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En las ciudades, las viviendas tenían una fuerte influencia peninsular, especialmente andaluza.
Fueron casas de uno o dos pisos, con un zaguán en el ingreso. Tuvieron usualmente un balcón
cerrado y estos poseían celosías, imponiéndose luego el uso de ventanas de guillotina.
Los balcones de Lima le confirieron a esa ciudad una personalidad propia, ya que en ninguna
ciudad americana existieron tantos balcones como en la capital de Perú.
Sus límites actuales dentro de la ciudad son el río Rímac al norte, la Avenida
Abancay al este, la Avenida Colmena al sur y la Avenida Tacna al oeste
Por decisión de la corona española, la ciudad de Lima, fundada originalmente con el nombre de
Ciudad de los Reyes, fue la capital y el centro político y administrativo del Virreinato del Perú. El
comercio de la zona estaba concentrado en el puerto del Callao al cual llegaban todos los navíos
provenientes de Panamá teniendo una suerte de monopolio en el comercio regional, esto
provocó el asedio de los piratas, el más famoso de ellos fue Francis Drake. Para evitar estas
invasiones el virrey Melchor Navarra y Rocafull, Duque de la Plata mandó a construir las célebres
murallas limeñas. Podemos apreciar que la traza urbana del poblado novohispano, respondió al
esquema reticular del tipo "tablero de ajedrez"; lo anterior, con la facilidad topográfica que
ofrecía el valle y que, por lo mismo, no presentó dificultad alguna para ejecutarlo.
Las villas
Villa Imperial de Potosi: En la pintura representa
una perspectiva del conjunto urbano y el entorno
de su serranía son testimonio fiel a los datos
históricos que sobre el poblado minero se
difundieron a lo largo y ancho del virreinato del
Perú.
Según lo afirma el Doctor Alejandro Galván, la ciudad había consolidado su estructura urbana y
arquitectónica en el siglo XVII, a partir de un orden central y el crecimiento de los siete pueblos
de indios que la rodeaban; estos eran: • Tlaxcalilla • El Montecillo • San Sebastián • San
Miguelito • San Juan de Guadalupe • Tequisquiapan y Santiago.
Los productos cultivados por los españoles cubrían (junto a la producción aborigen) las necesidades
alimenticias de las ciudades y centros mineros. Las haciendas y minas establecieron un sistema de
intercambio comercial que permitió la explotación de grandes masas de indios, principalmente en la rica
mina de Potosí (Alto Perú).
Las principales haciendas se encontraban en manos de la orden Jesuita que fue expulsada en el siglo XVIII
(durante el gobierno del virrey Manuel Amat), sus haciendas fueron administradas por la Oficina de
Temporalidades creadas por Carlos III. Finalmente las tierras no explotadas dentro de la hacienda pagaban
un impuesto llamado el cabezón.
Haciendas mas conocidas del Perú: - La hacienda Paucartica en el valle Sagrado (Cuzco, Perú) - La
Quispicanchis del Camino Real (Cuzco, Perú).
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Las Reducciones:
Pueblos Andinos:
Los llamados pueblos de indios o cabeceras de doctrina fueron aldeas de indígenas que existieron,
colonización española de América. • El pueblo de indios era reconocido en derecho como la organización
administrativa básica de la llamada república de indios, es decir era una suerte de municipio indígena.
La política española de «pueblos de indios» da cuenta de una concepción dual de mundo social colonial.
El monarca gobernaba por un lado sobre la llamada "república de españoles", esto es la comunidad social
de los blancos; y por otro sobre la "república de indios", la sociedad indígena. • Dentro de esta concepción,
las ciudades recién fundadas por los españoles no estaban llamadas a convertirse en morada masiva de
la población indígena.
El pueblo de indios se constituían como un espejo pauperizado de la ciudad española. La urbanización era
en damero, de ser posible. Se consideraba una plaza central rodeada de un portal, destinado al
intercambio de productos; una capilla, regentada o visitada por el cura doctrinero; un calabozo; la casa
del cacique o del noble venido a menos, en el caso de los antiguos imperios indígenas de México y Perú.
Tierras circundantes:
Estas ejercían normalmente una gran presión sobre los lindes territoriales y mano de obra del pueblo de
indios. De hecho, la mayoría de estos asentamientos terminarán metafóricamente engullidos por la
expansión de las tierras de los hacendados a principios del siglo XIX. • Muchos barrios de las actuales
capitales latinoamericanas fueron, asentamientos indígenas organizados por las autoridades durante la
Conquista y la Colonia.
El pueblo de indios debía ubicarse, de acuerdo a las ordenanzas reales, en tierras llanas y accesibles. Esto
obligó a la reubicación, en Mesoamérica, de numerosos altépetl que habían sido originalmente instalados,
priorizando su cercanía a las fuentes de agua, en quebradas y serranías.
Emplazamientos
La Congregación
Desde las primeras décadas tras la Conquista se inició la fundación de pueblos de indios. Pero fue el virrey
del Perú, Francisco de Toledo, comenzó en 1568 a implementar en forma la política de reasentamiento
en pueblos de indios. Santiago de Surco, fundado a las afueras de Lima, fue instalado como un modelo de
lo que debían ser estas villas.