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GUÍA

DE
CUIDADOS
EN EL
NEONATO
FACULTAD DE CIENCIAS Y HUMANIDADES
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

INFORME ACADÉMICO

“Guía de cuidados en el neonato”

ESTUDIANTE
SOTELO GIRAO, Lorena
TORRES ROMERO, Edison Piero
PERALES GARCIA, Renzo Bryan

DOCENTE
Mgtr. NEYRA CASTILLA, Orietta

AULA Y TURNO
A-807 / Noche

LIMA-PERÚ

2019– II
INDICE
I. INTRODUCCIÓN
II. JUSTIFICACIÓN
III. FUNDAMENTO TEÓRICO
Hhhhh IV. OBJETIVOS
V. METODOLOGÍA
VI. MÓDULO I
6.1. CONOCIMIENTOS DE NEONATOLOGÍA
6.1.1. LA IMPORTANCIA EN LAS PRIMERAS HORAS DE VIDA DEL
RECIÉN NACIDO
6.1.1.1. Los primeros mil minutos del bebé
6.1.1.2. El vínculo entre madre y el recién nacido

INDICE 6.1.1.3. Forjando el apego entre madre y el recién nacido


6.1.1.4 Separación cero
a) Contacto piel a piel con la madre después del parto
b) Contacto piel a piel con el padre después del parto
6.1.1.5. Las horas de sueño en el recién nacido
6.2. LA IMPORTANCIA DE LA LACTANCIA MATERNA Y SU PROMOCIÓN
6.2.1. Beneficios de la leche materna
6.2.2. El establecimiento de la lactancia materna
6.2.3. La importancia del calostro
6.2.4. En cualquier sitio y en cualquier momento
6.2.5. Eliminando lo artificial
6.2.6. Recomendaciones
6.3. EL ROL DE LOS PADRES
6.3.1. La importancia de la paternidad en el recién nacido
6.3.2 ¿Qué es ser padre?
6.3.3. ¿Qué es ser madre?
6.3.4. ¿Padres ideales?
6.3.5. ¿Cómo se puede potenciar la paternidad?
6.3.6. Recomendaciones prácticas para que los padres (hombres) vivan la
paternidad.
6.3.7. Etapas de desarrollo de tu bebé: Consejos de maternidad y paternidad
VII. MÓDULO II
7.1. ¿QUÉ ES EL ACOMPAÑAMIENTO EN EL PARTO
HUMANIZADO?
VIII. CONCUSIONES
IX. REEFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
I. INTRODUCCIÓN
(Diagnóstico del problema)
Desde la fecundación del óvulo por el espermatozoide, desde la gestación del feto al
embrión y su proceso evolutivo como entidad viviente, dentro del vientre de la madre;
hasta el nacimiento, crecimiento, llegando hasta el fin de nuestros días. "El rol de los
padres" es de suma importancia, en la vida del individuo, como persona que se ha de
manifestar en este mundo.

Todas las actitudes y patrones de conducta, en perspectiva de la función de una


verdadera paternidad sana y entre una paternidad tóxica, depende del estado de conciencia
de los padres, dicho de otro modo, de cuan consiente son los progenitores o cuidadores
depende del caso.

Existen diferentes tipos de madres y de padres, o, mejor dicho, diferentes niveles de


maternidad y paternidad, cada uno de los dichos niveles es sano y formativo. A este tipo
de crianza es lo que se denomina apego.

Son muchos los padres que se detienen (o que se ven bloqueados) en algún lugar del
camino que seguían como padres y como madres, y se quedan en una posición de
estancamiento y se vuelven tóxicos para sus hijos. Ser padre demanda realizar un gran
número de ajustes en la vida en general, desde el espacio físico que debe reacomodarse
para que ese niño que viene tenga lugar, como el espacio afectivo que ese niño va a
demandar en la familia. Una demanda de atención, de compañía, de cuidado, de
seguridad, de contención y de presencia. La implicación con respecto al niño es
demasiado viva para no despertar todas las resonancias inconscientes, así como al niño
que uno mismo fue. Aparecen recuerdos, anécdotas de la infancia, de los propios padres.

Hago un profundo énfasis en este punto, y me detengo a ver las dificultades y


complicaciones que se han convertido poco a poco en una problemática en el recién
nacido, con lo que respecta al amor maternal y paternal y un apego seguro como su
desarrollo desde el primer día en que el bebé ve su primera luz. Esta toma de consciencia
que deben tener los progenitores, o en su defecto aquellos que se encargarán de por vida
del niño, toma de consciencia a niveles más amplios y globales, y a la vez detallados que
recibirá el nuevo integrante de esta hermosa vida.

Aquello que el niño recibe, son las proyecciones emocionales, de la madre, como del
padre (a través de la madre) o de sus cuidadores, y aquellas proyecciones que reciba de
su ambiente y de otras personas. Es decir, que el niño es la continuación misma de alguna
manera, de la madre como del padre, continuación que debería dar como resultado, un
nuevo individuo auto-realizado (al menos esa es la idea de la vida, al poner su confianza
en aquel vientre escogido, para el nacimiento de este nuevo ser).

El niño es la realización de los padres, hasta un cierto punto, ya que su individualidad,


no es vulnerada, ni por el Universo, ni por la vida misma. Durante todo el embarazo todas
las fuerzas físicas, que se hallen presentes van a continuar actuando sobre el feto. En
numerosos casos el vientre materno, se convierte en una prisión agresiva donde el niño
va a recibir informaciones totalmente contradictorias al propósito por el cual la vida
misma ha permitido su existencia. El líquido amniótico, la placenta y el útero transmiten
al feto el estado de la madre. La información está impresa en los genes que lleva el feto,
y la información del exterior es transmitida a través de las emociones de la madre que se
trasfieren, como neurotransmisores y sustancias hormonales que se producen en la madre,
ya sea, cuando siente pena, dolor o placer, estas hormonas van hacia el niño a través de
la conexión entre madre y feto, por medio del cordón umbilical. Y si ésta,
conscientemente o no , considera al feto como un intruso , su organismo reaccionará de
la misma forma que lo haría ante una enfermedad o un tumor , o algún virus , y agredirá
al feto tratando de eliminarlo , protegido hasta una cierta medida , por la placenta , el feto
protestará a su manera , aunque seguirá siendo incomprendido , por otra parte , es posible
que esta alianza prenatal con la placenta , que asume entonces el papel verdadero defensor
del feto, pueda quedar grabada en la psique del niño como una relación integral. éste
tendrá luego la impresión de haber perdido algún hermano gemelo (la separación de la
placenta), en el momento del nacimiento, la vivirá como una pérdida.
.
Los conflictos emocionales ejercen también una notable influencia sobre el embrión ,
El hecho que los padres se detesten da lugar a que el niño nazca siendo incapaz de
quererse a sí mismo y tenga una inmensa dificultad a la hora de mantener una relación
intensa durante un tiempo prolongado , e incluso que sea incapaz de permanecer mucho
tiempo en un empleo , si la madre esta secretamente enamorada de otro hombre distinto
al padre oficial , este secreto pasará al hijo, manifestándose de diferentes maneras , como
por ejemplo, impulsándole a justificarse sin cesar , sintiéndose culpable sin razón o
incluso despreciándose a sí mismo .

Los hijos del deber no son como los hijos del placer, un niño engendrado en un acto
sexual con carácter violento o incómodo puede verse privado de su natural alegría de
vivir; un hijo no deseado puede pasarse la vida sintiéndose un intruso dentro de su familia,
buscando un amor que jamás logrará encontrar o encontrándose inmerso en unas
relaciones en las que no se quiere saber nada de él. igualmente, todo intento que hubiera
podido haber para eliminar al feto permanece grabado en la memoria celular como una
más de las programaciones.

Varios estudios alrededor del mundo han comprobado que las mujeres que tienen
concepciones no deseadas tienden a tener menos vínculo y apego con sus bebés.

Luces, E. (2017), declara que aún existe el factor de que ese "rechazo" se produce
normalmente como una repetición de la propia concepción de la mujer o de la pareja que
tuvieron sus propios padres con ellos.

Muchas mujeres divulgan que sienten una inmensa soledad en la maternidad,


sensación de abandono, desprotecciones e incomprensión, son reflejos inconscientes de
la niñez de la mujer.

Trabajar esos sentimientos con renacimiento u otras terapias, escribir sobre ellos, leer
libros que ayuden a lidiar con las emociones, tener momentos de ocio con otras mujeres
y sus hijos, disminuye la sensación de soledad y atenúa los efectos que causa en el bebé.

Si mamá se siente bien, el bebé está bien. Si la madre siente tristeza, el bebé siente esa
tristeza. No hay por qué culparse y es necesario la auto-aceptación, auto-perdón y
paciencia de la mujer consigo misma.

Aquí tenemos una adaptación del poema " La sonrisa de un niño " a modo de reflexión:
Abrió sus ojos el niño
y en otros ojos se vio
al verse tan pequeñito
el niño se sonrió.

es que su Madre
lo miraba con amor
y en sus brillantes pupilas
fue donde el niño se vio.

Todos los niños del mundo


sonríen cuando sus madres
las miran llenas de amor
(Cordero, P. A.).

Informase o buscar una red de apoyo de otras mujeres con bebés pequeños y asistir a
los programas, talleres y charlas sobre los cuidados que debe tener el recién nacido en
todas las áreas. Se debe entender que la mujer revive su niño interno mientras está criando
a su hijo. Eso es normal, basta con que usted entienda y esa sensación poco a poco
disminuirá.
II. JUSTIFICACIÓN
III. FUNDAMENTO TEÓRICO

EL EXPERIMENTO DE HARLOW Y LA PRIVACIÓN


MATERNA: SUSTITUYENDO A LA MADRE

Un curioso experimento con monos que nos da una explicación a un fenómeno


psicológico.

Triglia, A. (2019), nos explica que los paradigmas imperantes, que eran la
psicodinámica nacida con Sigmund Freud y el conductismo defendido por B. F. Skinner,
sostenían la idea de que el fundamento del afecto entre las madres y sus hijos e hijas de
corta edad es la alimentación y, más concretamente, la lactancia. A su modo, cada una de
estas dos corrientes psicológicas tan distintas entre sí en la mayoría de sus planteamientos
proponían la misma idea: que bebés y madres empezaban a involucrarse en conductas
afectivas gracias a la necesidad de los primeros de ser alimentados. Justo después del
nacimiento, el principal papel de las madres consistía en proveer de alimento a su
descendencia.
Sin embargo, los psicólogos John Bowlby y, más adelante, Harry Harlow, asestaron
un duro golpe contra esta teoría. Es gracias a ellos que hoy sabemos que el afecto en su
sentido más puro y literal es una necesidad fundamental de los niños y niñas. En concreto,
el experimento con monos de Harry Harlow sobre la privación materna es un ejemplo de
esto

HARRY HARLOW Y EL EXPERIMENTO CON MONOS RHESUS

Triglia, A. (2019) nos cuenta que Harlow quien fue un psicólogo que durante los años
60 se propuso estudiar y poner a prueba en el laboratorio la teoría del apego y de la
privación maternal de Bowlby para comprobar su veracidad. Para ello, realizó un
experimento con monos Rhesus que bajo los estándares éticos actuales sería irrealizable
por la crueldad que involucraba.

Suomi, S. y Harlow, H. (1975), realizó un experimento con monos Rhesus que bajo
los estándares éticos actuales sería irrealizable por la crueldad que involucraba.

Lo que Harlow hizo fue, básicamente, separar a algunas crías de macaco de sus madres
y observar de qué manera se expresaba su derivación maternal.
Pero no se limitó a observar pasivamente, sino que introdujo en esta investigación un
elemento con el que sería más fácil saber lo que sentían las crías de simio. Este elemento
era el dilema de elegir entre algo parecido al contacto físico relacionado con el afecto y
la calidez, o la comida.

SUSTITUYENDO A LA MADRE

Suomi, S. y Harlow, H. (1975), introdujo a estas crías dentro de jaulas, espacio que
debían compartir con dos artefactos. Uno de ellos era una estructura de alambre con un
biberón lleno incorporado, y la otra era una figura similar a un macaco adulto, recubierto
con felpa suave, pero sin biberón. Ambos objetos, a su manera, simulaban ser una madre,
aunque la naturaleza de lo que le podían ofrecer a la cría era muy diferente.

De este modo, Harlow quería poner a prueba no solo las ideas de Bowlby, sino también
una hipótesis diferente: la del amor condicional. Según esta última, las crías se relacionan
con sus madres básicamente por el alimento que les proporcionan, que objetivamente es
el recurso con mayor utilidad a corto plazo desde una óptica racional.
LO QUE SE DESCUBRIÓ

El resultado le dio la razón a Bowlby. Las crías mostraban una clara preferencia a estar
aferrados al muñeco de felpa, a pesar de no proporcionar comida. El apego hacia este
objeto era mucho más notorio que (…) hacia la estructura con el biberón, lo cual iba a
favor de la idea de que es el vínculo íntimo entre madres y crías lo realmente importante,
y no el simple alimento.

De hecho, esta relación se notaba incluso en el modo en el que las crías exploraban el
entorno.
El muñeco con felpa parecía proporcionar una sensación de seguridad que resultaba
determinante para que los pequeños macacos se decidiesen a emprender ciertas tareas por
propia iniciativa e incluso se abrazaban con mayor fuerza a este cuando tenían miedo.

En los momentos en los que se introducía algún cambio en el entorno que generaba
estrés, las crías corrían a abrazar el muñeco suave. Y, cuando se separaba a los animales
de este artefacto de felpa, mostraban signos de desesperación y miedo, gritando y
buscando todo el rato a la figura protectora. Cuando se volvía a poner al muñeco de felpa
a su alcance, se recuperaban, aunque permanecían a la defensiva por si volvían a perder
de vista a esta madre artificial (Suomi, S. y Harlow, H. 1975)

PROVOCANDO EL AISLAMIENTO EN LOS MONOS

El experimento del muñeco de felpa y el biberón era de una moralidad dudosa, pero,
Harlow fue más allá al empeorar las condiciones de vida de algunos macacos. Lo hizo
recluyendo a crías de esta especie animal en espacios cerrados, manteniéndolas aisladas
de cualquier tipo de estímulo social o, en general, sensorial.
En estas jaulas de aislamiento solo había un bebedero, un comedero, que era una
“deconstrucción total” (teoría post-estructuralista de análisis textual basada en las
paradojas y aplicada a diversas disciplinas) (Pérez. P, J. y Merino, M. (2017) del concepto
de "madre" según conductistas y freudianos.
Además, en este espacio se había incorporado un espejo gracias al cual se podía ver lo
que hacía el simio, pero el macaco no podía ver a sus observadores. Algunos de estos
monos permanecieron en este aislamiento sensorial durante un mes, mientras que otros
se quedaron en su jaula durante varios meses; algunos, hasta un año.

Los monos expuestos a este tipo de experiencias ya presentaban evidentes alteraciones


en su manera de comportarse después de haber pasado 30 días en la jaula, pero los que
permanecieron un año completo quedaban en un estado de pasividad total (relacionada
con la catatonia) e indiferencia hacia los demás del que no se recuperaban. La gran
mayoría terminaron desarrollando problemas de sociabilidad y apego al llegar a la etapa
adulta, no se interesaban en encontrar pareja o tener descendencia, algunos ni siquiera
comían y terminaron muriendo (Suomi, S. y Harlow, H. 1975).
IV. OBJETIVOS

 Que los padres sean autónomos y posean capacidad para solucionar


situaciones que se presenten.

 Mejorar la calidad de la atención en el recién nacido

 Generar modelos que permitan de manera pragmática, que sirvan como


base para el aseguramiento de la calidad de atención del recién nacido
basada en evidencia.

 Adoptar, adaptar y/o desarrollar recomendaciones basadas en evidencia


(Guías de Práctica Clínica) acerca del amor parental y un apego seguro
y la atención integral del recién nacido sano.

 Anticipación y preparación materna y paterna

 Atención del niño en sala de partos

 Manejo materno-neonatal del posparto inmediato: separación versus no


separación, contacto piel a piel temprano, vigilancia de la transición al
lado de la madre.
V. METODOLOGÍA
VI. MÓDULO

6.1. CONOCIMIENTOS DE NEONATOLOGÍA

6.1.1. LA IMPORTANCIA EN LAS PRIMERAS HORAS


DE VIDA DEL RECIÉN NACIDO

Bergman, N. (2005) (citado por Roldan, J. 2010), piensa que el ser humano podría
cambiar el mundo atendiendo estas conexiones emocionales al nacer. Durante las dos
primeras horas de vida tras el nacimiento el bebé escoge sentirse seguro o inseguro, y
aparece (o no) la hormona de la agresividad. Cuando se separa al bebé de la madre, estos
sienten que el mundo es un lugar difícil en el que desarrollarse y aparece el cortisol (…)
si un neonato no se siente seguro durante las dos primeras horas de vida se elevarán sus
niveles de estrés, la tensión arterial y tanto el cerebro como el cuerpo experimentarán un
desgaste emocional que le afectará con consecuencias durante toda la vida. El bebé al
p
nacer necesita oler a su madre para tener oxitocina y sentirse tranquilo y seguro en este
mundo incierto, para eso, deberá estar piel con piel (…) todo esto le aportará lo necesario
para poder desarrollarse adecuadamente.

Sáenz, C. (2014), mención que el parto y la maternidad se han mecanizado durante


mucho tiempo. Ahora la ciencia reivindica recuperar la piel con piel, el pecho a
demanda o la separación cero, porque los primeros momentos tras el nacimiento son
fundamentales para el futuro.

Bergman, N. (2005) (citado por Sáenz, C. 2014), comenta que "El cuerpo de la
madre es la mejor máquina jamás inventada. Aporta nutrición, temperatura, glucosa,
desarrollo cerebral y salud con un coste mínimo".

Bergman, N. (2005) (citado por Sáenz, C. 2014), afirma que “No hemos inventado
nada nuevo. Sólo hemos recordado aquello que durante millones de años ha hecho
nuestra especie y que hacen el resto de mamíferos", afirma.
"Reivindicamos volver a algo que está escrito en nuestro ADN y que parece que
hemos olvidado. Cosas como el contacto piel con piel y la lactancia materna es lo que
nuestros genes esperan. Y es lo que fomenta el buen cableado del cerebro, que se
establezcan las conexiones necesarias para su buen funcionamiento", añade (Bergman,
N. 2005) (citado por Sáenz, C. 2014).

Para Tenorio, V. (2010) (citado por Sáenz, C. 2014), expresa que "se trata de volver
a nuestro instinto, a todo lo que hemos abandonado, sobre todo a partir de los setenta,
cuando se mecanizo todo mucho, también la maternidad". Entonces, se empezó a
generalizar lo de separar al recién nacido de la madre nada más nacer, que durmiera
solo en su cuna, que tomara leche siguiendo unos horarios. "Hoy sabemos que todo
eso que hacíamos provocan un gran estrés en el cerebro del niño y perturbaban su
desarrollo normal".

6.1.1.1. Los primeros mil minutos del bebé

A diferencia de otras especies, al nacer el ser humano es bastante inmaduro. La


estructura de su cerebro va madurando en función de los genes y la biología, pero
también por la interacción con el medio. En las últimas dos décadas se ha visto que las
experiencias que tenemos afectan a la construcción de la interacción neuronal y forman
el cerebro, lo que afecta al desarrollo futuro tanto emocional como intelectual, a la
memoria, a la atención y al aprendizaje. "La mielinización” (un proceso en el que las
neuronas se recubren de mielina, una sustancia lípida blanquecina que facilita la
transmisión de impulsos nerviosos entre las células nerviosas) no se detiene hasta los
15 años. Al nacer, el bebé tiene muy pocas zonas del cerebro mielinizadas, sólo
aquellas asociadas a las cosas más instintivas o de supervivencia. Es como si fuera un
lienzo en blanco y podemos influir en él", explica (Tenorio, V. 2010) (citado por
Sáenz, C. 2014).

Al parecer los mil primeros minutos de vida resultan cruciales en ese proceso.
Corresponden más o menos a la primera noche y el primer día del niño y es el periodo
durante el cual se establecen las bases para crear el vínculo entre madre e hijo, el
llamado “apego”, esencial para el desarrollo neuronal del pequeño; también para
una lactancia correcta. Y ambos deben en ese periodo estar en piel con piel, sin
separarse, respetando los procesos naturales e instintivos que se suceden. "Si la madre
está mal porque ha habido alguna complicación en el parto puede ser el padre quien
esté piel con piel, en separación cero" subraya (Bergman, N. (2005) (citado por Sáenz,
C. 2014).

Bergman, N. (2005) (citado por Sáenz, C. 2014), explica acerca de la importancia


del contacto en las primeras horas de vida del recién nacido: "Está en nuestro instinto”.
Nuestros ancestros ya hacían eso hace más de un millón de años. Nuestros cerebros se
empezaron a desarrollar con la piel con piel y la separación cero. La salud del ADN
comienza de esta forma, que activa el olfato y este, el vínculo entre madre e hijo, que
a su vez dispara el cableado del cerebro y garantiza la buena salud de nuestros genes",
explica Bergman.

De hecho, es así en todos los mamíferos. Cuando nacen, la cría busca a la madre,
se huelen y crean un vínculo. "Si tú coges a esa cría y te la llevas nada más nacer, ya
sea un caballo, un mono, o un perro, luego la madre no la reconoce y la rechaza",
señala Riverola, A. (2010) (citado por Sáenz, C. 2014). "Es algo instintivo que va
asociado al concepto de vida. Sin ello, nos hubiéramos extinguido", añade Riverola.

6.1.1.2. El vínculo entre madre y el recién nacido

Para Bustos. G. (2007), define que el vínculo es una experiencia humana


compleja y profunda que requiere del contacto físico y de la interacción en etapas
tempranas de la vida. Los primeros minutos, horas y días constituyen un período
sensible para el recién nacido y los padres. En este período la madre y
probablemente el padre están especialmente receptivos a los cambios que supone
para su futura conducta el hecho de tener un hijo. El establecimiento del apego,
del vínculo o en términos más humanos, del amor al hijo, puede estar
condicionado por las interferencias en este período sensible. Se ha investigado
mucho sobre cómo la separación de la madre y el hijo condiciona los cuidados
posteriores. Se sabe que muchas mujeres sienten un afecto inmediato, pero entre
un 25% y un 40% necesitan un tiempo. Un ejemplo histórico que ilustra la
importancia del vínculo lo constituye la aparición de las incubadoras.
6.1.1.3. Forjando el apego entre madre y el recién nacido

Nada más nacer se produce un periodo muy especial que dura alrededor de dos
horas, en que el bebé está alerta pero tranquilo. Está provocado por dos hormonas que
se segregan durante el parto, la oxitocina y la noradrenalina, que por una parte
estimulan el vínculo entre madre e hijo y, por otra, despiertan el olfato, uno de los
sentidos más desarrollados en el bebé al nacer.

"Ese período es sumamente importante y no se debe perturbar, puesto que es


cuando comienza a establecerse el apego entre madre e hijo”, explica Morales, A. M.
(2010) (citado por Sáenz, C. 2014).

Desde hace ya algunos años, tal como lo expone Espar, M. (2010) (citado por
Sáenz, C. 2014), "estas primeras relaciones se forjen en las condiciones más
favorables, ya que la calidad del apego entre madre e hijo establece la primera base de
su futuro desarrollo emocional y cognitivo". En brazos de la madre en esos primeros
instantes y más adelante empiezan a formarse las redes de conexiones neuronales de
este vínculo, que resulta esencial para contener las primeras ansiedades del niño y
estimular cualquier relación posterior. Gracias a esta primera estructura mental, el bebé
aprende a tolerar la incertidumbre y la frustración.

En este período, además, si se coloca directamente al bebé sobre el abdomen


desnudo de la madre, sin cortar el cordón umbilical hasta que deja de latir, este, guiado
por el olor materno, repta por su abdomen hasta alcanzar el pezón y comienza a
succionar. "El bebé solito sabe cómo hacerlo, es un instinto innato. Y si se le deja
hacer, se agarra bien al pezón, sin problemas de lactancia", afirma Riverola, A. (2010)
(citado por Sáenz, C. 2014).

Respetar estos primeros 120 minutos ayuda en gran medida a que no se produzcan
problemas de lactancia más adelante. A veces los bebés integran formas de succionar
que no son las adecuadas y entonces se producen grietas, heridas, sangran los pezones
u otras molestias. "Cuando el bebé aprieta es una señal. Si el niño se coge mal, aprieta,
duele, la madre genera menos oxitocina, lo que reduce el flujo de la leche. Y entonces
el bebé aprieta más y así, madre e hijo se embarcan en un ciclo infernal. Todo eso se
puede evitar dejando que el bebé siga su instinto en esas primeras dos horas de vida",
indica Morales, A. M. (2010) (citado por Sáenz, C. 2014).

Además, Sáenz, C. (2014), expresa que se ha comprobado que este primer contacto
piel con piel entre madre e hijo ayuda a que el bebé se recupere antes del estrés del
parto, se normalicen los índices de glucemia y se regule su temperatura corporal.
También la madre se ve beneficiada, puesto que el bebé dispara en ella la segregación
de hormonas de placer, de bienestar, que alivian el dolor del parto.

6.1.1.4. Separación cero

"Separar al bebé de la madre al nacer provoca en los recién nacidos ansiedad y


estrés, y además carece de base científica", asegura Bergman, N. (2005) (citado por
Sáenz, C. 2014). El cerebro del neonato, recalca Morales, A. M. (2010) (citado por
Sáenz, C. 2014), funciona como un cerebro primitivo prehistórico. No razona, ni
entiende. Sólo siente. "No sabe que vive en un piso, ni que hay puertas, ni que cuando
lo dejan en un lugar, la cunita, los papás están en la cama a su lado. El niño lo único
que sabe es que cuando lo apartan de la madre, puede venir un león y comérselo. Tan
sólo el olor corporal de la madre, el movimiento, el sonido, el tacto, es lo que le dice
al bebé que está seguro".
En cambio, cuando un bebé se siente inseguro, tiene miedo, se estresa, suben sus
niveles de ansiedad y comienza a generar cortisol; si los niveles de esta hormona son
elevados y se mantienen en el tiempo resultan tóxicos, capaces de perturbar la
arquitectura del cerebro, repercutir en su capacidad de aprendizaje y memoria, y
provocar que los sistemas de gestión del estrés respondan a umbrales muy bajos. Son
niños que suelen ser más irritables, que lloran con mucha más facilidad (Sáenz, C.
2014).

"Separar al bebé de la mamá es negativo. Pero por suerte contamos con un


cerebro sumamente plástico y con la capacidad de resiliencia puntualiza (Tenorio, V.
(2010) (citado por Sáenz, C. 2014).

a) Contacto piel a piel con la madre después del parto

Según Paris, E. (2010), históricamente el contacto precoz entre la madre y el recién


nacido ha sido necesario para la supervivencia del bebé, sin embargo, actualmente en el
mundo occidental, debido a las rutinas hospitalarias, se suelen separar en los primeros
momentos tras el parto.

Sin embargo, se debería luchar, por lo contrario, ya que el contacto precoz entre madre
y bebé reporta numerosos beneficios:

 El contacto piel con piel favorece la interacción madre-hijo debido a


causas diversas excepcionales en los momentos inmediatos al parto.

 Durante este periodo suceden una serie de procesos químicos y


hormonales que favorecen un estado de comunicación importante para el
desarrollo del vínculo afectivo madre-hijo.

 El bebé durante las dos horas posteriores al nacimiento se encuentra en


un estado excepcional de alerta tranquila, producido por las descargas de
diversas sustancias como las catecolaminas (noradrenalina,
adrenalina...), responsables de estimular la función respiratoria del bebé,
y que favorece el rápido aprendizaje y toma de contacto.
 Antes de caer en el pequeño "letargo" tras el parto, el bebé mira, huele,
oye, siente y en definitiva reconoce a su madre.

 El mismo reconocimiento se produce por parte de la madre, que en un


ambiente tranquilo puede dedicarse a "explorar" a su bebé por primera
vez. Es un momento intenso y que toda madre siente y recuerda grabado
a fuego en su interior.

Paris, E. (2010), añade otros beneficios del contacto piel a piel de la madre y del recién
nacido:

Gracias al contacto piel con piel se reduce el llanto del bebé al nacer, que acaba de
pasar por una situación estresante.

Mantiene al bebé caliente, que acaba de sufrir un cambio brusco de temperatura al


pasar del medio líquido intrauterino al ambiente exterior.

El contacto precoz ayuda al inicio y a la duración de la lactancia materna, ya que el


bebé busca, explora y encuentra el pezón, iniciando la succión temprana.

La madre se convierte en la protagonista de los cuidados del bebé, aumentando de este


modo la confianza y seguridad en sí misma.

Gracias a esta unión temprana, las primeras bacterias que llegan a las mucosas y tubo
digestivo del bebé (que al nacer son estériles) son las de la madre, bacterias "amigas" que
protegen de la invasión de otras extrañas y potencialmente peligrosas.
b) Contacto piel a piel con el padre después del parto

No nos hemos olvidado del padre. Para él también es fundamental recibir al bebé por
primera vez. El padre también forma parte del contacto precoz, como apoyo y
acompañamiento a la mujer, así como para facilitarle la toma de contacto piel con piel en
el caso de que ella no se sienta con fuerzas o tenga la movilidad reducida. Si no es posible
poner al bebé sobre la madre, será el padre el que pueda acoger en su seno al bebé si así
lo desea, refiere (Paris, E. 2010).

Paris, E. (2010), señala que si las circunstancias del parto hacen necesaria la separación
de la madre y el bebé (complicaciones, intervención quirúrgica, problemas de salud del
neonato...) el contacto precoz no es posible, pero esa unión se debería iniciar cuanto antes
para proporcionar todas las cualidades beneficiosas descritas y que no dependen de los
factores bioquímicos vinculados al nacimiento.

Por supuesto, si el nacimiento se produce en un ambiente íntimo y respetuoso, el


contacto inmediato entre bebé y madre se produce de un modo más intenso y los
beneficios aumentan, por lo que siempre que sea posible se debería favorecer dicho
ambiente. Un bebé (y una madre) estarán mucho más tranquilos, relajados y receptivos si
el entorno y la compañía son favorables.
Por todos estos motivos que suponen grandes beneficios del contacto precoz entre
madre y recién nacido se debería intentar siempre la no separación temprana del bebé.

La figura del padre ya no es la que veíamos antiguamente que vive el parto desde lejos,
en una sala alejada del paritorio y que no ve al bebé salvo desde el cristal del "nido" o
cunero. Sin embargo, tampoco es que los papás puedan participar demasiado en el
recibimiento al recién nacido, aunque las cosas están cambiando también en este sentido.

Son muchos los beneficios del contacto temprano piel con piel y menos mal que cada
vez se tiene más claro que es importante la no separación entre madre y bebé en estos
instantes, con algunos beneficios inmediatos y a largo plazo comprobados.

Y aunque evidentemente el beneficio del mejor establecimiento de la lactancia no se


dé en estos primeros momentos con el papá, la postergación breve del contacto piel con
piel con la madre tampoco la dificultaría. Esto es, en cuanto la madre se recupera y va a
la habitación con el bebé, y mejor cuanto antes, se puede poner al bebé al pecho piel con
piel e iniciar la lactancia.
6.1.1.5. Las horas de sueño en el recién nacido

El sueño profundo es también otro factor esencial en el correcto desarrollo del


cerebro del recién nacido. Durante las horas en que el bebé duerme, se forman
los circuitos mentales, por lo que es conveniente dejarlo descansar y no despertarlo.

Cuenta Bergman, N. (2005) (citado por Sáenz, C. 2014), "Suelo aconsejarles a


las madres que acaban de dar a luz que se pongan el bebé piel con piel y lo tapen con
su camisón. Se ha visto que así duermen más profundamente, lo que repercute
positivamente en el desarrollo de la interacción neuronal.

¿Y qué hacer cuando, una vez en casa, el bebé llora por las noches?

A esta interrogante Bergman, N. (2005) (citado por Sáenz, C. 2014), no duda ni


un segundo en contestar: "Cogerlo, abrazarlo, calmarlo. El recién nacido no tiene la
capacidad cognitiva de gestionar el ser abandonado cada noche, por lo que su cerebro
integra un sentimiento de indefensión, de abandono, de inseguridad. Muchas veces
callan tras estar un rato llorando y que nadie acuda, pero no quiere decir que estén
tranquilos. Es una extinción de su instinto". El cerebro estresado de estos pequeños
se adapta, pero tiene consecuencias. La amígdala, la región encargada de las
emociones primarias como el miedo, está hiperactiva y los predispone a la
irritabilidad. Además, segregan cortisol, que los hace estar más estresados, aumenta
su presión arterial y al final cuerpo y cerebro experimentan un desgaste.

"Es cierto que durante mucho tiempo los médicos hemos fomentado
comportamientos como 'si llora, no lo cojas, que se acostumbra', pero ahora sabemos
que eso resulta tóxico. Cuando un bebé llora, siempre hay que dar respuesta a esa
necesidad. Y eso que dicen de que los bebés manipulan a los padres no tiene ningún
sentido. Ni tan siquiera tienen la capacidad mental para hacerlo", asegura (Tenorio,
V. 2005) (citado por Sáenz, C. 2014)

La Organización Mundial de la Salud recomienda que el bebé duerma con sus


padres, o bien en la misma cama, o bien en una cuna muy cerca, de manera que pueda
oler y sentir que su madre está allí. "Los bebés que duermen con los padres están
menos estresados y acaban sincronizando antes los ciclos de sueño. Al mes y medio
ya empiezan a dormir más seguido", apunta (Morales, A. M. 2010) (citado por Sáenz,
C. 2014).

6.2. LA IMPORTANCIA DE LA LACTANCIA MATERNA


Y SU PROMOCIÓN

Además de la separación de la madre, otra de las cosas que estresa al bebé, lo


angustia y le hace segregar cortisol es pasar hambre. Durante varias décadas se
estableció que los lactantes debían comer cada tres o cuatro horas. Pero eso "no tiene
ningún sentido y no encaja con nuestra biología. El estómago de un niño de tres kilos
de peso no es más grande que una moneda de un euro y apenas le entran 20 ml. Eso
es muy poco. Apenas tarda una hora en vaciarse, lo que además coincide con los
ciclos de sueño del niño. ¿Cómo lo vas a tener llorando dos horas porque aún no le
toca comer?", reivindica apunta (Morales, A. M. 2010) (citado por Sáenz, C. 2014).
6.2.1. Beneficios de la leche materna

¿En recién nacidos cuáles son los beneficios de la alimentación con leche humana?

Basándonos en la evidencia clara y contundente que existe sobre los beneficios de


la lactancia materna en el recién nacido como la disminución en la incidencia de
mortalidad por enfermedad diarreica aguda y por otras causas infecciosas,
igualmente disminución en la incidencia de otitis media aguda, enfermedad diarreica
aguda, dermatitis atópica, obesidad, hospitalización por infecciones respiratorias y
asma. En la madre se ha demostrado que la lactancia materna disminuye el riesgo de
cáncer de seno, cáncer de ovario y diabetes tipo II.

6.2.2. El establecimiento de la lactancia materna:

Bustos. G. (2007), hace hincapié que en las primeras dos horas de vida el recién
nacido tiene una capacidad innata de buscar el pecho materno y empezar a mamar.
Es el niño el que sabe, no la madre. Colocado sobre el abdomen materno, piel con
piel, repta guiado por el olor del pecho materno, cuyo calostro tiene sustancias
volátiles similares a las que dan olor al líquido amniótico. Cuando alcanza el pecho
suele empezar a mamar. Esta conducta puede desaparecer si se produce la
separación de la madre o no se pone al niño cerca del pecho en la primera hora o
dos horas de vida. Las prácticas que interfieren con estos procesos naturales pueden
alterar de manera importante el establecimiento de la lactancia en los primeros días.
Estos primeros momentos son también esenciales para corregir algunos problemas
de posición y encaje que pueden provocar que el niño mame poco y la madre tenga
grietas. Las interferencias por tetinas de biberón y por el uso muy precoz del
chupete, deben ser evitadas.

CÓLIC

6.2.3. La importancia del calostro


Bastida, A. (2017), declara que Unicef asegura que la leche materna es la primera
vacuna de un bebé.

El calostro es una increíble protección ante infecciones y enfermedades, y por eso hay
quien lo conoce como "la primera vacuna", y quien lo denomina "oro líquido",
porque además de los anticuerpos contiene cientos de sustancias con un
porqué (aminoácidos, factores de crecimiento, vitaminas y un largo etcétera) (Bastida, A.
2017).
Bastida, A. (2017) añade que es importante porque es la sustancia que los bebés
reciben en los primeros días de vida, que es el momento más crítico en la vida de un bebé:
casi la mitad de las muertes en niños menores de cinco años son recién nacidos.

Además, lo ideal para un recién nacido es que tome el pecho cuanto antes. Según
Bastida, A. (2017), ha explicado que retrasar la lactancia solo 24 horas hace que aumente
el riesgo de morir en el primer mes de vida en un 80%. Son cifras en que se incluyen,
claro, datos de países desfavorecidos (el riesgo en los países desarrollados no es tan
evidente), pero sí está demostrado que los bebés no amamantados padecen, de media, más
infecciones y tienen un desarrollo diferente.

6.2.4. En cualquier sitio y en cualquier momento


Bastida, A. (2017), nos cuenta que Unicef defiende el amamantamiento a demanda,
explicando que los bebés tienen que poder ser alimentados en cualquier lugar y
situación porque se trata de un proceso natural y necesario para el bebé: es una necesidad
básica de alimentación y sostén emocional que "aumenta las posibilidades de
supervivencia en los primeros días de vida y se alarga la salud futura".

6.2.5. Eliminando lo artificial

¿Provoca el chupón gas en el bebé?

La maternidad y la paternidad provocan, por sí mismas, muchos debates y diferencias.


Hay tantas formas de criar a un bebé, tantos métodos diferentes, que siempre está el eterno
combate entre quien cree que uno es mejor y quien cree que no, que el mejor es el otro.
En este punto, tenemos que comprender algo: cada bebé, y cada familia, es un mundo.
Lo mejor que pueden hacer los padres es ver qué es lo que su hijo prefiere, qué es lo
que le va mejor, e ir adaptándose poco a poco al bebé, (Baena, M. 2017)
Esto es lo que sucede con el eterno dilema del chupón:
¿El chupón es bueno, o es malo?
¿Hay que dejar que los niños usen chupón, o hay que tratar de evitarlo?
¿Hay que forzar a los bebés que no quieren chupón a que lo usen?

Como se ha señalado el bebé no necesita el chupón y puede vivir estupendamente sin


él. Morales, A. M. (2010) (citado por Sáenz, C. 2014), cuenta que "mucha gente compra
muchas cosas para el recién nacido, pero el bebé no necesita nada de eso. Que lo mejor
que pueden hacer es invertir en darles su propia leche materna, tacto y contacto. Es el
amor maternal y paternal que todos los niños merecen".

los gases del chupón

Los gases pueden llegar a ser un gran problema para muchos bebés; pueden llegar a
terminar en cólicos muy dolorosos, que harán que el bebé sufra mucho. No es nada
grave, y hay muchos remedios para los gases, pero tampoco es algo agradable, con lo cual
es lógico que los padres quieran evitárselo a sus hijos dentro de lo posible (Baena, G.
2017.)

Baena, G. (2017), refiere que hay quien ha llegado a señalar que el chupón hace que
el bebé acabe tragando mucho más aire de la cuenta y, por tanto, acabe acumulando
muchos más gases en el intestino. Estos gases pueden acabar siendo, como hemos
señalado, extremadamente dolorosos. No obstante, no todos los bebés acumulan gases
con la misma frecuencia, y eso es algo que todos los padres saben de sobra; mientras hay
bebés que necesitan remedios constantes para sus cólicos.

Lo mejor que podéis hacer es ir analizando cada caso particularmente. Sí, es cierto que
hay bebés a los que el chupón les provocan más gases de la cuenta, y esto se debe a la
acumulación de aire que se va generando. El bebé no tiene por qué estar todo el día con
el chupete puesto. Eso sí que no es recomendable, porque no solo crea dependencia, sino
que también puede acabar provocando problemas derivados del uso continuado.
6.2.6. Recomendaciones:

Se recomienda que el recién nacido reciba lactancia materna exclusiva hasta los 6
meses de edad, después de la introducción de alimentos complementarios, la
alimentación con leche materna debe continuar hasta terminar el primer año de vida
y más adelante, si la madre así lo desea.
6.3. EL ROL DE LOS PADRES

6.3.1. La importancia de la maternidad y paternidad en el


recién nacido

La función paterna, caracterizada por una presencia discontinua, que representa


la ley y le introduce en el mundo social y profesional. Y la función materna que
reconforta y cuida, que aporta una presencia corporal continua en tierna edad, y que
constituye el objeto de deseo de los niños.

Morel, B. O. (2018), menciona que no existen padres buenos o malos ni


culpables, sino padres responsables que se equivocan, se enjuician y se cuestionan,
se comprometen con las situaciones de sus hijos. Ser padre no es una profesión. No
basta con formarse o informarse para adquirir competencias de progenitor. Ayuda,
pero no es suficiente.

Las funciones del padre y de la madre son totalmente diferentes y el hijo necesita
a los dos para su equilibrio: ella introduce al hijo en el mundo de los afectos, en la
esfera íntima; él le proporciona independencia, le abre al mundo exterior (Gonzales,
N. 2013).

Calvo, M (2010), explica que la diferencia entre el padre y la madre la notan


incluso los bebés. Una experiencia en Israel se mostró que los niños prematuros
ganaban peso más rápidamente cuando eran visitados por el padre. El padre da un
aliento psicológico al hijo, que él nota.

6.3.2. ¿Qué es ser padre?

Porto J. y Gardey, A. (2009), define a un padre como un varón o macho que


ha engendrado o que ha adoptado una función paternal. Esto quiere decir que un
hombre puede convertirse en padre en un sentido biológico o a partir de una
responsabilidad social y cultural que adquiere al recurrir a la adopción.
La función del padre, por lo tanto, excede la cuestión meramente biológica o la
reproducción. Se trata de una figura clave en el desarrollo de un niño ya que debe
protegerlo, educarlo y ayudarlo en las distintas etapas de su crecimiento.

6.3.3. ¿Qué es ser madre?

Porto, J. y Gardey, A. (2009), define a la madre como el ser vivo, hembra, que
ha tenido descendencia, que ha parido a otro ser vivo luego de un tiempo apropiado
de gestación que varía de acuerdo al tipo de ser vivo al que hagamos referencia. En
este sentido, ser madre es algo en lo que la mayoría de los seres vivos de sexo
femenino se convierten cuando se ven fecundadas y procrean un nuevo ser vivo.

La madre se vuelve entonces en la protectora y en la responsable del cuidado de


ese nuevo ser vivo, al mismo tiempo que ese cuidado tiene que ver no sólo con ese
ser vivo específico si no también con la supervivencia de la raza entera. La madre
no puede nunca dejar de ser madre una vez que ha dado a luz.

6.3.4. ¿Padres ideales?

Batista, O. (2018), indica que el ideal no pertenece a este mundo, aun cuando los
padres fuesen ejemplares, su hijo podría presentar de todos modos, en un momento
u otro de su desarrollo, dificultades que pueden ser causas de inquietud en la familia.
Siempre hay épocas difíciles de pasar, y aceptar como padres que es imposible
evitar todo sufrimiento a los niños es una tarea muchas veces de gran dificultad.
Animarse a pedir ayuda al psicólogo infantil cuando el sufrimiento familiar o del
niño es grande es un gran paso para contribuir al bienestar de la familia y al
conocimiento personal que lleva a una aceptación de las propias limitaciones de
cada uno en relación a la crianza.
6.3.5. ¿Cómo se puede potenciar la paternidad?

Navas, P. (2013), señala que el papel del padre es esencial y su valoración


depende mucho de la propia esposa. Cuando ella valora la actuación del hombre,
cómo hace las cosas en la casa, el hombre se implica más.

Normalmente la mujer le tacha de torpe porque no hace las cosas como ella las
hace. Muchos temen que les tachen de tiranos, hay miedo a ejercer la paternidad.

Es cierto que antes había un modelo machista en el que el hombre a menudo


sólo controlaba lo económico y los resultados académicos, pero no por ello
debemos desechar lo positivo de la paternidad, como la capacidad de poner
normas, imponer disciplina y límites. Al mismo tiempo hay que aprovechar los
rasgos más actuales de la paternidad, como la mayor implicación emocional del
padre.

Hay que respetar el estilo de actuación del hombre, que es masculino, y que
complementa al de la mujer.

Cuando una se da cuenta de esto, la mujer gana libertad, los hijos ganan un padre
y la pareja gana una confianza, un diálogo. Los padres no son madres defectuosas,
sino padres.

6.3.6. Recomendaciones prácticas para que los padres (hombres) vivan la


paternidad.

Según como lo explica García, J. (2008), tener un hijo cambia nuestra vida y tenemos
que renunciar a muchas cosas (diversiones, amigos, libertad, etc.). Por eso, hay que
tenerlos pensándolo mucho y cuando la paternidad es un valor importante en la vida, es
decir, cuando suponga que todos los sacrificios y renuncias que hay que hacer se
compensan con el disfrute de ver como el niño se desarrolla y es feliz.
Es importante cuidar más que nunca la relación con la pareja. Cuando se tiene un hijo,
se tiene una relación para toda la vida, porque seguir la vida de nuestros hijos supone
hablar de forma bastante habitual con el otro, aunque no le queramos y nos divorciemos.

La relación de pareja cambia de forma drástica: el niño es el foco total de atención. Se


crea un proyecto común que puede unir a la pareja de forma muy importante. Sin
embargo, no hay que olvidar la relación de pareja y hay que mantener la comunicación,
para ello se aconseja que se creen espacios para poder mantener la intimidad. En cuanto
el crecimiento del niño lo permita, es conveniente dedicar tiempo a estar juntos y solos.
Para ello, puede ser interesante salir de casa y dedicarse mutuamente un mínimo de
tiempo.

Las nuevas obligaciones que han surgido en la pareja influyen de forma determinante
en la distribución de tareas existente. Por eso, es hora de replantearlas y llegar a acuerdos
tácitos o explícitos sobre las responsabilidades de cada cual.

Aunque la llegada del hijo nos haya supuesto una gran alegría, hay que tener en cuenta
que implica una responsabilidad y unas tareas adicionales que provocan un estrés que nos
puede hacer sentirnos tristes, ansiosos, muy cansados, etc. Se trata de no pensar que
deberíamos estar alegres, o si será que no queremos a nuestro hijo, etc.

Tener un hijo es un suceso alegre y, a la vez, estresante. Es verdad que las


responsabilidades y sacrificios que conlleva la paternidad nos pueden abrumar y hacernos
pensar que en realidad no nos interesa ser padres. Cada cual lo tiene que evaluar, pero en
general responde a una visión de la felicidad muy televisiva. La psicología actual
demuestra que se puede ser mucho más feliz de otras formas. En concreto, cuando nos
comprometemos con lo que deseamos hacer y dando un sentido a nuestra vida. Recordar
que la paternidad es un compromiso y dota de sentido a nuestra existencia.
6.3.7. Etapas de desarrollo de tu bebé: Consejos de maternidad y
paternidad

Unicef (2007), afirma que, en solo unos días, los bebés pueden comenzar a sonreír
cuando alguien les sonríe.

Unicef (2007) aconseja lo siguiente para interactuar con nuestro hijo:

 Encuentra formas para que tu bebé vea, oiga, se mueva libremente y te


toque. Verás que los brazos y las piernas de tu bebé se mueven de forma
descoordinada. Poco a poco, tu bebé aprenderá a controlar sus
movimientos.

 Mira a tu bebé a los ojos y sonríele cuando te sonría. Verás que tu bebé
reacciona de forma positiva a tus movimientos, gestos y expresiones
faciales.

 Háblale con un tono suave y utilizando su “idioma”. Tanto el padre,


como la madre y otros cuidadores deberían comunicarse con el recién
nacido. Notarás que te oye y, pronto, comenzará a memorizar y a copiar
tus palabras.

 Cambia gradualmente el sonido de tu voz. Habla más lento y más rápido,


más alto y más bajo, más fuerte y más suavemente. Observarás la
reacción de tu bebé en su rostro y en su cuerpo y notarás que interactúa
contigo.

 Coloca a tu bebé boca abajo y agita un sonajero o una campana delante


de él o ella. Eleva un poco el sonajero y anima a tu bebé a que levante la
cabeza y los hombros para ver cómo se mueve. Al hacerlo, tu bebé
seguirá el sonajero con la mirada y aprenderá a levantar la cabeza y los
hombros.
 Con cuidado, tranquiliza, acaricia y abraza a tu bebé. Lo verás
reconfortado y feliz de sentirse acunado en tus brazos.

 Mantén un contacto piel con piel con tu bebé. Sentir, oír y oler tu
presencia le proporcionará una sensación de calma y seguridad.
VII. MODULO II
VIII. CONCUSIONES
IX. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bustos, G. (2007). Guía de cuidados del recién nacido en la maternidad. Recuperado


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