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La genética
Las mujeres que tienen antecedentes familiares de depresión padecen un mayor
riesgo de desarrollar también la enfermedad. No obstante, esta regla no se aplica
en todos los casos. La depresión puede darse en mujeres que no han tenido
ningún antecedente familiar al igual que puede ocurrir que ciertas mujeres con
antecedentes no la padezcan.
Sustancias químicas
La química del cerebro es un factor muy importante en el desarrollo de trastornos
depresivos. El cerebro se divide en varias partes o secciones y cada una de ellas
se encarga de regular un área concreta. Algunas controlan el sueño, el apetito o la
conducta, mientras que otras se centran en el estado de ánimo y el pensamiento.
Cuando la morfología del cerebro presenta alguna disfuncionalidad, el sujeto es
mucho más vulnerable a la hora de padecer una depresión.
Cambios drásticos en la vida de una persona
Nos referimos a esos cambios que tienen consecuencias muy graves y que son
increíblemente difíciles de asimilar como, por ejemplo, la pérdida de un familiar o
ser querido, la ruptura de pareja, pérdida de trabajo, sufrir problemas económicos
importantes…
Una adicción preexistente
Las personas que tienen una adicción, sea del tipo que sea, son mucho más
vulnerables a sufrir una depresión por el simple hecho de que la adicción lleva a
hacer cosas de las que luego es muy fácil arrepentirse. Eso desemboca, al mismo
tiempo, en una tristeza y frustración interminable por no ser capaz de ponerle fin a
ese tipo de vida. Entre las adicciones más proclives a causar depresión entre las
mujeres están el alcohol, el tabaco y la ludopatía. Se debe tener especial cuidado
con estas adicciones ya que combinadas con una depresión severa pueden tener
consecuencias fatales.
Automedicación
Jamás nos cansaremos de repetir las terribles consecuencias que tiene el
consumo excesivo de medicamentos sin prescripción médica. Una de las más
frecuentes: la depresión. Hay que tener mucho cuidado con las medicinas que se
ingieren y en qué cantidades se hace.
Errores del pasado
Muchas personas viven día a día fustigándose y lamentándose por las cosas que
hicieron en el pasado y de las cuales se arrepienten. Esto trae consecuencias muy
severas ya que estas personas no pueden dejar de pensar en lo que pudieron
haber hecho y no hicieron. En estos casos, no tiene ningún sentido tratar de
encontrar respuestas ante lo pasado. Se debe buscar tratamiento psicológico que
ayude a centrar la mirada en el presente y a continuar con fortaleza hacia el futuro.
Enfermedades preexistentes graves
Hay ciertas enfermedades graves, como es el caso del cáncer, que pueden
terminar desembocando en una depresión. Su diagnóstico hace que muchas
mujeres se vengan a bajo creyendo que no la van a superar. En estos casos
también es fundamental buscar ayuda cuanto antes.
Cambios hormonales
Como sabes, las mujeres atravesamos muchísimos cambios hormonales a lo largo
de nuestra vida. Estos cambios son distintos para cada una de nosotras, algunas
los sienten con más intensidad, otras con menos y otras prácticamente ni los
perciben. Con estos cambios nos estamos refiriendo al ciclo menstrual, al
embarazo, a la etapa del post parto, a la menopausia… Todos ellos son
susceptibles de terminar provocando una depresión en la mujer.
El papel de la mujer
El rol de la mujer en la sociedad actual también puede influir notablemente en su
susceptibilidad a la depresión: su función de madre y esposa, sumado a las
presiones del hogar y de la vida laboral pueden aumentar considerablemente el
estrés y la ansiedad. Y estos dos factores prolongados en el tiempo pueden
conducir a la depresión.
Tipos de depresión femenina
Existen varios tipos de depresión y cada uno de ellos requiere un abordaje y
tratamiento distinto. Estos son los más habituales:
Depresión mayor: se puede detectar fácilmente ya que a menudo presenta una
combinación de síntomas que interfieren en la capacidad de la mujer para trabajar,
estudiar, dormir, comer y disfrutar de actividades que, en circunstancias normales,
deberían resultar totalmente placenteras. Una vez que se supera, no suele
provocar recaídas con el paso del tiempo.
Distimia: al contrario de lo que sucede con la depresión mayor, la distimia es un
tipo de depresión menos grave que no interfiere en la realización de actividades
cotidianas por parte de la persona que la padece. No obstante, sus síntomas se
mantienen a largo plazo y puede aparecer en más de una ocasión a lo largo de la
vida.
Desorden bipolar: también conocido como enfermedad maniaco-depresiva no es
tan habitual como las dos anteriores. Sus síntomas incluyen cambios bruscos de
humor y estados de ánimo muy altos que se ven sucedidos por otros muy bajos.
Depresión post parto: mujeres que acaban de tener un bebé y no pueden parar de
llorar constantemente, se irritan con facilidad, se sienten terriblemente ansiosas,
no pueden dormir y ni siquiera son capaces de tomar decisiones sencillas. Este
tipo de depresión aparece por dos razones fundamentalmente: el estrés por la
nueva condición de madre y todo lo que ello conlleva y el desajuste hormonal
producido tanto en el embarazo como en el parto. Durante el embarazo, los
niveles de endorfinas (molécula humana que hace que el cuerpo se sienta bien)
suben. Sin embargo, tras el parto, los niveles de esta molécula vuelven a decaer.
10 síntomas de la depresión en las mujeres
Estos son algunos de los síntomas de la depresión. Responda a estas preguntas
con sinceridad y si hay muchas respuestas afirmativas, querida amiga, es hora de
buscar la ayuda de un especialista y empezar el tratamiento.
1. ¿Sin motivo aparente llenas con frecuencia la cabeza de sentimientos de
tristeza y melancolía?
2. ¿No tienes paciencia con nada y el mal humor impera en tu
comportamiento?
3. ¿Has perdido interés por las actividades que antes te llenaban de placer,
como por ejemplo el sexo?
4. ¿Has dejado de tener ganas de comer y tu plato preferido ya no te alegra el
día como lo hacía antes?
5. ¿Pierdes o ganas peso repentinamente?
6. ¿Hace mucho que no duermes plácidamente y durante muchas horas?
¿Tienes dificultad para dormir?
7. ¿Sientes malestar y una sensación continuada de cansancio sin un motivo
claro?
8. ¿Tienes la autoestima por los suelos con frecuentes sentimientos de
inferioridad o culpabilidad?
9. ¿Tienes la mente confusa y te cuesta enormemente concentrarte, organizar
tus ideas o tomar decisiones?
10. ¿Piensas con frecuencia en la muerte o en el suicidio?
Diagnóstico de la depresión femenina
Si tu respuesta a las preguntas anteriores ha sido afirmativa, debes acudir
inmediatamente a un profesional de salud mental. Él se encargará de indagar en
tu historial para determinar si efectivamente sufres una depresión o no. Deberás
detallar algunos datos concretos como la fecha exacta en la que comenzaron los
síntomas y su duración. El especialista también podrá hacerte preguntas sobre el
uso de drogas o alcohol o si has pensado en la idea del suicidio o la muerte como
alternativa a tu estado triste y decaído.
Una evaluación diagnóstica completa también incluirá un examen del estado
mental para comprobar si los patrones de habla, pensamiento o memoria se han
visto afectados.
Tratamiento para la depresión femenina
Ante todo, debes tener clara una cosa: pedir ayuda no es de cobardes. Aunque
ahora te cueste mucho verlo de esta forma, de la depresión se sale y una vez que
haya pasado la tormenta te sentirás mucho más fortalecida y dispuesta a luchar
contra lo que venga.
El contexto que rodea a una persona que sufre una depresión es importantísimo
para lograr su rehabilitación. Es cierto que la falta de ganas y motivación de las
personas que padecen esta enfermedad puede llegar a desesperar, pero la
comprensión, el cariño, la empatía y la paciencia de los familiares y seres queridos
es fundamental. Sugerir y no ordenar, proponer y no imponer son premisas
básicas recomendadas habitualmente en las terapias impuestas por los
profesionales. Uno de los mayores problemas que presentan las personas
depresivas es que a menudo se niegan a acudir a la terapia o terminan
abandonándola. Ante esta situación, es fundamental inducir a esa persona a
continuar con el tratamiento hasta el final.
El tratamiento contra la depresión es de dos tipos: farmacológico y psicoterapia.
Dependiendo del grado de depresión se necesitará uno u otro e incluso una
combinación de ambos (lo más habitual). En casos más graves, existe otro tipo
conocido como terapia electroconvulsiva o electroshock. Por lo general, en una
primera fase se medica al paciente de manera intensa para lograr que los
síntomas desaparezcan y se pueda iniciar la recuperación por medio de la
segunda fase la cual incluye un cambio de hábitos y pensamientos con la ayuda
de un psicólogo.
Tratamiento farmacológico con antidepresivos: los antidepresivos se emplean con
el fin de corregir los desequilibrios que se han generado en los niveles de las
sustancias químicas del cerebro, especialmente de la serotonina, un químico que
se encarga de controlar las emociones, la temperatura corporal, el apetito, el
sueño y la presión sanguínea. Los antidepresivos actúan aumentando los niveles
de serotonina en las células cerebrales. No suelen causar dependencia y
habitualmente tienen efecto entre tres y seis semanas después de comenzar el
tratamiento. Entre sus efectos secundarios más comunes destacan el insomnio, el
nerviosismo, la disfunción sexual, náuseas, mareos o aumento de peso.
Psicoterapia: su objetivo es ayudar al paciente a conocerse mejor a sí mismo y a
modificar sus percepciones y sus malas formas de sentir y actuar.
Terapia electroconvulsiva: se emplea en los casos más graves, es decir, cuando el
riesgo de suicidio es elevado, cuando el paciente no puede tomar medicación o no
mejora con ella o cuando existe debilitamiento por otra enfermedad física.
Prevención y consejos
Además del tratamiento farmacológico o psicoterapéutico es fundamental que, una
vez haya hecho efecto y la mujer sienta que ha mejorado notablemente su estado
de ánimo, se sigan ciertos consejos o modos de vida para no volver a recaer en la
depresión:
Reanudar las responsabilidades diarias de manera lenta y gradual.
Aceptarse a una misma tal y como es. No compararse con otras personas ni
infravalorarse.
Expresar las emociones. No guardarse nada dentro.
Hacer revisiones periódicas con el terapeuta para comprobar que todo sigue en
correcto orden.
Llevar a cabo una dieta sana y equilibrada y acompañarla de ejercicio físico de
manera regular.
Arreglarse para salir con amigas o con la pareja.
Buscar un hobby o retomar ciertas actividades que antes te apasionaban como la
lectura, la música o los viajes.
Aprender que de todo se sale y que esta pesadilla acabará muy pronto. ¡No te
rindas!
Consecuencias Familiares de la Depresión, ¿Quién Sufre
Más?
¿Cuántas ocasiones has escuchado de alguien cercano a ti “estoy depre” o “ando
depre”?
seguramente muchas veces. De forma general se ocupa el modo “depre” como
sinónimo de baja energía, cansancio extremo y también de una asociación con la
tristeza; sin embargo, la depresión es más que estar con alguna de estas
condiciones. ¿Cómo salir de una depresión?
¿Qué es la depresión?
La depresión es una enfermedad, no es un estado natural, ni tampoco es una
condición pasajera. Es de suma importancia que cuando observemos en otra
persona algunos de los siguientes síntomas, consideremos solicitar la ayuda de un
profesional.
Síntomas de la depresión
Un estado de ánimo de constante de tristeza y llanto
Apatía, desgano y desinterés en la vida
Letargo excesivo, como si estuviera actuando en cámara lenta
Dificultad para dormir
Desmotivación para ir a la escuela o al trabajo
Inapetencia o exceso de alimentación
Hoy se sabe que la tasa de suicidios a nivel mundial ha aumentado
significativamente y también se dice que muchos de estos episodios pudieron
haber sido atendidos si la familia se hubiera percatado de los cambios en la
persona (niño, adolescente o adulto), pues lo más seguro es que estuviera
cursando por un problema de depresión profundo. En nuestro país se sabe que
aproximadamente hay 10 millones de mexicanos que padecen depresión (cifras de
la OMS, 2017). Se dice que una de cada cinco personas sufrirá una depresión a lo
largo de su vida.
La importancia de la familia ante la depresión y sus síntomas
juega un papel muy importante, pues es dentro de este contexto que se
manifiestan las primeras señales de esta enfermedad. Cuando descubrimos que el
carácter de algún familiar empieza a modificarse seguramente está asociado a
alguno de los siguientes eventos:
Duelo por la pérdida de una persona cercana a él (pareja, madre, padre, hijo,
amigo o alguien con quien tenía un vínculo muy cercano)
Duelo por una mascota, ya que para algunas personas tienen un lugar especial en
su vida
Pérdida del trabajo, sobre todo cuando no era un deseo de la persona salir de
este.
Divorcio o separación de vínculos cercanos
Cambios de casa o de país
Cambios de escuela en el caso de los niños o adolescentes
¿Qué es la depresión?
La depresión es una enfermedad, no es un estado natural, ni tampoco es una
condición pasajera. Es de suma importancia que cuando observemos en otra
persona algunos de los siguientes síntomas, consideremos solicitar la ayuda de un
profesional.
-Síntomas de la depresión
Un estado de ánimo de constante de tristeza y llanto
Apatía, desgano y desinterés en la vida
Letargo excesivo, como si estuviera actuando en cámara lenta
Dificultad para dormir
Desmotivación para ir a la escuela o al trabajo
Inapetencia o exceso de alimentación
Importancia de la depresión
Hoy se sabe que la tasa de suicidios a nivel mundial ha aumentado
significativamente y también se dice que muchos de estos episodios pudieron
haber sido atendidos si la familia se hubiera percatado de los cambios en la
persona (niño, adolescente o adulto), pues lo más seguro es que estuviera
cursando por un problema de depresión profundo. En nuestro país se sabe que
aproximadamente hay 10 millones de mexicanos que padecen depresión (cifras de
la OMS, 2017). Se dice que una de cada cinco personas sufrirá una depresión a lo
largo de su vida.
La importancia de la familia ante la depresión y sus síntomas juega un papel muy
importante, pues es dentro de este contexto que se manifiestan las primeras
señales de esta enfermedad. Cuando descubrimos que el carácter de algún
familiar empieza a modificarse seguramente está asociado a alguno de los
siguientes eventos:
Duelo por la pérdida de una persona cercana a él (pareja, madre, padre, hijo,
amigo o alguien con quien tenía un vínculo muy cercano)
Duelo por una mascota, ya que para algunas personas tienen un lugar especial en
su vida
Pérdida del trabajo, sobre todo cuando no era un deseo de la persona salir de
este.
Divorcio o separación de vínculos cercanos
Cambios de casa o de país
Cambios de escuela en el caso de los niños o adolescentes
Conclusión de proyectos profesionales o académicos
Como podemos observar en estos puntos, las personas con tendencia a la
depresión tienen dificultad para aceptar o digerir el cambio de forma sencilla. Se
dice que en esta enfermedad hay factores que la desencadenan y es cuando
aparece de forma muy clara con algunos de los síntomas que ya describí
anteriormente.
Cómo salir de una depresión.
La familia es una fuente poderosa de sanación, pues a través de ella se gestan
nuestros vínculos con la vida, aprendemos como relacionarnos y solucionar
problemas, de allí que ante cualquier enfermedad de un integrante debemos
prepararnos también, pues nadie está capacitado para actuar ante las dificultades
de nuestros seres queridos.
Bien dicen que el amor lo cura todo; partiendo de esta idea lo primero que
debemos hacer ante un familiar diagnosticado con depresión es ser amorosos,
con ello me refiero a que nuestros tratos hacia él deben ser amables y, para ser
así, requerimos de empatizar lo más que podamos, ponernos en el lugar del otro
no es fácil, pero si podemos intentar plantearnos la siguiente reflexión “si yo me
encontrará en su situación, ¿cómo me gustaría ser tratado?”, sin temor a
equivocarme pensaste en algún episodio en donde estuviste enfermo y
agradeciste los cuidados de alguien más, pero sobre todo de tus seres más
cercanos, de tú familia. Piensa y actúa así con tú familiar con depresión:
amorosamente. No se trata de sobreprotegerlo, solo de atenderlo.
Si bien no somos terapeutas o psicólogos todos, si podemos aplicar la estrategia
de escucharlos, atender con atención sus pláticas, mandarles mensajes para
saber cómo se encuentran o enviarles recordatorios que motiven su día, es una
acción que puede beneficiar en su mejora.
Es importante aquí señalar que cuando los escuchamos en un episodio de crisis,
en donde regularmente sus comentarios son de desaprobación, minusvalía o
cualquier discurso negativo no debemos retroalimentar sus ideas; lo que podemos
hacer es recordarle lo valioso y haciéndole saber que solo es un episodio que va a
pasar, que no durará para siempre, también es bueno que lo invitemos a platicar
sobre otros temas más agradables, quizá acompañarlo a tomar una caminata o un
café, le pueda ayudar a volver a conectar con su bienestar.
Invitar a nuestro familiar con depresión a salir de la tristeza, que realice ejercicio o
busque alguna actividad en donde él active su cuerpo y su mente puede ayudarlo
a recuperar su estado de alegría con mayor frecuencia.
En ocasiones con la familia gustamos de confrontar, regañar o reprochar las
actitudes de los otros; sin embargo, es lo que menos requiere nuestro familiar con
depresión. Si no podemos con sus actitudes, propias de su enfermedad, podemos
recomendarle que lo cheque con su médico o su terapeuta y, en caso de que él no
acepte esa ayuda, comentarle con sinceridad cómo nos sentimos ante la
impotencia de no poder ayudarlo.
¿Por qué es la depresión un problema importante para la salud pública?
La depresión es un trastorno muy frecuente, estimándose que, solamente en
Europa, unos 20 millones de personas se ven afectadas por este trastorno cada
año (WHO, 2008). En promedio, 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 10 hombres
sufrirá al menos un episodio depresivo durante su vida. En un año,
aproximadamente el 7% de los europeos cumple criterios para el diagnóstico de
un episodio depresivo. En Europa, la mitad del gasto relacionado con
enfermedades del sistema nervioso central se invierte en la depresión.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un
trastorno altamente incapacitante. La depresión puede afectarnos a todos:
hombres y mujeres de todas las edades, niveles educativos, estatus social y
económico. Por lo general, la depresión afecta todas las áreas de la vida de una
persona, tanto a nivel familiar, como en relación con las amistades, el trabajo, los
estudios y los aspectos financieros. Es frecuente que los episodios depresivos
sean recurrentes y pueden volverse persistentes o crónicos si no se realiza el
tratamiento adecuado.
La depresión puede ser más severa si se combina con otras enfermedades
médicas como el cáncer, artritis, infarto cerebral, enfermedades cardiovasculares
u otros trastornos psiquiátricos como los trastornos de ansiedad o el abuso de
sustancias.
El suicidio y las auto-lesiones son frecuentes en personas que sufren depresión.
En Europa, de las 60.000 personas que mueren por suicidio consumado, más de
la mitad estaban deprimidas.
En la actualidad la depresión es una enfermedad que afecta a una parte
importante de la población mexicana. Los factores que la provocan son muy
distintos, desde los problemas psicológicos, hasta enfermedades físicas.
Lamentablemente es difícil detectarla hasta que es demasiado tarde, porque suele
confundirse con un estado de ánimo de tristeza. Si bien, ambas son muy similares,
la depresión suele tener consecuencia que van más allá. Por ello, es muy
importante evaluar el estado de ánimo de una persona para conocer si sólo esta
triste y pasa por un mal momento o sufre de depresión y requiere de un
tratamiento especializado.
Te damos nuevamente la bienvenida al Blog de Oceánica, un espacio diseñado
por nuestros especialistas para ti, en donde encontrarás información y temas de
interés acerca de los distintos programas y tratamientos que puedes encontrar en
nuestra clínica. En la entrada de hoy hablaremos sobre la importancia de evaluar
el estado de ánimo de las personas para identificar y de ser necesario buscar un
tratamiento para la depresión.
En muy frecuente escuchar a una persona decir que sufren depresión porque
están tristes o que dicen estar tristes por consecuencia de la depresión. A pesar
de que la tristeza y la depresión son dos conceptos que están relacionados, no
son los mismo y uno no depende del otro. Para poder superar tanto la tristeza
como la depresión primero debemos conocer las diferencias que hay entre una y
otra, para poder encontrar una solución efectiva.
La tristeza es una de las emociones básicas del ser humano. Todos en algún
momento de nuestras vidas, por distintas situaciones no hemos sentido tristes.
Provoca en las personas la melancolía, decaimiento y falta de ánimo. Pero es un
estado de ánimo temporal. Raras veces llega a prolongarse durante un extenso
periodo de tiempo.
Por otro lado, la depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza
por el decaimiento de la persona durante un periodo largo de tiempo. Este
decaimiento afecta a la persona en sus actividades cotidianas, sobre todo a nivel
físico-biológico y psicológico. De manera clínica, la depresión se define como un
trastorno de la personalidad y es dividida en depresión psicológica y depresión
psiquiátrica.
Aquellos que sufren depresión manifiestan síntomas físicos y psicológicos. Los
físicos se refieren a afecciones como la alteración del sueño, somnolencia, pérdida
o aumento de peso descontrolado, falta de apetito, disminución de la libido, entre
otros; los psicológicos se manifiestan como desinterés, disminución de la
autoestima, apatía, tristeza, desdolarización, entre otros.
Si no se realiza un diagnóstico preciso, la depresión puede confundirse con
episodios de frustración, tristeza pasajera o situaciones de duelo. Pero, al
momento que los síntomas se extienden por más de seis meses ya se puede
hablar de una depresión clínica, por lo que se requiere buscar ayudar profesional,
como la que se brinda en Oceánica; en donde puede encontrar asesoría e
información especializada sobre un tratamiento para la depresión.
Al momento de realizar un buen diagnóstico y una evaluación del estado de
ánimo, debemos diferenciar entre la tristeza y la depresión descartando que sea
un episodio aislado de tristeza causado por algún motivo, causa o circunstancia
negativa de algún tipo, como los relacionados con las rupturas de pareja, perdida
de un ser querido o de un trabajo. Si la tristeza se prolonga, pero no se presentan
otros síntomas de la depresión
podemos estar ante un episodio de distimia, en el que los síntomas son menores
que en los niveles que se presentan en la depresión, pero son persistentes.
De igual manera se tiene que descartar la depresión provocada por problemas
somáticos o derivados por algunos medicamentos utilizados para el tratamiento de
otras enfermedades. Este tipo de depresiones suele terminar cuando dejan de
consumirse los medicamentos o requieren de otro tipo de tratamientos más
especializados.
La identificación y el tratamiento para la depresión requiere una buena
comprensión del síndrome por parte del terapeuta y también del paciente. Esta
enfermedad imposibilita a quien la sufre el vivir con normalidad y si no es tratada
puede traer graves consecuencias a la salud y derivar incluso en la muerte por
complicaciones o suicidio.
Características de la depresión
En la actualidad, datos de la Organización Mundial de la Salud, indican que al
menos 350 millones de personas sufren de depresión en el mundo. En México
afecta al tres por ciento de la población. Siendo una de las primeras causas de
discapacidad académica y laboral. Afecta por igual tanto a hombres como a
mujeres de distintas edades. Las causas de la depresión varían de persona a
persona, aunque el estrés, algunas enfermedades, problemas psiquiátricos y
eventos traumáticos, son considerados factores que la propician.
El identificar si alguien sufre depresión o únicamente se encuentra pasando por
una etapa de tristeza, es algo difícil. La evaluación para determinarla debe ser
realizada por un especialista. Pero, si notamos algunos de los síntomas podemos
ayudar a las personas que tiene el trastorno a buscar ayuda, como la que puede
encontrar en Oceánica.
Los principales síntomas de la depresión que podemos identificar se presentan a
distintos niveles. A nivel cognitivo la persona desarrolla pensamientos negativos,
pesimistas y derrotistas, anticipaciones negativas, distorsiones en el pensamiento,
ideas irracionales y obsesiones, enlentecimiento de pensamiento o falta de
concentración, entre otros.
A nivel fisiológico la persona deprimida puede sufrir de pérdida de apetito con
disminución de peso corporal o en algunas ocasiones un aumento de peso
corporal asociado al sedentarismo y la falta de actividades asociadas a su estado
de ánimo, problemas de sueño, agitación o enlentecimiento en su movimiento,
entre otros síntomas.
A nivel emocional, los síntomas más significativos y más difíciles de identificar,
puesto que suelen confundirse con episodios de tristeza, son la pérdida de
capacidad para disfrutar, tener desinterés por todo aquello que le rodea sobre todo
a cosas que antes le interesaban, desmotivación, disminución de la autoestima,
sentimiento de culpabilidad e inutilidad, apatía o tristeza crónica.
Además, se recomienda a los padres cuyos hijos están siendo tratados contra una
depresión que comuniquen al médico de sus adolescentes cualquier cambio en el
carácter o la personalidad de estos, cualquier efecto secundario de los
medicamentos o si la depresión no mejora o empeora. Todos los estudios
demuestran que cuando la depresión de los adolescentes se diagnostica a tiempo
y es tratada por los médicos es mucho más raro que se convierta en un trastorno
grave. En la inmensa mayoría de los casos, además, los chicos y las chicas que la
padecen pero que reciben el tratamiento adecuado consiguen llevar una vida
normal.