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DE
CUIDADOS
EN EL
NEONATO
FACULTAD DE CIENCIAS Y HUMANIDADES
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA
INFORME ACADÉMICO
ESTUDIANTE
SOTELO GIRAO, Lorena
TORRES ROMERO, Edison Piero
PERALES GARCIA, Renzo Bryan
DOCENTE
Mgtr. NEYRA CASTILLA, Orietta
AULA Y TURNO
A-807 / Noche
LIMA-PERÚ
2019– II
INDICE
I. INTRODUCCIÓN
II. JUSTIFICACIÓN
III. FUNDAMENTO TEÓRICO
Hhhhh IV. OBJETIVOS
V. METODOLOGÍA
VI. MÓDULO I
6.1. CONOCIMIENTOS DE NEONATOLOGÍA
6.1.1. LA IMPORTANCIA EN LAS PRIMERAS HORAS DE VIDA DEL
RECIÉN NACIDO
6.1.1.1. Los primeros mil minutos del bebé
6.1.1.2. El vínculo entre madre y el recién nacido
Son muchos los padres que se detienen (o que se ven bloqueados) en algún lugar del
camino que seguían como padres y como madres, y se quedan en una posición de
estancamiento y se vuelven tóxicos para sus hijos. Ser padre demanda realizar un gran
número de ajustes en la vida en general, desde el espacio físico que debe reacomodarse
para que ese niño que viene tenga lugar, como el espacio afectivo que ese niño va a
demandar en la familia. Una demanda de atención, de compañía, de cuidado, de
seguridad, de contención y de presencia. La implicación con respecto al niño es
demasiado viva para no despertar todas las resonancias inconscientes, así como al niño
que uno mismo fue. Aparecen recuerdos, anécdotas de la infancia, de los propios padres.
Aquello que el niño recibe, son las proyecciones emocionales, de la madre, como del
padre (a través de la madre) o de sus cuidadores, y aquellas proyecciones que reciba de
su ambiente y de otras personas. Es decir, que el niño es la continuación misma de alguna
manera, de la madre como del padre, continuación que debería dar como resultado, un
nuevo individuo auto-realizado (al menos esa es la idea de la vida, al poner su confianza
en aquel vientre escogido, para el nacimiento de este nuevo ser).
Los hijos del deber no son como los hijos del placer, un niño engendrado en un acto
sexual con carácter violento o incómodo puede verse privado de su natural alegría de
vivir; un hijo no deseado puede pasarse la vida sintiéndose un intruso dentro de su familia,
buscando un amor que jamás logrará encontrar o encontrándose inmerso en unas
relaciones en las que no se quiere saber nada de él. igualmente, todo intento que hubiera
podido haber para eliminar al feto permanece grabado en la memoria celular como una
más de las programaciones.
Varios estudios alrededor del mundo han comprobado que las mujeres que tienen
concepciones no deseadas tienden a tener menos vínculo y apego con sus bebés.
Luces, E. (2017), declara que aún existe el factor de que ese "rechazo" se produce
normalmente como una repetición de la propia concepción de la mujer o de la pareja que
tuvieron sus propios padres con ellos.
Trabajar esos sentimientos con renacimiento u otras terapias, escribir sobre ellos, leer
libros que ayuden a lidiar con las emociones, tener momentos de ocio con otras mujeres
y sus hijos, disminuye la sensación de soledad y atenúa los efectos que causa en el bebé.
Si mamá se siente bien, el bebé está bien. Si la madre siente tristeza, el bebé siente esa
tristeza. No hay por qué culparse y es necesario la auto-aceptación, auto-perdón y
paciencia de la mujer consigo misma.
Aquí tenemos una adaptación del poema " La sonrisa de un niño " a modo de reflexión:
Abrió sus ojos el niño
y en otros ojos se vio
al verse tan pequeñito
el niño se sonrió.
es que su Madre
lo miraba con amor
y en sus brillantes pupilas
fue donde el niño se vio.
Informase o buscar una red de apoyo de otras mujeres con bebés pequeños y asistir a
los programas, talleres y charlas sobre los cuidados que debe tener el recién nacido en
todas las áreas. Se debe entender que la mujer revive su niño interno mientras está criando
a su hijo. Eso es normal, basta con que usted entienda y esa sensación poco a poco
disminuirá.
II. JUSTIFICACIÓN
III. FUNDAMENTO TEÓRICO
Triglia, A. (2019), nos explica que los paradigmas imperantes, que eran la
psicodinámica nacida con Sigmund Freud y el conductismo defendido por B. F. Skinner,
sostenían la idea de que el fundamento del afecto entre las madres y sus hijos e hijas de
corta edad es la alimentación y, más concretamente, la lactancia. A su modo, cada una de
estas dos corrientes psicológicas tan distintas entre sí en la mayoría de sus planteamientos
proponían la misma idea: que bebés y madres empezaban a involucrarse en conductas
afectivas gracias a la necesidad de los primeros de ser alimentados. Justo después del
nacimiento, el principal papel de las madres consistía en proveer de alimento a su
descendencia.
Sin embargo, los psicólogos John Bowlby y, más adelante, Harry Harlow, asestaron
un duro golpe contra esta teoría. Es gracias a ellos que hoy sabemos que el afecto en su
sentido más puro y literal es una necesidad fundamental de los niños y niñas. En concreto,
el experimento con monos de Harry Harlow sobre la privación materna es un ejemplo de
esto
Triglia, A. (2019) nos cuenta que Harlow quien fue un psicólogo que durante los años
60 se propuso estudiar y poner a prueba en el laboratorio la teoría del apego y de la
privación maternal de Bowlby para comprobar su veracidad. Para ello, realizó un
experimento con monos Rhesus que bajo los estándares éticos actuales sería irrealizable
por la crueldad que involucraba.
Suomi, S. y Harlow, H. (1975), realizó un experimento con monos Rhesus que bajo
los estándares éticos actuales sería irrealizable por la crueldad que involucraba.
Lo que Harlow hizo fue, básicamente, separar a algunas crías de macaco de sus madres
y observar de qué manera se expresaba su derivación maternal.
Pero no se limitó a observar pasivamente, sino que introdujo en esta investigación un
elemento con el que sería más fácil saber lo que sentían las crías de simio. Este elemento
era el dilema de elegir entre algo parecido al contacto físico relacionado con el afecto y
la calidez, o la comida.
SUSTITUYENDO A LA MADRE
Suomi, S. y Harlow, H. (1975), introdujo a estas crías dentro de jaulas, espacio que
debían compartir con dos artefactos. Uno de ellos era una estructura de alambre con un
biberón lleno incorporado, y la otra era una figura similar a un macaco adulto, recubierto
con felpa suave, pero sin biberón. Ambos objetos, a su manera, simulaban ser una madre,
aunque la naturaleza de lo que le podían ofrecer a la cría era muy diferente.
De este modo, Harlow quería poner a prueba no solo las ideas de Bowlby, sino también
una hipótesis diferente: la del amor condicional. Según esta última, las crías se relacionan
con sus madres básicamente por el alimento que les proporcionan, que objetivamente es
el recurso con mayor utilidad a corto plazo desde una óptica racional.
LO QUE SE DESCUBRIÓ
El resultado le dio la razón a Bowlby. Las crías mostraban una clara preferencia a estar
aferrados al muñeco de felpa, a pesar de no proporcionar comida. El apego hacia este
objeto era mucho más notorio que (…) hacia la estructura con el biberón, lo cual iba a
favor de la idea de que es el vínculo íntimo entre madres y crías lo realmente importante,
y no el simple alimento.
De hecho, esta relación se notaba incluso en el modo en el que las crías exploraban el
entorno.
El muñeco con felpa parecía proporcionar una sensación de seguridad que resultaba
determinante para que los pequeños macacos se decidiesen a emprender ciertas tareas por
propia iniciativa e incluso se abrazaban con mayor fuerza a este cuando tenían miedo.
En los momentos en los que se introducía algún cambio en el entorno que generaba
estrés, las crías corrían a abrazar el muñeco suave. Y, cuando se separaba a los animales
de este artefacto de felpa, mostraban signos de desesperación y miedo, gritando y
buscando todo el rato a la figura protectora. Cuando se volvía a poner al muñeco de felpa
a su alcance, se recuperaban, aunque permanecían a la defensiva por si volvían a perder
de vista a esta madre artificial (Suomi, S. y Harlow, H. 1975)
El experimento del muñeco de felpa y el biberón era de una moralidad dudosa, pero,
Harlow fue más allá al empeorar las condiciones de vida de algunos macacos. Lo hizo
recluyendo a crías de esta especie animal en espacios cerrados, manteniéndolas aisladas
de cualquier tipo de estímulo social o, en general, sensorial.
En estas jaulas de aislamiento solo había un bebedero, un comedero, que era una
“deconstrucción total” (teoría post-estructuralista de análisis textual basada en las
paradojas y aplicada a diversas disciplinas) (Pérez. P, J. y Merino, M. (2017) del concepto
de "madre" según conductistas y freudianos.
Además, en este espacio se había incorporado un espejo gracias al cual se podía ver lo
que hacía el simio, pero el macaco no podía ver a sus observadores. Algunos de estos
monos permanecieron en este aislamiento sensorial durante un mes, mientras que otros
se quedaron en su jaula durante varios meses; algunos, hasta un año.
Bergman, N. (2005) (citado por Roldan, J. 2010), piensa que el ser humano podría
cambiar el mundo atendiendo estas conexiones emocionales al nacer. Durante las dos
primeras horas de vida tras el nacimiento el bebé escoge sentirse seguro o inseguro, y
aparece (o no) la hormona de la agresividad. Cuando se separa al bebé de la madre, estos
sienten que el mundo es un lugar difícil en el que desarrollarse y aparece el cortisol (…)
si un neonato no se siente seguro durante las dos primeras horas de vida se elevarán sus
niveles de estrés, la tensión arterial y tanto el cerebro como el cuerpo experimentarán un
desgaste emocional que le afectará con consecuencias durante toda la vida. El bebé al
p
nacer necesita oler a su madre para tener oxitocina y sentirse tranquilo y seguro en este
mundo incierto, para eso, deberá estar piel con piel (…) todo esto le aportará lo necesario
para poder desarrollarse adecuadamente.
Bergman, N. (2005) (citado por Sáenz, C. 2014), comenta que "El cuerpo de la
madre es la mejor máquina jamás inventada. Aporta nutrición, temperatura, glucosa,
desarrollo cerebral y salud con un coste mínimo".
Bergman, N. (2005) (citado por Sáenz, C. 2014), afirma que “No hemos inventado
nada nuevo. Sólo hemos recordado aquello que durante millones de años ha hecho
nuestra especie y que hacen el resto de mamíferos", afirma.
"Reivindicamos volver a algo que está escrito en nuestro ADN y que parece que
hemos olvidado. Cosas como el contacto piel con piel y la lactancia materna es lo que
nuestros genes esperan. Y es lo que fomenta el buen cableado del cerebro, que se
establezcan las conexiones necesarias para su buen funcionamiento", añade (Bergman,
N. 2005) (citado por Sáenz, C. 2014).
Para Tenorio, V. (2010) (citado por Sáenz, C. 2014), expresa que "se trata de volver
a nuestro instinto, a todo lo que hemos abandonado, sobre todo a partir de los setenta,
cuando se mecanizo todo mucho, también la maternidad". Entonces, se empezó a
generalizar lo de separar al recién nacido de la madre nada más nacer, que durmiera
solo en su cuna, que tomara leche siguiendo unos horarios. "Hoy sabemos que todo
eso que hacíamos provocan un gran estrés en el cerebro del niño y perturbaban su
desarrollo normal".
Al parecer los mil primeros minutos de vida resultan cruciales en ese proceso.
Corresponden más o menos a la primera noche y el primer día del niño y es el periodo
durante el cual se establecen las bases para crear el vínculo entre madre e hijo, el
llamado “apego”, esencial para el desarrollo neuronal del pequeño; también para
una lactancia correcta. Y ambos deben en ese periodo estar en piel con piel, sin
separarse, respetando los procesos naturales e instintivos que se suceden. "Si la madre
está mal porque ha habido alguna complicación en el parto puede ser el padre quien
esté piel con piel, en separación cero" subraya (Bergman, N. (2005) (citado por Sáenz,
C. 2014).
De hecho, es así en todos los mamíferos. Cuando nacen, la cría busca a la madre,
se huelen y crean un vínculo. "Si tú coges a esa cría y te la llevas nada más nacer, ya
sea un caballo, un mono, o un perro, luego la madre no la reconoce y la rechaza",
señala Riverola, A. (2010) (citado por Sáenz, C. 2014). "Es algo instintivo que va
asociado al concepto de vida. Sin ello, nos hubiéramos extinguido", añade Riverola.
Nada más nacer se produce un periodo muy especial que dura alrededor de dos
horas, en que el bebé está alerta pero tranquilo. Está provocado por dos hormonas que
se segregan durante el parto, la oxitocina y la noradrenalina, que por una parte
estimulan el vínculo entre madre e hijo y, por otra, despiertan el olfato, uno de los
sentidos más desarrollados en el bebé al nacer.
Desde hace ya algunos años, tal como lo expone Espar, M. (2010) (citado por
Sáenz, C. 2014), "estas primeras relaciones se forjen en las condiciones más
favorables, ya que la calidad del apego entre madre e hijo establece la primera base de
su futuro desarrollo emocional y cognitivo". En brazos de la madre en esos primeros
instantes y más adelante empiezan a formarse las redes de conexiones neuronales de
este vínculo, que resulta esencial para contener las primeras ansiedades del niño y
estimular cualquier relación posterior. Gracias a esta primera estructura mental, el bebé
aprende a tolerar la incertidumbre y la frustración.
Respetar estos primeros 120 minutos ayuda en gran medida a que no se produzcan
problemas de lactancia más adelante. A veces los bebés integran formas de succionar
que no son las adecuadas y entonces se producen grietas, heridas, sangran los pezones
u otras molestias. "Cuando el bebé aprieta es una señal. Si el niño se coge mal, aprieta,
duele, la madre genera menos oxitocina, lo que reduce el flujo de la leche. Y entonces
el bebé aprieta más y así, madre e hijo se embarcan en un ciclo infernal. Todo eso se
puede evitar dejando que el bebé siga su instinto en esas primeras dos horas de vida",
indica Morales, A. M. (2010) (citado por Sáenz, C. 2014).
Además, Sáenz, C. (2014), expresa que se ha comprobado que este primer contacto
piel con piel entre madre e hijo ayuda a que el bebé se recupere antes del estrés del
parto, se normalicen los índices de glucemia y se regule su temperatura corporal.
También la madre se ve beneficiada, puesto que el bebé dispara en ella la segregación
de hormonas de placer, de bienestar, que alivian el dolor del parto.
Sin embargo, se debería luchar, por lo contrario, ya que el contacto precoz entre madre
y bebé reporta numerosos beneficios:
Paris, E. (2010), añade otros beneficios del contacto piel a piel de la madre y del recién
nacido:
Gracias al contacto piel con piel se reduce el llanto del bebé al nacer, que acaba de
pasar por una situación estresante.
Gracias a esta unión temprana, las primeras bacterias que llegan a las mucosas y tubo
digestivo del bebé (que al nacer son estériles) son las de la madre, bacterias "amigas" que
protegen de la invasión de otras extrañas y potencialmente peligrosas.
b) Contacto piel a piel con el padre después del parto
No nos hemos olvidado del padre. Para él también es fundamental recibir al bebé por
primera vez. El padre también forma parte del contacto precoz, como apoyo y
acompañamiento a la mujer, así como para facilitarle la toma de contacto piel con piel en
el caso de que ella no se sienta con fuerzas o tenga la movilidad reducida. Si no es posible
poner al bebé sobre la madre, será el padre el que pueda acoger en su seno al bebé si así
lo desea, refiere (Paris, E. 2010).
Paris, E. (2010), señala que si las circunstancias del parto hacen necesaria la separación
de la madre y el bebé (complicaciones, intervención quirúrgica, problemas de salud del
neonato...) el contacto precoz no es posible, pero esa unión se debería iniciar cuanto antes
para proporcionar todas las cualidades beneficiosas descritas y que no dependen de los
factores bioquímicos vinculados al nacimiento.
La figura del padre ya no es la que veíamos antiguamente que vive el parto desde lejos,
en una sala alejada del paritorio y que no ve al bebé salvo desde el cristal del "nido" o
cunero. Sin embargo, tampoco es que los papás puedan participar demasiado en el
recibimiento al recién nacido, aunque las cosas están cambiando también en este sentido.
Son muchos los beneficios del contacto temprano piel con piel y menos mal que cada
vez se tiene más claro que es importante la no separación entre madre y bebé en estos
instantes, con algunos beneficios inmediatos y a largo plazo comprobados.
¿Y qué hacer cuando, una vez en casa, el bebé llora por las noches?
"Es cierto que durante mucho tiempo los médicos hemos fomentado
comportamientos como 'si llora, no lo cojas, que se acostumbra', pero ahora sabemos
que eso resulta tóxico. Cuando un bebé llora, siempre hay que dar respuesta a esa
necesidad. Y eso que dicen de que los bebés manipulan a los padres no tiene ningún
sentido. Ni tan siquiera tienen la capacidad mental para hacerlo", asegura (Tenorio,
V. 2005) (citado por Sáenz, C. 2014)
¿En recién nacidos cuáles son los beneficios de la alimentación con leche humana?
Bustos. G. (2007), hace hincapié que en las primeras dos horas de vida el recién
nacido tiene una capacidad innata de buscar el pecho materno y empezar a mamar.
Es el niño el que sabe, no la madre. Colocado sobre el abdomen materno, piel con
piel, repta guiado por el olor del pecho materno, cuyo calostro tiene sustancias
volátiles similares a las que dan olor al líquido amniótico. Cuando alcanza el pecho
suele empezar a mamar. Esta conducta puede desaparecer si se produce la
separación de la madre o no se pone al niño cerca del pecho en la primera hora o
dos horas de vida. Las prácticas que interfieren con estos procesos naturales pueden
alterar de manera importante el establecimiento de la lactancia en los primeros días.
Estos primeros momentos son también esenciales para corregir algunos problemas
de posición y encaje que pueden provocar que el niño mame poco y la madre tenga
grietas. Las interferencias por tetinas de biberón y por el uso muy precoz del
chupete, deben ser evitadas.
CÓLIC
El calostro es una increíble protección ante infecciones y enfermedades, y por eso hay
quien lo conoce como "la primera vacuna", y quien lo denomina "oro líquido",
porque además de los anticuerpos contiene cientos de sustancias con un
porqué (aminoácidos, factores de crecimiento, vitaminas y un largo etcétera) (Bastida, A.
2017).
Bastida, A. (2017) añade que es importante porque es la sustancia que los bebés
reciben en los primeros días de vida, que es el momento más crítico en la vida de un bebé:
casi la mitad de las muertes en niños menores de cinco años son recién nacidos.
Además, lo ideal para un recién nacido es que tome el pecho cuanto antes. Según
Bastida, A. (2017), ha explicado que retrasar la lactancia solo 24 horas hace que aumente
el riesgo de morir en el primer mes de vida en un 80%. Son cifras en que se incluyen,
claro, datos de países desfavorecidos (el riesgo en los países desarrollados no es tan
evidente), pero sí está demostrado que los bebés no amamantados padecen, de media, más
infecciones y tienen un desarrollo diferente.
Los gases pueden llegar a ser un gran problema para muchos bebés; pueden llegar a
terminar en cólicos muy dolorosos, que harán que el bebé sufra mucho. No es nada
grave, y hay muchos remedios para los gases, pero tampoco es algo agradable, con lo cual
es lógico que los padres quieran evitárselo a sus hijos dentro de lo posible (Baena, G.
2017.)
Baena, G. (2017), refiere que hay quien ha llegado a señalar que el chupón hace que
el bebé acabe tragando mucho más aire de la cuenta y, por tanto, acabe acumulando
muchos más gases en el intestino. Estos gases pueden acabar siendo, como hemos
señalado, extremadamente dolorosos. No obstante, no todos los bebés acumulan gases
con la misma frecuencia, y eso es algo que todos los padres saben de sobra; mientras hay
bebés que necesitan remedios constantes para sus cólicos.
Lo mejor que podéis hacer es ir analizando cada caso particularmente. Sí, es cierto que
hay bebés a los que el chupón les provocan más gases de la cuenta, y esto se debe a la
acumulación de aire que se va generando. El bebé no tiene por qué estar todo el día con
el chupete puesto. Eso sí que no es recomendable, porque no solo crea dependencia, sino
que también puede acabar provocando problemas derivados del uso continuado.
6.2.6. Recomendaciones:
Se recomienda que el recién nacido reciba lactancia materna exclusiva hasta los 6
meses de edad, después de la introducción de alimentos complementarios, la
alimentación con leche materna debe continuar hasta terminar el primer año de vida
y más adelante, si la madre así lo desea.
6.3. EL ROL DE LOS PADRES
Las funciones del padre y de la madre son totalmente diferentes y el hijo necesita
a los dos para su equilibrio: ella introduce al hijo en el mundo de los afectos, en la
esfera íntima; él le proporciona independencia, le abre al mundo exterior (Gonzales,
N. 2013).
Porto, J. y Gardey, A. (2009), define a la madre como el ser vivo, hembra, que
ha tenido descendencia, que ha parido a otro ser vivo luego de un tiempo apropiado
de gestación que varía de acuerdo al tipo de ser vivo al que hagamos referencia. En
este sentido, ser madre es algo en lo que la mayoría de los seres vivos de sexo
femenino se convierten cuando se ven fecundadas y procrean un nuevo ser vivo.
Batista, O. (2018), indica que el ideal no pertenece a este mundo, aun cuando los
padres fuesen ejemplares, su hijo podría presentar de todos modos, en un momento
u otro de su desarrollo, dificultades que pueden ser causas de inquietud en la familia.
Siempre hay épocas difíciles de pasar, y aceptar como padres que es imposible
evitar todo sufrimiento a los niños es una tarea muchas veces de gran dificultad.
Animarse a pedir ayuda al psicólogo infantil cuando el sufrimiento familiar o del
niño es grande es un gran paso para contribuir al bienestar de la familia y al
conocimiento personal que lleva a una aceptación de las propias limitaciones de
cada uno en relación a la crianza.
6.3.5. ¿Cómo se puede potenciar la paternidad?
Normalmente la mujer le tacha de torpe porque no hace las cosas como ella las
hace. Muchos temen que les tachen de tiranos, hay miedo a ejercer la paternidad.
Hay que respetar el estilo de actuación del hombre, que es masculino, y que
complementa al de la mujer.
Cuando una se da cuenta de esto, la mujer gana libertad, los hijos ganan un padre
y la pareja gana una confianza, un diálogo. Los padres no son madres defectuosas,
sino padres.
Según como lo explica García, J. (2008), tener un hijo cambia nuestra vida y tenemos
que renunciar a muchas cosas (diversiones, amigos, libertad, etc.). Por eso, hay que
tenerlos pensándolo mucho y cuando la paternidad es un valor importante en la vida, es
decir, cuando suponga que todos los sacrificios y renuncias que hay que hacer se
compensan con el disfrute de ver como el niño se desarrolla y es feliz.
Es importante cuidar más que nunca la relación con la pareja. Cuando se tiene un hijo,
se tiene una relación para toda la vida, porque seguir la vida de nuestros hijos supone
hablar de forma bastante habitual con el otro, aunque no le queramos y nos divorciemos.
Las nuevas obligaciones que han surgido en la pareja influyen de forma determinante
en la distribución de tareas existente. Por eso, es hora de replantearlas y llegar a acuerdos
tácitos o explícitos sobre las responsabilidades de cada cual.
Aunque la llegada del hijo nos haya supuesto una gran alegría, hay que tener en cuenta
que implica una responsabilidad y unas tareas adicionales que provocan un estrés que nos
puede hacer sentirnos tristes, ansiosos, muy cansados, etc. Se trata de no pensar que
deberíamos estar alegres, o si será que no queremos a nuestro hijo, etc.
Unicef (2007), afirma que, en solo unos días, los bebés pueden comenzar a sonreír
cuando alguien les sonríe.
Mira a tu bebé a los ojos y sonríele cuando te sonría. Verás que tu bebé
reacciona de forma positiva a tus movimientos, gestos y expresiones
faciales.
Mantén un contacto piel con piel con tu bebé. Sentir, oír y oler tu
presencia le proporcionará una sensación de calma y seguridad.
VII. MODULO II
VIII. CONCUSIONES
IX. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bastida, A. (2017). Unicef asegura que la leche materna es la primera vacuna del
bebé. [Declaración de posicionamiento]. Recuperado de :
https://www.bebesymas.com/lactancia/unicef-asegura-que-la-leche-materna-es-
la-primera-vacuna-de-un-bebe.
Roldán, J. (2010). Los primeros 1000 minutos de vida determinan nuestra existencia.
[Declaración de posicionamiento]. Recuperado de: https://www.etapainfantil.com
/primeros -1000-minutos-vida-determinan-nuestra-existencia.
Sáenz, C. (10 de septiembre del 2014). Los primeros mil minutos de vida de un bebé.
Diario La Vanguardia. Recuperado de: https://www.lavanguardia.com/estilos-de-
vida/20140910/54415831010/los-primeros-mil-minutos-de-vida-de-un-
bebe.html.
Unicef. (2019). Unicef asegura que la leche materna es la primera vacuna de un bebé.
[Declaración de posicionamiento]. Recuperado de: https://www.bebesymas.com
/lactancia/unicef-asegura-que-la-leche-materna-es-la-primera-vacuna-de-un-bebe