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Por fortuna del país y de nosotros como habitantes, la historia cambió; hubo una
decidida lucha del estado contra los carteles de la droga, las penas se hicieron
mucho más severas, nuestro sistema se modernizó, la comunidad internacional
brindó su ayuda y de nuevo el país, fue visto como un territorio de la región, como
posible destino para la inversión. Pero nuestro estado no está cerca de acabar con
este delito, pues en la actualidad, todavía persisten algunos focos del narcotráfico,
sobre todo en las zonas más marginadas del país y en donde el gobierno no hace
presencia. El narcotráfico aún sigue siendo visto como un escape a los problemas
de dinero de muchos colombianos y a la falta de oportunidades laborales y de
educación. Si bien el estado ha hecho un gran esfuerzo por erradicar este delito,
todavía le queda mucho por recorrer en su lucha por acabarlo de forma definitiva.
Pero con toda y las limitantes que eso supone, el esfuerzo hecho por el estado en
los últimos veinte años, ha dado como resultado que el porcentaje que representó
el lavado de activos en el PIB del país, haya caído al 1,3 por ciento para el año
2013. De igual manera este flagelo del lavado de activos y financiación del
terrorismo, no es solo un problema local, este lastre es de índole internacional según
un informe de la auditoría general de la república en el año 2012 : algunas cifras, se
muestran como a nivel mundial, “el lavado de dinero puede representar el 7% del
PIB mundial” esto porque el estudio demuestra como el lavado de dinero en el
mundo es exageradamente alto al fluctuar entre “800 mil millones de dólares y dos
billones de dólares” (Dato tomado del informe de auditoría general de la República,
2012, p. 48).
Para contrarrestar estos delitos el estado lo hace no solo a través del código penal,
ley 599 del 2000, sino a través de determinadas leyes, que han dado como resultado
que se logre estrechar el cerco a los delincuentes, haciéndole cada vez menos
infructuosa su labor. Ley 526 de 1999, su función es la intervención del estado con
el fin de detectar practicas del lavado de activos; ley 793 de 2002, se establecen
normas que gobiernan la extinción de dominio; ley 1121 del 2006, por medio de la
cual el país, reguló la tipificación del delito de financiación del terrorismo; ley 1621
de 2013, por medio del cual se expiden normas para fortalecer el marco jurídico que
permite a los organismos que llevan a cabo actividades de inteligencia cumplir con
su misión constitucional y legal; decreto 1068 del 2015, decreto reglamentario del
sector de hacienda y crédito público; decreto 1674 de 2016 y el informe de gestión
UIAF del 2016.
Ahora bien, si observamos nuestro código penal actual y lo comparamos con el
anterior, de manera detallada, podemos encontrar que el legislador añadió dos
delitos que están de manera directa, ligados con el lavado de activos y son, el
testaferrato y el enriquecimiento ilícito de particulares; el primero nos muestra que
será condenado quien preste su nombre para adquirir bienes con dineros
provenientes del delito de narcotráfico y conexos y, el segundo quien de manera
directa o por interpuesta persona obtenga, para sí o para otro, incremento
patrimonial no justificado, derivado en una u otra forma de actividades delictivas.
Con esto, el estado lo que hace es no solo ir tras el directamente responsable del
lavado de activos o financiación del terrorismo, sino que busca que quien se preste
para ello sea declarado también responsable de una conducta delictiva.
Así mismo, en nuestro país, existen organismos de control que siempre están de
manera permanente, tras las personas que están involucradas con estos delitos.
Uno de ellos, es la Fiscalía General de la Nación, que está obligada a adelantar el
ejercicio de la acción penal y realizar la investigación de los hechos que revistan las
características de un delito que lleguen a su conocimiento por medio de denuncia,
petición especial, querella o de oficio, siempre y cuando medien suficientes motivos
y circunstancias fácticas que indiquen la posible existencia del mismo; además, de
exigir la presencia de los hipotéticos transgresores del código penal, tomando
medidas cautelares de acuerdo al mismo código. Conjuntamente, y así se amerita,
en los casos que sea necesario debe efectuar el restablecimiento del derecho y el
resarcimiento de los perjuicios ocasionados por la infracción de la que se estaba
acusando.
También encontramos a la Superintendencia Financiera de Colombia, que es el ente
oficial encargado de propender por la solvencia, disciplina y supervisión del Sistema
Financiero de Colombia. Cumple su misión institucional por medio de la inspección,
vigilancia y control sobre las personas que realicen actividades financieras,
bursátiles, aseguradoras y cualquier otra relacionadas con el manejo,
aprovechamiento o inversión de recursos captados del público; por el último,
encontramos a la Unidad de Información y Análisis Financiero – UIAF, esta
importante organización es la unidad de inteligencia financiera y económica de la
nación, su objetivo social está enfocado en preservar la protección y confianza
nacional en el ambiente de capital, por medio del desarrollo de estrategias que
permitan hacer inteligencia al avance de las operaciones económicas del país
respaldada por la tecnología e innovación. Teniendo como marco legal el respeto
por los Derechos Esenciales contemplados en los Derechos Humanos y el Derecho
Internacional Humanitario, sus acciones se llevan a cabo con el único fin de advertir
y revelar todas las actividades incorporadas a los delitos de lavado de activos, las
infracciones origen del hecho, la financiación del terrorismo y suministrar la
información necesaria en las acciones de extinción de dominio.