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Mas que nada Es posible que el tercero adquirente de los bienes del deudor los trasmita a
un tercero que es el subadquirente a que me refiero. Para que prospere la acción revocatoria
contra los subadquirentes es necesario que:
a. Sea procedente contra el primer adquirente: Si el acto fue válido con respecto al primer
adquirente, la acción no prospera contra el subadquirente.
El arto. 2235 C. dice: “Si la persona a favor de la cual el deudor hubiere otorgado un acto
perjudicial a sus acreedores, hubiere transmitido a otros los derechos que de él hubiere
adquirido, la acción de los acreedores, sólo será admisible, cuando la transmisión de los
derechos se haya verificado por título gratuito. Si fuere por título oneroso, sólo en el caso que
hubiere sido cómplice en el fraude”.
iii. Cuando el primer adquirente y el subadquirente adquieren a título oneroso. Para que
prospere la acción revocatoria es necesario que concurran los requisitos siguientes:
1.- Perjuicio al acreedor
iv. Cuando el primer adquirente es a título oneroso y el segundo a título gratuito. Para que
prospere la acción revocatoria es preciso que concurran los requisitos siguientes:
El Arto. 2226 C. habla en general de los actos jurídicos que pueden ser revocados por los
acreedores. Son objetos de esta acción los actos bilaterales o unilaterales, los onerosos y los
gratuitos.
También puede ser objeto de la acción pauliana la renuncia de facultades. Así se dispone en
el arto. 2229 C. que dice: “Si el deudor por sus actos no hubiere abdicado derechos adquiridos;
pero hubiere renunciado facultades por cuyo ejercicio hubiere podido mejorar el estado de su
fortuna, los acreedores pueden hacer revocar sus actos y usar de las facultades renunciadas”.
Para revocar la renuncia de facultades no es preciso robar el fraude del deudor, basta
probar el perjuicio, ya que, generalmente, estas renuncias son a titulo gratuito. Si se hacen a
título oneroso será preciso: el perjuicio, el fraude del deudor y la complicidad del tercero.
El arto. 2226 C. se refiere a todos los acreedores sin distinción. Claro que es improbable
que un acreedor hipotecario o prendario, suficientemente garantizado para pagarse su crédito
con el producto de los bienes dados en garantía, entable la acción revocatoria.
El acreedor que entable la acción debe probar los requisitos necesarios para que pueda ser
acogida por el Juez o Tribunal. Se pede valer de todos los medios de prueba, incluyendo la de
testigos y la presuncional.
8.- EFECTOS:
Por medio de la acción pauliana se revoca el acto o contrato atacado, dejándolo sin
efecto, a fin de que el acreedor pueda satisfacer su crédito como si no existiere tal acto o
contrato.
Ejemplo: Usufructo, hipoteca, prenda, etc. El acreedor también podrá realizar el bien
originalmente afectado, como libre de tal derecho real. Si el acto revocado tenía por objeto la
renuncia de una facultad, el acreedor podrá usar de dicha facultad, como si no existiera.
a. Tercero de mala fe
El arto. 2236 C. dispone que, revocado el acto fraudulento del deudor, si hubiere
habido enajenaciones de propiedades, éstas deben volverse por el que las adquirió, cómplice
en el fraude, con todos sus frutos como poseedor de mala fe.
Se sostiene que este artículo se aplica también a los títulos gratuitos. Cuando la
enajenación es a título gratuito no se precisa la prueba del fraude y la complicidad del tercero
para que proceda la acción pauliana. No obstante, si se prueba dicho fraude en el adquirente a
título gratuito, su obligación de devolver se regirá por lo dispuesto en la mencionada
disposición.
De acuerdo con el arto 2237 C., el que hubiere adquirido de mala fe las cosas
enajenadas en fraude de los acreedores, deberá indemnizar a éstos de los daños y perjuicios,
cuando la cosa hubiere pasado a un adquirente de buena fe, o cuando se hubiere perdido. El
artículo contempla dos supuestos: la venta a un subadquirente de buena fe, contra quien no
cabe la acción revocatoria, y la pérdida de la cosa.
Ejemplo: En pago de otros acreedores del deudor, por el contrario, no puede hacerlo
si no se invirtió en provecho de los acreedores del deudor.
b. Tercero de buena fe
Si el tercero ha procedido de buena fe, las cosas son diferentes a las establecidas en
el arto. 2237 C. El deudor no está obligado a devolver los frutos percibidos y devuelve la cosa
en el estado que se encuentra.
Este supuesto sólo es aplicable en las adquisiciones a título gratuito, porque si el
tercero es a título oneroso y de buena fe no cabe en su contra la acción pauliana.
El arto. 2231 C. dispone que el tercero a quien hubieren pasado los bienes del
deudor, puede hacer cesar la acción de los acreedores satisfaciendo el crédito de los que se
hubieren presentado, o dando fianza suficiente sobre el pago íntegro de su crédito, si los
bienes del deudor no alcanzaren a satisfacerlo.
En las relaciones del tercero con el deudor el acto se considera válido. Como
consecuencia, el saldo de la venta de los bienes devueltos para pagar a los acreedores,
pertenece el tercero. Sobre este saldo tampoco tienen derecho los acreedores que no
intentaron la acción, ya que ésta se acoge en interés de los demandantes.
a. Las acciones de rescisión o resolución que deben su origen a causas que; habiendo sido
estipuladas expresamente por las partes, constan en el Registro.
2.- Cuando el tercero haya tenido conocimiento del fraude del deudor,
3.- Cuando se está en cualquiera de los casos comprendidos en el capítulo que trata del
fraude de los actos jurídicos.
Los terceros a que se refieren los literales 1) y 2) son los subadquirentes, es decir, los que
adquieren del primer adquirente (el que adquirió del deudor).
Es más exigente la ley cuando se trata de proteger al tercero registral. Al tercero corriente,
o sea, el que adquiere al margen del Registro, sólo le afecta la acción pauliana cuando es
cómplice en el fraude, según así lo dispone el arto. 2235 C.
Si el tercero tiene buena fe y reúne todas las demás condiciones exigidas, el Registro lo
protege frente a la acción pauliana. Así se desprende de los artos. 3796, 3949 y 3950 C. inc. 2
parte C.
Para impedir el surgimiento del tercero protegido por el Registro el acreedor puede pedir la
anotación de su demanda.
La acción pauliana funcionará con independencia del Registro, si se llenan los requisitos de
ley, prospera; en caso contrario, será rechazada.
En torno a su naturaleza jurídica se ha abierto una amplia discusión sobre tres puntos: su
carácter personal, real o mixto, su carácter anulatorio, rescisorio o de inoponibilidad; su
carácter indemnizatorio; y su naturaleza ejecutiva o conservativa. Los dos primeros se refieren
al efecto que produce sobre el acto impugnado y el tercero a una cuestión de oportunidad de
su ejercicio.
La doctrina ha formulado otras características; se le aprecia como una acción de carácter
penal en virtud del fraude, calificandola de acción exdelictus; como una causa de abuso del
derecho, y como un supuesto de enriquecimiento sin causa.
Esta confusa discusión trae su causa del Derecho Romano en donde se combatía el fraude a
través de varios medios de impugnación, los cuales fueron unificados por el Derecho
justinianeo, pero sin crear una teoría armónica. La concepción románica de esta acción ha sido
decepcionada en buena parte por el Derecho moderno.
a) Carácter real
b) Carácter personal
El Derecho moderno la contempla como una acción personal las razones siguientes:
no existe la contradicción de textos como en Roma, surge para proteger un derecho de crédito
y no un derecho real; puede ejercitarse sobre cosas que no son determinadas; cuando afecta a
terceros, es por la complicidad de éstos en el fraude y no por ser poseedores de la cosa.
c) Carácter mixto
Los que la consideran como acción mixta parte de que en su esencia es personal,
pero al perjudicar a terceros se convierte en mixta.
La anterior distinción tiene importancia no sólo en cuanto a los efectos, sino también
en cuanto a la competencia de los jueces que conocerán de esta acción. Son diferentes las
reglas del Código de Procedimiento Civil relacionadas con la competencia de las acciones
reales, personales y mixtas.
Los partidarios de la nulidad piensan que con ella se anula el acto frente a todos: las
partes del contrato y los terceros.
Los que la consideran como acción rescisoria parten de que el acto es válido pero puede
ser revocado y declarado ineficaz con relación al amparado con la acción.
11.- JURISPRUDENCIA
a.- Las acciones de nulidad a que se refieren los artos. 2256, 2257 y 2258 C. son diferentes
a la acción revocatoria o pauliana.
b.- La presunción de insolvencia por no aparecer bienes inscritos a favor del deudor se
aplica tanto para la declaratoria de insolvencia como para la acción revocatoria.
V.- CONCLUSIÓN
Es Importante saber y conocer cuales son los procedimientos correctos para interponer una
acción Revocatoria o Pauliana, como conocedores del Derecho, una de nuestras obligaciones,
es saber ante quien, el momento preciso, la forma en que se interpondrá.