Resulta Interesante estudiar, leer y analizar la forma en que Freud descubrió el
inconsciente, en este caso, a través de un par de ejes, como los recuerdos y los sueños, que en apariencia no tienen algún tipo de similitud más que su singularidad como procesos mentales. Es mediante un proceso riguroso de exploración que nos damos cuenta de la importancia del significado de cada uno de estos, así como el valor de la represión para el proceder cotidiano mental. El tratar de entender la estructura inconsciente es llenarnos de más dudas que respuestas, es como entrar en un laberinto infinito de posibilidades y contrariedades, las ramificaciones pueden extenderse en todos lados, sentidos y direcciones; y aun así, es posible que podamos darnos una idea de que va, de cuáles son las intenciones o impulsos que motivan a esto o aquello. Fue Freud quien dio ese paso, primero con la sugestión de la hipnosis, y luego, al darse cuenta de que eso no lo llevaría más lejos, al empezar a escuchar a sus pacientes sin mayor intervención que su presencia, dando rienda suelta a los pensamientos, propios y ajenos. Da cuenta del sufrimiento vertido por los recuerdos y sus consecuencias físicas, a la par se auto-analiza, comienza a darle importancia al olvido y la represión, tanto en la palabra como en los sueños. Sus textos parecen el resultado de un trabajo detectivesco arduo, solamente que los elementos, las pistas y los personajes no están dentro del plano “real”, más bien son símbolos y figuras condensadas, desplazadas, manipuladas y manoseadas por ese inconsciente tan apasionante e incomprensible. La revisión de estos textos deja mas incertidumbre que soluciones o respuestas dadas, lo maravilloso de leer a Freud es que al parecer no todo se ha escrito, no todo se ha descubierto, que el camino es abierto y, hablando de la psique humana, cualquier cosa es posible, un olvido es una pista, un sueño es una alternativa de nuestro yo, un recuerdo traído a la luz tiene más formas y colores de lo que nos podemos imaginar. Con Freud descubrimos que nada en nosotros es estático, sino que hay vida más allá de la conciencia.