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Año I. Número 1
Primer semestre de 2011
Año I, número 1. Primer semestre de 2011

TRABAJADORES es una revista electrónica de


periodicidad semestral y distribución gratuita, publicada
por el Proyecto de Reconocimiento Institucional
“Argentina no era una fiesta. Aportes para una historia
social y política de los trabajadores en Buenos Aires
(1870-1910)”, radicado en la Cátedra de Historia
Argentina II B del Departamento de Historia de la
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos
Aires.

Los artículos publicados pueden ser reproducidos, con el


requisito de mencionar la fuente. La responsabilidad de
los artículos publicados con firma es exclusiva de sus
autores.

ISSN 1853-6735

Correspondencia: Pte J. E. Uriburu 950, 6º piso,


oficina 22 (1114) Ciudad de Buenos Aires

Web: http://trabajadoresrevistahistoria.blogspot.com

Email: trabajadoresrevistahistoria@gmail.com
 

¿Unidos o divididos? Los anarquistas en los


Congresos de Fusión (Argentina, 1907-1910)

Martín Manuli
argonautas@gmail.com

 
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Introducción

E
l Centenario de la Revolución de Mayo se celebró bajo el estado de sitio. El
“peligro” por el cual fue invocado era la declaración de la huelga general por
las dos centrales obreras del momento: la Federación Obrera Regional
Argentina (FORA) y la Confederación Obrera Regional Argentina (CORA). El
proletariado argentino sufrió la primera gran derrota de su historia, quedando así en
una virtual inacción durante los primeros años de la década de 1910.

Este trabajo tiene el objetivo de explicar la derrota del Centenario haciendo eje en la
división de las fuerzas obreras en dos centrales. Para ello se hará un recorrido
histórico por el Congreso de Unificación Obrera (1907) y el Congreso de
Concentración Obrera (1909), haciendo hincapié en las tendencias ideológicas del
movimiento obrero del momento: el anarquismo, el socialismo y el sindicalismo
revolucionario.

Postularemos que la división de las fuerzas obreras se debía a una doble disputa en
torno tanto al modo de construcción revolucionaria, como al rol que cumplirían los
sindicatos en ésta: un fin o un medio.

Los olvidados de la historia

En 1901 se construyó la primera central obrera de importancia: la Federación Obrera


Argentina. Desde el primer congreso se vislumbra que el acuerdo era incómodo para
amplios sectores del anarquismo y el socialismo. En el 2do Congreso de la FOA se
retirarán estos últimos, quienes, luego de constituir un Comité de Propaganda
Gremial fundaron la UGT.1

Esta separación no significó tranquilidad a la interna de cada una de las centrales,


sino que cada una, en su seno, albergaba grupos con posturas diferentes. Grosso
modo he de sostener que en la FOA (a partir de su 3er Congreso se llamará FORA)
disputaban dos corrientes: por un lado quienes creían que la central debía poseer
                                                            
1 Para una profundización sobre el proceso de conformación de la corriente organizadora del

anarquismo, y el desarrollo de los congresos de la FORA véanse Bilsky (1985) y Zaragoza


(1996).

 
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una meta claramente definida –el comunismo anárquico– y que debían militar en
ella, con preferencia, los anarquistas; y por otro lado, quienes sostenían que el
sindicato es lugar de cooperación de los trabajadores en tanto explotados, los cuales
en la lucha por sus reivindicaciones harán la experiencia que los llevará a ver que la
única salida es el comunismo anárquico. A los primeros me referiré como
forismofinalistas y a los segundos fusionistas. Por otro lado, en el seno de la UGT se
daba un debate que reflejaba la interna del Partido Socialista (PS). Éste se
encontraba polarizado en dos posiciones contrapuestas: los socialistas justistas
sostenían la necesidad del sometimiento del sindicato a la lucha parlamentaria del
Partido, mientras que los de la corriente sindicalista revolucionaria afirmaban que la
línea política debía someterse a las necesidades de las organizaciones del
proletariado. Cuando en el 7mo Congreso del PS (1906) se resolvió expulsar a los
Sindicalistas Revolucionarios, éstos, gracias a su trabajo previo, lograron en pocos
meses hegemonizar la UGT (ver Oddone, 1983: 286-290; Belkin, 2007).

Había, entonces, dos centrales y cuatro corrientes: los anarquistas (divididos en


forismofinalistas y fusionistas), los sindicalistas revolucionarios y los socialistas. Una
vieja tradición de la historiografía de la izquierda argentina sobre el período sostiene
que existen “tres historias del movimiento obrero”, una por cada corriente
mayoritaria: la anarquista de Diego Abad de Santillán –La FORA. Ideología y
trayectoria del movimiento obrero revolucionario en la Argentina2–, la socialista
por Jacinto Oddone –Gremialismo Proletario Argentino3– y la sindicalista
revolucionaria de Sebastián Marotta –El movimiento sindical argentino. Su génesis
y su desarrollo4–. Tres historias sobre cuatro corrientes. La misma tradición citada
sostiene que todo el anarquismo se encontraría bien cubierto por el libro de Abad de
Santillán pero un análisis cuidadoso desmiente esta suposición. Ninguno de estos
autores fue un académico de sillón sino que todos fueron militantes activos de
organizaciones políticas. Por tanto hay que analizarlos teniendo en cuenta la

                                                            
2 Publicado originalmente por Ediciones Nervio en 1933, corregido por el autor y republicado
en 1971 por editorial Proyección. Reeditado actualmente por Utopia Libertaria, Bs. As., 2005.
3 Publicado originalmente por Ediciones La Vanguardia en 1949.
4 Publicado originalmente por Ediciones Lacio en tres tomos entre 1960 y 1970.

 
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tendencia del que escribe tanto como las necesidades políticas del momento de
producción del texto. Para mis fines he de indagar el libro de Abad de Santillán.

La militancia anarquista de este autor empezó hacia el final de su adolescencia en


España. Al llegar a la Argentina, en 1918, integró el Comité Redactor de La Protesta.5
Durante la década del veinte discutió desde las páginas de este periódico tanto con la
tendencia antorchista como con los anarquistas expropiadores. La FORA... fue
publicado en 1933 en plena década infame: Abad de Santillán se encontraba exiliado
en Montevideo, mientras fracciones del anarquismo argentino se abocaban con
fuerza a la tarea de construcción de una organización que estuviera a la altura de las
circunstancias: la futura Federación Anarco Comunista Argentina (FACA)6. Esta
empresa se encontró con la oposición de muchos militantes abroquelados en la
FORA y en la redacción de La Protesta, siendo Abad de Santillán uno de ellos. Estos
veían a la futura FACA como un competidor indeseado a la hegemonía del
forismofinalismo en el anarquismo argentino.

Si bien no es nuestra intención sostener un lazo orgánico de continuidad entre la


FACA y los fusionistas de la primera década del siglo XX, es innegable la existencia
de una importante similitud: la intención de construir de un modo divergente de lo
que la ortodoxia forismofinalista postulaba. Desde la óptica de este trabajo la
diferencia más importante se origina en el plano teórico: los fusionistas sostenían
que su fin era fortalecer a la institución de la clase obrera, mientras que los faquistas,
de raigambre especifista, la consideraban un medio.

Puntualmente, sostenemos que Abad de Santillán al escribir La FORA...


conscientemente desdibujó la existencia de la corriente fusionista realizando una
tarea de ocultamiento para incidir, desde posiciones forismofinalistas, en la polémica
por la creación de la FACA. Su “historia de la central anarquista” es en realidad una
historia sumamente distorsionada de una de las dos corrientes imperantes en la
FORA (si bien se trataba de la hegemónica).

                                                            
5Sobre la vida de Diego Abad de Santillán véase su biografía en Troncoso (1983: 13-30).
6 Sobre la FACA y su complicado proceso de gestación, véase López Trujillo (2005). Otra
organización anarquista de la década de 1930 fue la Alianza Obrera Spartacus: véanse Iñigo
Carrera (2000) y Benyo (2005).

 
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Por tanto para estudiar a los fusionistas argentinos no podemos recurrir a la “historia
oficial anarquista” sino que necesitamos el aporte de otras fuentes. He podido
avanzar en este sentido realizando una tarea de análisis y comparación de los textos
de Marotta, Oddone y Abad de Santillán, auxiliada con La Protesta, El Látigo del
Carrero (órgano de los Conductores de carros), La Confederación (órgano de la
CORA) y La Acción Socialista (órgano de los sindicalistas revolucionarios).

El fusionismo olvidado de la Argentina

En las diversas historias del movimiento obrero he encontrado varios indicios que
nos permiten vislumbrar la existencia de esta corriente. Marotta hace mención a que
en los meses previos al Congreso de Unificación Obrera de 1907 desde La Protesta se
combatía a la fusión “aunque una fuerte corriente anarquista opónese a tan
peligrosa orientación, ella va, sin embargo, abriéndose camino” (Marotta, 1960: 289,
cursivas mías).7 Abad de Santillán nos ayuda a indagar más en la corriente al
decirnos que en este congreso intervienen “incluso algunos anarquistas, Coch y
Perducca, contra la declaración finalista por considerarla innecesaria” (Abad de
Santillán, 2005: 169, cursivas mías). Marotta ofrece una versión ligeramente
diferente de estos hechos: “delegados de filiación anarquista como Pardo, Casares,
Perducca, Coch y otros pronunciaron palabras de honda emoción. Nada ganará el
anarquismo –dicen– con imponer por el número una etiqueta ideológica a la nueva
organización. Demuestran cómo la clase obrera, con su división, continuará en
constante pérdida” (Marotta 1960: 304). El historiador Edgardo Bilsky sostiene que
“importantes figuras del anarquismo y no las menores, apoyaban enérgicamente el
esfuerzo unitario: Maturana, Calcaño, Pascual Guaglianone” (Bilsky, 1985, t.2: 141).

Sobre el Congreso de Unificación Sindical (1909) Cappelletti sostuvo que “aún


cuando en la nueva central quedaron, junto a socialistas y sindicalistas, varios grupos
e individuos que seguían considerándose anarquistas, es claro que la FORA no podía
reconocer tal fusión” (Cappelleti, 1990: XXX). Por último en la reunión de delegados

                                                            
7Según Bilsky luego del congreso una parte de los anarquistas fusionistas se expresarán en el
órgano Labor, “pero no es pro sindicalista revolucionario” (Bilsky, 1985, t.2: 144 y 178).

 
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de la FORA post Congreso de Unificación Sindical (1909), donde se tenía que


resolver el problema del ingreso a la CORA, “inútiles fueron los argumentos en favor
de la incorporación en el nuevo organismo expuesto por los delegados de los
sindicatos de Conductores de Carros, Conductores de Carruajes, Zapateros,
Aserradores, Fundidores, Laminadores y otros –entidades fundamentales de la
F.O.R.A.– para que los acuerdos del congreso fueran ratificados” (Marotta, 1961: 56).

¿Sindicato anarquista o anarquistas en los sindicatos?

Puesto que mi hipótesis es que el anarquismo en el movimiento obrero argentino


debería dividirse en dos ramas –forismofinalistas y fusionistas–, es necesario
entonces fundamentar en qué se basaba esta separación. Como he mostrado en el
acápite anterior, los fusionistas basaban sus intervenciones en que consideraban a la
declaración finalista innecesaria. De este modo, la discusión distaba de ser de puro
carácter táctico, tratándose, en el fondo, de una divergencia en base a la estrategia.
La inexistencia de fuentes directas en donde los fusionistas fundamenten el por qué
se oponían a la declaración finalista torna necesario remitirnos a las críticas
realizadas al forismofinalismo por militantes internacionales y por los fusionistas del
9no Congreso de la FORA.

Tanto el forismofinalismo como el fusionismo coinciden en ciertos caracteres básicos


del anarquismo: anticapitalismo, antiestatismo, acción directa y federalismo, pero
disienten en la caracterización de cómo se dará la situación revolucionaria. El eje es:
¿la revolución la llevarán a cabo el pueblo o los anarquistas?

Es posible sintetizar la posición fusionista en las palabras que Luigi Fabbri escribió
en mayo de 1907 con respecto al Congreso de Unificación Obrera (1907):

… la organización obrera, para no ser sectaria, dogmática o autoritaria, debe evitar


toda afirmación ideológica que pueda dividir a la masa proletaria según especiales
preocupaciones de partido, pero conservando un contenido ideal, que es el de la
solidaridad con todos los trabajadores contra el capitalismo.

[...] El sindicato –agrega– para no reducirse a un mero corporativismo,


debe estar sobre la directriz de la lucha de clases y proponerse, como fin

 
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último, la abolición de la propiedad privada. Sobre esto todos podemos


estar de acuerdo. El sindicalismo debe tener un contenido ideal, pero debe ser tal
que afirme más los vínculos de solidaridad obrera y no que los rompa... (Marotta,
1960: 310. Cursivas del original. Negritas mías)

Pedro Casas, quien votó en contra del comunismo anárquico en el 9no Congreso,
expuso su posición en Ideas y Figuras:

Hemos dicho que las sociedades obreras no son entidades anarquistas, y esto es la
pura verdad. ¿Quién puede negar esto? Sólo los miopes de entendimiento,
desconocedores de la organización sindical de los trabajadores. Nosotros sabemos
que las sociedades obreras son organismos creados y sostenidos por individuos de
distintas tendencias sociales e ideológicas, unidos por una misma necesidad
económica. Todo lo contrario de las instituciones anarquistas –que por desgracia
pocas o casi ninguna hay ya en el país– las cuales están formadas y sostenidas por
individuos unidos por afinidades ideológicas, aún cuando exista diferencia en las
condiciones económicas de cada uno.

[...] No confiamos en las declaraciones porque sabemos que no es con


ellas que se hará conciencia, pues ésta sólo surge por la obra diaria de los
que sienten y los que piensan. Por esto es que bregamos noche y día, dentro de
las multitudes, con el fin de hacer conciencia, pues estamos convencidos que ella,
solamente ella, la conciencia de la propia fuerza y derechos, ha de revolucionar el
mundo. (Ideas y Figuras, 1/5/15. Cursivas del original. Negritas mías).

Encontramos la fundamentación del forismofinalismo en un artículo de Gilimón


escrito en 1915 debido también al 9no Congreso de la FORA:

Yo entiendo que el anarquista es anarquista en todas partes, debe serlo, está obligado
consigo mismo a serlo. Y no se está profundamente convencido de la verdad de las
propias ideas, o es de rigor que en el gremio, en las escuelas y en todas partes se
sostengan y propaguen.

Sin embargo, no se hace esto y lo que es peor aún, se censura a quienes lo hacen o a
quienes sostienen que se debe hacer.

Unos aducen que los gremios son agrupaciones de intereses idénticos y que llevar a
ellos las ideas es romper la unidad de intereses.

 
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[...] Todo esto es sencillamente incongruente. Y además peligroso para la difusión del
ideal, que desgraciadamente tropieza con demasiados obstáculos para llegar al
conocimiento de las grandes multitudes” (Gilimón, 1921: 3).

“Una entidad que se intitule anarquista, posiblemente llegará a hacer obra anárquica.
Una que prescinda de este rótulo, considerándolo pernicioso para su robustez, jamás
realizará obra anárquica, y cerrará sus oídos a toda prédica anarquista (Gilimón,
1921: 6).

Este artículo es comentado por el joven Abad de Santillán, quien sostiene que:

En un sindicato revolucionario, los que no comparten los puntos de vista de sus


miembros no tienen nada que hacer de bueno y sólo de estorbo y de lastre sirven. Y
sacrificar la finalidad de estas organizaciones obreras a su integración numérica, es
conspirar contra la revolución, o desconocer la base fundamental de las
organizaciones (Abad de Santillán en Gilimón, 1921: 15).

Como es evidente, esta discusión, de raigambre abstracta al tratar de estrategia


revolucionaria, significa un fuerte posicionamiento hacia la realidad concreta: los
anarquistas que sostenían posiciones en la línea expuesta por Fabbri y Casas trataron
de incidir desde dentro de las organizaciones de la “masa”, en cooperación con
fuerzas no anarquistas, pero sosteniendo métodos y fines consecuentes con su ideal.
Entender a la FORA como institución de la totalidad de la clase es entender que el
anarquismo será una fuerza más dentro de ella, aunque en esta lectura, es una
necesidad revolucionaria el llegar a ser la hegemónica. La concepción estratégica de
los forismofinalistas estaba en las antípodas de esta posición: ni siquiera con la
hegemonía en una central “apolítica” se conformarían, solamente era aceptable la
sumisión formal de todas las otras tendencias ante el principio “superior”: el
comunismo anárquico.

El sindicato: ¿medio o fin?

Un debate de alta importancia que nunca fue saldado en el período es el concerniente


al rol de los sindicatos en el proceso revolucionario: ¿se tratan de un medio
revolucionario, o de un fin en sí mismos?

 
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Los forismofinalistas recalcaban que al poner como finalidad el comunismo


anárquico se evita que la organización sindical se reduzca a una mera “lucha del
estómago” (El Látigo del Carrero, 28/4/1910). En palabras de Emilio López Arango:

¿Qué harían los sindicatos obreros, en plena revolución y una vez expropiados los
capitalistas, para organizar la vida sobre bases nuevas, si sus componentes carecieran
de una noción sociológica que les permitiera abarcar el difícil problema de su
verdadera y completa emancipación? (López Arango, “Sindicalismo Revolucionario”,
en López, 1998: 211)

Los fusionistas –en sintonía con el pensamiento de Bakunin– veían en la solidaridad


que nacía entre los trabajadores agremiados el germen de la sociedad futura.
Encontramos este punto de vista en Labor -revista publicada en 1907 por un grupo
de anarquista profusión entre los que estaban Fag Liber y José de Maturana- en el
artículo “Organización y Acción”:

á la organización no puede suponérsela creada para un fin único, determinado, sino


que, como nacida de las nececidades [sic] populares, es á la vez un arma de guerra
que se esgrime diariamente contra el patronato, que va destruyendo, lenta pero
eficázmente, los torreones en que se guarece el capitalismo. y también el embrión de
la sociedadfutura [sic] en que los productores, organizados, resolverán en el
sindicato las mejores y más científicas formas de producir más y mejor en el menor
tiempo posible y con un desgaste mínimo de energía productoras (Marcelo Vives,
Labor N° 2, s/f. Cursivas mías)

Este planteo es similar al que sostenían los sindicalistas revolucionarios. Por ejemplo
Francisco Rosanova escribe:

En la organización [sindical] el proletariado adquiere la potencia para combatir al


capitalismo y la triple capacidad indispensable para suprimirlo con ventaja en un día
no lejano. Ahí no hay profesores de sociología; y, sin embargo, es donde se elabora
una nueva y más perfecta sociedad con nuevos derechos y una nueva moral (La
Confederación, 1/5/15. Cursivas mías).

Como se verá en los acápites siguientes es el forismofinalismo quien sostiene la


necesidad de entender al sindicato como un medio, mientras que los fusionistas

 
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compartían con los sindicalistas revolucionarios la posición de la organización de los


trabajadores como una finalidad.

Primer intento: Congreso de Unificación Obrera (1907)

Luego de la huelga general de enero de 1907, realizada por la FORA y la UGT, se


abrió un proceso en donde la fusión se veía como necesaria. Si bien los
forismofinalistas eran reticentes, la influencia hacia dentro de la central de la
corriente fusionista, sumado con el sector sindicalista revolucionario que militaba
con fuerza en la UGT y al clamor de las bases, logró que en el 6to Congreso de la
FORA se resolviera hacer un llamado a un Congreso de Fusión. En palabras de Abad
de Santillán:

Los trabajos pro acercamiento gremial no cesaban por parte de los sindicalistas y
también de algunos anarquistas; el tercer congreso de la Unión General de
Trabajadores [...] había allanado mucho el camino. Pero lo que borró muchas de las
hondas disidencias y desconfianzas recíprocas fue la gran huelga general de enero de
1907 en solidaridad con el proletariado rosarino. (Abad de Santillán, 2005: 160)

El Congreso de Unificación Obrera sesionó a partir del 28 de marzo de 1907 en el


Teatro de la Sociedad Verdi de Capital Federal. Comenzó mal para los sindicalistas
revolucionarios puesto que, luego de una larga discusión (que tomó dos sesiones), los
forismofinalistas impusieron su mayoría y revocaron las credenciales de Zaccagnini
–por ser administrador de La Vanguardia- y Juan Peréz Arce, aprobándose la de
Carlos Balsán –administrador de La Protesta- quien estaba formalmente en la
misma falta que el primero. Para coronar esta demostración de fuerza la asamblea
decidió colocar a Balsán como presidente.

Este Congreso tuvo un resultado negativo puesto que se aprobó por 62 votos contra 9
(con 38 abstenciones) que la finalidad de la central fusionada fuera el comunismo
anárquico. Sostuvieron esta postura los delegados forismofinalistas y se declararon

 
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en disidencia los delegados de la UGT (especialmente los socialistas8) junto con una
minoría anarquista.

Esta disidencia la encontramos reflejada en las fuentes del siguiente modo:


“[intervienen] incluso algunos anarquistas, Coch y Perducca, contra la declaración
finalista por considerarla innecesaria” (Abad de Santillán, 2005: 169, cursivas
mías). Según Marotta: “delegados de filiación anarquista como Pardo, Casares,
Perducca, Coch y otros pronunciaron palabras de honda emoción. Nada ganará el
anarquismo –dicen– con imponer por el número una etiqueta ideológica a la nueva
organización. Demuestran como la clase obrera, con su división, continuará en
constante pérdida” (1960: 304).

Hemos confeccionado una lista de los ácratas que levantaron una posición pro fusión
en este congreso: los delegados de sombrereros9 (Atilio Bianchetti10 y E. Castagnino),
Coch, Pardo y Vicente Perducca (delegado por Aserradores11). Es interesante
remarcar que ninguno de ellos se acopló a la decisión de varios gremios de retirarse

                                                            
8 Según Oddone los sindicalistas revolucionarios eran partidarios de “la fusión a todo trance,
aun a costa de pasar por la declaración del comunismo anárquico, que –según decían– no
tenía importancia alguna, pues como los anarquistas carecían de conocimientos de
organización y de administración, pronto la nueva central habría caído ‘en nuestras manos’”.
Por eso “en la votación final todos los sindicalistas se abstuvieron de votar o estuvieron
ausentes, para no sumar sus votos a los adversarios del comunismo anárquico. Y así, como
veremos, se retiraron del Congreso, juntamente con socialistas y autónomos, fue ante la
reacción de éstos y la decisión manifiesta de los anarquistas de no admitir en su organización
a quienes no pensaran como ellos” (Oddone, 1975: 288).
9 Según Marotta este gremio “después de rechazar la resolución [del comunismo anárquico],

estima ‘que una declaración de esta índole debe ser tomada por las asambleas de los
gremios’” (1960: 309).
10 En Bilsky (1985, t.2: 176 y 154) encontramos un problema con Bianchetti. Este autor lo

menciona dos veces, la primera en tanto parte de la fracción pro fusión del anarquismo, y la
segunda como perteneciente al sindicalismo revolucionario. En tanto Marotta lo rubrica
como “sindicalista” cuando es nombrado para el Consejo Confederal de la CORA (1961: 55).
Pero siendo que este militante pertenece a un gremio de fuerte inspiración anarquista
integrante de la FORA (sombrereros) nos encontramos en una encrucijada. Siendo que la
realidad es compleja y es una tarea muy difícil señalar el momento de pasaje de una tendencia
política a otra, es posible que Bianchetti fuera un militante que se encontrara en algún punto
entre la fracción anarquista que he llamado fusionista y la corriente sindicalista
revolucionaria. Un caso similar (aunque ligeramente posterior) es el de Francisco J. García,
véase Troncoso (1983) y Sartelli (s/f).
11 Por el mismo gremio estaba delegado Cesano, quien mantuvo las mismas posiciones que

Perducca. Por desconocer si se reconocía como militante anarquista hemos preferido no


mencionarlo en la lista anterior.

 
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del Congreso en protesta por la votación del comunismo anárquico. Es posible que
esto deba entenderse como expresión de voluntad de seguir construyendo dentro de
la FORA más allá de las diferencias de índole táctica.

Se encuentran en los balances de este Congreso acusaciones cruzadas de votación


inorgánica. Un testimonio muy valioso lo encontramos en el panfleto de Antonio
Zaccagnini “Desde la barra del Congreso de... fusión” republicación de una nota del
Progreso de la Boca publicada una semana después de la finalización del Congreso.
El autor, quien fue echado del Congreso y tuvo que presenciarlo desde la barra, dijo:

se han visto en este Congreso representantes de gremios –como el de Vendedores de


diarios12- que désde (sic) hace tiempo habían abandonado por completo su
organización sindical. Otros se han organizado especialmente para asistir á las
sesiones del Congreso, formando así una mayoria (sic) artificiosa (Zaccagnini, 1907:
15).

Otra acusación, todavía más seria por las implicancias que tiene, es la siguiente:

¿Quién no conoce entre nosotros a los que forman la sociedad Carpinteros de Ribera?
Sus componentes son en mayoria (sic) hombres todavia (sic) esclavos de los
prejuicios religiosos, católicos militantes; sin embargo el delegado de este gremio ha
votado por el comunismo anárquico. Y despues (sic) se dice que los diputados no
representan las aspiraciones del pueblo!

-Estaba escrito é impreso este artículo cuando la asamblea de los «Carpinteros de


Ribera», rechazó en un todo la conducta del Delegado13, resolviendo retirarse de la
F.O.R.A. (Zaccagnini, 1907: 26-27).

Según Marotta los delegados de “Pintores, Panaderos, Obreros de las Catalinas,


Fundidores y Caldereros” desconocieron su mandato de impulsar la moción “que el
congreso no se pronuncie ni en pro ni en contra de la propaganda de ideologías
dentro de las sociedades gremiales” (Marotta, 1960: 309). Al analizar los nombres de

                                                            
12 Esta referencia es la única que hemos podido encontrar a la participación de este gremio en
este Congreso. Tanto Abad de Santillán como Oddone no lo mencionan en sus listados de
participantes. Marotta no consigna la lista de asistentes. Es posible que haya habido una
omisión en las actas del Congreso o que se trate de un error de Zaccagnini.
13 Según Oddone se trataba de Miguel Cabrera y J. Gonga. No hemos encontrado más datos

de ellos.

 
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estos delegados encontramos a José Pañeda (Caldereros): un destacado


forismofinalista designado al Consejo Federal luego del 6to Congreso de la FORA y
posteriormente deportado por su militancia en la Huelga de Inquilinos (1907). Otro
delegado digno de mención es Ramón Rusp (Obreros de las Catalinas) quien en su
intervención en el Congreso sostuvo que “si los obreros estuvieran capacitados otra
cosa sería. Por eso hay que enseñarles el comunismo anárquico” (Marotta, 1960:
299).

Por otro lado, según Abad de Santillán, de “Aserradores y Anexos [el] delegado votó
contra el mandato de su gremio [oponiéndose al comunismo anárquico]” (Abad de
Santillán, 2005: 171). Siendo que Aserradores tenía dos delegados, pero se votó por
número de sociedades, esto debe significar que tanto J. Cesano como el ya
mencionado Vicente Perducca deben haberse puesto de acuerdo en esta (supuesta)
inorganicidad14.

En el primer intento de fusión los forismofinalistas se plantearon puristas dejando


pasar la oportunidad de hegemonizar una central reforzada. Esta posición se volverá
la histórica de la FORA. Veremos como en el próximo Congreso los fusionistas
seguirán militando por la unidad15.

Segundo intento: Congreso de Concentración Obrera (1909)

                                                            
14 No encontramos referencias sobre este hecho tanto en Oddone como en Marotta. Es de

extrañar que un militante que probadamente haya ido en contra de su mandato volviera a ser
elegido por las bases para representarlas en un futuro congreso de fusión en donde sostuviera
un voto similar a su (pretendida) posición inorgánica, aunque no sería una situación
imposible. Pero las evidencias me hacen pensar en que Abad de Santillán no consigna la
información de manera correcta.
15 He tenido acceso a algunos números del periódico profusión Labor (2, 3, 6 y 7) pero no he

podido encontrar en ellos una crítica clara a este Congreso. Es posible que esta figure en el
número 1. He encontrado dos rastros: en “La Fusión” (número 2) se sostiene que la moción
Oddone “no triunfó, con ser hermosa [...]. Le faltaba algo, una clàusula [sic] final, una frase,
un pedacito de futuro!”. Y en el número 3 en la crítica del folleto “Desde la barra del Congreso
de Fusión” de A. Zaccagnini se dice: “Nos place que el grupo sindical no omita esfuerzos para
justificar su actuación en aquel debate, que tan deplorables consecuencias tuvo por la
intransigencia de todos”. Es de remarcar que ninguno de los redactores de Labor participó
del Congreso como delegado.

 
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El segundo Congreso de Fusión, llamado “Congreso de Concentración Obrera”, nace


de la gestión de un grupo de gremios autónomos, que en reunión el 25 de febrero,
desecharon la idea de formar una nueva central. Por ello comenzaron a gestionar la
fusión de las existentes por medio de un Comité. Este se encontraba compuesto por 1
delegado del sindicato de Ebanistas (afiliado a la UGT), 1 delegado de Carpinteros16
(afiliado a la FORA), 3 delegados de los sindicatos autónomos, y dos respectivamente
para cada una de las centrales. Un total de 3 delegados por central (y otros tantos
para los autónomos). Pero la FORA decidió no darle entidad al nuevo Comité al
nunca nombrar a sus delegados. El Comité comenzó a gestionar un Congreso de
Fusión desde esa fecha, enviando circulares a todos los organismos obreros del país.

En las semanas previas al Congreso se dieron una serie de hechos confusos. Según el
informe leído por el Secretario de la FORA en el 8vo Congreso estos se resumirían así:

“se pasó una circular con fecha 28 de agosto, en la cual se invitaba a las sociedades a
reunir sus componentes respectivos y resolver sobre la actitud a asumir.
Terminábase pidiendo el envío de los delegados a la reunión que el 17 de septiembre
[...] a fin de conocer los resultados. [...]

Estos delegados publicaron en nombre de sus gremios el acuerdo tomado y que dice:

[...] este Consejo, a indicación de los delegados reunidos el viernes 17 del presente,
aconseja a todas las sociedades federadas que concurran a dicho congreso con
razonado y elevado criterio a fin de que la verdad, la luz y la razón abran amplios
horizontes a nuestra marcha.

[...] El Comité pro fusión que entonces funcionaba, por error adoptó una resolución
que obstruía la entrada al congreso de toda sociedad que hasta el 2 de septiembre no

                                                            
16 Según Oddone se trata de Vollino (Oddone, 1975: 294), de quien no encontramos rastro en

ningún congreso tanto previo como posterior. Es interesante notar que excepto este “desliz”
los Carpinteros son uno de los sindicatos mas fieles al forismofinalismo: en el Congreso de
Unificación Obrera (1907) votaron a favor de mantener el comunismo anárquico, en el 7mo
Congreso de la FORA elevaron la moción de que no se tenga mas trato con la UGT (aprobada)
y en el 9no Congreso de la FORA fueron de los pocos contrarios a retirar la finalidad
comunista anárquica, participando de la escisión llamada FORA V Congreso. Como se
trasluce de la Circular del Consejo de la FORA con fecha 28 de septiembre el delegado del
gremio de Carpinteros siguió participando de la Comisión (dicha Circular en Abad de
Santillán, 2005: 192).

 
    100
 
 

hubiese presentado su adhesión. La notificación se publicó en diferentes diarios,


entre los días 3 y 7 del mes mencionado. Como la medida implicaba exclusión
arbitraria, naturalmente hubo protestas. Más tarde se publicó en La Protesta la
revocación de aquel acuerdo, asegurándose que se hizo con fecha 13. Pero esta
medida y su rectificación, y las tardías decisiones de las sociedades que contestaron a
la circular del 28 de agosto, llevaron como consecuencia el que la celebración del
segundo congreso de fusión contase con 10 de nuestras sociedades17” (Abad de
Santillán, 2005: 200-201).

Este suceso complicado puede ser tomado de diversas maneras. Oddone lo omite en
su capítulo dedicado a la fundación de la CORA. Abad de Santillán no abundará más
allá del informe, parte del cual transcribimos. Bilsky lo toma como “errores
involuntarios de la comisión organizadora crean confusión en las filas de los
anarquistas” (tomo dos, 1985: 153). Por último Marotta reproduce parte del informe
antedicho y acota con mordacidad: “a esa circunstancia [el cierre de admisiones el 2
de septiembre], y a las tardías decisiones de las organizaciones en contestar la
circular que motivara la reunión débese, de estar al informe, que sólo diez de las
organizaciones afiliadas a la F.O.R.A. hubiesen acudido al congreso que, como hemos
visto, venía siendo propiciado desde un año antes y había sido convocado con
largos meses de anticipación” (Marotta, 1961: 65. Cursivas mías).

El análisis de las diversas posiciones refleja que el problema de las fechas es más bien
una excusa, puesto que el problema de fondo radicaba en que la FORA no tenía
posición tomada sobre el Congreso. Ante la inminencia del hecho se trató de salvar
esta carencia llamando lo más rápido que permitían los tiempos a una reunión de
delegados con mandato. En esta era posible que la FORA hubiera acordado no
participar. Pero se resolvió lo contrario. Como ya se resaltó previamente, el cierre del
plazo de recepción de adhesiones había sido unos días antes, por lo que resulta
materialmente imposible que los delegados no supieran que su decisión no se daba
luego de la posibilidad de adherir al Congreso. Los delegados actúaban a sabiendas

                                                            
17Como veremos infra mis datos indican que este número se encuentra errado, siendo 12 las
sociedades de la FORA presentes en el Congreso.

 
    101
 
 

de que era posible que varias sociedades de resistencia afiliadas a la FORA no


pudieran asistir.

A esta reunión asistieron delegados de 12 gremios, consignados en la columna b del


cuadro 118. Comparando estos gremios con los asistentes a la reunión del 25 de
febrero citados en Oddone19 encontramos que Albañiles y anexos, Curtidores,
Herreros de Obras y Carpinteros participaron de ambas reuniones. Por otro lado
sabemos que en el posterior Congreso de Concentración Obrera Sombrereros,
Conductores de Carros y Aserraderos votaron a favor de la creación de la CORA. De
este modo encontramos que de los 12 presentes en la reunión del 17 de septiembre
son cuando menos 7 los que están a favor de lograr, como mínimo, la discusión de
una posible fusión.

Pero hay un detalle más a tomar en cuenta: 12 gremios van a encontrarse


representados en el Congreso de Concentración Obrera (columna c). Tanto Oddone
como Abad de Santillán reproducen las listas de participantes20, por lo que es posible
que en el Informe del Consejo Federal de la FORA se deslizara un error material al
consignar que asistieron sólo 10 sociedades federadas. Al comparar la columna b con
la c surge que la reunión de delegados (de la que lamentablemente no encontramos
fuente que consigne el conteo de votos) no tuvo ninguna representación de los
gremios que no buscaron participar del Congreso de Fusión. Viceversa todos los
sindicatos que se hicieron presentes en este entendieron necesario militar la reunión
previa.

El Congreso de Concentración Obrera se realizó los días 25 y 26 de septiembre de


1909 en México 2070. Previo al inicio, en la tradicional disputa por las credenciales,
sucedió un episodio similar al anterior Congreso sólo que con los roles cambiados.
En esta ocasión la comisión de poderes impugnó la credencial de Antonio Zamboni,
                                                            
18 Por consideraciones de espacio he omitido del mismo los gremios que no participaron de

las dos reuniones de delegados de la FORA.


19 Estos fueron: Albañiles y anexos, Pechereros, Obreros en mimbre, Escoberos, Electricistas,

Talabarteros, Sastres, Constructores de Carros de La Plata, Liga Internacional de Domésticos,


Torneros en madera, Curtidores, Ebanistas, Herreros de obras, Empajadores, Horneros,
Unión General de Trabajadores y Carpinteros (en Oddone, 1976: 294).
20 Con ligeras diferencias: en Abad de Santillán no figuran los Zapateros. Las listas en Oddone

(1976: 295) y en Abad de Santillán (2005: 190-191).

 
    102
 
 

delegado por los Cigarreros de Santa Fe, la de los delegados de Panaderos de


Balcarce y los Obreros de las Canteras de Tandil. Luego de las discusiones de rigor, se
decidió rechazar sólo la de Zamboni por no pertenecer a organización obrera alguna
(aunque era redactor de La Protesta). Posteriormente varios delegados objetaron la
credencial de F. Cúneo (socialista), quien después de un largo debate se retira del
Congreso.

A diferencia del anterior este finalizó, nominalmente, con la fusión concretada en


una institución: la Confederación Obrera Regional Argentina. Al final de Congreso
encontramos varios discursos de apoyo, entre los que figuran dos reconocidos
anarquistas: Francisco J. López (histórico delegado de Conductores de Carros) y
Gabriel Biaggiotti (delegado por Carpinteros). Este último si bien había votado en
contra de la fusión en el Congreso de Unificación Obrera (1907) y en este defendió la
necesidad de la finalidad, aceptó la fusión, siendo elegido parte del Consejo
Confederal de la CORA. Como vemos los fusionistas y los sindicalistas
revolucionarios llegaron a un acuerdo y, durante el congreso, lograron someter al
mismo a los forismofinalistas.

Dos días después del fin del Congreso el Consejo Federal de la FORA emitió una
circular. En esta se explica de modo rápido la situación y se resuelve: “es imposible
que este Consejo reconozca o acepte lo hecho por ese congreso, puesto que de las 85
sociedades que componen la F.O.R.A., sólo 10 de ellas tomaron parte en sus
deliberaciones, no pudiendo tampoco aceptar un Consejo nombrado en forma tan
anormal. Por las consideraciones expuestas más arriba, pedimos a la sociedades
federadas que reúnan al gremio en asamblea y resuelvan la actitud que se debe
adoptar ante lo hecho por el congreso de fusión” (Abad de Santillán, 2005: 193).
Luego se llama a una reunión de delegados para el 30 de octubre.

Abad de Santillán reproduce la circular enviada con el resumen de la reunión. En ella


el delegado de Panaderos de Tucumán, Zamboni (quien fuera expulsado del
Congreso de Concentración), sostuvo una moción en donde se niega la validez de la
fusión y se exige que un Congreso de la FORA se expida. Mientras que como
contrapuestas figuran una moción de Albañiles y otra de Sombrereros (aunque no se
menciona su contenido). Ganó la impulsada por Zamboni. Encontramos más

 
    103
 
 

información sobre esta reunión en La Acción Socialista, órgano de los sindicalistas


revolucionarios. En la nota publicada el 6/11/1909, con el nombre “La decadencia
antifusionista”, se explica que primero “un delegado pretende que se excluya de la
reunión las delegaciones de aserradores y sombrereros porque se han adherido a la
Confederación [...]. Fue rechazada la moción por 16 votos contra 9” (Acción
Socialista, 6/11/1909, en AAVV, 2010: 42). Luego se abrió el debate. Intervinieron a
favor del finalismo anárquico los delegados de Fideeros de la capital y Repartidores
de diarios. En la posición contraria nos encontramos con Pérez de Panaderos y a
Martínez de Conductores de Carros21. El delegado de esta última llegó a sostener que
“los conductores de carros tenían el propósito de retirarse de la F.[ORA] si ésta no se
incorporaba a la Confederación” (Acción Socialista, 6/11/1909, en AAVV, 2010: 42).

En este artículo de La Acción Socialista nos encontramos con valiosa información


concreta: “Votaron por la adhesión á la Confederación las delegaciones siguientes:
conductores de carros, idem de vehículos, panaderos, aserradores, sombrereros,
obreros del puerto, zapateros y otras dos que no recordamos cuáles son” (Acción
Socialista, 6/11/1909, en AAVV, 2010: 43).

Al comparar la columna b con la d del cuadro 1 encontramos que, excepto Herreros


de obras, todos los gremios que participaron de la reunión del 17 de septiembre
asistieron a la del 30 de octubre. Una mirada horizontal nos indica que 3 gremios
tienen asistencia perfecta a todas las instancias. Sólo 4 gremios de la FORA
participaron del Congreso Obrero del 25 de febrero. Conductores de vehículos es un
caso único de gremio que sólo asiste al Congreso de Concentración y a la reunión de
delegados del 30 de octubre. Por su parte Herreros de obras participa de las tres
primeras instancias pero no de la última reunión de delegados de la FORA.

                                                            
21 En El Látigo del Carrero nos encontramos que existe un Ramón Martínez militante activo
de esta sociedad. Participó como tesorero de la comisión de la huelga de 1906 en la que fue
apresado (junto con el histórico carrero M. Santos Montagnoli). La referencialidad de Ramón
Martínez nos lleva a suponer que es posible que fuera el quien estuviera en esta reunión. En
El Látigo... del 31 de marzo de 1910 se informa que decidió retirarse al campo “á buscar allá
lejos, el seno apasible [sic] de la naturaleza, un poco de paz para su espíritu, un tanto
fatigado, sino quebrantado, por la vida de lucha. [...] Nos consta que esta su resolución de
retirarse de la vida activa, más que el canzancio [sic], ha influenciado otras causas que no
nombramos por no ser del caso, ni necesaria”. Que esta decisión sea por otras causas y en
medio de agrias disputas en el seno del movimiento obrero es sugerente.

 
    104
 
 

Cigarreros de Santa Fe sólo asistió al Congreso, sin poder participar de él puesto que
su delegado es expulsado. En resumen, excepto 12 gremios que asistieron al
Congreso, todos los demás miembros de la reunión del 30 de octubre asistían por
primera vez en este año a una discusión orgánica sobre la fusión obrera; estos
totalizan 16 gremios.

Al no poseer un listado de los que votaron en contra de la participación en la CORA,


me veo obligado a realizar deducciones, que como tales sólo son aproximaciones
parciales. Ya nombramos a 7 de los que votaron a favor (entre los que figuran los
panaderos). Según Marotta (1961: 56) Laminadores estaba a favor de la fusión.
Panaderos de Tucumán debió votar en contra puesto que elevó la moción de no
participar en la nueva central. Repartidores de diarios y Fideeros expresaron en la
reunión posiciones contrarias a la CORA. Es lógico pensar que el voto positivo
restante se debe encontrar en los gremios que asistieron a más reuniones. En el
cuadro figuran con la marca “X **”. Estos son 4.

Otro análisis posible de estos datos es la fuerza relativa que poseen estos gremios.
Leáse: su inserción estratégica en el proceso productivo. De este modo encontramos
que entre los gremios que instaban por la entrada en la CORA se encuentran los más
influyentes: Aserradores, Conductores de carros, Conductores de vehículos, Obreros
del puerto, Laminadores y Panaderos. Entre los 5 dudosos (de los que es muy
probable que uno se posicionara favorablemente a la CORA) se ven potencias
variables: Albañiles, Carpinteros22, Curtidores y Fundidores. De los que asistieron
sólo a la última reunión conocemos a ciencia cierta sólo a 2 que se expresaron
negativamente: Repartidores de diarios y Fideeros. Dentro de los que no sabemos su
posición, como gremios de importancia sólo encontramos a: Caldereros, Foguistas
unidos y Gasistas. En síntesis: entre los que votaron por la negativa tenemos al
menos 13 gremios de importancia muy marginal.

                                                            
22 Este gremio es el único de la FORA que estuvo representado en el Comité Pro Fusión
creado en el Congreso Obrero del 25 de febrero. Su histórico abroquelamiento con el
forismofinalismo genera dudas razonables sobre la posibilidad de un posicionamiento
favorable a la unidad en las gestiones posteriores. Aunque el discurso pro fusión del delegado
Biaggiotti al final del Congreso nos vuelve a sumir en la incertidumbre.

 
    105
 
 

De este modo el discurso inaugural del Congreso realizado por Magistrale, secretario
del Comité Pro Fusión, suena profético: “entre los 32 sindicatos de la Capital y 16 del
interior que respondieron al llamado, figuran los ‘de mayor importancia, tanto por
su número como por su espíritu de combatitividad’, y comprenden a la mayoría de
los obreros sindicados en la República’. El Congreso –añade- ‘es el representante fiel
del proletariado organizado del país, cuantitativa y combativamente considerado’”
(Marotta, 1961: 50. Cursiva mías). Ya desde el comienzo se quizo dejar sentada su
legitimidad, avizorando predecibles impugnaciones sobre este aspecto.

Como explicar lo inexplicable

Conductores de carros es un caso de gremio que se abocó a la fusión. Participó de 3


de las instancias. En el Congreso su delegado Francisco López es uno de los que
“pronuncian sentidos discursos, exornados de bellos conceptos, haciendo votos por
que sea fructífera la obra de la nueva central, oradores de todas las tendencias”
(Marotta 1961: 55). En la reunión del 30 de octubre encontramos que:

“Habla Martínez, delegado de los conductores de carros de la capital, manifestándose


partidario de la incorporación de las organizaciones de la F.O.R.A á la
Confederación. Sostuvo su propósito con sólidos argumentos, estudiando la misión
de la organización obrera y su impotencia actual para realizar luchas de carácter
general. [...] Hay que unir todas las fuerzas en la Confederación, la cual lucha sobre el
terreno de la acción directa, para hacer posible una campaña beneficiosa que derribe
todos los obstáculos que se oponen al desenvolvimiento de la organización. Estos
argumentos y muchos más que expuso Martínez no fueron refutados y ni siquiera
tocados por los adversarios quienes hallaron más cómodo repetir que querían ser
fieles a su fetiche, la F.O.R.A. y que ésta era más amplia. ¡Tremendo argumento!”
(Acción Socialista, 6/11/1909, en AAVV, 2010: 43).

Pero finalmente Conductores de carros permaneció dentro de la FORA. De tal modo


participó del 8vo Congreso. Francisco López en tanto delegado de este gremio fue el
Presidente de las sesiones. La aridez de las actas nos niega más información sobre la

 
    106
 
 

participación de esta sociedad en los debates. Sabemos que Conductores de Carros


continuará dentro de la FORA luego de este Congreso.

Afortunadamente contamos con un balance del Congreso de Unificación de 1909 en


El Látigo del Carrero. El 28 de febrero de 1910 fue publicada una nota con el título
“ACLAREMOS” escrita por “El delegado al Congreso” en donde se exponen las
razones por las cuales esta sociedad si bien participó en principio de la nueva central,
posteriormente decide retirarse. El autor puede ser López o Martínez, aunque siendo
que el primero fue el delegado al Congreso, mientras que el segundo fungió en la
reunión de delegados, es más probable que se trate de López. Este texto está escrito
en respuesta a una nota publicada en El Obrero en Madera en donde “el articulista
[manifiesta] que somos absorvidos y dirijidos [sic] por cuatro charlatanes jesuitas
[del Consejo de la FORA]”. A lo que el delegado responde que si Conductores de
Carros “mandó delegado al último Congreso de Fusión fué por que reconocía que la
fusión era una necesidad de la cual todos estábamos enterados, y si los delegados de
este gremio aceptaron las resoluciones del último Congreso, fué porque las creyeron
convenientes, pero tengase en cuenta que dichos delegados no se han adherido á la
Confederación sinó que expusieron que lo allí acordado pasarían á «referendum de la
asamblea del gremio»” en donde se acordó no adherir a la nueva central. Puesto “que
si [Conductores de Carros] se adhería á la nueva institución, cometería un acto de
traición á sus hermanas aquellas que siempre las habían acompañado en la lucha [...]
y que por lo tanto era un deber moral el de ponerse de acuerdo con ellas”. Finaliza
aclarando “conste que nosotros queremos la unificación de todas las organizaciones
obreras de la Región Argentina pero en una forma amplia donde todos tengan
derechos á gozar de la fuerza de la organización del proletariado argentino sin
reducirnos puramente á una lucha del estómago”. En síntesis en Conductores de
Carros primó la organicidad ante la decisión de la mayoría de los delegados de la
FORA. Esta es la posición de aparente contradicción que le recrimina El Obrero en
Madera, órgano de una sociedad perteneciente a la CORA.

En La Protesta del 3 de noviembre de 1909 encontramos la argumentación de


Zamboni. En esta explica porque, para los forismofinalistas, el estar en contra de la
CORA es militar en pos de la fusión:

 
    107
 
 

“Pasaron años tras años, se gastaron muchas energías, y al fin y al cabo, llegamos á la
conclusión de que, aceptando el Pacto de Solidaridad, quedarían destruidas las
divisiones latentes entre los organismos obreros del país. [...] Pero nosotros, los
revolucionarios anárquicos, continuaremos machacando por el cumplimiento de los
acuerdos adoptados por el VII Congreso, que según parece fueron subordinados á los
chines y tiquis miquis [sic] de pretensos revolucionarios” (Cursivas del original).

Como vemos es una explicación complicada. La clave está en el llamado a respetar las
resoluciones del 7mo Congreso de fines de 1907, en donde específicamente se dice:

“Considerando que en el pasado congreso de unificación [1907], las sociedades


adheridas a la U.G.T. han dado pruebas de poca corrección societaria en las prácticas
democráticas, pues una minoría ha sido la causa del fracaso de dicho congreso [al
retirarse tras la imposición del comunismo anárquico], hago moción para que desde
este congreso la F.O.R.A. no tenga ya trato con la U.G.T. para realizar otro congreso
de unificación” (Abad de Santillán, 2005: 180).

En síntesis Zamboni sostenía que el Congreso de Concentración Obrera que se


realizó pocos meses antes iba en contra de los acuerdos previamente tomados y, por
lo tanto, en consonancia con estos no podía haber acercamiento entre las dos
centrales. Ya se habría comprobado que la unificación era a partir de la aceptación
del Pacto de Solidaridad y del consiguiente comunismo anárquico. El argumento de
Zamboni reside en que cualquier posición contraria a este acuerdo no tenía que ser
entendida como una búsqueda sincera de la fusión.

La continuación de la línea

La decisión de la reunión de delegados del 30 de octubre de 1909 debía ser revisada


en el 8vo Congreso de la FORA. Este no pudo realizarse en diciembre a causa al
estado de sitio posterior al ajusticiamiento de Falcón, por lo que se sustanció a
mediados de abril de 1910. En este se resuelve que:

“1° La F.O.R.A. da por resumida su labor de organización y elaboración de bases,


quedándose con el pacto de solidaridad y la adhesión de las sociedades concurrentes

 
    108
 
 

a este congreso e invita a las sociedades autónomas y adheridas a la Confederación a


ingresar en ella cuanto antes.

2° Nombrar el Consejo Federal íntegro, dando a tres de sus miembros el carácter de


provisionales para que en caso de incorporarse las restantes sociedades los
reemplacen compañeros nombrados ad referendum, por las sociedades no
concurrentes” (Abad de Santillán, 2005: 203-204).

Será este el acuerdo que permitió el ingreso de la CORA en 1914, antesala del
polémico 9no Congreso en donde se quitó la finalidad comunista anárquica a la
Central. Pero en 1910 nada daba a esperar este desenvolvimiento posterior.

Los magros registros sobre este Congreso que se encuentran en Abad de Santillán,
Oddone y Marotta nos impiden realizar generalizaciones. Encontramos que la
comisión de poderes estuvo compuesta por dos forismofinalistas (Antonio Zamboni y
Joaquín Hucha), un anarquista fusionista (Florentino Giribaldi quien aquí comenzó
su participación en Congresos obreros, teniendo importancia en el 9no Congreso) y
un militante del que no tenemos datos (Pereira). La presidencia la obtiene Francisco
López (de Conductores de Carros), siendo los antedichos Giribaldi y Piccinini23 sus
secretarios.

Un análisis de las sociedades nos muestra que algunas estarían realizando una “doble
militancia” entre ambas centrales o se encontrarían en una posición ambigua difícil
de asegurar. El carácter resolutivo sobre la fusión de este Congreso debe haber hecho
que sociedades ingresadas en la CORA participen de este para lograr la solución al
problema de la división. De este modo nos encontramos que 13 sociedades que
asistieron al Congreso de Concentración Obrera se encuentran representadas aquí.
Estas son: Obreros del puerto, Bronceros y anexos, Aserradores y anexos de Boca y
Barracas, Herreros y anexos, Sombrereros, Federación Obrera Marítima24, Pintores

                                                            
23Sobre este militante sabemos que participó del 7mo Congreso de la FORA ocupando la mesa
revisora de credenciales y que posteriormente fue deportado durante la represión del
Centenario. Carecemos de datos para hacer una cabal ubicación en alguna fracción del
movimiento anarquista.
24 Al Congreso de Concentración asiste la antecesora de la FOM, la Liga Obrera Naval

Argentina. La agregamos a esta lista por entender que la composición del sindicato no debe
haber cambiado a grandes rasgos. Posteriores estudios seguro matizarán esta aseveración.

 
    109
 
 

Unidos. Carpinteros y anexos, Repartidores de diarios, Conductores de vehículos,


Fundidores y anexos, Curtidores y Conductores de carros25. Es de resaltar que
volvemos a encontrarnos con los gremios de Aserradores y anexos y Sombrereros,
pero no hemos podido encontrar mención a que delegados los representaron en este
congreso. También llama la atención la falta de los albañiles quienes tuvieron una
militancia destacable con respecto a la fusión.

Según Abad de Santillán la aprobación de la moción expuesta en supra se realizó por


48 votos a favor, 7 abstenciones y 4 ausentes. La falta de referencias en los textos
reseñados nos imposibilita a realizar conjeturas acerca de cual fue la distribución de
las sociedades para lograr estos resultados.

La huelga general que la FORA no quiso

Con las fuerzas divididas las centrales se sumieron en una labor frenética aunque un
tanto autista. La FORA celebró su 8vo Congreso en abril de 1910 en el cual se decidió
no ingresar a la CORA, otorgándole a esta la posibilidad formal de disolverse e
ingresar en ella a cambio de acatar la línea finalista. Mientras, la CORA comenzó sus
primeros pasos de vida orgánica. Una de sus primeras decisiones de relevancia fue
amenazar con la huelga general de ser extendido el estado de sitio de fines de 1909.

Llegando hacia el Centenario los ánimos en el movimiento obreros eran contrarios a


los festejos. La idea de aguarle la fiesta a la oligarquía mediante un accionar obrero
estaba en el aire. Es en este ambiente que la CORA decidió en abril llamar a la huelga
general26. Esta situación dejaba a la FORA en una posición incomoda puesto que,
según Gilimón, “el efecto que causó entre los anarquistas fué grande, ya que con [la
declaración de la huelga] se presentaban los sindicalistas como más revolucionarios
que la F.O.R.A., á pesar del abolengo revolucionario de esta institución” (Gilimón,
1911: 84). Mientras, el Consejo Federal de la FORA se encontraba en tratativas
secretas con el Gobierno para derogar la Ley de Residencia. Pero estas caerían si la

                                                            
25 Esta lista surge en base a comparar los sindicatos mencionados por Abad de Santillán en las
páginas 190-191 y 202.
26 Aunque no le puso fecha de sustanciación. Véase Darraidou (2010: 2).

 
    110
 
 

central llamaba a la Huelga General. Para los forismofinalistas la idea de que los
sindicalistas revolucionarios se vieran como más revolucionarios era inaceptable.
Como marca Sebastián Darraidou el sector más doctrinario decidió cortar el nudo
gordiano al impulsar una asamblea en el mitin del 8 de mayo por los presos sociales.

“Balsán fue el encargado de leer la moción elaborada por el Comité de Agitación: ‘El
pueblo congregado en manifestación magna en la Plaza Colón, porque es tal su
voluntad, declara llegada la ocasión de ir á la huelga general revolucionaria para el 18
del actual, si no ha obtenido antes satisfacción completa a las condiciones siguientes:
derogación de la ley de residencia, libertad á los presos por cuestiones sociales,
amnistía amplia para los infractores y desertores del ejército’ (LN, 9/05/10). La
multitud aprobó la moción por aclamación. Quedaba así sancionada la fecha de
comienzo de la huelga general, aclamada por una multitudinaria manifestación, que
los organizadores calcularon en 70.000 asistentes.” (Darraidou, 2010: 3).

Pero este accionar en realidad no redundaba en el fortalecimiento del movimiento y a


la central, sino que era síntoma de su crisis:

“[el movimiento anarquista] llega con una división entre su pata ideológica (los
grupos redactores de La Protesta y La Batalla) y su pata sindical (F.O.R.A.). La
primera trata de controlar a la segunda, por medio de la declaración de la huelga en
el mitin del 8 de mayo y el pedido de renuncia de los miembros del C.F. que se
entrevistaron con Gálvez. Los miembros de la F.O.R.A. tienen una actitud dubitativa
y buscan establecer canales de diálogo con el gobierno para alcanzar los fines
propuestos.” (Darraidou, 2010: 11).

Es en este panorama que el gobierno tomó la iniciativa. El 14 de mayo se decretó el


estado de sitio. En realidad las detenciones de militantes empezaron el 13 por la
noche, junto con turbas patrióticas que prendieron fuego a La Protesta, además de
atacar locales obreros y librerías que vendían material revolucionario. El movimiento
obrero argentino sufrió la primera gran derrota de su historia aunque,
lamentablemente, no fue la última.

Si bien Gilimón sostendrá que el día de la declaración: “no hubo siquiera [un orador]
á quien se le ocurriese declarar [la Huelga General] para aquel mismo momento [...].

 
    111
 
 

Fué un desacierto” (Gilimón, 1911: 84), esta crítica es superficial. El error primordial
fue llegar al Centenario con dos centrales sin relacionamiento alguno. Una buscaba
constituirse como una opción revolucionaria para la clase obrera. La más
referenciada no quería la huelga, y tuvo que aceptarla a regañadientes, so pena de
perder status. El Estado realizó lo que había prometido hacer. El movimiento obrero
marchó a su derrota, sin entender que lo que lo arrastraba no era la fatalidad de una
ley natural e inmutable, sino el fruto de malas tácticas y sus consiguientes decisiones.

Conclusiones

Este trabajo se centró en torno a una fracción del anarquismo: los fusionistas. A
través de su participación en los congresos obreros pudimos avanzar en su
posicionamiento táctico y estratégico. De este modo he tratado de darle entidad a los
que fueron desdeñosamente tildados de malos anarquistas o poco teóricos, buscando
la coherencia en su accionar. En décadas posteriores surgirán otras experiencias
fusionistas en el anarquismo local que lograrán una influencia superior a los que
estudiamos, como los ácratas que participarán del 9no Congreso y, años más tarde,
los nucleados en torno a la ALA quienes, como estrategia de construcción, emplearon
sus fuerzas en una nueva alianza con los sindicalistas revolucionarios: la Unión
Sindical Argentina.

Por otro lado, en esta exposición se indagó en la tragedia del movimiento obrero
posterior: con la preponderancia de la coalición sindicalista revolucionaria y los
fusionistas, la visión del sindicato como fin y no como medio se volverá hegemónica.
Esto abrirá un período en donde los organismos obreros se volverán cada vez más
reformistas, llegando a transformarse en una traba para las reivindicaciones de la
clase. Mientras que los forismofinalistas, quienes denunciaban los peligros de esta
vía, se dieron políticas que los alejaron cada vez más de la clase obrera y los
transformaban en una secta. Pocas décadas después los sindicalistas revolucionarios
colgarán su adjetivo y buscarán simplemente “humanizar” la explotación. Si bien en
todo este proceso los anarquistas pro fusión seguirán militando y creando
experiencias noveles que intentarán revertir este proceso de burocratización (el ALA,

 
    112
 
 

la FACA, la Alianza Obrera Spartacus) las dos fracciones del anarquismo no podrán
llegar a un entendimiento para unificar fuerzas en pos de la labor revolucionaria
consumiéndose, en cambio, en una lucha fraticida.

 
    113
 
 

Publicaciones periódicas

La Protesta

El Látigo del Carrero

La Confederación

Labor

Bibliografía

Abad de Santillán, Diego (2005) La FORA. Ideología y trayectoria del movimiento


obrero revolucionario en la Argentina. Utopía Libertaria, Buenos Aires.

AAVV (2010) La Argentina no era una fiesta. La clase obrera de Buenos Aires en el
Centenario. Selección de Fuentes, Cátedra de Historia Argentina II “B”, FFyL-UBA.

Bilsky, Edgardo J. (1985) La F.O.R.A. y el movimiento obrero, dos tomos, CEAL, Bs.
As.

Cappelletti, Ángel (1990) “Prólogo”, en Rama y Cappelletti El anarquismo en


América Latina, Biblioteca Ayacucho, Caracas.

Darraidou, Sebastián (2010) “La reacción del Centenario. Un ejercicio de


reconstrucción del enfrentamiento de clases en la Argentina durante la celebración
del Centenario”. Ponencia en las IX Jornadas Nacionales y VI Latinoamericanas “El
pensar y el hacer en nuestra América, a doscientos años de las guerras de la
independencia” (Bahía Blanca).

Gilimón, Eduardo (1921) El anarquismo en los gremios, publicado junto con Ricard,
F, Fundamentos Biológicos de la Anarquía”, Talleres Gráficos Perú 1537, Bs. As.

---------- (1911) Hechos y comentarios. Seguido de “Páginas íntimas” y algunos


artículos de varios escritores, Bs. As., Montevideo, México.

López, Antonio (1998) La FORA en el movimiento obrero, Tupac Ediciones, Bs. As.

 
    114
 
 

Marotta, Sebastián (1960-1961) El movimiento sindical argentino. Su génesis y su


desarrollo. Tomos I y II, 1907-1920, Ediciones Lacio, Bs. As.

Oddone, Jacinto (1975) Gremialismo proletario argentino, Ediciones Libera, Bs. As.

---------- (1983) Historia del socialismo argentino, dos tomos, CEAL, Bs. As.

Zaccagnini, Antonio (1907) Desde la barra del Congreso de... fusión, Biblioteca del
Progreso de la Boca, Imp. a vapor Progreso – Lamadrid 260, Bs. As.

 
    115
 
 

Cuadro 1

Congreso Reunión Congreso Reunión


obrero delegados Concentración delegados
25/2 17/9 25/9 30/10

Albañiles X X X X*

Aserradores X X X

Ayudantes y peones de
Cocina X

Caldereros X

Carpinteros X X X X*

Centro Obrero de
Mercedes X

Cigarreros X

Cigarreros de Santa Fe α

Conductores de Carros X X X

Conductores de Vehículos X X

Curtidores X X X X*

Fideeros X

Foguistas unidos X

Fundidores X X X*

Gasistas X

Herreros de obras X X X

Hojalateros de La Plata X

 
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Ladrilleros de Santa Fe X

Laminadores X X X

Obreros del puerto X X X

Panaderos ? X

Panaderos de Carlos
Casares X

Panaderos de La Plata X

Panaderos de Paraná X

Panaderos de San
Fernando X

Panaderos de Santa Fe X

Panaderos de Tucumán Xβ

Repartidores de Diarios X X X

Sombrereros X X X

Zapateros X X X

Notas:

La X marca participación.

: Voto a favor de ingresar en la CORA.

*: Puede ser uno de los dos gremios que votaron a favor y el cronista de La Acción
Socialista no recuerda el nombre.

α: Revocan la credencial del delegado (Zamboni).

β: Autor de la moción contraria a la CORA (delegado Zamboni).

 
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3 Participó de todas las instancias

8 Participó de las dos reuniones y del Congreso

1 Participó sólo de las tres primeras instancias

1 Participó sólo de la Fusión y de la última reunión

16 Participó sólo de la reunión del 30/10

? En Abad de Santillán y Oddone figuran los panaderos de Balcarce y los de Córdoba.


No queda claro si asistieron los panaderos del Este o del Oeste (de Capital) puesto
que cada autor nombra a uno diferente. En La Acción Socialista figuran simplemente
los "panaderos" por lo que no podemos si fue alguna de estas sociedades o la central
de todas la que participó de la reunión de delegados de la FORA del 30/10.

Fuente: Elaboración propia en base a Marotta (1961), Oddone (1971), Abad de


Santillán (2005) y La Acción Socialista

 
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