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RESEÑA SOBRE UNA EXPERIENCIA SIGNIFICATIVA DE PROMOCIÓN DE

LA ÉTICA CIUDADANA

Nombre y apellidos del autor de la reseña: Miguel López Melero

Título: La Ética y la Cultura de la Diversidad en la Escuela Inclusiva.

Autor (es): Miguel López Melero


Referencia: Disponible en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=99815739002> ISSN
1665-109X
Palabras clave: Educación, Inclusión Educativa, Diversidad, Pedagogía, Ética,
Discriminación, Inclusión.
Propósito: Principalmente el autor se refiere a la ética como un medio transmisor para

comprender la diversidad humana, en relación con un objeto específico y necesario para el

desarrollo de una sociedad moral. Este hecho se desenvuelve desde una perspectiva

pedagógica, matizando las diferencias sociales, culturales, etnias o religiones, como un

constructo social para la fragmentación de una sociedad moral. Rechaza con toda autoridad

la globalización cívica, teniendo en cuenta que la misma aísla o incapacita aquellas

personas con insuficiencias o que se encuentran excepcionales. De alguna manera, exentas

de los cánones usuales para una sociedad preestablecida.

Tesis del autor(es): “Hablar de educación inclusiva no es hablar de integración.

La educación inclusiva es un proceso para aprender a vivir con las diferencias de las

personas. Es un proceso de humanización y, por tanto, supone respeto, participación y

convivencia; sin embargo, la integración hace alusión a que las personas diferentes y los

colectivos minoritarios se han de adaptar a una cultura hegemónica. Por eso hablar de
educación inclusiva, desde la cultura escolar, requiere estar dispuestos a cambiar nuestras

prácticas pedagógicas para que cada vez sean prácticas menos segregadoras y más

humanizantes.” (Melero, 2006, pág. 4)

Resumen expositivo Basándose en lo expuesto por Melero, principalmente cuando

fundamenta la pedagogía evidenciada en las escuelas públicas, y de qué manera acogen la

diversidad inmersa en las mismas, como consecuencia el conocimiento debe ser un

fundamento para construir internamente un derecho y una cualidad humana. Para Melero,

hablar de diversidad es hablar de igualdad en derechos y deberes humanos; como

necesidad ética para demostrar un constructo social, y moral. Legítima la idea de constatar

a cada persona como un “es” como un ser individual, sin una necesidad básica de

homogenizar el pueblo. De manera que, la pedagogía o los enseñantes deben considerar

que el término “otro modo de ser humano”, o de igual manera “otro modo de compresión”

intensifica la exclusión de distintos grupos obligados a convivir en una desventaja social,

por hechos ajenos a ellos.

De igual manera, el reconocimiento de la diversidad en nuestro contexto social supone

que cada individuo debe comprender que inmerso en la diversidad se encuentra la

capacidad para crear un mundo propio, alejándose de los contextos normalizados. Melero

afirma, que en nuestra sociedad lo distintivo te hace blanco de coacciones, y sobre todo

de exclusiones. Argumentando las bases y también las estructuras por las que se

desenvuelve la sociedad, la misma que se encuentra diseñada en un sentido excluidor y

normalizador; donde principalmente se establecen normas generalizadas, omitiendo

nuevos caminos u otros puntos de pedagogía o desarrollo para aquellos ciudadanos que
cuentan con algún tipo de discapacidad, y por consiguiente no se mimetizan con la norma

impuesta.

Finalmente, Melero alude a una construcción de una pedagogía sin exclusiones, evitando

referirse a aquellas personas que mal llaman “deficientes”, por el contrario, abarca todo

aquello que enmarca las personas excepcionales, siendo así por su religión, etnia, o por

carencias físicas, entre otras. Durante mucho tiempo la sociedad se ha intentado educar

con el fin de “integrar” a aquellos que se encuentran excluidos por alguna razón.

Exposición de argumentos: Melero, lo plantea distinto, su punto se mantiene en la

educación que se le debe brindar a la sociedad para que comprendan y defiendan la

diversidad, promoviéndola como un valor y sobre todo un derecho inalienable hacia el

ser. Se mantiene inmerso en la explicación de diversidad humana como algo innato y

necesario. Sustentando esto como una manera de avivar y promover una cultura escolar y

social que sobre todo humanice lo que se encuentra específicamente deshumanizado, de

esta manera, promover la diversidad del alumnado y una tolerancia activa, respetando cada

punto de diversidad que se encuentre inmerso en un contexto ciudadano, alejando las

exclusiones latentes, y mejorando individualmente la pedagogía para aquellos que no se

sienten inmersos en una sociedad normalizada.

Dentro de este concepto, nacemos como seres humanos con una necesidad latente de

educación, mediante la cultura y ética. Afirmando así la necesidad del conocimiento, y de

esta manera haciendo primordial el derecho a este, argumentando la necesidad de respetar

y tolerar la diversidad para una comunidad sana en el aula y también en la sociedad.


Preguntas que le genera el texto En este orden, surgen varias preguntas;

 ¿Es natural y/o innato en el ser humano, como individuo racional, el estigmatizar

o excluir la diversificación social, o de alguna manera es implantada por la

sociedad y contexto de desarrollo del individuo?

 ¿Se puede considerar la razón intelectual como parte de la diversidad?

 ¿La sociedad se encuentra en un limbo pedagógico mediante a los distintos

cánones de aprendizaje, o de alguna manera busca una revolución a base de la

educación?

Posición, observaciones personales e interpretación: Empezaré por

considerar distintos objetos latentes y de la misma forma necesarios para la compresión

de la ética y de qué manera se involucra en la inclusión pedagógica. Para Melero la

sociedad se encuentra en un punto fragmentado, y con esto surge el triunfo de los

ambiciosos y el enfrentamiento de las clases con menor cantidad de posibilidades.

Primordialmente podemos considerar al ser individual como esencial para el conjunto de

una transformación ética en la sociedad, siendo él mismo el precursor para la relación

ciudadana. Sin embargo, estas transformaciones o revoluciones involucran y necesitan un

hecho fundamental, el tiempo y la dedicación.

Siendo totalmente necesario el sujeto como actor social, pero, replanteando la educación

en un concepto zángano y brumosa, sin total veracidad de lo que se intenta transmitir, en

su búsqueda por la transformación, se suelen olvidar los actos primordiales para la


liberación conforme al concepto ético. Siendo así, la Ética no admite transgresiones o

ambigüedades a su concepto de libertad como ser individual, como ser diverso, siendo

necesaria una ética que abra los ojos de la sociedad, para demostrar que somos una misma

especie, actuando primordialmente un conjunto de tolerancia y respeto entre sí. La ética

se basa en la identidad, y la identidad se entrelaza perfectamente con la diversidad,

teniendo en cuenta la idea de diversidad como identificación única de la sociedad.

Todo esto lo sustentamos de acuerdo con una idea netamente inclusiva como lo cita

(Habermas, J. 1999). De esta manera nos contextualizamos con la idea de la empatía

natural del ser humano, teniendo en cuenta las referencias de Hobbes y su planteamiento

del efecto espejo y de igual manera la empatía entre seres de la misma especie o de

especies distintas, podemos calcular lo que nos quiere decir con su alusión de “Lobo es

el hombre para el hombre ,y no hombre, cuando desconoce quién es el otro” (Hobbes,

1642). Nos encontramos ensimismados en una sociedad que por naturaleza nos enseña la

maldad, o de alguna manera aquel punto ético que se encuentra moralmente incorrecto,

si detenerse a pensar en la naturaleza innata del ser humano, y sus acciones antes de

catapultarse como ser humano, aquellas acciones características de nuestros antepasados

donde demarcaban un trabajo en conjunto, que, a lo largo de los siglos, evolución, y

sobre todo del modernismo, han quedado en el olvido.

Cierre: Dentro de este concepto, nos situamos nosotros, y nuestro contexto en la

sociedad Colombia, la implicación de aquellos datos morales que durante años han sido

limitados, en marcos tan potentes que en pleno siglo XXI se mantiene, esta hegemonía

sobre distintas razas o géneros. Colombia se encuentra plagada de abusos sociales,

abusos por razas o uno de los más comunes actualmente; abusos gracias al xenofobia
generada por personas que no aceptan la diversidad. La pedagogía colombiana, tanto

privada como pública se ve limitada del libre pensamiento, está premeditada para

acciones normalizadas, y para contemplar las exclusiones, de esta manera, generan una

globalización concreta, olvidando aquellos que no tienen voz, o tal vez no tienen el

suficiente poder social como para mantener una claridad frente a sus actos y sus

necesidades. Fomentando así el olvido al ser racional, al ser individual, al sujeto con

libertad. Tienen miedo a la diversidad, y sobre todo las transformaciones éticas

modeladas por conceptos verídicos ocasionen una libertad social.

La educación exilia constantemente a aquellas personas que están en busca de algo

distinto, aquellas personas que tienen modelos distintos de aprendizaje, o incluso,

aquellas personas que se comportan distinto, manteniéndolos en un estado de

culpabilidad, dejando las razones mas importantes para el fracaso social en manos de

aquellos que identifican como rebeldes, o como inadecuados, sobre todo entendiendo

que ya no es un hecho natural del pensamiento, por el contrario, se convierte en un

condicionamiento físico. Excluyendo a los mismo, optando por la idea de depurar, y

olvidando aquella que nos deja la ética tan dentro de si mismos, como los es la

superación en conjunto y en convivencia, evolucionar todos, transformarnos, implantar

un respeto y tolerancia mutuo e irrevocable. Colombia puede graduarse con honores en

excluir lo que no le conviene, sin detenerse a pensar que sucedería, si en oposición a

terminar con las clases obreras y clases medias, desarrollamos puntos para que la

discriminación se erradique, y optemos por ser libres, tolerantes y sobre todo

respetuosos ante la ley, de manera que actuaríamos conforme a como querríamos que

actuaran con nosotros, tal como la teoría kantiana.


Finalmente, se tiene en cuenta que la ética actúa como transmisor y precursor de todas

aquellas intenciones sociales para delimitar las acciones correctas o incorrectas

impuestas por un conjunto de cánones a priori, y con esto vemos que la inclusión

funciona como una extensión de la misma, como una necesidad social, deseando

constantemente la idealización de un mundo mejor, con procesos esenciales de

humanización, para que de alguna u otra forma nos haga sentir mejor con nosotros

mismos, tal vez más humanos.

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