personas
para cometer delitos de rebelión, sedición o motín, será reprimido con pena privativa de
libertad no mayor de la mitad del máximo de la señalada para el delito que se trataba de
perpetrar."
e. Seducción, usurpación y retención: Art. 350° "El que seduce a tropas, usurpa el mando
de las mismas, el mando de un buque o aeronave deguerra o de una plaza fuerte o puesto de
guardia, o retiene ilegalmente un mando político o militar con el fin de cometer rebelión,
sedición o motín, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor a los dos tercios del
máximo de la señalada para el delito que se trataba de perpetrar."

Delincuencia política
La característica del delincuente político, es el altruismo, busca el mejoramiento de las
condiciones colectivas de la existencia, de aquí que las constituciones de todos los paises
civilizados establezcan un regimen de excepción para el delito político: autoriza el perdón
(amnistía o indulto), o un régimen especial, y ello trae consecuencias jurídicas notables:
derechos de asilos y no extradición para el delincuente de este género.
Los delincuentes políticos son tratados con una severidad represiva menor que en caso de los
delincuentes comunes y son objeto del llamado "derecho de asilo" que se compone del derecho
de admitir a una persona en su territorio, permitirle permanecer en el territorio, negarse
extraditarlo a otro Estado y a no perseguir, castigarla o privarla de su libertad.
La competencia para permitir el asilo se da por el principio de soberanía territorial de los
Estados y la práctica internacional en materia de extradición.
Luis Jiménez de Asúa (1889-1970) opositor al régimen de Franco, que debió por ello exiliarse
en Argentina, distingue los delitos políticos de los comunes o atávicos, clasificándolos a su vez,
en delitos políticos en sentido estricto (ejecutados para cambiar la forma de gobierno y crear
otra nueva); anarquistas (contra la organización estatal, destruyéndola); y sociales (con el fin
de lograr una mas distribución de la riqueza).
Los fines del delincuente político son generosos y propician la mejora social, a través de
contradecir lo estipulado en leyes y políticas de gobierno que consideran inadecuadas. El hecho
sigue siendo antijurídico aunque no se castigue, o se lo haga más benévolamente, salvo que la
revolución triunfe y entonces al adecuarse las normas a las nuevas ideas resulten las
actuaciones lícitas.[16]
Savater[17]considera que los delincuentes políticos son "asesinos épicos", cuyas supuestos
objetivos sociales deberían más bien provocar el rechazo de cualquier demócrata. "Lo más
perturbador de estos crímenes" [políticos] – advierte -, "es que son cometidos altruísticamente,
en nombre de otros y para "salvarles" hacen recaer sobre colectivos enteros" [es decir, sobre
la comunidad o sobre algunos sectores sociales] "la sospecha de complicidad o al menos
complacencia con los asesinos". El supuesto fin noble del llamado delito político encierra
"generalizaciones fraudulentas" que convierte a los "desalmados no precisamente desarmados
en auténticos portavoces de los grandes valores que dicen defender". Savater encuentra por ello
difícil que se le reconozca estatus político "al que asesina, extorsiona, roba, tortura, secuestra,
apalea o causa estragos movido por ideas políticas…".

Conclusiones
-Desde un criterio mixto restringido, el delito político es el que atenta contra la estabilidad y
normal funcionamiento de los poderes públicos, impugnando por móviles políticos altruistas el
poder de los órganos políticos vigentes.
-El delito político constituye un fenómeno metajurídico, pues consolida la relación entre el
Derecho, precisamente el Derecho Penal, con el fenómeno político.
-Su delimitación, interpretación y aplicación responde a la política estatal, propia de
una ideología adoptada, en nuestro caso de Estado Constitucional Democrático y de Derecho,
que implica la sujeción del poder político al Derecho.
-La regulación del delito político en nuestro sistema, encierra paradojas como la gravedad de
las penas en Derecho Penal-benevolencia en aplicación del Derecho Penal Internacional; la
tutela de los principios que legitiman al sistema-derecho de insurgencia; entre otras, todas
estas libradas a la coyuntura política, sin que se aviste solución legislativa cercana.
-Su aplicación a nivel tanto de Derecho Penal como de Derecho Penal Internacional o Derecho
Humanitario, requiere de la coyuntura que se genera a consecuencia de su comisión, por la
tensión que existe en la defensa de los gobernantes de turno de su fuente de poder y el derecho
de insurgencia consagrado constitucionalmente.
-El éxito del proceso de impugnación del poder político, que genere el eventual cambio de
régimen, con un movil político, expresión del derecho de insurgencia, orientado por un sentido
altruista, permite una debida aplicación de esta institución, pero esta conveniencia es una
paradoja más.

Autor:
Joe Oriol Olaya Medina*

[1] GARCÍA NAVARRO, Edward. “Lecciones de Derecho Penal Parte Especial” Jurista Editores.
Noviembre 2009. Lección 5. Delitos contra el Orden Constitucional. Pág. 285.
[2] N. del A.: Al respecto cabe indicar que ello tiene una doble fundamentación, por un lado la
no injerencia en conflictos políticos internos de los países y porque existe incompatibilidad
entre el delito político en un Estado Democrático como en un Estado Totalitario, además de
motivos humanitarios, la neutralidad y hasta morales.
[3] PRADO SALDARRIAGA considera una de las Cláusulas de exclusión o reglas denegatorias a
la obligación de extraditar como principio general o regla que regulan la extradición: Que la
extradicción se base en la immputación de un delito político puro u objetivo; o que se trate de
un delito puramente militar o de carácter tributario; o punibles con penas privativas de libertad
de corta duración; advirtiendo con ello que “...la naturaleza de la infracción ha generado otras
flexibilizaciones. Por ejemplo, la restricción del carácter político del delito a los típicos actos de
rebelión o sedición, posibilitando la extradición en los casos de delitos de terrorismo,
magnicidio o atentados contra los derechos humanos (torturas, ejecuciones extrajudiciales y
desaparición forzada de personas). En ese mismo sentido, el tratamiento denegatorio otorgado
únicamente a los delitos típicamente militares (deserción, abandono de destino, insulto al
superior) excluye de él los discutibles “delitos de función” o “con ocasión de un acto de
servicio”. Estos últimos por su naturaleza y calificación de delitos comunes deben dar lugar a la
extradición...Algo similar ha ocurrido con la exclusión extradicional de los delitos tributarios.
En la actualidad dicha posibilidad no alcanza a los ilícitos realizados a través del fraude como la
evasión o defraudación tributaria...”. En: PRADO SALDARRIAGA, Victor R. “Criminalidad
Organizada”. Idemsa. Lima-Perú. 2006. Pág. 277-279.
[4] N. del A.: Convendría un debate respecto de la vulneración del principio de legalidad de la
ley penal, dado que se reconocen efectos a la “conexidad” de los delitos políticos, resultando
abierto (ley penal en blanco); empero, asumiendo que se trata de una institución con matices
políticos como jurídicos, consideramos la relativización del principio de legalidad, dado que el
análisis de esta institución es de Derecho Penal Constitucional, antes que exclusivo del Derecho
Penal como Constitucional.
[5] N. del A.: Comparto la definición de Cuello Calón quien considera que delito político es
“aquel cometido contra el órden político del Estado, así como cualquier otra clase determinada
por móviles políticos”
(http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/anjuris/cont/252/pr/pr8.pdf), puesto que
no se puede ser ajeno a la necesidad de interpretación restrictiva propia del Derecho Penal en
general, pero tampoco a la cláusula de conexidad para fines de extradición.
[6] N. del A.: Del Fundamento del voto del magistrado del Tribunal Constitucional Ernesto
Álvarez Miranda en el Expediente N° 1680-2009-
PHC/TC.En:http://www.tc.gob.pe/tcaldia_sentencias/magistrado_alvarez/01680-2009-HC-
ANTAUROHUMALAealvarez.pdf, se advierte que el referido magistrado mantiene el criterio al
considerar que el Título XVI Delitos contra los Poderes del Estado y el Orden Constitucional,
son delitos políticos: “...el delito de rebelión (artículo 346º), así como los de sedición (artículo
347º), motín (artículo 348º), conspiración (artículo 349º) y otros (artículo 350º), son
situaciones que afectan tanto el orden constitucional como el desarrollo ordinario de las
instituciones estatales, cuya tipificación se encuentra en el Título XVI del Código Penal,
denominado “Delitos contra los Poderes del Estado y el Orden Constitucional”. El elemento
rector de estos delitos políticos es que el móvil consiste en alterar o variar la forma de gobierno,
así como exigir de las autoridades públicas el cumplimiento de una determinada acción...”
[7] GARCÍA BELAUNDE, Domingo. “Diccionario de Jurisprudencia Constitucional”. DELITO
POLÍTICO. Edit. Grijley. 2009. Pág. 157.
[8] http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2005/03966-2004-HC.html
[9] https://www.monografias.com/trabajos16/delito-politico/delito-politico.shtml
[10] VALLE RIESTRA, Javier. Comentario al Art. 37° de la Constitución Política del Estado.
En: “La Constitución Comentada”. Tomo I. Gaceta Jurídica. 2005. Pág. 588.
[11] Fundamento del voto del magistrado del Tribunal Constitucional Ernesto Álvarez Miranda
en el Expediente N° 1680-2009-PHC/TC. En:
http://www.tc.gob.pe/tcaldia_sentencias/magistrado_alvarez/01680-2009-HC-
ANTAURO_HUMALA_ealvarez.pdf
[12] Nota del Autor: Ello se entiende con mayor amplitud cuando se trata de un Estado que
asume doctrina y legislación liberal, en cuyo ámbito se presenta un tratamiento benévolo al
delincuente político por respeto al caracter altruista de sus móviles; lo contrario ocurriría en un
régimen totalitaria en el que cualquier intento de impugnar el orden constitucional implicaría
generaría intolerancia política.
[13] Caracterización del delito político de la OEA citado en Corporación Colectivo de Abogados
José Alvear Restrepo; Terrorismo o rebelión. Propuestas de regulación del conflicto armado,
Bogotá, diciembre de 2001, pág.60.
[14] Sobre la noción de delito político. Fundación Social Asesoría De Derechos Humanos. En:
www.derechoshumanosypaz.org
[15] Art. 45° “...Ninguna persona, organización, Fuerza Armada, Policía Nacional o sector de la
población puede arrogarse el ejercicio de ese poder (del Estado). Hacerlo constituye rebelión o
sedición...”; Art. 46° “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador, ni a quienes asumen
funciones públicas en violación de la Constitución y de las Leyes. La población civil tiene el
derecho de insurgencia en defensa del orden constitucional”. Se debe entender en la medida
que “...una cosa es defender el sistema democrático de derecho, mediando los mecanismos que
prevé el Derecho positivo y, otra muy distinta, apelar a las armas y a la violencia para derogar al
gobierno-legalmente instituido-, deponerlo y así variar la forma de gobierno...”. En: PEÑA
CABRERA FREYRE, Alonso Raúl. “Derecho Penal” Parte Especial. Tomo VI. Idemsa. Lima-
Perú. 2011. Pág. 95.
[16] http://derecho.laguia2000.com/uncategorized/delitos-politicos
[17] Citado por Eduardo Posada Carbo. “Sobre el delito político”. En:
http://www.ideaspaz.org/articulos/download/49_delito_pol%EDtico.pdf

Delitos políticos
15 de Diciembre del 2014
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Juan Manuel Charry Urueña
Abogado constitucionalista
jcharry@charrymosquera.com.co
Twitter: @jmcharry

El Acto Legislativo 1 del 2012, por el cual se establecen instrumentos jurídicos de


justicia transicional en el marco del artículo 22 de la Constitución, agrega el
artículo 67 transitorio, en el sentido de que una ley estatutaria regulará los delitos
considerados conexos al delito político para efectos de la posibilidad de participar
en política, excluyendo los delitos de lesa humanidad y genocidio “cometidos de
manera sistemática”. Nada dice de los delitos de guerra ni del crimen de agresión.

La Constitución establece en varias de sus disposiciones que en el evento de delitos


políticos: Se puedan inaplicar las penas a través de la amnistía y del indulto;
además, no se aplica la extradición de nacionales colombianos; y por último, no hay
lugar a inhabilidades de congresistas, magistrados y diputados, por su comisión y
sanción con pérdida de la libertad. No obstante lo anterior, la Constitución no
define estos delitos, como tampoco lo hace la ley.

Se suelen considerar delitos políticos aquellos del Código Penal bajo el título de
delitos contra el régimen constitucional y legal en el cual se agrupan los tipos de
rebelión, sedición y asonada, como lo reconoce la Sentencia C-986 del 2010, así
como la posibilidad de que el legislador confiera el carácter de conexos a otros tipos
penales siempre que cumpla con las condiciones de razonabilidad y
proporcionalidad. En la Sentencia C-928 del 2005, se consideró el delito político
como aquella infracción que busca el cambio de las instituciones o del sistema de
gobierno, caracterizado por su espíritu altruista, que en armonía con el Estatuto de
Roma, excluiría de esta categoría o conexos los delitos de genocidio, de lesa
humanidad, crímenes de guerra y el crimen de agresión.

La Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, aprobada


por la Ley 707 del 2001, en su artículo 5º, señala que el delito de desaparición
forzada no será considerado político para efectos de extradición. De otra parte, la
Ley 733 del 2002, artículo 13, dispone que los delitos de terrorismo, secuestro y
extorsión no son objeto de amnistías e indultos, ni podrán ser considerados como
delitos conexos con el delito político dada su condición de atroces.

Para la Corte Constitucional el delito de terrorismo no puede ser considerado como


político, sentencias C-1055 del 2003, C-037 del 2004 y C-587 del 2008, además, la
Convención Interamericana contra el Terrorismo, aprobada mediante la Ley 1108
del 2006, establece una lista de delitos que no se pueden considerar como políticos,
para efectos de extradición o asistencia jurídica mutua.

El delito de sedición para quienes conformen grupos de guerrilleros o de


autodefensa, previsto en la llamada Ley de Justicia y Paz, fue declarado inexequible
por vicios de procedimiento, en la Sentencia C-370 del 2006, sin que la Corte
entrara en el debate acerca de si el delito político se extendía a los grupos
paramilitares.
La Corte Constitucional, al analizar los delitos en combate, en la Sentencia C-456
de 1997 consideró los delitos políticos como formas desviadas de acción política
que suscitan una respuesta represiva. Con anterioridad, en la Sentencia C-009 de
1995, entendió por delito político aquel inspirado en un ideal de justicia.

Así las cosas, en principio, se tendría que los delitos políticos son los de rebelión,
sedición y asonada, caracterizados por altruismo o ideal de justicia. En relación con
estos, el legislador puede establecer qué tipos penales son conexos siempre que
respete los criterios de razonabilidad y proporcionalidad, sin olvidar que la
jurisprudencia constitucional ha excluido de tal conexidad los delitos de genocidio,
de lesa humanidad, de guerra, el crimen de agresión y el terrorismo, ni que,
mediante tratado internacional, hay una lista de delitos considerados no políticos
para efectos de extradición y asistencia jurídica mutua. Por último, la Ley 733
dispone que el terrorismo, el secuestro y la extorsión no pueden considerarse
políticos ni conexos.

La ley estatutaria que desarrollaría el artículo transitorio 67 de la Constitución sería


revisada previamente por la Corte Constitucional, que tendría que tener en cuenta
los convenios internacionales, el Estatuto de Roma y los antecedentes
jurisprudenciales; por lo tanto, no sería coherente ni consecuente, si permitiera que
los crímenes más graves de transcendencia internacional se consideraran como
conexos del delito político, con el argumento de que no fueron cometidos de
manera sistemática.

En otras palabras, por deseable que sea la paz y por generosa que sea la justicia
transicional, los limitados términos del Acto Legislativo 1 del 2012 y del artículo
transitorio adicionado a la Carta, no son suficientes para desconocer los tratados
internacionales, ni los criterios que definen los delitos políticos, como tampoco la
proporcionalidad y razonabilidad que requiere la regulación de sus delitos conexos.
1. . DERECHO CONSTITUCIONAL PERUANO LOS DERECHOS CIVILES Y
POLÍTICOS II Parte SEMANA 10 – SESIÓN 10 ANGEL FERNANDO LA TORRE
GUERRERO
2. 2. DERECHO CONSTITUCIONAL PERUANO TEMARIO LOS DERECHOS CIVILES Y
POLÍTICOS II Parte • El derecho a la Iniciativa Legislativa • El derecho de Revocatoria
o Remoción de autoridades. • El derecho a la Extradición y Asilo Político.
3. 3. RECORDEMOS: Art. 31° Constitución Política del Perú: Los ciudadanos tienen
derecho a Participar en los Asuntos Públicos mediante: – – – – – El Referéndum; La
Iniciativa Legislativa; La Remoción de Autoridades; La Revocación de Autoridades; La
Demanda de Rendición de Cuentas.
4. 4. MECANISMOS DE PARTICIPACIÓN ¿Cómo podemos ejercer nuestro Derecho a la
Participación? • La Ley No. 26300 dispone las formas en que los peruanos podemos
participar en los asuntos públicos y controlar la actuación de nuestras autoridades.
5. 5. Artículo 31° • Los ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos públicos
mediante – REFERÉNDUM; – INICIATIVA LEGISLATIVA; – REMOCIÓN DE
AUTORIDADES; – REVOCACIÓN DE AUTORIDADES; y – DEMANDA DE
RENDICIÓN DE CUENTAS. • Tienen también el derecho de ser elegidos y de elegir
libremente a sus representantes, de acuerdo con las condiciones y procedimientos
determinados por ley orgánica.
6. 6. – Es derecho y deber de los vecinos participar en el gobierno municipal de su
jurisdicción. La ley norma y promueve los mecanismos directos e indirectos de su
participación. – Tienen derecho al voto los ciudadanos en goce de su capacidad civil. –
El voto es personal, igual, libre, secreto y obligatorio hasta los 70 años. Es facultativo
después de esa edad. – Es nulo y punible todo acto que prohíba o limite al ciudadano
el ejercicio de sus derechos.
7. 7. PROCEDIMIENTOS PARTICIPATIVOS • El Marco Normativo que rige el ejercicio
del derecho de participación ciudadana lo constituye la Ley Nº 26300, ley regula el
ejercicio de los derechos de participación y control de ciudadanos de conformidad con
la Constitución. LEY 26300 LEY DE LOS DERECHOS DE PARTICIPACIÓN Y
CONTROL CIUDADANOS
8. 8. Son derechos de Participación de los ciudadanos los siguientes: a. Iniciativa de
Reforma Constitucional; b. Iniciativa en la formación de leyes; c. Referéndum; d.
Iniciativa en la formación de ordenanzas regionales y ordenanzas municipales; y, e.
Otros mecanismos de participación establecidos en la legislación vigente. Son
derechos de Control de los ciudadanos los siguientes: a. Revocatoria de Autoridades,
b. Remoción de Autoridades; c. Demanda de Rendición de Cuentas; y, d. Otros
mecanismos de control establecidos por la presente ley para el ámbito de los
gobiernos municipales y regionales.
9. 9. • Antes de continuar es bueno saber que los ciudadanos tienen derecho a participar
Directa e Indirectamente en los asuntos públicos del Gobierno.
10. 10. DERECHOS DE PARTICIPACIÓN DIRECTA • Se concreta mediante la Elección
de Autoridades del Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial. • La elección de las
autoridades de los diferentes poderes públicos constituye una característica esencial
de nuestro sistema democrático, lo que la hace básicamente representativa. • Estos
procesos eleccionarios tienen carácter mandatario, las convocatorias son realizadas
por el Presidente de la República en los plazos establecidos por ley. • De no realizarlo
cabe hacerlo por iniciativa ciudadana, aunque este procedimiento igualmente no está
definido por la ley de participación.
11. 11. DERECHOS DE PARTICIPACIÓN INDIRECTA Iniciativa de Reforma
Constitucional Parcial o Total. • Son propuestas elaboradas por ciudadanos, que
aceptadas siguen el procedimiento que establece la Constitución para los casos de
Reforma Constitucional. • Es a la ONPE como órgano electoral al que le compete la
organización y ejecución del proceso, el mismos que quedaría sujeto a las garantías
de los proceso generales establecidos en la Ley Orgánica de Elecciones.
12. 12. • La INICIATIVA LEGISLATIVA: Es un Derecho Un Derecho a la Iniciativa  En la
Formación de Leyes
13. 13. En el Perú tienen derecho a la Iniciativa Legislativa: 1. El Presidente de la
República; y 2. Los Congresistas. También tienen el derecho de Iniciativa en la
formación de las leyes, en las materias que les son propias: 1. Los otros Poderes del
Estado, 2. Las Instituciones Públicas Autónomas, 3. Los Municipios, y 4. Los Colegios
Profesionales.
14. 14. También lo tienen los ciudadanos que ejercen el derecho de Iniciativa conforme a
ley.
15. 15. La Iniciativa Legislativa y el Derecho de promover una Reforma Constitucional Es
el Derecho a presentar proyectos de ley que tienen los ciudadanos sobre las materias
tanto de interés local como nacional. Estas pueden presentarse al Congreso de la
República si son de Interés Nacional o al Consejo Municipal si son de Interés Local
(mediante propuestas de ordenanzas). También es el Derecho para parcialmente la
Constitución. cambiar total o
16. 16. ¿Cómo podemos utilizar este Derecho? 1. La propuesta se presenta por escrito
ante la ONPE (Oficina Nacional de Procesos Electorales). 2. Está propuesta debe
contar con las firmas comprobadas de no menos del 0.3 % de la población electoral
nacional, quienes deben firmar un padrón indicando su nombre y el número de su DNI.
3. Una vez comprobado el número de firmas por la ONPE, la Iniciativa se envía al
Congreso, en que se dictamina y se vota el Proyecto presentado, en el plazo de 120
días calendarios.
17. 17. • La Iniciativa Legislativa podrá ser fundamentada por dos representantes del
grupo que la presentó. • Si el Congreso aprueba la Iniciativa Legislativa, esta se
convierte en Ley. Si la desaprueba o es aprobada con modificaciones, se puede pedir
Referéndum. • El plazo para que el Congreso dictamine y vote el proyecto es de 120
días calendarios. • La Iniciativa Legislativa debe ser debatida por el Pleno del
Congreso, aunque no haya dictamen favorable.
18. 18. Iniciativa en la Formación de las Leyes. • Iniciativa ciudadana que al ingresar al
Congreso tiene trámite preferencial y se establece plazo para elaborar Dictamen e
ingresar a pleno para su votación, 120 días. • Además, la norma establece dos
supuestos para que la iniciativa legislativa sea consultada vía Referéndum a la
ciudadanía. – El primer supuesto se produce si la norma es rechazada por el
Congreso, y – El segundo cuando a pesar que la norma ha sido aprobada los
promotores consideran que se ha desvirtuado la misma. • Igualmente, en el caso de
producirse un Referéndum, ONPE tendría que organizar y ejecutar dicho proceso.
19. 19. • Toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso (con mayoría
absoluta del número legal de sus miembros), y ratificada mediante Referéndum.
Puede omitirse el referéndum cuando el acuerdo del Congreso se obtiene en dos
legislaturas ordinarias sucesivas con una votación favorable, en cada caso, superior a
los dos tercios del número legal de congresistas. • La ley de reforma constitucional no
puede ser observada por el Presidente de la República. • La iniciativa de reforma
constitucional corresponde al Presidente de la República, con aprobación del Consejo
de Ministros; a los congresistas; y a un número de ciudadanos equivalente al cero
punto tres por ciento (0.3%) de la población electoral, con firmas comprobadas por la
autoridad electoral (Art. 206° CPP).
20. 20. Referéndum. • Constituye uno los procedimientos más característicos de la
participación ciudadana directa, porque permite realizar consulta puntuales a los
ciudadanos. • Lo más resaltante de este procedimiento es que se puede aplicar tanto a
nivel nacional, como regional y local. • Esto permite realizar consultas en lugares más
focalizados, donde la dedicación y el menor costo podrían generar una practica más
constante de integración del ciudadano en las decisiones del órgano estatal.
21. 21. ¿Qué nos dice la Constitución respecto al Referéndum?:
22. 22. Pueden ser sometidas a Referéndum: 1. La Reforma Constitución; Total o Parcial
de la 2. La aprobación de normas con rango de ley; 3. Las ordenanzas municipales; y
4. Las materias relativas descentralización. al proceso de
23. 23. No pueden someterse a Referéndum 1.la supresión o la disminución de los
Derechos Fundamentales de la Persona, 2.Las Normas de carácter tributario y
presupuestal, y 3.Los Tratados Internacionales en vigor. (Art. 32° CPP).
24. 24. Los CIUDADANOS tienen derecho a participar en los Asuntos Públicos mediante:
1. Referéndum; 2. Iniciativa Legislativa; 3. Remoción de Autoridades; 4. Revocación de
Autoridades, y 5. Demanda de Rendición de Cuentas. Derecho al Voto Los
CIUDADANOS también tienen el derecho de ser elegidos y de elegir libremente a sus
representantes, de acuerdo con las condiciones y procedimientos determinados por
ley orgánica. (Art. 31° - párrafo primero CPP)
25. 25. • Tienen derecho al voto los ciudadanos en goce de su Capacidad Civil. • La
Capacidad Civil, también llamada Capacidad de Obrar o Capacidad de Ejercicio: Es la
cualidad ó aptitud de la Persona Natural para constituir, modificar, o extinguir
relaciones públicas (No podemos decir que sólo las personas que tienen capacidad
civil son las únicas que pueden efectuar Actos Jurídicos). La Capacidad Civil
determina la eficacia de los actos realizados por ella. Podemos clasificar la capacidad
civil en: • Capacidad plena o normal: correspondiente a la persona Mayor de Edad, no
incapacitada legalmente. Puede realizar todos los actos de la vida civil, salvo los
expresamente exceptuados. • Capacidad limitada: como por ejemplo ser menor de
Edad, ser un sordomudo que no sabe leer ni escribir, ni puede expresarse de otra
forma; ser prodigo, ó que se le ha declarado la interdicción civil • la persona afectada
por las mismas no puede realizar en mayor o menor medida todos o algunos actos con
eficacia jurídica.
26. 26. En el Perú el voto tiene las siguientes características: 1. Es Personal, 2. Igual, 3.
Libre, 4. Secreto, y 5. Obligatorio hasta los setenta años. Es facultativo después de
esa edad. • Es nulo y punible todo acto que prohíba o limite al ciudadano el ejercicio
de sus derechos. • Es derecho y deber de los vecinos participar en el gobierno
municipal de su jurisdicción. La ley norma y promueve los mecanismos directos e
indirectos de su participación.
27. 27. NO OLVIDAR: en el Perú son ciuDaDanos los Peruanos mayores De 18 años.
Para el ejercicio de la ciudadanía se requiere la inscripción electoral.
28. 28. REVOCATORIA DE AUTORIDADES Es el Derecho para destituir de sus cargos a:
– Alcaldes y Regidores; – Autoridades Regionales que provengan de Elección Popular;
y – Magistrados que provengan de Elección Popular. Si a nuestro criterio son
ineficientes y corruptos.
29. 29. • La solicitud de destitución se refiere a una autoridad en particular. • No procede,
ni en el 1er. año del mandato, ni en el último. • La consulta se lleva a cabo si el 25 %
de los electores de una autoridad en un distrito o en una provincia, con un máximo de
400.000 electores, presenta la solicitud de Revocación de un mandato.
30. 30. • El JNE convoca a consulta electoral, la que se efectúa dentro de los 90 días
siguientes de solicitado formalmente. • De darse el caso se destituye a la autoridad, la
que es reemplazada por el candidato que alcanzó el segundo lugar en su lista. • Si se
destituyó a más de 1/3 del Concejo se convoca a nuevas elecciones.
31. 31. Revocatoria de Autoridades. • A nivel nacional se han realizado dos veces este tipo
de consulta (1997 y 2001) con diferentes resultados, encontrándose problemas en los
votos considerados válidos para el cómputo, por considerar que para que se produzca
la revocatoria, los promotores deberían alcanzar el 50% más uno de los votos de los
electores del padrón de electores y no de los que sufragaron. • Otro tema a resaltar es
el hecho que se puede promover con justificación pero sin prueba. • Las normas dan
un trato diferente a las autoridades municipales y regionales revocadas. Las
Autoridades Municipales revocadas pueden postular en las elecciones municipales
siguientes, pero no pueden postular en las elecciones regionales.
32. 32. REMOCIÓN DE FUNCIONARIOS Es el Derecho a destituir a un funcionario
designado por el Gobierno Central como son el Prefecto, Gobernador, Teniente
Gobernador. ¿Cómo se hace? • Lo debe solicitar más del 50 % de los electores de la
jurisdicción. • Una vez comprobada la autenticidad de las firmas, el funcionario
removido no podrá ocupar el mismo cargo en los siguientes cinco años. • La autoridad
política deberá nombrar quien lo reemplace.
33. 33. Remoción de Autoridades. • Este procedimiento no se ha ejercitado, ni en
jurisdicciones pequeñas, donde la reunión de firmas sería más factible. • Tal vez
porque la población canaliza sus desacuerdos de manera diferente a las establecidas
por este procedimiento, como denunciarlo ante el responsable del sector o generar
una corriente de opinión pública a través de medios de comunicación.
34. 34. Demanda de Rendición de Cuentas. • Este procedimiento está igualmente
enmarcado dentro del derecho de información y de petición de los ciudadanos. • Se
presenta como supuesto extremo, cuando la Autoridad no nos informa sobre el manejo
económico de la institución. • A pesar de la importancia de este procedimiento y de la
casi nula práctica de las Autoridades de informar sobre temas económicos a la fecha
no se ha ejercitado este procedimiento, a pesar que se puede solicitar tanto a nivel
nacional, como regional y local.
35. 35. ASILO POLÍTICO Se entiende por DERECHO DE ASILO, a la institución mediante
la cual un PERSEGUIDO POLÍTICO (“delincuente para el Estado que lo persigue”)
queda exento del control de la JURISDICCIÓN local, por el hecho de conseguir refugio
en: –La sede de una EMBAJADA que reconozca este derecho; ó –Que se le conceda
albergue en TERRITORIO EXTRANJERO
36. 36. El ASILO es una institución muy generalizada desde la antigüedad, la cual ha
caído en completo desuso en la mayoría de países de Europa y en los Estados
Unidos, pero ha sido practicada con mucha frecuencia por las naciones
Latinoamericanas. Esto en razón a las constantes luchas políticas que se han
presentado en la región, permitiendo así, la configuración y perfeccionamiento de esta
figura en el Derecho Internacional Americano.
37. 37. DELITOS POLÍTICOS “Podría decirse” que son los delitos que atacan la seguridad
externa o interna de un ESTADO. El Sujeto Pasivo es el Estado, el cual puede ser
atacado en su soberanía exterior o interior. Para el Estado que reclama al perseguido,
cuando se trata de un ASILO, este tipo de delito se determina por un hecho que
intenta violentar o transformar el funcionamiento de un gobierno, por motivos
ideológicos, afectando la Estructura del Estado.
38. 38. IMPORTANTE • El Estado reconoce el ASILO POLÍTICO. • Acepta la calificación
del ASILADO que otorga el GOBIERNO ASILANTE. • En caso de expulsión, no se
entrega al asilado al país cuyo gobierno lo persigue Artículo 36° de la Constitución
Política del Perú.
39. 39. CLASES DE ASILO • Asilo Religioso; • Asilo Diplomático; y • Asilo Territorial
40. 40. ASILO RELIGIOSO Tiene por objeto la impunidad del individuo por el hecho de
haber estado en contacto con una cosa divina o relacionada con la divinidad. Existe
una prerrogativa en el derecho católico que expresa: que la iglesia goza del derecho
de asilo en tal forma que los reos que en ella se refugien no han de sacarse de allí, a
menos que la necesidad sea urgente, sin el consentimiento del rector de la iglesia. Sin
embargo esta se considera como derogada, en virtud de la renuncia hecha por la
iglesia a este derecho, según se estableció en el tratado de Letrán en 1929.
41. 41. ASILO DIPLOMÁTICO Es una figura del derecho iberoamericano que tiene sus
raíces en los numerosos Golpes de Estado que sucedieron en los dos siglos pasados,
en Sudamérica. No cabe duda que es una costumbre de ámbito internacional.
Mediante esta figura se brinda protección a quienes se consideran perseguidos
políticos o ideológicos. La protección se logro acudiendo a las misiones diplomáticas
(embajadas y consulados) del país del que se quería la protección.
42. 42. • Funcionarios del Estado donde está ubicada la misión diplomática no pueden
ingresar a las instalaciones u oficinas que representan dicha misión y de hecho deben
facilitar la salida del solicitante de asilo.
43. 43. ASILO TERRITORIAL Protección que ofrece un Estado en su territorio a aquellos
extranjeros que llegan a el, perseguidos por otro Estado por motivos políticos.
44. 44. FUNDAMENTO JURIDICO DEL ASILO Actualmente predomina un criterio jurídico,
basado en la existencia de un TRATADO (norma contractual) que autoriza el
otorgamiento del ASILO, siempre y cuando se cumplan con ciertos requisitos
establecidos previamente en este. Lo que le da validez a la decisión de un órgano
asilante al extender el amparo a un solicitante es la norma contractual (llamada
TRATADO) que se origina en una convención debidamente ratificada por los estados
involucrados.
45. 45. DOCTRINAS DEL ASILO • Para los Juristas Marcial Rubio Correa y Enrique
Bernales: “Derecho de Asilo Político o Diplomático se puede definir como el amparo
que da el Estado dentro de su territorio o su sede diplomática, a una persona
perseguida por otro Estado, en base a razones políticas”.
46. 46. • Para el Jurista LLANOS MANSILLA: “Entiende por Derecho de Asilo la protección
que un Estado ofrece a las personas que no son nacionales suyos y cuya vida o
libertad están en peligro por actos, amenazas o persecuciones de las autoridades de
otro Estado e incluso por personas o multitudes que hayan escapado al control de
dichas autoridades”.
47. 47. • De ambas definiciones se deduce que es necesario esclarecer el concepto de
amparo jurídico que se encuentra implícito en todo ASILO: • "El amparo jurídico viene
a ser, una situación jurídica creada por la manifestación de voluntad del Estado
asilante. Implica que el gobierno extranjero está dispuesto a llevárselo a su territorio si
es el caso, a protegerlo; • Sus leyes, sus jueces, su ejército están dispuestos a
protegerlo”.
48. 48. CONCLUSIÓN: ASILO POLÍTICO Es el derecho que tiene una persona a no ser
extraditado de un país a otro que lo requiere para juzgarle por delitos políticos. Cuando
el asilo político se concede a personas que se encuentran en lugares que por las
convenciones diplomáticas se consideran una extensión del territorio nacional, tales
como la sede de embajadas o consulados, la residencia del embajador o los buques
de guerra anclados en puertos extranjeros, se lo denomina Asilo Diplomático.
49. 49. LA EXTRADICIÓN • Es el procedimiento por el cual una persona acusada, o
condenada por un delito, conforme a la Ley de un Estado, es detenida en otro y
devuelta al primero para ser enjuiciada, o que cumpla la pena ya impuesta. • Si bien
existe una cooperación internacional muy activa para la represión de los delitos,
continúa existiendo la regla de que un Estado está obligado a conceder la extradición
de un delincuente extranjero, solamente si existe Tratado Internacional con el Estado
que requiere la extradición. • Cuando no hay Tratado, el Estado requerido está
facultado para acordar la extradición, pero no está obligado a concederla.
50. 50. En la mayor parte de los Tratados de Extradición se requiere que: – El Estado que
la pide demuestre la existencia de causa para enjuiciar o castigar al requerido; – El
delito imputado sea de cierta gravedad o uno de aquellos respecto de los cuales se ha
previsto la extradición, y – Ese delito se haya tipificado como tal tanto en la legislación
penal del Estado requerido como en la del requirente.
51. 51. • Se establece la extradición con respecto a las personas procesadas o
condenadas por las autoridades de un Estado y que se encuentre en el territorio de
otra. • Para ello se requiere que la condena o proceso en el otro Estado sea de cierta
gravedad; una condena superior a dos años o un proceso por un juicio del que puede
resultar sanción superior a dos años. • Se solicita además que el Estado requirente
tenga jurisdicción para conocer y fallar el delito. • No se extraditará hacia los Estados
que tengan pena de muerte, o en caso de que el mismo delito por el que se requiere a
un individuo ya haya sido juzgado en el Estado requerido.
52. 52. DIFERENCIA EXISTE ENTRE ASILO Y EXTRADICCION • La EXTRADICIÓN y el
ASILO para muchos autores son consideradas actos de soberanía, actos de voluntad
propios de Estados soberanos, y ambos tienen su basamento real en el ejercicio
territorial de la soberanía. • La EXTRADICIÓN nació como contrapunto al derecho de
ASILO, con el objeto de hacer efectiva la persecución de los delincuentes comunes,
esto es, de los autores de hechos que ofenden o lesionan bienes jurídicos estimados
como tales por el común de las gente.
53. 53. • En cambio, el derecho de ASILO nace al producirse la situación contraria, es
decir, como garantía contra la injusta, ilegal y arbitraria persecución de aquellas
personas que hayan realizado actos considerados como delitos por el país de origen o
de su residencia habitual, pero no por el común de las gentes, y que generalmente
consisten en el ejercicio de derechos inherentes a la persona humana, en sus
vertientes política, social, ideológica, cultural o en persecución por razón de su raza,
religión u grupo social.
54. 54. • Se puede decir que, en una cuestión a priori, que el ASILO ha constituido y
constituye un obstáculo para la EXTRADICIÓN, ya que es aquella institución que
protege a un individuo que presuntamente ha cometido un delito según la legislación
del país extranjero pero que no lo es para la mayoría de los restantes Estados, por lo
55. que por medio de esta última institución se busca la entrega a otro Estado a un sujeto
acusado o condenado por la comisión de un delito
56. 55. • La extradición sólo se concede por el Poder Ejecutivo previo informe de la Corte
Suprema, en cumplimiento de la ley y de los tratados, y según el principio de
reciprocidad. • No se concede extradición si se considera que ha sido solicitada con el
fin de perseguir o castigar por motivo de religión, nacionalidad, opinión o raza. •
Quedan excluidos de la extradición los perseguidos por delitos políticos o por hechos
conexos con ellos. No se consideran tales el genocidio, ni el magnicidio, ni el
terrorismo. Artículo 37° de la Constitución Política del Perú
57. 56. • CONCLUSIÓN: LA EXTRADICIÓN Es el procedimiento por el cual una persona
acusada, o condenada por un delito, conforme a la Ley de un Estado, es detenida en
otro y devuelta al primero para ser enjuiciada, o que cumpla la pena ya impuesta.

Corrupción en Perú | Las principales 14


investigaciones que implican a políticos,
magistrados y empresarios
Al menos cuatro expresidentes, una excandidata presidencial, el actual alcalde, una
exalcaldesa y un exgobernador regional están en la lista de investigados del Ministerio
Público. La mayoría de los casos tiene estrecha relación con el escándalo Lava Jato.

18 de noviembre del 2018 - 3:10 PM


Ana Bazo Reisman





En esta lista te recordamos las investigaciones abiertas que comprometen a ex autoridades de
todos los poderes del Estado, empresarios y excandidatos. | Fuente: Fotos: Andina

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Fiscalía solicitó impedimento de salida del país para Alan García


Este jueves 15 de noviembre, el fiscal José Domingo Pérez amplió la investigación preliminar
a Alan García por la presunta comisión de los delitos de lavado de activos y colusión
agravada. Sobre este último ilícito incluyó también en su disposición a Enrique
Cornejo y Oswaldo Plasencia. Horas después, Pérez presentó un pedido de impedimento de
salida del país para García.

Como se puede verificar en el portal del Equipo Especial de Fiscales, la indagación está
centrada en el proyecto del Tren Eléctrico de Lima. Hasta ayer, Pérez Gómez solo había
previsto sobre los exfuncionarios el posible delito de tráfico de influencias. El nuevo escenario
coincide en fecha con dos situaciones: el interrogatorio en el que esta mañana participó el
exmandatario aprista y la publicación de IDL-Reporteros que confirmaría pagos
de Odebrecht que García siempre negó.

Pero esta no es la única investigación de gran impacto político que sigue su curso en el
Ministerio Público. Junto a ella destacan otras 13 por la notoriedad de sus presuntos
operadores y por el grado de perjuicio al Estado.

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¿Cuál es la relación de Alan García con el caso Odebrecht y Lava


Jato?

1. Caso Tren Eléctrico de Lima - Tramo I


Las investigaciones preliminares señalan que en 2009 el entonces presidente Alan García
Pérez se reunió con el representante de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, para negociar un
acuerdo sobre el proyecto de construcción del Tren Eléctrico de Lima. Estas conversaciones
habrían originado el diseño de una movida legal -el decreto de Urgencia 032, emitido ese año
por el Ejecutivo, y otras regulaciones- que terminó beneficiando a Odebrecht con la
adjudicación del proyecto y perjudicando al Estado con sobrecostos imprevistos en la
planificación de la obra. Además del exmandatario, otras dos personas son investigadas: el
exministro de Transportes, Enrique Cornejo Ramírez, y el ex director ejecutivo de la
Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico, Oswaldo Plasencia Contreras.

*Delito investigado: Tráfico de influencias, colusión agravada, lavado de activos.

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¿Qué es el tráfico de influencias?

2. Caso Metro de Lima - Línea 1


Si bien el Metro de Lima y el Tren Eléctrico se refieren a una misma obra de transporte
público, la investigación fiscal sobre el proyecto está separada en dos fases de presunta
ilicitud. Una es la anteriormente mencionada y la otra tiene que ver con la licitación en
concreto. Los presuntos autores son diferentes.

Esta segunda investigación -ya en etapa preparatoria- señala que el exviceministro de


Comunicaciones en el segundo gobierno de Alan García, Jorge Cuba Delgado, acordó
con Odebrecht el otorgamiento de la licitación de obras de los tramos I y II de la Línea 1 del
Metro de Lima. La empresa brasileña habría repartido en sobornos un total de 8 millones 100
mil dólares en favor de Cuba y los exmiembros del Comité Especial de Licitación Edwin Luyo
Barrientos, Mariella Huerta Minaya y Santiago Chau Novoa.
El movimiento del dinero incluye testaferros (el ex asesor Miguel Ángel Navarro Portugal, la
expareja de Cuba, Jessica Tejada Guzmán, y el sobrino de Cuba, Víctor Muñoz Cuba),
empresas off-shore y cuentas bancarias en paraísos fiscales. Los siete investigados tienen
orden de prisión preventiva, aunque solo cinco la cumplen: Chau Novoa no ha sido ubicado
hasta el momento y la prófuga Huerta Minaya tiene un proceso de extradición pendiente.

*Delitos investigados: Tráfico de influencias, cohecho pasivo propio, colusión y lavado


de activos.

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¿Qué es el delito de lavado de activos?

3. Caso campañas presidenciales


La Fiscalía analiza el financiamiento de las campañas de los expresidentes Ollanta
Humala, Alejandro Toledo, Alan García y Pedro Pablo Kuczynski. Según información del
ex representante de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, la empresa repartió a las candidaturas
un total de 4 millones 200 mil dólares (US$3 millones para la campaña de Humala en 2011;
US$ 700 mil para la campaña de Toledo en 2011; US$ 300 mil para la campaña de PPK en el
2011; y US$ 200 mil para la campaña de Alan García en el 2006).

A esta indagación se suma la campaña de 2011 de Keiko Fujimori (US$1 millón 200 mil).
Esta última se encuentra recluida preventivamente en el penal Anexo de Mujeres de
Chorrillos desde el pasado 1 de noviembre, luego de que el juez de Investigación Preparatoria
de la Sala Penal Nacional, Richard Concepción Carhuancho, aprobara la medida cautelar
solicitada por el fiscal José Domingo Pérez.
Como se recuerda, Fujimori es investigada por supuestamente liderar una organización
conformada por otros miembros de su partido para disfrazar aportes de Odebrecht como
ganancias de actividades proselitistas; entre ellas, cócteles y rifas.

*Delito investigado: Lavado de activos.

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Fiscales que denunciaron a 'Los Cuellos Blancos del Puerto'


recibieron reconocimiento por su labor

4. Caso Los Cuellos Blancos del Puerto


En el informe preliminar de la Fiscalía del Callao se sostiene la teoría de una organización
criminal que involucra a jueces de la Corte Suprema (entre ellos el prófugo y detenido en
España César Hinostroza), al expresidente de la Corte Superior del Callao Walter Ríos, a
exconsejeros del Consejo Nacional de la Magistratura, a fiscales supremos y al propio fiscal
de la Nación, Pedro Chávarry.

Según la Fiscalía, los implicados habrían coordinado contrataciones irregulares de


trabajadores, direccionado el nombramiento de jueces y fiscales, y facilitado fallos
o situaciones que beneficiaron a terceros. Las principales evidencias parten de
conversaciones telefónicas que sostuvieron los investigados y que fueron registradas con
autorización judicial.

Hasta el momento, el Poder Judicial ha dictado prisión preventiva contra Hinostroza, Ríos y el
exconsejero Julio Gutiérrez Pebe. La investigación también incluye al presidente de la
Federación Peruana de Fútbol, Edwin Oviedo, y al empresario dueño de Iza Motors, Antonio
Camayo, por sus presuntos nexos y contraprestación de favores con los suspendidos jueces.

*Delitos investigados: Organización criminal, patrocinio ilegal, cohecho, tráfico de


influencias, peculado.

5. Caso Aeropuerto de Chinchero


La adjudicación de obras del aeropuerto de Chinchero, en Cusco, tiene una carpeta en el
Ministerio Público. En el gobierno del expresidente Pedro Pablo Kuczynski, presuntos
movimientos indebidos con una adenda y un supuesto favorecimiento al consorcio empresarial
Kuntur Wasi motivaron pesquisas. El principal investigado preliminar por este caso es el
exministro de Economía, Alfredo Thorne.

En marzo de 2018, el entonces Fiscal de la Nación Pablo Sánchez Velarde ordenó archivar la
investigación contra el exministro de Transportes y ahora presidente de la República, Martín
Vizcarra. Sin embargo, como indicó Sánchez en su momento, Vizcarra podría volver como
investigado si las indagaciones arrojan pruebas que lo incriminen.

*Delito investigado: cohecho activo genérico, lavado de activos.

6. Caso Interoceánica Sur Perú - Brasil, Tramos II y


III
Aquí el principal investigado es Alejandro Toledo Manrique, sobre quien ya pesan dos
órdenes de prisión preventiva de 18 meses y un requerimiento de extradición. La Fiscalía
apunta al expresidente -quien se encuentra en Estados Unidos y aún no ha sido detenido por
falta de aprobación judicial de ese país- como receptor de 20 millones de dólares
de Odebrecht. Este dinero habría servido a modo de soborno para el otorgamiento de las
licitaciones de las obras de la Carretera Interoceánica en sus tramos II y III.

La ruta del dinero se conectaría con el recordado caso Ecoteva. Otros supuestos implicados
en el caso Interoceánica son los empresarios José Alejandro Graña Miro Quesada, Fernando
Martín Gonzalo Camet Piccone, Hernando Alejandro Constancio Graña Acuña, José Fernando
Castillo Dibós y Gonzalo Ferraro Rey. Todos ellos son investigados en libertad, bajo la figura
de la comparecencia simple.

*Delitos investigados: Tráfico de influencias, colusión y lavado de activos.

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7. Caso No a la Revocatoria
La campaña del “No”, que en 2013 salvó de la destitución a la entonces alcaldesa de
Lima, Susana Villarán, tiene carpeta en el Ministerio Público. De acuerdo con la
Fiscalía, Villarán y el exgerente municipal José Miguel Castro presuntamente pidieron a las
empresas brasileñas Odebrecht y OAS un total de 4 millones de dólares para el
financiamiento de su publicidad y otras actividades. En teoría, a cambio de los aportes, la
autoridad edil entregó el proyecto Vías de Lima a Odebrecht y amplió el plazo de concesión de
la Línea Amarilla con una adenda a favor de OAS.

*Delitos investigados: Cohecho y lavado de activos.

8. Caso Campaña de reelección de Susana Villarán


Por este caso son investigadas tanto la exalcaldesa Susana Villarán como el fundador del
movimiento Diálogo Vecinal, Juan Carlos Becerra Jara, el extesorero José Castro Joo y la
ex contadora de la agrupación, Mónica Pozo Palomino. El cargo imputado por la Fiscalía es
el de presunto lavado de activos por uso y ocultamiento de dinero que habría provenido
de Odebrecht y OAS. Además, Diálogo Vecinal habría presentado ante la Oficina Nacional de
Procesos Electorales (ONPE) una lista con aportantes falsos.

*Delito investigado: Lavado de activos.

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Susana Villarán

9. Caso WhatsApp por Línea Amarilla


El saliente alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, también está en la lista de investigados
del Ministerio Público junto a la ex gerente de Proyectos de Inversión Privada de la
Municipalidad de Lima, Giselle Zegarra, y el expresidente de OAS, José Adelmário
Pinheiro.

Las indagaciones preliminares se basan en una conversación de WhatsApp (que se conoció


en 2017) entre la funcionaria y el empresario. Ambos buscaron presuntamente coordinar
reuniones con Castañeda para que OAS no suscriba el contrato de Río Verde -un proyecto ya
negociado por Susana Villarán- y así priorizar el proyecto de construcción del bypass de la
avenida 28 de julio.

*Delitos investigados: Colusión y negociación incompatible.

10. Caso Asesorías de empresas vinculadas a PPK


La Fiscalía investiga preliminarmente al expresidente Pedro Pablo Kuzcynski por las
asesorías financieras que, entre el 2002 y el 2015, prestaron empresas vinculadas a su
entorno en favor del Grupo Odebrecht y otras compañías. Durante su gestión como ministro
de Economía y presidente del Consejo de Ministros, las empresas Westfield Capital, First
Capital y Latin American Enterprise fueron contratadas, según las indagaciones, para los
proyectos Trasvase Olmos e IIRSA Sur, en sus tramos II y III. Por este caso, Kuczynski tiene
una orden de impedimento de salida del país con un plazo de 18 meses.
*Delito investigado: Lavado de activos.

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11. Caso Gasoducto Sur Peruano


En esta investigación preliminar están incluidas más de 25 personas; entre ellas, la ex primera
dama Nadine Heredia. La Fiscalía ha solicitado que el expresidente Ollanta Humala sea
considerado en las pesquisas. El caso parte de una denuncia de la Procuraduría
Anticorrupción, que resalta irregularidades entre el 2008 (gobierno de Alan García) y el 2014
(gobierno de Ollanta Humala) en la licitación del proyecto del Gasoducto Andino del Sur, así
como dilaciones en el proyecto Mejoras a la Seguridad Energética y Desarrollo del Gasoducto
Sur Peruano.

De acuerdo con las indagaciones iniciadas el 2016, el Estado no oficializó el vencimiento de


un primer contrato y lo extendió indebidamente con una carta fianza tras consultorías con
abogados privados. Finalmente, en un proceso de concurso, habría interferido para dejar fuera
a la empresa que competía con Odebrecht. Sobre esta selección, la Fiscalía presume que
hubo sobornos.

*Delitos investigados: Colusión y negociación incompatible.

12. Caso Costa Verde - Tramo del Callao


La Fiscalía investiga al gobernador del Callao, Félix Moreno, por un supuesto soborno de 4
millones de dólares proveniente de la empresa Odebrecht a cambio del otorgamiento del
proyecto Vía Costa Verde en su tramo chalaco. El acuerdo ilícito, según las indagaciones,
habría sido efectuado por el allegado de Moreno, Gil Shavit. Con el dinero presuntamente
recibido, Moreno habría financiado parte de su campaña de reelección, en la que se contrató
al publicista Luis Favre. Tanto Moreno como Shavit son investigados en libertad y tienen una
orden de comparecencia con restricciones.

*Delitos investigados: Tráfico de influencias y lavado de activos.

Mira también

Fiscal denunció un presunto blindaje al 'Club de la Construcción'

13. Caso Club de la Construcción


Esta carpeta fiscal, que ya está en etapa preparatoria, tiene a 18 personas investigadas. El
llamado ‘Club de la Construcción’ era una agrupación de empresas peruanas e internacionales
que se asociaron para repartirse adjudicaciones de obras de infraestructura. De esta manera,
ningún integrante de la organización perdía del todo cuando el proyecto convocado por el
Ministerio de Transportes y Comunicaciones era cedido a una de las compañías.

Según la Fiscalía, el funcionario del MTC -ahora detenido- Carlos Eugenio García Alcázar y
el supuesto lobista Rodolfo Edgardo Prialé de la Peña, eran los encargados de viabilizar la
buena pro para la firma elegida por el conglomerado empresarial. De acuerdo con las
indagaciones, la empresa ganadora habría pagado el 2.92% del valor de cada obra a Prialé de
la Peña.
*Delitos investigados: Tráfico de influencias, lavado de activos y asociación ilícita para
delinquir.

14. Caso Vía Evitamiento de Cusco


Esta investigación preparatoria comprende al exgobernador regional de Cusco Jorge Acurio
Tito. Según la tesis fiscal, la ex autoridad habría recibido en 2012 un soborno de tres millones
de dólares de la empresa Odebrecht por la buena pro del proyecto de la Vía
Evitamiento. Para disfrazar el origen del dinero, el empresario Gustavo Salazar Delgado le
habría prestado a Acurio la cuenta de una de sus empresas off-shore.

Luego de que Acurio fuera vacado en 2013, la compañía de Salazar y otra off-shore de
Odebrecht habrían firmado un contrato ficticio para simular la razón del dinero depositado. El
abogado José Francisco Zaragozá Amiel habría participado en este contrato, por lo que
también está considerado en el caso. Acurio cumple, desde mayo pasado, una orden de 18
meses de prisión preventiva.

*Delitos investigados: Tráfico de influencias y lavado de activos.

[DATO ADICIONAL] Desde 2016 existe en el Ministerio Público un equipo especial de fiscales
que tiene a su cargo una treintena de casos complejos y casi todos relacionados con el
escándalo de corrupción internacional Lava Jato. En el conteo que presentamos para este
informe, la mayoría de investigaciones se encuentran en este despacho especial.

Historia[editar]
La concepción moderna del delito político aparece por primera vez en el Código penal de 1791
aprobado durante la Revolución Francesa en el que el delito de lèse majesté, que en
el Antiguo Régimen castigaba cualquier atentado contra la persona del rey, su familia o sus
funcionarios inmediatos, se transforma en el delito de lèse nation, en un crimen contra el
Estado. "A partir de esa fecha, en algunos países europeos más lentamente que en otros, el
Estado, la nación o el pueblo, más vastos y más abstractos, eran postulados como el objeto
del crimen político, y no, o no exclusivamente, la persona del gobernante, su familia y sus
servidores", afirma Edward Peters.2
La definición de las conductas que se incluían en el delito político fluctuaron a lo largo del siglo
XIX –por ejemplo, el encubrimiento de una traición o no informar de ella a las autoridades
apareció, desapareció y volvió a aparecer en los diversos códigos penales- y los juicios de
este tipo de crímenes fueron objeto de críticas, como la de François Guizot que advertía del
peligro de juzgar intenciones y no hechos, y de que las presunciones suplantaran a las
pruebas, ya que en muchas ocasiones los testimonios provenían de espías, informadores
y agents provocateurs, además de que la prensa era con frecuencia excluida de las salas de
sesiones.3
En el siglo XIX se reconocían dos tipos de delito político: el interno y el externo. Al principio el
castigo que mereció el primer tipo no fue demasiado severo, pero a partir de 1870 el criminal
político dejó de ser visto como un reformador idealista y pasó a ser considerado un traidor a la
unidad nacional, a un pueblo (del que Estado solo era su expresión), siendo equiparado con el
delito político externo. En este cambio en la consideración del delito político tuvieron mucho
que ver las crecientes tensiones que se vivieron entre las potencias europeas en las décadas
anteriores a la Primera Guerra Mundial, así como el proceso de "nacionalización de las
masas" que experimentaron los Estados europeos durante esos mismos años. "Ahora, el
Estado, como la ley, representaba y hasta personificaba a un pueblo, y se la hacía funcionar
de acuerdo con la voluntad del pueblo; quienes se oponían a él, criminales ordinarios o
criminales políticos, se oponían a la voluntad del pueblo, y gradualmente el criminal político
llegó a ser considerado más peligroso –y más repulsivo- que el criminal ordinario". Una idea
sobre la supuesta vulnerabilidad de los estados que se vio confirmada por la amenaza de los
movimientos revolucionarios y cuya principal manifestación fue la irrupción
del terrorismo anarquista en las décadas finales del siglo XIX y las primeras del siglo XX.4
la autoridad.

Antiguo Régimen
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La Bastilla, fortaleza del rey en París usada como cárcel, era considerada como símbolo del Antiguo
Régimen por sus enemigos, y su toma como el inicio de la Revolución que llevó al Nuevo
Régimen (1789-1799). Sus escombros fueron objeto de un comercio parecido al que doscientos años
más tarde tuvieron los del muro de Berlín.

Antiguo Régimen (en francés: Ancien régime) fue el término que los revolucionarios
franceses utilizaban para designar peyorativamente al sistema de gobierno anterior a
la Revolución francesa de 1789-1799 (la monarquía absoluta de Luis XVI), y que se aplicó
también al resto de las monarquías europeas cuyo régimen era similar. El término opuesto a
este fue el de Nuevo Régimen (en España, Régimen Liberal).
Puede aplicarse también como equivalente a una época que, prácticamente, coincidiría con lo
que se conoce como Edad Moderna.

Índice

 1Origen de la expresión
 2Definición
 3Extensión
o 3.1El modelo francés
o 3.2El caso español
o 3.3Otros países europeos
 4Características
o 4.1Economía y demografía
 4.1.1Demografía
 4.1.2Comercio
 4.1.3Industria
o 4.2Sociedad
o 4.3Sistema político
o 4.4Pensamiento, cultura y arte
 5Véase también
 6Referencias
 7Bibliografía
 8Enlaces externos

Origen de la expresión[editar]
Aunque su utilización es contemporánea a la Revolución, la mayor responsabilidad de su
fijación en el ámbito literario le pertenece a Alexis de Tocqueville, autor del ensayo El Antiguo
Régimen y la Revolución.1 En ese texto indica precisamente que «la Revolución francesa
bautizó lo que abolía» («la Révolution française a baptisé ce qu'elle a aboli»); Tocqueville
opuso confusamente este concepto al periodo medieval, oposición que se hizo común en
la historiografía durante los siglos XIX y primera mitad del XX y que historiadores posteriores
han discutido, especialmente François Furet.2
Desde el punto de vista de los reaccionarios enemigos de la revolución, el término Antiguo
Régimen fue reivindicado con un punto de nostalgia, siguiendo el tópico literario del «paraíso
perdido» (o el manriqueño «cualquiera tiempo pasado fue mejor»). Talleyrand llegó a decir
que «los que no conocieron el Antiguo Régimen nunca podrán saber lo que era la dulzura del
vivir» («ceux qui n'ont pas connu l'Ancien Régime ne pourront jamais savoir ce qu'était la
douceur de vivre»).
La aplicación del término a las estructuras económicas y sociales se atribuye a Ernest
Labrousse,3 y fue difundido por la contemporánea Escuela de Annales, con gran aceptación
en España a través de hispanistas como Pierre Vilar o Bartolomé Bennassar. Su utilización
con este sentido, que no era usual antes, se hizo habitual por los autores del tercer cuarto del
siglo XX, como Antonio Domínguez Ortiz, Gonzalo Anes o Miguel Artola, que terminaron por
fijar el concepto en la historiografía española. La aplicación del término a la historia de las
instituciones españolas es muy anterior, pero parece que también se originó por influencia
francesa, como es el caso de la obra del hispanista de finales del XIX Georges Desdevises du
Dézert,4 recogida por Antonio Rodríguez Villa en 1897.5

Definición[editar]
Mapa de Europa de Herman Moll (1703). Los colores utilizados por el cartógrafo no designan entidades
políticas existentes, sino más bien el recuerdo de las antiguas divisiones geográficas de época romana
(Galia, Italia, Germania), junto con otras que sí son efectivas (Imperios Turco y Ruso, Confederación
Helvética, Reinos de Portugal, Suecia o Polonia).

Desde el punto de vista del materialismo histórico, el Antiguo Régimen se puede definir como
una formación económico social, es decir, la combinación peculiar de modos de
producción y relaciones sociales para un ámbito espacio-temporal más o menos amplio, que
construye su adecuada superestructura política y que se justifica por su
correspondiente ideología. En tal sentido son tres las características de una sociedad de
Antiguo Régimen, a saber:

 1º sistema económico: en transición del feudalismo al capitalismo;6

 2º relaciones sociales: determinadas por la oposición entre la sociedad estamental y


una burguesía que no puede acceder al papel de clase dominante que ocupan
los estamentos privilegiados;

 3º sistema político: monarquía absoluta o, como poco, monarquía autoritaria. La tensión


fundamental en este ámbito es la que se produce entre la centralización del poder y el
respeto a los privilegios de todo tipo (personales, estamentales y territoriales), que
mantenían una gran multiplicidad de jurisdicciones y fueros.

Extensión[editar]
Recreación moderna que presenta las efectivas divisiones políticas después del Tratado de
Westfalia (1648), que cierra la Guerra de los Treinta Años con un nuevo equilibrio europeo sobre el
naciente concepto de relaciones internacionales en pie de igualdad.

El concepto de Antiguo Régimen puede aplicarse con propiedad a los reinos de Europa
occidental que tienden a definirse como Monarquías autoritarias, y más tarde
como monarquías absolutas, términos de los analistas de la historiografía que no usaban los
implicados, desde finales de la Edad Media. El primer ejemplo fue, sin duda, Portugal. Para
finales del siglo XVI sólo Francia, Inglaterra y la Monarquía Hispánica se pueden añadir a la
lista. Inglaterra superará el concepto a lo largo de los siglos XVI y XVII derivando hacia lo que
se ha denominado como Nación-Estado. Los demás, durante la crisis del Antiguo
Régimen (1751-1848). Para el resto de Europa el concepto es de uso problemático (ver
apartado otros países europeos en este mismo artículo). Para el resto del mundo,
únicamente América, durante el periodo que fue colonizada por las potencias europeas, podría
(forzando mucho el concepto) considerarse en algo semejante al modelo vigente en
sus metrópolis.7 La Independencia americana coincide con el final del Antiguo Régimen; de
hecho, contribuye decisivamente a él. Los otros continentes son colonizados posteriormente,
ya en época industrial o Nuevo Régimen. El caso de Japón representa una formación
económico social que, de alguna manera, muestra similitudes con las occidentales, por lo que
algunos autores le han aplicado el concepto de feudalismo o el de monarquía absoluta (no
tanto el Antiguo Régimen), y sería esa similitud (frente a la diferencia de China, un imperio
hidráulico) junto con la no sumisión colonial lo que explicaría la posibilidad de su acceso
acelerado a la modernidad en la Era Meiji.8
La imposibilidad de retrotraer el concepto a entidades políticas de un periodo anterior, incluso
en Europa, viene del hecho de que las formas políticas medievales eran de carácter feudal,
dependientes en alguna medida del Imperio o del Papado, o bien eran alguna forma
de ciudad-estado; por otro lado, el naciente comercio era aún algo marginal, y la sociedad
estamental (ya definida) aún no había producido sus mecanismos e instituciones finales. En
ningún caso responden a los requisitos propuestos.
La duración temporal del Antiguo Régimen coincidiría con lo que llamamos Edad Moderna: del
siglo XV al XVIII. Esto es válido tanto para Francia (desde el fin de la Guerra de los Cien
Años hasta la Revolución francesa) como para España (de 1492 a 1808). No obstante, algún
autor, como Arno Mayer, argumenta la persistencia de rasgos propios del Antiguo Régimen en
la Europa de finales del siglo XIX y hasta la Primera Guerra Mundial.9
El modelo francés[editar]
Artículo principal: Antiguo Régimen en Francia

La reconciliación de Enrique III y Enrique de Navarra, por Rubens (1628). Un episodio de la guerra de
los tres Enriques, que terminó ganando el de Navarra, futuro Enrique IV.

El Antiguo Régimen tomado como modelo se desarrolló en Francia al emerger la monarquía


francesa de la dinastía Valois de su enfrentamiento con Inglaterra en la Guerra de los Cien
Años, marginando a la rival Borgoña y sometiendo a la mayor parte de los "estados
nobiliarios" más o menos levantiscos (Normandía, Provenza...). La vuelta de la sede
pontificia de Avignon a Roma tras la resolución del Cisma de Occidente supuso una
disminución del control que había llegado a alcanzar la monarquía francesa sobre la Iglesia, e
Italia pasará a ser el principal tablero de juego en la disputa de la hegemonía europea. En ese
contexto Luis XI sería un buen ejemplo de rey autoritario para el siglo XV. Francisco I, en la
primera mitad del XVI, no consiguió prevalecer sobre su enemigo Carlos V, ni en las guerras
europeas ni en la expansión colonial, pero consiguió asentar un poder interior indiscutible. El
turbulento periodo que llevará a sus sucesores a las Guerras de religión de la segunda mitad
del siglo XVI terminará con el breve pero decisivo reinado de Enrique IV que inaugura
la dinastía de Borbón. En el reinado de Luis XIII y la minoría de edad de Luis XIV, validos
como Richelieu y Mazzarino irán hábilmente concentrando el poder real en medio de una
complicada coyuntura europea e interior (Guerra de los Treinta Años y Fronda). No se
alcanzará su paradigma más acabado hasta la monarquía absoluta de Luis XIV, que pudo
hacerse llamar el rey Sol.
Identificados, al menos en teoría, el interés del Estado, el del Pueblo y el del Rey, se avanza
en la construcción de un mercado de dimensiones nacionales, con el respaldo de un imperio
colonial (que sufre grandes altibajos al albur de las continuas guerras); se moderniza
la administración y los impuestos (la gabela, la tallación) todo lo que
los privilegios estamentales o territoriales permiten; se consigue la imposición del catolicismo
(revocación del Edicto de Nantes) y el control de la Iglesia (galicanismo); o se prestigia
el francés como la lengua común (y la culta de Europa, en sustitución del latín) y el vehículo
de una pujante cultura (Molière, Racine, Corneille) que destrona al Siglo de Oro español,
institucionalizada en la Académie Française.
No obstante, la acumulación de contradicciones entre la cerrada sociedad estamental y la
pujanza de la burguesía llevó a la Revolución francesa de 1789, que fue modelo de las
demás revoluciones burguesas que transformaron los sistemas políticos europeos
en monarquías constitucionales a lo largo del siglo XIX o repúblicas en el horizonte de
la Primera Guerra Mundial.
El caso español[editar]
Artículo principal: Instituciones españolas del Antiguo Régimen

El mendigo, de Murillo. A pesar de individuos e instituciones caritativas que veían en el pobre una
imagen de Jesucristo, el Antiguo Régimen asociaba la pobreza extrema y públicamente exhibida a todo
género de vicios, tal como muestran la literatura picaresca genuinamente española y los arbitristas. No
faltaron leyes destinadas a reprimir la mendicidad y proyectos de encerrar a los pobres en asilos, lejos
de la visión del público, frustrados por el endémico déficit presupuestario de la monarquía española. 10

El modelo español se diferenció del francés en lo que Ignacio Vicent López llamó una cuestión
de estilo.11 El reinado de los Reyes Católicos fue decisivo en la elaboración de este estilo, que
se fundamentaba en la conciencia de la monarquía católica. Este sistema se prolongaría con
variaciones bajo los Habsburgo hasta que a la llegada de los Borbones se adopte
el modo francés en lo que llegaría a ser una monarquía absoluta, aunque nunca pudo librarse
de las huellas del antiguo estilo.
El éxito es indudable, y aventajó al de la monarquía francesa durante el siglo XVI: se consigue
un conjunto territorial sin parangón (Felipe II pudo decir "en mis dominios no se pone el sol")
que, aunque poco cohesionado, puede ser eficazmente gobernado desde un centro
localizable en Castilla tras la Guerra de las Comunidades (1521) y la elección de Madrid
como capital política (1561); de Castilla se drenan una fabulosa cantidad de recursos
impositivos (alcabalas, regalías, servicios de unas Cortes comprensivas, Quinto Real de las
remesas metálicas americanas) que se gastan en la política europea que identifica los
intereses de la Monarquía Católica con los de la causa del catolicismo. El éxito queda
confirmado por la propia Leyenda Negra, explicada tanto por la realidad del cruel dominio
sobre América (de la que los propios colonizadores fueron conscientes: polémica de los
naturales), la represión de la disidencia (a la que se forzaba a la asimilación, la expulsión o
la hoguera: conversos, moriscos; o las más minoritarias conductas consideradas antinaturales,
la brujería y los mínimos focos de protestantes) y la impotencia de sus enemigos, resignados a
combatir con propaganda antiespañola a la potencia hegemónica (el paralelismo con
el antiamericanismo del siglo XX es claro). El control interior queda garantizado por una
creciente burocracia (régimen polisinodial de los Consejos) que se implanta territorialmente a
través de los virreyes, (en los reinos) y los corregidores (en las ciudades). El control de los
estamentos privilegiados se logra por la sumisión del clero (patronato regio, reformas
de Cisneros) y la nobleza, acostumbrada a poner y quitar reyes en las guerras civiles
castellanas de la Baja Edad Media, de las que la Guerra de las Comunidades son el último
episodio;12 el rey se convierte en Gran Maestre de las Órdenes Militares (desde Fernando el
Católico), implica a la aristocracia en su política de nombramientos (institución de la grandeza
de España con Carlos V), y deja claro que a cambio de ejercer sin injerencias el poder político
les garantiza el poder social y económico (institución del mayorazgo, leyes de Toro). Los
desmochamientos de torreones (que sufre incluso Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran
Capitán al que se le pidieron las famosas cuentas de su gestión en Italia) son un claro
mensaje simbólico. Los puestos burocráticos son un buen banderín de enganche para la baja
nobleza y la burguesía. A falta de una policía digna de tal nombre (la Santa Hermandad no
pasó de ser un cuerpo militar) se disponía de la red informativa y represiva de
la Inquisición (de cuya sumisión al poder real es prueba su utilización en algún destacado
caso, como el de Antonio Pérez).

Escultura ecuestre en bronce de Felipe IV, diseñada por Velázquez y esculpida por Pietro Tacca con
asesoramiento científico de Galileo. El sábado 9 de abril de 1677 alguien colocó un pasquín en la Casa
de la Panadería de la Plaza Mayor de Madrid que decía ¿A qué vino el señor don Juan?: A bajar el
caballo y subir el pan, refiriéndose al valido Juan José de Austria, que (además de lo del pan) había
hecho trasladar la estatua desde la fachada de Palacio hasta el Buen Retiro. Hoy la estatua puede verse
en la Plaza de Oriente de Madrid.

El fracaso quedó claro con la decadencia. El brillo cultural del Siglo de Oro no ocultaba que la
economía, estimulada por la Revolución de los precios del siglo XVI, entró en declive en el
XVII, siglo de crisis general que empujará a la despoblación en particular a la Europa del Sur,
mucho más a España, y más aún al hasta entonces centro decisivo castellano. Las soluciones
políticas (desorden monetario, reformas fiscales repetitivas) no consiguieron más que agravar
la situación, y los intentos más vigorosos de centralización (Unión de Armas del Conde-Duque
de Olivares) precipitaron la crisis de 1640.
El cambio de dinastía de 1700 (Felipe V de Borbón) produjo el encauzamiento del sistema
hacia un absolutismo con características similares al francés, que produce intentos
bienintencionados pero siempre fallidos: la racionalización fiscal como el Catastro de
Ensenada, reformas ilustradas como las de Esquilache (expulsado del poder por el Motín que
lleva su nombre tras una liberalización del precio del trigo, hasta entonces sometido a tasa) o
el expediente de la ley Agraria, eternamente tramitado, que pretendía resolver el hambre de
tierra de los campesinos. La revolución francesa truncó las expectativas del reformismo.13
El Antiguo Régimen perdura brevemente en el siglo XIX hasta la Guerra de la Independencia
Española, cuando, al promulgarse la Constitución de 1812 en Cádiz se abrió el proceso de
constitucionalismo. Por otra parte, el término Antiguo Régimen tuvo el mismo significado que
en Francia, a pesar de que el final de dicho régimen no fue tan drástico como el francés. Tras
los años de ocupación francesa y la derrota de Napoleón en la Guerra de la Independencia
Española, se produjo la Restauración absolutista, lo que provocó la involución de la política
española al Antiguo Régimen durante la mayor parte del reinado de Fernando VII. Su sombra
continuó presente durante el segundo tercio del XIX con las Guerras Carlistas, a pesar de la
sucesión de textos constitucionales, la llegada de liberales más o menos moderados al
gobierno, casi siempre tras pronunciamientos militares y de iniciarse una
modesta industrialización. La revolución de 1868 con el derrocamiento de la Reina Isabel II de
España no cerró definitivamente la tentación involucionista, pero ya en un contexto
completamente diferente: la Restauración de Alfonso XII o las Dictaduras de Primo de
Rivera o Franco, por mucho que recuperara esta última la nostalgia del Imperio, tienen otra
definición.
Véanse también: Historia de España, Monarquía Católica, Leyenda Negra y Capital (política).

Otros países europeos[editar]


Como mostraba el mapa del comienzo, la situación espacial de Europa era de una
extraordinaria complejidad, que no eliminaron ni los tratados de
Westfalia (Münster y Osnabrück, 1648), ni los posteriores de Utrecht y Rastadt (1714). Lo que
sí produjeron fue una clara modernización de las relaciones internacionales, en un sentido
pragmático que olvidaba las fantasías medievales (herencia del Dominium mundi) y el
fundamentalismo religioso aún vigentes en el siglo XVI. En 1648 los Habsburgo de Madrid se
resignan a la independencia de las Provincias Unidas y reconocerán poco después la
de Portugal, pero siguen controlando débilmente Italia y Flandes, además de un
inmenso imperio americano cuya gestión es cada vez más problemática. Polonia se expande
al este y sur. La amenazadora cercanía del imperio turco continuará hasta el sitio de Viena de
1683. Las monarquías escandinavas siguen dominando el Báltico, aunque abandonarán los
asuntos centroeuropeos a los destrozados principados alemanes, principales víctimas de
la Crisis del siglo XVII, entre cuyas ruinas destaca el naciente reino de Prusia; ya libres de
cualquier injerencia del Emperador (Habsburgo de Viena) que concentrará su interés en sus
estados patrimoniales de Austria. Francia, con un Luis XIV en minoría de edad que sigue la
guerra contra España al tiempo que sale de sus problemas internos de la Fronda, controla
temporalmente Cataluña hasta el tratado de los Pirineos, que la dividirá. Inglaterra, sumida en
la Guerra Civil, parece un pigmeo territorial que ni siquiera
controla Escocia o Irlanda (teóricamente comparten la persona del mismo rey, y se debaten en
la simultánea Guerra de los tres reinos); pero será el gigante del futuro, al salirse del modelo
del Antiguo Régimen.
La reina Cristina de Suecia, por Sébastien Bourdon (1653). Protagonizó un sonado episodio con su
traslado a los Estados Papales después de su abdicación, donde fue acogida por el Papa, en previsión
de un triunfo de la Contrarreforma en el norte de Europa que nunca se llegó a producir. La interpretación
de su vida ha sido objeto de muchas especulaciones, y más que ser muestra de la condición común de
la mujer en el Antiguo Régimen, lo es de excepcionalidad.

El tratado de Utrecht, además de sancionar el papel de Inglaterra como potencia,


proporcionará a Austria los territorios europeos españoles e iniciará la alianza franco-española
(Pactos de Familia) que caracterizará las relaciones internacionales hasta 1789.
Para la mayor parte de la Edad Moderna en Inglaterra u Holanda el término Antiguo Régimen
no es aplicable dado que desde el siglo XVI o XVII están en el Nuevo Régimen económica,
social y políticamente (hasta tal punto no ve discontinuidad con la Edad Contemporánea, que
la historiografía anglosajona llama Modern History al periodo desde la Edad Media hasta la
actualidad).
En cuanto a cómo encajar cada una de las piezas del resto de este rompecabezas europeo en
el concepto Antiguo Régimen, ya se advertía al comienzo que con la salvedad de Francia,
Portugal y España, para el resto de Europa el término es poco significativo: en la
dividida Italia se puede identificar con el dominio de los Habsburgo (desde la batalla de
Pavía hasta la Unificación). En Centroeuropa, la descomposición del Sacro Imperio, el
ascenso de los Habsburgo, la Reforma Protestante, la Guerra de los Treinta Años, y el
surgimiento de Prusia fueron dibujando y desdibujando un panorama que no se aclaró hasta
la unificación alemana, ya en la Edad Contemporánea y con distintos criterios. Los países
escandinavos desarrollaron monarquías nacionales desde la Edad Media, aunque la definición
de su personalidad definitiva no llegó hasta el siglo XX. Su evolución económica y social fue
en cierta manera similar a la de Europa Occidental, interviniendo en los procesos intelectuales
clave (Renacimiento, Reforma, Ilustración) e implicándose en los conflictos europeos,
especialmente en la Guerra de los Treinta Años en que fueron decisivos. Polonia, no
presenciará la formación de la monarquía fuerte que intentó la dinastía Jogalia, sino una
república nobiliaria (que jugó incluso a la política de Europa Occidental con la elección de un
rey Valois). En los Balcanes el dominio turco (desde la toma de Constantinopla hasta
las Guerras Balcánicas de finales del XIX) y en Rusia la época zarista (de Iván el
Terrible hasta la Revolución rusa de 1917) cubren la dimensión temporal, pero no la
caracterización propuesta: son vastos imperios que no pueden medirse con los criterios de la
dinámica económica, social o política del Antiguo Régimen de Europa Occidental.

Características[editar]

Pieter Brueghel el Joven: El censo de Belén o El pago del diezmo (1566), un tema religioso camuflado
en una escena costumbrista, ambientada en el crudo invierno del norte de Europa.

Pieter Brueghel el Viejo, padre del anterior, nos pinta cómo Los segadores, en el verano, se confían a
los ritmos anuales que repiten procesos de larga duración. La vida humana se somete a ellos con la
misma fatalidad que al pago de los impuestos.

Economía y demografía[editar]
La propiedad de la tierra, principal factor de la producción, estaba sometida
a vinculaciones que incluían los mayorazgos en poder de la nobleza, las manos muertas en
poder del clero y las tierras comunales de los ayuntamientos. La naturaleza compartida de
este tipo de propiedad, con un propósito de permanencia en el tiempo, hacía que no se podía
disponer libremente de ella, con lo que la existencia de un mercado libre de tierras era
imposible.14
Lo mismo podría decirse del mercado libre para los otros dos factores de producción:
ni capital (sospechoso de representar una forma de riqueza no compatible con el modo de
vida noble o clerical, y aún lejos de la acumulación necesaria para una revolución industrial)
ni trabajo (impropio de los privilegiados, y considerado como una maldición bíblica) se venden
libremente en el mercado como mercancías sujetas al libre juego de oferta y demanda.
Demografía[editar]
El crecimiento del tamaño de las ciudades (sólo unas
pocas: París, Londres, Sevilla, Madrid, Roma, Nápoles, Estambul, superan los cien mil
habitantes),15 a pesar de funcionar como sumideros demográficos y de recursos de todo tipo,
contribuyó decisivamente a la transición del feudalismo al capitalismo (el papel de Londres fue
fundamental para la creación de un mercado nacional, el de París, intermedio; el de Madrid,
un relativo fracaso).16 Pero no hacía olvidar que seguía la época preindustrial, y la ocupación
de la inmensa mayoría de la población, la de las omnipresentes zonas rurales,17 seguían
siendo actividades agropecuarias de productividad y rendimientos bajísimos, cuyas técnicas
evolucionaban muy lentamente (la larga duración braudeliana), condenando a la dependencia
de los ciclos naturales y las periódicas crisis de subsistencia repetidas cíclicamente,
coincidiendo con los meses mayores previos a las cosechas, cuando el trigo estaba más caro.
No es casualidad que esas coyunturas generaran movimientos de descontento conocidos
como motines de subsistencia,18 que en algunos casos podían tener repercusiones políticas
(Motín de los gatos, Motín de Esquilache, o la propia Revolución francesa) o en el peor de los
casos hambrunas que llevaban a crisis demográficas (la conocida como trampa malthusiana).
De hecho, es habitual en demografía hablar de un Antiguo Régimen demográfico, que se
caracterizaba por altas tasas de natalidad y mortalidad, escaso crecimiento natural que se
contrarrestaba por los años de mortalidad catastrófica, elevada fecundidad (requerida con afán
por las familias titulares de explotaciones agrícolas), compensada con
el celibato (la nupcialidad, a edades muy tempranas que a veces se retrasaba, no afectaba a
la totalidad de la población) y la muy baja esperanza de vida.

La Casa del Peso de Medina del Campo donde se guardaban los pesos y medidas oficiales para
garantizar los intercambios comerciales en sus famosas ferias.

Comercio[editar]
El comercio estaba controlado por los gremios y las asociaciones gremiales, que controlaban
la calidad y cantidad de producción que se realizaba en todo momento. La aspiración a
controlar de la vida económica pretendería que sólo aquellos que pertenecieran a un gremio o
tuvieran autorización real podían dedicarse a la fabricación y distribución de productos, desde
el más rico de los obligados del abasto al más miserable tablajero. La misión de controlar la
fidelidad del comercio era una responsabilidad de la autoridad desde tiempos antiguos
(la mensa ponderaria del foro romano). En el Antiguo Régimen español dependía de
instituciones como el Repeso o el Fiel almotacén, controladas por los ayuntamientos (o la Sala
de Alcaldes en la corte), que vigilaban la correcta aplicación de las medidas en los
intercambios, sobre todo los del comercio alimentario, el más sensible para la paz pública. La
dispersión metrológica (no coincidían las medidas de cada localidad) se intentó remediar con
el prestigio de algunas medidas locales, como la vara de Burgos, pero hubo de esperarse al
final del Antiguo Régimen, con los trabajos científicos de conformación del sistema métrico
decimal. Se consideraba idóneo el acceso con los menores intermediarios posibles del
productor al consumidor, y la reventa y todo tipo de especulación con el precio intentaba
prohibirse, incluso con sanciones religiosas (pecado-delito de usura) lo cual no quiere decir
que se ctica de la vida cotidiana en el mercado.19 Semejante pretensión no se irá
materializando con eficacia hasta la conformación del estado burgués liberal del Nuevo
Régimen, como explica Michel Foucault.20 La apertura del mundo a los europeos con la Era de
los Descubrimientos trae como consecuencia la primera economía-mundo.21 Las compañías
privilegiadas tomaban el control monopolístico de rutas y productos
(el cacao de Caracas primero para los Fugger,22 y luego para la Compañía Guipuzcoana;
el abastecimiento de Madrid para los Cinco Gremios Mayores...).23 Las primeras y más
eficaces fueron las holandesas (WIC y VOC), seguidas por las inglesas (Compañía de las
Indias Orientales y Merchants Adventurers, que se basa en una guilda anterior). Ambas
naciones (a través de la bolsa de Ámsterdam y la de Londres) encabezan el
naciente capitalismo comercial tras el saco de Amberes, que hasta entonces era la encargada
de drenar hacia el norte de Europa los recursos americanos extraídos a través de la
monopolística Casa de Contratación de Sevilla o el puerto de Lisboa.

Barrière Saint-Martin, proyecto del visionario arquitecto Claude Nicolas Ledoux (1788).
Las aduanas interiores, los pontazgos, registros y portazgos, como éste, que controlaría el acceso de
los productos a París en vísperas de la Revolución francesa, eran características del Antiguo Régimen.

Industria[editar]
La industria estaba entorpecida con excesivas reglamentaciones e impuestos.
Existían aduanas internas; los pesos y medidas variaban según las regiones;24 algunos
artículos, en especial los cereales (verdadera base de la pobre alimentación de la mayor parte
de la población), eran sometidos a una obsesiva política de proteccionismo paternalista, con lo
que o bien debían consumirse en el lugar de producción, o bien estaban sometidos a tasa, o
en cualquier caso hacían imposible la seguridad del suministro; para otros se aplicaban
derechos de aduana (no sólo exteriores sino interiores a los estados) que en muchos casos
anulaban el intercambio.25
No existe, por lo tanto, libertad económica ni competencia, ya que todo estaba controlado o
por los gremios, por las Corporaciones o por el propio Estado, que en algunas ocasiones,
funcionaba como agente económico él mismo: reales manufacturas como las de armamento
(la Real Fábrica de Artillería de La Cavada), o de bienes suntuarios (la Real Fábrica de
Tapices, de Porcelana del Buen Retiro, de Cristal de la Granja) y las regalías o
los estancos de sal, tabaco (la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla y la de Madrid),
aguardiente y naipes. El mercantilismo en sus variadas
formas, metalismo, bullonismo, colbertismo, es la doctrina económica que justifica la política
económica dominante: el proteccionismo. En la mayor parte de las ocasiones, consigue lo
contrario de lo que pretende. Ni el poder ni los teóricos de la época disponen de instrumentos
fiables de análisis económico, y tampoco comprenden el funcionamiento del sistema
económico (que no es ni el del inexistente mercado libre ni el de la autarquía aldeana
medieval). Fisiocracia y librecambio o liberalismo económico aparecen en el siglo XVIII como
propuestas alternativas que van abriéndose camino en una coyuntura de transformación del
sistema.
Sociedad[editar]

Fray Martín de Vizcaya repartiendo pan a los pobres, de Francisco de Zurbarán (1639), Monasterio de
Guadalupe. La sopa boba de los conventos justificaba socialmente tanto a éstos como la forma de vida
de pícaros y mendigos. Ninguno de esos grupos tendría cabida en una sociedad que respondiera al
criterio burgués de la ética del trabajo.

Las características principales del Antiguo Régimen es la organización de la sociedad en


tres estamentos definidos desde el nacimiento: dos estamentos privilegiados: nobleza (laica) y
el clero (que en su parte alta correspondía a los hijos segundones de las familias nobles)
estaban por encima del resto de las personas: el Tercer Estado o el Común (los campesinos,
inmensa mayoría de la población, y los burgueses, comerciantes o artesanos).
Los derechos de las personas no eran igualitarios, sino que, legalmente, los nobles laicos y
eclesiásticos tenían una serie de privilegios que no tenían los pecheros. Aunque los
estamentos son cerrados, no son impermeables, y es posible el paso de un no privilegiado a
una situación de privilegio, por ennoblecimiento o por la entrada en el clero.
El papel que la exclaustración de las órdenes religiosas, con la consiguiente desamortización y
el fin del celibato del clero secular tuvo en la Reforma protestante es una de las cuestiones
que hizo alejarse del Antiguo Régimen a los países que optaron por ella. Son los países
católicos del suroeste de Europa (y Polonia) los que presencian el triunfo de la
Contrarreforma, que significa en términos sociales el triunfo de la sociedad estamental: la
configuración piramidal del clero, los tres votos del clero regular, el celibato del clero secular,
la justificación de la presencia económica de las instituciones religiosas (se llegó a decir,
desde la postura liberal-burguesa, que la Iglesia, con los diezmos y las manos muertas creaba
la pobreza que justificaba su existencia) y su presencia en todos los órdenes de la vida,
pública y privada.26
La interpretación historiográfica de la naturaleza de la sociedad estamental dio origen a un
notable debate entre los que, cercanos al materialismo histórico (escuela de Annales, o
de Past and Present), utilizan el concepto de clase, y los que, desde una
posición institucionalista (y también próxima al funcionalismo sociológico y antropológico de
las perspectivas emic frente a las perspectivas etic), prefieren hablar de una sociedad de
órdenes. Así, Roland Mousnier identifica al honor, el estatus y el prestigio como marcadores
sociales más significativos que la riqueza. Según esta perspectiva, la sociedad se dividía
verticalmente según los rangos sociales (relaciones de patronaje o clientelismo entre patrón y
cliente: maîtres-fidèles), y no horizontalmente según las clases.
En particular, las élites de la sociedad del Antiguo Régimen pueden entenderse como
una clase privilegiada formada por una nobleza y un clero identificados en sus intereses
económicos e interpenetrados por las estrategias de vinculación familiar de tierras y cargos en
la Iglesia, la burocracia, el ejército y la Corte (según la interpretación materialista); o bien un
conjunto no homogéneo de órdenes como la nobleza de espada y la nobleza de
toga (noblesse d'épée y noblesse de robe) más diferentes entre sí que con el campesinado o
la burguesía (según la interpretación institucionalista o funcionalista). 27
El papel de la burguesía ha sido también objeto de profundas controversias, pues si en
algunos casos y periodos parece ser el apoyo principal de los monarcas para aumentar su
poder, en una alianza mutuamente beneficiosa en la formación de un mercado nacional y en
detrimento de las feudales nobleza y clero; en otros parece que la monarquía no es sino
la superestructura que ejerce el poder en beneficio de las tradicionales clases dominantes, y
los burgueses encumbrados sólo esperan la oportunidad para "traicionar" a su clase y
ennoblecerse, abandonando los oficios viles y mecánicos por las profesiones y artes liberales,
cuando no dar el paso definitivo de la compra de tierras, el matrimonio desigual con nobles
empobrecidos y el definitivo ennoblecimiento, muchas veces por simple compra ante unos
reyes siempre faltos de dinero.28 Sea por esa razón, sea por cuestiones económicas, como la
ruina de la industria castellana, incapaz de aprovechar la oportunidad del mercado americano
que sí beneficia al norte de Europa, la debilidad o fortaleza de la burguesía marca la diferencia
entre unos casos nacionales y otros.

Temeridad de Martincho en la plaza de Zaragoza, grabado de la serie Tauromaquia de Goya (1815).

Lo mismo podría decirse del campesinado: liberado de la servidumbre en Europa


Occidental desde la Baja Edad Media (mientras que en Europa Oriental caía en ella) puede
encontrar en el Antiguo Régimen una oportunidad de participar del excedente productivo con
los señores que habrían de extraerlo en su totalidad mediante coerción extraeconómica,
según predice el modelo marxista. Hasta qué punto es posible o no esto determinará la
posibilidad de que surja la figura del labrador rico (el orgulloso Pedro Crespo de El Alcalde de
Zalamea de Calderón o Camacho el rico del Quijote de Cervantes) que pueda comenzar una
acumulación primaria de capital en el campo. En todo caso, la famosísima respuesta del
"villano" Pedro Crespo al "linajudo" don Lope:
Al rey la hacienda y la vida
se ha de dar, pero el honor
es patrimonio del alma,
y el alma sólo es de Dios.29

nos recuerda, por lo provocadora, que los campesinos no podían aspirar a la misma clase
de honra que los nobles: no es para estos la honradez burguesa de ser fiable en los negocios,
sino la opinión o fama que nadie pudiera cuestionar de la continuidad de la sangre,
garantizada por la castidad de las mujeres de la familia (y que el propio Calderón se encargó
de codificar en dramones como A secreto agravio, secreta venganza). Bastaba ser hijo de algo
(hidalgo), provenir de una esclarecida estirpe, a ser posible venir de godos. Al menos los
campesinos, sobre todo en la mitad norte de la Península Ibérica (de algún modo parecido a
los ingleses libres de nacimiento, que no tienen equivalente en el campesinado francés)
participaban orgullosos en la categoría de cristiano viejo, que les ponía imaginariamente a
mayor altura que muchos nobles a los que el Tizón de la nobleza infamaba por tener
ascendencia cristiana nueva.30 Mientras que el abismo social que separaba la orgullosa
nobleza francesa de los humildes plebeyos era considerado algo natural, y garantía de
la distinción de las élites (aunque creó también un enorme resentimiento que explica la
violencia revolucionaria), era un lugar común en el siglo XVIII que los viajeros extranjeros se
asombraran de la osadía de la plebe británica, que parecía tener derecho a gritar y empujar a
cualquiera, sin reparar en rangos, cuando se cruzaba con él por la calle. En España,
el casticismo de la aristocracia, que imitaba la vestimenta y la cultura popular de
los majos (por ejemplo, la tauromaquia), no era un síntoma de igualdad, sino un arma de lucha
social e ideológica contra los modernizadores afrancesados. A pesar de la oposición de la
mayor parte de los ilustrados, el público taurino es una muestra interclasista que goza de una
políticamente inofensiva capacidad de decisión democrática en el premio al torero, y de la
posibilidad de identificación con el encumbramiento individual de un personaje proveniente de
las bajas capas sociales, como posteriormente ocurrirá con el deporte. La función social es
clara, y no nueva: el entretenimiento amortigua los conflictos (el Panem et circensis romano,
expresión parafraseada en la expresión española Pan y Toros) y proporciona cohesión social
e identidad. Posteriormente, cuando el adjetivo había perdido su carga revolucionaria, se
acuñó el término Fiesta Nacional para referirse a los toros.
Véanse también: Estamento y Privilegio.

Véanse también: Cristiano nuevo, Clero, Nobleza, Burguesía y Campesino.

Sistema político[editar]
Las distintas partes del territorio francés, más compacto que la Monarquía Católica pero igualmente
difuso en cuestiones de soberanía.

El Imperio europeo de Carlos V fue la máxima expresión tanto de acumulación de poder como de
diseminación territorial. En distintos colores, la herencia de su abuela materna, Isabel la Católica (azul),
de su abuelo materno, Fernando el Católico (naranja), de su abuela paterna, María de
Borgoña (morado), y de su abuelo paterno Maximiliano de Habsburgo (verde). El territorio de Milán no
es heredado, sino conquistado en disputa con Francia, aunque teóricamente tributario del Sacro
Imperio, que ha obtenido por elección. No hay que olvidar los territorios extraeuropeos que están en
proceso de descubrimiento y conquista.

Artículo principal: Monarquías autoritarias


Las monarquías autoritarias que acumulan el poder político que la nobleza tenía en la Edad
Media basan su poder en unos mecanismos como el ejército, constituido por mercenarios que
el rey contrataba, aunque en caso de guerra eran reclutados civiles de manera forzosa para la
defensa del país. El fin de las mesnadas medievales controladas por la nobleza da a este
estamento una nueva función, no de poder militar sino económico y social, y su posición en
la Corte junto al rey le dará su medida de poder político.
Para el aumento de su poder, en la Baja Edad Media, las ciudades libres (islas en el océano
feudal) representaron un apoyo para los reyes contra los privilegiados. De ellas obtiene los
recursos en forma de impuestos a las actividades mercantiles, mientras que la mayor parte de
la riqueza, las propiedades rurales de los privilegiados, no es sujeta a imposición. Una vez
asentado el poder real, el rey procuraba restringir las funciones de los representantes de las
ciudades, sean burguesía, patriciado urbano o como se les quiera calificar. Casi nunca
convocaba a las Cortes y, cuando lo hacía, se reservaba siempre el derecho de tomar la
decisión final. Las Cortes estaban constituidas por representantes de los tres estamentos
(nobleza, clero y tercer estado), pero en el caso de Castilla (pues las de los reinos de
la corona de Aragón se reunían por separado) sólo se convocaba a los representantes de las
ciudades, y para aprobar impuestos. Cuando las instituciones representativas alcanzan
protagonismo (Parlamento inglés en el siglo XVII, Estados Generales en 1789), el modelo se
rompe.
El titular de la Corona tiene en sus manos todos los poderes (ejecutivo, legislativo y judicial),
aunque en la práctica tiene que utilizar una enorme burocracia y designaba unos
representantes a los que encarga el gobierno en su nombre, secretarios, ministros o en el
caso español, un valido.
La discontinuidad territorial y la confusión de jurisdicciones era más la norma que la excepción
de las entidades políticas, tanto estatales como infraestatales. Las fronteras eran cambiantes
e inseguras, y había multitud de enclaves, exclaves, territorios de fuero especial, e incluso
con soberanía compartida (Andorra) o alterna (Isla de los faisanes, y facerías del Pirineo
navarro). Cuando Felipe II quiso hacerse una idea clara de sus posesiones, no recurría a los
mapas de la biblioteca del Monasterio de El Escorial, que le mostrarían un confuso
rompecabezas, sino a las Relaciones Topográficas (un esfuerzo protoestadístico solo
comparable al Catastro de Ensenada dos siglos posterior) o a las vistas que encargó tomar
a Anton Van der Wyngaerde. El sueño de las fronteras naturales (la Francia del Rin a
los Pirineos que retrospectivamente parece su misión histórica) es más una idea
del nacionalismo del siglo XIX, como el destino manifiesto que llevó Estados Unidos al
Pacífico.
Artículo principal: Monarquía absoluta
La ejecución de María Estuardo (1587), reina de Escocia.

A partir del siglo XVII puede hablarse de la presencia de una monarquía absoluta que tiene
la soberanía del Estado. Esta monarquía se justificaba sobre el supuesto de la procedencia
divina del poder, de quien lo recibe sin intermediarios (por ejemplo, la nación o el pueblo). El
rey sólo tiene que justificarse ante los ojos de Dios. El ejemplo más acabado es la Francia
del Rey Sol, Luis XIV, que encontró su mejor teórico en Bossuet.
El rey declaraba la guerra y hacía la paz; comandaba los ejércitos; determinaba los gastos y
fijaba los impuestos; nombraba y destituía a los funcionarios y dirigía la administración entera.
Las provincias eran administradas por los intendentes, con poder omnímodo y arbitrario.
El rey hacía las leyes, que eran la expresión de su voluntad personal, pues si bien debía tener
en cuenta las "costumbres fundamentales del reino", tales costumbres eran contradictorias y
vagas, y hubiera sido difícil definirlas claramente. Sus súbditos no tenían propiamente ningún
derecho ejercible o exigible ante el Estado (que no tiene entre sus funciones garantizar
derechos, como sí tendrá el Estado de derecho), aunque sí una difusa constelación
de derechos, libertades y privilegios, no universales sino diferentes según la condición
individual, familiar, corporativa o territorial de cada uno, y un conjunto igualmente difuso de
deberes con el rey, cuya capacidad de exigirles su cumplimiento era más amplia en teoría que
en la práctica.
Además, el rey dirigía la administración de justicia, pues esta se dictaba en su nombre y por
funcionarios que el designaba. Se usaba la tortura judicial para lograr la confesión de los
acusados, a quienes se juzgaba en secreto y a los que se aplicaban
cruentas penas corporales (las marcas con hierros candentes, la picota, el látigo) incluyendo
una amplia panoplia de tipos de penas de muerte adecuadas a la categoría del reo o del delito
(decapitación con distintas armas, degollamiento, ahorcamiento, hoguera,
desmembramiento...). El suplicio de Ravaillac, asesino de Enrique IV de Francia, pasa por
haber sido uno de los más truculentos.31 La homogeneización de la pena capital fue una
peculiar conquista de la Revolución, que igualó las condiciones empezando literalmente por la
cabeza (la guillotina). En España cumplió la misma función el garrote (que, aún siendo igual
para todos, se podía graduar en vil y noble según la parafernalia que le rodeaba).32
El fusilamiento parece que también fue una macabra modernización, aplicado sobre todo en el
ejército.
La libertad individual estaba amenazada constantemente por la policía, que podía prender a
cualquiera con una simple orden del rey, la "carta sellada" (lettre de cachet). No se explicitaba
la causa de la detención, sino que simplemente se indicaba que "tal era la voluntad del rey"
(car tel est mon bon plaisir). Existía la censura previa, que ejercía fundamentalmente la
autoridad eclesiástica (el nihil obstat). No se concedía la libertad de conciencia o libertad
religiosa, sino que se aplicaba el principio cuius regio eius religio (el rey impone la religión al
súbdito) de la Dieta de Augsburgo.
Carlos I de Inglaterra, aquí magníficamente retratado con el máximo de decorum regio por Antón Van
Dyck, fue decapitado en 1640, incapaz de crear una monarquía absoluta sobre una sociedad burguesa

Voltaire con Federico II en Sanssouci, por Adolph von Menzel (1850).

La monarquía francesa de los Borbón, desde la instauración de esta dinastía, fue hábilmente
afianzándose en el poder a partir de una débil situación, tanto en el exterior
(hegemonía española) como en el interior, en buena parte por la división religiosa no zanjada
por las guerras de religión. Enrique IV, antiguo protestante, las había finalizado con el Edicto
de Nantes, que convertía a las plazas de seguridad hugonotes en un estado dentro del estado;
las regencias en las minorías de edad de Luis XIII y Luis XIV y la personalidad de
los validos o ministros (Richelieu, Mazarino, Colbert), consiguieron hacer de Francia a finales
de siglo la principal potencia de Europa. Simultáneamente la Monarquía Hispánica entra en
la profunda decadencia a la que contribuyeron tanto las políticas acomodaticias y corruptas
del Duque de Lerma (valido de Felipe III), como las agresivas y de reputación del Conde-
Duque de Olivares (valido de Felipe IV), que al forzar los inestables equilibrios territoriales con
su intento de Unión de Armas, provocó la crisis de 1640 y llegó a un paso de acabar de hecho
con el Imperio español. El absolutismo no llegará a España hasta los Decretos de Nueva
Planta, después de que Felipe V de Borbón gane la Guerra de Sucesión (1715) tanto a sus
enemigos europeos como a los que dentro de la Península Ibérica (especialmente Valencia y
Cataluña) aspiraban a continuar con un Habsburgo más respetuoso a los fueros territoriales.
La incapacidad de formar monarquías absolutas en otros reinos puede ejemplificarse con el
caso inglés, donde los Tudor, monarquía autoritaria que mantuvo el equilibrio con el
Parlamento mientras se producían los cambios sociales de la Reforma, dieron paso a
los Estuardo, que en la pugna por aumentar su poder, perdieron literalmente la cabeza.
Lo expuesto con anterioridad, y a lo que tenderían más o menos los diferentes casos, es lo
que podría considerarse el modelo ideal de absolutismo. Era muy relativo hasta qué punto los
monarcas llamados absolutos podían ejercer un poder semejante, e incluso es planteable si ni
siquiera tendrían la pretensión de organizar la vida pública en toda su extensión,33 ya que se
dejaban enormes espacios en que el poder se ejerce por multitud de intermediarios (los
"estados" nobiliarios, la poderosísima jurisdicción eclesiástica, los territorios forales, y todo tipo
de corporaciones, como los ayuntamientos, los gremios, las Universidades...). La capacidad
de decisión de los reyes estaba minada por el crónico déficit de recursos financieros, que tan
pronto como se reciben (y aun antes) son gastados en el ejército y el suntuoso lujo de la corte
(enormemente necesario para mantener el prestigio de la monarquía y la fidelidad de la
nobleza, atraída a su servicio).
Artículo principal: Despotismo ilustrado

En el siglo XVIII se produce una variante del absolutismo, el despotismo ilustrado, en que un
rey absoluto ejerce su poder, de forma paternalista, bajo el lema "todo para el pueblo pero sin
el pueblo", pero sigue poseyendo la soberanía del Estado, no es necesaria una Constitución,
la voluntad del rey es la ley. Más que en las poco atractivas personalidades de Luis XV o Luis
XVI, el exotismo de los franceses buscaba el modelo del monarca ideal fuera de sus fronteras;
alguno tan lejos como Montesquieu, con sus Cartas persas.
En España, hizo lo propio José de Cadalso con sus Cartas marruecas. No obstante, suele
convenirse en que muestra de este tipo de monarquía serían las de Carlos III en Nápoles y
España, la de José I de Portugal (con su ministro, el marqués de Pombal) la de José II en
Austria, la de Federico el Grande de Prusia, y con lejanía al modelo, la de la zarina Catalina la
Grande de Rusia. La amistad (por impropio que sea este nombre para una relación tan
desigual) de ilustrados con fama de disolventes, como Voltaire, con alguno de estos reyes, no
debe hacer olvidar que, como decía Johann Baptist Geich, el sabio calentándose en su
brasero no es precisamente a lo que debe temer ni el monarca ni la estructura de la que es
cúspide.34
Pensamiento, cultura y arte[editar]
El ser humano, centro de la reflexión intelectual
Miguel Ángel, en La creación de Adán (izquierda, techo de la Capilla Sixtina, 1510), parece querer pasar el testigo
del teocentrismo medieval al antropocentrismo humanista, antes de que la Reforma y la Contrarreforma cierren el
paso a la Utopía.
En cambio, El Juicio Final (derecha, del mismo autor, en el mismo edificio, pero en la pared del altar, entre 1535 y
1541), abre el camino del manierismo, presentando a un Cristo airado, en un entorno más pesimista, tras el Saco de
Roma, cuando Italia ya está en el Antiguo Régimen, definido en este entorno como el predominio de los
Habsburgo. Sus desnudos serán posteriormente adecentados por el giro moral del Concilio de Trento.

Las relaciones entre lo que en términos materialistas se llama "superestructura ideológica" y


las partes más básicas de la estructura económico-social, son de muy delicado encaje y no
suscitan mucho consenso.
El predominio de la Iglesia en el pensamiento, la educación y la cultura sigue siendo
abrumador y, como en la Edad Media, sigue siendo la principal justificación del orden político y
social y no está separada del Estado (por mucho que mantengan una relación conflictiva,
como prueba el regalismo, con distinta fuerza en Francia y España). No obstante, en cuanto a
su papel ideológico, desde el Humanismo y el Renacimiento, el antropocentrismo sucede
al teocentrismo como constante en las concepciones culturales. El erasmismo y sus
vicisitudes en España son una buena muestra de las dificultades que encontraba el
pensamiento avanzado incluso gozando de la protección real,35 y no fue el único ni el más
sonado, como prueban los casos, perseguidos por la Inquisición, del profesor y poeta Fray
Luis de León, del arzobispo Bartolomé Carranza, o del intendente Pablo de Olavide. El clima
en Francia no era más permisivo, como prueban los casos en que se vio envuelto Voltaire. La
Europa protestante tendió a ser más tolerante, sin desconocer la represión, como
probó Miguel Servet.
La Universidad, que había sido una institución pujante y en desarrollo durante la Baja Edad
Media, con la escolástica, experimentará un periodo de alejamiento de la vanguardia científica
y cultural, que pasa a otros ámbitos (las academias, las sociedades científicas), hasta el siglo
XIX. Como excepción, como en tantas otras cosas, en la Monarquía Hispánica las
universidades (Salamanca y Alcalá en la Península y las de nueva creación en América)
atraviesan una edad de oro (Biblia Políglota Complutense, escuela de Salamanca,
neoescolástica) respondiendo a claro papel social: suministrar cuadros a la burocracia y el
clero y elevar o mantener la condición social de una nobleza triunfante y una burguesía
acomodaticia y claudicante en cuanto a su capacidad disolvente de la formación económico
social. El máximo brillo quizá lo alcanzaron como consecuencia de los debates justificativos de
la colonización americana conocidos como Junta de Burgos y Junta de Valladolid. Este último
realizado en la Universidad de Valladolid acogió el famoso debate entre Bartolomé de las
Casas y Juan Ginés de Sepúlveda sobre la polémica de los naturales y las Leyes de
Indias (1550-1551). En 1527 esta universidad también había sido sede de la conferencia que
cuestionó el erasmismo.

La Sorbona, universidad de París, en un grabado del siglo XVII. Era la más prestigiosa del mundo
católico. Otras también eran muy destacadas, como Lovaina, Coimbra o las
españolas. Oxford y Cambridge quedaban en el ámbito del anglicanismo.

Clase de esgrima en la universidad de Núremberg, grabado de 1725. Las universidades del


Antiguo Régimen no fueron precisamente el centro de la revolución científica, que utilizó otros
ámbitos más propicios a la innovación.

El Colegio de España en Bolonia, prestigioso centro de estudios jurídicos donde acudían


estudiantes españoles.

Universidad de Salamanca, la más prestigiosa de las españolas. Más que por su contribución al
aumento del saber (anclado en el neoescolasticismo), le dieron fama las espectaculares disputas
entre estudiantes y órdenes religiosas que controlaban los distintos colegios. Los intentos
ilustrados por reformarla (Meléndez Valdés) fueron inútiles.36

Universidad de Alcalá, fundada por Cisneros, llegó a gozar de un espectacular florecimiento.


Personajes imprescindibles de la cultura española como San Ignacio de
Loyola, Quevedo o Jovellanos asistieron a ella. Tras la desamortización se trasladó a Madrid, con
lo que la ciudad pasó a ser un fantasmal escenario de conventos y cuarteles, hasta su segunda
refundación en los años setenta del siglo XX.

Universidad de Valladolid institución que acogió el famoso debate entre Bartolomé de las
Casas y Juan Ginés de Sepúlveda sobre la polémica de los naturales y las Leyes de Indias (1550-
1551), o la conferencia que cuestionó el erasmismo (1527).

La casa de la primera imprenta en México. La actividad intelectual de la América española fue muy
notable desde el comienzo de su colonización.
Que, en cambio, fueran Italia y Flandes, emporios de la burguesía bajomedieval unidos por las
rutas mercantiles del oeste europeo, las que destaquen en ambos movimientos culturales
(Humanismo y Renacimiento), no debe ser casualidad. Las monarquías nacionales más
adecuadas al modelo Antiguo Régimen los siguen por difusión, e incluso impulsados por la
oportunidad de legitimación que el mecenazgo de la vanguardia artística e intelectual, y los
programas arquitectónicos, proporcionan a las pujantes monarquías. Clero y nobleza no se
quedan atrás por emulación. El papel social del artista evoluciona desde
el anonimato gremial de la Edad Media hasta la pseudodivinización de Rafael.
La academización y profesionalización terminarán llevando a la independencia del artista, con
mayor o menor aureola bohemia, que puede confiar en un mercado para su producción,
liberado de los encargos, en un proceso que no se completa hasta el siglo XIX.
Tras la ruptura y reubicación que supuso la Reforma Protestante y
la Contrarreforma Católica, Manierismo y Barroco fueron sucesivamente los estilos artísticos
que se difunden desde Italia a toda Europa desde mediados del XVI y XVII. En mayor o menor
medida se ponen al servicio de la ideología y las clases dominantes, aunque también habrá
arte burgués allí donde la burguesía lo es, como Holanda.
Tras la crisis de la conciencia europea de finales del siglo XVII,37 que abre el camino a
la Ciencia Moderna que sigue el paradigma newtoniano y al enciclopedismo; en el siglo XVIII
la cultura se debate entre el mantenimiento del monopolio de la Iglesia, y los principios
del Sapere aude kantiano que representa la Ilustración. Del aletargamiento cultural de la
España de la primera mitad del XVIII puede ser muestra que el catedrático de matemáticas de
la Universidad de Salamanca sea un personaje tan extravagante como el visionario Diego de
Torres Villarroel. Predomina el aislamiento (cuando no la ignorancia) de las corrientes
europeas, a excepción de los novatores o figuras aisladas como Feijoo o el Marqués de
Mondéjar. Los intentos de modernización ilustrados son importantes en las últimas décadas
del siglo,38 impulsados por Carlos III y Carlos IV, y se difundieron a América, que pasa a ser
"redescubierta" intelectualmente (mediciones de Jorge Juan y Antonio de Ulloa, expediciones
naturalistas de Cavanilles y Humboldt, y el primer programa médico moderno, que fue
la vacunación contra la viruela) justo en el momento en que internamente está surgiendo la
conciencia americana que llevará al movimiento emancipador.39
El Barroco tardío y el Rococó son los estilos artísticos de comienzos del XVIII, aún
manteniendo la ideología dominante de las clases privilegiadas; Neoclasicismo y
el Prerromanticismo los de su final, abiertos a la nueva realidad.
Además del triunfo de la estética racionalista y la técnica academicista, desprestigiadora de
los excesos sensoriales barrocos, el Neoclasicismo se ve impulsado por el descubrimiento de
las ruinas de Pompeya y su difusión por toda Europa (a lo que contribuyó la moda del Grand
Tour, o naciente turismo aristocrático), que coincide en el tiempo con acontecimientos
intelectuales disolventes para el Antiguo Régimen: el inicio de la publicación de
la Encyclopédie (1751) o las volterianas reflexiones sobre el terremoto de Lisboa (1755); la
moda en Europa y América es encontrar las sobrias virtudes de la Roma republicana (más que
la decadente imperial): es un buen ejemplo la elección de Cincinato (el modelo de
paterfamilias que abandonó sus bueyes para acudir a la llamada del servicio público como
dictador temporal y que, terminada la duración de su cargo, vuelve a su arado) para nombrar
a Cincinnati, una ciudad de nueva creación en los nacientes Estados Unidos. Benjamin
Franklin, embajador en Francia, fue testigo de cómo la decadente corte de Versalles acogía
con simpatía a la naciente República con una mezcla condescendencia y admiración ante los
que imagina (y se imaginan a sí mismos) como una mezcla de buen salvaje y Nueva Roma.
Por otro lado, la estética prerromántica del Sturm und Drang, el taciturno modelo juvenil
del Werther de Goethe o las Noches lúgubres de José Cadalso presagian ya una época
convulsa, en que las contradicciones insolubles de la Ilustración, que no puede conciliar el
Antiguo Régimen con las emergentes fuerzas de la Revolución, se resolverán
violentamente: el sueño de la razón produce monstruos, como tan genialmente expresó Goya.

Lesa majestad
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Lesa majestad (del latín Laesa maiestas o Laesae maiestatis, fig. lesión o agravio contra la
majestad) es un delito genérico de orden público, inherente a las génesis de la civilización y a
sus ciudadanos, que puede ser considerado tanto como una ofensa o como un crimen en
contra de un estado (repúblicas), análogamente, rey (reinos) o emperador (imperios). Desde
la antigua Roma, fue legislado como un delito político, contra el pueblo, el príncipe y el estado,
y que incluyó los ámbitos de la divinidad. Desde entonces está presente en todos los países
que tienen legado cultural romano.1
Crimen de lesa majestad es el que se acomete contra el pueblo romano o contra su seguridad.
Ulpiano2

Índice

 1Locuciones
 2Etimologías
 3Historia
o 3.1Mitos y leyendas
o 3.2Antigua Roma
o 3.3Asimiladas
 3.3.1Monedero falso
o 3.4Edad Media
 3.4.1Justiniano
 3.4.2Cuerpos legales visigodos
 3.4.3Ira regis e pax regis
 3.4.4Cuerpos legales castellanos
o 3.5Edad Moderna
o 3.6Edad Contemporánea
 4Véase también
 5Referencias

Locuciones[editar]
Laesa maiestas, es en algún aspecto universal. En español "lesa majestad", en francés "Lèse
majesté", inglés "lese majesty". En China imperial, «a quien faltare el respeto al emperador».

Etimologías[editar]
Lesa, del latín laesus, «lastimar», «ofender» y en metátesis, del griego deeleoo,
«herir». Majestad, del latín majestas, atis, «grandeza», «dignidad», de magis, «más», de la
raíz sánscrita mah, helenizada y latinizada en mag, «crecer». Para Rufo Festo, la palabra
«majestad» se significaba derivada desde magnitudinem, y en un sentido lato o extenso
comprendería todo lo grande y digno de veneración.

Historia[editar]
Mitos y leyendas[editar]
Entre las varias leyendas sobre la fundación de Roma, una versión dice que Rómulo mató a
Remo porqué este saltó, con burla, el trazado de las murallas que para la defensa de la futura
ciudad aquel había arado (Pomerium). De la fábula o analogía literaria se infiere que
Remo simbolizaba un delito de «lesa majestad» o contra Roma o contra una supuesta Lex
Regia fundacional o ambas cosas, donde subyace la actitud ofensiva o contraria.3 Se ha
supuesto que Rómulo publicó una ley contra los traidores y que esta, según Terrasson, fuese
la base de todas las de crimen de estado, porqué este iba siempre aparejado con la traición.4
Antigua Roma[editar]
La rebelión contra la majestas del pueblo romano ya estaba castigada por las Doce
Tablas con pena capital y con la infamia a la memoria del culpable, se refería a los que
hubieran promovido a declararse contra Roma. Prodition era la traición interior o las
conspiraciones contra el Estado e incluía las reuniones sediciosas nocturnas. Perduelion era
la traición exterior o inteligencia con el enemigo y también incluía entregarle sus ciudadanos.
Según Tacito, en tiempos de la República Romana había una ley senatorial que especificaba
los delitos de lesa majestad, e imponía pena capital, para cuatro supuestos en contra de la
dignidad de Roma:5

 Abandonar al ejército en país enemigo.


 Suscitar sediciones.
 Administrar mal los negocios o los caudales públicos.
 Si la majestad (majestas) del pueblo romano había quedado mancillada con deshonor.
Fuentes romanas la encuentran también legislada con Sila y en los reinados siguientes a
la república romana tardía, con César, César Augusto y con Tiberio alrededor del año
15 d. C.6
La ley Julia dada por César castiga todo hecho cometido directamente contra la seguridad del
estado o la majestad del emperador ad juliam majestatem, pero redujo esta pena
a interdicción o veto del uso del agua y del fuego, esto suponía el destierro. Augusto
restableció la pena de muerte para los delitos de lesa majestad, sacrilegio y adulterio, estos
fueron definidos por las leyes «Julia» de Augusto. Tiberio, por consejo de Sejano, modificó el
delito de lesa majestad de la época de Augusto y lo extendió como una ley de rentas, Lex
maiestate, de donde surgió la magistratura de los delatores que Domiciano declaró sagrada.
En ese tiempo, como el emperador Romano estaba identificado con el estado romano (el
imperio nunca se convirtió oficialmente en una monarquía), era aplicado simultáneamente a
las ofensas en contra de su persona.7 Aunque legalmente el princeps civitatis (su título oficial,
llamado el 'primer ciudadano') nunca se convirtió en un soberano, pues la república nunca se
abolió, los emperadores tenían que ser deificados como "divos", primero post-mortem y al final
aun reinando por lo que gozaban de la protección legal por parte del culto imperial del estado
ya que era Pontifex Maximus.
Asimiladas[editar]
Julia de uso de la fuerza:

 De vi pública y de vi privata, «la fuerza pública y privada», aunque ya existía legislación


desde Catulo, César la renovó y Octavio la definió como la de «violencias públicas y
privadas».
Monedero falso[editar]
El monedero falso tenía entre los romanos la misma pena que lesa majestad. Con Sila, se
pública la ley Cornelia de falsis contra la falsificación o acuñación de moneda falsa. Unas
leyes de Valentiniano II, Teodosio I y Arcadio, asimilaron nuevamente los delitos de lesa
majestad a los «monederos falsos».8
Edad Media[editar]
Justiniano[editar]
A principios de la edad media, Justiniano compila el Corpus iuris civilis y bajo este título «Ad
legem Juliam magestatis» inaugura en el tratado sobre los juicios públicos la llamada Julia
magestatis, clasifica la «lesa majestad» con dos matices: crimen directo contra el
estado «perduellionis», o «in specie», y a este se le define como indirecto, «cuando alguno
indirectamente perjudica al soberano o al estado», como sucede cuando se acuña moneda
falsa. 9
Cuerpos legales visigodos[editar]
Siguiendo la tradición romana, como el Código Teodosiano, Código de Justiniano y la
interpretación visigoda del Liber Iudiciorum, en la Europa de la Alta Edad Media y
del Feudalismo, los crímenes de lesa majestad fueron catalogados indistintamente como
"traición".
Ira regis e pax regis[editar]
Con origen en los reinos germánicos se presenta esta locución como una figura jurídica
medieval nueva, quasi equivalente, la ira regis o ira del rey, similar a la antigua figura de la
traición y el reverso jurídico de la pax regis.10 En España se documenta en el siglo X. También
tiene una dimensión literaria siendo el argumento central del Cantar de mio Cid.
Cuerpos legales castellanos[editar]
El crimen de lesa majestad procedente del derecho romano se recoge en el derecho
castellano medieval bajo el concepto de las «traiciones» en el Fuero Juzgo de Fernando III,
en el espéculo de las leyes y en las Siete Partidas de Alfonso X. La fuente más clara del texto
alfonsino es la ley Quisquis del Código de Justiniano.
Laesae majestatis crimen, tanto quiere decir en romance, como yerro de traycion que faze ome contra la
persona del rey (...). Título II, De las traiciones.

Enumerándose hasta catorce formas distintas de traición asociada con los conceptos
del regicidio, bien común, la lealtad o fieldad reciproca, del pueblo al rey y del rey hacia este,
de lo militar, de las ciudades, de la oficialidad de las cortes reales y nuevamente las
falsedades de moneda, sellos y documentos públicos.
Edad Moderna[editar]
El concepto también ha existido en culturas que adoptaron las fuentes clásicas, Catalina II de
Rusia puso en las instrucciones para el nuevo código de Rusia imperial, «bajo las palabras
delitos de lesa majestad, se comprenden todos los cometidos contra la seguridad del
soberano y del imperio».11
Edad Contemporánea[editar]
Desde la era de la revoluciónes, como la revolución francesa con la abrogación de
la monarquía absoluta, este aspecto regio se desprende o matiza, aunque subsiste el crimen
de estado, que tras las revoluciones siempre se restablece plenamente en las nuevas
constituciones, como la traición, y los asimilados, como la falsificación moneda. En estados
donde el gobernante o sistema de gobierno es usualmente connotado con aspectos
de tiranía clásica, a pesar de la constitucionalidad (monarquías de África y Asia) y al igual que
bajo ciertos capítulos de la antigua Roma, algunos países han sido criticados por tener leyes
de lesa majestad como pretexto para deshacerse de los opositores, como recientemente
en Tailandia donde el rey es considerado un ser divino y cualquier ofensa a la corona es
castigada de 3 a 15 años de cárcel. 12
1. Delitos políticos:Es una infracción, acto u omisión voluntaria de la ley penal cometida
porcausas o motivos políticos, sociales o de interés público castigado con penagrave.
Es un acto típicamente antijurídico que se imputa a seres humanos ysometidos a una
sanción. El delito político se dirige a la conquista y ejerciciodel poder público, así como
a destruir un orden político concreto.Este delito tiene dos sentidos Uno objetivo: se
considera político el delito que va contra un régimen político determinado. Otro
subjetivo: se considera político el delito cometido por motivos de interés colectivo.Son
casos de delitos políticos: la rebelión:una manifestación de rechazo a la autoridad.
Esto puede variar desde la desobediencia civil hasta un intento organizado y armado
de destruir la autoridad establecida. la sedición:término para referirse a conductas que
puedan ser estimadas por la autoridad legal como motivo de insurrección en contra del
orden constitucional establecido, ya sea la exposición de discursos, el desarrollo de
organizaciones, la escritura y distribución de textos u otras acciones. los atentados
contra la autoridad y sus agentes: El artículo 550 tipifica el delito de atentado al
establecer:“Son reos de atentado los que acometan a la autoridad, a sus agentes o
funcionarios públicos, o empleen fuerza contra ellos, los intimiden gravemente o les
hagan resistencia activa también grave, cuando se hallen ejecutando las funciones de
sus cargos o con ocasión de ellas” los desórdenes públicos:El artículo 557 castiga con
la pena de prisión de seis meses a tres años a «los que, actuando en grupo, y con el
fin de atentar contra la paz pública, alteren el orden público causando lesiones a las
personas, produciendo daños en las propiedades,

2. 2. obstaculizando las vías públicas o los accesos a las mismas de manera peligrosa
para los que por ellas circulen, o invadiendo instalaciones o edificios, sin perjuicio de
las penas que les puedan corresponder con arreglo a otros preceptos de este
Código». el terrorismo:el uso sistemático del terror, para coaccionar a sociedades o
gobiernos, utilizado por una amplia gama de organizaciones políticas en la promoción
de sus objetivos, tanto por partidos políticos nacionalistas y no nacionalistas, de
derecha como de izquierda, así como también por corporaciones, grupos religiosos,
racistas, colonialistas, independentistas, revolucionarios, conservadores, ecologistas y
gobiernos en el poder. la propaganda ilegal:es una forma de comunicación que está
dirigida a influir en la actitud de una comunidad hacia una causa o posición. La
propaganda generalmente se repite y se dispersa sobre una amplia variedad de
medios con el fin de crear el resultado deseado en las actitudes de la audiencia. la
tenencia de armas y explosivos, las amenazas, los insultos los desacatos e injurias a
la autoridadEl delito por interés personal es aquel donde una o varias bases de
personasinteresados por la cosa pública se apunten según sus preferencias a
unaformación política y estando en sus servicios se divida los cargos de
confianzaentre ellos o entre familiares por necesidad o por placer disfrutando
elaumento monetario por vía nomina y otros complementos que salvo ellosconocen.En
la mayoría de los casos, los delincuentes políticos son personas idealistasque ven en
el delito político, no la posibilidad de satisfacer interesespersonales, sino un medio
para la consecución de lo que ellos consideran quees el bien general. Actúan por
principios morales y están convencidos de quesu acción es necesaria y justa.Como se
puede observar, en el delito político

3. 3. concurre un conjunto complejo de elementos subjetivos como sentimientosde


patriotismo, generosidad, idealismo, afanes de cambio social, valentía,altruismo,
indignación, entre otros.Los delitos y faltas electorales son acciones u omisiones que,
de una u otraforma, entrañan la puesta en peligro del proceso electoral y vulneran
lanorma que intenta garantizar su transparencia y limpieza. Pueden atentarcontra la
obligación de votar, constreñir la libertad de voto, incumplir lasfunciones electorales, o
en general, incidir en forma compulsiva sobre lasgarantías con que los ordenamientos
electorales democráticos rodean elproceso electoral en su conjunto y especialmente,
el momento decisivo de laemisión del sufragio.De acuerdo con la legislación
correspondiente, los delitos electoralespueden ser: omisión del sufragio:es cuando se
niega o se abstiene el resultado verdadero del voto por algún cargo político. violación
del secreto del voto:es cuando se interrumpe el secreto de el voto y se da a conocer
quien o quienes votaron a favor y en contra en una votación voto múltiple o ilegal:este
se da cuando en una votación solo se puede votar una vez y se clona boletas o se
votas muchas veces. constricción de la libertad de sufragio, incumplimiento de
funciones electorales, etc.Las leyes de cada país definen las conductas que se
consideran delictivas, porlo que un mismo hecho puede ser penado como delito en un
lugar y en otrono. Asimismo, no es igual la omisión del voto o el incumplimiento de
unanorma, que los actos dolosos que tratan de coartar la libertad del elector ode
falsear los resultados de las votaciones. También es diferente que estaconducta
provenga de un funcionario público que de un particular.
La despolitización del terrorismo en la
legislación contrainsurgente del Perú de
los ochenta y noventa
Arturo Sulca Muñoz Profesor del Departamento de Humanidades de la Universidad Antonio Ruiz de
Montoya

Ideele Revista Nº 274

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Foto: La República.

En el Perú, hasta la década de 1970, la palabra que permanentemente desestabilizaba las


prácticas políticas oficiales era “comunismo”. Los referentes internacionales estaban claros: la
Unión Soviética, China, Cuba, entre otros. Sin embargo, a partir de la década de 1980, con la
caída del muro de Berlín y la Perestroika, la denominación “comunismo” se fue desplazando
paulatinamente hasta ser sustituida por “terrorismo”. Así, cada vez más, a finales del siglo XX,
se puede encontrar tal palabra en los usos cotidianos de la prensa, del Estado, de las ciencias
sociales, de las rondas campesinas, y de otros actores sociales y políticos para aludir al
accionar tanto de Sendero Luminoso (SL) como del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru
(MRTA) -a pesar de que estas organizaciones se autoidentificaban con los conceptos de
“comunismo” y “socialismo”, respectivamente-.
Entonces, ¿qué implica social, política e históricamente que la nominación “terrorismo” haya
desplazado a la de “comunismo” en el contexto del conflicto armado interno en el Perú (a
pesar de que las prácticas violentas e incluso totalitarias caracterizaron a los “socialismos
realmente existentes” y a las dictaduras de derechas en casi todo el mundo)? ¿Por qué,
durante las décadas de 1980 y 1990, solo fueron valoradas como “terroristas las acciones
violentas de las organizaciones comunistas militarizadas (SL y MRTA) y no los crímenes de
lesa humanidad perpetrados por los actores armados del Estado peruano? ¿Cómo permitió la
construcción discursiva del delito de terrorismo en la legislación peruana de las dos últimas
décadas del siglo XX producir un régimen político -bajo la consigna de la pacificación del país-
en el que no se impulsó honestamente una democracia que fortalezca la libertad, la equidad y
una cultura de no violencia? En otros términos, ¿cómo incidió el discurso legal antiterrorista en
el Perú en promover una condición humana pospolítica o antipolítica (aunque esto parezca un
oxímoron)?
En términos jurídicos, la primera vez que aparece el vocablo “terrorismo” en el Perú ocurre en
los artículos 2 y 109 de la constitución política de 1979. Lo único que queda claro en dicho
texto es que el así llamado terrorismo no constituye un delito político y que se encuentra en la
línea de ilegalismos tales como el espionaje, el narcotráfico, el magnicidio y el genocidio. No
se consigna definición alguna en tales artículos. Casi dos años después, a inicios del gobierno
de Fernando Belaúnde (1980-1985), se promulga el decreto legislativo 46 el 10 de marzo de
1981, a casi un año del “inicio de la lucha armada” de Sendero Luminoso -el 17 de marzo de
1980-, con el propósito de tipificar el “delito de terrorismo”. En este decreto, la palabra
“terrorismo” aparece en el marco del discurso sobre la delincuencia. Los actos o
involucramientos “terroristas” son catalogados como delitos que podrían merecer entre dos y
veinte años de cárcel. Los terroristas son denominados delincuentes; las acciones terroristas,
delitos o hechos delictuosos; los grupos terroristas, organizaciones o bandas; los dirigentes de
estos grupos, cabecillas. Casi todo remite a la clasificación de este tipo de transgresiones en
el ámbito de la delincuencia. Solo al inicio del decreto, en uno de los considerandos se habla
de “terrorismo político”. Luego veremos que, años más tarde, en ningún caso este adjetivo
será asociado al término “terrorismo”. No existirán tipos de terrorismo; el terrorismo será un
único tipo de situación sin significación política o ideológica alguna.
El 19 de marzo de 1987 se publica la ley 24651, a mitad del primer gobierno de Alan García
(1985-1990). La novedad de esta norma legal reside en que agrega una nueva sección al
Código Penal bajo el título de “De los delitos del terrorismo”. Ya no se tratará de una
excepcionalidad jurídica como sucedió en el decreto mencionado en el párrafo anterior, sino
que el terrorismo ingresa en la discursividad misma del derecho penal del Estado-nación. Esto
se refuerza con el hecho de que este nuevo texto jurídico es propuesto por el Congreso de la
República. Si bien la ley 24651 reproduce en buena cuenta el texto del decreto legislativo 46 y
amplía los años de prisión para los condenados, la mayor ‘novedad’ de este nuevo texto
reside en la supresión del adjetivo “político” al sustantivo “terrorismo”. Ello implica que ya
definitivamente los actos subsumidos en la noción de “terrorismo” han ingresado en una
economía del poder punitivo como elemento central para imaginar y constituir la nación desde
la lógica del orden y del progreso antes que desde la confrontación, la negociación y el diálogo
políticos.

"No existirán tipos de terrorismo; el terrorismo


será un único tipo de situación sin significación
política o ideológica alguna".
Ahora bien, será el decreto ley 26476, promulgado el 5 de mayo de 1992, a un mes del
‘autogolpe’ de Fujimori, el que modele el dispositivo securitario con mayor intensidad. Así, los
procesados y condenados por terrorismo serán encarcelados de inmediato apenas haya
indicios de “peligrosidad”. Según esta nueva disposición, los procesos judiciales serán
sumarios, en los locales de cárceles de “máxima seguridad”, llevados por “jueces sin rostro” y
sin lugar a defensa. Desde este decreto, los tiempos de encarcelamiento serán regularmente
desde veinte años hasta “cadena perpetua”. Otra diferencia clave entre el decreto de 1992 y
las disposiciones del 81 y del 87 es que ya absolutamente todos los miembros de los grupos
insurgentes son considerados terroristas y, por consiguiente, delincuentes; más aún, la red de
familiares y amigos también se encuentran bajo esa sospecha.
A diferencia de la legislación de la década de 1960, en el decreto 46 y en la ley 24651, nunca
aparecen los términos “guerrilla”, “partido político”, “lucha armada”, “militantes” o semejantes,
que sí son utilizados por los grupos alzados en armas. Sin duda, esto tiene una repercusión
política: no nombrarlos políticamente supone no reconocer el estatuto de conflicto armado
interno de acuerdo con el derecho internacional. De esta suerte tanto senderistas como
emerretistas no son considerados ‘enemigos legítimos’ sino delincuentes que merecen un
tratamiento policial. No obstante, aún para estas normas penales, “delincuentes” son solo los
que han tenido una responsabilidad directa en el crimen o quienes reivindican públicamente
acciones de este tipo. En cambio, para el decreto de 1992 no hay ninguna diferencia entre
aquel que pertenece al partido y el que pertenece al ejército guerrillero. Ninguno es un
interlocutor con el que se pueda entablar algún tipo de acuerdo o debate. El “delincuente
terrorista” es ese radicalmente otro, que forma parte de la comunidad nacional pero que al
mismo tiempo debe estar excluido de la interlocución con el Estado.
En la constitución política del Perú publicada el 29 de diciembre de 1993, se hace mención a
“terrorismo” en los artículos 2, 37, 140 y 173. Lo radicalmente nuevo de este texto
constitucional es que el llamado delito de terrorismo es susceptible de ser castigado con “pena
de muerte” al igual que el delito de “traición a la patria” en “caso de guerra”. Nunca hubo
ninguna norma legal pública que justificara o regulara la pena de muerte más allá de esta
mención. Hay que notar aquí que el terrorismo está excluido del ámbito de la guerra tal como
sí sucede en el delito de traición a la patria. Esto conlleva que la guerra solo es asumida en
términos de confrontaciones internacionales con otros Estados-nación; en este sentido, los
agrupamientos catalogados como terroristas no son considerados como sujetos políticos que
puedan desafiar el poder soberano en tanto esperado garante del pacto social fundamental.
No obstante, en el discurso mediático del Estado desde el segundo tercio de la década de los
noventa se solió nominar el delito de terrorismo como un acto de traición a la patria por más
que el texto constitucional de 1993 no refiriera tal asociación de manera explícita (aunque hay
que decir que la contigüidad de ambas menciones condiciona la ambigüedad).
Pocos meses antes de la promulgación de la nueva constitución política del Perú, se emitió la
controversial ley del arrepentimiento sobre delito de terrorismo (decreto supremo N° 015-93-
JUS). De acuerdo con esta disposición legal, los procesados o sentenciados por terrorismo
podían ser absueltos de su imputación penal si es que honestamente optaban por abandonar
el desviado camino del terrorismo y confesaban (delataban) los pormenores de la actividad
antes realizada y toda la información necesaria para capturar a más líderes subversivos, con
lo cual el Estado podría retomar el control de ciertas zonas del territorio nacional. Para ello se
instalaron comisiones de evaluación en todo el Perú. Lo interesante de esta ley no reside
meramente en el seguimiento y protección que el Estado daría a los “arrepentidos” (hubieran
sido efectivamente o no subversivos) sino en la aplicación del cambio transitorio o definitivo de
la identidad legal del implicado. Según esta medida, el sujeto terrorista debería haber hecho
una suerte de acto de contrición y de conversión a la ‘diosa’ Patria de la que se habría
apartado como una oveja desobediente que se aleja del rebaño del buen pastor. Así, la “ley de
arrepentimiento” funciona como un dispositivo que intersecta tanto la racionalidad pastoral de
la Iglesia católica medieval (sobre todo con la tecnología política del confesionario) como la
moderna razón de Estado que se construye en la Europa de los siglos XVI al XVIII.

"El 'delincuente terrorista' es ese radicalmente


otro, que forma parte de la comunidad nacional
pero que al mismo tiempo debe estar excluido de
la interlocución con el Estado".
Siguiendo a Michel Foucault (2005 y 2006), podemos sostener que en el discurso de la
legislación antiterrorista del Perú que hemos revisado se construye la imagen del sujeto
peligroso, que es un tipo de individualidad que se ubica y configura entre el enfermo y el
criminal que constituyen posiciones subjetivas reguladas desde dos instituciones disciplinarias
y panópticas por excelencia durante la modernidad eurocéntrica de los siglos XIX y XX: el
hospital y la prisión. Asimismo, la activa producción discursiva sobre “delincuencia terrorista”
en el Perú ha implicado una extraña convergencia de tres categorías estudiadas por Foucault
(2006) en la historia social de Occidente: el “leproso” de la antigüedad grecolatina (excluido
del todo de la comunidad), el “apestado” de fines de la edad media (incluido en la comunidad
pero reprimido permanentemente) y el “anormal”de los siglos XIX y XX (el incluido en la
sociedad industrial pero vigilado y producido desde los discursos de los “expertos”). Con esto
no deseo defender la violencia política de ningún tipo; lo que me interesa subrayar es que a la
no politización del fenómeno terrorista (esto es, no considerarlo como actuación política ni
crimen político) subyace una desafortunada lógica de moralización, psicologización y hasta
medicalización de un proceso que está relacionado fundamentalmente con las configuraciones
de las relaciones de poder.
Frente a este panorama me parece necesario sostener que para prevenir y disminuir la
violencia en las sociedades contemporáneas debemos cuestionar la creencia según la cual las
soluciones pasan por las perspectivas policiales y militares como ha solido ocurrir en el
discurso contrainsurgente oficial. Lo que conviene es tener en cuenta la transformación de los
vínculos interpersonales e intergrupales al interior de formaciones sociales específicas. Es
decir, se trataría de generar espacios que posibiliten a las personas (re)construir sus
memorias y sus identidades en el encuentro con otros donde la rivalidad sea minimizada y
canalizada por medio de prácticas simbólicas, lúdicas y creativas. En este sentido, producir
cambios en las formas de desear de los sujetos (no hay que olvidar que lo que llamamos
violencia es también una de ellas) implica una serie de nuevas formas de interacción y de
reconocimiento individual y colectivo desde dentro y fuera de las instituciones estatales. Una
excesiva intervención estatal –tanto desde las políticas públicas como desde el aparato
represivo- podría ser abiertamente contraproducente, puesto que la razón de Estado nunca
supone un grado cero de violencia. De esta suerte, debemos comprender que no pueden
plantearse propuestas que garanticen la desaparición de la violencia en contexto alguno; la
insistencia en una garantía de este tipo solo imprimiría una violencia con un perverso
semblante de pacificación. De hecho, los totalitarismos aparecieron de ordinario con la
consigna de detener absolutamente cierto tipo de violencia. Lo dicho evidentemente no implica
atarse de manos frente a lo real de la violencia sino proponer vías alternativas desde una
mirada no teleológica y no esencialista.

INTRODUCCIÓN
En el siguiente seminario hicimos un análisis a profundidad de lo que es el delito político.
En el mismo tocamos la naturaleza del Delito político como proceso histórico.
Así como también Desarrollo del delito político en su marco histórico conceptual.
En otro orden el delito político en la edad media, como elemento de infracción. Así como
también el delito político y la revolución francesa, en el marco de la revolución francesa.
En otro orden los móviles del delito político, este esta anexado al sujeto activo del delito. Así
como el preso el preso político, es todo aquel que tiene su cautiverio por querer mejor
la sociedad.
El significado del verdadero delito político, es aquel que contiene una carga extraordinario de
malicia y dolo estatal.
Así como las Subdivisión del delito político, son la diferentes formalidades que puede tomar,
como puro, relativos etc.
En otro orden los principios de prestación del asilo político, es todo los rasgos que surgen
cuando se dan conflictos políticos. El delito político, como elemento de la voluntad
del gobierno.
En otro orden concepto de política, como elemento de ciencia y arte. Los Criterios
doctrinales objetivos subjetivos del delito político, es el fin que persiguen el titular de la acción.
En tales sentidos los motivos políticos, son todos las acciones a realizar o a combatir. El delito
político y la pena, son los elementos de las sanciones.
Las variantes de delincuencia política, son todos aquellos elementos condicionantes colectivas
de la existencia. La política criminal y las doctrinas penales del delito político, son todos los
elementos procésales y criminales para reducir las mismas.
En tales sentido la Teoría del delito político, son todos los elementos filosóficos de cómo
podemos enfocar el problema. El delito político en República Dominicana, son las formalidades
y las precariedades que puede tomar el delito político en la República Dominicana.
NATURALEZA DEL DELITO POLÍTICO
La naturaleza del delito político es extrajurídica; por eso han preferido abordar el tema desde
un punto de vista exclusivamente histórico y han evitado resolverlo por la vía de una reflexión
científica.
DESARROLLO HISTÓRICO DEL DELITO POLÍTICO
En los primeros siglos de esta era, en Roma, los delitos políticos se referían a figuras tales
como: decapitar, vender o quemar la estatua del emperador, faltar el respeto a
las imágenes imperiales, negarse a jurar por el genio del César o modelar estatua de mayor
altura que las dedicadas a él.
En el Digesto, se le conoce como el "crimen de majestatis" al delito político adopta una
tipificación más amplía, porque mantiene como base los conceptos antes referidos y añade a
ellos varias formas de sedición, dirigidas contra el pueblo o contra la seguridad pública, pero
exigiendo que se pruebe que detrás de ellas, está presente una intención dolosa.
Las tribus bárbaras resolvían sus asuntos de importancia, en asambleas populares y a éstas
tocaba juzgar los crímenes, considerados como los más horrendos, esto es, la traición y la
cobardía. A los traidores se les ahorcaba colgándoles de un árbol y a los cobardes, a los que
huían durante la guerra, se les arrojaba a los pantanos. Una y otra conducta son formas de
lesionar los intereses del naciente Estado.
Carlomagno, que durante treinta años, pretendió someter a las tribus germánicas de los
sajones, optó por amedretarlos a través de la expedición de leyes cruelísimas. Todos los que se
rebelaban contra el emperador o contra el cristianismo, merecían la pena de muerte.
Adorar a otro Dios que no sea el cristiano, comer carne en los días de vigilia, eran delitos
castigados con la pena capital. Eran para esa época, las aludidas infracciones, formas de delito
político, toda vez que atentaban contra los intereses del Emperador.
Más tarde, en las Partidas, encontramos definido al delito político, como la "Lease Majestatis"
esto es, como un crimen, como una infracción de suma gravedad, "tanto quiere decir en
romance como yerro de traición que faze ome contra la persona del rey". Las Partidas
enumeran por lo menos catorce formas de traición, equivalentes al crimen de majestatis, que
en suma, se reducen a ofensas contra la autoridad y la persona del monarca.
EL DELITO POLÍTICO EN LA EDAD MEDIA
El delito político, hasta desaparecida la Edad Media, equivalió a una infracción con un
contenido indefinido que abarcó todo acto hostil en contra del Estado, entre político que para
esta época se hallaba confundido, con la persona del rey. Las sanciones aplicadas a los
responsables de esta grave infracción fueron del todo arbitrarias. Por ejemplo, el Papa
Bonifacio VIII, en su calidad de Jefe de Estado, dispuso la destrucción de la casa de los autores
del delito de lesae majestatis, además de privarles del derecho de testar. La sanción, en el
ejemplo, afectó no solo al autor del delito, sino inclusive a su descendencia.
EL DELITO POLÍTICO Y LA REVOLUCIÓN FRANCESA
Las nuevas concepciones en torno al Estado y al Derecho que se formulan a raíz de la
Revolución Francesa, no introdujeron cambios relevantes en la definición del delito político,
puesto que siempre se legisló, en esta etapa de transición, con fórmulas del momento que
impedían que la marcha del proceso revolucionario se detenga, por la presencia de sutilezas de
índole jurídico. A los contrarrevolucionarios se les despojó de todo derecho, inclusive el de la
defensa y los procesos que desarrollaron para sancionar delitos políticos, se volvieron
discrecionales, los jueces no tenían otro límite que su conciencia. Todo lo dicho a pesar de que
Beccaría, en 1764 en su obra "De los delitos y de las penas" denunció la crueldad de
los procedimientos utilizados en los juicios contra los delincuentes políticos y las penas que se
aplicaban.
El desarrollo del concepto de delito político ha sufrido variaciones que han sembrado
dificultades en el camino, para establecer criterios homogéneos que nos lleven a formular un
concepto único.
La dificultad mayor para llegar a una definición, válida para todos, nace del hecho de que la
noción de esta figura, se subordina a la suerte que corre el sujeto activo, en su propósito de
hacer realidad un ideal. Miguel Macedo ilustra esta circunstancia, en unos versos que publicó
en París: "Hoy es la fiesta del admirable ancángel que arrojó al diablo del cielo. Si el diablo
hubiera arrojado a San Miguel, sería la fiesta del diablo".
MÓVILES DEL DELITO POLÍTICO
Sus móviles son distintos de los que genera la comisión del delito común. El delito político se
sustenta en el hecho de que el sujeto activo, tiene una concepción nueva o por lo menos distinta
del estado y del hacer político, con relación al criterio de quienes obstentan el poder y para
conseguir materializar su ideal, utiliza métodos que no son admitidos por quienes gobiernan.
Jiménez de Asúa cree que el delincuente político, busca mejorar las formas políticas y las
condiciones de vida de las mayorías, por lo tanto no es un ser peligroso para la sociedad. Se
pregunta este autor: ¿Cómo puede serlo quién se propone acelerar el progreso y dar una
rapidez mayor a los cambios, probablemente inevitables, lejos de impedir la marcha
ascendente de la humanidad ?.
El delito político resulta una suerte de aspiración que la mayoría de la gente desea, pero que se
trastoca en delito, porque en el intento de alcanzar el ideal, fracasa el autor, que es el conductor
de un proceso social a todas luces positivo. Es la actitud de un espíritu superior que guiado por
principios morales, políticos y sociales altruistas, trata de construir una sociedad nueva,
rompiendo esquemas y estructuras, a costa de ser considerado un delincuente, si fracasa en su
propósito.
EL PRESO POLÍTICO
En Kington, Jamaica, en octubre de 1977, en un diálogo con representantes de varias
iglesias, Fidel Castro decía: "nosotros tenemos un concepto de preso político y otro distinto de
preso contrarrevolucionario. El preso político es aquel que es arrestado y condenado por querer
mejorar la sociedad, luchar por el bien del hombre y el progreso de la sociedad. No tenemos el
mismo concepto de aquellos que luchan por hacer retroceder la sociedad, a los que llamamos
contrarrevolucionarios y están presos por cometer graves delitos".
José Grillo Longoria, afirma que el Derecho Penal establece sanciones benévolas, para los
delitos políticos, como resultado de un proceso de luchas populares que así lo exigen, pero sus
leyes, policías, tribunales, convierten los preceptos en letra muerta y esbirros uniformados o
no, aplican la pena de muerte y a tortura, utilizan el terror que supera en sevicia y maldad a los
métodos medievales.
EL VERDADERO DELITO POLÍTICO
El verdadero delito político no contiene, en esencia, una carga de malicia o dolo, más bien
su carácter delictivo tiene su referente, en el hecho de haberse cometido de tal o cual forma y
dentro de un determinado régimen político.
Cada Estado ha elaborado su propia concepción de delito político, de acuerdo a sus intereses y
no respeta principios de ninguna especie, más bien relativiza su conducta,, a la realidad política
del momento y a intereses inmediatos.
La Administración de Justicia debe estar alerta, frente a las argucias esgrimidas por algunos
delincuentes de cuello blanco que tratan de confundir la esencia humanitaria del delito político
con la función pública que desempeña el sujeto activo del delito común. Es frecuente escuchar
el argumento de que, es delito político, toda infracción cometida por altos funcionarios de un
país. La esencia del delito político no hace relación a quién lo ejecuta, sino a los móviles que
dirigen la conducta del infractor.
Con frecuencia, los gobiernos están apremiados, por determinar si una persona es o no un
delincuente político, a fin de concederle el derecho de asilo que demanda; es en estas
circunstancias que se necesita acudir a las reflexiones de los pensadores del derecho que son las
que nos conducirán, por el adecuado camino de la tipificación del delito político.
SUBDIVISIÓN DEL DELITO POLÍTICO
Los delitos político han sido divididos en delitos políticos puros y delitos políticos relativos o
concurrentes, y esto a su vez, en complejos y conexos.
Son delitos politos puros, los que violan derechos que pertenecen al Estado. Los delitos
políticos relativos o concurretes son aqulllos que "desde el punto de vista objetivo, lesionan a
un individuo o al Estado.
Hay dos clases de delitos políticos relativos y concurrentes, que son: los complejos y los
conexos. Existe el delito político complejo, cuando el hecho delictuoso, único desde el punto de
vista material, lesiona a la vez el orden político y el derecho común.
El delito es político conexo, cuando hay muchos hechos delictusoso que se relacionan lo unos a
los otros por un lazo más o menos estrecho, y que violan derechos individuales con un fin
político.
Durante mucho tiempo fueron considerados los delitos políticos como los más peligrosas
porque, si los de derecho común sólo causan un dañoindividual o privado, aquellos perturban
profundamente la vida nacional.
PRINCIPIOS DE PRESTACIÓN DEL ASILO POLÍTICO:
En tres conferencias interamericanas (1928,1933 y 1954), los países de nuestro continente, se
preocuparon de reglar la prestación del Asilo Diplomático y para ello desplegaron mucho
esfuerzo, tratando de definir el concepto de delito político. En Caracas en la
X Conferencia Panamericana, se concreta al fin una fórmula, respecto de la calificación del
asilo, a favor de los que han cometido delitos políticos, ratificando el hecho de que esa
calificación, de la delincuencia política, corresponde al Estado que presta el asilo y que éste,
una vez concedido, de acuerdo a la convención, será incondicionalmente respetado por el
Estado Territorial. Esta convención acordó que el asilo debe ser concedido, a aquellas personas
que sean perseguidas por otras; o multitudes que hayan escapado del control de las
autoridades; o por las autoridades mismas y que su vida o su libertad se hallen en peligro, por
motivos de persecución política y no pueda sin riesgo, ponerse de otra manera en seguridad.
Cuando surjan conflictos entre dos o más Estados, por falta de acuerdo en cuanto a la
calificación de delincuencia política, no debería depender la resolución de la voluntad de uno
de esos Estados, sino que debería volverse obligatoria, la concurrencia de todos lo Estados
en conflicto, ante un tribunal de máxima representatividad internacional.
EL DELITO POLÍTICO
Desde que hubo Estado, hubieron delitos políticos, es relativo y depende de la volutad del
gobernante, de quien ejerce la tituraridad en un Estado. El Estado por el solo hecho de serlo,
tiene la absoluta necesidad de garantizar su existencia y seguriedad frente a conductas que
tienden a destruirlo o desconocer su soberanía, interna e internacional. Por esa razón el Estado
dicta normas que lo protegen del delito cometido contra todos estos principios o sea los delitos
políticos.
CONCEPTO DE POLÍTICA
La política puede definirse como "Ciencia y arte de gobernar, que trata de
la organización y administración del Estado en asuntos internos e internacionales.
Tenemos entonces, por lo ya dicho, que el delito político seria el dirigido contra el Estado
como personalidad política.
CRITERIOS DOCTRINALES OBJETIVOS SUBJETIVOS DEL DELITO POLÍTICO
El criterio objetivo dice que hay delito político cuando el objeto de la tutela penal es de
naturaleza política, es decir, cuando se trata de cualquier ataque al Estado, sea en su existencia,
integridad, seguridad, forma o constitución.
El criterio subjetivo, dice que hay que estar al movil de la acción, si el fin que persigue el titular
de la acción es político, estaremos frente a un delito político.
MOTIVOS POLÍTICOS
Manzini, dice que son "los impulsos psíquicos tendientes a favorecer, "a realizar o a combatir
ideas o empresas de partidos, según la propia opinión de los intereses del Estado o de la
Sociedad en general".
Que son los actos políticos? Son todos los ataques punibles dirigidos contra la existencia o
seguridad del Estado o contra un miembro del gobierno, Constitución, contra los derechos
políticos en elecciones y plebiscitos o contra las buenas relaciones con el extranjero.
El delito político, como dice el profesor Luis Carlos Pérez, no se presta para un estudio
sintético, porque en el confluyen razones de orden jurídico, político y económico, y, además,
porque el delito evolutivo se ha formado por la afuencia de la vaguedad, los residuos teologicos,
ideologías que se contraponen con la naturaleza del hombre.
Generalmente se ha definido como delito "todo hecho al que el ordenamiento jurídico enlaza
como consecuencia una pena".
Todo lo cual nos permite concluir que el delito forma parte de la categoría "hechos jurídicos", o
sea de los acontecimientos que producen consecuencias jurídicas. Y dentro de dichos hechos
pertenece a la escala de los "actos jurídicos" por consistir en una conducta humana voluntaria.
EL DELITO POLÍTICO Y LA PENA
La pena es la más grave de las sancines, no solo para quien la padece sino para el Estado que la
impone.
Antolisei define el delito como "aquel comportamiento humano, que a jucio del legislador,
contrasta con los fines del Estado y exige una pena criminal como sanción.
Debe descartarse la expresión "contrasta con los fines del Estado", pues ello significa que se
hace referencia a las acciones que perjudican no solo a la conservación de la sociedad, sino a los
que obstaculizan su evolución, su desarrollo.
Y precisamente esta última son las que dan nacimiento al delito político. Desde luego que
todos los delitos afectan al Estado, como órgano de tutela de todos los derechos.
Es preciso también destacar, como anota Soler, todos aquellos delitos en los cuales el sujeto
pasivo no sea el Estado mismo; y aquellos en que el bien jurídico tutelado no asuma el carácter
de un bien fundamental y político.
Los delitos políticos van contra el Estado, considerado en general como organización y cuerpo
político; afecta las bases constitucionales y la integridad territorial. Se trata de delitos no solo
dirigido contra el Estado, sino propiamente de delitos que tienden a afectarlo como ente
político.
DELINCUENCIA POLÍTICA
El delincuente político, al contrario, es altruista, busca el mejoramiento de las condiciones
colectivas de la existencia.
De aquí que las constituciones de todos los paises civilizados establezcan un regimen de
excepción para el delito político: autoriza el perdón (amnistía o indulto), o un régimen especial,
y ello trae consecuencias jurídicas notables: derechos de asilos y no extradición para el
delincuente de este género.
El delito político en cierta consideraciones es extraño al derecho y que solo es punible en virtud
de la ley del más fuerte. Y aconseja guardar silencio o huir cuando la justicia se mezcla con la
política.
"Desde muchos años, los penalistas y los legisladores de todo el mundo han visto en la
delincuencia política un tipo diferente de la común, y, conjugnado los dos factores o elementos
de que se ha hablado (intereses lesionados y móviles del hecho), le asignan a esta delincuencia
una categoría especial, para la cual rigen normas consideraciones diferentes de las aplicables
para la delincuencia común, que van desde el simple juzgamiento hasta el régimen especial de
la extradición, la amnistia y el indulto.
La delincuencia política se miraba más grave o perniciosas, por las perturbaciones colectivas
que determinaba y por el peligro que representaba para la vida del Estado.
Ciertamente primaba un criterio egoísta, de clase o privilegio. Hoy la delincuencia política se
mira con respeto y hasta con simpatía, por la clase de móviles que se persiguen: el bienestar o
el mejoramiento de la vida colectiva, mediante el cambio de las instituciones.
Cuando analizamos la dimensión normativa del proceso penal indicamos que, en atención a
que este ambito se pretendia regular el ejercicio del poder punitivo estatal y los derechos
ciudadanos básicos frente al mismo , estabamos fundamentalmente en presencia de un derecho
de carácter constitucional.
El estudio de los distintos modelos de justicia criminal en relación a los fenómeno políticos y
sociales que se dan en la época en que estos surgen y de desarrollan. Los sistemas de justicia
criminal encuentran vinculos o relaciones con la forma en que se organiza un Estado
determinado.
LA POLÍTICA CRIMINAL Y LAS DOCTRINAS PENALES DEL DELITO POLÍTICO
La doctrina procesal está bastante de acuerdo en que, por medio del proceso penal, el Estado
intenta, por una parte, aplicar de la forma más eficientemente posible la coerción Estatal y, por
la otra, establecer un estatuto de resguardos o protecciones al individuo frente al uso de ese
poder.
Mientras la criminología se ocupa de la criminalidad, la política criminal se ocupa de reducir la
misma al minimo soportable como parte de la política general de gobierno.
Criminalizar es hacer política criminal. Lo que a menudo a un acontece es que la
criminalización se lleva a cabo en forma rudimentaria, improvisada, ideológicamente
deformada y desconectada con el desarrollo en la mayoria de los países.
La evolución conceptual del término política criminal muestra que esta fue elaborada casi
exclusivamente por penalistas y correccionalistas, los primeros sumergidos casi exclusivamente
en el delito como ente jurídico y los segundos en la rehabilitación del delincuente sin ocuparse
detenidamente de la correlación existente entre criminalidad y desarrollo.
La política criminal no es una disciplina independiente, sino actividad del derecho penal que
ha de irse adaptando a las transformaciones del presente y futuro inmediato.
La lucha secular entre el individuo y el Estado, en la cual cada uno de ellos ha procurado la
defensa de sus derechos y prerrogativas, ha influido poderosamente, como es obvio, en la
noción del delito político sobre todo en la manera de reprimirlo.
En la práctica, la noción del delito político y los fundamentos que se alegan para reprimirlo,
son tadavia más deleznable, pues sus autores sólo serán tenidos como delicuentes cuando no
logren derrocar el orden juridico existente. De ahí que se afirme con acierto que los delitos
políticos son los delitos de los derrotados.
TEORIA DEL DELITO POLÍTICO
Ante la necesidad de enfocar el problema, lo aconsejable es seguir la opinión de Soler, quién
afirma que la teoría del delito político, como la de cualquier otro, no puede ser trazada sino
desde dentro de un sistema jurídico determinado.
Así, cada Estado: el democrático, el comunista, el fascista, etc, puede elaborar, y en efecto
elabora, su propia teoria del delito político de acuerdo con las peculiaridades de su sistema. Tal
doctrina, pues, no puede fundamentarse en principios absolutos, sin relativos y
circunstanciales, acomodables a la realidad política del respectivo Estado.
Estos hacen surgir un orden jurídico nuevo, dentro del cual también trazan una doctrina y un
sistema de represión de los delitos políticos, aplicables a los que en lo sucesivo ataquen ese
nuevo orden jurídico.
Los delitos políticos habían venido siendo tradicionalmente agrupados en un sólo cuerpo de
disposiciones, en el cual se incluian tanto los atentados a la seguridad externa del Estado, como
los lesivos de su régimen constitucional y su seguridad interna. "Delito contra la existencia y la
seguridad del Estado" y "Delitos contra el régimen constitucional".
Los delitos políticos llamados entre nosotros contra la existencia y seguridad del Estado, son
los que afectan o pueden afectar, directamente o indirectamente la soberanía.
EL DELITO POLÍTICO EN REPUBLICA DOMINICANA
Ya hemos dicho que nuestra legislación no contiene una definición del delito político, y es por
esto que ha correspondido a la doctrina al hacerlo, así como la determinación de sus caracteres.
En otro sentido las actividades políticas que tengan como fundamento ideológico principios y
plataformas incompatibles con el régimen constitucional constituyen perturbacines del orden
público cuyas ocurrencias deben las autoridades prevenir y cuando fuere procedente sancionar.
La legislación Dominicana considera como delito político toda ofensa pública hacia la persona
del Jefe del Estado, y ésta es castigada con prisión de seis meses a dos años y una multa de
cincuenta a quinientos pesos, esto ha variado con la publicación del nuevo código penal
Dominicano.
En otro sentido el delito político en la república dominicana tiene sus dotes de garantias para
los que los cometen en cuanto lo que establece la constitución y las leyes y en especial en uno
de sus articulados como es el articulo 37 donde habla de las atribuciones del Congreso en el
numeral 21 donde dice que concede amnistias por causa política.
CONCLUSIÓN
El siguiente trabajo es de vital importancia para el gran desarrollo de los conocimientos de los
estudiantes de derecho en sentido general.
Es muy generalizante establecer los prorrogativas que puede dar conocer a plenitud el
desarrollo historico de lo que es el Delito político en sentido General.
Analizar tema como este tan amplio podemos realizar un análisis a profundidad lo que seria el
delito político en todo su plenitud.
No fue grado analizar este trabajo para garantizar lo que seria un gran conocimiento en lo que
seria la política criminal y las teorias del delito político.
BIBLIOGRAFÍA
Las fuentes citadas de este trabajo, fueron las siguientes:
1. Curso de derecho penal 2º Tomo, Autor, Milton Coeroli.
2. Compendio de criminología y política criminal, Autor, Manuel López-Rey y Arrojo.
3. Introducción al nuevo sistema procesal penal, Autor, Mauricio Duce J. Y Cristian Riego
R.
4. Delito contra el Estado, Autor, Pedro Pacheco Osorio.
5. Estudios Penales (Homenaje al profesor: Luis Carlos Pérez) Autores, L. Portero García, J.
Caro Copete, H. Londoño Jiménez, Víctor Acosta David.
6. Introducción a la criminología, Autor, Manuel López.
7. Constitución de la República Dominicana, proclamada el 25 de julio del 2002.
8. Código Penal de la República Dominicana.
9. Notas de derecho Penal Dominicano, Autor, Lic. Leoncio Ramos.
10. Enciclopedia Política, Tomo II.
11. www.google.com
12. www.altavista.com
13. Nuevo Anteproyecto de Código Penal Dominicano.

Rodolfo Antonio Soriano Acosta


Estudiante de Derecho
Universidad Autónoma de Santo Domingo (U.A.S.D.)
Santo Domingo, República Dominicana
Presente contigo siempre....
Monte Plata y mí Nación amada....*
INTRODUCCIÓN

El tema que pasaremos a desarrollar trata de "La Política Criminal y la Política Social General
del Estado", en nuestro país un programa que contempla la problemática de la Política
Criminal y que se puedan tomar decisiones sobre la misma, es difícil pero no imposible.

Tendríamos que saber, sí los ciudadanos están conformes con la clasificación o selección de
los delitos y hacia donde se orienta el mayor esfuerzo investigativo o represivo.

La forma cómo se proyecta y ejecuta la reacción organizada contra la delincuencia depende


de los medios con que cuenta el Estado. Por ello para tener un conocimiento exacto de
Política Criminal, se debe tener en cuenta la realidad socio económica que ha influido en
su estructura y que, condiciona su aplicación.

La situación socio económica que se vive en nuestro país, por ser un país dependiente y sub
desarrollado es el resultado que tenemos por un largo proceso de colonización española, aquí
nos preguntamos ¿como el Estado peruano reacciona contra el delito, que política o estructura
social tiene para mejorar las condiciones de vida para los ciudadanos?

Necesitamos un cambio si, para que se apliquen las leyes en forma adecuada. Siempre y
cuando sea verdad que las penas tiene una función preventiva, protectora, retributiva y
resocializadora, asimismo que las medidas de seguridad persigan fines de curación y de
rehabilitación.

La Política Criminal es una parte de la Política Social General del Estado, es todo lo que el
Estado hace a la Sociedad.

I. GLOBALIZACIÓN DEL DERECHO PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

Hablar de la criminalidad y el Derecho penal permanecerán siempre y Política criminal sin


embargo, se producirá una europeización y, hasta cierto grado, una "globalización" del
Derecho penal. Con el concepto mencionado al final quiero decir que las tendencias hacia un
Derecho penal mundial.

La Unión europea motivará a cada uno de los países, tal como ahora ya lo hace, para que,
mediante pautas y reglamento dé cada vez más regulaciones iguales o similares. Esto es
válido sobre todo para el Derecho penal económico y también es indispensable para un
ordenamiento económico de crecimiento conjunto.

A continuación, la cooperación científica que existe entre los países individuales en el campo
del Derecho penal, llevará a un mayor acercamiento entre los diferentes ordenamientos
penales. Pues la reflexión común sobre nuestros problemas conducen en muchos casos,
a soluciones comunes no reglamentadas desde arriba, sino basadas en un consenso
internacional y por ello más sólidas aún. Y esto rige mucho más allá de Europa. También los
países de Centro- y Sudamérica el círculo cultural de Asia oriental trabajan en el campo del
Derecho penal con las mismas categorías jurídicas. Luego, estará cada vez más cercano un
Derecho penal mundial, independientemente de las particularidades nacionales subsistentes.

1.1 POLÍTICA CRIMINAL EN LOS PAÍSES DESARROLLADOS

El cambio es un elemento propio de todo grupo social. Su naturaleza e intensidad varían en


función de la sociedad en la cual se produce. En las sociedades desarrolladas, el progreso de
orden científico y técnico produce modificaciones sociales profundas, que repercuten de
manera evidente en la legislación. Es el caso, por ejemplo, de la evolución de la informática,
de los medios de comunicación y de la gen ética. La libertad de las personas, la formación de
su personalidad y su supervivencia son afectadas, directamente, por estos progresos: así, por
ejemplo, el intento de emplear abusivamente la informática en la realización de censos
poblacionales en Alemania Federal, la invasión indetenible de la pornografía gracias a
la electrónica y las experiencias de fecundación humana en probetas. La estabilidad social y
política reinante en esos países permite canalizar los cambios evitando perturbaciones
sociales de carácter radical.

1.2 POLÍTICA CRIMINAL EN LOS PAÍSES SUB DESARROLLADOS

Diferente es la situación en los países subdesarrollados, donde el contexto socio-económico


se caracteriza por una violencia e inestabilidad subyacentes a todo el sistema. Las
desigualdades sociales son enormes.

La desocupación es crónica y afecta a una gran parte de la población. La organización política


es insuficiente, no ofreciendo a los individuos la posibilidad de participar en el gobierno del
país. Esta descripción, necesariamente esquemática, debe ser apreciada considerando que
la estructura social de estos países no es homogénea.

En su interior, existen zonas más ricas que las mismas que tienen una peculiar vinculación
entre ellas y con los países desarrollados. En el Perú, país andino y amazónico, constituye un
factor decisivo, por ejemplo, la población indígena.

1.3 REALIDAD PENITENCIARIA EN EL PERÚ

La incipiente política penitenciaria no es realizada en función de las necesidades del país. La


contenida en el Código Penal y en el Código de Ejecución Penal constituye -por ejemplo- una
utopía; pues, resulta utópico pretender organizarla de acuerdo con las exigencias de
una ciencia penitenciaria elaborada conforme a las posibilidades de los países
económicamente desarrollados. Como sucedió en los demás países latinoamericanos, en el
Perú también se construyeron prisiones "modelos". Construidos en la Capital, tales
establecimientos funcionan poco tiempo según el sistema de detención previsto. Su capacidad
es inmediatamente sometida a la demanda del "mercado" : el número de detenidos aumenta
las instalaciones se deterioran y laadministración del establecimiento deviene imposible. Esto
permite comprender por qué las autoridades están obligadas a realizar, periódicamente,
"censos penitenciarios" con la finalidad de saber, cuántos detenidos hay o quedan en la
prisión.

Los resultados de los esfuerzos realizados por los funcionarios son poco positivos, debido a
que no ejercen, en la práctica, un control eficaz al interior de las prisiones. Los detenidos se
organizan en bandas, dirigidos o sometidos por los más peligrosos, con el fin de dominar la
vida de la prisión. Es así como el tráfico ilícito de drogas y de bebidas alcohólicas se instala,
contando con la complacencia o complicidad de funcionarios o empleados del mismo
establecimiento.

La realidad penitenciaria influye mucho en la marcha de la administración de justicia.


La investigación judicial y el desarrollo del juzgamiento son con frecuencia perturbados por la
ausencia del procesado, esto es consecuencia de la desorganización de las prisiones. Es
suficiente que para evitar comparecer, por diversos motivos, el procesado no responde al
llamado del empleado que viene a buscarlo.

Es evidente que en estas condiciones, personales y materiales, los establecimientos de


reclusión no cumplan con los fines de resocialización o de reeducación. Ni siquiera cumplan
con el objetivo primario de aislar a los detenidos de su medio.

II. POLÍTICA CRIMINAL Y REALIDAD SOCIAL

La descripción esquemática de cómo el Estado ha reaccionado legislativamente frente al


fenómeno delictivo, no puede ser bien comprendida si no se tiene en cuenta el contexto socio-
político en que se produce. Esta no es la obra en que debe analizar exhaustivamente esa
realidad. Pero, así como el estudio la evolución histórica de nuestro derecho penal, creemos
necesario hacer las siguientes reflexiones.

Aunque sea una verdad trivial, no se puede dejar de decir, que el orden jurídico, en general, y
el penal, en particular, están vinculados, estrechamente, a la realidad social, económica y
cultural del país. Todo cambio socio económico y político repercute en la legislación y en
la administración de justicia. Esta vinculación, se refleja, igualmente, en relación con la labor
que realizan los juristas. La concepción doctrinaria que elaboren no puede dejar de tener en
cuenta estas circunstancias. De igual manera, no es posible -sin un adecuado conocimiento
de la realidad- elaborar y aplicar una Política criminal coherente y eficaz.
La severidad de la pena prevista en la ley respecto al acto imputado al detenido determina las
condiciones de su detención. Lo mismo puede decirse que la pena requerida por el Ministerio
Público –determinada a su vez por la fijada legislativamente- condicione el juzgamiento del
acusado. Así se origina un círculo vicioso de consecuencias desastrosas para quien es
detenido como simplemente sospechoso.

El problema se origina no tanto en razón de la incapacidad funcional de los órganos de


juzgamiento o del número de funcionarios, sino, sobre todo, al carácter eminentemente
represivo del sistema penal. Además, su aplicación es realizada de acuerdo a reglas
procesales deficientes e incompletas que los magistrados interpretan de manera demasiado
legalista. Aunque las leyes procesales y también la Constitución consagran
los principiosfundamentales del derecho liberal; y a pesar que éstos son, frecuentemente,
invocados por los jueces en sus resoluciones, es innegable que dichos principios son
desnaturalizados. Por ejemplo, la presunción de inocencia del inculpado pierde casi toda su
significación cuando, antes de declararlo inocente, se le somete a una larga detención
preventiva y no se le indemniza en forma alguna. Lo mismo sucede con el principio in dubio
pro reo: en los casos de tráfico de drogas o de terrorismo, por ejemplo, los jueces de primera
instancia prefieren -en caso de duda sobre la responsabilidad del inculpado- condenarlo para
evitar -en caso de absolución- la sospecha de corrupción; y dejar, de esta manera, la decisión
definitiva en manos del tribunal superior.

2.1 NOCIÓN DE POLÍTICA CRIMINAL

Se le denomina a la manera como la colectividad reacciona organizadamente, frente a


las acciones delictuosas que amenazan su cohesión o su desarrollo armónico.
La disciplina que estudia esta faceta del control social recibe, igualmente, el nombre de
política criminal. Es tarea de esta disciplina, no sólo la descripción de la reacción social contra
la delincuencia, sino también determinar los lineamientos que deberían seguirse a fin de lograr
una mayor eficacia.

Por esto, se ha considerado que la política criminal se presenta bajo dos aspectos:

1º Como una disciplina o un método de observación de la reacción anticriminal; tal como es,
efectivamente, practicada.

2º Como un arte o estrategia de lucha contra la delincuencia; elaborada a partir de los datos y
enseñanzas aportados por la observación objetiva.

La política criminal es, en consecuencia, una parcela de la política jurídica del Estado, la que a
su vez es parte de su política general. La programación y realización de una correcta y
coherente lucha contra la delincuencia, depende del apoyo y fomento de los estudios
tendientes a describir el sistema de reacción social y a de terminar los lineamientos y los
medios más eficaces.

2.2 CRIMINOLOGÍA Y POLÍTICA CRIMINAL

A diferencia de la dogmática penal, la criminología se ocupa del estudio del delito en sus
diferentes formas de aparición, investigando sus causas, su significación en la vida de la
sociedad y del individuo; estudia, asimismo, la personalidad del delincuente, sus
características físicas y psíquicas, su desarrollo y sus posibilidades de tratamiento. Para
alcanzar sus objetivos, recurre a los diversos métodos que ofrecen las ciencias naturales y
sociales.

Entendida de este modo de criminología, se comprende con gran facilidad la importancia de


las relaciones que tiene esta disciplina causal-explicativa con la política criminal y el derecho
penal; e igualmente, los innumerables elementos que les proporciona. Una adecuada lucha
contra la delincuencia es imposible sin un conocimiento de la realidad criminógena. Así, pues
estas tres disciplinas se relacionan y complementan recíprocamente.

Frente a las transformaciones indiscutibles de la sociedad moderna, el autor


frances Marc Ancel dice: "el problema esencial es de lograr la elaboración de un sistema de
derecho penal que no sea anacrónico, que tenga en cuenta la realidad humana y social y que
se esfuercen en hacer esto con el máximo de lucidez y eficacia".

Indica que la ciencia criminal moderna se compone de tres dominios esenciales: la


criminología, que estudia en todos sus aspectos al fenómeno delito; el derecho penal, que
consiste en la aplicación y explicación de las normas positivas con las que la sociedad
reacciona ante dicho fenómeno; y, por último, la política criminal, arte y ciencia al mismo
tiempo, cuyo objeto práctico es, en definitiva, el permitir una mejor elaboración de las reglas
positivas, y de orientar al legislador que las redacta, al juez que las aplica, y a la
Administración penitenciaria que hace efectiva la decisión judicial.

2.3 OBJETIVOS

2.3.1 OBJETIVO GENERAL DE LA POLÍTICA CRIMINAL

Es la ciencia que se encarga del estudio del delito como conducta humana y social, de
investigar las causas de la delincuencia, de la prevención del delito y del tratamiento del
delincuente". E indican de manera sobresaliente, que: "Los campos de la acción de la
Criminología, están consideradas en tres ramas:

a. En la administración de la justicia

b. En el campo penitenciario

c. En la prevención del delito

Expresan también, que: "es de suma importancia el que estas tres áreas tengan especialistas
que deseen conocer los factores de la personalidadcriminal, con el fin de que se logre impartir
la justicia de forma más adecuada, justa e individualizada, así como también, se dé terapia
idónea al infractor, y lo que vendría a ser el éxito de todo estudio criminológico, el prevenir que
se den o repitan determinadas conductas consideradas como criminales.

2.3.2 EL OBJETIVO PRINCIPAL DE LA POLÍTICA CRIMINAL ES LA PREVENCIÓN DEL


DELITO

La ciencia que estudia la política criminal y la prevención del delito es la criminología. Esta
ciencia abarca y supera el estudio del derecho penal, el derecho procesal- penal y el
penitenciario. Ello no implica, en modo alguno, que la criminología pueda prescindir, en
sus análisis, de los limites de impuesto a la acción del Estado por los principios garantizadores
de los derechos humanos, si no que los debe tener siempre en cuenta (como cualquier
disciplina social) con relación a todo lo que implique acciones de intervención del Estado sobre
los individuos.

Los estudios que resalían la criminología son denominados estudios político criminales o
preventivos y en general son llamados estudios criminológicos.

Consideramos a la criminología como una ciencia enmarcada dentro del contexto de lo


sociológico y no dependiente por lo tanto, de ninguna disciplina normativa aunque la
problemática criminológica ataña la mayoría de las veces a hechos o situaciones definidas
como delito por la ley penal.
III. CARACTERÍSTICAS DE LA POLÍTICA CRIMINAL

3.1 UNA POLÍTICA CRIMINAL EN CUANTO TIENE QUE PARTIR DEL MUNDO REAL

Una política criminal en cuanto tiene que partir del mundo real y por tanto
utilizando metodología y técnicas propias al estudio de los fenómenos sociales,
necesariamente tendrán que llegar a la conclusión que el principio de igualdad en que se
funda el Estado no es una realidad, sino sólo un programa. Esto es, que hay discriminación,
que se da una desigualdad distribución de la criminalización, del poder de definir lo criminal,
por tanto no solo de bienes e ingresos. Luego, un primer aspecto a considerar es la necesidad
de redistribuir el poder de criminalización, de modo entonces de ir descendiendo las cuotas
de discriminación. A su vez ello significa que tal redistribución ha de abarcar todo el sistema
criminal, las leyes, la policía, el proceso, etc.

3.2 POLÍTICA CRIMINAL QUE TIENE COMO FUNDAMENTO LA LIBERTAD

No puede partir desconociéndola y convirtiendo a las personas en meros instrumentos o


sujetos a tutela. De ahí que el punto de partida no puede ser una separación entre buenos y
malos, entre determinados al crimen y otros que no, sino de una relación libre de :as personas
con el sistema. Desde esta perspectiva lo fundamental es la relación entre la persona y el
Estado, en el sentido que el Estado está al servicio de la persona y para su felicidad, es el
reconocimiento de la persona como ente autónomo y por eso mismo de sus derechos y
garantías.

3.3 POLÍTICA CRIMINAL DE UN ESTADO SOCIAL

Ello exige que haya una socialización del poder de definición. Esto es, una efectiva
participación de todos, no sólo en el sentido representativo, a través de la elección de
representantes, sino también mediante la descentralización real, lo cual por una parte puede
implicar formas plebiscitarias. pero también un aumento de la desproblematización de la
cuestión criminal, en el sentido de devolver a las partes la resolución de los conflictos sociales.
Si la cuestión criminal no es más que un conflicto social muy intenso que se ha
problematizado y definido desde el poder que lo asume y controla, se trata entonces de
devolver a las personas lo que les es propio y que ellas mismas lo superen, de ahí la
necesidad de intensificar las formas de mediación o reparación.

3.4 POLÍTICA CRIMINAL DE UN ESTADO DE DERECHO

Luego que simplemente se trata de la organización jurídico social del sistema. no hay pues
una fundamentación absoluta o categoría, no se trata de una cuestión de fe ni de carácter
científico puro, sino de algo relativo en cuanto está destinado sólo a una mejor organización
del sistema para la felicidad de las personas. De ahí que el sistema de control penal sólo es
una cuestión de extrema y estricta necesidad, pero sin que ello entonces tenga capacidad
para legitimarlo, sino simplemente para hacerlo explicable desde una política criminal cuyo
sentido tiene que ser el que los conflictos sociales se resuelvan por vías no violentas. De ahí
que en la base misma del sistema reside su propia deslegitimación. en la medida que siempre
implica una determinada violencia sobre las personas y, por tanto. una contradicción con la
finalidad perseguida, que es la no violencia. Es por eso que la violencia ejercida ha de ser la
mínima necesaria en sí misma, no en relación a otra, no reactiva. Luego, ello excluye
violencias duras, como la pena de muerte. cl presidio perpetuo, las penas largas privativas de
libertad, pues así se contradice en forma sustancial la finalidad perseguida. Por el contrario
entonces hay que privilegiar formas alternativas al control penal.

IV. DIFERENCIA ENTRE POLÍTICA CRIMINAL Y POLÍTICA CRIMINAL TEÓRICA


4.1 PRIMERA DIFERENCIA

De entrada, es necesario, por tanto distinguir categóricamente entre la praxis de la política


criminal y una política criminal teórica. La primera se integra del conjunto de actividades –
empíricas- organizadas y ordenadas a la protección de individuos y sociedad en la evitación
del delito. La segunda aparece constituida por un conjunto de principios teóricos que habrían
de dotar de una base racional a la referida habrían de lucha contra el delito; en donde la clave
radica precisamente en determinar que significa "racional" y cuales pueden ser lo criterios de
racionalidad.

4.2 SEGUNDA DIFERENCIA

En todo caso es lo cierto que tales principios de la política criminal se concretan en


la adopción de diversas formas de evitación del delito (estrictamente preventivas unas:
represivo-preventivas las otras). En buena medida, la política criminal se manifiesta en una
serie de instrumentos que deben asociarse nominal o tácticamente a la producción presente o
futura del delito en orden a evitar que éste se produzca o se reitere. Así contemplado pueden
realizarse dos afirmaciones. Por un lado. que desde luego la política criminal no se agota en
medidas jurídico-penales. Por otro lado, sin embargo, que aunque la política criminal se
configure en términos más amplios, todo el Derecho penal se integra en la política criminal.
Así, para el penalista existe una práctica identificación entre la teoría de los principios de la
política criminal y la de los fines (y medios) del Derecho penal Ello no debe extrañar, El
Derecho penal es expresión de una política criminal. Así, la discusión sobre los fines del
Derecho penal y sobre los medios precisas: para alcanzar tales fines no puede ser más que
una: discusión político-criminal y la vocación de la discusión político-criminal es, en último
término, la reforma del Derecho penal.

4.3 TERCERA DIFERENCIA

Entre los principios de la política criminal ocupan un lugar primordial los que eligen la propia
calificación de un hecho como delito -y no como hecho antisocial jurídicamente no prohibido
ilícito civil o ilícito administrativo-. En otras palabras, la propia definición de cuales son los
delitos constituye competencia de la política criminal cuántas son las conductas que cabe
racional- mente calificar como delictivas y ello, no sólo en cuanto a lo relativo a qué bienes
jurídicos merecen y precisan de protección penal sino también en cuanto a qué clase de
conductas describen riesgos penalmente relevantes: tentativas. Hechos imprudentes hechos
en comisión por omisión; etc. en este punto se muestra una de las características
fundamentales de la política criminal; ésta aparece como un sistema que se autodefine. Ello
determina la necesidad de abordar el problema de los límites exteriores a autodefinición de la
política criminal: no ya sólo a la del legislador, sino también a la del propio constituyente. En
otras palabras, la decisión acerca de si cualquier conducta puede ser definida en un momento
dado como delictiva.

4.4 CUARTA DIFERENCIA

Es asimismo competencia de la política criminal la determinación de cómo es el delito; esto es,


de cuáles son sus rasgos estructurales característicos. Así, si el delito es un "modo de ser", o
un síntoma, o un estado o por el contrario, un hecho y, a partir de esta última constatación,
cuáles deben ser los elementos integrantes de ese hecho. Obsérvese que desde el punto de
vista adoptado la teoría del delito no deja de ser un eslabón más de toda la política criminal.
Lo que pone de relieve hasta qué punto es cierta la afirmación de que también la ciencia del
Derecho penal, también la propia dogmática de la teoría jurídica del delito realiza política
criminal.

V. LA LIBERTAD DE INFORMACIÓN Y POLÍTICA CRIMINAL


En este contexto, se produce una colisión entre dos derechos constitucionales consagrados y
por ello de igual valía: la libertad de información y la presunción de inocencia, colisión
alrededor de la que se han construido dos teorías antagónicas respecto a la información
relacionada a la represión del delito, pero particularmente a la labor jurisdiccional penal; en un
extremo se hallan los partidarios de la denominada "teoría de la libertad de información plena"
que sostienen que el profesional de la información puede informar de todo y sobre todo,
aunque lesione cualquier otro bien jurídico, a condición de que la información sea verdadera y
este de por medio un evidente interés público. Sustentan jurídicamente su postura en la
doctrina constitucional moderna que distingue entre los derechos constitucionales individuales
y sociales a los que les da preeminencia, pues considera que la sociedad en su conjunto es
más importante que el individuo aislado, la crítica a esta teoría se concentra en la vaguedad
del concepto de interés público y sobre quien es realmente el que debe proporcionar un
concepto uniforme del mismo.

En otro extremo se hallan quienes propugnan la "teoría de los límites", quienes afirman que la
información encuentra límites en otros bienes jurídicos tutelados como es el caso de la
presunción de inocencia, y que al amparo del interés público no es posible lesionar y vulnerar
otras garantías y derechos. En lo fundamental esta teoría se resume en el principio elemental
de la doctrina jurídica que nos enseña que "ningún derecho o libertad es absoluta y que su
ejercicio por parte de un individuo encuentra un límite en el ejercicio de los derechos y
libertades de sus semejantes".

De acuerdo a lo establecido en el articulo 296 inciso 4 del Código de procedimiento penal,


éste se adscribe de manera moderada a esta teoría al permitir que sea el detenido quien
decida si se muestra o no a un medio de comunicación. Al respecto creo que es necesario ir
más allá reglamentando el ejercicio de la libertad de información en materia penal respecto a
la forma y límites de su ejercicio para evitar el avasallamiento del estado de inocencia.

CONCLUSIONES

Tenemos conocimiento que en todas las sociedades existirá siempre un nivel determinado de
delincuencia, así como las enfermedades y las malformaciones son inevitables, en todos los
tiempos siempre existirán hombres con deficiencia intelectual o estructuras de carácter
psicopático que hacen imposible su integración social y por eso terminan cometiendo actos
delictivos. Esto no se podrá evitar nunca.

En muchos casos los delincuentes son producto de relaciones familiares desavenidas, por las
relaciones violentas entre los padres y de los padres con los hijos, no les brindan afecto, amor,
por ello carecen de seguridad emocional, asimismo influye la falta de
una educación razonable.

La crisis que vivimos en nuestro país, donde la mayor parte de familias que conforman el
grupo de clase media, ahora es pobre y la clase pobre en la actualidad vive en condiciones
infrahumanas, que en muchos casos por la necesidad que se tiene caen en delitos desde el
más pequeño al más grande.

También la Política Social debe prepararse adecuadamente, para poder combatir en forma
adecuada a esta criminalidad que crece en forma constante, por tener una policía que en vez
de resguardar en muchos casos son cómplices de los delitos y autoridades del gobierno que
en vez de sancionar o castigar a los culpables, no lo hacen.

Podemos decir que la Política Criminal es cambiante, es como la moda que cambia
constantemente.
Que se deben aplicar normas más determinantes, por que de esa forma la criminalidad
disminuye.

Rebelión de Túpac Amaru II


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Para el libro inspirado en este evento, véase La rebelión de Tupac Amaru (libro).

Rebelión de Tupac Amaru II

Cuadro de Tupac Amaru II en una de las montañas andinas del


Perú.

Fecha 1780 - 1783

Lugar Sur del actual Perú y Bolivia

Casus belli  Abusos de corregidores españoles


 Cobro indebido de los tributos indígenas
Resultado Victoria realista

Beligerantes

Imperio español
Rebeldes aymaras y quechuas
(junto con: blancos, mestizos y negros
alzados)

Comandantes
Agustín de Jáuregui Túpac Amaru II
Juan José de Vértiz y Salcedo Pedro Vilca Apaza
José del Valle Diego Cristóbal Túpac
José Antonio de Areche Amaru (P.D.G.)
Antonio Arriaga † Andrés Túpac Amaru (P.D.G.)
Tiburcio Landa
Túpac Catari
José de Roseguín
José Sebastián de Segurola Tomás Catari
Bartolina Sisa
Gregoria Apaza

Fuerzas en combate
15 0001 - 17 5002hombres 100 000 hombres23
40 000 - 60 000 asediando Cusco
(2-9 de enero de 1781)4
10 000 - 40 000 asediando La Paz
(14 de marzo de 1781)4

100 000 muertos en total.5


10000 por hambre y enfermedades.6

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La Rebelión de Túpac Amaru II fue un levantamiento que acontecido entre 1780 y 1783 que
tuvo lugar en el virreinato del Perú, en la región del Cuzco, en reacción a la imposición de
las Reformas borbónicas. Fue iniciada por el curaca José Gabriel Condorcanqui o Túpac
Amaru II, quien tuvo como antecedente la rebelión del curaca Tomás Catari.

Índice

 1Antecedentes
 2Estrategias de Túpac Amaru II
 3Rebelión en las cercanías del Cuzco
 4Rebelión en el sur y últimos intentos
 5Bibliografía
 6Referencias

Antecedentes[editar]
La Secretaría de Estado de España, en un esfuerzo de reforzar la administración de sus
colonias, buscaba introducir una serie de cambios que fueron englobadas dentro de las
llamadas Reformas borbónicas. Como parte de estas, se creó el virreinato del Río de la Plata
(1776), escindiendo del anterior Virreinato del Perú los territorios de la Real Audiencia de
Charcas, que en aquel entonces atravesaba una importante ruta comercial terrestre, uniendo
las ciudades de Cuzco, Arequipa, Puno, La Paz y el resto del Altiplano hasta Potosí. La
separación administrativa supuso también la transferencia de los beneficios económicos
hacia Buenos Aires en detrimento de Lima, ocasionada por la despenalización del
contrabando a través del puerto atlántico.
Paralelamente, en los dominios españoles se incrementaron y cobraron con mayor eficiencia
impuestos como la alcabala, afectando a los comerciantes del sur del Virreinato peruano y del
Alto Perú (hoy Bolivia). Estos comerciantes eran mayormente caciques (curacas) indígenas de
real linaje de cultura mestiza. Ellos también se vieron perjudicados por el movimiento arbitrario
de autoridades indígenas por parte de la administración virreinal a favor de indios serviles al
Estado, en perjuicio de los jefes étnicamente legítimos.
El siglo XVIII representó el tiempo de mayor presión económica sobre el campesinado
indígena. Se observa en su máxima expresión el sistema del reparto de mercancías, mediante
el cual los corregidores obligaban a los indios a comprar bienes a precios muy elevados. El
reparto, el tributo indígena y la mita minera oprimían la economía colonial a fin de satisfacer
las demandas de la metrópoli. Dado esto, la rebelión de Túpac Amaru influyó para la
independencia del Perú.
En este contexto, el recuerdo de la historia y los símbolos del Imperio incaico dentro de la
población indígena surgió como modelo de alternativa frente a un sistema económico que las
perjudicaba en muchos sentidos.

Estrategias de Túpac Amaru II[editar]


Poco después de la sangrienta rebelión en el poblado altoperuano de Pocoata, encabezada
por los hermanos Tomás, Dámaso y Nicolás Catari contra el Corregidor Joaquín de Alós,
juzgó Túpac Amaru II que había llegado el momento de actuar.
La actividad política y reivindicativa de José Gabriel Túpac Amaru se caracterizó por una
exposición gradual de sus propósitos, respondiendo siempre a circunstancias concretas. Al
principio interesó a varios prelados y funcionarios en la situación penosa de los indios, entre
ellos a los Obispos del Cuzco, Agustín Gorrichátegui y Juan Manuel Moscoso y Peralta, y al
Obispo de La Paz, Francisco Gregorio de Campos.
Premeditó un golpe contra Antonio Arriaga, corregidor de Canas y Canchis (Tinta), que
atemorizase a los españoles y diera impulso a su movimiento anticolonial. Apresó a Arriaga
tras una emboscada, haciéndole firmar una carta falsa a través de la que le fueron remitidos
22 000 pesos, barras de oro, mosquetes y mulas, gracias a los cuales comenzó a dar sustento
económico a su alzamiento; aunque conseguiría más abastecimientos al confiscar productos y
propiedades de otros corregidores. Luego hizo ahorcar públicamente al corregidor el 10 de
noviembre de 1780 en la plaza de Tungasuca, arengando a sus tropas sobre los objetivos de
su movimiento: abolir las mitas y el reparto de efectos y exterminar a los malos corregidores,
estimulándolos para que prestasen ayuda y perseverasen en una empresa destinada a su
propia liberación. Desde entonces, asumió el nombre de "Túpac Amaru Inca".
Siguiendo las tradiciones culturales incaicas su rebelión estuvo sustentada en una auténtica
red de parentesco, pues fue capaz de movilizar en primer término a su propia gente, a sus
familiares y allegados de la provincia de Tinta. Por ello, Quispicanchis después
de Canas y Canchis (Tinta), fue la provincia más susceptible de ser movilizada, debido a que
una rama de la familia Túpac Amaru residía allí.
A los lazos del parentesco habría que sumar actividades económicas afines, por cuanto varios
parientes del líder ejercían como él actividades comerciales de arrieraje. Sus manifiestos
parecen haber sido distribuidos por el Alto y Bajo Perú por el gremio de arrieros en sus rutas
normales, cumpliendo ese gremio un rol muy importante en la organización del movimiento.
Existió también la solidaridad de numerosos caciques que suministraron hombres y
provisiones. Vale decir que ciertos patrones de comportamiento social andino, como la
reciprocidad simétrica tanto como la mita y el tributo como vínculos comunales, y la solidaridad
entre caciques, fueron utilizados por Túpac Amaru en la organización de su rebelión.
A medida que se propagaba fuera de la provincia bajoperuana de Tinta la rebelión fue
disminuyendo en su fuerza, puesto que en provincias como Calca, Lares, Cotabamba,
Abancay se produjo una resistencia importante a Túpac Amaru. Una de las causas fue la
resistencia étnica, al ser considerado como un advenedizo e impostor por ser mestizo, razón
por la que no había obtenido el decisivo apoyo de los doce ayllus reales (o panacas)
del Cuzco.
Otra cuestión es la de que la rebelión tupamarista provocó el recrudecimiento de antiguas
rivalidades étnicas, dividiendo a los caciques en leales y rebeldes, lo que también contribuyó a
la desintegración y derrota del movimiento. Igualmente, muchos caciques se vieron en la
necesidad de defender los notorios privilegios y propiedades que habían alcanzado con los
españoles, todo aquello que les significaba riqueza, prestigio y poder.
El ejército tupamarista poseyó una composición social mixta, alentando de manera especial la
participación de sectores criollos y mestizos en la rebelión. Los cargos más elevados fueron
ocupados por caciques, mestizos y algunos criollos. Los indígenas de las comunidades no
fueron puestos al mando de tropas salvo excepcionalmente, desempeñando generalmente el
rol de simples soldados rasos y tropa. Ello se habría debido a la habilidad política y a la
amplitud de miras de Túpac Amaru, quien determinó que para el logro de sus objetivos
necesitaba especialmente el apoyo de los criollos, al ser quienes poseían manejo de las
armas de fuego, cultura e importantes conexiones.
De ahí sus permanentes llamamientos a la concordia y la unión
entre criollos, mestizos e indígenas, como cuando manifestara:
...Solo siento de los paisanos criollos, a quienes ha sido mi ánimo no se les siga algún perjuicio, sino
que vivamos como hermanos, y congregados en un cuerpo, destruyendo a los europeos. Todo lo cual,
mirando con el más maduro acuerdo, y que esta pretensión no se opone en lo más leve a nuestra
sagrada religión católica, sino solo a suprimir tanto desorden, después de haber tomado por acá
aquellas medidas que han sido conducentes para el amparo, protección y conservación de los
españoles criollos, de los mestizos, zambos e indios, y su tranquilidad, por ser todos paisanos y
compatriotas, como nacidos en nuestras tierras, y de un mismo origen de los naturales, y de haber
padecido todos igualmente dichas opresiones y tiranías de los europeos.7

Por eso, fueron considerables los privilegios otorgados a los criollos comprometidos con el
movimiento tupamarista, debido a lo cual oficiaron muchas veces de amanuenses y
secretarios del caudillo inca, convirtiéndose en sus consejeros y actuando a nivel de la toma
de decisiones. De cualquier modo, el grupo criollo no fue el más encumbrado y prominente,
tratándose generalmente de pequeños comerciantes, artesanos, o de oficiales provincianos,
más cercanos a la condición e intereses de los mestizos. Con los europeos hubo algunas
excepciones, como la de los españoles Figueroa y Cisneros, quienes tomaron parte de la
rebelión por estar casados con criollas acaudaladas; participando también los
hermanos Jacinto y Juan de Dios Rodríguez de Herrera, prominentes criollos mineros y
hacendados de Oruro, quienes acaudillaron en nombre de Túpac Amaru II la rebelión de la
villa; igualmente, según Micaela Bastidas, su esposo habría estado en contacto con los criollos
limeños Mariano Barrera y Miguel Montiel, y con el criollo potosino Lucas Aparicio.
Sobre la existencia de un núcleo criollo aliado a Túpac Amaru II en el Cuzco, solo se sabe
que Felipe Miguel Bermúdez integró el gobierno revolucionario del inca. También habrían
participado en el movimiento Francisco Molina, hacendado criollo del Collao, quien fue
responsable de pagar los salarios a los soldados, reclutar hombres y escribir cartas de
convocatorias; Francisco Cisneros, escribano español que redactó cartas y programas, y los
escribanos criollos Esteban Escarcela y Mariano Banda.
Por otra parte, Túpac Amaru parece haber tenido sumo cuidado en convocar para conseguir
su apoyo no solo a los criollos, sino igualmente a los caciques y curas. De cualquier modo,
estos últimos se demostraron tan ambivalentes como los criollos y los caciques, respecto a la
rebelión. Los curas que apoyaron su movimiento estaban vinculados por lazos de
compadrazgo con los rebeldes, o se mantenían en estrecho contacto con ellos al ser párrocos
de las comunidades rebeladas. El mayor apoyo fue dado por el bajo clero vinculado a las
parroquias provinciales, con mayoría de integrantes que hablaban quechua o aymara, lo cual
les proporcionaba un mayor acercamiento cultural con la masa indígena.
El Visitador José Antonio de Areche y Benito de la Mata Linares remarcaron la poderosa
influencia local alcanzada por el clero en relación a la rebelión tupamarista, hecho notable y
demostrable por cuanto las proclamas del líder incaico estaban llenas de citas bíblicas que
solo podían manejar los curas. Por eso, cuando el respaldo de los caciques confluyó con el del
clero, se propagó más rápidamente la rebelión. Con todo, la posición de muchos curas fue tan
oportunista y de conveniencia como la de muchos criollos, quienes estimularon el estallido de
la rebelión, agitando a la masa indígena e impulsándola a luchar contra los corregidores,
aduaneros y funcionarios reales españoles, aunque retirando luego apresuradamente su
apoyo al comprender que la rebelión fracasaría, fingiendo entonces lealtad a la corona o
colaborando efectivamente en la represión.8
Después de reprimir la sublevación tupamarista de 1780, se comenzó a evidenciar contra
los criollos mala voluntad de parte de la Corona Española, especialmente por la Causa de
Oruro, y también por la demanda entablada contra el Dr. Juan José Segovia, nacido
en Tacna y el Coronel Ignacio Flores, nacido en Quito, quien había ejercido como Presidente
de la Real Audiencia de Charcas y había sido Gobernador Intendente de La Plata (Chuquisaca
o Charcas, actual Sucre).

Rebelión en las cercanías del Cuzco[editar]


El 4 de noviembre de 1780 durante o después de una fiesta en Tungasuca, donde Túpac
Amaru era cacique, él y sus partidarios apresaron a Antonio Arriaga, corregidor de Tinta , y lo
mantuvieron cautivo por seis días hasta finalmente ejecutarlo públicamente. Antes de hacerlo,
Túpac Amaru lo convenció de que pidiera a algunos españoles que le llevaran dinero para
rescatarlo. Túpac Amaru se movilizó por áreas rurales logrando muchos adeptos,
principalmente entre los indígenas y mestizos, pero también de algunos criollos. El 17 de
noviembre arribó al pueblo de Sangarará, en donde las autoridades españolas del Cuzco y de
las áreas cercanas habían colocado una fuerza de 900 hombres. El ejército de Túpac Amaru,
que había crecido hasta varios miles de hombres, los derrotó en la batalla de Sangarará.

Dibujo que representa el intento de descuartizamiento de Túpac Amaru II en la Plaza de Armas del
Cuzco.
El visitador español José Antonio de Areche actuó en respuesta al levantamiento de Túpac
Amaru moviendo tropas desde [Lima] y desde lugares tan lejanos como Cartagena de Indias,
logrando reunir unos 17 000 hombres, muchos de ellos indios auxiliares más tropas regulares
y veteranas.9 Las tropas de Lima fueron el instrumento de ayuda para repeler los intentos de
Túpac Amaru con 10.000 rebeldes10 de capturar el Cuzco en diciembre y en enero. También
tuvieron éxito los realistas en defender La Paz por 12.000 alzados gracias a la valerosa
resistencia de José Sebastián de Segurola.11 Luego de esos fracasos, la coalición que seguía
a Túpac Amaru comenzó a desintegrarse, empezando por los criollos que lo abandonaron y se
unieron a las fuerzas gubernamentales.
El 27 de febrero de [1781, los rebeldes, en venganza por la ejecución de Tomás Catari,
masacraron a uno o dos millares de personas en Chuquisaca, asesinando a hombres,
mujeres, niños y religiosos por igual.12
A finales de febrero de 1781 las autoridades españolas comenzaron a operar con ventaja y
Túpac Amaru y su familia fueron capturados el 6 de abril. El 15 de mayo fue sentenciado a
muerte, y el 18 de mayo fue forzado a presenciar la ejecución de su esposa y sus dos hijos.
Más tarde se le intentó descuartizar vivo atando cada una de sus extremidades a sendos
caballos, de manera infructuosa. Finalmente sus verdugos optaron por decapitarlo y
posteriormente despedazarlo. Más tarde, el virrey mandó a repartir las partes de Túpac Amaru
en los pueblos que apoyaban la rebelión, para intimidar a la población.
El decreto de Areche que siguió a la ejecución de Túpac Amaru II incluyó la prohibición de
la lengua quechua, el uso de ropas indígenas, y virtualmente cualquier mención o
conmemoración de la cultura incaica y de su historia.
Muchos indios y mestizos se sublevaron al estar endeudados con los comerciantes españoles,
a los que asesinaron donde les encontraban; por ejemplo, así sucedió cuando los mineros
recibieron a los mensajeros del Sapa Inca y su «teniente» Dámaso Katari.13

Rebelión en el sur y últimos intentos[editar]


La prédica de Túpac Amaru se esparció más al sur del Cuzco en la región cercana al lago
Titicaca en el Alto Perú, entonces perteneciente al virreinato de Buenos Aires. Allí se produjo
otro alzamiento en diciembre de 1780, liderado por Túpac Katari, que fue ayudado por un
primo de Túpac Amaru llamado Diego Cristóbal Túpac Amaru. Esta rebelión se benefició con
la incorporación de las fuerzas remanentes que habían sobrevivido a la captura de Túpac
Amaru. Katari sitió La Paz durante seis meses en 1781 con sus pobremente organizadas
fuerzas que alcanzaban el número de 40 000,23 en su mayoría aymaras,6 falleciendo 15 000 a
20 000 personas,14 pero fue capturado y ejecutado en noviembre de 1781. Sin embargo Diego
Cristóbal Túpac Amaru (primo de Tupac Amaru II) continuó con la rebelión hasta el 15 marzo
de 1783, fecha donde fue capturado y condenado a la pena capital con atenaceado, que se
arrancara la carne con tenazas al rojo vivo. Con este, la sublevación de los indígenas
terminaría.13

Bibliografía[editar]
 Rotondo, Antonio (2018). La Oración de la tarde: novela escrita sobre el célebre drama del
mismo título original de Luis Mariano de Larra. Madrid: Imprenta y Litografía Militar del
Atlas, a cargo de J. Rodríguez, edición de Luis Mariano de Larra.
 Lewin, Boleslao. La rebelión de Túpac Amaru y los orígenes de la emancipación
americana=1957. Buenos Aires.15
 O’Phelan Godoy, Scarlett (1988). Un siglo de rebeliones anticoloniales, Perú y Bolivia,
1700-1783. Cuzco.
 Flores Galindo, Alberto (comp.) (1976). Túpac Amaru 1780. Antología. Lima: Retablo de
Papel Ed.
 Frigerio, José Oscar (2011). La rebelión criolla de Oruro fue juzgada en Buenos Aires
(1781-1801). Córdoba: Ediciones del Boulevard. ISBN 978-987-556-345-2.

Referencias[editar]
1. ↑ Ward Stavig & Ella Schmidt (2008). The Tupac Amaru And Catarista Rebellions: An
Anthology of Sources. Indianapolis: Publishing, pp. 27. ISBN 978-0-87220-845-2.
2. ↑ Saltar a:a b c Daniel Castro (1999). Revolution and Revolutionaries: Guerrilla Movements in
Latin America. Oxford: Rowman & Littlefield, pp. 2. ISBN 978-0-84202-626-0.
3. ↑ Saltar a:a b Orin Starn, Carlos Iván Degregori & Robin Kirk (2005). The Peru Reader: History,
Culture, Politics. Durham: Duke University Press, pp. 160. ISBN 978-0-82233-649-5.
4. ↑ Saltar a:a b James D. Henderson, Helen Delpar, Richard N. Weldon & Maurice Philip
Brungardt (2000). A Reference Guide to Latin American History. Nueva York: M.E. Sharpe, pp.
77. ISBN 978-1-56324-744-6.
5. ↑ Rotondo, pp. 326
6. ↑ Saltar a:a b Luis Guzmán Palomino & Germán Calderón Ticse (2006). Nación e identidad en la
historia del Perú. Lima: Academia de la Historia del Perú Andino, pp. 138.
7. ↑ Edicto de Túpac Amaru, del 23 de diciembre de 1780 para la provincia de Chichas.
8. ↑ Lewin, Boleslao, La rebelión de Túpac Amaru y los orígenes de la emancipación americana,
Buenos Aires, 1957; O’Phelan Godoy, Scarlett, Un siglo de rebeliones anticoloniales, Perú y
Bolivia, 1700-1783, Cuzco, 1988; Flores Galindo, Alberto (comp.), Túpac Amaru 1780.
Antología, Retablo de Papel Ed., Lima, 1976; Frigerio, José Oscar, La rebelión criolla de Oruro
fue juzgada en Buenos Aires (1781-1801), Ediciones del Boulevard, Córdoba, 2011.
9. ↑ Rotondo, pp. 324
10. ↑ Rotondo, pp. 325
11. ↑ Rotondo, pp. 325-326
12. ↑ Siles Salinas, Jorge (2009). Historia de la independencia de Bolivia. Plural editores, pp.
61. ISBN 9789995412234.
13. ↑ Saltar a:a b Garavaglia, Juan Carlos & Juan Marchena (2005). Historia de América Latina. De
los orígenes a la Independencia. La sociedad colonial. Tomo II. Barcelona: Crítica, pp.
128. ISBN 9788484326533.
14. ↑ John Michael Francis (2006). Iberia and the Americas: Culture, Politics, and History : a
Multidisciplinary Encyclopedia. Tomo I. Santa Bárbara: ABC-CLIO, pp. 1037. ISBN 978-1-
85109-421-9.
15. ↑ «Google». www.gogle.com. Consultado el 30 de agosto de 2016.
16.

Protestas y rebeliones del siglo XVIII (Perú)


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Antes de la revolución de Túpac Amaru II, las más importantes protestas y rebeliones en
el Virreinato del Perú fueron las siguientes:

Rebelión de Azángaro, Carabaya, Cotabambas y


Castrovirreyna[editar]
Los caciques y los demás indios de Azángaro , Carabaya, Cotabambas y Castrovirreyna se
rebelaron contra el abuso incesante de los corregidores, entre los años 1724 y 1736. En
efecto, de manero sorpresiva tomaron presos a los corregidores de dichas circunscripciones
territoriales y les dieron muerte. El gobierno del virrey José de Armendáriz, Marqués de
Castelfuerte envía un ejército bien pertrechado desde Lima. Los realistas lograron derrotar a
los insurrectos, haciendo uso de una brutal represión. Los principales líderes indios fueron
apresados y ajusticiados, Corona. Para tal efecto, residió en Madrid entre 1722 y 1732.
Durante esos diez años se dedicó a presentar sendos memoriales al Consejo de Indias,
al Rey y a otras autoridades de la Corona española, denunciando el abuso de funcionarios
reales en el [ Virreinato del Perú ], principalmente los corregidores de los valles de La Libertad.
A pesar de que iba en representación de varios Curacas de la zona, sus gestiones fracasaron.

Rebelión de Cama Condori y Orco Huaranca[editar]


Véase también: Juan Vélez de Córdova

El manifiesto de la rebelión de Oruro (hoy Bolivia) de 1739 retoma el pedido que hiciera Alejo
Calatayud, líder de la insurrección de Cochabamba (hoy Bolivia), en 1730. En este sentido,
estas protestas pretendían comunicar al rey que "no debía de haber corregidor de España y
que los alcaldes debían de ser criollos". Incluso, la rebelión de Oruro fue más explicita, no solo
rechazando a los corregidores peninsulares, sino además, por quejarse por los impuestos
excesivos y la inaccesibilidad de las Audiencias judiciales. Este programa de protesta es el
que en 1780 llevará adelante "Túpac Amaru II" en la "Gran Rebelión andina".

Juan Santos Atahualpa[editar]


Juan Santos Atahualpa fue un líder rebelde al régimen colonial español que tuvo su foco de
resistencia en la Sierra Central del virreinato del Perú, específicamente en la selva que oriental
de los valles interserranos de Tarma y Jauja, entre 1740-1750.

Revolución
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Para otros usos de este término, véase Revolución (desambiguación).

La Libertad guiando al pueblo, pintura de Eugène Delacroix, erróneamente asociada a la Revolución


de 1789 pese a que corresponde a los sucesos revolucionarios de 1830. Museo del Louvre, París.
La toma de la Bastilla, 14 de julio de 1789 durante la Revolución francesa.

Una revolución (del latín revolutio, "una vuelta") es un cambio social fundamental en la
estructura de poder o la organización que toma lugar en un periodo relativamente corto o largo
dependiendo la estructura de la misma. Aristóteles describía dos tipos de revoluciones
políticas:

1. Cambio completo desde una constitución a otra.


2. Modificación desde una constitución existente.1
Los expertos aún debaten qué puede constituir una revolución y qué no. Estudios sobre
revoluciones suelen analizar los eventos en la Historia de Occidente desde una perspectiva
psicológica, pero también más análisis incluyen eventos globales e incorporan puntos de vista
de las ciencias sociales, incluyendo la sociología y las ciencias políticas.
Sus orígenes pueden tener motivos de diversa índole, un cambio tecnológico, un cambio
social o un nuevo paradigma basta para que una sociedad cambie radicalmente su estructura
y gobierno. Las revoluciones pueden ser pacíficas aunque en general implican violencia, al
enfrentarse grupos conservadores con el anterior régimen y aquellos que aspiran al cambio, o
incluso entre los que aspiran a un nuevo sistema, pudiendo haber así varias facciones
enfrentadas. En la actualidad las revoluciones son consideradas los puntos de inflexión de la
historia, de los que parten la mayoría de sistemas políticos y sociales actuales. Revoluciones
decisivas en la historia mundial serían Revolución de las Trece Colonias, la Revolución
francesa, las revoluciones independentistas de Latinoamérica o la Revolución de Octubre.

Índice

 1Tipos de revoluciones
 2Características y cronología
o 2.1Revoluciones liberales o burguesas
o 2.2Revoluciones políticas o democráticas de la primera mitad del siglo XX, con bases populares,
obreras o campesinas
o 2.3Revoluciones proletarias, anticoloniales o tercermundistas
o 2.4Movimientos contrarrevolucionarios o reaccionarios del siglo XX que condujeron a regímenes
fascistas y nacionalistas, teocráticos o autoritarios y a la erradicación de ciertas conquistas sociales,
políticas o revolucionarias
o 2.5Revoluciones desde la Segunda Guerra Mundial
o 2.6Intentos de Revoluciones dentro del Bloque soviético
o 2.7Economía de transición y protestas contra el sistema de partido único
o2.8Guerras de secesión y conflictos étnicos y nacionalistas en los balcanes, tras la disolución de la
República Federal Socialista de Yugoslavia
o 2.9Revoluciones en el siglo XXI
o 2.10Revoluciones en otros ámbitos
 3Galería
 4Véase también
 5Referencias
o 5.1Bibliografía
o 5.2Notas

Tipos de revoluciones[editar]

George Washington, líder de la Revolución estadounidense.

Vladimir Lenin, Líder de la Revolución Bolchevique de 1917.

En la historiografía se habla generalmente de tres tipos de revoluciones:

 Revolución política.
 Revolución social.
 Revolución económica.
Sin embargo, también existen otros tipos como:
 Revolución científica,
 Revolución tecnológica,
 Revolución Industrial,
Para ejemplificar las primeras pueden valer las tres grandes revoluciones que surgen y se
desarrollan entre los siglos XVIII y XIX, marcando el fin de la Edad Moderna y el comienzo de
la Edad Contemporánea.

 La Revolución francesa fue de alcance político, porque se trataba de sustituir


la monarquía absoluta existente hasta 1789, para reemplazarlo por un sistema político con
características radicalmente opuestas, lo que permitió hablar de un Antiguo Régimen y
un Nuevo Régimen. Desde un punto de vista general, puede incluirse la francesa entre
las Revoluciones Liberales, entendidas como las que aplican la ideología política liberal, y
que habrían comenzado con la independencia americana y continuarían en Europa
occidental al menos hasta 1848.

 La revolución burguesa entendida como la sustitución como clase dominante


del estamento privilegiado (formado por nobleza y clero) por la burguesía, con el cambio
de relaciones, comportamientos, actitudes y valores sociales que se identifican con una u
otra; permite hablar de una nueva sociedad de clases. No obstante, la historiografía suele
utilizar más comúnmente el término Revoluciones burguesas para referirse, incluso en su
aspecto estrictamente político (a pesar de la impropiedad), a las que hemos llamado
revoluciones liberales, es decir, a todos los procesos revolucionarios (como la misma
Revolución francesa) en los que esta clase social es impulsora.

 La Revolución Industrial tiene un carácter esencialmente económico, la transformación


respecto de la época precedente (la preindustrial) con el uso de nuevas técnicas, fuentes
de energía, invención de maquinarias, innovadores medios de transporte, aumento de la
capacidad productiva con la sustitución de los talleres artesanales por las fábricas, etc
Es necesario indicar que estos dos últimos procesos, pese a ser de duración secular, fueron
claramente percibidos por sus contemporáneos como súbitos y violentos, como lo prueban,
entre otros extremos, la resistencia y los conflictos que generó la aparición del maquinismo (la
destrucción de máquinas o ludismo). Es de imposible solución el debate (en el que puede
destacarse el aporte de E. P. Thompson) sobre si la revolución industrial inglesa costó más
muertes y sufrimientos que la revolución liberal francesa.
Justificado este uso, se entiende que por extensión se aplique el término revolución a
la Revolución neolítica y la Revolución urbana (definidos por Vere Gordon Childe), procesos
ya no seculares sino milenarios, pero que presentan claras analogías con los del XVIII y XIX
en cuanto a la transformación radical (y sin duda violenta) de las formas de vida de la
humanidad. De una forma similar, Earl J. Hamilton acuñó el concepto de Revolución de los
precios para los cambios económicos del siglo XVI, ligados a la inflación consecuente a la
llegada a Europa de metales preciosos de América.2
No se agota la tipología de las revoluciones con los tres tipos enumerados al principio. Se
habla de revoluciones en cualquier ámbito, incluso en los más alejados de los usos anteriores,
como sería el ámbito de la ideología (revolución ideológica) o el del arte (revolución artística).
A veces esa extensión se hace con evidente abuso del término (cuando se aplica a la moda,
al deporte, a la última novedad de la música popular...), y a veces está plenamente justificada
(revolución cultural en la China maoísta) o el concepto de revolución científica (Thomas Kuhn).
Por otro lado, se han propuesto distintos tipos de periodizaciones y agrupaciones de
revoluciones por sus similitudes o proximidades en el espacio o en el tiempo (ciclos
revolucionarios).
Magnicidio
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Litografía del asesinato del presidente estadounidense Abraham Lincoln.

El magnicidio es el asesinato de una persona importante, usualmente una


figura política, religiosa o artística. El magnicida suele tener una motivación ideológica o
política, y la intención de provocar una crisis política o eliminar un adversario que considera un
obstáculo para llevar a cabo sus planes.
La figura del magnicidio ha sido históricamente la más penada en los diferentes Estados a lo
largo de la historia penal. Puede estar tratado como agravante del asesinato, o como un tipo
propio. En general, exige que se produzca la muerte de una o más personas determinadas en
función de su cargo y se reúnan los tipos de asesinato u homicidio en la comisión del delito.
En algunos Estados la figura queda reducida a la muerte del jefe de Estado. En otros es más
amplia, pues incluye al presidente del Gobierno o primer ministro, a los presidentes
del Parlamento o Congreso y a la familia de los jefes de Estado, cuando el sistema es
una monarquía. En este último caso, se incluye la muerte de los sucesores o herederos
directos de la Corona.
El término se ha utilizado también para nombrar los asesinatos de renombrados dirigentes
políticos y religiosos, como por ejemplo al asesinato del presidente de los Estados
Unidos, Abraham Lincoln, el vicepresidente de Paraguay, Luis María Argaña, los candidatos
presidenciales colombianos Jorge Eliécer Gaitán y Luis Carlos Galán, el ex presidente
de Chile Eduardo Frei Montalva, el candidato presidencial mexicano Luis Donaldo Colosio
Murrieta o el líder hindú Gandhi.

Índice

 1Los magnicidas
 2Tipos de magnicidios
 3Ficción y recreaciones sobre magnicidios
 4Véase también
 5Referencias
 6Bibliografía
Los magnicidas[editar]
El victimario o magnicida no tiene un único perfil. El asesino de los archiduques de Austria en
Sarajevo era un patriota serbio.
El asesino de Trotsky era un agente entrenado para matar que cumplía órdenes de Stalin. Los
asesinos de Rabin y de Sadat eran fanáticos religiosos.
"El único rasgo común a todos ellos es el hecho de que están seguros de que cumplen con
una misión cuyos beneficios justifican el sacrificio".1 Estudiando cada caso, podremos
encontrar desde el que actúa en solitario o en pequeño grupo, hasta el complot en el que se
coaligan intereses de diferentes grupos de poder, grupos terroristas separatistas o de
ideología extremista. Desde el punto de vista psicoanalítico se relaciona el magnicidio con el
complejo de Edipo, a cumpliendo el rey o presidente el papel del padre.[cita requerida]
Gandhi, que tenía una percepción realista del peligro de morir violentamente, aporta una
reflexión sobre la naturaleza del asesino:
Es fácil disparar, lanzar una bomba contra un hombre en la oscuridad, pero es difícil ponerse frente a
frente de día y desafiarlo. Uno puede estar dispuesto a usar secretamente la violencia contra un hombre
que tiene poder, pero acobardarse en su presencia. La violencia puede exigir cierto valor físico, pero no
tiene valor moral. Y puede implicar que uno puede temer a su adversario, pero no a la muerte misma.
Para mí la no violencia, en cambio, requiere mucho más valor que el manejo de la espada.
Gandhi

Tipos de magnicidios[editar]
Juan de Rada asesinando a Francisco Pizarro, gobernador de la colonia española de Nueva
Castilla en América del Sur.
Cadáveres del duce Benito Mussolini y su amante Clara Petacci después de ser asesinados
por partisanos italianos posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Cadáver del narcotraficante Pablo Escobar después de ser abatido por el Bloque de búsqueda.

Se pueden establecer varias clasificaciones para los magnicidios, por ejemplo distinguiendo
entre los planeados, fallidos y los exitosos.[cita requerida]
Según el nivel de desarrollo:

 Planeado y preparado (abortado antes de ser llevado a la práctica).2


 Intento fallido, como los de Isabel II de España, Amadeo de Saboya, Alfonso XII, Porfirio
Díaz, Lenin, Adolf Hitler, Charles De Gaulle, Ronald Reagan, Margaret Thatcher, Augusto
Pinochet, Juan Pablo II, Gustavo Díaz Ordaz, Jorge Rafael Videla, Máximo Santos o Fidel
Castro.
 Realizado con éxito, que son los más conocidos y mediáticos, como los de Francisco
Fernando de Austria, Abraham Lincoln, Francisco I. Madero, Gabriel García
Moreno, Manuel Enrique Araujo, Martin Luther King, Álvaro Obregón, Luis Donaldo
Colosio, John F. Kennedy, José Santos Guardiola, Juan Idiarte Borda, Juan
Prim, Humberto I, Eduardo Dato, León Trotsky, José Canalejas, Isabel de Baviera, Aldo
Moro, Eduardo Frei Montalva, Mahatma Gandhi, Rafael Leonidas Trujillo o Jorge Eliécer
Gaitán.
Por otro lado, se podrían agrupar alrededor del contexto histórico en el que se producen,
aunque se presentan algunas dificultades para establecer una clara distinción de períodos. Si
se puede señalar el origen, en la segunda parte del siglo XIX, del ascenso de la acción directa,
como forma de la vía revolucionaria, en el anarquismo violento y de corte nihilista.

 Mundo antiguo, moderno y los inicios de la era contemporánea, como el de Julio César,
los regicidios de Sancho II de Castilla, Sancho Garcés IV de Pamplona el
de Peñalen, Pedro I de Castilla, Enrique III de Francia, Enrique IV de Francia, Duncan I de
Escocia, Guillermo de Orange, Jacobo Estuardo, Francisco Pizarro o Jean-Paul Marat, el
fusilamiento de Manuel Dorrego, el asesinato del caudillo Facundo Quiroga, entre otros.
 Anarquismo y movimiento revolucionario entre 1850 y 1918, como los
de Stolypin, Humberto I, Antonio Cánovas del Castillo, José Canalejas o el Archiduque
Francisco Fernando de Austria.
 Violencia fascista, revolucionaria, antirevolucionaria y totalitaria, en el período de
entreguerras, como los de Matteotti y Trotsky.
 Conflictos político-civiles internos, vinculados a la democratización, descolonización, la
identidad religiosa y nacional, como Anastasio Somoza García, Benazir Bhutto, Itō
Hirobumi o Isaac Rabin.
 Conflictos ámbito internacional (Norte-Sur; Islamismo radical)
Quizá la más común sea según la naturaleza pública de la víctima:

 Reyes, presidentes y jefes de Gobierno (e.g.Antonio Cánovas del Castillo, José


Canalejas, Eduardo Dato, Gabriel García Moreno, Anwar el-Sadat, Muammar al-
Gaddafi, Alejandro II de Rusia, Humberto I, Abraham Lincoln, Olof Palme, Benito
Mussolini, Indira Gandhi, Aldo Moro, Eduardo Frei Montalva, Carlos Delgado
Chalbaud, Luis Miguel Sánchez Cerro, Rafael Leonidas Trujillo, Burhanuddin
Rabbani, Rosalie Gicanda, Ali Abdullah Saleh, Samuel Kanyon Doe o su
predecesor William R. Tolbert)
 Diputados, parlamentarios, candidatos a elecciones (e.g.: Gregorio Ordóñez, Giacomo
Matteotti, Robert F. Kennedy, Enzo Bordabehere, Luis Donaldo Colosio, Jorge Eliécer
Gaitán, Jaime Guzmán, Luis Carlos Galán, etc).
 Líderes de movimientos sociales, políticos y religiosos (e.g.: Martin Luther King, Mahatma
Gandhi, Malcolm X Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro, Jose
Antequera).
 Altos representantes de las instituciones del estado (presidentes de Tribunal Supremo,
gobernadores civiles, presidentes regionales, alto estado mayor, Consejo de Estado, etc.).
Por ejemplo Luis Carrero Blanco, Luis Mountbatten, Rodrigo Lara Bonilla, Óscar
Bonilla, Jose Francisco Ruiz Massieu o Francisco Tomás y Valiente)
 Intelectuales y artistas significados políticamente o que representan un icono de un
movimiento social (e.g.: John Lennon, Theo van Gogh, Alvaro Gomez Hurtado)
 Líderes de organizaciones criminales (e.g.: Osama Bin Laden, Pablo Escobar).
Los asesinatos o intentos sobre famosos de la cultura mediática (artistas, músicos,
comunicadores, deportistas, etc.) no entrarían en esta categoría, al no representar ningún
nada en el Gobierno y vida política. Descartaríamos entonces los casos de Andy Warhol en
1968 o la tenista Mónica Seles en 1993.

Ficción y recreaciones sobre magnicidios[editar]


Existe un significativo número de recreaciones en la ficción narrativa literaria y cinematográfica
basadas en asesinatos históricos de grandes dirigentes políticos y figuras de relevancia
pública. Algunas ofrecen el suficiente rigor histórico para ser una fuente interesante para
conocer los hechos y el contexto, mientras que también encontramos otras que inventan
magnicidios o intentos para personajes ficticios o históricos.
En primer lugar podríamos destacar el cine y la televisión, que sigue o reconstruye con
voluntad de fidelidad y sentido de lo verosímil, algunos magnicidios destacados:

 JFK, dirigida por Oliver Stone en 1991, sobre el asesinato de John F. Kennedy.
 Operación Ogro, dirigida por Gillo Pontecorvo en 1980, sobre el almirante Carrero Blanco.
 El asesinato de John Lennon, dirigida por J.P. Schaefer en 2007 (cine), sobre Lennon.
 Operación Valquiria, dirigida por Jo Baier en 2004, sobre el intento fallido de eliminar a
Hitler.
 Lorca, muerte de un poeta, serie de televisión dirigida por Juan Antonio Bardem en 1987.
 Lorca, dirigida por Iñaki Elizalde en 1998.
 El atentado, película mexicana de Jorge Fons.
 Colosio: El asesinato, película mexicana de Carlos Bolado.
 El paciente interno, documental mexicano acerca del intento de asesinato del
presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Por otra parte, la libertad de la ficción se usa libremente alrededor de un hecho real concreto o
construyendo un magnicidio hipotético o, sin reparos, totalmente fantástico. Por ejemplo las
novelas El caso Kurílov, de Irène Némirovsky, El agente secreto de Joseph Conrad, El día del
chacal de Frederick Forsyth, El hombre de San Petersburgo de Ken Follett y Doctor Guillotina,
de Lom Herbert (Novela), o la obra de teatro de Peter Weiss Marat/Sade.

Magnicidios y atentados que cambiaron la


historia
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Magnicidios y atentados que cambiaron la


historia

Serie de televisión

Género Documental televisivo

Creador Jonathan Martin


Nicolas Wright

Narrador Robert Powell

País de origen Reino Unido

Idioma(s) inglés

Temporadas 1

Episodios 20

Producción

Productores Jonathan Martin


Nicolas Wright

Productores ejecutivos Philip Nugus


Emisión

Medio de difusión BBC

Duración 25 minutos c/e.

[editar datos en Wikidata]

Magnicidios y atentados que cambiaron la historia (Infamous assassinations en inglés) es


una serie documental producida en 2007 por Nugus /Martin Production para BBC Worldwide.
Fue escrita y dirigida por Jonathan Martin y Nicolas Wright (acreditados también como
asesores históricos), y narrada por Robert Powell. De Wolfe Music compuso su banda sonora.

Episodios[editar]
 El atentado contra Hitler (The attempt to assassinate Hitler). Rastenburg, 1944.
A pesar de que Adolf Hitler ya había sufrido con anterioridad otras tentativas frustradas de
atentado, uno de ellos mediante una botella de Cointreau envenenada que se introdujo en su
avión, el que casi se materializa se produjo en una pista forestal de Rastenburg, que terminó
con los instigadores ahorcados con cuerdas de piano colgadas de ganchos de carne.

 El asesinato de Ernst Roehm (The assassination of Ernst Roehm). Múnich 1934: La


Noche de los Cuchillos Largos.
Adolf Hitler, el futuro canciller alemán, viajó a Múnich en la madrugada del 20 de junio de
1934, y condujo hasta un exclusivo hotel al lado de un lago, en donde uno de sus más
cercanos colaboradores de la primera época del partido nazi fue sacado de su cama y
asesinado. Ernst Roehm, el temido líder de las SA, "Los camisas pardas", había muerto.

 El asesinato de John Lennon (The assassination of John Lennon). Nueva York, 1980.
El 8 de diciembre de 1980, frente al edificio Dakota, el Beatle John Lennon, de 40 años, fue
tiroteado por Mark David Chapman, un joven acosador que alegaba ser su "doble". ¿Cuáles
fueron los factores psicológicos que llevaron a Chapman a matar?.

 El atentado contra la Princesa Ana (The attempt on Princess Anne). Londres, 1974.
Durante el trayecto desde el Palacio de Buckingham, hasta el Mall, la hija de la Reina Isabel
II fue atacada por un pistolero que disparó seis veces al vehículo en el que viajaba. Varios
transeúntes, el chófer y un policía resultaron heridos de gravedad y el pistolero fue arrestado
por las autoridades.

 El atentado contra el papa Juan Pablo II (The attempt on pope John Paul II). Roma,
1981.
El 13 de mayo de 1981, en medio de una multitud de 20.000 personas congregadas en
la plaza de San Pedro, un joven turco llamado Mehmet Ali Agca, disparó al papa polaco.
 El asesinato de Yitzhak Rabin (The assassination of Yitzhak Rabin). Tel Aviv, 1995.
El 4 de noviembre de 1995, Yitzhak Rabin, uno de los más grandes gobernantes de Israel,
estaba a punto de dirigirse a una multitud que celebraba un acuerdo de paz entre Israel y
la Autoridad Nacional Palestina, cuando fue asesinado a tiros por un joven israelí contrario a
su propuesta de "Tierra por Paz". El juicio demostró que hubo fallos en las medidas de
seguridad en torno al primer ministro.

 El asesinato del “Che” Guevara (The assassination of “Che” Guevara). Bolivia, 1967.
Nacido en Argentina en una familia de clase media, Ernesto "Che" Guevara se convirtió en un
icono para la juventud revolucionaria de todo el mundo. Principal lugarteniente de Fidel
Castro durante la revolución cubana, abandonó la isla para liderar la guerrilla contra
otras dictaduras en Sudamérica. El 8 de octubre de 1967 fue capturado y asesinado por el
ejército boliviano en colaboración con la CIA.

 El asesinato de Trotsky (The assassination of Leon Trotsky). Ciudad de México, 1940.


El 20 de agosto de 1940, el dirigente bolchevique, que vivía exiliado en México, fue asesinado
por el estalinista español Ramón Mercader, quien le clavó un piolet en la cabeza. Mercader
actuó, sin ningún género de dudas, bajo las órdenes de Stalin y su policía secreta, pero ¿por
qué para Stalin todavía era necesario acabar con él?.

 Los atentados contra De Gaulle (The attempts on General de Gaulle). Francia, 1961: El
Día del Chacal.
Hubo tres intentos de asesinar al general De Gaulle, todos ellos fallidos. El primero, en París,
en 1945, a manos de francotiradores alemanes. El segundo, el 8 de septiembre de 1961,
cuando una bombona explosiva estalló al paso de su coche. El tercer intento ocurrió el 22 de
agosto de 1962 cuando su coche fue acribillado a balazos. El general salió ileso de los tres
atentados, pero ¿hubo un cuarto del que no se informó?.

 El asesinato de Lord Louis Mountbatten (The assassination of Lord Louis Mountbatten).


Irlanda, 1979.
El antiguo virrey de India y primo de la reina, Lord Louis Mountbatten fue un héroe naval de
la Segunda Guerra Mundial, capitán de fragata en el sudeste asiático y uno de los artífices
del Día D. El 27 de agosto de 1979 fue asesinado por el IRA, que colocó una bomba en su
barco mientras pasaba unas vacaciones con su familia en el condado de Sligo, en Irlanda.

 El asesinato de John F. Kennedy (The assassination John F. Kennedy). Dallas, 1963.


En la fecha de su asesinato el 22 de noviembre de 1963, el presidente Kennedy ya contaba
con muchos enemigos. Le había declarado la guerra a la mafia, a la discriminación racial y a
los intereses económicos-militares en Vietnam. Incluso al día de hoy existen distintas
conjeturas acerca de las pruebas de balística y sobre si hubo dos asesinos implicados.
Recientemente ha salido a la luz nuevo material gráfico desde Washington.

 El asesinato de Robert Kennedy (The assassination of Robert F. Kennedy). Los


Ángeles, 1968.
El 6 de junio de 1968, horas después de haber ganado las elecciones primarias del Partido
Demócrata en California, el senador Robert Kennedy fue herido de gravedad. El asesino
era Sirhan Sirhan, un inmigrante palestino de 24 años que realizó cinco disparos antes de ser
reducido. Sin embargo, el senador tenía muchos enemigos y es probable que hubiera más de
un asesino implicado.
 El asesinato de Mahatma Gandhi (The assassination of Mahatma Gandhi). Nueva Dehli,
1948.
El gran promotor de la independencia de la India y gran defensor de la protesta pacífica,
irónicamente murió a tiros, sin razón aparente a manos de Nathuram Godse, un fanático
hindú. Ocurrió en los jardines de Birla House, el 30 de enero de 1948 cuando Gandhi se dirigía
a rezar.

 El asesinato de Indira y Rajiv Gandhi (The assassinations of Indira and Rajiv Gandhi).
India, 1984 y 1991.
Indira Gandhi, primera ministra de la India, fue asesinada por su guardaespaldas de
origen Sikh, mientras paseaba por los jardines de su casa en Nueva Delhi el 31 de octubre de
1984. Seis años más tarde, el 21 de mayo de 1991, en Sriperumbudur, cerca
de Madrás, Rajiv, su hijo mayor moría en una explosión provocada por separatistas khan.

 El asesinato de Martin Luther King (The assassination of Martin Luther King). Memphis,
1968.
Después de liderar multitudinarias protestas en Birmingham, Alabama, y de su famoso
discurso, «Tengo un sueño», Martin Luther King defendió la retirada de las tropas americanas
de Vietnam y la difícil situación de los pobres en los estados sureños. El 4 de abril de 1968,
fue asesinado a tiros por un misterioso hombre blanco que escapó en un Mustang
blanco. James Earl Ray fue condenado a cadena perpetua por esta muerte, pero se
desconoce si de verdad era el culpable.

 El asesinato de Michael Collins (The assassination of Michael Collins). Irlanda, 1922.


Uno de los líderes más carismáticos de la lucha irlandesa contra la dominación
británica, Michael Collins, terminó dándose cuenta de que sólo un acuerdo de paz podría
asegurar la independencia de Irlanda del Sur y la paz. Muchos de sus antiguos compañeros
no estaban de acuerdo y el 22 de agosto de 1922, mientras una Irlanda recientemente
independizada sucumbía a la guerra civil, Collins era tiroteado en una emboscada.

 El intento de asesinato de Ronald Reagan (The attempt on Ronald Reagan).


Washington, 1981.
El 30 de marzo de 1981, el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, abandonaba el
hotel Hilton de Washington, cuando fue alcanzado por seis tiros de un revólver calibre 22 que
disparó John Hinckley, Jr., un joven de 25 años. Una de las balas se alojó a tan sólo seis
pulgadas del corazón. La frase «Cariño me olvidé de agacharme» que le dijo a su mujer se
hizo famosa. Uno de sus colaboradores no tuvo tanta suerte.

 El asesinato de Anwar el Sadat (The assassination of Anwar Sadat). El Cairo, 1981.


El 6 de octubre de 1981, vestido con un uniforme de ceremonia negro durante un desfile
militar, el presidente egipcio fue abatido a tiros por cuatro hombres uniformados que le
dispararon mientras presenciaba un ejercicio de las Fuerzas Aéreas egipcias. Los
conspiradores mataron a cinco personas, algunas de ellas enviadas extranjeras que asistían al
desfile, y todo el magnicidio fue filmado.

 El asesinato de zar Nicolás II (The assassination of Tsar Nicholas II). Yekaterimburgo,


1918.
Después de una desastrosa guerra contra Alemania, los bolcheviques hicieron prisionera a la
familia Romanov. Los guardianes fueron reemplazados por verdugos y el 17 de julio de 1918
toda la familia fue ejecutada y enterrada en un bosque de los alrededores. Durante más de 70
años se desconoció su paradero. Años más tarde Rusia reveló su fatal destino.

 El asesinato del Archiduque Francisco Fernando (The assassination of Archduke


Franz Ferdinand). Sarajevo, 1914.
Un grupo de nacionalistas serbios estaban decididos a matar al heredero del trono austro-
húngaro. Dos de los asesinos portaban bombas, y un tercero, un estudiante llamado Gavrilo
Princip, tenía una pistola. Los incidentes de ese 28 de junio de 1914, fueron uno de los
principales desencadenantes de la Primera Guerra Mundial.

 El asesinato de Sikorski: Gibraltar, 1943


 El asesinato del presidente McKinley: Buffalo, Nueva York, 1901
 El asesinato de Heydrich: Praga, 1942
 El asesinato de Zia al Huq: Pakistán, 1988
 El asesinato de Verwoerd: Ciudad del Cabo, 1966
 El asesinato del rey Alejandro: Marsella, 1934

Etimología
La palabra Magnicidio proviene del latín. Sus raíces léxicas están compuestas por el
prefijo magnus (grande) y el sufijo cidium (acción de matar). El elemento cidium deriva
del verbo caedere (matar, cortar).

Definición
Según la definición de la Real Academia Española, el significado de esta palabra
refiere a un asesinato, una muerte violenta dada a una persona muy importante por su
cargo o poder.

Estos casos suelen producirse por cuestiones ideológicas y políticas con intenciones
de producir una crisis institucional o también un golpe de estado.

En el ámbito judicial y penal este concepto es una de las figuras más penadas
históricamente por los estados de los diferentes países. Igualmente se puede
considerar con esta terminología a aquellos asesinatos, que si bien no son realizados
a figuras institucionales, son perpetrados a dirigentes y líderes populares.

Historia
Mahatma Gandhi

John F. Kennedy

En la historia de la humanidad son muchos los casos perpetrados de magnicidios


como el caso del hindú Mahatma Gandhi asesinado en Nueva Delhi en el
año 1948 mientras se dirigía a una reunión para rezar.

John F. Kennedy, cuando recorría sus calles en un coche descubierto, unos disparos
sonaron por encima de los vítores y segaron su vida.

Así mismo el caso de John Lennon el 8 de diciembre de 1980, las balas asesinas de
un adorador perturbado terminaron con su vida y lo convirtieron, en un dios de la
modernidad.

Algunos autores alegan que, como reacción a la era contemporánea, y la “aceptación”


de vías políticas violentas (los grupos paramilitares, terrorismo revolucionario, entre
otros), los magnicidios tienen un tinte mucho más desestabilizador; es decir, el fin de
éste no es solo derrocar el gobierno, sino insertar nuevas ideologías, haciendo uso de
métodos violentos. A partir del siglo XIX, estos han formado parte, igualmente, de una
serie de métodos de control anarquistas, llamado “propaganda por el hecho”, en la
que se establece el impacto de un hecho le da mucha más relevancia e importancia,
por lo que tiene una eficacia mucho más alta con respecto a despertar la rebeldía del
pueblo.

Clasificación
Los magnicidios pueden ser clasificados según su desarrollo, siendo esto: planeado y
preparado (no se llevó a cabo), intento fallido (algunos ejemplos serían el de Margarte
Tatcher, Augusto Pinochet, Juan Pablo II, Rafael Correa, Adolf Hitler y Fidel Castro), y
los de realización exitosa (John F. Kennedy, Mahatma Gandhi, Tupac Shakur e Isabel
de Baviera).

De igual forma, se pueden organizar de acuerdo al contexto social, siendo así: mundo
antiguo, moderno o inicios de la era contemporánea (Julio César), anarquismo o
movimientos revolucionarios (Archiduque Francisco Fernando de Austria), Violencia
fascista, revolucionaria, antirrevolucionaria y totalitaria (Trotsky), Conflictos ámbito
internacional (islamismo radical). De acuerdo a su protagonismo público y político:
Reyes, presidentes y jefes de Gobierno (Carlos Delgado Chalbaud), Diputados,
parlamentarios, candidatos a elecciones (Robert F. Kennedy), Líderes de movimientos
sociales, políticos y religiosos (Malcom X), Intelectuales y artistas (John Lennon).

Magnicidios: sobre el asesinato político

Lunes 25 de noviembre de 2013, 20:29h

Alejandro San Francisco

Historiador

Todos los artículos de Alejandro San Francisco

En los últimos días se han desarrollado en todo el mundo numerosos reportajes, películas,
artículos de prensa escrita y otras tantas referencias al asesinato de John F. Kennedy, al
cumplirse cincuenta años de aquel 22 de noviembre de 1963. Por otro lado parecen haberse
disparado las ventas de las biografías y otros libros sobre el presidente norteamericano, en un
reconocimiento a la continua vigencia de su memoria. A propósito de ello, resulta interesante
reflexionar sobre este tipo de sucesos, como los descritos en el libro de Pedro González-
Trevijano, Magnicidios de la historia (Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2012).

El asesinato político tiene dos acepciones que conviene tener en cuenta. La primera se refiere
al homicidio de una persona que ocupa cargos de poder en el Estado, cuyo móvil además está
relacionado con esa característica del asesinado. La segunda acepción se refiere a la muerte
política del personaje, un asesinato de imagen que le impide seguir en la vida política con
posibilidades razonables de éxito, por el estallido de un escándalo o alguna situación que
provoca el fin de una carrera que antes era prometedora de nuevas responsabilidades. En
esta ocasión nos referiremos al asesinato de políticos, y específicamente de gobernantes, es
decir seguiremos la primera acepción.

La historia está llena de estos ejemplos, desde los asesinatos de los tiranos griegos y Julio
César en el mundo clásico; de Lincoln en 1865 y el zar Alejandro II en 1881; hasta el siglo XX,
con los del Archiduque Francisco Fernando en 1914 y el de Kennedy. Los hay también, y
numerosos, atentados fallidos: contra Lenin, el fundador del comunismo soviético, o contra el
mismísimo Hitler por parte del coronel Stauffenberg, popularizada en el cine por la Operación
Valkiria. El mundo iberoamericano no ha estado ajeno a estos magnicidios, con resultados
letales o fallidos. En más de algún caso el asesinato ha pretendido sublimarse por una causa
justa, supuesta o real.

¿Qué procuraban los asesinos? ¿Por qué matar a estas figuras públicas y no resolver el
asunto de otra manera? ¿Fueron parte de un plan más amplio o lo único relevante era el
asesinato de la persona? ¿Tuvieron consecuencias relevantes los atentados y las muertes?

Es evidente, en primer lugar, que no todos tienen la misma importancia histórica. Como señala
Hugh Thomas en el prólogo a la obra de González-Trevijano, las víctimas de los crímenes
podrían dividirse entre aquellas “cuya desaparición tuvo una importancia sustancial para la
sociedad”, frente a otras cuya muerte es “de importancia marginal”. Entre los primeros podrían
considerarse a Lincoln, Julio César o Carrero Blanco para el caso español; en la segunda
versión hay más ejemplos, muchos de ellos con trascendencia meramente local o acotada en
el tiempo. Entre los ejemplos cruciales podemos incluir la muerte de Francisco Fernando por
parte de la organización terrorista La Mano Negra fue un acontecimiento decisivo para el
comienzo de la Primera Guerra Mundial y el fin de la civilización europea conocida hasta
entonces. Otro tanto ocurre con el asesinato de Julio César en los idus de marzo, genialmente
representada en la obra de Shakespeare, que marcó el fin de la república y el inicio de la
última guerra civil antes de la entronización de Augusto, fundador del Imperio Romano.

Habitualmente los asesinatos políticos han respondido a circunstancias puntuales: la evolución


política y social de un país; la existencia de enemigos declarados de una figura pública; la
resolución de una crisis institucional en que algunos ven como salida la muerte del
gobernante; la mera venganza por la acción o proyección de un personaje. En otras
situaciones la destrucción de quien ostenta el poder es parte de una ideología, como ilustra
Juan Avilés en La daga y la dinamita (Barcelona, Tusquets, 2013). Al referirse al terrorismo
como el “recurso a la violencia clandestina con un objetivo político por parte de grupos
opuestos al Estado”, se incluye el asesinato de gobernantes o figuras públicas como un medio
de ejercer venganza directa o mecanismo para aterrorizar al sistema o a la población. Tal fue
el caso de los grupos anarquistas de primera generación.

En general, si perseguían cambiar las cosas en el ámbito político, podemos considerar que los
magnicidios han sido fallidos en sus objetivos, y más bien han producido la ampliación de la
represión contra los autores e inclusive hacia la sociedad en su conjunto (con excepciones,
como sería la de Carrero Blanco, que alteró la transición española en los últimos años de
Franco, o bien la del recurrente Julio César, a quien quedaban seguramente otras hazañas
por cumplir y otros poderes por acumular, aunque no podamos saberlo con certeza).

Otra de las consecuencias impensadas de los magnicidios es lo que podríamos denominar la


creación del mito. Cuando el asesinato se produce en pleno ejercicio del poder, como en el
caso del romano Julio César o del norteamericano Kennedy, el efecto histórico es
impresionante. Primero, porque son figuras que no alcanzan a experimentar el desgaste del
poder, tan habitual en las funciones de gobierno. Por lo mismo, ellos mueren siendo un
“programa político”, y se puede preguntar contrafácticamente qué hubiera ocurrido si dichos
personajes no hubieran muerto. Del dictador romano se decía que se alistaba a obtener otras
victorias militares y a regresar casi como un dios a Roma, ya que incluso derrotaría a los
míticos germanos. El norteamericano, por su parte, sufrió la muerte cuando aún no
completaba su primer período en la Casa Blanca, y era una figura internacional en el ámbito
político, que había traspasado con su figura jovial, su matrimonio con la carismática Jackie y
los amores que se le atribuían. Estaba luchando en plena Guerra Fría y a su muerte
prematura todavía quedaba mucho Kennedy por descubrir.

La historia tiene muchas vueltas y nunca está escrita la última palabra. El caso de Kennedy,
recordado cincuenta años después, muestra todavía ambivalencias y nubes que oscurecen y
mantienen algunos enigmas. En el caso de los magnicidios ellos expresan dramas, dolores,
esperanzas; tienen bemoles, consecuencias imprevistas, cambios y continuidades. Y,
lamentablemente, podemos prever que es una historia que no ha concluido.

Desarrollo de la gran rebelión

Después de su visita a Lima, José Gabriel regresó frustrado a Tinta donde empezó a organizar
la rebelión, la cual estalló el 4 de noviembre de 1780 día del cumpleaños del rey Carlos III. Los
rebeldes tomaron preso a Antonio de Arriaga, corregidor de Tinta, odiado por sus abusos y
maltratos, y quien fue ejecutado el 10 de noviembre en ceremonia pública luego de un juicio
sumario. El primer grito de guerra de Túpac Amaru II no fue muy diferente al de otras
rebeliones de la época: "viva el Rey, muera el mal gobierno", dejando en claro que su lucha
era contra los funcionarios coloniales subordinados que contravenían las órdenes del rey y
sacaban provecho a costa del sufrimiento de los indios, pero no contra la autoridad real. Hasta
entonces el levantamiento de Túpac Amaru II no se diferenciaba en mucho de otros
anteriores, pues aún respetaba las reglas del juego colonial y pedía reivindicaciones puntuales
de acorde a sus intereses de grupo.

El 16 de noviembre Túpac Amaru declaró la abolición de la esclavitud, sin muchos resultados


favorables debido a la poca población esclava de la sierra. El 18 de noviembre tuvo lugar el
primer enfrentamiento entre las tropas rebeldes y los españoles en Sangarará, donde la
victoria de los alzados fue clara. Murieron 576 personas entre criollos y mujeres que se habían
refugiado en una iglesia, acción que fue aprovechada por las autoridades coloniales para
difundir el carácter violento y anticriollo de la rebelión, reduciéndolo a una guerra de castas.
Esto a la postre afectaría en el poco apoyo que los criollos, mestizos y hasta nobles indígenas
dieron a la rebelión, además de otros factores como las alianzas locales que dividieron a la
elite indígena, siendo más la que apoyó a la represión española. Por otra parte también
demostró que la rebelión no podía controlar a un contingente más radical conformado
principalmente por indígenas que vieron en la rebelión el fin de siglos de explotación y de
maltratos.

Extradición
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La extradición es el procedimiento judicial (penal-administrativo) por el cual una persona
acusada o condenada por un delito conforme a la ley de un Estado es detenida en otro Estado
y devuelta al primero para ser enjuiciada o para que cumpla la pena ya impuesta. La palabra
proviene del latín ex que significa "afuera" y traditio que significa "transmisión".
Si bien existe una cooperación internacional muy activa para la represión de los delitos,
continúa existiendo la regla de que un Estado está obligado a conceder la extradición de un
delincuente extranjero, solamente si existe tratado internacional con el Estado requirente o
Convención Internacional sobre extradición, de la que ambos estados sean firmantes. Cuando
no hay tratado o convención internacional, el Estado requerido está facultado para acordar la
extradición, pero no está obligado a concederla. Sin embargo la obligación señalada no es
absoluta pues siempre el estado requerido conserva la facultad soberana de no conceder la
ex-tradición si de acuerdo a su legislación interna no se cumplen los requisitos establecidos
para tal efecto.
Índice

 1Requisitos
 2Clasificación
 3Extradición por delitos políticos
 4Véase también
 5Enlaces externos

Requisitos[editar]
En la mayor parte de los tratados de extradición se requiere que el Estado que la pide
demuestre la existencia de causa para enjuiciar o castigar al requerido; que el delito imputado
se haya tipificado como tal tanto en la legislación penal del Estado requerido como en la del
Estado requirente.
No pueden ser extraditados los hondureños menores de edad. Requisitos de Extradición.

Clasificación[editar]
Activa y pasiva. La extradición de los nacionales
La extradición, en la mayor parte de los tratados en vigor experimenta ciertas limitaciones,
Una de ellas y tal vez la de mayor relevancia, es la de la nacionalidad de la persona requerida.
Por regla general, la mayoría de los Estados niegan la extradición de sus propios nacionales,
algunos que se han mostrado dispuestos a acordar la extradición de sus propios nacionales, a
saber: México, Reino Unido, Estados Unidos, Argentina, Chile, República
Dominicana, Uruguay y Colombia.
En cuanto al derecho internacional se establece la obligación de extraditar; pero cuando se
trata de nacionales del Estado requerido la entrega se torna facultativa, queda a juicio del
Estado, pero con la obligación subsidiaria, que en el caso que no se entregue, se enjuicie al
nacional delincuente y comunicar el fallo al Estado requeriente.

Extradición por delitos políticos[editar]


No se concede la extradición por delitos políticos, porque estos dejan de serlo al atravesar una
frontera. Como decía el jurista José Irureta Goyena: “en el Estado a cuyas leyes se ampara, el
delincuente político no representa un peligro; y en el Estado de cuyos gobernantes se escapa,
no existe justicia que le ofrezca garantías”.
La doctrina llama “delitos políticos puros” a los que son delitos contra la organización política
interna y el gobierno de un Estado, y que no contienen elemento alguno de delincuencia
común y por otro lado están los llamados “delitos políticos relativos” que son infracciones en
las cuales un delito común está involucrado o conectado con el acto inspirado en un móvil
político.

Véase también

La Ley de Amnistía
El 14 de junio el Congreso de la República aprobó la Ley 26749, conocida como la Ley de Amnistía, que ordenaba la
liberación de los militares y policías presos o acusados de crímenes contra civiles y militares en el proceso de lucha contra
el terrorismo. Esta Ley fue bastante polémica, pues se realizó en horas de la madrugada y permitió la liberación de los
miembros del Grupo Colina que habían sido condenados por un Tribunal Militar. Diversos sectores políticos y
organizaciones de derechos humanos salieron a protestar y denunciar que esta Ley demostraba el compromiso del
gobierno con el Grupo Colina. La Ley generó descontentó en la opinión pública pero la contundente victoria de Fujimori
en las elecciones de abril decidió al gobierno a asumir el costo político. Esta Ley fue finalmente derogada el año 2000 al
final del gobierno de Fujimori.

Los acuerdos de paz con las guerrillas implican reconocer el carácter político del alzamiento armado. El
proceso de paz actual podrá aplicar amnistías e indultos pero con algunas exclusiones frente a principales
responsables de las más graves violaciones y a condición de responder ante los derechos de las víctimas con
compromisos hacia la reparación y el esclarecimiento de la verdad. La solución de este asunto es ante todo
del orden político aunque se relacione con justas exigencias del derecho. Por tanto, su tratamiento tiene
cuatro escenarios relevantes: 1. Las iniciativas gubernamentales e institucionales; 2. los acuerdos con las
FARC y el ELN; 3. la agenda legislativa; y 4. la participación ciudadana que incluye la refrendación ciudadana
prevista. Un reciente fallo del Consejo de Estado reconoce a la guerrilla como actor del conflicto armado y
rechaza calificarla de terrorista, de manera que permite retomar este debate, necesario de abordar ahora en el
proceso de paz[1].

La rebelión: entre derecho y delito

La irrupción de los Estados modernos inspirados en la tradición filosófica, política y jurídica liberal consagró
derechos y garantías fundamentales que incluyeron la rebelión como un derecho, producto de los conflictos
entre las monarquías autoritarias decadentes y las repúblicas modernas emergentes. De allí surgió el trato
privilegiado al delito político. El sistema de derechos humanos que parte con la Declaración Universal de los
Derechos Humanos así también lo consagra[2]. Pero al consolidarse la burguesía en el poder e irrumpir
nuevos paradigmas y movimientos sociales declaró como delito la rebelión. Entonces, la rebelión se asocia
simultáneamente y dadas las circunstancias y posiciones en juego a las categorías en tensión de ser derecho
y ser delito.

La ONU proscribió las guerras, aunque admitió excepciones[3]. Sin embargo, proliferaron los conflictos
armados, buena parte de ellos producto de las luchas de liberación nacional en África y otros continentes. En
consecuencia la misma ONU aprobó varias resoluciones a favor de tales luchas, en el contexto de
reconocimiento de los derechos de los pueblos. Así, en 1970 su Asamblea General aprobó la resolución 2621
que declaró que los pueblos podrían emplear “todos los medios necesarios en su lucha”, con la limitación de
que fueran compatibles con su carta, instrumentos de protección de los derechos humanos y demás
resoluciones, lo cual fue un tácito reconocimiento de la existencia de las guerras existentes de liberación
nacional, contra el racismo y el régimen de apartheid[4].

El derecho de los conflictos armados y más recientemente el derecho internacional humanitario reconocen a
las partes beligerante y le otorgan a sus participantes directos la categoría de combatiente, con obligaciones
de protección hacia los no combatientes y los bienes civiles y demandas de protecciones humanitarias
específicas que también a ellos los cobijan. En el marco de la solución o terminación de las guerras vía pactos
de paz, armisticios o dinámicas militares le demanda a los Estados conceder amnistías “de la manera más
amplia posible” y les exige brindar a la población amnistiada garantías y una protección reforzada en su paso
a la vida política y civil institucional[5]. El reconocido jurista internacional Robert Goldman en un ensayo
sostiene que cumplir con las condiciones de aplicación del Protocolo II implica que se dan las condiciones de
guerra civil y que existen fuerzas beligerantes reconocidas por el derecho consuetudinario internacional[6].
Tales condiciones hacen referencia a la existencia de un conflicto armado entre el Estado y grupos armados
organizados –o disidentes o levantados en armas- que tengan un mando responsable y ejerzan control de una
parte del territorio que les permita realizar operaciones militares sostenidas y concertadas y “aplicar el
presente protocolo”[7].

La rebelión en el derecho internacional e interno ha sido reconocida como delito complejo, con distinción entre
delitos medios y delito fin, en el marco del otorgamiento de amnistías e indultos. En Colombia históricamente
el sistema político se ha relacionado directamente con la sucesión de guerras civiles, con reconocimiento del
delito político y la aplicación de amnistías. De tal manera, tras la guerra civil liberal-conservadora desde 1953
se aplicaron amnistías y en 1957 se recurrió a un plebiscito para refrendar el acuerdo de paz y el cambio de
régimen constitucional convenido de alguna forma entre los actores determinantes de esa guerra. En la nueva
fase de guerra civil con proyección actual entre guerrillas de izquierda y el Estado también se ha recurrido a
este tipo de figuras en los pactos de paz ya conseguidos[8]. Las amnistías a partir de los 80 hasta la
actualidad se han fundado en el reconocimiento del delito político y han concedido con amplitud tal beneficio
pero imponiendo un nivel de exclusión para graves delitos como lo establecieron las leyes 35 de 1982 y 77 de
1989[9].

El debilitamiento del delito político

A partir de una demanda del general Bedoya la Corte Constitucional declaró inexequible el artículo 127 del
Código Penal que consagraba la exención de la pena para los delitos punibles cometidos en combate, en
situaciones de rebelión o sedición[10]. Desde allí los delitos conexos al delito político pasaron a ser delitos
autónomos que no se subsumen ni en la rebelión ni en la sedición y por tanto se sancionan aparte. La
demanda tuvo la coadyuvancia de los militares retirados e impugnaciones del Alto Comisionado para la Paz,
el Defensor del Pueblo, el Procurador General, el Fiscal General y las ONG de derechos humanos. Dejaron
salvamento de voto en la sentencia, en defensa del concepto tradicional del delito político y del
reconocimiento de su conexidad con otros delitos, los magistrados Carlos Gaviria Díaz y Alejandro Martínez
Caballero.

“La definición de delincuente político en Colombia se ha estructurado (…) en torno a la noción de combatiente
armado, por lo cual las definiciones del derecho internacional humanitario han jugado un importante papel. El
rebelde es entonces en nuestro país un combatiente que hace parte de un grupo que se ha alzado en armas
por razones políticas, de tal manera que, (…) a nivel interno, los hechos punibles cometidos por los rebeldes
no son sancionados como tales sino que se subsumen en el delito de rebelión (…) no es posible en un
combate individualizar responsabilidades, lo único que puede establecerse es quienes se han alzado en
armas y quienes han participado en un enfrentamiento armado”[11].
En el debate que se suscitó el jurista Iván Orozco Abad aclaró que a pesar del golpe contra el “delito político”
éste estaba consagrado constitucionalmente, el Congreso mantenía la facultad para aprobar amnistías y puso
de presente que figuras del derecho consuetudinario internacional, de los derechos humanos y del derecho
internacional humanitario, obraban a favor de su rescate. Esto sin que desconociera la fuerte tendencia
interna e internacional hacia la criminalización total de la rebeldía y la consiguiente imposición del concepto de
“terroristas”. Tal tendencia obra contra la posibilidad de la solución política de los conflictos armados.

“Mediante una transacción pusilánime de los jueces, la capacidad justificatoria del altruismo motivacional
había sido debilitada pero no abolida (…) la Corte le ha hecho un daño irreparable al viejo concepto del delito
político (…) se acaba de derrumbar una larga tradición del tratamiento privilegiado del delincuente político (…)
pero la sustitución del rebelde por el terrorista y la de la idea de la guerra como fenómeno político por la de la
guerra como simple delito, por fortuna no se ha operado sino en el campo de la justicia penal (…). La
sustitución de una ética de fines por una de medios implica que los enemigos políticos del Estado sean
ignorados y valorados solo por los medios utilizados. (…) concebir la guerra civil y la guerra internacional
como simple delito –verbigracia, como simple terrorismo- acarrea dos consecuencias prácticas funestas para
nuestro sistema político y jurídico: 1) invisibiliza la politicidad de la guerra, en detrimento de la distinción entre
delincuentes políticos y delincuentes comunes y así mismo, de la negociación del conflicto, y 2) escala la
criminalización potencial del enemigo político armado del Estado y amplía la competencia de los jueces frente
a la guerra”. “El derecho internacional humanitario y el delito político: la agonía del delito político”[12].

En años más recientes el presidente Álvaro Uribe en sus mandatos consecutivos equiparó el concepto,
tratamiento y definición legal de la insurgencia y el paramilitarismo[13], rechazó la concepción de delito
político, desconoció la existencia del conflicto armado y simplificó el asunto al argumento de que en Colombia
existe un “robusto régimen democrático" pero que actúa de manera criminal una “amenaza terrorista” –con
referencia a los alzados en armas-.

“Una democracia que se profundiza, es una democracia que tiene que pensar si sí vale la pena darle el
estatus de delincuente político a quien atenta contra ella, por la vía armada. Por eso yo creo, que ante una
democracia profunda, debe pensarse en no calificar como político el delito basado en armas, es simple
terrorismo”[14].

Sin embargo, en el interesante texto difundido desde los años 80 sobre la relación entre conflicto armado y
terrorismo, a la luz del DIH, el doctrinante del CICR Hans Peter Gasser ya explicaba la diferenciación entre
conductas propias del conflicto armado y el terrorismo y aconsejaba a los Estados no procesar a los
disidentes rebeldes por supuesto terrorismo -salvo que hubieran incurrido en algunos actos de tal carácter-
sino en el marco del tratamiento al conflicto armado como tal: “…los actos de terrorismo pueden ser objeto de
persecución penal por las autoridades estatales competentes conforme a la legislación nacional, si bien estas
deberían evitar procesar y condenar a disidentes acusados de delitos de terrorismo por el solo hecho de haber
participado en el conflicto”[15].
Repercusión del fallo del Consejo de Estado

En este contexto resulta de particular importancia considerar el reciente fallo del Consejo de Estado[16] que
declara responsable al Estado por fallas del Ejército en el funcionamiento de la Base Las Delicias y
negligencia en el envío de refuerzos ante el ataque de las FARC en 1996; ordena indemnizar al soldado
Gonzalo Orozco retenido en este hecho por la guerrilla y a la Fiscalía y la Procuraduría les pide investigar
posibles infracciones con soldados heridos y capturados por esta guerrilla.

El Tribunal Administrativo de Nariño había negado la demanda al considerar inexistencia de pruebas sobre
fallas oficiales y su nexo con los daños denunciados. El demandante alegó que a diferencia de los soldados
profesionales no estaba obligado ante circunstancias irregulares siendo soldado conscripto que prestaba el
servicio militar obligatorio por ley (Sentencia Consejo de Estado, pág. 13). El Ministerio Público expresó que el
Ejército no contó suficientes medidas de seguridad, ni de comunicación y ni envío refuerzos oportunos,
configurando falla del servicio y riesgo para los conscriptos (Sentencia Consejo de Estado, página 14). El
Consejo de Estado reconoció responsabilidad estatal por el daño sufrido por el soldado, sin perjuicio de la
causa producida por un tercero, ante la omisión y situación de riesgo sin asumir deberes de salvamento,
apoyo y protección suficiente (Sentencia, Consejo de Estado, página 25) [17].

Este fallo reconoce el conflicto armado, distingue las hostilidades del uso de terrorismo y de la delincuencia
común. Establece que es jurídicamente incorrecto denominar terroristas a los actores armados que participan
del conflicto bélico, aunque éstos pueden incurrir en actos terroristas como en otras infracciones o en
crímenes de guerra, hechos que conllevan responsabilidad penal a los combatientes comprometidos. Estimó
que las FARC atacó un objetivo militar y que resulta erróneo caracterizar su actuación como terrorista. Discute
que debe distinguirse entre hostilidades propias del conflicto armado y actos de terrorismo que comprometan
a distintos actores. Precisa que los actos de violencia individual, de fuerza no militar y de delincuencia común,
“no encuadran en la condición de conflicto armado”.

En la discusión sobre el terrorismo el fallo destaca tres elementos: 1. Que las actividades terroristas con
empleo de violencia o la amenaza de ella en contra de la vida, integridad y bienes de personas civiles, no
distinguen entre un blanco deseado y terceras personas, siendo indiscriminadas (Sentencia Consejo de
Estado, pág. 50). 2. Que el terrorismo puede tener lugar en el curso del conflicto armado o en su ausencia, lo
cual incide en el régimen jurídico aplicable. (Sentencia Consejo de Estado, pág. 52). Diferencia entre
combatientes y terroristas, de forma que algunos combatientes en algunos casos podrán hacer uso del
terrorismo, por lo cual les cabe responsabilidad penal, pero no significa catalogar a las guerrillas por tal razón
como terroristas. (Sentencia Consejo de Estado, pág. 53). 3. Critica la inapropiada utilización del concepto de
"terrorismo" para calificar acciones y descalificar actores, de manera que recuerda que los actores del
terrorismo pueden ser estatales o particulares pero la acción terrorista siempre tendrá como elemento común
el uso indiscriminado de la violencia contra personas civiles[18].

Los senadores del Centro Democrático Alfredo Rangel y José Obdulio Gaviria rechazaron el fallo del Consejo
de Estado. Lo señalaron de legitimar las guerrillas y reiteraron las opiniones del expresidente Uribe. "El
Consejo de Estado parece estar legitimando el asesinato en combate de soldados (…) El país no tiene hoy
una guerra civil. El alto tribunal se equivoca, al darle legitimidad a un grupo terrorista…”[19]. Sin sentido de
realidad comparan la coyuntura actual de avanzado entendimiento Gobierno-FARC para finalizar la guerra con
el momento de ruptura de los diálogos del Caguán e intensificación de las hostilidades. "Poco a poco y por
cuenta del proceso de paz, el país volvió a la época del 2002, donde las FARC, hicieron de sus acciones
violentas y terroristas, un arma para alcanzar el poder…”. Por su parte, ‘Iván Márquez’, jefe negociador de las
FARC, declaró que el fallo conceptúa que las FARC no son organización terrorista pero interrogó: “¿entonces
porque los guerrilleros son condenados como terroristas?”[20].

El marco jurídico del proceso de paz

En el Estado de Derecho la rebelión debe ser canalizada por los derechos de la oposición, pero en nuestra
realidad aún dista de plasmarse con integridad tales figuras y precisamente persiste el conflicto armado,
relacionado entre otras circunstancias con el déficit de garantías y el clima de persecución contra los
opositores. La persistencia de una expresión de guerra civil constata que estamos ante un proceso de
inclusión y construcción de Estado inacabado[21]. El delito político ha sido funcional a los procesos de paz y la
inclusión de la insurgencia a la política con todo lo que ello implica en determinados contextos territoriales,
sociales y poblacionales, lo cual sugiere con claridad la necesidad de ser de nuevo retomado en la dinámica
de los acuerdos de paz en desarrollo con las FARC y el ELN.

“…el delito político es una figura que por su origen y fundamentación se ajusta al modelo de Estado de
Derecho (…) donde encuentra su justificación, y que en el ámbito jurídico nacional mantiene
una vigencia normativa que si bien, vía legal y jurisprudencial ha sido reinterpretada en un sentido que limita
su esfera de aplicación, aún constituye una herramienta útil como alternativa para la búsqueda de acuerdos
de paz negociados con grupos armados organizados…”[22].

El Acto Legislativo 1 de 2012 dejó un marco para la legislación que resuelva las posibilidades del proceso de
paz actual y posibilite el cierre definitivo del conflicto bélico. Los acuerdos de La Habana, los que se logren
con el ELN, el consiguiente proyecto de ley estatutaria presidencial y la definición a tomar en el Congreso
mediante ley estatutaria prevista, habrán de abocar los debates y decisiones para dar lugar al instrumento
legal necesario. Previsible podrían ser fórmulas de amnistía condicionada para la insurgencia, con algunas
exclusiones para los principales responsables directos de las más graves casos de infracciones ocasionadas;
fortalecimiento de actuaciones de esclarecimiento, investigación y sanción ante el alto grado de impunidad
existente con relación a las más graves violaciones de responsabilidad estatal, con la posibilidad de algunos
alivios penales. De forma todos estos beneficios estarían condicionados a compromisos con la reparación de
las víctimas y la contribución al esclarecimiento de la verdad. Y, por su parte, sometimiento a la justicia de los
rezagos paramilitares degradados existentes.

En consecuencia, al momento corresponde en consonancia con el proceso de paz en curso destacar las
iniciativas institucionales que deben aflorar frente a estos temas ante todo desde los órganos políticos, el
ejecutivo y el Congreso, en medio de la coordinación armónica demandada entre las distintas ramas del poder
y con niveles de consulta y participación de la sociedad de manera efectiva, en aplicación de una política de
paz nacional, estatal y permanente como lo exige la ley[23]. Esto permitirá sentar las premisas institucionales,
los instrumentos y las políticas públicas que requiere la solución definitiva del conflicto armado y avanzar en la
construcción de la paz. A la vez, exige reforzar las posibilidades de la dinámica participativa de la sociedad al
respecto, de manera que se pueda forjar un gran consenso político, social y ciudadano, capaz de lograr un
exitoso respaldo a los pactos de paz en la aplicación del mecanismo de refrendación ciudadana que se
acuerde.

Álvaro Villarraga Sarmiento


Integrante Fundación Cultura Democrática, directivo Centro Nacional de Memoria Histórica, catedrático
universitario

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 450


Semana del 12 al 18 de junio de 2015
Corporación Viva la Ciudadanía
http://www.viva.org.co
semanariovirtual@viva.org.co

[1] Sentencia del Consejo de Estado, caso del soldado Gonzalo Orozco, revisión de segunda instancia, mayo
de 2015. Consultada el 27-05-2015. Texto de la sentencia
en: http://www.consejodeestado.gov.co/prensacde.php
[2] En el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en 1948, se afirma que
los derechos humanos deben ser protegidos por un régimen de derecho, a fin de que el ser humano no se vea
compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión.
[3] La Carta de las Naciones Unidas en su capítulo sexto impone el tratamiento político diplomático en la
relación entre los Estados, proscribe las guerras pero admite tres excepciones: ante guerra de agresión, en
legítima defensa y frente a asuntos que pongan en peligro la paz mundial.
[4] El Protocolo Adicional I a los Convenios de Ginebra de 1949, de 1977, surge en este mismo marco y por
internacional que consideraron con especial atención las circunstancias de las guerras de liberación nacional,
contra el racismo y el apartheid. En las conferencias preparatorias fueron invitadas varias delegaciones de los
movimientos de liberación nacional, buena parte de los cuales luego consiguieron instalar repúblicas
autónomas.
[5] Artículo 6. Protocolo II Adicional a los Convenios de Ginebra de 1949, de 1977. Sobre el carácter de la
protección a la población amnistiada: Corte Constitucional Sentencia T-719 de 2003, MP: Manuel José
Cepeda.
[6] “Las condiciones objetivas que deben cumplirse para poner en acción la aplicación del Protocolo II
constituyen una situación de guerra civil esencialmente comparable a un estado de beligerancia bajo el
derecho consuetudinario internacional”. Robert Goldman, Revista IIDH, CICR, No 12, junio de 1991.
[7] Artículo 1. Protocolo II Adicional a los Convenios de Ginebra de 1949, de 1977. Ley 171 de 1994.
[8] Los pactos de paz, tregua y cese al fuego bilateral del gobierno con las FARC y con el EPL y el M19 en
1984, con base en la Ley 35 de amnistía, de 1982. Los pactos de paz del gobierno con el M19 en 1990 y con
el EPL en 1991 y con fracciones insurgentes menores o regionales, que se apoyaron en la amnistía y los
indultos de la Ley 77 de 1989 y tuvieron como espacio de inclusión política la Asamblea Nacional
Constituyente de 1991.
[9] Así, la Ley 35 establece: “Artículo 2: …entiéndase por delitos políticos los tipificados en el código penal
como rebelión, sedición o asonada, y los conexos con ella por haber sido cometidos para facilitarlos,
consumarlos u ocultarlos”. “Artículo 3: Los homicidios fuera de combate no quedarán amparados por la
amnistía, si fueron cometidos con sevicia o colocando a la víctima en situación de indefensión o inferioridad o
aprovechándose de esa situación”. En: Tregua y cese al fuego bilateral, FARC, EPL, M19, ADO, Álvaro
Villarraga (compilador y editor), Biblioteca de la Paz, Tomo 1, página 430. Igualmente, la ley 77 establece:
Artículo 2: El indulto a que se refiere esta ley, beneficiará a los nacionales colombianos autores de hechos
constitutivos de delitos políticos cometidos antes de la vigencia de la presente ley”. “Artículo 6: El indulto no se
aplicará a los homicidios cometidos fuera de combate, con sevicia, o colocando a la víctima en estado de
indefensión, ni a los actos de ferocidad o barbarie. Tampoco se aplicará a quienes formen parte de
organizaciones terroristas”. En: Se inician acuerdos parciales, pacto político con el M19, Álvaro Villarraga
(compilador y editor), Biblioteca de la Paz, Tomo 2, página 404.
[10] Corte Constitucional, Sentencia C-456, M.P.: Jorge Arango Mejía y Eduardo Cifuentes Muñoz, septiembre
de 1997.
[11] Salvamento de voto de la Sentencia C-456 de 1997, magistrados Carlos Gaviria Díaz y Alejandro
Martínez Caballero, páginas 6-9.
[12] “El derecho internacional humanitario y el delito político: la agonía del delito político”, Iván Orozco Abad.
En: Derecho Internacional Humanitario Aplicado, casos de Colombia, El Salvador, Guatemala, Yugoslavia y
Ruanda, Álvaro Villarraga (compilador) TM Editores, Oficina del Alto Comisionado para la Paz, Pontificia
Universidad Javeriana, Fundación Konrad Adenauer, CICR. Bogotá, 1998, página 341-346.
[13] Ley 782 de 2002.
[14] “Aportes para un debate académico: ¿Debe existir el delito político en Colombia?”, Álvaro Uribe Vélez, en:
Crímenes altruistas, las razones del presidente Uribe para abolir el delito político en Colombia, Libardo Botero
(compilador), Fundación Centro de Pensamiento Primero Colombia, Bogotá, 2008, página 24.
[15] “Prohibición de los actos de terrorismo en el derecho internacional humanitario”. Hans-Peter Gasser.
Separata de Revista Internacional de la Cruz Roja, julio-agosto de 1986, página 12.
[16] Página web del Consejo de Estado, en la sección Prensa: ‘Historial de noticias’. Consultada el 27-05-
2015. Adjunto a la noticia se encuentra la sentencia. http://www.consejodeestado.gov.co/prensacde.php
[17] http://www.consejodeestado.gov.co/prensacde.php
[18] Ídem.
[19] “Consejo de Estado, tomó una decisión equivocada, frente a las FARC: Centro Democrático”, por Carlos
Villota Santacruz, Prensa Senado, Bogotá D.C., mayo 13 de
2015. http://www.senado.gov.co/historia/item/22731-consejo-de-estado-tomo-una-...
[20] Colprensa, 12 de mayo de 2015. http://www.elcolombiano.com/toma-a-base-militar-de-las-delicias-no-
puede...
[21] González, Fernán, Poder y violencia en Colombia, Colección Territorio, Poder y Conflicto, ODECOFI-
CINEP, Bogotá, 2014.
[22] "Delito político: ¿una alternativa para la paz?”, Juan Pablo Cardona Chávez, en: Colombia: un nuevo
modelo de Justicia Transicional, Andrea Forer y Claudia López (editores), GIZ, Bogotá, 2012, páginas 396-
397.
[23] Tal como lo demanda al respecto la Ley 434 de 1998, para lo cual destaca el apoyo en el Consejo
Nacional de Paz.
Delitos contra los poderes del Estado y el orden constitucional

Introducción
El presente trabajo se ha basado en describir de una forma general los delitos contra los
poderes del estado y el orden constitucional en lo que corresponde, "los delitos Rebelión,
Sedición y Motín". En este trabajo nos propusimos enmarcar los objetivos de mayor
relevancia en nuestra sociedad y sobre todo aquellos que atentan contra el orden
constitucional.
Bajo esta premisa se desarrollaron a lo largo y ancho de este trabajo cinco capítulos descritos
de la siguiente manera: 1) El delito de Rebelión. 2) Sedición. 3) Motín. 4) Conspiración para
una Rebelión, Sedición y Motín. 5)Seducción, Usurpación y Retención Ilegal de Mando. Los
cuales se desarrollaron con sus consideraciones generales, descripción típica, los viene
jurídicos protegidos, los sujetos que actúan, tentativa y consumación del hecho típico, la
primera descripción en lo que concierne al delito de Rebelión describimos un caso que suscito
en el Perú a finales del 2004 y comenzando el año 2005 en donde se detalla el caso de Ollanta
Humala.
Los métodos utilizados en el presente trabajo son los siguientes: el método tradicional, en
algunas partes del trabajo percibidos las circunstancias aplicamos el método inglés.
Las fuentes que se presentan en este trabajo son de autores muy reconocidos en el campo del
derecho, esto se hizo con ayuda de mi gran amigo Gerardo OlorteguiDa Costa, gracias a ello
podemos encontrar a los siguientes autores como: Muños Conde, Francisco. Serrano Gómez,
Alfonso. Chirinos Soto, Francisco. Bramont Arias, Luis A. Portocarrero Hidalgo, Juan.
Cabanellas Guillermo.
En este trabajo nos limitamos a describir en lo que concierne a la rebelión, sedición y motín.
Porque creemos necesario para el mejor entender de cada uno de los lectores, ser precisos en
los puntos a tratar y señalando algunas jurisprudencias otrosí algunos ejemplos. En este
trabajo no se encontró apabullante jurisprudencia. Hemos visto conveniente en casi cada uno
de estos delitos agregar sus respectivas concordancias para un mejor entender.
En conclusión, lo que se quiere en el presente trabajo es demostrar las pequeñas similitudes y
diferencias en los delitos de rebelión, sedición y motín, ya que por sus pequeñas similitudes que
tienen, es que muchas veces se llega a tergiversar los términos al momento de juzgar a un
rebelde, sedicioso, aquellos que se alzan de una forma tumultuaria, y sobre todo a nuestros
amigos que comunican por medios radiales, televisivos, etc.
OBJETIVOS
El presente texto tiene como tarea educativa, lograr en mis compañeros el
siguiente objetivo general:
 Investigar la estructura de los delitos contra los Poderes del Estado y el Orden
Constitucional, "Rebelión, Sedición y Motín."
Así mismo se plantean los siguientes objetivos específicos:
 Conceptuar sobre los delitos contra los poderes del estado y el orden constitucional
 Establecer sus principales diferencias.
 Determinar las concordancias.
 Anotar las jurisprudencias relevantes.
 Explicar si existe tentativa para el delito que se trata de perpetrar.
 Establecer las penas.
TITULO XVI
DELITOS CONTRA LOS PODERES DEL ESTADO Y EL ORDEN
CONSTITUCIONAL.
CAPITULO I

Antecedentes de rebeliones en el Perú


El Perú siempre ha sido un país de rebeliones, revueltas, revoluciones, alzamientos, asonadas y
golpes de Estado. Particularmente el sur del país tiene una larga y arraigada cultura de la
revuelta, desde Ollantay hasta el teniente-coronel Ollanta Humala, cientos de páginas se
podrían escribir sobre ellas. Podemos decir con cierto orgullo que, al menos en golpes, somos
los primeros.
En estas tierras ha habido, hay y con seguridad, habrá siempre "salvadores de la patria" que no
dudarán en recurrir a la fuerza para derrocar a un tirano o para hacerse de todo el poder.
En esta oportunidad les ofrecemos las rebeliones a partir de los años 60 hasta el caso Ollanta
Humala.
 Las rebeliones de los años 60: Los años 60 fueron plagados de rebeliones y de
movimientos guerrilleros inspirados por el éxito de la revolución cubana. Hugo Blanco y
Luis de la Puente Uceda fueron los más famosos líderes revolucionarios. Se realizaba la
toma de pueblos, haciendas y puestos militares con el fin de ganar adeptos. Pero a
la población no le interesaba la ideología que predicaban y no los respaldó.
Fernando Belaúnde no trajo la ansiada estabilidad al Perú. En 1968 su gobierno firmó un
convenio con la International Petrolium Company que tuvo el apoyo multipartidario. Pero el
Director de la Empresa Petrolera Fiscal, Carlos Loret de Mola, denunció que había
desaparecido la página once del acuerdo, donde estaría estipulado el monto de la
indemnización que pagaría el Estado a esa empresa. Se produjo un gran escándalo que llevaría
a una nueva rebelión. El 3 de octubre se produce un golpe de Estado que depone a Belaúnde. La
junta militar presidida por el General Juan Velasco Alvarado contaría con el apoyo de la
izquierda peruana y del partido comunista.
 El Gobierno Revolucionario de las FFAA: El gobierno de Velasco nacionalizó
los recursos, reformó el agro, la educación, expropió las empresas, los bancos y los medios
de comunicación. El autoritarismo campeaba y la radicalización de los bandos opuestos era
evidente.
Fue un buen momento para que el General Francisco Morales Bermúdez planeara un
"relevo institucional", es decir, un golpe al golpista, que se produjo en agosto de 1975.
 El "relevo institucional": Morales Bermúdez estuvo cinco años en el poder y durante su
gobierno continuaron confiscados los diarios y canales de televisión. También siguieron los
encarcelamientos y las deportaciones de los críticos al gobierno. Fue entonces que se
engendran las rebeliones y el terrorismo que sacudirían al país durante los años 80 e inicios
de los 90. El alzamiento de dos grupos armados que sembrarían el caos y la muerte en el
país y que dejarían un saldo de más de 25 mil muertos (70 mil según la Comisión de la
Verdad instaurada en 2001).
 El Autogolpe de Fujimori: En 1990, en medio de la híper-inflación y
la violencia terrorista, Alberto Fujimori llegó al poder sin ningún apoyo de los partidos
políticos tradicionales y tuvo que enfrentar una fuerte oposición en el Parlamento. Fujimori
acusaba al Congreso de ser "paquidérmico" y el Congreso a Fujimori de
tener actitudes "totalitarias".
La discusión terminó el 5 de abril de 1992, a la voz de "disolver", cuando Fujimori cerró el
Congreso e intervino el Poder Judicial, tomando el poder absoluto. El sui generis golpe sería
conocido como "el autogolpe" de Fujimori y contó con un respaldo de entre el 80% y el 90% de
la población.
El gobierno de mano dura de Fujimori consiguió vencer la híper-inflación y capturar a los
cabecillas terroristas.
Sin embargo, Fujimori las vería difíciles cuando el 13 de noviembre de 1992 el Grl. Jaime
Salinas Sedó lideró un "contragolpe" que a última hora fue debelado y sus líderes encarcelados.
Luego de ello Fujimori hizo una nueva Constitución, fue reelecto e "interpretó" la Constitución
para reelegirse nuevamente.
 Montesinos y su intento de tomar el poder: En el año 2000 se hicieron evidentes las
fraudulentas manipulaciones del asesor presidencial Vladimiro Montesinos, el cual
controlaba casi todas las instituciones del Estado, sobre todo, las Fuerzas Armadas. Tras
exhibirse un vídeo donde Montesinos sobornaba a un congresista, Fujimori destituyó a
Montesinos y anunció que acortaría su tercer mandato.
Pero al asesor presidencial no le gustó la idea y trató de mantenerse en el poder deponiendo a
Fujimori y colocando a un títere en su lugar, sin embargo, gracias a la presión popular por
regresar a una verdadera democracia, Montesinos se vio obligado a huir y vivir en la
clandestinidad por varios meses hasta ser encarcelado.
 Cuando los humalas eran buenos: Mientras Fujimori y Montesinos se peleaban, en
Moquegua surgió una rebelión periférica liderada por el teniente-coronel Ollanta Humala y
su hermano, el militar retirado, Antauro Humala secundados por 50 soldados.
Los Humala se dieron a conocer entonces, como los líderes de
un movimiento ultranacionalista, racista y xenófobo llamado "etnocacerista" que proponía la
supremacía de la "raza cobriza".
La rebelión "etnocacerista" buscaba sacar del poder a Fujimori y a los militares corruptos que
lo secundaron.
Los Humalas ganaron cierto apoyo en el sur y el respaldo de diversos políticos que los
consideraron "héroes de la democracia".
Sin embargo, poco después fueron abandonados por sus soldados, quienes se entregaron a sus
superiores.
Más tarde, Fujimori renunció y asumió la jefatura del Estado el presidente del Congreso, el
Dr. Valentín Paniagua. Al haber cambiado la situación política, Ollanta Humala se entregó a las
autoridades. A pesar de sus posturas radicales, Ollanta Humala fue reintegrado al Ejército y
premiado, siendo enviado a Francia y Corea como Agregado Militar recibiendo un abultado
sueldo.
 Cuando los humalas se hicieron malos:En el año 2001 asumió el gobierno del Perú el
economista Alejandro Toledo. Desde sus inicios, su gobierno fue duramente criticado por
Antauro Humala, que consideraba a Toledo "la cabeza de un gobierno corrupto y vendido a
capitales extranjeros, sobre todo chilenos".
En diciembre de 2004, su hermano, el Comandante Ollanta Humala, quien era agregado
militar del Perú en el extranjero, fue dado de baja intempestivamente, lo cual provocó las iras
de Antauro Humala.
Así, en las primeras horas del 1º de Enero de 2005 Antauro Humala, junto con 150 ex soldados,
tomó una comisaría en la ciudad de Andahuaylas, exigiendo la renuncia del presidente Toledo,
que en ese momento tenía 90% de impopularidad.
El asalto a la comisaría le ganó a Humala las simpatías de la población local pero dejó como
saldo cuatro policías y dos subversivos muertos.
Según Antauro, se escogió como fecha para el asalto el 1º de Enero porque Toledo estaría tan
borracho y drogado que ellos tendrían 48 horas para actuar sin ninguna reacción del Estado.
Luego de 3 días de confusión, Antauro Humala fue hecho prisionero y trasladado a Lima,
donde continúa encarcelado.[1]
CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
ANALISIS DE LOS TIPOS PENALES
TEMA 01

Rebelión
 TIPO PENAL (Art. 346)
El que se alza en armas para variar la forma de gobierno, deponer al gobierno legalmente
constituido o suprimir o modificar el régimen constitucional, será reprimido con pena privativa
de libertad no menor de diez ni mayor de veinte años y expatriación.[2]
Concordancias
La constitución política del Perú en su artículo 2º inc, 11º (a elegir su lugar de residencia, a
transitar por el territorio nacional y a salir de él y entrar en él, salvo limitaciones por razones de
sanidad o por mandato judicial o por aplicación de la ley de extranjería). Art. 3º (amplitud de
los derechos), art. 45º poder del estado: el poder del Estado emana del pueblo. Quienes lo
ejercen lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que la Constitución y
las leyes establecen. Ninguna persona, organización, fuerza Armada, Policía Nacional o sector
de la población puede arrogarse el ejercicio de ese poder. Hacerlo constituye rebelión o
sedición. Art. 46º Gobierno de Facto: nadie debe obediencia a un gobierno usurpador, ni a
quienes asumen funcionespúblicas en violación de la constitución y las leyes. La población civil
tiene el derecho de insurgencia de defensa del orden constitucional, son nulos los actos de
quienes usurpan funciones públicas. Art. Organismos Subordinados: las Fuerzas Armadas y la
policía Nacional no son deliberantes. Están subordinadas al poder constitucional.
El Código penal en su artículo 30º inc. 1º la expatriación, tratándose de nacionales; ambas se
aplican después de cumplida la pena privativa de libertad, tiene una duración máxima de diez
años. A los que se refiere el Código de Ejecución Penal en su art. 46º. Casos especiales de
redención: En los casos de los Artículos 129, 173, 173 A, 200, segunda parte, 325 a 332 y 346
del Código Penal, el interno redime la pena mediante el trabajo o la educación a razón de un día
de pena por cinco días de labor efectiva o de estudio, en su caso", así como lo señalan las leyes
Nº 27770, Art. 4 inc. a) ley Nº 28950, Art. 8 inc. A). y el Código de Justicia Militar también
se encuentra tipificado en su artículo 101º Constituye delitode rebelión en los militares,
levantarse en armas o revolucionar cualquier Fuerza con el objeto de:1.- Variar la forma de
Gobierno o deponer el Gobierno constituido;2.- Impedir la reunión del Congreso o el libre
funcionamiento de las Cámaras o disolverlas;3.- Exigir, con violencia, la reforma de las
instituciones;4.- Impedir las elecciones populares;5.- Sustraer parte del territorio o de la
Fuerza Armada a la obediencia del Gobierno; y,6.- Investirse, de autoridad o facultades que no
se hayan obtenido legalmente.Art. 103ºLa rebelión será penada:a) Con penitenciaría, para los
que la promuevan, organicen, acaudillen o dirijan; y,b) Con prisión, para los demás que
participen en ella,La conspiración será penada con prisión.La proposición, con prisión o
reclusión militar. Art. 106º El delito de rebelión cometido
en tiempo de guerra o conflicto internacional, será reprimido con las penas inmediatamente
más graves de las señaladas en los artículos anteriores; y si se ejecutase al frente del enemigo,
será considerado y reprimido como traición a la Patria.
 TIPICIDAD OBJETIVA
La figura delictiva de rebelión se perfecciona de una forma, y para definir esta conducta se ha
hecho de un verbo rector.
 Alzarse: alzarse equivale a levantarse, desobedeciendo colectivamente a alguien, en este
caso al Poder legítimamente constituido. Dicho alzamiento debe manifestarse
públicamente, es decir, de un modo abierto y alterando la normalidad y tranquilidad
ciudadanas.[3]
 BIEN JURIDICO PROTEGIDO
El bien jurídico protegido se entiende que son el conjunto de bienes importantes, trascendentes
para la comunidad por esa razón está protegido por el derecho y especialmente por el derecho
penal; En este título el bien jurídico protegido es (en el la vigencia del orden
constitucional y el ejercicio pleno de las atribuciones que la Constitución y las
leyes de la republica otorgan a los órganos superiores del poder estatal, mejor
conocidos lenguaje jurídico y común como los poderes del estado.)[4]
 SUJETO ACTIVO
Es el titular de la lesión del bien jurídico protegido, es el que comete el delito, es al que se le
llama también procesalmente, procesado, inculpado, imputado, encartado, etc. En este delito
el sujeto activo es un sujeto plural, colectivo. No existe, por tanto, la rebelión
individual de una sola persona. Es indiferente, sin embargo, el número de
personas que se rebelan, siempre que sea un número lo suficientemente
relevante en orden a conseguir los fines fijados en el tipo.[5]Aunque la distinta
contribución y participación cualitativa sea relevante en orden a determinar
la responsabilidad de los rebeldes, lo decisivo es que haya un acuerdo de voluntades y un
mínimo de organización previos al alzamiento. Por eso se llama a la rebelión un delito de
convergencia.
 SUJETO PASIVO
Es la persona natural o jurídica que sufre la lesión del bien jurídico protegido, es la víctima o
agraviada. (En tal sentido el sujeto pasivo es el Jefe del estado legalmente
constituido que se pretende derrocar).
 TIPICIDAD SUBJETIVA
Se requiere además de un elemento subjetivo adicional, que se describe con la finalidad
política, en el delito de rebelión la finalidad o el móvil político se dirige a derrocar a un
gobierno legalmente constituido o liquidar o variar el régimen constitucional vigente, por ello
que solo ataca al bien jurídico orden constitucional.[6]
Los rebeldes deben alzarse para conseguir algunos de los fines descritos en el art. 346 CP. Cada
uno de estos fines, puede constituir per seun delito contra la Constitución (Delitos contra el
jefe del estado, suprimir o modificar el régimen constitucional). La defensa de la Constitución,
al ser el primero de los fines de la rebelión el "derogar, suspender o modificar total o
parcialmente la constitución". Téngase presente que lo que constituye la esencia de este delito
no es el fin como tal, sino la forma de realizarlo ("alzarse públicamente").[7]
 ANTIJURIDICIDAD
Aunque teóricamente pueden darse el estado de necesidad o el cumplimiento de un deber
(defensa de la constitución, peligro para la independencia de la Nación, etc.) que pueden ser
invocados por los rebeldes, la realidad criminológica de estos delitos impide apreciarlas, pues
la rebelión implica un ataque total al poder constituido que, si triunfa, convierte en rebeldes a
los que detentaba legítimamente el poder y en gobernantes a los rebeldes. Y, naturalmente, si
no triunfan, el poder legítimo seguirá invocando su legitimidad frente a los vencidos que no
podrán excusarse.[8]
 CULPABILIDAD
Acto seguido, se verifica que en la conducta típica del rebelde no concurre alguna causa de
justificación, el operador jurídico entrara al análisis para determinar si la conducta típica y
antijurídica puede ser atribuido a su autor. En esta etapa tendrá que verificar se al momento de
actuar el agente era imputable es decir, mayor de 18 años y no sufría de alguna anomalía
psíquica que le haga inimputable. También se verifica si el agente al momento de exteriorizar
su conducta etiquetada como rebelde, conocía la Antijuridicidad de su actuar, es decir, se
verificara si el agente sabia o conocía que su conducta estaba prohibida por ser contraria al
derecho.
Luego, determinara si el agente pudo actuar o determinarse de modo diferente a la hora de
cometer el delito.
 REBELIÓN MILITAR:
El alzamiento en armas, y por fuerza de alguno de los ejércitos o de todos ellos, contra el poder
constituido, se consideran formas de la misma: a) la traición, cuando la desobediencia al
acatamiento de la autoridad se produce ante el enemigo extranjero; b) la adhesión a la
rebelión, si la subversión acontece justo ante el insurrecto, con propósito de sumarse a él o por
la colaboración indirecta que a ello equivale; c) la revolución interior o el pronunciamiento (v.)
habitual, que entraña la modalidad típica.[9]
Hemos visto que la rebelión es un acto de fuerza, dirigido contra un gobierno legítimo.
Continuando en el examen de la figura, diremos que su objetivoha de ser la sustitución del
gobernante o gobernantes legítimos, y la supresión o modificación del régimen constitucional.
Podría darse el caso de una rebelión dirigida a alterar el sistema constitucional sin deponer al
órgano de gobierno. Por ejemplo: dirigida a suprimir el Tribunal Constitucional. Esa sería una
modificación constitucional hecha por la fuerza y no a través del procedimiento que la propia
constitución tiene fijado.[10]
 JURISPRUDENCIA:
Los fines de su acción era obligar la renuncia del presidente de la Republica y el gabinete
ministerial, y al alzarse en armas habrían buscado modificar el orden constitucional, por lo que
concurrentemente han cometido el delito de Rebelión.[11]
 EL CASO HUMALA:
¿Delito de rebelión y delito de terrorismo?
Muy sucintamente señalaremos los elementos en que se componen estos delitos. En los que
respecta al delito de Rebelión se encuentra tipificado en el artículo 346º del código penal y el
delito de terrorismo, su tipo básico, en el artículo 2º del D. ley 25475.
El legislador nacional utiliza al referirse al sujeto activo de ambos delitos la técnica del sujeto
indeterminado con la referencia de "el que", inapropiada desde nuestra posición, debido a que
al desarrollar la valoración del injusto, es improbable que un solo sujeto pueda cometer los
delitos en cuestión, ya que las conductas son idóneas solamente a través de una organización
o grupo de personas.[12]
En lo que respecta al bien jurídico, si bien en el delito de terrorismo se aprecia que de lege lata
afecta el bien jurídico "tranquilidad pública" "las relaciones internacionales o la seguridad de
la sociedad y del estado". Sin embargo de legeferenda, el tribunal constitucional ha precisado
como ya lo hemos referido que el bien jurídico tutelado está referido a la finalidad política que
cuenta el accionar terrorista contra el Estado de Derecho, el régimen constitucional o la
integridad territorial o el régimen político o ideológico establecido constitucionalmente.
De igual manera en el caso de delitos de rebelión el bien jurídico tutelado esta descrito en el
orden constitucional, plasmado en la constitución de 1993. Y encuentra jurisdicción en el
artículo 46º de dicha carta, debido a que produce la insurgencia civil contra gobiernos
usurpadores; es decir ilegítimos, como los de factos, dictatoriales o totalitarios.
Con respecto a la conducta típica del delito de rebelión, se estructura sobre la base del verbo
rector "alzarse" en armas, que según Muños Conde[13]"equivale a levantarse, desobedeciendo
o resistiendo colectivamente a alguien, en este caso al poder legítimamente constituido".
Nuestra legislación se refiere a las conductas siguientes: variar la forma de gobierno, deponer al
gobierno legalmente constituido, suprimir o modificar el régimen constitucional.
Desde el punto de vista teleológico se tiene que entender que en el delito de rebelión, la
conducta exigible por lo menos de la violencia relativa, como la amenaza latente de llevarla a
cabo; quiere decir de la expectativa de la misma. Y que el accionar sea público, ya que secreta o
reservada no tiene ningún sentido penal, salvo lo tipificado del artículo 349º del C.P. Que
preceptúa la represión del delito de conspiración para el delito de rebelión.
En cambio, en el delito de terrorismo la conducta esta descrita en los elementos siguientes:
 Crear o mantener un estado de zozobra, alarma, o temor en la población o en un sector de
ella.
 Realizar actos contra la vida, el cuerpo, la salud, la libertad y seguridad personales o contra
el patrimonio, contra la seguridad de los edificios públicos, vía o medios de comunicación o
de transporte de cualquier índole, torres de energía o transmisión, instalación motrices o
cualquier otro bien o servicio.
 Emplear armamentos, materiales o artefactos explosivos o cualquier otro medio capaz.
 Causar estragos o grave perturbación de la tranquilidad pública o afectar las relaciones
internacionales o la seguridad y del Estado.
Se discute si la clandestinidad es característica exclusiva de delito de terrorismo, cosa distinta a
la rebelión. Considero que esta situación no es tan exacta. El terrorismo no solo actúa
con métodos ocultos, a veces lo hace con notoriedad y público, como el caso de la toma de la
embajada de Japón por el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. En ese sentido
el carácter de oculto o clandestino puede darse también en el delito de rebelión, basta ver los
actos preparatorios reprimibles, como las conspiraciones, tipificada en el artículo 346º del C.P.
Asimismo, si los métodos utilizados, diferencian un tipo de otro. En el delito de rebelión el
sublevado no debe usar bombas y artefactos explosivos que generen terror en la población, se
requiere que solo se levante en armas, pero no que dicho accionar sea tal que produzca
zozobra; por el contrario debe ser apreciada como altruista por la comunidad, sin perjuicio del
delito.
Si bien ambos delitos son dolosos, se requiere además de un elemento subjetivo adicional, que
se describe con la finalidad política, esencial en ambos delitos; pero a la vez mide su distinción.
En el caso del delito de rebelión la finalidad o móvil político se dirige a derrocar a un gobierno
legalmente constituido o liquidar o variar el régimen constitucional vigente. Por ello que solo
ataca al bien jurídico orden constitucional. En cambio, en el delito de terrorismo la finalidad
política o componente teleológico se dirige atacar con el objeto de subvertir la base misma de
una democracia, materializada en el Estado Social y Democrático de Derecho. En ese sentido
lesiona o pone en peligro no solo ese orden constitucional sino también el orden político, a fin
de imponer otro sistema social, político y jurídico.
La pena en el delito de rebelión es privativa de libertad de 20 años y expatriación; en cambio en
el delito de terrorismo la pena es privativa de libertad no menor de 25 años y en el caso
del líder de cadena perpetua.
EXCURSUS
Luego del alcance doctrinal que se ha desarropado, se puede intentar dar nuestro punto de
vista en torno a la calificación legal de los hechos ocurridos la primera semana de enero del año
2005.
¿Fue un delito de rebelión o un delito de terrorismo? Lo que cometió Antauro Humala y sus
seguidores de su llamado Movimiento Etnocacerista.
En primer lugar, se debe precisar los hechos conforme se conocen de
a información periodística. Cualquier información adicional que no contestamos puede
cambiar la interpretación del tipo y la valoración jurídica que se le atribuye.
HECHOS: "el 01 de enero de 2005 un grupo de aproximadamente 160 hombres, vestidos con
uniformes militares y portando armas de guerra, al mando del Mayor EP Antauro Humala
toman la comisaria de la provincia de Andahuaylas, Departamento de Apurímac, reduciendo al
jefe del delegación policial y a los efectivos que se encontraban en ella, al parecer con una
facilidad por las armas de fuerte poder que tenían y por el descuido de los efectivos del
denominado escuadrón verde intento auxiliar a sus colegas, ya retenidos por la huestes
humalistas, siendo emboscados en el puente que comunica a la ciudad, como resultado de ello
murieron cuatro efectivos de dicho escuadrón".
Una de las características del delito de rebelión es el "alzarse en armas". Este levantamiento no
necesariamente tiene que darse con armas de fuego. El concepto de armas es amplio, puede ser
la considerada impropia como elemento punzo cortantes, palos, etc., este alzamiento o
levantamiento debe entenderse contra un gobierno o régimen legítimo, ya que si está ante un
ilegitimo dicha situación puede ser considerada como causa de justificación por el derecho
constitucional de insurgencia contra gobiernos usurpadores.
Si se prueba de las "hueste humalistas" al marchar por calles de Andahuaylas, vestidos de
militares y con armas de guerra, con la finalidad política dirigida solo a derrocar el régimen del
ex presidente Toledo estamos ante un delito de rebelión.
Ese hecho se podría considerar como un delito político puro. Sin embargo, existieran hechos
conexos y complejos que dan una valoración distinta al suceso.
La tenencia ilegal de armas de fuego, artículo 279º del C.P. se puede calificar como un delito
político conexo, ya sirvió para facilitar la toma de la comisaria. Y complejo, el arrebato de las
armas de fuego a los efectivos del orden, articulo 279 B, así como privar de la libertad a los
efectivos policiales, cometiendo delito de secuestro, artículo 152º del C.P. y delito
de homicidio calificado descrito en el artículo 180º del C.P.
Existen otros delitos, conexos como el del artículo 350º del C.P. si considera al Mayor PNP de
la Comisaría de Andahuaylas como un mando militar. En todo caso este hecho no es común
sino también puede ser atribuido como delito político.
La situación está en determinar si el delito político complejo tiene para nuestra legislación una
connotación política o común como el asesinato o secuestro ente otros.
Como ya se ha referido antes, los delitos políticos complejo, por el método que emplean y por
los móviles y fines que persiguen se confunden con el delito de terrorismo, que funda sus bases
en un método de acción a través del miedo o error.
Si esos delitos complejos encajan en la legislación interna, en nuestro caso en los tipos descritos
del D. ley 25475 serán considerados como delitos de terrorismo. Y en el caso que no, se
sancionaran como un concurso real de delitos.
Ahora bien, si el juzgador valora que la acción compleja de la "hueste humalistas" mantuvo en
sosiego o miedo a la población del país en general o a la provincia de Andahuaylas, podemos
señalar que uno de los elementos del delito de terrorismo se ha dado.
Así mismo es notorio por los medios televisivos, por lo menos la acción que quito la vida de un
policía, ajusticiado a "quema ropa", y el secuestro de otros no fueron actos propios de una
acción rebelde, sino un método de violencia política que influye alarma en la población, que es
una acción de las características del delito de terrorismo.
Si se valora que el empleo de armamento o artefacto explosivos que fueron usados, constituyo
un medio capaz de causar estragos a la tranquilidad pública y la seguridad interior del Estado,
se constituiría otro elemento del delito de terrorismo.
Debe probarse que la finalidad política del Movimiento Etnocacerista no era sol derrocar al
Presidente Toledo sino la de crear un Estado diferente, de subvertir el orden constitucional y
política; es decir, de atentar o lesionar el status quo, el sistema democrático de derecho
social. Si esto era así, se configuraría el elemento subjetivo del delito de terrorismo.
Hay que precisar que el beneficio del delito político solo opera en el caso del proceso de
extradición, derecho de asilo y amnistía. Situación distinta al caso, ya que Antauro Humala fue
detenido por la autoridad nacional, salvo que el Parlamento lo amnistíe, lo que sería poco
probable si le atribuyen el delito de terrorismo.
Finalmente, las autoridades deben determinar los títulos de imputación, para Antauro Humala,
como autor directo o mediato. Los servidores como coautores, autores directos o
colaboradores. Y finalmente si su movimiento compuesto por otros miembros de su entorno,
son parte de la organizacióncriminal, los cuales pueden ser incluidos como autores mediatos o
instigadores de acuerdo a nuestra legislación.[14]
TEMA 02

Sedición
 TIPO PENAL (art. 347)
El que, sin desconocer el gobierno legalmente constituido, se alza en armas para impedir que la
autoridad ejerza libremente sus funciones o para evitar el cumplimiento de las leyes o
resoluciones o impedir las elecciones generales, parlamentarias, regionales o locales, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de diez años.
Concordancias
Con la constitución política del Perú en su artículo 45º poder del estado: el poder del Estado
emana del pueblo. Quienes lo ejercen lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que la
Constitución y las leyes establecen. Ninguna persona, organización, fuerza Armada, Policía
Nacional o sector de la población puede arrogarse el ejercicio de ese poder. Hacerlo constituye
rebelión o sedición. Art. 46º Gobierno de Facto: nadie debe obediencia a un gobierno
usurpador, ni a quienes asumen funciones públicas en violación de la constitución y las leyes.
La población civil tiene el derecho de insurgencia de defensa del orden constitucional, son
nulos los actos de quienes usurpan funciones públicas. Art.169º Organismos Subordinados: las
Fuerzas Armadas y la policía Nacional no son deliberantes. Están subordinadas al poder
constitucional. El Código penal en su artículo 12ºDelito doloso y delito culposo:Las
penas establecidas por la ley se aplican siempre al agente de infracción dolosa.El agente de
infracción culposa es punible en los casos expresamente establecidos por la ley.
Art. 23ºAutoría, autoría mediata y coautoría: El que realiza por sí o por medio de otro el
hecho punible y los que lo cometan conjuntamente serán reprimidos con la pena establecida
para esta infracción.Art. 29ºDuración de la pena privativa de libertad: La pena
privativa de libertad puede ser temporal o de cadena perpetua. En el primer caso, tendrá una
duración mínima de dos días y una máxima de treinta y cinco años."Así mismo el código de
justicia militar menciona en su artículo 108º Constituye delito de sedición en los
militares en servicio, confabularse y alzarse tumultuariamente en guarnición, en
compañía o frente al enemigo, para cualesquiera de los fines siguientes:1.-
Dispersar el cuerpo o fuerza a que pertenezcan, si el delito no está comprendido en el inciso 12
del Artículo 78;2.- Deponer a alguno de los Jefes y Oficiales bajo cuyas órdenes se hallen;3.-
Romper el fuego o usar de las armas contra sus superiores;4.- Impedir que éstos tomen
posesión del empleo para el que hayan sido legalmente nombrados;5.- Oponerse al
cumplimiento de las leyes y órdenes superiores, o la de actos del servicio;6.- Impedir a los
superiores el libre ejercicio de sus funciones o providencias, o el cumplimiento de las
sentencias expedidas por los tribunales;7.- Oponerse al castigo de los complicados en tumultos
o desórdenes;8.- Ejercer actos de venganza o explotación contra los superiores y demás
individuos del Cuerpo; y,9.- Allanar los lugares de detención o atacar a los conductores de
presos, sea para liberar o para maltratar a éstos.
Art. 109ºSerán considerados en estado de sedición si obraren en concierto:1.- Los
militares en servicio que se negaren a obedecer las órdenes de sus Jefes a la primera intimación
o reclamaren de ellas;2.- Los militares que tomaren las armas sin autorización y obrasen
contra las órdenes de sus Jefes; y,3.- Los militares que cometiesen violencia haciendo uso de
sus armas y que a la voz de sus superiores se negaren a dispersarse o a entrar en orden.
 TIPICIDAD OBJETIVA
Lo que persigue el sedicioso es perturbar el libre ejercicio de la autoridad o el impedir la
aplicación o el cumplimiento o determinada norma. La parte final del artículo, sin embargo,
coloca a la sedición en los umbrales de la rebelión, cuando contempla la hipótesis del
impedimento de las elecciones generales, parlamentarias, regionales o locales. Este constituye
un ataque grave al orden constitucional, aunque pueda perpetrarse dentro de un
reconocimiento formal a los Poderes del Estado y las autoridades en ejercicio. [15]
 BIEN JURIDICO PROTEGIDO
El impedir que la autoridad ejerza libremente sus funciones, evitar el cumplimiento de las leyes
o resoluciones o impedir las elecciones generales, parlamentarias, regionales o locales.
 SUJETO ACTIVO
Del delito necesariamente ha de ser un grupo de personas-aunque responda a título individual.
 SUJETO PASIVO
Del delito nada más pueden serlo las autoridades, corporaciones oficiales o funcionarios
públicos.
 JURISPRUDENCIA
Estima formas concretas de sedición no militar: impedir la formación de una mesa electoral y
la entrada de electores en su colegio; oponerse, bajo amenaza, a que el ayuntamiento establezca
un impuesto; el allanamiento de varias casas y el lanzamiento por balcones y ventanas de
muebles, para que los queme la tumultuosa multitud.[16]
 EJEMPLO DE SEDICION
Tuvimos, años atrás, la oportunidad de defender a un alcalde distrital que organizo un virtual
alzamiento en armas para impedir la ejecución de una medida gubernamental dentro de
los límites de su distrito. Inclusive comprometió en alguna forma a la dotación policial. Ese
podría ser un buen ejemplo de sedición. No hubo desconocimiento de los Poderes del Estado ni
afán de derrocar al Presidente o disolver el congreso. Pero hubo pronunciamiento y una
intención manifiesta de perturbar el cumplimiento de una norma jurídica.[17]
 LA ACCIÓN
Puede perseguirse varios resultados:
 Impedir la aplicación de las leyes.
 Impedir el ejercicio legítimo de sus funciones o el cumplimiento de los acuerdos que
adopten a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, así como también
sus resoluciones administrativas judiciales.
Estamos ante un delito de mera actividad, por lo que para la consumación no es necesario que
se produzca ningún resultado. No es posible la tentativa.
Para la consumación de este delito es necesario el empleo de la fuerza o la utilización de vías no
legales, por lo que no se cometerá este delito cunando se ejerce el derecho de petición. La
violencia puede ser sobre la cosa o en las personas.[18]
 PRINCIPALES DIFERENCIAS ENTRE REBELIÓN Y SEDICION
De la confusión entre rebelión y sedición son responsables, en buena medida, nuestros colegas
periodistas. Manejan estos términos, como muchos otros del acervo jurídico, de la manera más
ligera y descuidada. Cuando se refieren en sus crónicas e, incluso, en sus comentarios
editoriales, a rebeldes y terroristas, los califican como sediciosos.[19]
 La rebelión por lo pronto, es la acción dirigida a deponer y sustituir a los legítimos
gobernantes.
 La sedición, en cambio, es un alzamiento que no desconoce al gobierno legítimamente
constituido, pero que se dirige a perturbar el libre ejercicio de sus funciones por una
autoridad.
 Rebelión y sedición resultan, como se ve, figuras perfectamente diferenciadas. Por tanto, la
norma constitucional no debió referirse a la sedición - peccata minuta – sino solo a la
rebelión, crimen nefando.
TEMA 03

Motín
 TIPO PENAL (art. 348)
El que, en forma tumultuaria, empleando violencia contra las personas o fuerza en las cosas, se
atribuye los derechos del pueblo y peticiona en nombre de éste para exigir de la autoridad la
ejecución u omisión de un acto propio de sus funciones, será reprimido con pena privativa de la
libertad no menor de uno ni mayor de seis años.
Concordancias
Con la constitución política del Perú en su artículo 38º Deberes para con la patria: Todos
los peruanos tienen el deber de honrar al Perú y de proteger los intereses nacionales, así como
de respetar, cumplir y defender la Constitución y el ordenamiento jurídico de
la Nación.Artículo 45ºpoder del estado: el poder del Estado emana del pueblo. Quienes lo
ejercen lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes
establecen. Ninguna persona, organización, fuerza Armada, Policía Nacional o sector de la
población puede arrogarse el ejercicio de ese poder. Hacerlo constituye rebelión o
sedición. Art. 46º Gobierno de Facto: nadie debe obediencia a un gobierno usurpador, ni a
quienes asumen funciones públicas en violación de la constitución y las leyes. La población civil
tiene el derecho de insurgencia de defensa del orden constitucional, son nulos los actos de
quienes usurpan funciones públicas. Art.169º Organismos Subordinados: las Fuerzas
Armadas y la policía Nacional no son deliberantes. Están subordinadas al poder constitucional.
En el código Penal en su artículo 29ºDuración de la pena privativa de libertad: La
pena privativa de libertad puede ser temporal o de cadena perpetua. En el primer caso, tendrá
una duración mínima de dos días y una máxima de treinta y cinco años." En el Código de
Justicia Militar en su artículo 111ºEs delito de motín militar:1.- La reunión tumultuaria
para exigir, con gritos o amenazas, la separación de algún superior, el pago o aumento de
propina, sueldo o ración o cualquier otro beneficio, la soltura de presos, la impunidad de los
delincuentes o para hacer cualquier otra petición.2.- La exigencia en marcha de que se haga
alto por negarse a embarcar, a marchar de noche, a pasar un río o hacer marcha forzada; y,3.-
Levantar voces para no hacer ejercicios, para no marchar u otro acto semejante.
 COMENTARIO
Estamos frente a la figura de motín. Al respecto, dice Ezaine Chávez que "el motín no ataca
directamente la estructura de los poderes constituidos por mandato de la constitución; su
acción quiebra el orden institucional cuando deforma los canales de petición, negando el
sistema representativo u oponiéndose a la puesta en ejecución de las leyes o resoluciones
sancionadas, conforme a ley y sus reglamentos".
"En el motín agrega el mismo Ezaine – la acción se traduce en una conducta que por un lado
supone atribuirse los derechos del pueblo y, por otro, peticionar a nombre de este. Lo punible
en esa conducta compuesta no es la petición ni la invocación a la representación del pueblo,
sino la naturalezade la solicitud que reviste cierto grado de imposición."
Impecable descripción del delito de motín. La petición que los amotinados formulan a la
autoridad – obsérvese bien – puede tener un contenido lícito. Entonces, la ilicitud radica en el
procedimiento utilizado para formularla. No se produce el ejercicio regular del derecho de
petición, del que por norma constitucional disponemos todos, sino de una acción tumultuaria y
compulsiva orientada a arrancar a la autoridad un acto u omisión propios de sus funciones.
El motín supone ejercicio de violencia, sobre las personas o las cosas. Supone, además, que los
autores de la infracción se atribuyan la representación del pueblo para el efecto de hacer una
exigencia a nombre de este y dirigida a la autoridad.[20]
 TIPICIDAD OBJETIVA
La ilicitud radica en el procedimiento utilizado para formular la petición de los amotinados a la
autoridad, para definir esta conducta se ha hecho de un verbo rector.
 Tumultuar:No puede precisar el número, que en todo caso ha de tener capacidad para
conseguir la finalidad que persigue.
 BIEN JURIDICO PROTEGIDO
Esla vigencia del orden constitucional y el ejercicio pleno de las atribuciones que la
Constitución y las leyes de la republica otorgan a los órganos superiores del poder estatal,
mejor conocidos lenguaje jurídico y común como los poderes del estado.[21]
 SUJETO ACTIVO
Del delito necesariamente ha de ser un grupo de personas-aunque responda a título individual.
Pues así se desprende de la referencia que el texto hace a "tumultuariamente". No puede
precisar el número, que en todo caso ha de tener capacidad para conseguir la finalidad que
persigue.
 SUJETO PASIVO
El sujeto pasivo obviamente tiene que ser una autoridad aunque la doctrina no lo específica el
tipo de autoridad.
 JURISPRUDENCIA
Para el delito de motín se requiere que los sujetos activos hayan actuado de forma tumultuaria,
empleando violencia contra las personas o fuerza en las cosas y atribuyéndose derechos del
pueblo, peticiona y exige a nombre de este la ejecución de un acto propio de sus funciones.[22]
TEMA 04

Conspiración
 TIPO PENAL (art. 349)
El que toma parte en una conspiración de dos o más personas para cometer delitos de rebelión,
sedición o motín, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de la mitad del
máximo de la señalada para el delito que se trataba de perpetrar.
Concordancias
Con la constitución política del Perú en su artículo 38º Deberes para con la patria: Todos
los peruanos tienen el deber de honrar al Perú y de proteger los intereses nacionales, así como
de respetar, cumplir y defender la Constitución y el ordenamiento jurídico de la
Nación.Artículo 45ºpoder del estado: el poder del Estado emana del pueblo. Quienes lo
ejercen lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes
establecen. Ninguna persona, organización, fuerza Armada, Policía Nacional o sector de la
población puede arrogarse el ejercicio de ese poder. Hacerlo constituye rebelión o
sedición. Art. 46º Gobierno de Facto: nadie debe obediencia a un gobierno usurpador, ni a
quienes asumen funciones públicas en violación de la constitución y las leyes. La población civil
tiene el derecho de insurgencia de defensa del orden constitucional, son nulos los actos de
quienes usurpan funciones públicas. Art.169º Organismos Subordinados: las Fuerzas
Armadas y la policía Nacional no son deliberantes. Están subordinadas al poder constitucional.
En el código Penal en su artículo 23º Autoría, autoría mediata y coautoría: El que
realiza por sí o por medio de otro el hecho punible y los que lo cometan conjuntamente serán
reprimidos con la pena establecida para esta infracción.Art. 24ºInstigación: El que,
dolosamente, determina a otro a cometer el hecho punible será reprimido con la pena que
corresponde al autor.Art. 25ºComplicidad primaria y complicidad secundaria: El que,
dolosamente, preste auxilio para la realización del hecho punible, sin el cual no se hubiere
perpetrado, será reprimido con la pena prevista para el autor.Art. 26ºIncomunicabilidad
en las circunstancias de participación: Las circunstancias y cualidades que afecten la
responsabilidad de algunos de los autores y partícipes no modifican las de los otros autores o
partícipes del mismo hecho punible. Y así mismo lo que refiere en los artículos 346º a 348º.
5.1 COMENTARIO
La norma incrimina la conspiración para cometer los delitos de rebelión, sedición o motín. Por
conspiración debemos entender las tratativas y el acuerdo celebrado por dos o más personas
con el propósito específico de llevar adelante una rebelión, una sedición o un motín.
Obviamente, la conspiración supone pluralidad de personas y una intención concreta y
perfectamente definida.[23]
La conspiración es delito autónomo, que se completa y perfecciona por sí mismo. Desbaratada
que sea una conspiración por parte de la autoridad, no puede hablarse de rebelión, sedición o
motín frustrados. En otras palabras, la conspiración no forma parte del "iter criminis" de la
rebelión, la sedición o el motín. Tiene su propio y autónomo desarrollo.[24]
 BIEN JURIDICO PROTEGIDO
El bien jurídico protegido son los Poderes del Estado y el orden Constitucional.
 SUJETO ACTIVO
Del comentario se puede rescatar que el sujeto activo de la conspiración supone pluralidad de
personas y una intención concreta y perfectamente definida.
 SUJETO PASIVO
El sujeto pasivo en este delito tendríamos que ver las tratativas y el acuerdo celebrado por dos o
más personas con el propósito específico de llevar adelante una rebelión, sedición o motín. En
el primer caso entendemos que el sujeto pasivo es el Jefe del estado legalmente
constituido que se pretende derrocar.En el segundo caso el sujeto pasivo nada más
pueden serlo las autoridades, corporaciones oficiales o funcionarios públicos.En
el tercer caso el sujeto pasivo es una autoridad.
TEMA 05

Seducción, usurpación y retención ilegal de mando


 TIPO PENAL (art. 350)
El que seduce a tropas, usurpa el mando de las mismas, el mando de un buque o aeronave de
guerra o de una plaza fuerte o puesto de guardia, o retiene ilegalmente un mando político o
militar con el fin de cometer rebelión, sedición o motín, será reprimido con pena privativa de
libertad no mayor a los dos tercios del máximo de la señalada para el delito que se trataba de
perpetrar.
Concordancias
Con la constitución política del Perú en su artículo 38º Deberes para con la patria: Todos
los peruanos tienen el deber de honrar al Perú y de proteger los intereses nacionales, así como
de respetar, cumplir y defender la Constitución y el ordenamiento jurídico de la Nación.
Artículo 45ºpoder del estado: el poder del Estado emana del pueblo. Quienes lo ejercen lo
hacen con las limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes establecen.
Ninguna persona, organización, fuerza Armada, Policía Nacional o sector de la población puede
arrogarse el ejercicio de ese poder. Hacerlo constituye rebelión o sedición.
Art. 46º Gobierno de Facto: nadie debe obediencia a un gobierno usurpador, ni a quienes
asumen funciones públicas en violación de la constitución y las leyes. La población civil tiene el
derecho de insurgencia de defensa del orden constitucional, son nulos los actos de quienes
usurpan funciones públicas.
Art. 168º Organización y funciones de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional: Las
leyes y los reglamentos respectivos determinan la organización, las funciones, las
especialidades, la preparación y el empleo; y norman la disciplina de las Fuerzas Armadas y de
la Policía Nacional.
Art.169º Organismos Subordinados: las Fuerzas Armadas y la policía Nacional no son
deliberantes. Están subordinadas al poder constitucional. Y seguidos en el Código Penal en los
artículos 346º a 348º.
 COMENTARIO
Hay una semejanza entre este delito y el reprimido por el artículo anterior, en cuanto uno y
otro constituyen conductas que pueden describirse como preparatorias de los delitos de
rebelión, sedición o motín. Hay también una clara diferencia, en cuanto la conspiración
requiere, como tenemos explicado, de la participación de dos o más personas, en tanto que este
delito puede ser cometido por una sola persona.
El articulo utiliza el verbo seducir. La seducción ha de entenderse, en este caso, como la
actividad dirigida a convencer a un cuerpo militar para que participe en la comisión del delito
que se propone el agente, rebelión, sedición o motín. La seducción es una actividad persuasiva.
Otro medio para la persuasión del delito es la usurpación del mando de tropas, de un buque, de
una plaza fuerte o de un puesto de guardia. La usurpación, por el contrario, supone ejercicio del
engaño o de la fuerza. Es una acción concreta a través de la cual el agente de la infracción
asume un mando militar que no le corresponde. El sujeto activo de la infracción puede ser
militar o civil. En el primer caso, le sería aplicable la legislación penal militar. En el segundo, la
ley penal común.
Ese gesto de audacia temeraria que protagoniza "un puñado de pierolistas" al decir de Enrique
Chirinos Soto – el 6 de mayo de 1877 al apoderarse del monitor Huáscar para colocarlo poco
después bajo el comando del Califa, seria nuestro mejor ejemplo histórico de un acto de
usurpación de mando de uno buque para los efectos ulteriores de una rebelión. Por cierto que
las posteriores hazañas de Piérola en el Huáscar – especialmente su gallardo enfrentamiento
con dos naves británicas de guerra – nos permiten disimular la rebeldía contra el orden
constitucional y apreciar la virilidad y el coraje del más ilustre de los presidentes del Perú.
El delito que estudiamos es, asimismo, autónomo y se completa aunque no se haya producido o
iniciado la comisión de alguno de los delitos que se pretendía ejecutar. Difiere también de la
conspiración en que esta consiste únicamente en un acuerdo que concreta nada más que una
intención, mientras que en aquel hay acciones externas y visibles que, en sí mismas, son
ilegales, como la usurpación de un mando militar o de un buque o aeronave.[25]
 TIPICIDAD OBJETIVA
La figura delictiva de Seducción, Usurpación y Retención ilegal de mando, y para definir esta
conducta se ha hecho de un verbo rector.
 Seducir: la seducción ha de entenderse, en este caso, como la actividad dirigida a
convencer a un cuerpo militar para que participe en la comisión del delito que se propone el
agente, rebelión, sedición o motín. La seducción es una actividad persuasiva.
 SUJETO ACTIVO
El sujeto activo de la infracción puede ser militar o civil. En el primer caso, le sería aplicable la
legislación penal militar. En el segundo, la ley penal común. En este delito puede ser cometido
por una sola persona.
 SUJETO PASIVO
Como bien se sabe, que el sujeto pasivo es el sufre la lesión del bien jurídico protegido, en este
caso son los poderes del estado y el orden constitucional y por consiguiente el jefe de estado así
como las demás autoridades.
 . TENTATIVA
Este delito es autónomo y se completa aunque no se haya producido o iniciado la comisión de
alguno de los delitos que se pretendía ejecutar.

Conclusiones
Después de haber hecho un desarrollo de los temas principales que son los delitos de Rebelión,
Sedición y Motín, llegamos a las siguientes conclusiones:
 Hemos visto que la rebelión es un acto de fuerza, dirigido contra un gobierno legítimo.
Continuando en el examen de la figura, diremos que su objetivo ha de ser la sustitución del
gobernante o gobernantes legítimos, y la supresión o modificación del régimen
constitucional.
 Francisco Muños Conde, señala que el delito de sedición es una rebelión en pequeño,
mientras que Puig Peña (III, p. 113 y s.) ve las siguientes diferencias entre los principales
delitos:
 La rebelión es un alzamiento contra el gobierno.
 La sedición es un alzamiento contra la autoridad.
 La rebelión es un alzamiento preparado y organizado.
 La sedición es más espontanea.
 La rebelión afecta a grandes zonas del territorio nacional.
 La sedición está más localizada.
 La rebelión tiene por objeto alteraciones políticas más hondas, destaca además la pluralidad
de los sujetos activos en número considerable.
 Pero debe advertirse que cada uno de estos delitos tiene una tipicidad y finalidad propias,
debiendo estimarse solo la rebelión, por ser más grave, cuando ambas coincidan. Lo que
emparenta a los delitos de rebelión y sedición es, como indica QUINTANO (comentarios, p.
556), la condición formal de colectividad y hostilidad. Por lo demás pueden darse por
reproducidas las consideraciones hechas sobre la rebelión, debiéndose tener en cuenta que
aquí es más factible la posibilidad de que los sediciosos consigan alguno de sus fines y que
algunos casos puede apreciarse alguna causa de justificación (Fuenteovejuna).
 En el delito de Motín, la ilicitud radica en el procedimiento utilizado para formular la
petición, lo hacen con una acción tumultuaria y compulsiva orientada a arrancar a la
autoridad un acto u omisión propios de sus funciones.
 En el delito de conspiración, la norma incrimina la conspiración para cometer los delitos de
rebelión, sedición o motín, por conspiración debemos entender las tratativas y el acuerdo
celebrado por dos o más personas con el propósito específico de llevar adelante una
rebelión, sedición o motín, obviamente la conspiración supone una pluralidad de personas y
una finalidad concreta y perfectamente definida.
 En el delito de seducción, usurpación y retención ilegal de mando, en tanto que este delito
puede ser cometido por una sola personal.

Bibliografía
BRAMONT ARIAS, Luis A: Código Penal Anotado, 1ª Edición. Editorial San Marcos, Lima-
Perú 1995.
CABANELLAS GUILLERMO: Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Tomo VIII 15ª
Edición R.S. Editorial Heliasta – Buenos Aires – Argentina.
CHIRINOS SOTO, Francisco: Código Penal Comentado – Concordado – Anotado – Sumillado,
3ª Edición. Editorial RODHAS. S.A.C. lima-Perú 2006.
MUÑOS CONDE, Francisco: Derecho Penal Parte Especial. 9ª Edición. Editorial Tirant la
Blanch. Valencia 1993.
SERRANO GOMEZ, Alfonso: Derecho Penal Parte Especial. 2ª Edición. Editorial
DYKINSON. Madrid 1997.
AGRADECIMIENTO
El presente trabajo no hubiera sido posible, sino por la colaboración, ayuda, apoyo, del señor
Wilberto López Icomena, quien facilito para la impresión de este trabajo de investigación, por
considerar que es de suma importancia para los alumnos de la facultad de Derecho
y Ciencias Políticas.

Magnicidios en Perú
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Magnicidios en Perú es una lista abierta de asesinatos o de muertes sospechosas-
generalmente- de personas con poder político o económico y hasta mediático. En el Perú se
han dado bastantes casos de asesinato a personas muy importantes
como presidentes, congresistas, juristas o grandes empresarios o periodistas desde los inicios
de la historia peruana, registrada a través de la palabra escrita...hasta la fecha actual.

Índice

 1Lista de magnicidios
o 1.1Época prerrepublicana
o 1.2Época republicana
 2Casos concomitantes
 3Polémicas
 4Bibliografía
 5Referencias
 6Enlaces externos

Lista de magnicidios[editar]
Época prerrepublicana[editar]

 Huáscar: fue mandado ejecutar por su medio hermano Atahualpa, en Andamarca, por
temor de que entrase en alianza con los españoles, recién llegados al país.
 Atahualpa: fue eliminado por orden de Francisco Pizarro, no obstante de haber cumplido
con llenar un cuarto de oro y dos de plata por la nugatoria de su libertad personal.
 Diego de Almagro: fue victimado por Hernando Pizarro después de perder la batalla de
Salinas, durante las llamadas "guerras civiles".
 Francisco Pizarro: cayó ante la estocada de los almagristas en su palacete de Lima, en la
disputa del poder en la etapa de la conquista española. Murió junto a Francisco de Chaves
y Martín de Alcántara.
 Gonzalo Pizarro: fue mandado ejecutar por La Gasca, después de ser derrotado en la
batalla de Jaquijahuana.
 Tupac Amaru I: fue prendido y se le aplicó la pena de muerte en la época de Toledo.
 Túpac Amaru II: ejecutado en la plaza del Cusco, él se había levantado contra la
dominación española. No contó con ayuda de criollos.
Época republicana[editar]

 Bernardo Monteagudo, victimado por algún sicario para echarle la culpa a Bolívar. Fecha
antes Monteagudo presionó para la ejecución de los hermanos Carrera en Cuyo.
 José Balta: fue asesinado siendo Presidente en ejercicio por los hermanos Gutiérrez y
estos pagaron con sus vidas ante la poblada enfurecida.
 Tomás Gutiérrez: fue asesinado cuando ejercía la presidencia de facto de la República,
justamente el asesinato de Balta es lo que provocó una contrarrevolución que acabó con
la muerte de él y dos de sus tres hermanos.
 Mariano Herencia Zevallos: fue asesinado siendo traslado a su prisión en la frontera con
Brasil, fue presidente de de iure por el asesinato de Balta y otorgó el mando a Pardo, el
gobierno de éste lo acuso de conspirar con los Gutiérrez y por tal razón fue mandado a
una prisión de la frontera, a la cual no llegaría porque sería asesinado en el camino.
 Manuel Pardo: fue asesinado, siendo senador y expresidente de la República,
supuestamente por un reclamo atendible y de poca monta, en una conjura del sargento
Huapaya.
 Luis Miguel Sánchez Cerro: fue asesinado por el aprista Abelardo Leiva, en el hipódromo
Santa Beatriz, en el segundo atentado a su vida, justo cuando revistaba tropas ante una
inminente guerra con Colombia. Lo acompañaba Matías Manzanilla, presidente del
Senado.
 El general Antonio Rodríguez, ministro de Gobierno de Oscar R. Benavides, se sublevó
contra este. Rodríguez fue muerto en Palacio de gobierno, después de que los leales de
Benavides sofocaran el alzamiento, el 2 de febrero de 1939.
 En Trujillo habrían asesinado, supuestamente miembros de la fuerza de choque del Apra,
al comandanta Remigio Morales Bermúdez, el 20 de noviembre de 1939.

Casos concomitantes[editar]
 Asesinato de Antonio Miró Quesada de la Guerra, director del diario "El Comercio" y a su
esposa; se le culpó con razón a un militante fanático de Apra, Carlos Steer Lafont.El
crimen ocurrió el 15 de marzo de 1935.1 El Comercio y Apra han mantenido odio mutuo
desde la insurgencia de Sánchez Cerro en agosto de 1930.
 Muerte de Francisco Graña Garland,2 director de "La Prensa", a manos del diputado Tello
Salavarría. Lo victimaron cerca al laboratorio Sanitas en Breña, Lima.
 Muerte del subprefecto de Pasco, Tovar en 1948. Como parte de una campaña de
amedrentamiento, en la época de terror que impuso el Apra ante la resistencia de los
plutócratas.
Estos asesinatos perpetrados por militantes apristas, miembros de la guardia dorada y
dirigidos por Idiáquez, estimuló el levantamiento de Manuel Arturo Odría en Arequipa, en
octubre de 1948, para defenestrar a Luis Bustamante y Rivero.

 Asesinato de Luis Banchero Rossi, exitoso empresario pesquero.


 Muerte del vocal Giusti en la recaptura de la Embajada japonesa
 Muertes de vocales superiores, avocados en casos de juicio de narcotráfico.

Polémicas[editar]
El ex presidente de Ecuador Rafael Correa dio a entender que el suicidio del ex
presidente Alan García fue un magnicidio cuando expresó que «Si Alan García fue perseguido
injustamente, su suicidio es en realidad un asesinato. ¡Ya basta de tanto abuso! Que su
sacrificio sirva para entender que la lucha política tiene límites. Que no se puede jugar con
honra y libertad de las personas. Un abrazo solidario a su familia».3

Del latín magnus, grande, y caedere, matar, magnicidio es el asesinato de una persona
importante por su poder, rango o prestigio sociales. Asesinar es, desde la perspectiva del
Derecho Penal, matar a un ser humano premeditada, violenta y alevosamente. En eso se
diferencia del homicidio (contracción de las palabras latinas hominis y caedes), que es la muerte
de una persona por una acción u omisión no premeditada. El asesinato obedece a una
planificación y no es obra fortuita ni casual, como el homicidio. De ahí que las leyes penales
consideran que el asesinato es un homicidio calificado por la concurrencia de circunstancias
agravantes del acto delictivo.

Las motivaciones y los fines del magnicidio son generalmente políticos, en el sentido
amplio de la palabra. El magnicidio es un hecho político, que por lo general obedece a un
<complot y que persigue cambiar el orden público o modificar el curso de la historia. Como dice
con cierto cinismo un prologuista de Maquiavelo, el magnicidio “es la voluntad política de
cambiar el curso de la historia con economía de medios”. O sea con ahorro de los esfuerzos que
requeriría la acción facciosa o la revolucionaria.

En el magnicidio hay una trama clandestina que busca el asesinato de la víctima y


también la exclusión del juzgamiento y condena del hechor.

El tiranicidio y el regicidio son especies de magnicidio: en el primer caso, es el


magnicidio de un autócrata y, en el segundo, de un monarca, de su mujer, del príncipe
heredero o del regente de la corona. De modo que, atendiendo a las diferentes extensión y
comprensión de las palabras, todo tiranicidio y regicidio son magnicidio, pero no todo
magnicidio es tiranicidio o regicidio.

Aunque el hecho es muy antiguo —está presente, desde los tiempos de Adán, en la
leyenda católica— y la historia está llena de asesinatos de gobernantes, líderes políticos y
personas de poder y de prestigio social, el concepto de magnicidio se usó por primera vez en
el año 1090 d. C. cuando Hasan Sabbah fundó en Siria la fraternidad islámica de los asesinos. El
recorrido histórico del magnicidio es inmemorial. Murieron asesinados célebres personajes de
la historia: el emperador romano Julio César a manos de Marco Junio Bruto, Décimo Bruto y
Cayo Casio Longino en el Senado Romano el año 44 antes de la era cristiana; el líder indio
quiteño Atahualpa en 1533, por obra de los conquistadores españoles; el cacique incaico
peruano Túpac Amaru en 1781; el mariscal venezolano y prócer de la independencia de
Hispanoamérica, Antonio José de Sucre, en 1830; el presidente de Estados Unidos Abraham
Lincoln en 1865; el militar y político español Juan Prim y Prats en 1870; el líder conservador
ecuatoriano Gabriel García Moreno en 1875; el político e historiador español Antonio Cánovas
del Castillo en 1897; el líder revolucionario liberal ecuatoriano Eloy Alfaro en 1912; el líder
liberal español José Canalejas y Méndez en el mismo año; el presidente Francisco I. Madero
de México en 1913; el líder socialista francés Jean Jaurès en 1914; el archiduque austriaco
Francisco Fernando de Habsburgo, sobrino y sucesor de Francisco José I, emperador de
Austria-Hungría, en 1914 —magnicidio que encendió la hoguera de la Primera Guerra
Mundial—; el zar Nicolás II de Rusia en 1918; el político conservador español Eduardo Dato
en 1921; el guerrillero mexicano Pancho Villa en 1923; el presidente mexicano Álvaro Obregón
en 1928; el líder marxista ruso León Trotsky en 1940; el caudillo liberal colombiano Jorge
Eliécer Gaitán en 1948; el líder de la resistencia pacífica de la India, Mahatma Gandhi, en
1948; el presidente de Panamá José Antonio Remón en 1955; el dictador nicaragüense
Anastasio Somoza en 1956; el generalísimo Rafael Leónidas Trujillo de la República
Dominicana en 1961; el presidente John F. Kennedy de Estados Unidos de América en 1963;
el líder norteamericano de los derechos civiles Martin Luther King en 1968; el jefe militar
argentino general Pedro Eugenio Aramburu en 1970; el jefe del gobierno franquista español
Luis Carrero Blanco en 1973; el antiguo virrey de la India y héroe naval de la Segunda Guerra
Mundial, Lord Louis Mountbatten, en 1979; el presidente egipcio Anwar El Sadat en 1981; la
primera ministra Indira Gandhi de la India en 1984, lo mismo que su hijo Rajiv Gandhi en 1991;
el expresidente del gobierno sueco Olof Palme en 1986; el candidato presidencial del Partido
Revolucionario Institucional (PRI) de México Luis Donaldo Colosio en 1994; el primer ministro
israelí y premio Nobel de la Paz Isaac Rabin en 1995; el rey Birendra Bir Bikram Shah Deva y
la reina Aiswarya de Nepal en el 2001; el presidente Ahmad Kadyrov de la provincia autónoma
de Chechenia, al sur de Rusia, en 2004; el presidente del Consejo Gobernante Iraquí, Izzedine
Salim, en mayo del 2004.

Uno de los magnicidios que alcanzó mayor espectacularidad, por el significado que
tuvo para la historia de España y por la técnica de su ejecución, fue el del presidente del
gobierno franquista, almirante Luis Carrero Blanco, el 20 de diciembre de 1973 en Madrid.
Fue, sin duda, el atentado más importante perpetrado por ETA. Ocurrió a las 09:23 horas de la
mañana en la calle de Claudio Coello de Madrid. Como todos los días, dentro de su rutina
religiosa, el jefe del gobierno había ido a misa en la iglesia de San Francisco de Borja de los
jesuitas. Al salir de ella y tomar por la calle de Coello para dirigirse a su oficina, tres cargas
de goma-2, de 25 kilos cada una, colocadas en un túnel bajo el pavimento y activadas a control
remoto, explosionaron y lanzaron el automóvil Dodge Dart 3700 del presidente a la terraza del
convento de los jesuitas, a siete pisos de altura.

Esta fue la operación ogro planificada y ejecutada con toda prolijidad por el comando
Txikia de la ETA, que puso fin a la vida del presunto sucesor de Franco, cuya misión era
prolongar el franquismo después de los días del generalísimo.

En ese lugar hay hoy una placa de mármol colocada por el franquismo que dice: “Aquí
rindió su último servicio a la Patria con el sacrificio de su vida el Almirante Luis Carrero Blanco,
Presidente del Gobierno Español. El pueblo de Madrid dedica esta lápida para honrar su muerte
heroica y perpetuar su memoria. 20 de diciembre de 1974”.

La desaparición de Carrero Blanco no sólo aceleró el final del franquismo sino que
desarticuló los planes de continuidad. El postfranquismo quedó abatido. Franco murió poco
tiempo después —el 20 de noviembre de 1975— y el proceso de transición democrática
impulsado desde la oposición y desde el gobierno, aunque sin responder a una programación
previa, se puso en marcha por la acción de varios protagonistas importantes: Adolfo Suárez,
Juan Carlos I de Borbón, Felipe González, Santiago Carrillo y los partidos de la oposición.

A D V E R T I S E M E N T

Uno de los documentos desclasificados por la Central Intelligence Agency (CIA) el 26 de


junio del 2007 y colocados en su sitio web de internet —que contienen lo que ella
denominó “family jewels” report, en irónica referencia a los delitos y fechorías cometidos en
varios lugares del mundo entre 1953 y 1973— reveló que la Agencia Central de Inteligencia
intentó en 1960 utilizar a Johnny Roselli, miembro de la mafia, conectado con los casinos de
Las Vegas y La Habana, para asesinar a Fidel Castro. El atentado se planeó de modo de no
implicar a la CIA en la operación. Se dejó en claro, cuando se lo propuso al capo de la mafia,
que “el gobierno de EE. UU. no estaba ni debería estar al tanto de la operación”. La idea era atribuir
el asesinato a los empresarios de los juegos de azar que, por la proscripción de los casinos en
Cuba, estaban sufriendo ingentes pérdidas económicas. La recompensa eran 150 mil dólares.
Sin embargo, Roselli no quiso implicarse en el asunto y sugirió los nombres de Sam Gold —
que era el sobrenombre del mafioso de Chicago Sam Giancana— y de Santos Trafficante, un
gánster de Tampa, quienes propusieron poner en la comida o bebida del jefe cubano
una “píldora potente”. Se elaboraron entonces seis de esas píldoras con un alto contenido
letal, que Gold las puso en manos de Juan Orta, funcionario cubano vinculado al negocio de
las apuestas que supuestamente “tenía acceso a Castro”. A lo largo de varios meses hubo
intentos fallidos de envenenar al líder cubano y finalmente, después del episodio de Bahía de
Cochinos en 1961, se abandonó la operación y la CIA recobró las seis píldoras. En 1971 el
reportero del "Washington Post", Jack Anderson, había publicado aquellos intentos de
asesinato, que fueron confirmados por la CIA en junio del 2007 con su sorprendente
desclasificación de 702 páginas de sus archivos secretos que contenían su “ropa sucia” —
dirty laundry— abiertas a la luz pública.

El magnicidio ha sido, pues, un arma política en diversas épocas y lugares. Para abatir
un gobierno, para producir un cambio del orden social, para desmantelar un partido político,
para impedir el triunfo de una idea se ha acudido a la eliminación violenta de sus cabezas más
representativas. En unos casos esas acciones violentas han estado rodeadas de legitimidad,
pues eran la única forma de liberar a los pueblos de sus verdugos. En otros, han sido acciones
condenables que se han consumado en nombre del fanatismo político o religioso.

http://portalperu.pe/columnistas/5-samuel-lizana/33-el-magnicidio-que-conmociono-al-peru

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