Había vez. Una gatita muy pero muy traviesa que rompía los juguetes de los niños, trepaba por las cortinas, rasguñaba a las personas, etc. Un día el dueño iba vender la gatita porque era muy traviesa. Ella estaba muy triste porque la iban a vender. Finalmente. El dueño cambio de opinión y se quedó con la gatita, ella y el vivieron felices, pero luego se robaron a la gatita y el quedo triste. Pego carteles por toda la ciudad. Hasta que miro para abajo y vio a la gatita el adivino lo que quería decir la gata ¡se había escapado, no se la robaron! Y ahora sí que vivieron felices.Fin