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Typification of Fires in Buildings in


Spain
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Pablo Boj-García & Juan Carlos


Rubio- Romero
 
 
 
 
 
 
 
 
Fire Technology
 
ISSN 0015-2684
 
Fire Technol
DOI 10.1007/s10694-013-0326-9

CARACTERIZACIÓN DEL INCENDIO EN LOS EDIFIDIOS ESPAÑOLES

TYPE OF FIRE IN BUILDINGS IN SPAIN

Pablo García-Boj
MSc. Criminilogy
Fire and Emergencies Services of Málaga
Málaga Council Hall (SPAIN)

Juan Carlos Rubio-Romero


Senior Lecturer
PhD. Industrial Engineer
School of Industrial Engineer
University of Málaga (SPAIN)

Palabras clave: incendios, estadística, causalidad


Keyword: fire, statistics, cause

 
 
 

ABSTRACT

Aunque en España la misión de recopilar los datos y elaborar estadísticas sobre


incendios recae desde 1985 en la Dirección de General de Protección Civil (DGPC)
del Gobierno de España, no se han publicado informes consistentes al respecto hasta
el momento. Si existen dos estudios en este campo, pero estos no emplearon una
metodología que permitiera integrar la heterogénea información aportada por los
Cuerpos de Bomberos que colaboraron. Esta información no partía del uso de
metodologías estandarizadas entre sí para la investigación. La información utilizada
era además muy básica, centrándose en el siniestro, el uso de la edificación, e
información sobre las víctimas. En este contexto, y basándose en las metodologías
seguidas por EE.UU y UK al respecto, se creó el proyecto de Unidad de Investigación
de Incendios del Cuerpo de Bomberos de Málaga, sexta provincia española en
número de habitantes, que con el objetivo de crear una metodología propia y también
de analizar los incendios en España de una manera rigurosa por primera vez,
desarrolló esta investigación durante el año 2007. Se diseñó a partir de ambas
metodologías y la normativa española, un cuestionario con 110 variables ordenadas
en 6 módulos. Descartados diferentes avisos finalmente fueron investigados 96
incendios de los 154 avisos recibidos en el año 2007. De los resultados obtenidos
destacan la necesidad de: generalizar la instalación de extintores en las viviendas;
educar a la población en general en el uso de extintores, promover el uso de
detectores en las viviendas; apoyar la inspección y control de las instalaciones
eléctricas antiguas y el control de la puesta en funcionamiento de las nuevas,
generalizar la implantación de planes de emergencia y evacuación; e innovar en
sistemas y materiales de los armarios donde se mantienen los extintores portátiles.

INTRODUCTION

En España la misión de recopilar los datos y elaborar estadísticas sobre incendios


recae desde 1985 en la Dirección de General de Protección Civil (en adelante DGPC).
En ese año se estableció una metodología basada en la recogida de datos por los
diferentes Servicios de Bomberos a través de los Partes Unificados de Actuación
definidos en la citada normativa. Así pues, a pesar de que el sistema para esta toma
de datos aparece activo dentro del Inventario Nacional de Operaciones Estadísticas
que le asigna periodicidad anual tanto a la recogida de datos como a la publicación de
resultados no hay disponible ningún informe al respecto.

El proyecto ESA6, liderado por la DGPC en colaboración con la Universidad Carlos III,
tenía el objetivo de ser el relevo en este intento y poner en marcha un sistema de
información al respecto, pero el sistema tampoco llegó a implantarse.

Actualmente no existe ningún procedimiento para la recogida y elaboración de


informes oficiales. Sin embargo, existen dos estudios realizados en España sobre
víctimas de incendios. El primero estudia las víctimas de incendios en el año 2007
fruto de una beca de investigación de la Fundación MAPFRE. El segundo, publicado
en 2010, es el resultado de un convenio de colaboración entre la Asociación de
Profesionales Técnicos de Bomberos (en adelante APTB) y la Fundación MAPFRE.

Los autores de ambos estudios afrontan la dificultad de recabar datos de multitud de


Servicios de Bomberos, 145 en el estudio más reciente. El principal obstáculo es que
los datos se han recogido sin una criterio previo, empleando por tanto distintas
metodologías en cada lugar y partiendo de conceptos no definidos homogéneamente.

 
 
 
Por ejemplo las condiciones que deben concurrir para tipificar un incidente como
incendio no responden a una misma definición. Es llamativo que en el informe del
segundo estudio, en Cataluña se contabilizan 488 lesionados en 22.217 incendios,
mientras que en Andalucía se contabilizan 16.423 y solamente 95 lesionados. En este
último informe publicado llegan a incluirse las causas en un 60% de los casos
estudiados, aunque los datos utilizados resultan muy básicos, centrándose en los
referentes al tipo de siniestro, al uso de la edificación, y a información sobre la víctima.
Es preciso puntualizar que, aunque son los Servicios de Bomberos los que han
aportado el grueso de estos datos, carecen de departamentos de investigación de
incendios especializados en esta tarea.

A diferencia de España, países como EE.UU o UK disponen de modelos consolidados


para la investigación de incendios. En EE.UU. comenzó a funcionar en 1976 un
protocolo piloto en seis estados que actualmente implica a los 50 estados de la unión.
El sistema recoge datos de aproximadamente 600.000 incendios al año de más de
15.000 cuerpos de bomberos que participan de manera voluntaria y que suponen
aproximadamente el 44% del total. La relevancia de este sistema no recae sin
embargo en el tamaño de la muestra, sino en la fiabilidad de los datos obtenidos en
base a una metodología sólida fundamentada en tres aspectos: 1) por un lado en la
unificación de conceptos mediante una extensa guía, 2) La amplitud de los datos
recogidos de cada incidente basados en un formulario, el modelo NFIRS, con doce
módulos temáticos, y 3) la especialización de los que investigan los incendios, ya que
los datos son recogidos por personal formado en investigación de incendios entre los
que se encuentran los State Fire Marshal que abordan labores de investigación en 46
estados y los propios servicios de bomberos, de los cuales el 34% cuenta con
departamento de investigación propios.

En UK los cuerpos de bomberos recolectan los datos bajo los auspicios del
Communities and Local Government utilizando el formulario de recogida denominado
FDR. Este formulario que se introdujo en 1978, posteriormente en 1994 fue
actualizado dando lugar al FDR1 que ha generado datos de forma cuatrimestral e
informes anuales desde su inicio. Recientemente este sistema ha sido revisado
sustituyéndose por el “Incident Recording System”, apoyado por un software basado
en una plataforma web cuyo primer informe publicado responde al periodo 2010/2011.

Tanto en el sistema estadounidense como en el británico se recoge una gran cantidad


de datos referentes al incendio que ayudan a comprender bien en qué circunstancias
se desarrolló el incendio. Así, pueden analizarse las causas del incendio, los
combustibles implicados, los factores que ayudaron al desarrollo, la forma como fue
extinguido, como actuaron los afectados, las medidas de protección contra incendios
que existían y qué papel desempeñaron en el incidente, etc.

En este contexto de inexistencia de una metodología sistemática de análisis e


investigación de incendios en España, se planteó este trabajo de investigación que
aquí se presenta y que tenía dos objetivos: 1) crear una metodología similar a lo que
ya existe en EE.UU o UK adaptada al caso español, y 2) aportar información en una
primera descripción de la siniestralidad en España comparable con la publicada en
EE.UU y UK. Para ello se diseñó un cuestionario específico basado en los modelos
británico y norteamericano adaptados a la normativa vigente en nuestro ámbito de
actuación. El proyecto fue desarrollado durante el año 2007 durante el cual fueron
investigados todos los incendios comunicados al Cuerpo de Bomberos de Málaga por
un profesional formado en la materia específicamente para ello.

METODOLOGÍA

 
 
 
A partir de los formularioS FDR y NFIRS (sistemas británico y estadounidense) fue
desarrollado por el Real Cuerpo de Bomberos de Málaga un formulario propio,
previamente adaptado a la legislación española. Por su extensión no se incluye en
esta publicación.

El formulario recoge 110 variables ordenadas en 6 módulos, entre los que se


registraban datos identificativos del siniestro, datos descriptivos del inmueble, datos
relativos a las condiciones del siniestro y otros generales en cuanto al comportamiento
de los implicados sin considerar el comportamiento de los profesionales del Cuerpo de
Bomberos. Todos los datos fueron recogidos directamente en inspecciones in situ y en
entrevistas con los involucrados y otras fuentes como personal de los equipos de
emergencias, policía científica y otros. Para tratar la información fue diseñada una
base de datos ad hoc denominada RE.D.IN. (acrónimo de REcogida de Datos de
INcendios) para la tabulación y registro de los datos (figura 1).

Figura 1 - Software creado para el tratamiento de la información del proyecto de


investigación de incendios

El proceso de toma de datos fue desarrollado durante el año 2007, por la Unidad de
Investigación de Incendios creada en el Real Cuerpo de Bomberos de Málaga. La
provincia de Málaga contaba al finalizar 2007 con un total de 1.528.851 de un total de
45.283.259 habitantes de España, y se situaba como la sexta provincia en número de
habitantes. La ciudad, capital de la provincia de Málaga, contaba con 561.250
habitantes en 2007 [20]. Durante el periodo de estudio al Cuerpo de Bomberos
llegaron 154 avisos catalogados en primera instancia como incendios estructurales, de
los que 50 aglutinaron falsas alarmas o incendios en recintos sin ocupación. De los
104 restantes, en 11 casos no fue posible acceder a la escena con posterioridad al
siniestro por lo que no fueron investigados. Así pues, nuestra base de estudio está
constituida por 96 incendios ocurridos en edificios ocupados habitualmente.

Para el análisis, las causas de ignición de los incendios fueron clasificados conforme a
los criterios aplicados por la United States Fire Administration recogidos en el NFIRS
5.0. Complete Reference Guide en su edición de 2006, criterios que se mantienen en
la versión actualizada de 2012 [7].

1. Intentional  
2. Unintentional
3. Failure of equipment or heat source

 
 
 
4. Act of nature
5. Cause under investigation
U. Cause undertermined after investigation  

Los incendios también fueron clasificados conforme al uso principal del edificio
especificado en el Código Técnico de la Edificación en: administrativo, aparcamiento,
comercial, industrial, hospitalario, publica concurrencia, residencial público, residencial
vivienda.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los resultados se han organizado respecto a la tipología y el origen, el desarrollo, las


medidas de autoprotección, y el tipo de lesiones producidos por el incendio.

Etiología según enfoque preventivo, uso del edificio, fuente de ignición y


momento de inicio

TABLA 1. Etiología según uso y causa principal


Failure in Under
Intentional Unintentional equipament Natural investigation Unknow Total
Administrativo 3 3
Aparcamiento 1 1 2
Comercial 3 3 1 7
Hospitalario 1 1
Industrial 3 2 1 2 8
Publica
concurrencia 2 2 4
Residencial
público 1 1
Residencial
vivienda 6 51 11 1 1 70
Total general 6 63 20 1 3 3 96

Tabla 1 - Etiología según uso y causa principal

Atendiendo al uso del edificio puede observarse en la tabla 1 como el 72,9% de los
mismos, 70 de los 96 siniestros investigados, se produjeron en viviendas
residenciales. Le siguen los iniciados en actividades industriales y comerciales, con el
8,33% y el 7,29% de los casos respectivamente.

Incendios residenciales

Los incidentes ocurridos en estructuras destinadas a la ocupación permanente de


personas, denominados residencial público y residencial vivienda, que aglutina a las
viviendas, hoteles, residencias de estudiante, etc., incluye la mayor parte de los casos
estudiados, 71 de los 96, el 74% del total, como puede verse en la tabla 1.

Presentamos en la tabla 2 el estudio comparado de este subgrupo, residencial público


y vivienda, con los datos publicados para el mismo grupo referentes a EE.UU. del
mismo año. Se observan tendencias similares en las principales causas (cooking,
electrical malfuntion, careless...). Se observan importantes divergencias en los
resultados para incendios intencionados, y en los equipos de calefacción. Esta última
discrepancia, puede estar justificada por factores climatológicos, ya que la ciudad de
Málaga se encuentra en una zona de clima subtropical-mediterráneo con temperatura
media mínima anual de 13.1 ºC.

 
 
 
Tabla  2.  Comparative  Fire  Causes  in  Residential  Fires  (  percents  )  
RE.D.IN   NFIRS  
  Unknowns  
Reported   Reported  
Cause   Apportioned**    
Intentional   8.45   4.10   5.1  
Playing  with  Heat  Source   4.23   0.70   0.8  
Smoking   5.63   1.90   2.4  
Heating   2.82   11.10   13.6  
Cooking   45.07   32.90   40.3  
Electrical  Malfunction   9.86   6.60   8.0  
Appliances   9.86   2.10   2.6  
Open  Flame   7,04   4.50   5.6  
Other  Heat   *   3.50   4.2  
OtherEquipment   *   0.90   1.2  
Natural   *   1.50   1.9  
Exposure   *   2.20   2.7  
EquipmentMisoperation,Failure   *   3.20   4.0  
Other  Unintentional,  Careless   4.23   5.60   6.8  
Investigation  with  Arson  
Module   1.41   0.80   1.0  
Unknown   1.41   18.40   0.0  

*Las casillas en blanco indica que no se registró ningún incidente en esta


categoría.
**Reparto elaborado por la USFA de los unknowns basado en estimaciones
sobre los incendios con causa conocida.

Entre los incendios residenciales en nuestra investigación destacan los que tienen
como causa principal causas relacionadas con la preparación de comidas, 32 de los
71, que suponen un 45,07% de los incendios residenciales y un 33,33% del total de la
muestra. Estos datos son comparables a los obtenidos en el Reino Unido, donde la
principal fuente de ignición fueron los aparatos de cocina con el 55% de todos los
incendios accidentales en viviendas, mientras que se observa una mayor proporción
de incendios intencionales o sospechosos que alcanzan el 18% del total. El uso de
una clasificación centrada en las fuentes de ignición y que esta solo analice los
incendios en viviendas hace imposible una comparación más pormenorizada.

Aunque los incendios iniciados en las estancias destinadas a la cocina son los más
comunes según la zona de origen, 38 incidentes en el ámbito residencial, 32 tuvieron
como fuente de ignición labores de preparación de alimentos. Afortunadamente son
los que menos consecuencias materiales generan, ya que sólo el 10,53% llega a
desarrollarse, y de ellos sólo uno de cada dos llega a propagarse fuera de la cocina,
como puede verse en la tabla 7.

En cuanto al momento en el que se detectó el incendio, si atendemos al conjunto de


siniestros que comenzaron en las cocinas, las franjas horarias de mayor incidencia
coinciden con las de mayor actividad en los hogares: un 57,9% (22 incidentes) se
producen desde las 13:00 hasta las 16:00, coincidiendo con la hora de la comida en
España, y un 15,8% desde las 20:00 hasta las 23:00, coincidiendo con las horas de la
cena y de estancia en el hogar previas a dormir, como cabía esperar.

Fuentes de ignición en instalaciones o aparatos eléctricos

 
 
 

Dentro de los originados en instalaciones eléctricas, representados en la tabla 3,


destacan como origen de incendio los puntos de conexión de interior, con más de la
mitad de los siniestros: cajas de enchufes, cuadro de mando y protección, y regletas o
multiplicadores. Este fallo fue producido bien por un mal contacto, por la fatiga de los
materiales, o por la sobreintensidad debido a un cortocircuito.

Mención aparte merecen dos casos que tenían su origen en tendidos eléctricos
realizados directamente a la red de distribución sin pasar por elementos de medición y
protección, y que usualmente se realizan con el fin de defraudar a la compañía
suministradora. Aunque la fuente de ignición sea una instalación eléctrica, su
clasificación corresponde a la categoría “Other unintentoinal” de la tabla 2.

Si atendemos a la antigüedad de la instalación, y teniendo en cuenta solo los 12


incendios accidentales sin considerar los originados por imprudencias graves, como
podemos ver en la tabla 4, encontramos que las instalaciones en las que se originan
incendios, o bien son relativamente nuevas con menos de 5 años, o bien tienen más
de quince años. Esta circunstancia tiene lógica si pensamos que una instalación que
presenta defectos desde su instalación no tardará en fallar, mientras que en las que
están correctamente instaladas, será el paso del tiempo y su acción en los materiales
lo que finalizará provocando el fallo ante un mantenimiento deficiente.

Tabla 3
Clasificación de los incendios de origen eléctrico, en función de la instalación que
falló
ACCIDENTAL
Interior Caja de enchufes 5
Cuadro privado mando y protección 2
Multiplicador 2
Exterior Cuadro de contadores 1
Cuadro general protecciones 2
Total general 12

Tabla 4
Incendios accidentales con origen en
instalaciones eléctricas interiores
Última reforma Nº siniestros

> 20 años 3
15 - 20 años 3
10 – 15 años 0
5 - 10 años 0
< 5 años 4
En reformas 2

Total general 12

En cuanto al análisis de los incendios originados en electrodomésticos y otros


aparatos eléctricos, la distribución entre todos ellos es muy homogénea, repartiéndose
casi por igual entre todos los tipos considerados, tal como puede verse en la tabla 5.

 
 
 

Tabla 5
Aparatos origen de
Incendios
Lavadora 2
Nevera industrial 2
Ordenador 2
Televisor 1
Campana extractora 1
Modem 1

Freidora industrial 2
Freidora doméstica 1
Motor eléctrico 2
Impresora 1

Total general 15

Análisis del desarrollo del incendio

Analizando la evolución de los incendios, podemos comparar el grado de desarrollo de


éstos en función del lugar donde se producen. Como puede verse en las tablas 7 y 8,
los incendios que se declaran en estancias distintas a la cocina han llegado a
desarrollarse en un 63,64% de los casos, frente a solo un 10,53% de los incendios
iniciados en las cocinas, que acaban desarrollándose. Esto puede deberse
fundamentalmente a que la actividad en la cocina mientras se está cocinando suele
tener una presencia humana constante, por lo que la reacción ante el fuego es
inmediata y con ello más eficaz; y por otro lado a que con la salvedad de aceites y
otras sustancias combustibles utilizadas para cocinar, los materiales presentes en la
cocina no presentan la misma facilidad de propagación que en otras estancias, como
dormitorios o salones, donde suele existir gran cantidad de textiles de fácil ignición y
mayor velocidad de combustión.

Tabla 6
Número de casos conforme al desarrollo, según el tipo de uso del local
Fase de desarrollo

Pleno Pleno
Auto
Uso principal Conato Extinguido Inicial desarrollo desarrollo Total
Extinguido
Confinado Libre

Administrativo 1 1 1 3

Aparcamiento 1 1 2

Comercial 6 1 7

Hospitalario 1 1

Industrial 2 1 1 4 8
Publica
2 2 4
concurrencia
Residencial
1 1
público
Residencial
3 9 7 26 9 16 70
vivienda
Total general 3 12 7 37 12 25 96

 
 
 

Tabla 7
Desarrollo de incendios residenciales en cocinas

Tipo de conato y desarrollo Nº % % Subtotales

Auto extinguido 1 2,63%

Conato 7 18,42%
89,47%
Extinguido 6 15,79%

Inicial 20 52,63%

Pleno desarrollo confinado 2 5,26%


10,53%
Pleno desarrollo libre 2 5,26%

Total general 38 100% 100%

Tabla 8
Desarrollo de incendios residenciales en otras estancias distintas de las
cocinas

Tipo de conato y desarrollo Nº % %Subtotales

Auto extinguido 2 6,06%

Conato 2 6,06%
36,36%
Extinguido 1 3,03%

Inicial 7 21,21%

Pleno desarrollo confinado 7 21,21%


63,64%
Pleno desarrollo libre 14 42,42%

Total general 33 100% 100%

En los casos en los que el fuego ha llegado a desarrollarse plenamente en fuegos


residenciales iniciados en otras estancias diferentes a las cocinas, en el 42,42% de los
casos el fuego ha llegado a propagarse a una o a varias viviendas adicionales. En
todos estos casos además, el fuego se había iniciado en un salón que disponía de un
cerramiento acristalado que se abría a la fachada (Tabla 8).

En relación a locales distintos de uso residencial, el pleno desarrollo del incendio se


produce en el 48% de los casos (en 12 casos de los 25 registrados), aunque dadas las
heterogéneas características de estos locales, no es un resultado demasiado útil (ver
tabla 6). Afortunadamente sólo se ha contabilizado un caso en los locales distintos de
las viviendas en el que se ha producido una propagación del incendio a otro local,
tratándose este caso concreto de dos naves industriales contiguas, que carecían de
sectorización por haber sido ambas originariamente un solo local.

Un dato que sí parece significativo es que mientras en incendios residenciales el


84,5% de los casos contaban con alguna persona presente que pudiera dar la alarma
o emprender alguna acción para sofocar el fuego, este porcentaje se reducía a 11
casos, el 44%, cuando se trata de locales de otros usos (figura 2).

56%

44%

Si No
 
 

Figura 2
Presencia de personas en locales distintos de viviendas

Como puede verse en el figura 3, en 28 casos, el 73,68% de los incendios iniciados en


cocinas, alguien llevó a cabo alguna acción para tratar de extinguir el fuego, logrando
evitar en 21 casos, el 55,26%, que el fuego adquiriera mayores dimensiones o
logrando sofocarlo. En el caso de los incendios iniciados en otras estancias de la
vivienda, como puede verse en el figura 4, se iniciaron acciones para apagar el
incendio en 13 casos, el 39,39% del total, de forma que consiguieron resultados
positivos en 7 de estos casos, en el 21,21% del total de casos. Esto supone que
menos de la mitad de la frecuencia con la que los incendios fueron extinguidos por los
ocupantes, antes de la llegada de las dotaciones de bomberos cuando se iniciaron en
las cocinas, fueron extinguidos del mismo modo en otras estancias.

En la figura 5 podemos ver el mismo análisis en locales distintos de las viviendas.


Como puede verse, en 13 casos, se iniciaron acciones para la extinción, que solo en 4
casos, el 16%, fue eficaz. En 12 casos no se iniciaron acciones de ningún tipo.

18,42% 26,32%
(7 casos) (10 casos)
No contribuyeron

Controlaron el
55,26%
Incendio
(21 casos)

No controlaron el
incendio

Figura 3
Acciones para controlar el incendio en cocinas

18,18%
(6 casos)
No contribuyeron

60,61% Controlaron el Incendio


21,21% (20 casos)
(7 casos)

 
No controlaron el
incendio
 
 

Figura 4
Acciones para controlar el incendio en otras estancias de viviendas distintas de las cocinas

No contribuyeron
36% 48%
(9 casos) (12 casos)

Controlaron el
Incendio

16% No controlaron el
(4 casos) incendio
Figura 5
Acciones para la extinción en otros locales distintos de las viviendas
Medidas de autoprotección

En relación a las medidas de autoprotección el apartado se ha estructurado partiendo


de los equipos más básicos, como los extintores, pero analizando también la
formación contraincendios de los implicados, y otras medidas como los planes de
evacuación, exutorios, detectores, etc. Así mismo se analiza la transferencia del riesgo
mediante los seguros.

Extintores y BIEs

En relación con las medidas de autoprotección en las viviendas, 49 viviendas de las 70


analizadas no disponían de extintores, aunque de las 21 que si disponían de ellos,
solo en 11 viviendas se utilizaron. Los medios de extinción más empleados, tabla 10,
utilizados en 29 de los 40 casos en los que se trató de controlar el fuego, el 72,5%,
fueron los medios llamados “de fortuna”, tales como recipientes con agua, toallas
mojadas, mantas, etc. Así mismo en un análisis global, en 30 casos, el 42,86% de los
casos no se utilizó ningún medio de extinción, como puede verse en la tabla 9.

En cuanto a los extintores en locales diferentes de viviendas, al estar los medios de


protección como los extintores regulados para estos usos, en todos los casos estaban
presentes.

Tabla 9
Utilización o no de medios de extinción en viviendas

 
 
 
MEDIOS Nº %
No se utilizó ningún
30 35.60%
medio
Se utilizaron medios 40 64.40%
Total 70 100%

Tabla 9
Utilización o no de medios de extinción en viviendas

Tabla 10
Tipos de medios de extinción utilizados en viviendas
Tipo de medio Nº %
Extintores 11 27,5%
Medios de fortuna 29 72,5%
Total 40 100%

Tabla 10
Medios de extinción utilizados en viviendas

20 46,15% 42,31%
12 casos 11 casos
11,54%
10 3 casos

0
No se actuó Extintor Medios
fortuna

Figura 6
Tipos de medios de extinción utilizados en otros locales distintos de viviendas

Como puede verse en la Figura 6 las frecuencias con la que se utilizaron los diferentes
medios de extinción se invierten en el caso de locales distintos de las viviendas en
relación a las viviendas. Así el empleo de extintores aumenta hasta el 78,6% de los
casos en los que se empleó algún medio de extinción, aunque se obtienen incluso
peores resultados que en viviendas en cuanto a la eficacia, como puede verse en el
figura 5, logrando sólo en un 16% resultados positivos en el control del fuego.

También se han documentado 3 casos en los que los extintores portátiles fallaron, 1
en una vivienda y 2 en otros usos.

En el caso de las BIEs, en el único siniestro donde se acudió a este sistema como
medio de lucha contra el fuego de los 6 casos en los que estaba disponible, falló
debido a que las bombas de impulsión de agua estaban conectadas a la instalación

 
 
 
general de suministro eléctrico que quedó inutilizada en los primeros momentos del
incendio, sin contar con un sistema de alimentación alternativo.

Formación contraincendios de los implicados

Los primeros momentos de un incendio son decisivos, y en la mayoría de los casos,


las acciones de las primeras personas que detectan el incendio o que están en el
momento de iniciarse, inciden decisivamente en el desarrollo del fuego. Sin embargo,
como puede verse en la tabla 11, de las 68 personas entrevistadas que se
encontraban en el lugar del incendio con capacidad para actuar, todos ellos con
edades entre 16 y 75 años y sin ninguna discapacidad, el 47,06% de estas personas,
32 individuos, sin distinguir entre viviendas y locales, tenían poca o ninguna noción
sobre lo que debían hacer en caso de incendio, el 16,18% tenía alguna noción, y el
36,76% tenía una idea más o menos clara de lo que debía hacer. En relación a la
formación para el uso de extintores, si bien los trabajadores deben estar formados por
obligación legal en materia de uso de los medios de extinción, no ocurre así con los
personas en tanto que vecinos de una vivienda. En este sentido, parece significativo
que algo más de la mitad, solamente 6 de los 11 individuos que emplearon extintores
en empresas, habían recibido alguna formación.

El resto de entrevistados, tanto en caso de viviendas como en el resto, que suponen el


88,23%, no estaba familiarizado con el aparato, incluso desconociendo su ubicación o
simplemente su existencia, e ignorando que existían varios tipos de agentes extintores
en sus lugares de trabajo y sus distintas aplicaciones. Nadie había leído las
instrucciones de uso del extintor que tuviesen disponible.

Tabla 11
Nivel de conocimientos sobre la actuación
en caso de incendio
Grado en el que se sabía
Nº %
cómo actuar
Bastante 25 36,76%
Algo 11 16,18%
Poco 28 41,18%
Nada 4 5,88%
Total general 68 100%

Adicionalmente, en el uso de extintores portátiles se ha detectado un riesgo importante


cuando éstos están colocados en armarios metálicos o similares dotados con una
pantalla protectora transparente, pues se han documentado 3 casos en los que se han
producido lesiones al romper esta pantalla con la mano descubierta, de los que en 1
de ellos fue necesaria la intervención quirúrgica de la víctima al haber afectado a un
tendón del antebrazo. Este no es un problema exclusivo de España. Aunque los
fabricantes han identificado este riesgo y ofrecen soluciones que reducen o eliminan el
riesgo, las regulaciones no especifican nada a este respecto (EN 3 en Europa y NFPA
10 en EE.UU.), por lo que el factor económico favorece que el cristal o vidrio sea el
material más utilizado en los armarios en estos países.

Otras medidas de protección contra incendios: planes de evacuación, exutorios,


detectores, etc., en locales distintos de viviendas

En los 4 únicos casos en los que el local contaba con planes de emergencia y

 
 
 
evacuación, estos funcionaron correctamente y los equipos de primera intervención
cumplieron con su tarea conforme a lo especificado en los planes.

Mención aparte merecen los locales en reformas o en construcción, que a pesar de


tener instalados sistemas de detección se encontraban desconectados.

Transferencia del riesgo: los seguros contra incendios

En relación al porcentaje de viviendas cubiertas por un seguro, el porcentaje obtenido


era del 41,43% del total, mientras que este porcentaje ascendía al 76,92% en el caso
de otros locales distintos de viviendas (Figuras 7 y 8)

58,57% 41,43%
(41 casos) (29 casos)

Si No

Figura 7
Viviendas con seguro contraincendio

76,92%
(20 casos)

23,08%
(6 casos)

Si No

Figura 8
Locales distintos de viviendas con seguro contraincendios

Lesiones y daños personales

Tabla 12
Clasificación de las patologías documentadas

Gravedad de las patologías en función de la atención requerida

Patologías Fallecido Crítico Grave Moderada Leve Total

Quemaduras 2 1 2 4 8 17
Intoxicación 1 4 7 12
Crisis nerviosa 1 1 2

 
 
 
Laceraciones 2 1 3
Traumatismos 1 1 2
Total general 3 2 3 11 17 36

Respecto a las principales lesiones, hay que subrayar que los daños más graves son
las quemaduras y la intoxicación, como ya cabía esperar.

La tabla 13 muestra una fuerte discrepancia entre los datos recogidos en los distintos
estudios disponibles, que aunque pueden deberse a la diferencias espaciales y
temporales de las distintas muestras, sugieren que es necesario estudiar su causa.

Tabla 13. Comparative victim studies (per 100.00 hab)


Estudio MAPFRE 2007* Estudio MAPFRE
RE.D.IN.
[4] 2010** [5]
Fallecidos 0,53 0,13 0,37
Heridos 5,88 1,56 0,98

*Datos referidos a toda Andalucía (Población de estudio 7.441.514 habitantes)


**Datos referidos a la provincia de Málaga (Población de estudio 1.624.145 habitantes)

CONCLUSIONES

Respecto a las instalaciones eléctricas como fuente de riesgo, la peligrosidad especialmente de


las instalaciones nuevas y antiguas, subraya la importancia de exigir y vigilar el mayor
mantenimiento de las instalaciones antiguas, especialmente a partir de los 15 años, así como el
control técnico especializado previo de las instalaciones nuevas. Respecto a las actividades
fraudulentas de conexiones eléctricas, técnicas como el “Smart metering” impulsadas en los
últimos años en Europa, basada en los contadores inteligentes, puedan jugar a favor de evitar
estas situaciones de riesgo

En relación a los extintores, la disponibilidad tan baja de los mismos en viviendas subraya la
necesidad de realizar un esfuerzo en este sentido para que todas las viviendas estén dotadas
de su correspondiente extintor. Al mismo tiempo el hecho de que cuando existían en las
viviendas solo se utilizaron en el 50 % de los casos, nos conduce a la necesidad de una mayor
información y educación en el uso de este equipo sencillo por cualquier miembro de la
sociedad. Esta necesidad de mayor educación en el uso de estos equipos también se verifica
en el caso de las empresas, dónde si que estaban siempre disponibles, pero donde por otro
lado la ley ya exige en España esta formación generalizada desde hace muchos años, lo que
nos conduce a sospechar que la formación no está siendo lo suficientemente eficaz.

Algo que los profesionales de la seguridad contraincendios conocen desde siempre, como son
la generación de otros riesgos por los materiales de los armarios donde se conservan los
extintores en el momento de acudir a utilizarlos, se verifica en este trabajo como un hecho
constatable. En este sentido, los fabricantes, impulsados por las autoridades, deberían aplicar
técnicas de creatividad para buscar soluciones a un problema que aparentemente no debería
ser complejo ni costoso.

Respecto a la detección temprana de los incendios como factor fundamental para la extinción
de los mismos, parece verificarse a la luz de los resultados. Así el desarrollo de los incendios
se produce más fácilmente cuando se inician en otros sitios distintos de las cocinas, ya sea en

 
 
 
otros lugares de las viviendas o en otros locales. En este sentido, en ninguna vivienda se
encontraron detectores contraincendios en nuestra investigación, cuando la instalación de
estos, costumbre generalizada en otros países por imposición de las compañías de seguros o
la propia cultura de seguridad del país, podría ser una forma de incrementar la seguridad
contraincendios.

En relación a los planes de emergencia y evacuación, y aunque el número tan bajo de casos
presentes que disponían de un plan no permite la generalización en ningún caso, a nivel de
tendencia resulta interesante el hecho de que cuando existían en nuestro estudio funcionaron
los mecanismos diseñados.

FUTURAS INVESTIGACIONES

Aunque restricciones presupuestarias impidieron continuar con el proyecto, existen contactos


para continuarlo en otros cuerpos de bomberos o a través de ANICE (Asociación Nacional de
Investigadores de Incendios de España). En esta nueva etapa preveemos integrar un sistema
GIS (Sistema de Información Geográfica) que permita identificar áreas de riesgo que nos
permitan desarrollar estrategias de prevención focalizadas.

AGRADECIMIENTOS

Nuestro especial agradecimiento al Servicio de Bomberos del Ayuntamiento de Málaga por su


ayuda y colaboración.

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