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AFRONTE PSICOFARMACOLOGICO COADYUVANTE

HIPERSOMIA NO ORGÁNICO
La conveniencia de la administración de medicamentos se sustenta al considerar su costo-
beneficio al mejorar la calidad de vida, patrón funcional y riesgos asociados al trastorno.
El metilfenidato se puede administrar en dosis de 10 a 60 mg al día, de preferencia el de
liberación controlada.
Hay evidencia de que el carbonato de litio es útil en la hipersomnia recurrente y controla
los síntomas conductuales asociados.
Como en la narcolepsia también en la hipersomnia se recomiendan las combinaciones de
estimulantes de corta acción como el metilfenidato.
Se debe evaluar el paciente en cuanto a la eficacia y efectos colaterales del tratamiento,
alteraciones del sueño, cambios del estado de ánimo y anormalidades cardiovasculares o
metabólicas por lo que se recomienda evaluar cada 6 meses o un año.
Los pacientes que no responden a un tratamiento con dosis adecuadas deben ser re-
evaluados y descartar malos hábitos de sueño, apnea del sueño y síndrome de
movimientos periódicos de las piernas. Debe considerarse la reevaluación con
polisomnografía.

TRASTORNO NO ORGÁNICO DEL CICLO SUEÑO-VIGILIA (TRASTORNOS


DEL RITMO CIRCADIANO)

No existe tratamiento específico de tipo farmacológico, sin embargo, varios estudios han
mostrado la utilidad del uso de algunos antidepresivos principalmente aquellos que tienen
un efecto preponderante en la inhibición de la recaptura de noradrenalina como por
ejemplo desimipramina, venlafaxina.
El uso de melatonina ha resultado controversial, así como el del antidepresivo
agomelatina que se ha utilizado por su agonismo con melatonina.

SONAMBULISMO
No existe un tratamiento específico para el sonambulismo, aunque algunos fármacos que
suprimen la etapa IV del sueño como las benzodiacepinas son útiles.

TERRORES DEL SUEÑO (TERRORES NOCTURNOS)


No existe tratamiento específico. Benzodiacepinas (diazepam) y antiepilépticos
(carbamazepina) han mostrado utilidad.
Considerar la posibilidad de valoración por el servicio de psiquiatría y/o neurología.

PESADILLAS
Aunque no existe un tratamiento farmacológico específico, los benzodiacepinas,
(Clobazam, Diazepam, Flurazepam, Medazepam) antidepresivos tricíclicos
(Amitriptilina, Amoxapina, Doxepina, Imipramina, Trimipamina) o del tipo ISRS
(inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina: Citalopram, Escitalopram,
Fluoxetina, Sertralina) pueden ser útiles.
TRASTORNO NO ORGÁNICO DEL SUEÑO NO ESPECIFICADO
Se recomienda el uso de fármacos dirigidos al tratamiento del trastorno de base
prefiriendo aquellos con efectos sedantes, así como valorar el uso de hipnóticos o
inductores del sueño cuando estén indicados.

NARCOLEPSIA
Algunos medicamentos no mejoran la cataplejía y los antidepresivos no mejoran la alerta,
por lo que los medicamentos que se recomiendan son los siguientes: Metilfenidato; Los
antidepresivos tricíclicos, los ISRS y Venlafaxina pueden ser útiles en la parálisis del
sueño y alucinaciones hipnagógicas.) Combinaciones de estimulantes de corta duración
(por ejemplo, metilfenidato).

INSOMNIO
El insomnio o la agripnia es un trastorno que consiste en la incapacidad para conciliar el
sueño o permanecer dormido. En los pacientes que lo sufren, la duración y la calidad del
sueño son bajas e interfiere en su vida cotidiana. Este trastorno se manifiesta con una
dificultad para iniciar el sueño, para mantenerlo o mediante un despertar final adelantado.
CAUSAS
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), se pueden establecer las causas del
insomnio según su procedencia:
 Causas Primarias:
Son aquellas que tienen que ver con el mantenimiento de una higiene del sueño
adecuada o aspectos psicológicos:
1. Cambios fisiológicos: el envejecimiento produce cambios en el patrón del
sueño. En las personas mayores es frecuente la reducción de las horas y la
calidad del sueño y un aumento de la somnolencia diurna.
2. Estilo de vida: los cambios constantes de horario, bien por cuestiones
laborales o por los viajes (jet-lag) provocan trastornos del ritmo
circadiano.
3. Fármacos: entre los medicamentos y sustancias que pueden alterar el
sueño se encuentran los antihipertensivos, anticolinérgicos, hormonas,
estimulantes, esteroides, antidepresivos, broncodilatadores,
descongestionantes, antineoplásicos, la cafeína y la levodopa.

 Causas Secundarias:

 Patologías físicas o psicológicas: algunas enfermedades o trastornos


asociados con el insomnio son los siguientes:
1. Trastornos cardiovasculares: insuficiencia coronaria, insuficiencia
ventricular izquierda y arritmias cardiacas.
2. Trastornos pulmonares: enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (EPOC), asma.
3. Trastornos de la conducta alimentaria (TCA): anorexianerviosa.
4. Trastornos endocrinos: disfunción tiroidea.
5. Trastornos neurológicos: cefaleas, enfermedad de Parkinson,
lesiones en el tálamo, demencia, etcétera.

 Factores ambientales: Las temperaturas extremas, los cambios de horarios


o los viajes son factores que modifican el patrón de sueño y pueden causar
insomnio.
PREVENCION
En general, mantener una buena higiene del sueño ayuda a prevenir el insomnio y los
problemas relacionados con la falta de descanso. Estos son algunos consejos eficaces para
conciliar el sueño:
1. Evitar utilizar el dormitorio como lugar de trabajo o para realizar otras actividades
que no sean el reposo. Esto ayuda a asociar la cama con el sueño.

2. Acondicionar el dormitorio antes de dormir para que tenga la temperatura


adecuada.

3. Crear un ambiente relajado y confortable en la habitación, modulando la


intensidad de la luz y evitando los ruidos.

4. Desconectar los móviles y otros dispositivos electrónicos y retirarlos del


dormitorio.

5. Acostarse siempre a la misma hora para que el sueño se convierta en un hábito.

6. Realizar actividades relajantes una hora antes de acostarse.

7. Evitar hacer ejercicio intenso antes de irse a dormir.

8. Evitar las cenas copiosas que pueden dificultar la digestión y hacer que resulte
más difícil quedarse dormido.

9. Limitar la ingesta de grandes cantidades de líquidos antes de dormir para evitar


que la necesidad de orinar interrumpa el sueño.

10. En verano, es importante no dormir con las ventanas abiertas para evitar que los
ruidos de la calle interrumpan el sueño.

11. Bajar las persianas para que el exceso de luz no nos despierte al amanecer.
TIPOS

 Transitorio: dura menos de tres semanas y en su origen intervienen numerosos


factores que generalmente pueden ser modificados, como los ambientales y
relacionados con el estilo de vida, ciertas enfermedades y los fármacos con los
que se tratan. Cerca del 90 por ciento de la población admite haber sufrido un
episodio de insomnio a lo largo de su vida.

 Crónico: supera las tres semanas de duración. Puede ser percibido como una
patología que interfiere en la actividad diaria del enfermo con graves
consecuencias físicas y psíquicas.
PRUEBAS Y EXAMENES
Algunas de las pruebas que pueden ayudar a determinar el tipo de insomnio que tiene el
paciente y a determinar cuál es el tratamiento más adecuado son las siguientes:
 Escala de Epworth: Se trata de un test en el que el paciente indica las ocasiones
en las que se queda dormido durante el día (hipersomnia diurna) cuando sufre
problemas para conciliar el sueño durante la noche.

 Polisomnografía nocturna: El paciente duerme durante una noche en el


laboratorio, donde se analiza la latencia del sueño, su duración, el número de
despertares y otro tipo de factores. Es un examen muy poco frecuente y no
recomendado, debido a la dificultad que suele presentar el paciente para dormirse
en un lugar extraño para él, como un laboratorio. La prueba sólo se recomienda
en casos de que se sospeche que el insomnio es causado por una patología
respiratoria, algún tipo de síndrome o estímulos que provoquen conductas
violentas, según establece la Academia Americana de la Medicina del Sueño.

FARMACOTERAPIA
Los fármacos son empleados para tratar los síntomas del insomnio o las enfermedades,
físicas o psicológicas, que lo originan. En el primer caso se administran hipnóticos antes
de acostarse (Análogos Benzodiacepínicos, Antagonistas de lo Receptores de
Orexina, Barbitúricos, Anestésicos, Cannabinoides y Melatonina) y en el segundo
ansiolíticos, antidepresivos o neurolépticos. El paciente no debe automedicarse en ningún
caso, ya que estas sustancias pueden empeorar su patología, generar resistencias o crear
adicción. El tratamiento debe ser establecido por el médico, quien valorará la necesidad
de administrarlos en virtud del origen y la gravedad del trastorno.
Los medicamentos más frecuentes para tratar el insomnio son los benzodiacepinas,
aunque si no se sigue el tratamiento con precaución puede causar efectos secundarios
graves, según explica Hernando Pérez, coordinador del grupo de sueño de la SEN. Las
benzodiacepinas pueden producir efectos sedativos o depresores en el sistema nervioso
central, o efectos relajación muscular que pueden causar caídas, reflujo gastroesofágico
o apneas. Si las tomas de benzodiacepinas se alargan, existe riesgo de llegar a
causar Alzheimer, según han señalado algunos estudios. Por todo ello, no se debe tomar
este tipo de fármacos durante un periodo mayor a las 12 semanas.
Otros medicamentos prescritos son la zopiclona, los barbitúricos, los antihistamínicos H1,
determinadas plantas medicinales o la melatonina.

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