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Negocios y Relaciones Internacionales
El pez muere por su boca. A mí no me mataron de joven y no quiero que me maten de viejo.
Alfredo Molano a través de su libro “Ahí les dejo esos fierros” comparte el enfoque de
múltiples causas que han desencadenado el conflicto colombiano, principalmente
aspectos políticos, socioeconómicos y culturales, que a lo largo de las diferentes
historias se ven reflejados, dos de estas causas son latentes, lo político que se basa
en la exclusión económica que ha generado rechazo de la sociedad y por ende la
creación de movimientos populares que se convirtieron en criminales, en segundo
lugar lo socioeconómico que a través del agro principal fuente de ingresos para el
colombiano campesino, sus beneficios han sido controlados en gran parte por los
grupos que manejan su comercialización. Como lo menciona el libro priman los
intereses de terratenientes y más delante de los grupos armados que frenan la
democratización económica y política de las regiones periféricas donde el Estado es
débil.
Por medio de seis diferentes historias en las cuales se evidencia la forma en que cada
uno de los personajes se ve involucrado en la violencia colombiana y como debe
hacerle frente o huir de la situación, evidenciando la cotidianidad del colombiano que
buscando una salida a sus problemas a veces toma la decisión errónea, enlistándose
a los grupos armados, ELN, FARC igualmente la influencia que un individuo puede
ejercer sobre otro como se ve en la primera historia “a lo bien” cuando Tatiana decide
entrar a los grupos armados porque su hermana esta en esa misma vida, es la novia
de uno de los comandantes y su vida es bastante buena, se puede evidenciar la
carencia del gobierno que no puede controlar estos grupos y del mismo modo el miedo
al que es sometida la sociedad civil para que no los maten, en este caso el campesino,
el obrero y el que vive en zona rural es el mayor perjudicado ya que el estado no es
tan fuerte como en la ciudad, del mismo modo la mayoría de los habitantes de las
ciudades olvidan la participación y la labor del campesino promedio, que cuida,
siembra y cosecha buscando dar alimento a su familia como cualquier ser humano.
En conclusión, durante las últimas décadas Colombia ha vivido una guerra civil larga,
compleja, discontinua. La guerra se ha mantenido y el Estado es débil frente a esta
situación debido a la ineficiencia de varios gobiernos para identificar y actuar en esta
problemática, también se observa como el sistema político no ha logrado representar
los reclamos por una vida digna de todo colombiano sobre todo de los campesinos o
habitantes de zona rural que son los mayores afectados. Las instituciones todavía no
han alcanzado una imparcialidad frente a los distintos actores involucrados en el
conflicto, Colombia presenta una alta corrupción lo que genera una desconfianza frente
a los gobernantes lo cual dificulta la confianza del ciudadano promedio que prefiere
tomar la justicia por sus manos. Finalmente, no existe una concordancia entre los
ideales políticos y las carencias a nivel regional generando respuestas contradictorias,
sobre todo en las instituciones estatales que, por su efecto se debilitan.