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ETIOLOGÍA DEL TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

Principales variables implicados en la respuesta frente a los eventos traumáticos

Sosa, C. & Capafóns, Juan(s/f) manifiesta que “si bien es cierto que en la etiología del TEP
es esencial la ocurrencia de un evento estresante que desencadene sentimientos de horror,
pánico o desamparo, no es menos cierto que esto constituye solamente uno de los factores
asociados con la aparición de un TEP. Hay una enorme variabilidad individual en la forma
en que los individuos reaccionan frente a situaciones traumáticas” p.39.

Este hecho hace necesario plantearse cuestiones como éstas: ¿qué hace que una
determinada experiencia sea traumática?, ¿por qué frente a una misma experiencia algunas
personas desarrollan un TEP y otras no?, ¿por qué predomina un tipo de reacción frente a
otras?, ¿por qué en algunos individuos las reacciones postraumáticas se cronifican y
persisten en el tiempo, mientras que en otros desaparecen de forma gradual al poco de la
experiencia traumática?, ¿qué papel desempeñan las variables biológicas?, ¿qué papel
desempeñan las variables conductuales, emocionales y cognitivas?, ¿qué papel
desempeñan las variables sociales e interpersonales?.

Principales variables implicados en la respuesta frente a los eventos traumáticos

Variable del acontecimiento traumático

Sosa, C. & Capafóns, J. (citado de Carlson, & Dalenberg, 2000) Como ya se ha señalado,
el TEP, a diferencia de otros trastornos, tiene una clara etiología: el acontecimiento
traumático. Por definición, sin éste no hay TEP. Los contecimientos traumáticos son
normalmente experiencias psicológicamente desbordantes. La enorme variedad de
experiencias capaces de generar reacciones postraumáticas junto con el hecho constatado
a través de estudios epidemiológicos de que no todos los individuos que viven experiencias
traumáticas acaban manifestando un trastorno postraumático, pone de relieve la necesidad
de considerar cuáles son las variables más relevantes del evento traumático para que éste
desencadene un proceso de traumatización en los seres humanos.p.40
Sosa, C. & Capafóns, J. Manifiesta que la evidencia disponible parece indicar que al menos
hay tres características necesarias, aunque no suficientes, para que una experiencia sea
traumática.p.40-41

La percepción de la experiencia como un evento con una alta valencia negativa:


Hay determinados tipos de experiencias que tienen una alta probabilidad de ser
traumatizantes para casi todo el mundo. Se trata normalmente de experiencias que
pueden llegar a producir o producen de hecho daños físicos graves o que suponen
un peligro para la continuidad de la vida. Ejemplos de este tipo de experiencias son
numerosos, como los accidentes de todo tipo o las agresiones físicas. Desde el punto
de vista de la supervivencia de la especie, el ser humano, al igual que otros
animales, está preparado para temer aquellas situaciones que suponen un peligro
para la vida.
La sensación de falta de control sobre lo que está ocurriendo: El grado de control
que se tiene sobre los eventos negativos es otra característica relevante a la hora de
definir un evento como potencialmente traumatizante. La percepción de falta de
control incrementa el potencial traumatizante de una determinada experiencia, de
tal forma que los eventos serán más estresantes cuanta más sensación de falta de
control generen en los individuos.
El carácter repentino e inesperado de la experiencia: El tiempo transcurrido entre
que el individuo es consciente de la existencia de un evento venidero negativo e
incontrolable y la ocurrencia del evento es otra característica importante a la hora
de determinar que un evento sea traumatizante.

Si bien todas estas características son necesarias para que un evento sea traumático, no
siempre son suficientes para causar un TEP. Entre otras razones porque todas ellas se ven
moduladas por la valoración subjetiva del individuo, y este factor es más importante que el
peligro real asociado con el evento. Además, la percepción negativa de los eventos, su
incontrolabilidad y la forma en que se presenta la amenaza en el tiempo deben alcanzar un
cierto umbral para que éstos sean capaces de causar traumatización, y ese umbral varía
considerablemente entre individuos. Finalmente, aunque un evento sea valorado por el
individuo lo suficientemente negativo, incontrolable e impredecible como para ser
potencialmente traumatizante, ese evento puede no llegar a causar un TEP si los efectos
del mismo se ven atenuados por otros factores favorables tanto de la situación como de los
individuos.
Severidad del acontecimiento traumático

La probabilidad de desarrollar un TEP varía en función de la severidad del acontecimiento


traumático. La intensidad, naturaleza, duración y frecuencia de las experiencias traumáticas
constituyen los principales parámetros que determinan la gravedad de una experiencia
traumática. Todos estos elementos son importantes no sólo porque determinan la
valoración que hace el individuo del grado de amenaza del evento, sino porque además
modulan el tipo de reacción que éste manifieste posteriormente. Aunque la magnitud de la
relación entre severidad del trauma y TEP suele ser moderada, ésta se muestra consistente
en las distintas poblaciones y tipos de trauma. En todos los casos se observa que cuanto
más severo es el evento traumático, mayor probabilidad hay de desarrollar un TEP o de
manifestar respuestas más severas de TEP.

Variable biológicos

Los factores biológicos pueden influir en las respuestas postraumáticas al menos de dos
formas diferentes:

Vulnerabilidad genética:Hay muy pocos estudios sobre la predisposición genética en el


TEP. No obstante, los resultados de los escasos estudios genéticos existentes sugieren la
posible existencia de una diátesis genética en el TEP. Así, por ejemplo, se ha encontrado
que niños con padres víctimas del holocausto tienen una mayor probabilidad de desarrollar
TEP en respuesta a eventos traumáticos que los controles cuyos padres no fueron víctimas
del mismo. Los estudios de familia han puesto de manifiesto que hay un mayor riesgo de
TEP en personas con historias familiares de trastornos psicopatológicos, especialmente
trastornos por uso de sustancias, trastornos por ansiedad y trastornos del estado de ánimo.
El grado en que todos estos hallazgos son indicativos de una verdadera vulnerabilidad
biológica o genética no está aún del todo claro, puesto que los resultados existentes pueden
reflejar que la mayor vulnerabilidad al TEP puede ser el resultado de la influencia de
factores ambientales o de una combinación de factores ambientales y genéticos. Los
resultados de los escasos estudios con gemelos son favorables a la posible existencia de la
anteriormente mencionada diátesis genética para el TEP. Por ejemplo, se ha encontrado
una mayor prevalencia de TEP en los co-gemelos monocigóticos expuestos a situaciones
traumáticas que además tenían un gemelo con TEP, en comparación con gemelos
dicigóticos que tenían un gemelo que ya había desarrollado un TEP.
Cambios biológicos que pueden ocurrir en respuesta a experiencias traumáticas: La
investigación sobre la biología del TEP ha puesto de manifiesto que hay importantes
alteraciones psicobiológicas entre las personas que sufren un TEP.

Nivel de desarrollo en el momento del trauma

El tipo de reacción frente a un evento traumático depende también del nivel de desarrollo
emocional, social y cognitivo que tiene el individuo en el momento de la experiencia
traumática, especialmente cuando se trata de experiencias traumáticas que se producen en
la infancia, cuando el desarrollo de las habilidades cognitivas, emocionales y sociales aún
no se ha completado.

Variables ambientales

Las variables ambientales previas desempeñan un importante papel como moduladoras de


los efectos de las experiencias traumáticas. Condiciones de vida caracterizadas por
pobreza, violencia callejera, abuso de sustancias o abandono y maltrato infantil pueden
fortalecer o debilitar la capacidad del individuo para afrontar situaciones traumáticas. El
apoyo social percibido después de un hecho traumático tiene también una gran influencia
sobre el impacto que tendrá el mismo en el funcionamiento psicológico de los individuos.
Cuestiones tales como la disponibilidad por parte de la comunidad de servicios organizados
de ayuda a las víctimas, demostraciones de apoyo y comprensión, reconocimiento social
de la tragedia, así como el apoyo social individual de la familia, amigos, profesores.

Conclusiones

Los diferentes factores TEP, tales como los componentes estimulares del propio estresor,
el contexto situacional en el que los eventos estresantes se presentan, las variables
psicológicas y biológicas del individuo, la historia personal de exposición previa a eventos
traumáticos, las estrategias de afrontamiento empleadas frente al evento traumático, así
como las características del contexto ambiental postraumático.

La variable del acontecimiento traumático se refiere un evento que es valorado por el


individuo lo suficientemente negativo, incontrolable e impredecible como para ser
potencialmente traumatizante. Son vivencias traumáticas que manifiestan los individuos lo
cual produce un estrés postraumático.
Bibliografía
Sosa, C., & Capafóns, J. (s.f.). Estrés postraumático. Madrid: sintesis.

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