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ACTUALIZACIÓN

PUNTOS CLAVE
Tratamiento de las Epidemiología. Las enterobacterias,

infecciones por principalmente Escherichia coli, Proteus mirabilis,


Klebsiella pneumoniae y Enterobacter cloacae,
son responsables del 25% de todas las
enterobacterias infecciones nosocomiales.

Infección urinaria. Escherichia coli es la primera


M. Vives-Soto y M. Difabio causa de infecciones urinarias extrahospitalarias
Servicio de Medicina Interna. Clínica Capio. Albacete. España.
(aproximadamente el 70%), seguida de los
géneros Klebsiella spp., Proteus spp. y
Enterococcus spp.

Escherichia coli. En los últimos años ha habido


un alarmante aumento de resistencias de las
cepas comunitarias de Escherichia coli, que
actualmente supera el 60% para ampicilina y el
30% para ciprofloxacino y cotrimoxazol.
Bases generales para el tratamiento Klebsiella pneumoniae. Es causa de neumonía
necrotizante en enfermos crónicos o
Epidemiología inmunodeprimidos y ha provocado brotes de
infección respiratoria por cepas multirresistentes
Las enterobacterias son un grupo grande y heterogéneo de en Unidades de Cuidados Intensivos.
bacilos gramnegativos pertenecientes a la familia Enterobac-
teriaceae1. Se encuentran ampliamente distribuidos en la tie- Betalactamasas plasmídicas. La mejor estrategia
rra y en las plantas, y son colonos normales del tracto gastro- para afrontar la emergencia de betalactamasas
intestinal humano. Los pacientes hospitalizados, los asistidos plasmídicas (BLEE, cefamicinasas y
en centros socio-sanitarios o en hospitales de día, los inmu- carbapenemasas) en enterobacterias es la
nodeprimidos y los que han recibido antibióticos reciente- prevención.
mente son particularmente susceptibles a la colonización por
Criterios de selección antibiótica. Una buena
enterobacterias patógenas, paso previo para la infección2. La
política antibiótica incluirá elegir el antibiótico
ruptura de las barreras anatómicas normales por mucositis,
que tenga una mejor actividad in vitro, el
enteritis, catéteres vasculares, intubación oro-traqueal, tra- bactericida antes que el bacteriostático, el que
queostomía, etc. favorece la invasión por estas bacterias, lo tenga una vida media plasmática más larga (para
que a menudo conduce a neumonía, septicemia, meningitis o facilitar la cumplimentación), el mejor tolerado y,
formación de abscesos. Estas bacterias explican aproximada- si es posible, el más barato.
mente un 30% de los aislamientos bacterianos en sangre, un
65% de los gastrointestinales y un 75% de los del tracto uri-
nario; además, son responsables de más del 30% de las infec-
ciones respiratorias de vías bajas en pacientes con riesgo de
colonización de orofaringe por enterobacterias: pacientes
geriátricos (mayores de 65 años con incapacidad asociada, Sensibilidad a antibióticos y mecanismos
especialmente encamados, incontinentes o con bajo nivel de de resistencia
conciencia) y pacientes con comorbilidades (enfermedad
pulmonar obstructiva crónica, diabetes mellitus, cirrosis he- Se ha observado que la mayoría de los factores de virulencia
pática, insuficiencia renal crónica, alcoholismo, neoplasia, bacterianos están, de alguna forma, regulados genéticamente
desnutrición)1. En la tabla 1 se recoge la prevalencia de ente- para permitir que las bacterias respondan en forma flexible al
robacterias en España en infecciones de distintas localizacio- medio ambiente. Muchos de estos factores son trasmitidos
nes, según los resultados del estudio EPINE para 20053 y del por plásmidos trasmisibles a otras bacterias, que frecuente-
estudio SMART para 20034. En los datos agregados de EPI- mente incluyen también transposones codificadores de me-
NE para 1990-2005, Escherichia coli, Proteus mirabilis, Klebsie- canismos de resistencia a antibióticos. Cada especie bacteria-
lla pneumoniae y Enterobacter cloacae fueron responsables del na tiene un espectro de resistencias naturales o intrínsecas,
25% de todas las infecciones nosocomiales. constantes para todas las cepas de la misma especie y por

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TRATAMIENTO DE LAS INFECCIONES POR ENTEROBACTERIAS

TABLA 1
Prevalencia de enterobacterias en infecciones de distintas localizaciones*

Urinaria Respiratoria Bacteriemia Localización Infección


Comunitaria Nosocomial Comunitaria Nosocomial Comunitaria Nosocomial quirúrgica intraabdominal

Cocos grampositivos 13,7% 22,2% 28,2% 20,5% 40,0% 57,3% 38,7% nd


BGN no fermentadores 4,7% 12,5% 17,0% 32,4% 2,7% 8,2% 12,2% nd
Hongos 5,2% 10,0% 11,1% 14,5% 2,5% 7,7% 3,5% nd
Enterobacterias 71,3% 52,0% 9,3% 19,5% 38,3% 21,8% 36,4% 100%
Porcentaje sobre el total de enterobacterias
Escherichia coli 79,1% 65,8% 39,4% 34,7% 74,6% 40,4% 52,1% 58,2%
Klebsiella spp. 7,4% 12,7% 30,8% 26,4% 14,1% 27,6% 11,6% 15,6%
Enterobacter spp. 2,7% 4,8% 13,5% 18,8% 5,9% 12,8% 16,6% 9,9%
Proteus spp. 7,4% 9,4% 4,8% 6,9% 3,8% 5,1% 10,0% 6,4%
Morganella morganii 1,7% 2,0% 2,9% 4,9% 0,0% 2,6% 5,5% 4,1%
Citrobacter spp. 1,2% 2,5% 0,0% 2,8% 1,6% 4,5% 2,4% 3,8%
Providencia spp. 0,3% 1,5% 0,0% 0,0% 0,0% 0,0% 0,0% 0,7%
Serratia spp. 0,2% 1,3% 8,7% 5,6% 0,0% 7,1% 1,8% 0,7%
Otras 0,0% 0,0% 0,0% 0,0% 0,0% 0,0% 0,0% 0,6%
*Porcentajes calculados a partir de las cifras publicadas por el estudio EPINE para 2005 (las cuatro primeras) y por el estudio SMART para España en 2003 (infección intraabdominal). Se ha omitido el
valor porcentual de “otros microorganismos”.
BGN: bacilos gramnegativos.

TABLA 2
Sensibilidad (%) in vitro de enterobacterias en los 13 centros españoles participantes en 2003 en el estudio SMART

Enterobacterias N.o cepas (n = 981) EPM IPM MEM CRO CAZ FOX FEP TZP AMK TOB CIP LVX
Escherichia coli 571 (58,2%) 99,7 100 100 93,0 93,0 93,7 93,5 95,3 99,5 92,3 78,3 79,7
Klebsiella spp. 153 (15,6%) 99,4 99,4 99,4 92,2 92,2 95,4 92,2 90,2 99,4 94,1 90,9 94,8
Enterobacter spp. 97 (9,9%) 99,0 99,0 99,0 73,2 70,1 9,3 94,9 79,4 100 99,0 93,8 95,9
Proteus spp. 63 (6,4%) 100 100 100 93,7 95,2 100 95,2 98,4 100 96,8 87,3 96,8
Morganella morganii 40 (4,1%) 100 100 100 92,5 77,5 77,5 95,0 95,0 100 97,5 97,5 90,0
Citrobacter spp. 37 (3,8%) 100 97,3 100 78,4 73,0 10,8 94,6 89,2 100 100 94,6 97,3
Providencia spp. 7 (0,7%) 100 100 100 100 100 71,4 100 85,7 100 85,7 57,1 57,1
Serratia spp. 7 (0,7%) 100 100 100 100 100 71,4 100 100 100 100 100 100
Otras 6 (0,6%) 100 100 100 100 100 83,3 100 100 100 100 100 100
AMK: amicacina; CAZ: ceftazidima; CIP: ciprofloxacino; CRO: ceftriaxona; EPM: ertapenem; FEP: cefepima; FOX: cefoxitina; IMP: imipenem; LVX: levofloxacino; MEM: meropenem; TOB: tobramicina; TZP:
piperacilina-tazobactam.

tanto conocidas y previsibles, y una serie de resistencias ad- bombas de achique y la disminución de la permeabilidad por
quiridas, bien sea por mutación cromosómica o por transfe- sí solas sólo confieren resistencia de bajo nivel.
rencia de genes desde otras bacterias, que son evolutivas e Los fenotipos naturales de sensibilidad a betalactámicos
imprevisibles y justifican la realización del antibiograma. El pueden clasificarse en cuatro grupos6:
fenotipo final será la suma de ambos. En la tabla 2 se recogen
las sensibilidades de las enterobacterias más frecuentemente Grupo 1
aisladas en los 13 hospitales españoles participantes en el año Formado por Escherichia coli, Shigella, Salmonella y Proteus mi-
2003 en el estudio SMART. rabilis presenta un fenotipo sensible a todos los betalactámi-
El principal mecanismo de resistencia a betalactámicos cos. Las dos primeras son portadoras de una betalactamasa
en enterobacterias es el enzimático por producción de beta- cromosómica constitutiva de clase C (cefalosporinasa no in-
lactamasas (clasificadas por Ambler en cuatro grupos: A, B, C hibible) que en su forma natural o salvaje se expresa a nivel
y D)5, que debido a su importancia y complejidad desarrolla- muy bajo.
remos con más detenimiento. El mecanismo más importante
de resistencia a los aminoglucósidos es la inactivación enzi- Grupo 2
mática; hay tres tipos de enzimas y cada enzima reconoce un Incluye Klebsiella, Citrobacter koseri y Citrobacter amalonaticus,
número limitado de antibióticos; la resistencia de alto nivel a es productor de una betalactamasa cromosómica constitutiva
todos los aminoglucósidos se debe a la alteración en la per- de clase A (penicilinasa sensible a inhibidores: SHV-1 y LEN
meabilidad de la membrana. La resistencia a las fluorquino- en K. pneumoniae, K1 en K. oxytoca), que confiere resistencia
lonas se debe fundamentalmente a la modificación de la dia- de bajo nivel a aminopenicilinas (amoxicilina) y carboxipeni-
na por mutaciones escalonadas en los genes de la cilinas (ticarcilina) y sensibilidad intermedia a ureidopenici-
ADN-girasa y la topoisomerasa-IV, pues la presencia de linas (piperacilina), manteniéndose sensibles a cefalosporinas,

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ENFERMEDADES INFECCIOSAS (III)

TABLA 3
Fenotipos y mecanismos de resistencia adquiridos en enterobacterias

Antibiograma
Fenotipo Fr Implicación
AMP AM/C TIC PIP C1a CFOX CFUR C3/AZ C4a CARB
R S R I R S S S S S Betalactamasas plasmídicas clase A +++ S inhibidores, C2a/3a/4a, AZ, CARB
(penicilinasas)
R I R R R S R S S S Hiperproducción de penicilinasa ++ I inhibidores, S CFOX, C3a/C4a, AZ,
(cromosómica en K. pneumoniae) CARB
R R R R S S S S S S Betalactamasas resistentes a – S cefalosporinas y CARB
inhibidores (IRT)
R R R R S S S S S S Oxacilinasas clásicas (clase D) – Indistinguible de las IRT
R S/I R R R S R R/S S/R S Betalactamasa de espectro + S inhibidores, CFOX (riesgo
extendido (BLEE) plasmídica selección) y CARB, I C3a/C4a/AZ
R S/R R R R S R S/I S S Hiperproducción de betalactamasa ++ Similar a una BLEE, pero S a
cromosómica de clase A (K. oxytoca, ceftazidima y RAN a AZ.
C. koseri, Proteus penneri, P. vulgaris)
R R R R R R R I/R S S Cefamicinasas plasmídicas + I C3a/AZT, S C4a y CARB
constitutivas
R R R R R R R I/R S S AmpC hiperproducida (E. coli, ++ I C3a/AZT, S C4a y CARB Æ seguir
Shigella) antibiograma
R R R R R I/R R R S S AmpC desreprimida (grupo 3, excepto ++ I C3a/AZT (riesgo selección), S C4a y
Proteus) CARB (salvo permeab.alt.)
R R R R R R R R R R Carbapenemasas – RAN a CARB y resto de
betalactámicos (excepto AZ clase B)
AMP: aminopenicilinas; AM/C: con inhibidor de penicilinasa; AZ: aztreonam (monobactámicos); CARB: carbapenemes; CFOX: cefoxitina (cefamicinas); CFUR: cefuroxima (C 2a); C1a/C3a/C4a: cefalosporinas
de 1a, 3a o 4a generación; Fr: prevalencia; I: sensibilidad intermedia; PIP: ureidopenicilinas; R: resistente; RAN: resistencia de alto nivel; S: sensible; TIC: carboxipenicilinas.

monobactamas (aztreonam) y carbapenemes, así como tam- 2. Las betalactamasas plasmídicas resistentes a inhibido-
bién a las asociaciones con inhibidores de betalactamasa (áci- res (IRT) que derivan de las betalactamasas clásicas y son
do clavulámico, sulbactam, tazobactam). fenotípicamente indistinguibles de las oxacilinasas (como la
OXA-1), pertenecientes a la clase D de Ambler.
Grupo 3 3. Las enzimas más significativas del grupo son las beta-
Tiene en común la presencia de una betalactamasa cromosó- lactamasas de expectro extendido (BLEE), plasmídicas y que
mica inducible (que se expresa en presencia de determinados inactivan a la práctica totalidad de las cefalosporinas.
antibióticos y pueden llevar al fracaso de un tratamiento ini- 4. La hiperproducción de betalactamasa cromosómica de
cialmente eficaz) con actividad cefalosporinasa, que en gene- clase A, propia del grupo 2 y de algunas especies del grupo 3,
ral confieren resistencia a aminopenicilinas y cefalosporinas puede dar un fenotipo similar a las BLEE.
de primera generación. Dentro de este grupo, Citrobacter fre- 5. La hiperproducción de betalactamasa cromosómica de
undii, Enterobacter, Morganella morganii, Providencia, Serratia clase C (AmpC) se presenta en dos escenarios distintos:
y Hafnia alvei presentan una betalactamasa de clase C que les constitutiva (E. coli y Shigella del grupo 1) e inducible (Ente-
confiere resistencia a las asociaciones con inhibidores y sen- robacter, Serratia, Morganella morganii, Providencia y Citrobac-
sibilidad variable a cefalosporinas de segunda generación: las ter freundi, del grupo 3). Además, todas las enzimas de clase
dos primeras son resistentes a cefamicinas (cefoxitina) y tie- C presentan cierta actividad hidrolítica frente a carbapene-
nen sensibilidad intermedia a cefuroxima, al contrario de lo mes, que no se manifiesta fenotípicamente si no existe una
que sucede con las cuatro últimas. También se incluyen en alteración simultánea de la permeabilidad, fenómeno natural
este tercer grupo Proteus vulgaris y Proteus penneri, portado- en las especies Proteus, Morganella y Providencia.
ras de una betalactamasa de clase A, denominada frecuente- 6. Existen dos clases principales de carbapenemasas: de
mente cefuroximasa, que confiere resistencia a cefuroxima y clase A, que suelen ser sensibles a la acción del ácido clavulá-
mantiene sensibilidad a cefoxitina y a las asociaciones con nico y presentan menor actividad frente a meropenem y de
inhibidores. clase B (metaloenzimas), que no presentan actividad frente al
aztreonam y son inhibidas por el ácido etilendiaminotetra-
Grupo 4 acético (EDTA).
Incluye Yersinia enterocolitica que muestra, en la mayoría de
las cepas, un fenotipo de cefalosporinasa inducible más peni-
cilinasa, resistente a aminopenicilinas y cefalosporinas de Tratamiento de infecciones
primera y segunda generación. Es producto de la síntesis por enterobacterias concretas
de dos betalactamasas, una de clase A y otra de clase C.
A continuación se analizan los cuadros clínicos más frecuen-
La tabla 3 resume los principales fenotipos de resistencia ad- temente producidos por las diferentes enterobacterias y sus
quirida6 que se añadirán a los fenotipos naturales antes descritos: posibilidades terapéuticas actuales. Se hará referencia al tra-
1. Las betalactamasas plasmídicas de clase A, denominadas tamiento de primera línea para cubrir sólo a este grupo de
de amplio espectro o betalactamasas clásicas o penicilinasas. gérmenes.

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TRATAMIENTO DE LAS INFECCIONES POR ENTEROBACTERIAS

Los géneros Salmonella, Shigella y Yersinia, agentes cau- mórbidos o alteraciones estructurales de la vía urinaria. To-
santes principalmente de patología infecciosa digestiva se das ellas tienen como agente etiológico en un 70-80% de los
explican en un capítulo aparte. casos a E. coli13. Dada su alta incidencia, en la actualidad plan-
tean un problema de gran relevancia socioeconómica y, sobre
todo, de resistencias antibióticas, tanto en las infecciones ad-
Escherichia coli quiridas en la comunidad como en las hospitalarias.
Ante el diagnóstico de una infección urinaria no complica-
Es la más importante de las enterobacterias y la descrita con da, se aconseja el inicio de antibioterapia empírica vía oral y
más frecuencia como causa de patología en los seres humanos. endovenosa en las formas complicadas. Estas últimas siempre
Está ampliamente difundida, como ya se ha mencionado pre- deben ingresarse, excepto en mujeres sin compromiso del es-
viamente, pudiendo producir diversos tipos de infecciones, tado general; cualquiera de las situaciones restantes deben te-
tanto de adquisición en la comunidad como nosocomial7,8. ner un seguimiento hospitalario las primeras 48 horas.
Una vez iniciado el tratamiento empírico, éste puede con-
Bacteriemias primarias tinuarse con el antibiótico adecuado vía oral14. Según diversos
E. coli es el agente causal más frecuente de bacteriemia por estudios, el pronóstico de la infección va a ser favorable si el
gramnegativos. En las bacteriemias adquiridas en la comuni- tratamiento empírico que se pauta es finalmente adecuado
dad suelen ser secundarias a infecciones de la vía urinaria y para el tratamiento de la bacteria que se aísla a posteriori. Este
menos frecuentemente de vía biliar, en particular cuando hay esquema inicial va a estar dado por la sensibilidad y resistencia
alteración del flujo urinario o cuerpos extraños. Las bacterie- de los gérmenes habituales en esa área geográfica y por la for-
mias intrahospitalarias suelen asociarse a herida quirúrgica o ma de presentación de la infección urinaria.
a dispositivos: catéteres endovenosos, sondas vesicales, tubos Las opciones de tratamiento para infecciones urinarias
de drenaje, tubos endotraqueales. por E. coli se recogen en la tabla 4. Se consideran complicadas
El tratamiento empírico endovenoso debe ser iniciado cuando el proceso infeccioso se presenta en el sexo masculino, con
inmediatamente después de obtener los hemocultivos, pues obstrucción de la vía urinaria, cuerpos extraños o residuo post-mic-
la administración precoz de un antibiótico adecuado dismi- cional, tras procedimientos urológicos recientes o en un trasplantado
nuye la mortalidad9. La elección del antibiótico debe tener renal. Como se desarrolla en el cuadro, el tratamiento inicial
en cuenta: los antecedentes del paciente, las comorbilidades, de las formas complicadas debe ser endovenoso hasta la re-
los síndromes clínicos y los resultados de cultivos previos. misión de la fiebre, pasando luego a un antibiótico vía oral
Ningún estudio aleatorizado reciente ha evaluado cuál es el hasta completar 14 días15. Debemos recordar que no está
tratamiento empírico más adecuado y las recomendaciones aprobado el uso durante el embarazo de trimetropin-sulfa-
actuales se basan en estudios retrospectivos u observaciona- metoxazol (cotrimoxazol) ni de fluoroquinolonas por el ries-
les10. Para las formas comunitarias o asociadas a cuidados go de teratogenicidad.
sanitarios, se aconseja como tratamiento empírico amoxicili- En el caso de las infecciones adquiridas a nivel nosoco-
na-clavulámico o ceftriaxona en pacientes estables y ertape- mial, no tenemos que olvidar la prevalencia, cada vez mayor,
nem (para cubrir BLEE) en pacientes con sepsis grave o de cepas productoras de BLEE, que son clínicamente resis-
shock séptico. La monoterapia con ceftriaxona, ceftazidima tentes a todos los betalactámicos a excepción de los carbape-
o cefepima es adecuada en bacteriemia primaria nosocomial nemes (imipenem, meropenem, ertapenem), y que frecuen-
con baja incidencia local de bacterias multirresistentes; cuan- temente tienen resistencia asociada a fluoroquinolonas.
do esta incidencia es elevada, en pacientes con sepsis grave o Siempre hay que tener en cuenta este tipo de cepas en aque-
shock séptico y también en todos los portadores de sonda llas unidades hospitalarias donde son prevalentes.
vesical permanente, deben cubrirse también Pseudomonas
aeruginosa, Enterococcus spp. y Staphylococcus aureus meticilin- Infecciones respiratorias
resistente: usar piperacilina-tazobactam o imipenem o mero- E. coli produce cuadros de neumonía grave en pacientes hos-
penem, combinados con vancomicina y añadiendo un anti- pitalizados, frecuentemente acompañados de una reacción
fúngico si hay factores de riesgo de candidemia. Con inflamatoria sistémica intensa en forma de sepsis grave o
respecto al tratamiento sinérgico con un aminoglucósido, shock séptico. También hay que tenerla presente como agen-
dos metaanálisis concluyen que la asociación con un amino- te etiológico en pacientes ambulatorios con patología de
glucósido no ofrece ninguna ventaja con respecto a la mono- base que favorece la colonización faríngea: diabetes mellitus,
terapia y aumenta la nefrotoxicidad11. alcoholismo, trasplantados y enfermedad pulmonar obstruc-
Aunque la duración del tratamiento no está bien defini- tiva crónica (EPOC).
da, en general se recomiendan 7-14 días de tratamiento para Con respecto al tratamiento, como en todo proceso gra-
las bacteriemias primarias no complicadas12. ve, tiene que instaurarse en forma precoz con un antibiótico
eficaz16. Teniendo en cuenta el aumento de las cepas de E. coli
Infecciones del tracto urinario productoras de BLEE, el tratamiento empírico inicial podría
Hay diversas clasificaciones de las infecciones urinarias: a) de incluir un carbepenem o tigeciclina, sólo o en asociación con
acuerdo con la localización, en altas y bajas; b) por el lugar un aminoglucósido o ciprofloxacino. Tras 48 a 72 horas de
específico de compromiso, en bacteriuria asintomática, cisti- dosis máximas, éstas pueden disminuirse y se puede valorar
tis, uretritis y pielonefritis y c) complicada o no complicada, la terapia secuencial. La duración del tratamiento debería
de acuerdo a la presencia de síntomas sistémicos, estados co- individualizarse en función de la gravedad de la enfermedad

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ENFERMEDADES INFECCIOSAS (III)

TABLA 4
Tratamiento de las infecciones urinarias por enterobacterias (especialmente Escherichia coli)

Condiciones Circunstancias especiales Tratamiento Duración


Cistitis aguda no complicada en la Ninguna Oral:
mujer
norfloxacino o cotrimoxazol 3 días
amoxicilina-clavulánico 3-5 días
fosfomicina-trometamol Dosis única
nitrofurantoína 5-7 días
Diabetes, infección reciente, ≥ 65 años Oral: ciprofloxacino o cotrimoxazol Considerar 7 días
Embarazo Oral: fosfomicina-trometamol o nitrofurantoína Considerar 7 días
amoxicilina-clavulámico o ceftibuteno o cefixima
Pielonefritis aguda no complicada Sin síntomas sistémicos Ambulatorio oral: ciprofloxacino o cotrimoxazol 10-14 días
en la mujer
Enfermedad severa o posibilidad de Hospitalizado parenteral: cefotaxima o ceftriaxona Tratamiento parenteral hasta que no haya fiebre;
sepsis urinaria o aztreonam o aminoglucósido o ciprofloxacino, luego vía oral hasta 14 días
seguido de ciprofloxacino o cotrimoxazol orales
Embarazada Hospitalizado parenteral: cefotaxima o ceftriaxona Tratamiento parenteral hasta que no haya fiebre;
o aztreonan, seguido de ceftibuteno o cefixima luego vía oral hasta 14 días
orales
Infección urinaria complicada Leve Ambulatorio oral: ciprofloxacino 10-14 días
Enfermedad severa con posibilidad de Hospitalizado parenteral: cefotaxima o ceftriaxona Tratamiento parenteral hasta que no haya fiebre;
sepsis urinaria o aztreonam o ciprofloxacino, seguido de luego vía oral hasta 14 días
ciprofloxacino oral
*Las pautas que contienen amoxicilina se asocian con una frecuencia de reinfecciones superior a la observada con fluorquinolonas o cotrimoxazol, probablemente debido a la mayor actividad de la
amoxicilina sobre la flora anaerobia o microaerófila de la vagina y del colon, que al desaparecer facilita la persistencia de E. coli.

y la respuesta al tratamiento. Aunque las normas de la Ame- (amoxicilina-ácido clavulánico, piperacilina-tazobactam, am-
rican Thoracic Society (ATS) recomiendan una duración de 14 picilina-sulbactam) y los carbapenemes (especialmente erta-
a 21 días para infecciones graves producidas por E. coli, pro- penem); otra alternativa es la asociación de cefalosporinas de
bablemente sea adecuado un curso de 7-10 días17. tercera generación con metronidazol19.

Infecciones del sistema nervioso central Infecciones intestinales


E. coli es causa de meningitis, principalmente en la etapa neo- Son diversos los fenotipos de E. coli que pueden producir
natal, pero su incidencia ha disminuido drásticamente. En la diarrea, cada uno con determinadas características en cuanto
población adulta se observa asociada a tres factores de riesgo: a los factores de riesgo, manifestaciones clínicas e implica-
ancianidad, inmunosupresión e intervenciones quirúrgicas ciones terapéuticas. En general, puede producir cuadros de
neurológicas. Clínicamente no se puede distinguir de otras enteritis no inflamatorias, que no requieren tratamiento an-
meningitis agudas bacterianas. tibiótico específico, y procesos intestinales inflamatorios que
El tratamiento deberá tener en cuenta que el antibiótico pueden evolucionar a síndrome urémico hemolítico.
elegido alcance concentraciones bactericidas en el líquido Puesto que se desarrollará en otro capítulo el tratamien-
cefalorraquídeo. Ante la sospecha diagnóstica, se iniciará tra- to específico de todas sus formas, sólo haremos mención de
tamiento con ceftriaxona o cefotaxima; si hay una alta preva- la forma enteroinvasiva que es la única que requiere de tratamien-
lencia de cepas productoras de BLEE, iniciar tratamiento to antibiótico específico: se aconseja usar fluoroquinolonas (cipro-
con meropenem asociado o no a cotrimoxazol o levofloxaci- floxacino o levofloxacino) o cotrimoxazol por vía oral, con esque-
no; otra alternativa es emplear cefepime o aztreonam18. El mas cortos de tres días y asociado al tratamiento adecuado de
tratamiento antibiótico debe extenderse durante 21 días. equilibrio del medio interno, como cualquier proceso infla-
matorio intestinal.
Infecciones intraabdominales
En este grupo de infecciones es muy importante la implica-
ción de E. coli, dado que forma parte de la flora saprofita del Infecciones producidas por Klebsiella
tracto digestivo. Puede producir diversos cuadros clínicos:
infecciones de la vía biliar, como colangitis y colecistitis, Se trata de una enterobacteria que produce principalmente
complicaciones de la pancreatitis aguda, sobreinfección de infecciones respiratorias y del tracto urinario en sujetos por
pseudoquistes, así como la formación de abscesos hepáticos. otra parte sanos. Actualmente, la mayoría de los casos son de
El tratamiento está dirigido a resolver el problema de base: adquisición nosocomial. Además de las infecciones comenta-
reparación de vísceras perforadas, desobstrucción de la vía das, puede producir todos los cuadros clínicos previamente
biliar y drenaje de abscesos, cuando esté indicado. El trata- comentados para E. coli, aunque con prevalencia inferior a la
miento antibiótico debe cubrir no sólo E. coli, sino también de esta bacteria. Clásicamente se la ha descrito como la pro-
gérmenes anaerobios intestinales, ya que estos procesos son ductora de una neumonía lobar necrotizante en alcohólicos,
polimicrobianos. La vía de elección es la parenteral y se re- diabéticos y pacientes con EPOC; también se ha descrito un
comiendan pautas de 14 a 21 días, siendo de primera elección síndrome invasivo, con abscesos hepáticos, meningitis y/o
las penicilinas combinadas con inhibidores de betalactamasas endoftalmitis20.

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TRATAMIENTO DE LAS INFECCIONES POR ENTEROBACTERIAS

TABLA 5 Al igual que el género Entero-


Recomendaciones para el tratamiento de Klebsiella spp. no productora de BLEE bacter, Serratia tiene resistencia na-
tural a ampicilina y a cefalosporinas
Alternativas en alergia a la
Presentación clínica Primera línea de primera y segunda generación y
penicilina-cefalosporinas
Bacteremia Cefotaxime Fluoroquinolonas es portadora de una betalactamasa
Neumonía Cefotaxime Fluoroquinolonas cromosómica inducible AmpC.
Infección urinaria Fuoroquinolonas Fluoroquinolonas Son antibióticos de primera línea
Meningitis Ceftriaxona Trimetropin-sulfametoxazol los carbapenemes y los aminoglu-
Endocarditis Ceftriaxona + gentamicina Fluoroquinolonas + gentamicina cósidos y como alternativas están
Abscesos hepáticos Ceftriaxona Fluoroquinolonas cefepima, fluoroquinolonas, tigeci-
BLEE: betalactamasas de espectro extendido. clina, cotrimoxazol o fosfomicina.

Todas las cepas de Klebsiella son resistentes a la ampicili-


Infecciones producidas
na, por la producción de una betalactamasa cromosómica de por Proteus, Morganella, Providencia, Hafnia
tipo penicilinasa, de modo que para su tratamiento se deben y Citrobacter
emplear combinaciones de penicilina con inhibidor, cefalos-
porinas, carbapenemes, fluoroquinolonas, aminoglucósidos o Los principales patógenos de estos grupos son Citrobacter
cotrimoxazol. En la tabla 5 se recogen las recomendaciones freundii, Proteus mirabilis, Proteus vulgaris, Hafnia alvei y Mor-
para el tratamiento de Klebsiella no productora de BLEE. Si ganella morganii. Todos ellos se caracterizan por ser causa de
son cepas productoras de BLEE, se usará un carbapenem o infecciones nosocomiales. Producen cuadros graves, no por
tigeciclina como para cualquier enterobacteria. En cepas la virulencia intrínseca de las bacterias, sino por el estado
productoras de metalobetalactamasas resistentes a carbape- debilitado del huésped.
nemes emplear tigeciclina o aztreonam. A excepción de Proteus mirabilis, que de forma natural es
sensible a todos los antibióticos betalactámicos, son portadoras
de betalactamasas cromosómicas inducibles, tienen permeabi-
Infecciones producidas por Enterobacter lidad disminuida a carbapenemes, son resistentes a colistina,
tigeciclina y nitrofurantoína y frecuentemente son portadoras
Se trata de bacterias que producen casi en exclusiva infeccio- de plásmidos que les confieren resistencia a múltiples antibió-
nes de adquisición nosocomial, como infecciones urinarias, ticos. Por ello, es fundamental individualizar los tratamientos
neumonía, meningitis, infección de partes blandas o relacio- según los resultados del antibiograma en cada caso.
nadas con dispositivos protésicos o endovasculares. Desde el
punto de vista clínico, no existen rasgos que las diferencien
de las infecciones hospitalarias por otras bacterias. La especie Abordaje preventivo de las
E. cloacae es la causante de la mayor parte de estas infec-
ciones.
enterobacterias multirresistentes
Casi todas las cepas son resistentes cromosómicamente a
la ampicilina y a las cefalosporinas de primera y segunda ge-
El problema emergente de las enterobacterias
neración, y para la elección del tratamiento hay que tener en multirresistentes
cuenta que presentan una betalactamasa cromosómica AmpC
inducible, que las pueden hacer resistentes a todas las penici- Las BLEE se han presentado en las dos últimas décadas como
linas y a las cefalosporinas de tercera generación durante el un problema creciente que dificulta el tratamiento de las infec-
tratamiento, aunque inicialmente sean sensibles. Son anti- ciones producidas por enterobacterias21. Durante varios años
bióticos de primera línea los carbapenemes y las fluoroqui- las enzimas prevalentes fueron las derivadas de las penicilina-
nolonas; como alternativas se pueden usar cefepima, tigeci- sas clásicas TEM-1, TEM-2 y SHV-1, y su aparición se asoció
clina, cotrimoxazol o colistina. La vía de administración debe a la introducción y uso masivo de las cefalosporinas de amplio
ser la parenteral. espectro y del aztreonam. La mayoría se presentaban en brotes
epidémicos de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), sien-
do Klebsiella pneumoniae la especie portadora más frecuente.
Infecciones producidas por Serratia Esta distribución se ha ido modificando y cada vez es más fre-
cuente la detección de enzimas del grupo CTX-M que se han
En general, estas bacterias producen infecciones de adquisi- difundido predominantemente en Escherichia coli y en cepas
ción nosocomial, al igual que las enterobacterias citadas pre- adquiridas en la comunidad22, extendiéndose por todo el mun-
viamente, principalmente procesos infecciosos de heridas do. Además, en los últimos años, asistimos a un incremento en
quirúrgicas, diferentes dispositivos protésicos y endovascula- los aislamientos de enterobacterias que expresan betalactama-
res. A nivel extrahospitalario se la ha asociado con infeccio- sa cromosómica de clase C y comienza a ser emergente la pre-
nes específicas en usuarios de drogas por vía parenteral sencia de cefamicinasas y carbapenemesas plasmídicas. Como
(UDVP), produciendo endocarditis y osteomielitis como ya se ha explicado antes, todas estas betalactamasas plasmídicas
cuadros más frecuentes. tienen una enorme capacidad de extensión a otras enterobac-

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ENFERMEDADES INFECCIOSAS (III)

terias de la misma y de distinta especie, y frecuentemente lle- Doripenem


van asociados genes de resistencia a otros antibióticos como Es un carbapenem más activo que los demás frente a Pseudo-
fluorquinolonas, cotrimoxazol o aminoglucósidos, confirién- monas aeruginosa, aunque su actividad frente a enterobacte-
doles el carácter de bacterias multirresistentes. rias es similar27.
Las cepas más prevalentes productoras de BLEE mues-
tran un perfil epidemiológico bien diferenciado: E. coli con Ertapenem
BLEE positivo proceden principalmente de muestras ex- Resulta muy útil para reservar imipenem y meropenem, por-
trahospitalarias (50%) y de plantas de hospitalización con- que conserva su elevada actividad contra enterobacterias,
vencional, mientras que la gran mayoría de K. pneumoniae incluyendo las BLEE positivas, pero carece de actividad con-
con BLEE positivo son intrahospitalarias y provienen de tra bacilos gramnegativos no fermentadores, enterococos y
UCI o neonatología23. En un estudio español de 2003, se estafilococos meticilin-resistentes.
observó que el 25% de todas las enterobacterias BLEE posi-
tivas fueron adquiridas en la comunidad; la actividad de dife- Tigeciclina
rentes antibióticos frente a estas cepas productoras de BLEE Es un derivado semisintético de la minociclina, primer re-
fue: imipenem 98,4%, amicacina 95,1%, cefoxitina 62,1%, presentante de una nueva familia de antibióticos denomina-
piperacilina-tazobactam 65,6% y levofloxacino 65,6%4. En da glicilciclinas. Se considera un antibiótico de amplio es-
2004 la incidencia global de resistencia de E. coli para cipro- pectro, con actividad bacteriostática, activo frente a muchas
floxacino había alcanzado un 25% en España y un 11% del especies de bacterias aerobias y anaerobias, incluyendo en-
total de E. coli se identificaron como productoras de BLEE24. terobacterias multirresistentes y microorganismos intrace-
Estas cifras han seguido aumentando y en el registro euro- lulares28.
peo EARSS 2007 las resistencias de E. coli alcanzaron un
62% a aminopenicilinas, 10% a aminoglucósidos, 30% a
fluorquinolonas y 7% a cefalosporinas de tercera generación; Medidas para prevenir la extensión
en cuanto a K. pneumoniae, las resistencias fueron: 9% a ami- de resistencias
noglucósidos, 17% a fluorquinolonas y 10% a cefalosporinas
de tercera generación25. En las UCI las tasas de resistencia La mejor política para afrontar el problema de las enterobac-
son todavía más elevadas26. terias multirresitentes es la prevención29. En los hospitales e
instituciones con endemia de cepas bacterianas productoras
de BLEE, las principales medidas para reducir su presencia
Antibióticos disponibles para su tratamiento son las medidas para evitar su transmisión de unas personas
a otras y el uso racional de antibióticos. Además, últimamen-
Los microorganismos han demostrado una enorme capaci- te han aparecido publicaciones que demuestran la eficacia de
dad de desarrollar resistencias a la práctica totalidad de los las medidas de descontaminación selectiva de orofaringe y
antibióticos, cuando la presión de éstos es suficientemente tracto digestivo en pacientes críticos30.
intensa. Por otra parte, el desarrollo de un nuevo antibiótico El control de la trasmisión debe comenzar por un siste-
que llegue a triunfar en el mercado es tan costoso para la ma de vigilancia que incluya el registro y cuantificación de
industria farmacéutica que prácticamente no resulta renta- las infecciones nosocomiales, cultivos periódicos de superfi-
ble. Por ello se ha comenzado a hablar de la “era postantibió- cies y pacientes en áreas de riesgo, una comunicación fluida
tica”, caracterizada por un número cada vez más limitado de con el servicio de microbiología y la identificación de los
antibióticos eficaces, por lo que es imperativo optimizar su pacientes colonizados, preferiblemente por medios informa-
uso21. tizados31. Las medidas de aislamiento comienzan por la ob-
Necesitamos rescatar viejos antibióticos que han ido servación escrupulosa de las medidas universales, en especial
cayendo en desuso para preservar los nuevos. Así, son bue- el lavado de manos, y debe incluir protocolos de medidas de
nas opciones para tratar una infección urinaria no compli- aislamiento de contacto, de transmisión por gotitas y respi-
cada la nitrofurantoína, el norfloxacino o la fosfomicina- ratorio. Además, deben limpiarse con esmero las superficies
trometamol. Por otra parte, hay antibióticos clásicos que y demás fómites, hay que cuidar la esterilidad de las manio-
pueden ser útiles en el tratamiento de infecciones graves bras invasivas y deben nombrarse responsables para supervi-
por enterobacterias multirresistentes como colistina, fosfo- sar el cumplimiento de todas estas medidas.
micina intravenosa e incluso cotrimoxazol en determinados
casos. Política de antibióticos
Entre los nuevos antibióticos comercializados menciona- El adecuado manejo de antibióticos exige un abordaje multi-
remos los más importantes. disciplinar que se ha englobado bajo el término de política de
antibióticos32,33. A continuación se recogen algunos de los
Ceftobiprol puntos clave a tener en cuenta:
Se trata de una cefalosporina de quinta generación con mayor 1. Antes de indicar un tratamiento antibiótico debe ana-
actividad frente a cocos grampositivos, tiene actividad contra lizarse cuidadosamente el valor de un cultivo positivo y la
enterobacterias similar a las cefalosporinas de tercera genera- probabilidad de infección. Si el foco es un catéter u otro ma-
ción y no es activa contra cepas productoras de BLEE. terial extraño, muchas veces bastará con su retirada o susti-
tución. Siempre se debe considerar la necesidad de drenaje,

3438 Medicine. 2010;10(51):3432-9


TRATAMIENTO DE LAS INFECCIONES POR ENTEROBACTERIAS

de las infecciones producidas por microorganismos específicos. Bar-


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2. Es imperativo optimizar las dosis y pautas de adminis-
tración de los antibióticos en función de su farmacocinética

9. Vallés J, Rello J, Ochagavía A, Garnacho J, Alcalá MA. Bloodsteram infec-
tion in critically ill adult patients. Impact of shock and inappropriate an-
tibiotic therapy on survival. Chest. 2003;123:1615-24.
y farmacodinámica (por ejemplo, administrar los aminoglu- ✔
10. Ramphal R. Gram-negative bacillary bacteremia in adults. Disponible en:
www.uptodate.com.
cósidos en dosis única diaria o considerar la administración
de los betalactámicos en perfusión continua). Es preferible ✔
11. Safdar N, Handelsman J, Maki DG. Does combination antimicrobial the-
rapy reduce mortality in Gram-negative bacteriemia? A meta-analysis.
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emplear pautas de antibioterapia cortas y con dosis altas (por
ejemplo, 7 días de tratamiento para la neumonía nosocomial

12. Cisneros-Herreros JM, Cobo-Reinoso J, Pujol-Rojo M, Rodríguez-Baño
J, Salavert-Lletí M. Guía para el diagnóstico y tratamiento del paciente
con bacteriemia. Guías de la Sociedad Española de Enfermedades Infec-
y 5 para la adquirida en la comunidad), pues tiene la misma ciosas y Microbiología Clínica. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2007;25:
eficacia y reducen el coste, los efectos secundarios y la apari- 111-30.
ción de resistencias. ✔
13. Asensio A, Cantón R, Vaqué J, Rosselló J, Arribas JL y Grupo de Trabajo
EPINE. Etiología de las infecciones hospitalarias en España (EPINE,
3. Para orientar el tratamiento empírico inicial, deberá 1990-1999). Med Clin (Barc). 2002;118:725-30.
conocerse y tenerse en cuenta la epidemiología local. A partir ✔
14. Gudiol-Munté F, Carratalá-Fernández J, Navas-Elorza E, San-Juan R,
Soriano F, Rodríguez-Cerrato V. Guía de recomendaciones en la terapia
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tear un tratamiento inicial que cubra esas resistencias. Debe 2006/
darse prioridad a los antibióticos de espectro reducido sobre ✔
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los de amplio espectro y a los bactericidas sobre los bacterios- crobiología Clínica (SEIMC). Disponible en: www.seimc.org/protocolos
táticos, procurando diversificar la prescripción para evitar la ✔
16. Marik PE. Aspiration pneumonitis and aspiration pneumonia. New Eng
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presión excesiva de un antibiótico. Además, se debe limitar ✔
17. Ibrahim EH, Ward S, Sherman G, Schaiff R, Fraser VJ, Koller MH. Ex-
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concretamente el uso de fluorquinolonas y de cefalosporinas ted pneumonia. Crit Care Med. 2001;29:1109-15.
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pírico inicial (primeras 24 horas) es decisiva para la supervi- en: www.seimc.org/protocolos.
vencia del paciente, debiendo instaurar un tratamiento am- ✔
20. Yu WL, Chuang YC. Overview of Klebsiella pneumoniae infection. Dispo-
nible en: www.uptodate.com
plio que cubra adecuadamente todos los gérmenes probables. ✔
21. Arias CA, Murray BE. Antibiotic-resistant bugs in 21st century: a clinical
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Una vez disponibles los resultados de los cultivos, es obliga-
do realizar un desescalonamiento terapéutico, prefiriendo la ✔
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5. La terapia secuencial permite prolongar la antibiotera- ✔
23. Hernández JR, Pascual A, Cantón R, Martínez-Martínez L y Grupo de
Estudio de Infección Hospitalaria (GEIH). Escherichia coli y Klebsiella
pia el tiempo apropiado sin prolongar innecesariamente el pneumoniae productores de betalactamasas de espectro extendido en hos-
ingreso o la vía parenteral. Existen pautas bien establecidas pitales españoles (Proyecto GEIH-BLEE 2000). Enferm Infecc Micro-
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