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ACTIVIDAD N°7

Alumna: Jhadyra Estefany Maylle Pariona Grupo: A Código: 3106171513

LA RESPONSABILIDAD EN EL EJERCICIO DE LA FUNCIÓN NOTARIAL,

RÉGIMEN Y PROCESO DISCIPLINARIO

Definición

En primer lugar la responsabilidad se define como “la obligación de responder por los

actos o por las omisiones que pudieran o causen perjuicio para la reparación

del daño causado”.

“El deber de responder del sujeto activo del acto u abstención que causa

daño o perjuicio a una persona o sus bienes proviene de la acción culposa o dolosa”.

Como dice Adriana Abella, la Responsabilidad Notarial “es aquella en la que incurre el

notario por incumplimiento de las obligaciones que le impone el ejercicio de la función”.

Los hechos ocasionados por los notarios pueden afectar a diversos sectores, desde el

orden público pasando por las relaciones privadas de los ciudadanos y llegando hasta las

relaciones internas de la jerarquía administrativa.

Por su parte Tambini, Mónica, refiere que la función notarial [son] el conjunto de

normas legislativas, reglamentarias, usos, decisiones jurisprudenciales y doctrinas que rigen

la función notarial y el instrumento público notarial constituye el Derecho Notarial

(Tambini, 2014).

La función objetiva y subjetiva del ejercicio de la función Notarial

Función Objetiva

Habiendo desarrollado las características de la Fe Pública, es oportuno mencionar que la

principal función objetiva conferida por el estado al notario, es la potestad de dar Fe pública

en el momento que formalice una relación jurídica que está debidamente prescrita en la
Ley; a su vez el Notario deja constancia de un hecho, situación o trámite no contencioso,

legitimando plenamente los negocios que los usuarios le soliciten, en el marco regulado por

el cuerpo normativo citado.

En mérito al principio de rogación, es que surgen las pretensiones de las partes, siendo la

traducción de estas voluntades, las que quedarán plasmadas en los instrumentos públicos.

Función Subjetiva

La función subjetiva del notario, podemos asociarla a la labor de identificar quienes

pueden celebrar actos y de qué forma; en este proceso, resulta importante utilizar los

medios electrónicos que por mandato normativo se ponen a disposición de los Notarios,

tales como el acceso a RENIEC, la identificación biométrica de huellas dactilares, el

Documento Nacional de Identidad. En todo momento el notario tiene el deber informar a

las partes, los extremos y trascendencia de los actos celebrados delante de él.

Tipos de responsabilidad notarial

“ (Arnau), expone que es corriente entre los autores, establecer las siguientes clases de

responsabilidad:

a) Civil

b) Penal

c) Administrativa

d) Disciplinaria o reglamentaria”.

Responsabilidad civil

Luís Cancinos define a la Responsabilidad Civil del Notario como aquella que deviene

de la comisión de un acto ilícito u omisión de un acto lícito y la obligación de resarcir los

daños y perjuicios causados (Cancinos Rodríguez)


“La responsabilidad civil del notario puede ser de origen contractual o extracontractual,

dependiendo de la causa que lo origine. Contractual. Por tratarse de un contrato de

prestación de servicios profesionales, cuyo clausulado si no establece en cada contrato, es

suplido por el Código Civil, el arancel de notarios y el código de Notariado.

Extracontractual. Es la relación con uno de los sujetos que contrata con su cliente, que

no ha celebrado un contrato de prestación de servicios con el notario y sin embargo lo

recibe de parte de él” (ElNotariado.com).

Responsabilidad penal

Dante Marinelli afirma: “Nos encontramos ante la responsabilidad más delicada e

importante para el Notario, pues en su carácter de Fedatario tiene depositada la Fe Pública

del Estado ante los particulares, considerando que el valor que tiende a realizar el Derecho

Notarial es la seguridad jurídica, cualquier mal uso que se le diera a la Fe Pública, traería

como consecuencia una desconfianza entre los particulares y el desconocimiento del

Notario, en su carácter de Fedatario, por parte del Estado, pues generaría una inseguridad

jurídica” (Marinelli, 2013).

Se puede concluir que es aquella responsabilidad que posee el Notario como producto de

la comisión de un delito en el ejercicio de su función tipificado en el Código Penal ya sea

que se haya cometido por dolo o culpa del Notario.

Responsabilidad disciplinaria

Carlos Emérito González establece que: “La responsabilidad disciplinaria ha sido

adecuadamente definida por Prunell quien afirma que la misma opera mediante una acción

que tiene: por objeto reprimir una falta a los deberes de la profesión reglamentada; por fin

el mantenimiento de la disciplina necesaria en interés moral de la profesión cuyas normas

de ejercicio han sido violadas; y por medios las medidas o penas a infligir por una
jurisdicción instituida con ese propósito”.” Estas faltas disciplinarias pueden ser, para

González Palomino, de cuatro clases:

 Actos de incorrección personal

 Actos de incorrección profesional

 Falta a los deberes funcionales

 Falta a los deberes corporativos” (González, 1971).

Responsabilidad administrativa

Luís Carral, menciona que “se incurre en Responsabilidad Administrativa por

incumplimiento de deberes ajenos a la función notarial propia, que otras leyes

administrativas le imponen” (Carral y De Teresa).

Dante Marinelli establece que “la actuación del Notario no solo se limitará a dar fe de la

declaración de los comparecientes, a moldear la voluntad de los otorgantes, o contraer

responsabilidades civiles o penales por el ejercicio errado de su ministerio, o asesorar a los

comparecientes en cuanto a las cargas fiscales que recae sobre ellos, al celebrar

determinado negocio o declaración de voluntad”.

“La función Notarial no se limitará solo a estas actividades, porque una vez concluida su

misión asesora, modeladora y legitimadora referente a autorizar con su firma las

manifestaciones de voluntad de los otorgantes, contrae obligaciones posteriores al

otorgamiento del acto, a esto es lo que se refiere la Responsabilidad Administrativa del

Notario” (Marinelli J. D.).

Proceso disciplinario

El régimen disciplinario del notariado, menciona Gonzales, tiene como finalidad que la

función notarial se ejerza en base a los principios de defensa del bien común, seguridad
jurídica en la contratación y tráfico jurídico, veracidad de los hechos, eficiencia del servicio

y respeto por la legalidad (Gonzales, 2012).

La primera instancia la resuelve el Tribunal de Honor de los Colegios de Notarios, y la

segunda instancia, el Consejo del Notariado (Art. 147° LN). Además, cada Colegio de

Notarios tendrá un Tribunal de Honor, compuesto de tres miembros que no integren

simultáneamente la directiva, y/o abogados de reconocido prestigio moral y profesional

(Art. 132°LN).

El Tribunal se elige en asamblea general, mediante votación secreta, por mayoría de

votos y mandato de dos años. Se elegirá de la misma forma a los miembros titulares y

suplentes.

Estos últimos actúan en caso de abstención o impedimento de los titulares (Art 133°

LN), Sin embargo, en tanto no se elijan los miembros de los Tribunales, las Juntas

Directivas tendrán competencia para resolver en primera instancia todas las denuncias y

procedimientos disciplinarios, hasta su culminación (Primera Disposición Complementaria,

Transitoria y Final de la LN).

Y, además, el procedimiento se compone de las siguientes fases: inicio, investigación,

audiencia, resolución e impugnación (Art. 65° reglamento). El procedimiento disciplinario

se inicia por denuncia de parte, a instancia de la junta directiva, del Consejo del notariado o

de oficio por decisión del Tribunal de Honor (Art. 151 LN y Art. 66° reglamento).

De oficio o por instancia, el Tribunal de Honor solícita informe al notario cuestionado,

quien debe absolverlo en 10 días útiles. El Tribunal resuelve la apertura o no del

procedimiento disciplinario en el plazo de 20 días hábiles. La resolución que deniega la

apertura es impugnable, aunque no se señala el plazo, se supone que debe aplicarse las

normas del procedimiento general, por lo que el plazo de apelación será de 15 días útiles.
El expediente se eleva al Consejo del Notariado, quien resuelve (Art. 68° reglamento).

BIBLIOGRAFÍA

 Arnau, E. G. (s.f.).

 Cancinos Rodríguez, L. E. (s.f.). 7.

 Carral y De Teresa, L. (s.f.). 129.

 ElNotariado.com. (s.f.).

http://www.elnotariado.com/ver_nota.asp?id_noticia=2087.

 Gonzales. (2012). 1438.

 González, C. E. (1971). Derecho Notaria. Editorial La Ley S.A. , 239.

 Marinelli, D. (2013). 15.

 Marinelli, J. D. (s.f.). 31.

 Tambini, M. (2014). 21.

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