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Abstract:
En este artículo se argumenta que una unión positiva entre la sociología de la práctica y la
teoría feminista contemporánea. La sociología de la práctica, a través del concepto de
habitus, tiende hacia una visión 'sobredeterminada' de la subjetividad. La teoría feminista
contemporánea, ve la relación entre clase y género basados en Bourdieu, sobre todo en su
concepto de 'capital cultural'.
Para comenzar habrá que definir un concepto crucial, el habitus, que para Bourdieu
comprende las formas de hacer y de ser que los sujetos sociales adquieren durante su
socialización; se adquiere a través de la práctica (no ideológica y/o conscientemente).
Bourdieu apunta que en la sociedad posmoderna hay pocos “juegos” restantes ('campos
sociales de la práctica') totalmente reservados a los hombres. Ya que las mujeres tienen una
larga historia de 'colarse', incluso en la guerra (juego de honor).
Aunque nuestro habitus es adquirido y nuestra doxa (entendimiento común del mundo y
de nosotros mismos), son compuestos por los arbitrarios culturales, que son tan reales y
difíciles de cambiar, como cualquier atributo natural.
Para Bourdieu, las niñas adquieren pronto los estigmas de la feminidad, los niños son
portadores de la masculinidad, debido a su inmersión en los "esquemas prácticos" de género
en los que se insertan desde el nacimiento, según lo dicta su sexo biológico y posición de
clase. Jacqueline Rose argumenta que la feminidad siempre es profundamente problemática,
un estado que nunca se acepta total y sinceramente, siempre se resiste.
Bourdieu vincula el sexo, la sexualidad y el género con demasiada fuerza, y esta es una
de las razones por las cuales las feministas toman en serio la acusación de
"sobresocialización” en sus teorías.
Skeggs identifica en el trabajo de Bourdieu tres formas de capital cultural, que existe: ‘en
un estado encarnado, en forma de disposiciones duraderas de la mente y el cuerpo; en el
estado objetivado, en forma de bienes culturales; y en el estado institucionalizado, lo que
resulta en cosas tales como calificaciones educativas. El tercer tipo de capital cultural de se
adquiere principalmente a través de la educación, y Bourdieu argumenta que la transmisión
del capital a través de las generaciones está cada vez más mediada por la educación formal.
Bourdieu argumenta que las mujeres desempeñan el papel principal en la conversión del
capital económico en capital simbólico para sus familias a través de la exhibición del gusto
cultural.
Skeggs enuncia: "La feminidad es inhabitable como una identidad completa y coherente",
argumenta que estas feminidades de la clase trabajadora tenían poco valor como "capital
simbólico". Las feminidades, como las masculinidades, pueden ser activos en el mercado
laboral, así como en el mercado del matrimonio y la familia, por lo tanto, intercambiables
por capital económico si no por capital simbólico.