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EE. UU.: ¿Nación democrática sólida?

A través de mucho tiempo se viene repitiendo por todo el mundo


que los Estados Unidos de Norteamérica se conformaron en un
territorio fuertemente democrático, con un Estado Social de
Derecho impermeable a cualquier práctica anómala que fuera en
detrimento de las instituciones bien construidas nacionalmente en
pro del desarrollo político, jurídico, social, económico, etc.

En una entrevista reciente, el intelectual norteamericano Noam


Chomsky dijo sin chovinismos lo que, según él, está ocurriendo en el
país de las supuestas libertades: “existe un pronunciado y profundo
desprecio de Estados Unidos por la democracia en el mundo árabe.
Estados Unidos está aterrado con la democracia, porque la
democracia puede llevar a la independencia. Mientras la población
esté bajo control y tengan a un dictador de su lado, hacen lo que
quieren”. Una persona desprevenida (¿La mayoría?) tomaría estas
palabras como una agresión al país del “sueño americano”.

Como si la diosa Palas Atenea estuviera dándome indicaciones para


ir formando un corpus argumental que le diera bases a la opinión
que tengo sobre la doble moral del imperio de América del Norte,
encontré en la selección semanal del periódico The New York Times
que ofrece el diario El espectador, un análisis que hizo el columnista
de opinión del diario neoyorquino, Scott Shane, sobre la relación que
ha tenido EE.UU. con dictadores de varios países del mundo,
apoyándolos políticamente con grandes sumas de dinero. Scott
Shane nos recuerda el apoyo que tuvieron de EE. UU. algunos
gobernantes despóticos en varios períodos de la historia: Fulgencio
Batista y Zaldívar, de Cuba, “El Hombre” (1940-1944, 1952-1959),
Mohammed Reza Pahlavi, el Shah de Irán (1941-1979), Ferdinand
Edralin marcos, de Filipinas (1965-1986). George H.W. Bush hizo un
elogio sin inmutarse -cuando era vicepresidente del gobierno de
Ronald Reagan- del gobierno filipino de Marcos: “nos encanta su
apego a los principios democráticos y al proceso democrático”.
¿Principios democráticos en un gobierno que sumaba tres lustros?
Creo que es justo y necesario suprimir el cliché de que EE.UU. es una
gran nación democrática, de la cual hay que seguir tomando como
modelo sus instituciones: ¿los bancos han socializado las ganancias?,
¿han privatizado las perdidas?, ¿o fue al revés?; Partidos políticos,
¿emular el racismo del Partido Republicano de hoy? ¿Seguir la forma
de hacer política del Tea Party?; política exterior, ¿invadir territorios
soberanos y apoyar dictadores?; política interior, ¿crear xenofobia
diciendo que la culpa de los altos niveles de desempleo la tienen los
hispanoamericanos? No faltará alguien que me diga que la realpolitik
está por encima de la democracia si los intereses de EE.UU. se ven
afectados.

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