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Hardware, software y criterio

para saber vivir con las redes

Mirando ese panorama desde una perspectiva más amplia, parecería


indudable que si la información es componente indispensable de la
civilización, entonces en la medida en que esté más informada una
sociedad será más capaz de desplegar sus potencialidades en su propio
beneficio. Por un lado, como tanto se ha dicho, en la educación está una
de las claves para que una nación se desembarace de sus peores
atrasos. Y hoy en día la educación formal no basta; gran parte del
conocimiento que se obtiene en el mundo contemporáneo se aprehende a
través de los medios de comunicación.

En el caso de los mensajes difundidos por procedimientos cibernéticos


hay una capacidad multiplicada para acceder a muy versátiles y
abundantes fuentes de información, a las que para comprender y utilizar
con provecho es preciso clasificar, discriminar, evaluar: conductas, todas
ellas, que requieren a su vez de un bagaje educativo por encima de los
promedios de escolaridad en países como los de América Latina. Para
navegar por la Internet a nadie le piden su título universitario, pero cuanto
más alta sea la escolaridad es más probable que un usuario tenga mayor
capacidad para aprovechar el exuberante caudal de datos, experiencias y
sugerencias que es posible encontrar en las redes.

El acceso al ciberespacio, visto desde esa perspectiva, es uno de los


recursos con que una nación puede acelerar su desarrollo. Por una parte,
ése constituye hoy en día uno de los medios más abundantes en
información para la capacitación, el conocimiento y, como en este libro se
insiste, para el entretenimiento y el ocio. Pero además, los ciudadanos
que se convierten en cibernautas tienden a adquirir una concepción más
vasta, más ancha, del mundo en el que nos encontamos, de la globalidad
contemporánea. No siempre ocurre así, por motivos que también se
explican más adelante y en esa dificultad para aprovechar a la Internet se
encuentra una de las carencias que pudieran extenderse y no sólo en los
países aún por desarrollarse.

No basta con que una nación tenga hardware y líneas de fibra óptica
suficientes, para que las navegaciones así posibles sean provechosas en
términos culturales. También hace falta que exista adiestramiento para
elegir críticamente qué encontrar en las redes, más allá de las habilidades
técnicas. Estas, por lo demás, son cada vez menos exigentes. Si no
somos fanáticos de la computación en sí misma, podemos pasárnosla sin
entender cómo es que un disco duro tiene archivos ocultos, o aunque no
sepamos cómo funcionan, podemos conformarnos con saber que los
baudios son la medida de la velocidad de transmisión de una señal de una
computadora a otra. Ese es asunto de los técnicos y los aficionados a
tales complejidades. A diferencia de especialidades como esas, el
adiestramiento necesario al que nos referimos es el que tendría que existir
para evaluar y elegir los mensajes que encontramos en cualquier
moderno medio de comunicación. Sería preciso que nos educaran,
preventiva y activamente, para mirar la televisión o leer los diarios. De la
misma manera, creemos que es pertinente que a los cibernautas de
mañana se les enseñe a navegar con ventaja por las redes para que,
valga el juego de palabras, no acaben enredándose en ellas. Saber vivir
con las redes será una de las destrezas básicas para vivir en el mundo de
la internacionalización electrónica.

Es en ese sentido amplio, que entiende a la información y la educación


como palancas para el desarrollo pero no como sus únicos motores, que
puede considerarse que el acceso al universo de información y
experiencias que hay en el ciberespacio resulta fundamental para el
desarrollo de una nación. En nuestras sociedades y, de manera más
amplia, en el panorama internacional de hoy, más allá de ideologías,
costumbres y/o concepciones del mundo, el problema fundamental es la
desigualdad entre las naciones y dentro de cada una de ellas. Allí se
encuentra, como hemos señalado antes, uno de los rasgos inherentes a la
globalización de este fin de siglo.

No sólo somos muchos. Por encima de ello, tenemos muchos pobres y


unos cuantos privilegiados con recursos para, por diversas vías, sentirse y
quizá ser contemporáneos de los cambios en el mundo. La novedad de
los recursos en materia de datos de los que podemos disponer a través
de las redes, junto con la importancia creciente que están alcanzando en
los países desarrollados, puede llevarnos a suponer que la instauración
de la sociedad de la información es el remedio para que nuestros pueblos
salgan de sus muchos atrasos.

Esa suposición sólo parcialmente es cierta. Si en países como los de


América Latina tuviéramos la infraestructura telefónica, el equipamiento
computacional y las conexiones cibernéticas que existen en Estados
Unidos, sería porque ya habríamos resuelto carencias que es menester
afrontar primero. Pero en naciones como las nuestras es preciso que no
por destinar recursos a las carencias más urgentes, se descuide el
desarrollo a mediano y corto plazo. Hacen falta hospitales, drenaje,
escuelas, pero también, en los sitios donde pueden ser aprovechadas,
computadoras, módems, conexiones.

La información no va a contribuir per se a resolver los problemas del


mundo actual, pero es parte de la solución. La información no basta por sí
sola para aliviar nuestras carencias. Pero sin ella, no avanzaremos en los
remedios necesarios.
Impacto de los cambios tecnológicos en la sociedad.
Impacto Social
Sería imposible nuestro nivel de vida actual sin los grandes cambios
tecnológicos: la medicina, los transportes, las comunicaciones, la energía, etc.;
todos estos aspectos se han visto beneficiados por las innovaciones
tecnológicas. La mirada optimista de la revolución tecnológica siempre aseguró
que con las innovaciones se podrían superar los problemas de la Humanidad:
pobreza, superpoblación, migrcaciones obligadas, desigualdades sociales, etc.
La realidad nos muestra que, además de lograr un gran avance positivo, el uso
de ciertas tecnologías hacen aún más graves algunos de los problemas de nuestra
sociedad:
 os beneficios de las mejoras tecnológicas sólo lo reciben una mínima parte
de la humanidad. El resto, no sólo ve cómo se agravan sus problemas, sino que
detectan también la prolongada diferencia entre ellos y las clases sociales que se
desarrollan.
 Los llamados "efectos secundarios" (contaminación) de ciertas tecnologías,
principalmente de la industria y los transportes, están agotando la subsistencia
del planeta.
 El avance tecnológico ha provocado el reemplazo de la mano de obra por
maquinaria, lo que ocasiona una descontrolada desocupación.
 A lo mencionado anteriormente se le suma el desnivel en la "igualdad de
oportunidades", ya que no todos tienen las mismas posibilidades de tratar con las
innovaciones tecnológicas. Así, los que cuentan con esta oportunidad agilizan su
desarrollo, y el resto, todo lo contrario.

Impacto Ecológico
Existe un claro y progresivo deterioro del entorno ecológico (a lo que se le
incluye el riesgo por la integridad física de las personas) como consecuencia del
uso y abuso de algunas tecnologías.
Las innovaciones están permitiendo una sobreexplotación de los recursos
naturales y, por lo general, la sociedad se alarma cuando ya los problemas son
irreversibles, o ante espectaculares accidentes que ya no nos sorprenden.
Obviamente, la responsabilidad no recae en la tecnología en sí, sino es su abuso y
el origen de él, en los cuales las prioridades son económicas, políticas, etc. de
quienes disponen de los recursos tecnológicos y de la capacidad para condicionar
las pautas de consumo. Esta forma de actuar sólo puede ser controvertida por
otra acción totalmente diferente, de ahí la necesidad de evaluar el uso de las
tecnologías no por sus consecuencias, sino por sus causas.
Es por eso que las defensas de los valores ecológicos no deberían ser una tarea
ajena ni extraordinaria para las organizaciones políticas y sociales, quienes dejan
esa labor sólo en manos de organizaciones no gubernamentales que luchan por su
causa y naturaleza, y se ven obligados a hacerlo por los efectos consecutivos del
abuso tecnológico, y no por sus orígenes.

Impacto Político
Los avances científicos y tecnológicos que se dan en los países industrializados,
tienden a incrementar la desigualdad entre países ricos y pobres, y a dificultar el
acceso de éstos a las innovaciones tecnológicas.
Los factores que explican la razón de por qué los cambios tecnológicos
distancian y profundizan la igualdad económica y social de los pueblos, en vez de
unirlos, son varios:
 En la economía global, la tecnología se convierte en un arma estratégico y en un motivo
de competencia de gran magnitud, pues ninguna nación está dispuesta a ceder sus innovaciones
tan fácilmente.
 La venta o la cesión de los nuevos productos se hace siempre cumpliendo los criterios del
país vendedor y no del comprador, lo que dificulta el desarrollo de los países más pobres y los
hace caer en una dependencia difícil de resolver.
 La falta de formación o de capacitación y la ausencia de una gestión empresarial propia
impide que se generen aplicaciones que satisfaga las verdaderas necesidades y prioridades
sociales de los países menos desarrollados.
Así, en vez de ser un instrumento de liberalización y de progreso, la tecnología se puede
convertir en un arma imperialista más de globalización política y económica, que acabe
aplastando definitivamente a las políticas regionales y minoritarias.

Impacto Cultural
Cuando en una sociedad aparecen las innovaciones científicas, se superpone o se exige un
cambio de mentalidad basado en la conciencia crítica, sobre el significado socio-cultural del
desarrollo tecnológico moderno. Ésto incluye acciones, intenciones, creencias y valores; en un
momento en que la innovación es un tema importante para las investigaciones de las ciencias
sociales.
Dicha importancia, se da porque la participación pública relacionada con el rumbo del
desarrollo tecnocientífico es cada vez más relevante. En países con tan altos índices de miseria,
cuyas necesidades básicas están lejos de ser satisfechas, es necesario conocer y valorar la opinión
de la comunidad. Ciencia y tecnología están hechas para bienes sociales, y es la misma sociedad
la llamada a tener una participación cada vez más activa y comprometida con su desarrollo
tecnológico y el impacto del mismo.
Pero una sociedad desinformada y con bajo nivel de educación cultural y científica, no está
capacitada para realizar un compromiso con su propio desarrollo, por lo que es necesario
fortalecer la educación en Ciencia, Tecnología y Sociedad, y con ella la cultura en alfabetización
científica y tecnológica, que tanta falta hace en sociedades con altos índices de desigualdad,
indiferencia, y falta de voluntad para lograr un avance cultural.
En pocas palabras, el estímulo a la educación cultural mediante la divulgación científica, a
través de un plan formador-informador, es de carácter urgente; porque la participación pública
en las innovaciones tecnológicas implica que la comunidad juzgue y valore, para lo cual debe
estar tan informada como formada culturalmente.

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