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patología fundamental
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Objetivo docente
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Revisión del tema
En el cavum de Meckel las tres divisiones se unen para formar el ganglio semilunar o
de Gasser, donde se encuentran las neuronas sensitivas de primer orden (a excepción
de fibras propioceptivas de V3, cuya primera neurona se encuentra en el propio núcleo
mesencefálico.
Del ganglio de Gasser parten múltiples raicillas que atraviesan la cisterna prepontina
para entrar en el tronco del encéfalo.
En el tronco del encéfalo las fibras se distribuyen hacia tres núcleos sensitivos (1,2): Fig.
1 on page 15 Fig. 2 on page 15
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el paladar duro. Es el único con neuronas unipolares cuyo cuerpo no se
encuentra en el ganglio de Gasser.
• El núcleo espinal se extiende desde la unión bulboprotuberancial hasta el
nivel de C3 o C4 donde se une con la sustancia gris de las astas posteriores
de la médula cervical. Recibe información termoalgésica de la región facial
Las neuronas de segundo orden se proyectan desde estos núcleos hacia el núcleo
posteromedial ventral del tálamo. Desde el tálamo las neuronas de tercer orden se
proyectarán hacia la corteza cerebral sensitiva.
Con el fin de sistematizar mejor la patología que puede afectar al trigémino o sus ramas,
se puede dividir el trigémino en varios segmentos:
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• Segmento cavernoso Fig. 5 on page 18 : V1 y V2 se dirigen en sentido
anterior por la pared lateral del seno cavernoso junto con los nervios
oculomotores (III, IV y VI)
• Segmentos periféricos (3) Fig. 6 on page 19 :
3- Síntomas clínicos
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naturaleza estereotipada de los ataques de cada paciente y tras la exclusión
de otras causas de dolor facial mediante la historia clínica, la exploración
física y pruebas diagnósticas especiales cuando sean necesarias. Las
pruebas electrofisiológicas como el electromiograma y los estudios de
conducción nerviosa deben ser normales
• El dolor por desaferentación trigeminal o "anestesia dolorosa" hace
referencia al dolor producido por la destrucción intencionada del circuito
trigeminal (habitualmente por vía neuroquirúrgica) para el tratamiento de la
neuralgia trigeminal
• Hay también algunos casos donde la patología trigeminal es un hallazgo
incidental en estudios de imagen realizados por otra causa
4- Estudios en imagen
El segmento del tronco del encéfalo se puede valorar mediante protocolos estándar para
el parénquima encefálico.
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La TC no permite obtener información tan detallada como la RM en muchos segmentos.
Para la valoración trigeminal se requieren estudios volumétricos sin y con contraste
intravenoso con reconstrucciones tanto para tejidos blandas como para estructuras
óseas. Su principal indicación es la afectación ósea relacionada con la patología o en el
contexto de situaciones de urgencia o de imposibilidad de realización de estudios de RM.
En el tronco del encéfalo resulta poco frecuente la afectación aislada de los núcleos
trigeminales, dada la compacta distribución de las estructuras nerviosas en esta zona.
Fig. 7 on page 20
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Los gliomas del tronco pueden afectar a los núcleos trigeminales, pero la clínica suele
incluir además síntomas por la alteración de otros tractos y núcleos. Los gliomas son
más frecuentemente expansivos y difusos y de bajo grado, y realzan de forma variable
con el contraste iv. Suelen aparecer en la protuberancia desde donde se diseminan en
cualquier dirección.
Las MAV son menos frecuentes que los angiomas cavernosos y pueden tener
localización exclusivamente pial o tener componente intraparenquimatoso, impidiendo
esto último su resección completa.
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También pueden aparecer lesiones focales intraparenquimatosas secundarias a
patología inflamatoria como lesiones parasitarias, abscesos o tuberculomas. Fig. 12 on
page 25
Cualquier patología que afecte a los cordones medulares dorsales en bulbo raquídeo o
columna cervical alta
Compresión vascular
Hay cada vez más evidencias de que la causa más frecuente de la neuralgia trigeminal
idiopática (80-90% de los casos) se debe a la compresión del tronco de entrada del nervio
en la protuberancia por una estructura vascular anómala. Los vasos más frecuentemente
implicados son la arteria cerebelosa superior o una de sus ramas, la arteria cerebelosa
anteroinferior (AICA), la arteria cerebelosa posteroinferior (PICA) y la arteria basilar,
pero también puede haber compresión venosa o por estructuras anómalas (aneurismas,
MAV). En este segmento del trigémino se produce la transición entre mielina central
(oligodendrocitos) y periférica (células de Schwann) y la capa de mielina es más fina y
susceptible a la compresión extrínseca. El segmento de transición, conocido como zona
de entrada de la raíz, se encuentra a unos 5-7 mm de la protuberancia y tiene unos 2 mm
de longitud. La compresión repetida produce una desmielinización focal lo que genera
impulsos nervios sensitivos anómalos ectópicos que se transmiten a fibras nerviosas
adyacentes, aumentando la actividad nerviosa. Se cree que con el tiempo esta mayor
actividad produce hiperactividad en los núcleos trigeminales y la clínica dolorosa.
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realizarse con prudencia: contexto clínico adecuado, si el punto de contacto es la zona de
entrada de la raíz, el vaso cruza perpendicularmente al nervio, y el nervio se encuentra
desplazado, improntado o comprimido entre dos vasos. Fig. 14 on page 27
• Schwanomas vestibulares
• Meningiomas Fig. 15 on page 28
• Quistes aracnoideos
• Quistes epidermoides Fig. 16 on page 29
• Lipomas
• Tumores de la base craneal según su patrón de crecimiento
• Diseminación leptomeníngea tumoral (carcinomatosis, linfoma) o
inflamatoria (sarcoidosis, meningitis)
• Extensión perineural de tumores
Apicitis petrosa
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Las lesiones infecciosas-inflamatorias del vértice petroso pueden afectar también al
trigémino. El síndrome de Gradenigo (dolor facial de distribución trigeminal, estrabismo
convergente por afectación del VI par y otitis media supurativa) es la presentación clínica
típica. El trigémino se afecta por extensión de la infección desde las capas durales del
cavum de Meckel o por neuritis secundaria del ganglio trigeminal. La neuronitis trigeminal
se puede deber a infección por virus herpes simple, que puede aparecer aislada o como
parte del síndrome de Ramsay-Hunt (herpes zóster cefálico) (3).
Lesiones vasculares
Los aneurismas gigantes pueden producir clínica de varios nervios craneales. Hasta un
tercio de los pacientes con aneurismas no rotos pueden presentar clínica trigeminal.
Las lesiones inflamatorias del seno cavernoso son infrecuentes e incluyen enfermedades
granulomatosas (enfermedad de Wegener, sarcoidosis) Fig. 20 on page 33 y
entidades idiopáticas como el síndrome de Tolosa-Hunt. El síndrome de Tolosa Hunt
se caracteriza por una infiltración linfocitaria de la duramadre de etiología desconocida.
Clínicamente se presenta con la tríada de oftalmoparesia, disfunción pupilar y
parestesias en la frente. Está relacionado histopatológicamente con el pseudotumor
orbitario y presenta sus mismas características en imagen: masa o abultamiento del seno
cavernoso iso-hipointenso en imágenes en T1 y T2 y realce intenso con el contraste.
Puede estenosar la carótida interna y suele resolverse con corticoides en unas 8
semanas
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Tumores primarios del seno cavernoso
Pueden presentar clínica trigeminal por invasión del seno cavernoso. Se incluyen
entidades como adenomas hipofisarios, tumores osteocartilaginosos, linfoma, cordomas
y metástasis. Fig. 21 on page 34
La diseminación perineural se puede producir en las dos direcciones del nervio, lo que
obliga a analizar todo el trayecto nervioso durante el estadiaje tumoral.
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Uno de los hallazgos más importantes en la RM es el borramiento de los planos grasos
adyacentes a agujeros de la base craneal en las imágenes en T1. Las imágenes
poscontraste con saturación grasa pueden demostrar el realce neural patológico sobre
la grasa sustraída.
Los meningiomas también pueden externderse a lo largo de las ramas nerviosas y ser
confundidos con schwanomas Fig. 28 on page 41
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Compresión foraminal por alteraciones fibroóseas
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Images for this section:
Fig. 1: Imagen axial con secuencia CISS a la altura del IV ventrículo. El núcleo trigeminal
principal (en amarillo) es sensitivo y se encuentra lateral al núcleo motor (en rojo)
inmediatamente por delante del IV ventrículo en la zona media de la protuberancia
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Fig. 2: Superpuesto a la imagen sagital en T1 se puede apreciar la situación de los
núcleos sensitivos del trigémino. El principal se localiza en la protuberancia y tiene
continuidad con los núcleos mesencefálico y espinal. Este último puede extenderse hasta
incluso el nivel de C3 (línea roja) y se fusiona con las astas posteriores de la sustancia
gris de la médula cervical. El nervio tiene su salida aparente del tronco a la altura de
la protuberancia
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Fig. 3: Reconstrucciones sagital (superior), coronal (centro) y sagital (inferior) obtenidas
a partir de secuencia CISS. En las dos imágenes superiores se puede ver el trayecto
cisternal del trigémino y cómo su salida muestra dos raíces, una sensitiva principal
(flecha azul) y otra motora menor (flecha naranja). En la imagen inferior se pueden
observar las fibrillas de las neuronas del ganglio de Gasser (flechas amarillas)
convergiendo hacia la raíz sensitiva que entra en la protuberancia
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Fig. 4: Imagen axial de TC y reconstrucciones volumétrica de un estudio de TC con
contraste. En el vértice del peñasco se encuentra la escotadura del ganglio de Gasser
(flecha amarilla). En la reconstrucción se puede ver el agujero oval derecho (flecha roja)
para el paso de la raíz mandibular (V3) la cual no llega a entrar en el seno cavernoso
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Fig. 5: Imagen coronal de RM ponderada en T2 a la altura de los senos cavernosos.
En el derecho se pueden identificar los nervios III (flecha amarilla), IV (flecha verde), VI
(flecha naranja) y V1 (flecha azul), rodeando el recorrido de la carotida interna
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Fig. 6: Distirbución periférica de las ramas oftálmica, maxilar y mandibular y territorios
sensitivos de la región facial
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Fig. 7: Diagnóstico diferencial de las lesiones que pueden afectar al nervio trigémino en
el segmento correspondiente al tronco del encéfalo
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Fig. 8: Fila superior: imagen axial con secuencia Flair e imagen coronal con secuencia
Stir de un paciente con esclerosis múltiple en las que se puede ver una lesión localizada
en el área de los núcleos trigeminales. En la fila inferior imágenes axial y coronal con
secuencia Stir de otro paciente con idéntica patología. En este caso se pueden ver
lesiones adicionales en situación subcortical así como atrofia difusa
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Fig. 9: Imágenes axiales de TC y de RM potenciadas en T2, difusión y T1 con
contraste iv. Se puede apreciar una lesión hiperintensa en T2 en la mitad izquierda de la
protuberancia con afectación de los núcleos trigeminales. Se trata de un infarto agudo. La
secuencia de difusión resulta particularmente adecuada para la valoración de la isquemia
aguda cuando la imagen de la TC no demuestra la patología. El realce con el contraste
correspondería a perfusión de lujo en el territorio infartado
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Fig. 10: A la izquierda, imágenes axiales de TC sin contraste a la altura de la
protuberancia. En la columna central, imágenes a la misma altura con contraste iv.
A la derecha se puede ver una reconstrucción sagital de la TC y un corte coronal
de RM con secuencia Stir. Se aprecian múltiples lesiones hiperintensas en la TC sin
contraste, las cuales presentan focos internos de realce con el contraste. Se trataba de
un paciente con carcinoma microcítico de pulmón que presentaba lesiones metastáticas
con hemorragia asociada.. Las lesiones del tronco afectaban sobre todo al recorrido de
las fibras trigeminales desde los núcleos hasta su origen aparente en la protuberancia.
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Fig. 11: Imágenes axiales con secuencias Flair, FSE en T2 y GRE en T2 e imagen
coronal con secuencia Stir centradas en el tronco del encéfalo. Se puede ver una
lesión lobulada con una zona periférica hipointensa en T2 y un centro relativamente
hiperintenso en secuencias Flair y FSE en T2 compatible con un angioma cavernoso.
Los angiomas cavernosos son una causa de hemorragia en el tronco que puede afectar
al V. La hemorragia se aprecia como zonas irregulares de artefacto de susceptibilidad
en secuencia GRE. La imagen coronal demuestra la localización de las alteraciones en
la zona de los núcleos trigeminales.
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Fig. 12: Tres imágenes axiales evolutivas de TC con contraste en un paciente con
tuberculosis que presentaba numerosas lesiones intraaxiales. Las lesiones mostraban
realce intenso en ocasiones nodular y en otras más sólido. Una de las lesiones
presentaba afectación de los núcleos trigeminales. Tras el tratamiento se puede observar
la desaparición progresiva de las lesiones y del edema asociado a las mismas
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Fig. 13: Principales diagnósticos diferenciales de las lesiones que afectan al trigémino
en el segmento cisternal o en el cavum de Meckel
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Fig. 14: Imágenes coronales consecutivas ponderadas en T2 e imágenes axiales
con secuencia CISS obtenidas a la altura de la protuberancia. Se puede apreciar un
recorrido muy elongado y tortuoso de la arteria vertebral izquierda (flecha roja), la
cual contacta con la salida del V de la protuberancia (flecha azul) y lo desplaza. Los
contactos neurovasculares son hallazgos frecuentes en imagen. Para que se consideren
relevantes deben tener lugar perpendicularmente al recorrido del nervio, aparecer en
la zona de transición entre mielina central y periférica (zona de entrada de la raíz),
desplazar o improntar al nervio y tener concordancia con la sintomatología clínica.
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Fig. 15: En la columna izquierda se pueden ver dos imágenes axiales obtenidas con
secuencia CISS sin (imagen superior) y con contraste iv (inferior).. A la derecha se
puede ver una reconstrucción coronal de la secuencia CISS con contraste (superior),
una imagen coronal en T1 con contraste (centro) y una reconstrucción sagital de la
secuencia CISS con contraste (inferior). Una lesión localizada en el APC impronta el
recorrido cisternal del nervio (flecha amarilla), pero en la secuencia sin contraste resulta
difícil determinar si corresponde a un tumor del propio nervio o se encuentra adyacente
al mismo. El realce con el contraste de la lesión permite diferenciarla del nervio, el cual
se encuentra comprimido. La lesión presenta características típicas de meningioma.
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Fig. 16: Imágenes sagitales en T1 sin contraste y en difusión, axiales en T1 con
contraste y en T2, cortes consecutivos coronales con secuencia Stir e imagen axial en
difusión. Ocupando la cisterna prepontina se ve una lesión lobulada que se amolda a
las estructuras adyacentes y tiene una intensidad de señal heterogénea similar, aunque
con comportamiento algo diferente, al del LCR en todas las secuencias. La lesión no
realza con el contraste y muestra una marcada restricción de la difusión, hallazgos todos
ellos compatibles con un quiste epidermoide. Está comprimiendo el recorrido cisternal
del trigémino (flechas amarillas), lo que causaba la clínica del paciente
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Fig. 17: Imágenes coronales en T1 con contraste iv presentadas de posterior a anterior,
imágenes axiales en T2 e imagen coronal con secuencia Stir a la altura del seno
cavernoso. Se puede ver una lesión fusiforme que sigue el recorrido del nervio V en el
recorrido en los segmentos correspondientes al cavum de Meckel e intracavernoso, La
lesión realza con el contraste, pero es ligeramente heterogénea y presenta pequeñas
áreas quísticas en su parte anterior. Se trata de un neurinoma del V que se insinuaba a
través de los agujeros oval (V3) y redondo mayor (V2).
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Fig. 18: Imágenes coronales con secuencia Stir (superior izquierda y central ) y
ponderada en T1 con contraste (superior derecha) e imágenes axiales en T1 sin y con
contraste iv (inferiores izquierda y centro) y en T2 (inferior derecha) del mismo paciente
de la Fig 18 tras la extirpación parcial del neurinoma. Se puede identificar el nervio en
la zona del cavum de Meckel (flecha azul) asi como su insinuación hacia el agujero oval
(flecha amarilla) y la persistencia de tumor en el seno cavernoso. El recorrido cisternal
del nervio se encuentra adelgazado (flecha roja).
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Fig. 19: Principales diagnósticos diferenciales de las lesiones que afectan al trigémino
en el seno cavernoso
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Fig. 20: Las enfermedades granulomatosas como la enfermedad de Wegener también
pueden infiltrar los senos cavernosos atravesando la duramadre. En la columna izquierda
se muestran imágenes axiales en T1, de TC y T1 con contraste y saturación grasa. En
la parte derecha se ven imágenes coronales sin contraste (superiores) y con contraste
iv (inferiores). Las imágenes en T1 sin saturación grasa son esenciales a la hora de
demostrar borramiento de planos grasos en la base craneal en relación con infiltración.
En este caso se puede apreciar la afectación de la fosa pterigopalatina (flecha azul) y
del nervio vidiano (flecha amarilla) comparando con la fosa contralateral (flecha roja).
La saturación grasa en las imágenes con contraste ayuda a definir la extensión de la
inflamación en el seno cavernoso (flecha morada).
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Fig. 21: Imágenes coronales, axial y sagital en T1 con contraste iv. Se puede ver una
lesión dural extensa que invade el seno cavernoso, alcanza anteriormente la hendidura
orbitaria superior (V1) y en sentido posterior muestra amplia infiltración de la tienda
cerebelosa. Corresponde a una metástasis dural en un paciente con carcinoma de colon.
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Fig. 22: Principales diagnósticos diferenciales de las lesiones que afectan a las ramas
periféricas del trigémino
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Fig. 23: En la fila superior, imágenes sagital, coronal y axial en T1 sin contraste. En la fila
inferior se ven imágenes axiales en T1 con contraste iv y saturación grasa consecutivas.
Se trata de una paciente a quien se le había extirpado un melanoma en el surco
nasolabial derecho. Se puede ver una extensa lesión que sigue el recorrido de los nervios
infraorbitario y maxilar hasta alcanzar el tronco principal del trigémino (flechas azules).
La tumoración está formada por zonas nodulares y presenta áreas hiperintensas en T1
en relación con presencia de melanina por recidiva tumoral.
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Fig. 24: Del mismo caso de la Fig. 21, en la fila superior imágenes sagital y coronales en
T1 con contraste y en la fila inferior, imagen axial ponderada en T2 y reconstrucciones
oblicua y en 3D del estudio de TC. Las imágenes demuestran el crecimiento en nódulos
del tumor a lo largo del nervio con afectación clara a nivel del agujero redondo mayor
(flecha azul) y compresión e infiltración del origen aparente del V en la protuberancia
(flecha amarilla). La lesión es muy hipointensa en T2. Las reconstrucciones demuestran
el recorrido de la extensión perineural (flechas rojas) y el ensanchamiento producido en
el agujero redondo mayor.
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Fig. 25: Imágenes sagitales en T1, T1 con contraste iv, T2 y TC con contraste
iv (fila superior) y cortes coronales en T1 sin contraste iv y axiales en T1 con
contraste en dos niveles diferentes (fila inferior). Paciente de 15 años con una extensa
tumoración centrada en la región posterosuperior de la fosa nasal derecha, relativamente
homogénea e isointensa con el parénquima cerebral en T1, heterogénea en T2 y con
intenso realce con el contraste. Invade y ensancha la fosa pterigomaxilar (lo que sugiere
larga evolución) y se extiende desde la fosa pterigopalatina a la infratemporal además de
afectar a V1 en el vértice orbitario. Los angiofibromas juveniles como el que se presenta
son lesiones con una propensión a afectar a V1 y V2 por ser la zona posterior del techo
nasal su lugar habitual de aparición.
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Fig. 26: Imágenes coronales en T1 sin (fila superior) y con contraste iv (fila inferior) e
imagen coronal con secuencia Stir (derecha) de un paciente con un carcinoma labial
que presentaba clínica relacionada con V3. Se puede apreciar en las imágenes sin
contraste el borramiento de la entrada del nervio alveolar en la mandíbula, así como
la hipointensidad de señal que presenta la rama vertical izquierda de la mandíbula en
comparación con la derecha. El contraste demuestra la afectación de la rama mandibular
y del recorrido de V3 (flechas azules) hasta al menos el agujero oval.
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Fig. 27: Reconstrucción 3D de la mandíbula e imágenes axial y coronal de TC sin
contraste del mismo paciente de la Fig. 24. Se puede apreciar el aspecto permeado
de la rama mandibular izquierda así como el ensanchamiento del orificio alveolar y el
borramiento de la grasa en la entrada del conducto alveolar izquierdo, datos en relación
con invasión perineural del tumor a través de V3. A los dos meses el progreso de la
destrucción mandibular es evidente.
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Fig. 28: Imágenes axiales de TC con contraste iv. Gran tumoración relativamente
homogénea en su realce. Corresponde a un meningioma agresivo que se ha extendido
fundamentalmente a través de ramas de V1 y en menor medida de V2. Se puede ver
el nervio óptico relativamente desplazado (flecha azul) Hay destrucción de estructuras
óseas en la zona e invasión evidente del seno cavernoso izquierdo.
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Fig. 29: Otitis externa maligna. Imágenes axial en T1 sin contraste (izquierda superior),
coronal en T1 con contraste iv (izquierda inferior) y axiales en T1 con saturación grasa
(derecha). Se puede apreciar borramiento de planos grasos en espacio masticador
derecho y realce con el contraste siguiendo el recorrido de V3 (flecha azul) hacia la base
del cráneo, hallazgos en relación con extensión perineural del proceso inflamatorio.
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Conclusiones
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Bibliografía
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