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1. NOCIONES PREVIAS.
1.1. VOCALES.
El aire expulsado por los pulmones llega a la laringe, produciendo la vibración de las cuerdas
vocales. A continuación sube hasta la faringe, desde donde sale al exterior sin ningún roce ni
obstrucción. Las vocales tienen un timbre, determinado por la apertura y la forma de la cavidad
El desplazamiento hacia abajo del maxilar inferior y de la lengua con él determina la apertura de la
Los movimientos de la lengua hacia adelante y atrás determinan la forma de la cavidad. Si la lengua
ocupa la región delantera (paladar duro), la vocal es anterior o palatal (i, e). Si ocupa la zona
intermedia (mediopaladar), la vocal es central (a). Si ocupa la región posterior (velo), es posterior o
velar (o, u); estas últimas se acompañan de un redondeamiento de los labios2.
Cada vocal puede tener una duración/cantidad breve o larga. Esta oposición es fonológica o
distintiva: mālum “manzana” / mălum “malo”.
1.2. CONSONANTES.
El aire llega a la laringe. Si las cuerdas vibran, la consonante es sonora, si no, es sorda. El aire sube
hasta la faringe y se expulsa rozando algunos puntos de la cavidad bucal o encontrando en ellos
una obstrucción. Las consonantes se clasifican según: 1. acción del velo, 2. modo de articulación, 3.
punto de articulación.
1 En algunas lenguas existen grados intermedios entre estos tres puntos de apertura. También en latín tardío existía
una i abierta procedente de la i breve clásica, que en romance acabó convergiendo con la e: ĭn > en.
2 El redondeamiento puede afectar también a las platales: /y/ (u francés, alemán, jónico-ático).
2. Vocales y diptongos. Consonantes y semiconsonantes. Las sonantes: concepto y evolución.
El sonido puede ser oral o nasal. Es oral cuando el velo del paladar se eleva adhiriéndose a la pared
faríngea y, por tanto, saliendo el aire solo por la cavidad bucal. Es nasal si el velo, en cambio, se
mantiene abajo, pasando y saliendo así parte del aire por la cavidad nasal y el resto por la bucal. Las
nasales pueden ser labial (m), dental (n), velar (ŋ) o palatal (ñ).
Oclusivas: (< occludere) Los órganos cierran bruscamente el paso del aire (implosión) y lo
abren inmediatamente (explosión).
Fricativas: (< fricare) Los órganos se estrechan sin llegar a cerrarse, por lo que el aire pasa
rozándolos.
Líquidas: El aire sale por los lados de la cavidad bucal.
Lateral:
Palatal: la lengua se adelanta (latín ante ĕ, ĭ, l).
Velar: la lengua se eleva hacia el velo (latín ante ē, a, o, u o consonante distinta
de l).
Vibrante: el ápice de la lengua vibra contra los alveolos.
El cierre, la abertura o el estrechamiento de los órganos se puede producir en los labios (labial), los
dientes (dental), los labios y los dientes (labiodental), los alveolos (alveolar), el paladar (palatal), el
velo (velar o gutural), el velo y los labios (labiovelar).
Tres grupos de sonidos: consonantes, vocales y sonantes. El ie era especialmente rico en oclusivas, y
la única fricativa era *s. existían varios sonidos que en su articulación responden a la definición de
consonantes pero pueden funcionar como centros vocálicos: las sonantes líquidas (*l, *r), las
oclusivas nasales (*m, *n), las semivocales (*y, *w) y las laringales (H1, H2, H3).
2.2. VOCALES.
3Algunas teorías reduccionistas: en protoie había una vocal (*e), presente en la mayoría de las raíces; a partir de
esta, por deentonación, habría surgido la *o. En una última etapa posterior al protoie habría surgido *a, a partir de la
vocalización de las laringales.
2. Vocales y diptongos. Consonantes y semiconsonantes. Las sonantes: concepto y evolución.
2.3. CONSONANTES.
Modo
Sordas Sonoras Aspiradas sonoras
Punto
Labiales *p *b *bh
Dentales *t *d *dh
Velares *k *g *gh
labiovelares *kw *gw *gwh
2.4. SONANTES.
Al menos seis sonantes: *y, *w, *l, *r, *m, *n4. Las sonantes pueden desempeñar la función de
consonante pero también de centro vocálico en sílabas que empiezan y acaban en consonante.
2.5. DIPTONGOS.
Existían multitud de diptongos, sucesiones de vocal *e, *o, *a + sonante. Sin embargo, de estas
numerosas secuencias, solo actúan como diptongos en latín los que tienen como segundo elemento
*i o *u. Por tanto, mencionamos solo seis diptongos: tres tienen como segundo elemento *i: *ei, *ai,
*oi; los otros tres, *u: *eu, *au, *ou. Otros seis de primer elemento largo: *ēi, *ōi, *āi, *ēu, *ōu, *āu.
2.6. LARINGALES.
Ferdinand de Saussure, en 1879, propuso la existencia de sonidos que habrían desaparecido
dejando su huella en forma de vocales, alterando además los sonidos contiguos; los llamó
coeficientes sonánticos. Llegó a esta conclusión del siguiente modo (ej.): alternancia vocálica δίδωμι
/ δίδομεν; Saussure postula una raíz *dH, donde H sería el coeficiente sonántico, sonido que habría
vocalizado tras la consonante dando el resultado o; si le precedía una vocal (grado pleno *deH-), el
coeficiente sonántico desaparecía, alargando antes la vocal y traspasándole su timbre, o en este caso.
Saussure propuso la existencia de tres coef. sonánticos: H1, H2, H3, dotados respectivamente de los
timbres e, a, o.
En 1917 Möler los llamó laringales por creerlos coincidentes con las consonantes laringales
semíticas. Se discute la naturaleza de las laringales, aunque se supone que eran fricativas velares o
bien oclusivas laringales o glotales.
El descubrimiento del hitita dio fuerza a la teoría de las laringales, ya que en esta lengua casi
siempre se conservaba un sonido h donde se había supuesto la existencia previa de una laringal.
(ampliar con ejemplos).
3.1.1. Simples.
El latín conserva las oclusivas simples ie, excepto en final absoluto de palabra:
Las sordas sonorizan: desinencia secundaria –t, feced (Vaso de Duenos). Si bien,
posteriormente se restituye la –t por analogía con las desinencias primarias.
Las sonoras desaparecen tras vocal larga:
o mēd > me
o sententiād > sententia (S.C. Bacch.)
Hechos esporádicos:
o d > l (olēre < *odēre; lingua < dingua < *ḍngwa)
o d > r (arfuerunt5 < adfuerunt)
3.1.3. Labiovelares.
Las labiovelares se conservan bastante bien: el latín en este aspecto es la lengua ie más
conservadora.
a) Sonora (gw):
Tras nasal y ante vocal: gu (*ngwen > inguen).
En inicial ante vocal / entre vocales, pierde elemento velar (*gwi-wo-9 > uiuus; *bhlugw > fluo).
En inicial ante sonante, pierde el apéndice (*gwrow- > grauis).
5 S.C.Bacch.
6 Inicialmente aspirado pero ya mudo en época preliteraria (*ne-hemo > nemo)
7 hortor
8 Vid. 3.3.1
9 Βίος
2. Vocales y diptongos. Consonantes y semiconsonantes. Las sonantes: concepto y evolución.
3.2.1. Conservación.
Inicial ante vocal (*sekw-o- > sequor; *septm > septem).
Ante oclusiva sorda / inicial / interior (*spend- > spondeo).
Tras oclusiva sorda o sonora ensordecida (*deik-s- > dixi; *reg-s- > rexi).
3.2.2. Alteraciones.
Ante sonora (excepto r), desaparece (*snusos > nurus; stlokos > slokos > locus).
Ante r, cuyo punto de articulación es muy próximo, se evitó la asimilación mediante el
desplazamiento del ápice de la lengua al punto de conjunción de los incisivos superiores e
inferiores. Es decir, se reforzó en la fricativa interdental sorda (θ), que, a continuación, recibió
los dos tratamientos vistos en 3.1.2. a, d. (*srigos > |prigos > frigus).
Tras l o r, se asimila, sonorizando previamente en z. (*kol-som > collum; fer-se > ferre).
Entre vocales, rotacismo. En un primer momento, las vibraciones glotales de las vocales
circundantes de propagaron sobre la silbante, convirtiéndola en sonora (z). posteriormente, en la
primera mitad del IV, las vocales ejercieron un influjo de apertura sobre esta silbante sonora,
transformándola en r. (*es-e-t > esed11 > erit; aeris, gen. de aes).
Posición final tras vocal, tendía a pronunciarse como un soplo12. A finales del III, sin embargo,
se inició una reacción que restableció la s final, excepto en la lengua culta, ya que en las
inscripciones del II este sonido aparece siempre registrado, en los poetas clásicos sí forma
posición y parte de las lenguas romances lo testimonia (fr. ant. li murs < ille murus; cast. ant.
uebos < opus).
10 La labiovelar, al ir ante la t del participio (sorda), la g (sonora) se convierte, tras perder su apéndice en c (sorda).
11 Lapis Niger.
12 En algunas inscripciones se prescinde de la grafía; en los poetas antiguos no hacía posición.
2. Vocales y diptongos. Consonantes y semiconsonantes. Las sonantes: concepto y evolución.
Particular atención merece el caso de la asimilación que afectaba a los grupos de dos dentales
(*dt, *tht, *tt). En primer lugar, se asimilaba el rasgo de no sonoridad (*dt > *tt). En este estadio, dejó
de mantenerse bien la tensión entre las dos dentales sordas (una implosiva, otra explosiva), por lo
que se produjo el escape de un soplo que derivó en s, ejerciendo finalmente su asimilación sobre los
contiguos.
› meto: *met-ti-s > messis › cado: *cad-tos > *cattos > *cassus > casus
› patior: *pat-tos > passus
3.3.2. Disimilación.
La disimilación, más restringida en latín, consiste en la diferenciación de dos sonidos, contiguos o
no, debido al exceso de atención que se produce en la pronunciación de uno de ellos, generando el
consiguiente descuido en la del otro, que puede llegar a desaparecer.
› *can-men > carmen › *gen-men > germen › *in-gno-tus > ignotus.
3.3.3. Epéntesis.
La epéntesis se produce cuando el hablante desarrolla una consonante de transición debido al
esfuerzo que debe poner cuando dos sonidos contiguos en sílabas diferentes pueden asimilarse.
› *em-tom > emptum › *ex-em-lom > exemplum
3.3.4. Simplificación.
La resolución de determinados grupos de consonantes se explica por la tendencia a reducir el
esfuerzo articulatorio. Hecho que también se da en las consonantes geminadas precedidas o
seguidas de vocal larga:
› *quinc-tos > quintus › *bheidh-to- > feittos > › *fārsina > *farrīna >
fissus > fisus farīna
4.1.6. Anaptixis.
Entre una oclusiva y una líquida se desarrollaba en latín una vocal anaptíctica, de timbre u si la
líquida era velar, de timbre i si era palatal. En ocasiones, la anaptixis se produjo antes de la
transmisión literaria (*dheigw-la > fibula; *okw-olos > oculus). En otros casos se produce la forma sin
anaptixis, por ejemplo en Plauto: *pot-lom > poclum > poculum.
Breuis breuians. Las palabras de esquema ˘ ˉ tendían a adquirir el ritmo ˘ ˘ debido en parte a una
asimilación cuantitativa y en parte a un debilitamiento de la vocal final. *bĕnē > bĕnĕ, *ĕgō > ĕgŏ.
4.3. ALARGAMIENTOS.
4.3.1. En monosílabos.
En las palabras monosílabas autónomas la vocal breve se pronunciaba con una duración
ligeramente mayor que en las polisílabas, hasta el punto de que el hablante terminaba por
identificarla con una larga (mē; tū; dās, pero dăre; sāl, pero gen. sălis).
4.3.2. Compensatorio.
La desaparición de una sonora o de su rasgo de sonoridad ante otra consonante se traduce en un
desplazamiento de sus vibraciones glotales hacia la vocal precedente, que se alarga así
compensando la desaparición. Casos:
NASAL: ns > s: ac. pl. *-ō-ns > *-ŏns > -ōs
ANTE SONORA: s > z > ø: *ĭsdem > izdem > ídem
G / D ante oclusiva sorda > C / T: *ăgtos > āctus; *tĕgtom > tēctum; *cădtos > *cāttos > cāssus > cāsus.
4.3.3. Contracciones.
SIN TERMINAR