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Urbanismo Virreinal Perú

Las ciudades desempeñaron un rol importante en la colonización española en América, pues


además de hacer más consistente la ocupación de los territorios, otorgaban una base jurídica y
solían constituir puestos de avanzada para nuevas expediciones. Las ciudades se fundaban
mediante un complejo ritual que sancionaba la conformación oficial del territorio como parte
de la Corona castellana, lo ponía bajo la protección divina y, por último, transformaba la
ocupación en un derecho establecido.

En las ciudades, las viviendas tenían una fuerte influencia peninsular, especialmente andaluza.
Fueron casas de uno o dos pisos, con un zaguán en el ingreso. Tuvieron usualmente un balcón
cerrado y estos poseían celosías, imponiéndose luego el uso de ventanas de guillotina.

Los balcones de Lima le confirieron a esa ciudad una personalidad propia, ya que en ninguna
ciudad americana existieron tantos balcones como en la capital de Perú.

La organización de las ciudades se hizo siguiendo el trazado en cuadrícula propio de la tradición


española. Esta puede verificarse en la construcción de la ciudad de Santa fe durante de la guerra
de Granada en los tiempos de los reyes católicos. El “damero de Pizarro”, en Lima, es el ejemplo
clásico.

En esta zona se encuentran los


principales monumentos
históricos de la ciudad y varios
de los edificios públicos del
gobierno del Perú incluyendo el
Palacio de Gobierno y la Catedral
de Lima.

Sus límites actuales dentro de la ciudad son el río Rímac al norte, la Avenida
Abancay al este, la Avenida Colmena al sur y la Avenida Tacna al oeste
Por decisión de la corona española, la ciudad de Lima, fundada originalmente con el nombre de
Ciudad de los Reyes, fue la capital y el centro político y administrativo del Virreinato del Perú. El
comercio de la zona estaba concentrado en el puerto del Callao al cual llegaban todos los navíos
provenientes de Panamá teniendo una suerte de monopolio en el comercio regional, esto
provocó el asedio de los piratas, el más famoso de ellos fue Francis Drake. Para evitar estas
invasiones el virrey Melchor Navarra y Rocafull, Duque de la Plata mandó a construir las célebres
murallas limeñas. Podemos apreciar que la traza urbana del poblado novohispano, respondió al
esquema reticular del tipo "tablero de ajedrez"; lo anterior, con la facilidad topográfica que
ofrecía el valle y que, por lo mismo, no presentó dificultad alguna para ejecutarlo.

Las murallas de Lima en un plano del año 1750


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Las villas
Villa Imperial de Potosi: En la pintura representa
una perspectiva del conjunto urbano y el entorno
de su serranía son testimonio fiel a los datos
históricos que sobre el poblado minero se
difundieron a lo largo y ancho del virreinato del
Perú.

Villas de San Luis Minas de Potosi: Podemos


apreciar a una ciudad que completaba un período
de conformación urbana de casi cien años.

Según lo afirma el Doctor Alejandro Galván, la ciudad había consolidado su estructura urbana y
arquitectónica en el siglo XVII, a partir de un orden central y el crecimiento de los siete pueblos
de indios que la rodeaban; estos eran: • Tlaxcalilla • El Montecillo • San Sebastián • San
Miguelito • San Juan de Guadalupe • Tequisquiapan y Santiago.

La plaza principal se dispuso en el centro del


poblamiento, a sus lados se levantaron un templo y las
casas reales, inicialmente el núcleo central de la ciudad,
estuvo conformado por doce manzanas, cantidad que
aumentó con el paso de los años y el desarrollo
económico del lugar; sobre todo, a partir de la actividad
minera del cerro de San Pedro.
Para el caso de San Luis Potosí, las
crónicas sobre la época inmediata
a la conquista no son abundantes
ni acuciosas, y refieren sobre
todo, la presencia de algunos
grupos denominados como
pames y huastecos.
Las Haciendas:

La llegada de los españoles al Tahuantinsuyo


cambio la estructura política, social y económica,
en esta última se cambió el modo de producción
pasando de un sistema comunal tributario a uno
a medio camino entre feudalismo y
mercantilismo, dentro de este nuevo marco
económico surgen las haciendas para sostener a
la población de las minas en el siglo XVI.

Los primeros españoles establecieron granjerías,


zonas de cultivo a pequeña escala, es recién en la
segunda mitad del siglo XVI que se constituyen las
haciendas gracias a los procesos de composición
de tierra (a través de estos los españoles
legalizaban la apropiación ilícita de tierras
dándole un pago a la corona). Las haciendas
coloniales se ubicaron en la zona costera y alto-
andina, cada una tuvo sus propias
particularidades, tanto en los sistemas de
explotació n como los tipos de cultivo.

Los productos cultivados por los españoles cubrían (junto a la producción aborigen) las necesidades
alimenticias de las ciudades y centros mineros. Las haciendas y minas establecieron un sistema de
intercambio comercial que permitió la explotación de grandes masas de indios, principalmente en la rica
mina de Potosí (Alto Perú).

Las principales haciendas se encontraban en manos de la orden Jesuita que fue expulsada en el siglo XVIII
(durante el gobierno del virrey Manuel Amat), sus haciendas fueron administradas por la Oficina de
Temporalidades creadas por Carlos III. Finalmente las tierras no explotadas dentro de la hacienda pagaban
un impuesto llamado el cabezón.

Haciendas mas conocidas del Perú: - La hacienda Paucartica en el valle Sagrado (Cuzco, Perú) - La
Quispicanchis del Camino Real (Cuzco, Perú).
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Las Reducciones:

Las reducciones de indios eran núcleos de población en la que se


debían reasentar los indios en la América española, separados de
las ciudades donde vivían los españoles. Ya desde los inicios de la
presencia española en América, la Corona se había preocupado
por la constitución de pueblos indígenas. La evolución de esta
preocupación se ve plasmada en los diferentes documentos que la
Corona va emitiendo: Instrucciones a Ovando (1501); las Leyes de
Burgos (1512) y las Leyes Nuevas (1542). En las "Instrucciones..."
(a Nicolás Ovando), la Corona ordenaba que los indígenas vivieran
en los pueblos de los españoles (favoreciendo así una asimilación
total de la población indígena). Las Leyes de Burgos, primer código
de los españoles en las Indias, encargaban a los encomenderos el
adoctrinamiento de los indios que tuvieran encomendados, y a los
indios les ordenaba vivir cerca de los poblados de los españoles,
porque con la conversación continua que con ellos tendrán, como
con ir a la iglesia los días de fiesta a oír misa y los oficios divinos, y
ver cómo los españoles lo hacen, más pronto lo aprenderán.

Pueblos Andinos:

Los llamados pueblos de indios o cabeceras de doctrina fueron aldeas de indígenas que existieron,
colonización española de América. • El pueblo de indios era reconocido en derecho como la organización
administrativa básica de la llamada república de indios, es decir era una suerte de municipio indígena.

La política española de «pueblos de indios» da cuenta de una concepción dual de mundo social colonial.
El monarca gobernaba por un lado sobre la llamada "república de españoles", esto es la comunidad social
de los blancos; y por otro sobre la "república de indios", la sociedad indígena. • Dentro de esta concepción,
las ciudades recién fundadas por los españoles no estaban llamadas a convertirse en morada masiva de
la población indígena.

El pueblo de indios se constituían como un espejo pauperizado de la ciudad española. La urbanización era
en damero, de ser posible. Se consideraba una plaza central rodeada de un portal, destinado al
intercambio de productos; una capilla, regentada o visitada por el cura doctrinero; un calabozo; la casa
del cacique o del noble venido a menos, en el caso de los antiguos imperios indígenas de México y Perú.
Tierras circundantes:

Estas ejercían normalmente una gran presión sobre los lindes territoriales y mano de obra del pueblo de
indios. De hecho, la mayoría de estos asentamientos terminarán metafóricamente engullidos por la
expansión de las tierras de los hacendados a principios del siglo XIX. • Muchos barrios de las actuales
capitales latinoamericanas fueron, asentamientos indígenas organizados por las autoridades durante la
Conquista y la Colonia.

El pueblo de indios debía ubicarse, de acuerdo a las ordenanzas reales, en tierras llanas y accesibles. Esto
obligó a la reubicación, en Mesoamérica, de numerosos altépetl que habían sido originalmente instalados,
priorizando su cercanía a las fuentes de agua, en quebradas y serranías.

Emplazamientos

El proceso de instalación de pueblos de indios es


denominado por algunos autores, rescatando el
lenguaje usado por la administración española: la
"Congregación". • La implementación práctica de la
Congregación fue un proceso complejo y que varió de
una zona geográfica a otra, dependiendo de la
voluntad y eficiencia de los diversos gobernadores y
virreyes locales.

La Congregación

Desde las primeras décadas tras la Conquista se inició la fundación de pueblos de indios. Pero fue el virrey
del Perú, Francisco de Toledo, comenzó en 1568 a implementar en forma la política de reasentamiento
en pueblos de indios. Santiago de Surco, fundado a las afueras de Lima, fue instalado como un modelo de
lo que debían ser estas villas.

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