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“Año de la lucha contra la corrupción e impunidad”

UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

“LA EXISTENCIA DE DOLO EN LA IGNORANCIA DELIBERADA QUE


USAN ALGUNOS CONTRIBUYENTES PARA JUSTIFICARSE Y EVADIR
OBLIGACIONES EN MATERIA TRIBUTARIA.”

Tesis para obtener el título profesional de abogado

Línea de investigación

Investigación jurídica

Piura – Perú

2019
DEDICATORIA
A mis padres peor haberme educado como la persona que soy en la
actualidad; muchos de mis logros se los debo a ustedes entre los que
se incluye este. Me formaron con reglas y con algunas libertades, pero
al final de cuentas , me motivaron constantemente para alcanzar mis
anhelos.
AGRADECIMIENTO
En primer lugar, agradezco a Dios por haberme dado la vida y
permitirme llegar hasta este momento tan valioso de mi formación
profesional.

A la Mgter. Rincón Martínez Ángela María, mi asesora de tesis , quien


con sus profesionalismo y experiencia ha logrado encaminarme hacia
la investigación y concluir con éxito mi tesis.
INTRODUCCION

El análisis que se hace a la Ignorancia delibera como doctrina, considerada


como una de las edificaciones legales que ha tomado fuerza en Europa y en
todo el mundo.

La ignorancia deliberada se le denomina a la situación, o supuesto en el que


el contribuyente desconoce algunas cosas, intencionalmente, a fin de sacar
provecho legal justificando su ignorancia, apoyándose de vacíos legales que
puedan surgir.

Lo que trata de determinar si es que existe aquel elemento anímico que hace
que exista alevosía al momento de generar alguna conducta dolosa al aludir
las obligaciones tributarias.
INDICE
DEDICATORIA ...................................................................................................................................... 2
AGRADECIMIENTO.............................................................................................................................. 3
INTRODUCCION .................................................................................................................................. 4
CAPITULO I .......................................................................................................................................... 6
1.1. PROBLEMÁTICA .................................................................................................................. 6
1.1.1. REALIDAD PROBLEMÁTICA ......................................................................................... 6
1.1.2. FORMULACION DEL PROBLEMA................................................................................. 8
1.1.3. OBJETIVO GENERALES ................................................................................................ 8
1.1.4. OBJETIVO ESPECIFICOS ............................................................................................... 8
1.1.5. JUSTIFICACION ............................................................................................................ 8
CAPITULO I
1.1. PROBLEMÁTICA
1.1.1. REALIDAD PROBLEMÁTICA
Cada persona que sea de tipo natural o jurídica, es decir sea nacional de
un país, están supeditados a un conjunto de obligaciones y deberes para con
dicho gobierno, con el propósito de que, por medio de una apropiada
administración y cantidad de recursos, este pueda realizar actividades tendientes
a garantizar las necesidades colectivas. Estos recursos, en cierto modo, no se
pueden obtener sin que exista de por medio la “imposición” en virtud del principio
Ius Imperium. El camino que el Estado utiliza para exigir a las personas el deber
de proporcionarle de recursos económicos se denomina Obligación tributaria.

Esta relación tributaria es aquella que se da por el pacto forzoso del Estado
al generar una contraprestación en favor del contribuyente. En esta relación, el
Estado, como agente activo de la obligación tributaria, ejerce su autoridad
tributaria; sea directa o por medio de alguna otra institución pública con autoridad
tributaria procedente. En relación al final del párrafo anterior, es que este poder
es concedido a la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria
(SUNAT), esta tiene la obligación de cobrar todos los impuestos, de su
competencia entre estos como el Impuesto General a las Ventas, Impuesto
General a la Renta. Entonces sea de manera directa o indirecta el Estado dispone
de un grupo de derechos que lo autorizan a requerir de parte de los
contribuyentes el cumplimiento del pago de los tributos. Teniendo mecanismos
de coacción para su cumplimiento. Es por esto que se afirma que la relación
tributaria se genera del Ius Imperium que el Estado tiene para instituir tributos.

Es así que el Estado debe demandar para que se cumplan con los tributos,
a todos los contribuyentes por igual, poniendo énfasis en el tiempo, lugar y modo,
en que cada contribuyente debe hacer efectiva su prestación dineraria.

La relación jurídica tributaria es unitaria y está conformada por el monto o


suma que el contribuyente adeuda en este caso al acreedor tributario, de manera
que el pago será exigido por la Administración Tributaria. Dicha deuda es
recogida por la misma autoridad administradora asignada para realizar dicha
cobranza; esta se da porque como ya se mencionó con anterioridad se genera
una potestad tributaria delegada.

Nuestro país es una nación que financia las inversiones y gastos públicos
en su mayoría con los ingresos derivados de la recaudación tributaria, en
consecuencia, no ha podido progresar en parte puesto que los contribuyentes
son reacios con el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, incidiendo en la
evasión al pago de los tributos. A raíz de esto es que se acarrea un gran problema
que causa la disminución de sus ingresos fiscales, los cuales ayudan a financiar
las tareas que el Estado realiza en el cumplimiento de sus fines.

Como es de conocimiento, la recaudación fiscal posibilita al Gobierno


atender las carencias que la población tiene, estas son en el ámbito educativo,
social, salud, seguridad en muchos otros, es por ello que al evadir o eludir los
contribuyentes sus obligaciones tributarias se genera una disminución en la
recaudación de ingresos, perjudicando al presupuesto que se pretende ejecutar
para la realización de los servicios públicos.

De igual forma, entre los problemas que la recaudación fiscal presenta en


nuestro país, es el bajo nivel de presión, la falta de cultura tributaria, la excesiva
cantidad de beneficios, los procesos engorrosos, la informalidad y una ignorancia
que se pretende justificar. Empero a esto, es que existen protocolos para una
recaudación eficiente, ya que distintas teorías, y estudios explican que, al existir
una recaudación más efectiva, ayudaría al incremento del capital que se obtiene
a raíz de dichas recaudaciones.

Es por estas razones ya mencionadas y a la luz de la presente


investigación es que se busca realizar comparaciones con distintos países sobre
la ignorancia en la cual muchos contribuyentes se escudan para evadir impuestos
y afectar al capital que se genera por la recaudación fiscal.
1.1.2. FORMULACION DEL PROBLEMA

¿EN LA IGNORANCIA DELIBERADA EXITE DOLO O IMPRUDENCIA CUANDO


HAY DE POR MEDIO UNA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL?

1.1.3. OBJETIVO GENERALES

 Consolidar la doctrina de la ignorancia deliberada más a fondo en


casos de materia tributaria.
1.1.4. OBJETIVO ESPECIFICOS

 Determinar los vacíos legales en los que incurren las sociedades comerciales
para justificar su ignorancia deliberada ante el pago de tributos

1.1.5. JUSTIFICACION

Ragués señala que las personas pueden ser consideradas en una doble faceta:
primero como potencial infractor y, segundo, como persona que reclama protección.
Así, el mensaje de la pena también es doble. Por un lado, se dirige a quienes
reclaman protección, ya que la pena contribuye a la pacificación social restaurando
la vigencia de los valores que son puestos en duda por el agente al cometer el delito.
Por otro lado, trasmite el mensaje a quien infringe la norma de que utilizar medios
ilícitos para conseguir sus objetivos está condenado al fracaso (Ragués, 2007, pp.
179-180).

Aludiendo a este párrafo es que considero que la ignorancia deliberada puede


tratarme más de una imprudencia que el contribuyente indirectamente realiza sin
darse cuenta de la falta.
CAPITULO II

2. MARCO TEORICO
2.1. Antecedentes
2.1.1. Locales:

Realizada la búsqueda o revisión de la tesis sustentada en la Facultad de Derecho


y Ciencias Políticas-UNP, no se ha podido encontrar trabajos similares, de la misma
manera se realizó la búsqueda en la biblioteca especializada en la escuela de
posgrado, sección de maestría, no pudiendo encontrar ningún trabajo igual o que
sea similar al mío.

Adicionalmente, he tratado de ubicar un trabajo similar o igual en las bibliotecas de


las facultades de derecho de las universidades:

ULADECH

SAN PEDRO

ALAS PERUANAS

CESAR VALLEJO, no encontrando mi propósito, por lo que a nivel local es el primer


trabajo desarrollado respecto a estos temas.

2.1.2. Nacionales:
1. La ignorancia deliberada como agravante de la responsabilidad penal
de los funcionarios públicos en delitos contra el medio ambiente en la
legislación penal

Maguiña Robles, N. A. (2017). La ignorancia deliberada como agravante de la


responsabilidad penal de los funcionarios públicos en delitos contra el medio
ambiente en la legislación penal Peruana.

2. Apuntes sobre la doctrina de la ignorancia deliberada ¿Es posible su


incorporación al Derecho Penal Peruano?
Cabrera, R. A. A. (2018). Apuntes sobre la doctrina de la ignorancia deliberada
¿Es posible su incorporación al Derecho Penal Peruano?

2.1.3. INTERNCIONALES

La responsabilidad del superior en el Derecho Penal Internacional

Ambos, K. (1999). La responsabilidad del superior en el Derecho Penal


Internacional. Anuario de derecho penal y ciencias penales, 52(1), 527-594.

La ignorancia deliberada: imputación dolosa del tipo en casos de ignorancia


deliberada del agente

Rojas Araque, Z. N. (2017). La ignorancia deliberada: imputación dolosa del


tipo en casos de ignorancia deliberada del agente.
2.2. Bases teóricas
2.2.1. IGNORANCIA DELIBERADA

Hay una gran diversidad de conceptos acerca de la ignorancia deliberada


que han sido manifestadas por distintos autores y cada una de estas definiciones
aglomera varias circunstancias sobre los casos paradigmáticos como claves o
decisivos para la argumentación del concepto. Por ejemplo, para Jakobs, la
ignorancia deliberada está supeditada a un sin número de situaciones, que, es
aquel desentendimiento que el propio autor no le brinda importancia, como una
carencia de su dirección en el mundo, porque el ámbito material del objeto
desconocido carece de interés para él.

La teoría o doctrina de la ignorancia deliberada o principio de indiferencia


es una interpretación jurisprudencial, que se relaciona con la willfull blindnes
(ceguera voluntaria) anglomera con propuestas de Günther Jakobs, consistente
en que “quien se pone en situación de ignorancia deliberada, sin querer saber
aquello que puede y debe saberse, y sin embargo se beneficia de la situación,
está asumiendo y aceptando todas las consecuencias del ilícito negocio en el que
voluntariamente participa”.

A su vez, la propuesta de Ragués se distorsiona en parte de la nombrada


“ceguera ante los hechos” ya que en esta última denominación el administrado
solo desconoce por ignorante o tonto, etc., pero no porque lo haga de manera
intencional y asi quiera quedar impune. Para este autor, los problemas de
ignorancia deliberada ameritan ser resueltos con la misma respuesta que los
casos cometidos con dolo eventual; se dan cuando el agente pasivo: comete una
conducta objetivamente típica sin darse cuenta que concurren en ella los
concretos elementos de un tipo legal, pero teniendo sospecha que está actuando
de manera lesiva para algún interés ajeno y que pudiendo desistir de realizar tal
conducta, decide hacerla manteniéndose deliberada o conscientemente en una
ignorancia prolongada en el tiempo con el fin de obtener algún beneficio, sin tener
en cuenta los riesgos propios ni responsabilidades que generara dicha
“DISTRACCION”. Así, podría interpretarse que está justificado rechazar la
ignorancia deliberada de la misma manera en la que se catalogan los casos de
indiferencia grave a quienes se encuentren en las siguientes circunstancias: (a)
hubiesen tenido sospecha previa acerca de la naturaleza ilícita de la
conducta, (b) hubiesen persistido a lo largo del tiempo en su decisión de
desconocer los hechos, (c) hubiesen pretendido evitar a partir de su
desconocimiento la atribución de responsabilidad y (d) hubiesen
pretendido obtener beneficios sin asunción de riesgos propios.

Consecuentemente, el profesor Ragués propone un término jurídico- penal


de ignorancia deliberada cuya nomenclatura contiene los elementos que siguen:
Ausencia de representación suficiente, capacidad de obtener la
información ignorada, deber de obtener la información ignorada y decisión
de no conocer. Estos cuatro requisitos nos ayudan a definir cualquier problema
de ignorancia deliberada: así, se encuentra en tal situación todo aquel que
pudiendo y debiendo tener conocimiento de determinadas circunstancias
penalmente de mucha importancia sobre su conducta, toma deliberada o
conscientemente la opcion de mantenerse en la ignorancia con respecto a ellas.
Cabe advertir que la jurisprudencia española, (STS núm. 234/2012 de 16 de
marzo) invoca otro requisito: “un componente motivacional, inspirado en el
propósito de beneficiarse del estado de ignorancia alentado por el propio
interesado, eludiendo así la asunción de los riesgos inherentes a una
eventual exigencia de responsabilidad criminal”.

2.2.2. LA TEORÍA DEL DELITO Y LA IGNORANCIA DELIBERADA


2.2.2.1. La ignorancia deliberada en la tipicidad subjetiva

Después de haber realizado ya una definición de ignorancia delibera y


antes de empezar con el planteamiento específico sobre ignorancia y
responsabilidad, es de suma importancia especificar tanto qué distingue al dolo
de la imprudencia (culpa) como también que razones se justifican en el derecho
penal contemporáneo el mayor grado del reproche del primero con respecto a la
segunda. Este paso previo en el análisis tiene una indudable importancia ya que
ayuda a entender las razones que tenemos para reprochar penalmente las
conductas imprudentes (y no solo para obligar a reparar en el ámbito civil los
daños causados). Además, si las razones para reprochar por imprudencia fuesen
similares a las que tenemos para reprochar por ignorancia deliberada, se seguiría
que no está justificado atribuir a esa forma de ignorancia el reproche más grave.

La ignorancia deliberada o indiferencia sirve para:

 distinguir entre dolo e imprudencia


 caracterizar a la ignorancia deliberada

En general, como señala María Manrique que: “la llave para entender este
último fenómeno se da, tanto en advertir que no estamos frente a un único
problema como también en enfatizar la importancia de las motivaciones de los
administrados para colocarse deliberadamente en situación de ignorancia.

2.2.2.2. Los componentes mínimos de la ignorancia deliberada: La no


exclusión de responsabilidad penal, la hostilidad y la indiferencia

1) La no exclusión de responsabilidad penal

La explicación del dolo a partir de los componentes epistémicos y volitivos


de la acción (conocimiento y voluntad) parece sobresalir en donde los casos de
ignorancia deliberada puedan ser reprochados a título de dolo. Si la ignorancia
(deliberada o no) no sabe de conocimientos, entonces en los casos de ignorancia
deliberada no se presenta el elemento subjetivo paradigmático de las conductas
dolosas. Esto arrastraría un ámbito de impunidad, en tal sentido estaremos ante
una problematica con evidente solución injusta, a consecuencia de una vivaz
coartada de quien con su indiferencia logra eludir intencionalmente una pena a
título de dolo o culpa. El objetivo es algo similar al actio libera in causa.

2) Hostilidad

Por otra parte, se tiene que tener cuenta la idea de hostilidad como
característica primordial del dolo, pero que, sin embargo, es pobre la nocion para
explicar por qué es plausible reprobar de manera grave (dolo) a ciertas
situaciones en las que, por ejemplo, el agente sin mas acepta las consecuencias
previstas de su actuar, sin intentarlas directamente (i.e., dolo eventual). Para ello,
la teoria penal complementa la idea de hostilidad con la de indiferencia ante los
valores consagrados por la norma jurídica.

3) Indiferencia

La indiferencia acepta varios grados para así poder diferenciar el desafío


de conocer qué valores protegidos por las normas jurídicas deben estar
representados tanto en las situaciones de indiferencia leve y los de indiferencia
grave.

Por ello, Ragués le da una relación importante entre la indiferencia grave


con el dolo y la indiferencia leve con la imprudencia.

Indiferencia Leve.- Por el contrario, habría indiferencia leve cuando el


sujeto no tuvo una representación correcta de la posibilidad –o ni siquiera se le
ocurrió la posibilidad– de producir esa lesión.

Indiferencia Grave.- En general, los casos de indiferencia grave son


identificados a partir de determinados datos empíricos como el conocimiento u
otros estados mentales del agente. Por ejemplo, habría indiferencia grave cuando
el sujeto actúa a pesar de que tuvo una adecuada representación de que su
conducta podía lesionar determinado bien jurídico.

2.2.2.3. Dolo

Habitualmente, se ha conceptualizado al dolo como el conocimiento y la


voluntad de la realización del tipo. A partir de allí podrán categorizarse dos
elementos, el elemento cognitivo (el autor debe haber conocido las
circunstancias del tipo objetivo) y el volitivo (el autor debe haber querido la
realización del tipo).

Es así que el componente Dolo da cabida a la configuración de tres


maneras diferentes de dolo: dolo directo (el autor quiere el resultado como meta
de su acción y tiene seguridad de que el resultado que se representa se producirá
como consecuencia de su acto); dolo indirecto o de consecuencias necesarias
(el autor sabe que alcanzar la meta de su acción importa necesariamente la
producción de otro resultado) y dolo eventual.

2.2.2.4. Teorías sobre la estructura del dolo.

De la voluntad: el dolo es un querer, es la intención más o menos perfecta


de violar la ley. Por tanto hay dolo cuando la voluntad del autor se dirige hacia la
concreción del resultado típico o a la concretización de la acción típica. El dolo
es la voluntad de resultado o la voluntad encaminada a una finalidad.

De la representación: la esencia del dolo se configura en la


representación, que exige el conocimiento de lo que se hace y la previsión de lo
que puede resultar de lo que se hace. Prevenir el resultado es igual a querer el
resultado.

Del asentimiento: el dolo se da en el consentir la resultancia de una


actividad, lo que exige, por supuesto, representársela. Es más bien una manera
de señalar el límite extremo del dolo, que va desde la intención directa o
inmediata, hasta el asentimiento subjetivo dado a un resultado que se prevé sólo
como posible.

2.2.2.5. Dolo Eventual

Respecto al concepto de dolo eventual, cabe recordar que habitualmente,


existieron dos posiciones enfrentadas, según se exija o no un elemento volitivo:

• Teoría de la Representación: Si el agente se representó la posibilidad


de concretizacion del tipo penal, habrá obrado con dolo eventual, pues tal
circunstancia ya debería hacerlo desistir de seguir actuando, siendo que la
confianza en la no producción del resultado, encierra en sí la negación de su
posibilidad. A similar conclusión arribó la teoría de la probabilidad, aunque para
definir al dolo eventual resulta más estricta, al requerir que el sujeto se represente
el resultado como de muy probable producción. Como se podrá apreciar, tales
teorías, a fin de determinar si hubo o no dolo eventual, analizarán el elemento
intelectivo del dolo -conocimiento.
A partir de aquellas, un sector de la dogmática moderna, ha realizado un
intento de normativizar u objetivizar al dolo, al sostener que no es un problema
psicológico, sino normativo. En efecto, siguiendo a estas teorías, para que se
verifique el dolo, ya no será necesario que el autor haya percibido o haya sido
consciente del riesgo, sino que basta con que haya realizado una conducta que
normativamente se estime propia de un riesgo doloso.

• Teoría de la Voluntad: Esta postura, fue originalmente sostenida por


la teoría del consentimiento, según la cual, para la configuración del dolo
eventual, no alcanza con la mera representación de la posibilidad o probabilidad
del resultado, sino que además, es preciso, su aprobación por parte del autor. De
esta manera se atienden ambos elementos del dolo, exigiéndose que el resultado
no sólo haya sido previsto como posible, sino también, en cierta forma, querido.

Sin embargo, desde que la teoría de mención reduce excesivamente el


campo de aplicación del dolo eventual, surgieron otras que disminuyen los
alcances del elemento volitivo. Ellas ya no exigen que el autor “quiera” el
resultado, sino que basta con que se “resigne” o “conforme” con su eventual
producción.

En palabras de Jakobs se obrará con dolo eventual cuando, en el


momento de la acción, el autor juzga que la realización del tipo no es improbable,
destacando que el riesgo no tolerado por el ordenamiento jurídico será relevante,
aunque el sujeto lo considere incidental.

Tradicionalmente la doctrina mayoritaria había venido entendiendo que, si


bien el dolo eventual tiene en común con la culpa consciente que el autor se
representa como posible la realización del tipo, la actuación dolosa revelaría,
frente a la imprudente, un plus de gravedad del ilícito materializado en una
voluntad más o menos intensa de realizar el hecho típico, mientras que otro
sector doctrinal, originariamente muy minoritario, comenzó a negarle relevancia
al elemento volitivo a la hora de calificar un comportamiento como doloso. No
obstante, ninguna de estas dos posiciones doctrinales fueron capaces de ofrecer
criterios unívocos y al mismo tiempo resultados plenamente satisfactorios en la
delimitación del ámbito propio del dolo eventual frente al de la imprudencia: unas,
por suponer la concurrencia de un elemento subjetivo tan difícil de probar como
es la voluntad de realizar un determinado tipo delictivo; otras, precisamente por
prescindir del elemento volitivo y centrar exclusivamente el contenido del dolo
eventual en el elemento cognitivo35.

2.2.2.6. Culpa

Cuando se habla de culpa a la altura de la tipicidad en nuestra teoría del


hecho punible, se establece una distinción entre categorías como la culpa
consciente o con representación y la culpa inconsciente, entendida esta última
en el sentido que el agente tiene los conocimientos que le permitirían
representarse la posibilidad de producción del resultado, nos los actualiza, no
piensa en ellos, y por ende, no se lo representa, o lo que es lo mismo, no tiene
conciencia de la creación del peligro que siempre es de un resultado.

2.2.2.7. Teorías de la culpa

- De la previsibilidad: sostiene que la esencia de la culpa está en no prever


aquello que es previsible para la generalidad. La ve como un vicio de la
inteligencia porque el autor actúa irreflexivamente. El autor no obra con el cuidado
que el orden jurídico y las circunstancias de cada caso requieren.

- De la voluntariedad: en la culpa y en el dolo hay un despliegue de la


voluntad hacia la violación de un deber; pero mientras en los dolosos la voluntad
está dirigida a un fin (objetividad del delito), en los culposos la voluntad está
dirigida a otro fin, como un medio o conducta que causó el delito.

- De la voluntariedad objetiva: en los delitos culposos el resultado dañoso


contrario al derecho no es punible cuando es producto medita o inmediato de un
acto voluntario del hombre, cuyo acto, a pesar de no tener como fin un hecho
antijurídico se realiza con medios que se consideran como no normales con la
idea del derecho.
2.2.2.8. Culpa consciente

En la culpa consciente o con representación, el sujeto al llevar a cabo su


acción, es consciente del peligro de la misma y del posible resultado lesivo que
puede producir, pero no acepta tal resultado, sino que confía en que a través sus
habilidades personales evitarán el mismo. Va de suyo que será reprochable su
actitud negligente, pero ese reproche será más atenuado ya que no se ha
propuesto ir en contra de bien jurídico alguno.

Obra con culpa quien representándose el riesgo que la realización de la


acción puede provocar en el mundo exterior afectando a bienes jurídicos
legalmente protegidos, lleva a cabo tal acción confiando en que el resultado no
se producirá; sin embargo, éste se origina por el concreto peligro desplegado.

Aquí no se acepta como probable el hipotético daño, debido a la pericia


que el agente cree desplegar, o bien confiando en que los medios son inidóneos
para producir aquél, aun previendo conscientemente el mismo.

En tal sentido cabe resaltar que en la imprudencia consciente, el agente


se ha representado precisamente el resultado de su accionar, el mismo es
consciente de que está obrando con falta de cuidado, fuera de la prudencia
exigida en el caso; el actor prevé, se representa la posibilidad de producción de
la parte objetiva del hecho típico, pero confía (no asiente) que el riesgo no se
materializará en un resultado dañoso; a diferencia del dolo eventual, no acepta
su eventual producción por confiar indebidamente, aunque con un mínimo
argumento –erroneo y no diligente- en que se podrá evitar, esperando entonces
la no producción del resultado.
2.2.2.9. La ignorancia y el error

Preliminarmente se debe tener en cuenta que Ignorancia y error tienen


diferentes nociones; en tal sentido Ignorancia es la falta de conocimiento.
Ausencia de toda noción y Error es la noción falsa que se tiene sobre algo.

La diferencia atiende a la distinción entre falso conocimiento y falta de


conocimiento. La ignorancia es puro no saber y el error es saber mal, es decir,
que “implica un conocimiento que se tiene por verdadero o exacto, siendo falso”.
Siendo, en realidad, difícil un caso de ignorancia pura, ya que casi siempre se
dará la hipótesis de obrar equivocadamente. Verdad es que la falta de
conocimiento implica, en última instancia, un conocimiento falso. Pero ello es así
en la medida en que se atienda al contenido general del conocimiento del sujeto
en un momento dado; si se circunscribe, en cambio, al concreto saber en relación
a los aspectos del hecho, la distinción es viable.

Los autores prefieren designar la materia genéricamente como error, por


ser lo más común, o por comprender éste todos los elementos de la ignorancia
más un estado de ánimo, lo que permite, bajo su denominación, el estudio de las
diversas formas de error e ignorancia.

Para Savigny el error es siempre una forma de la ignorancia, puesto que


el error se da como consecuencia de ignorar algo; Binding dice que “todo
conocimiento erroneo supone, precisamente, un no conocimiento, en tanto que
todo lo no conocido es un conocimiento falso”.
Bibliografía

 Alchourrón, Carlos y Bulygin, Eugenio, 1974: Introducción a la


metodología de las ciencias jurídicas y sociales. Buenos Aires,
Astrea.
 "Definiciones y normas". Análisis lógico y derecho, pp. 439-
464.
 Anscombe, G.E.M, 1963, "The Two Kinds of Error in Action".
The Journal of Philosophy, vol. 60, núm. 14, Symposium,
Human Action pp. 393-401.
 Aristóteles, Ética a Nicómaco, Libro III, Capítulo II.
 Bustos Ramírez, Juan, 1984: "Política Criminal y Dolo
Eventual". Revista Jurídica de Catalunya, pp. 29-48
 Davidson, Donald, 1976: "Acciones, Razones y Causas", en
White, A. (ed.), La Filosofía de la acción. México, FCE, pp. 116-
138
 Díaz Pita, María del Mar, 1994: El dolo eventual. Valencia, Tirant
Monografías

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