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INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 3
defined.
defined.
CONCLUSIONES ............................................................................................................ 12
BIBLIOGRAFIA ............................................................................................................... 13
DEDICATORIA
Los contratos innominados, desde la época de Justiniano se les concede la acción prescriptis verbis,
características de las obligaciones de dar y de hacer. Su origen puede encontrarse Labeon quien los inventa
por los casos en que realmente existía un contrato. Para que haya un contrato innominado, se señala que debe
haber un acuerdo sinalagmático, que una de las partes haya cumplido su prestación. Su efecto principal es el
de dar nacimiento personal de cumplimiento.
El contrato es el acuerdo de dos o más partes para crear, regular, modificar o extinguir una relación
jurídica patrimonial.
Según el maestro y jurisconsulto Diez Picazo dice que “contratos atípicos son los que no poseen
regulación legal propia, asimismo agrega que la labor de Creación de nuevas figuras contractuales no puede
en verdad ir muy lejos en los ordenamientos jurídicos desarrollados. De hecho lo que sucede es que se
aprovechan al máximo de los tipos o esquemas legales existentes, introduciendo en ellas nuevas
prestaciones o nuevos pactos que desnaturalizan o desfiguran para servir a fines distintos total o
parcialmente de los previstos por el legislador, o combinan dos o más tipos de los conocidos con ese mismo
objetivo.
CONTRATOS ATIPICOS:
Franchising
Know how
Factoring
Underwriting
Joint Venture
Leasing
Fideicomiso
Swap
Pool
Contrato de pool aeronáutica
Según el Derecho Romano, en la Antigua Roma originalmente se distinguían dos grupos de contratos:
Cada uno de estos contratos se distinguía por ser formales, producía obligaciones en el ámbito del
derecho romano no por el simple acuerdo de las partes, sino que producía estos efectos ya que cuenta con
una formalidad determinada.
En los contratos “Verbis” la formalidad, lo que los romanos llamaban la “estipulacio”, que era una
forma sacramental en virtud de la cual ellos decían: prometes hacer tal cosa, sí, sí prometo hacer tal
cosa, sí estipulo hacer eso. El decir esa fórmula era sacramental lo que producía la obligación
respectiva.
Los contratos “Líteris” también eran formales, la formalidad consistía en hacerlos por escrito,
literalmente.
Los contratos “Re” que también eran formales, la formalidad consistía en la entrega del objeto.
Los contratos “Consensu” eran consensuales, derivaban del consentimiento, pero el
consentimiento por sí sólo no producía los efectos jurídicos en esos casos: los efectos se producían
simple y llanamente porque se adoptaba uno de los cuatro tipos en los cuales el ordenamiento
jurídico romano le dotaba de eficacia de efectos jurídicos y eran cuatro nada más: la compra-venta,
el mandato, la sociedad y el arrendamiento.
Lo que caracteriza a estos contratos es que contaron con una acción genérica,
buscaban en la entrega del objeto, la obtención de la contra-prestación.
En la época clásica, si alguien lograba una contraprestación no garantizaba el derecho para exigir
acciones de reclamación, sin embargo, producía una situación de enriquecimiento patrimonial. La
concesión de una acción al efecto fue el inicio de la sanción jurídica de estas figuras, extendidas a todos los
contratos innominados.
Todos estos grupos consisten en: doy para que dés, yo te doy algo para que me
des algo tú, yo te doy algo para que hagas algo tú, yo hago algo para que me des algo, o yo hago algo para
que tú me hagas algo. A estos cuatro grupos de contratos les denominaron contratos innominados
Es así como surge históricamente la distinción entre contratos nominados y contratos innominados que
se proyecta hasta nuestros días. Pues las personas aún trabajan con este tipo de contratos como el Leasing,
el Factory, el Francaesin, la Tarjeta de Crédito, el know –how, etc.
teniendo sustento en la libertad y la creatividad de las partes que persiguen satisfacer necesidades
Toman este nombre por no estar previstos en el Código Civil y a la vez son atípicos por carecer de una
regulación para conformarlos, sin embargo su estructura no debe apartarse de los elementos de
Autonomía de la Voluntad:
Lo que nos parece claro es que la voluntad constituye sin duda el alma del negocio jurídico. En todo
contrato-nominado o innominado- resulta una expresión de la voluntad creadora de las partes: el fruto
acabado de voluntades que han decidido manifestarse en un acuerdo que de algún modo reglamentará su
existencia.
Pero refiriéndonos a los contratos innominados es determinante el papel que juagará la voluntad pues
se manifiesta con singular importancia en esta clase de contratos, donde aquello acordado por la voluntad
de los contratantes, abarcará espacios a los que no ha llegado todavía la voluntad del legislador.
Voluntad: Implica un acto intencional y una capacidad que guía nuestras acciones; por ello, en tanto
que acto, equivale a la libertad de hacer o de decidir con pleno conocimiento.
autonomía de la voluntad que no encuentra asiento en ningún contrato nominado o típico, creando por
Que se cree un negocio jurídico o contrato nuevo no quiere decir por ello que no se deban cumplir
requisitos básicos que todo contrato debe tener, es decir, como la buena fe de los contratantes y la
capacidad contractual de los mismos, además de carecer de vicios que hagan que el contrato sea nulo o
anulable.
confiere a las personas para que estos regulen sus propios intereses de la mejor manera que consideren
principios básicos que no se deben romper. Dentro de ese marco general las partes pueden hacer como
tengan a bien. Precisamente ahora los modernos Contratos Atípicos surgen, se desarrollan, crecen, en el
las partes prácticamente no tenía ningún valor, lo que valía era la forma. La observancia del formalismo y
los efectos jurídicos de un contrato de una obligación derivaban no porque las partes lo quisieron sino
Estos contratos no son regulados por la ley de un modo específico, en consecuencia no tienen una
denominación, en tal virtud quedan sujetos a lo estipulado en el Código Civil, Libro VII, establece:
En términos generales los contratos atípicos son aquellos que no estando definidos por la legislación
positiva están reconocidos por la realidad social, económica y jurídica y en ocasiones por leyes especiales,
basándose en la libertad contractual y la autonomía de la voluntad, rigiéndose por los principios generales
de las obligaciones y contratos y subsidiariamente por los principios generales del Derecho.
Aunque muchos autores no estén de acuerdo con la denominación de innominados en algunos
contratos, nosotros afirmamos la calificación a estas figuras contractuales que no están reguladas por
la normatividad del país justamente por haber sido creadas en la práctica como fruto de la
autonomía de la voluntad. Los contratos innominados no están regulados por ley pero son una muy
buena alternativa a utilizar por las empresas, ya que permiten agilizar una adecuada interrelación en los
negocios entre personas naturales y jurídicas (comprar, vender, arrendar, financiar, fideicomiso, etc.).
del proveedor designado por ella. Esta obligación es natural e inmediata que
2. surge de la firma del contrato, pues con el cumplimiento de ella la empresa financiera pone en
ejecución el contrato. La empresa de leasing en efecto debe adquirir la propiedad del bien, ya
que el contrato de leasing financiero, otorga a la usuaria, junto a otras alternativas, una opción
de compra, la cual para hacerla efectiva la empresa concedente necesita tener la facultad de
obligación, considera por algunos como principal de la empresa de leasing, viene en estricta
4. Mantener a la usuaria en el goce de los bienes, respetando el lugar, forma y demás cláusulas
contenidas en el contrato.
5. Pactar con la empresa proveedora o suministradora del bien la facultad para que la usuaria
pueda ejercitar directamente, en su propio interés, todos los derechos y las acciones derivadas
del contrato estipulado entre la proveedora de leasing y la empresa de leasing.
6. Sustituir el bien por otro más moderno tecnológicamente, antes de la expiración del plazo
7. Respetar la opción de compra a favor de la usuaria tanto respecto al valor residual pactado
1. El leasing reserva para el final del plazo algunos de sus rasgos típicos en beneficio de la
empresa usuaria, como aquel que le permite a su sola decisión, elegir cualquiera de las
siguientes alternativas:
2. Devolver el bien.
5. Adquirir el bien, haciendo efectiva la opción de que goza por haberse pactado así en contrato.
6. Otros autores señalan que al finalizar el contrato el usuario tiene tres opciones:
7. Prorrogar el contrato: dentro del contrato de leasing se debe regular los lineamientos para
prorrogar el contrato, se suele pactar un preaviso a la entidad para hacerle saber que se va a
continuar con el leasing. Se puede tomar la decisión de continuar el contrato en las mismas
condiciones o pactar unas nuevas para un nuevo período de tiempo. Lo que sí es un hecho es
que el precio de las amortizaciones debe variarse, ya que el valor del bien ya fue cancelado.
8. Restituir el bien: si el usuario no está interesado en continuar utilizando la cosa debe devolverla
al terminar el contrato. El bien debe ser devuelto en el mismo estado en que se entregó
9. Comprar el bien: en todos los contratos de leasing se le da la opción al usuario que al terminar
10. El leasing es una forma de financiamiento, ofrece al usuario la posibilidad de agregar otra línea de
crédito a las que tiene a su disposición, el bien que será objeto del leasing debe tener una aptitud tal,
que proporcione los rendimientos necesarios para cubrir el costo de la amortización, más los
beneficios esperados ante un normal funcionamiento de la empresa. Es el propio equipo el que se
va a autofinanciar con los mayores ingresos que proporcione.
CONCLUSIONES
Al finalizar un análisis final de los aspectos estudiados, podemo obtener elementos que nos
conduzca a la formalización de las siguientes conclusiones
La llamada “Resolución del conocimiento”, cuyo inicio se da hace aproximadamente sesenta años -
al termino de la segunda guerra mundial-, ha producido ciertas sacudidas en la economía mundial
y cambios profundos en las actividades y formas de vida de la humanidad, pues que los avances
científicos y tecnológicos que se han dado a lo largo de los años, no tienen precedencia en la historia.
Se han producido grandes avances en la ciencia y en la tecnología, que han hecho avances en todas
las actividades humanas en una proporción nunca antes experimentada.
El producto de la globalización y el constante emprendimiento, innovación y voluntad de los
empresarios a nivel internacional, ha traído consigo una nueva cultura “contratos que deben
adaptarse a las necesidades de las empresas”
Los contratos típicos se rigen bajo una regla universal, siempre son iguales “dentro del país que se
ha ejecutado y los contratos atípicos se basan en las necesidades de la empresa pero no deja de
regir bajo las reglas de la nación en la que se ejecuten.
La carencia de regulacion jurídica específica establecida para los contratos de transferencia de
tecnología, les da la calidad de contrato atípico o innominado. Se deja a las partes la formulación de
las clausulas de otorgamiento del contrato con las características y condiciones que ellas libremente
establezcan
BIBLIOGRAFIA
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