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Según Alcolea & Mohamed, 2011, el estado de embarazo en una mujer es una etapa que

marca su vida y de cierta forma la realiza plenamente y al mismo tiempo representa una
experiencia vital para ella. Alcolea y Mohamed hacen esta afirmación teniendo en cuenta
que el embarazo normalmente se da en una etapa en la cual la mujer está preparada física y
psicológicamente. A partir de esto se puede inferir que el embarazo es algo positivo si se da
en la edad adecuada y si se toma con toda la seriedad y madurez que merece, pues es algo
muy representativo. El problema se presenta cuando el embarazo se da en la edad
inadecuada y no se tiene la madurez para asumir esta responsabilidad. Esto se puede
observar en los hallazgos obtenidos en la investigación que estuvo orientada a adolescentes
entre los 16 y 17 años de edad, en la cual los participantes expresaron: “Son errores […]
pues que es de mucha responsabilidad” (Fémina, 16 años); “Es una inmadurez de los
adolescentes” (Masculino, 17 años).

Otra de las categorías de análisis abordadas en esta investigación fue detallar los factores
causales por los cuales se presentan embarazos en adolescentes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció como adolescencia media las


edades entre 15 y 19 años, etapa en la que predomina la interacción sociológica. Los
adolescentes en este rango de edad están inmersos en una sociedad llena de rivalidades y es
inherente al ser humano ser competente frente a sus iguales. Estas competencias pueden
traer consecuencias positivas o negativas, está la podemos catalogar como una de las tantas
causas negativas por las cuales se embarazan los adolescentes; la anterior afirmación la
podemos reforzar con la siguiente opinión expresada por uno de los participantes de la
investigación: “Competir con sus mismos amigos y tratar de ser más que el otro por estar
con más mujeres” (Masculino, 17 años). La presión que generan los seres que rodean a
estos adolescentes también tiene un papel fundamental en la toma de decisiones, ya que el
estar a la moda o pertenecer a determinado grupo social hace que los adolescentes hagan
cosas que realmente pueden no beneficiar su conducta y futuro, únicamente por encajar en
ella, lo que se puede evidenciado en la expresión generada a continuación: “La presión del
grupo” (Fémina, 16 años)
Según Muñoz (2004), el hecho de que los jóvenes no encuentren la suficiente información
sobre sexualidad ni exista ese ambiente de confianza en sus hogares, hace que ellos aludan
a otros medios de información que a veces no son los más apropiados. En el grupo focal
masculino se demuestra que lo afirmado por Muñoz es válido:

“Ehh... pues la verdad de mis amigos, que en si son con los que hablo
más así abierto de estos temas y pues son los que me… ¡en especial
mujeres, ¿no?! Son los que más… esto… me hablan sobre esos temas, de
métodos anticonceptivos” (Masculino, 17 años)

Trillo, Loreto & Figueroa (2013), establecen que los padres restrictivos o autoritarios en
extremo, por el hecho de evadir temas como la sexualidad en la familia y en vez fomentar
el temor, generan grandes dificultades que conllevan a los hijos a ocultar información sobre
sus relaciones con el género opuesto resultando en un factor de riesgo para el inicio de la
actividad sexual a temprana edad. Esto es consistente debido a que en el grupo focal se
halló que la relación con sus padres frente al tema de la sexualidad es escasa y se evidencia
con las respuestas que nos dio una de las participantes: “Mi mamá piensa que todavía soy
virgen […] ella ve como algo terrible y que soy niña chiquitica y que este practicando
eso…” (Fémina, 16 años); “Me da muchísima pena hablar con ella porque ella es como
una chapada a la antigua […] y entonces todo lo ve malo, todo es pecado, entonces pues
la verdad no me afecta que ella no me hable” (Fémina, 16 años).

Tinajero, Camacho y León (2008), afirman que a pesar de que la falta de información sobre
métodos anticonceptivos sea un factor influyente en embarazos de adolescentes, el uso de
estos metodos y el conocimiento de ellos no hace que los jovenes cambien su conducta
sexual. Esta afirmacion se manifiesta en el grupo focal femenino, pues esta fue una de las
respuestas:

“No es suficiente porque siempre nos hablan como: “el mayor método
anticonceptivo es la abstinencia” y eso pues no… nadie le va a hacer caso
a eso porque somos adolescentes, y todos sabemos que entre más nos
digan que “no” más lo vamos a hacer, me parece que deberían hablar
abiertamente y pues sin tabúes ni nada de eso” (Fémina, 16 años)

Según Barrios (1988), en la etapa de la adolescencia (más que en cualquier otra), muchos

factores de tipo biológico, cultural y social relacionados, influyen de manera significativa

en la evolución de la sexualidad y la forma en la que estos la manejan. Lo que afirma

Barrios, corrobora los hallazgos de la investigación en cuanto a causas. Como factor causal

asociado a lo biológico se encontró: “Pues no planifican muy bien […] se dejan llevar por

el impulso más que todo” (masculino, 17 años). En cuanto las causas relacionadas con lo

social se encontró: “Para estar en un status social de popularidad” (masculino, 17 años). La

presión que generan los seres que rodean a estos adolescentes también tiene un papel

fundamental en la toma de decisiones, ya que el estar a la moda o pertenecer a determinado

grupo social hace que los adolescentes hagan cosas que realmente pueden no beneficiar su

conducta y futuro, únicamente por encajar en ella. “La presión del grupo” (fémina, 16

años)

La siguiente categoría a discutir es acerca de las consecuencias que se presentarían al

tener un embarazo en la edad de la adolescencia. Unriza (1998) plantea que el tener un

embarazo un adolescente traen implicaciones a nivel social. Algunas consecuencias que se

pueden presentar son el suicidio, madre solterismo, deserción escolar, matrimonios

forzados, unión libre o disfunciones sexuales. Durante la investigación realizada se pudo

corroborar lo planteado por Unriza (1998) y la hipótesis que se había planteado al iniciar

este proceso. Los adolescentes en sus respuestas a las preguntas formuladas durante la

realización del grupo focal, mencionaban algunas de las consecuencias como: “Se tronca la

vida social […] uno tiene que madurar como muy obligado y eso hace que uno tenga como una
frustración” (Fémina, 16 años), en esta expresión se puede ver entonces que es una implicación a

nivel social, porque ya los adolescentes no podrán seguir con sus vidas como lo hacían

normalmente sino que deben concentrarse en educar, criar y mantener una nueva vida. Sus

hábitos tendrán que cambiar totalmente. Otra de las consecuencias que los adolescentes

mencionan es acerca de la deserción escolar, ya que no se podrá rendir en las dos actividades por

esto se puede inferir que los adolescentes tendrán que dejar de asistir a sus colegios,

universidades: “Dejar de estudiar y salir a trabajar para poder conseguir lo necesario para el bebé”

(Masculino, 17 años). El hecho de desertar académicamente hace que en un futuro los jóvenes

presenten mayor dificultad a la hora de conseguir un empleo por la falta de estudios académicos,

esto hace que de igual forma se presenten consecuencias de carácter económico.

Los adolescentes consideran como una consecuencia el perder total o parcialmente su vida social,

ya que el tener un bebe implicaría la responsabilidad de cuidarle todo el tiempo tal como lo

expresa la siguiente fémina de 16 años: “una consecuencia seria de que se tronca totalmente la

vida social, los gustos, que ya no puedo comprarme ropa por comprarle al bebe”.

Durante la investigación se pudo concluir que las adolescentes femeninas muestran más

aceptación a la hora de vivenciar un embarazo adolescente, piensan más en el afecto, cariño que

se le brindara al bebe, mientras que los adolescentes masculinos se centran más en la

responsabilidad que les tocara asumir de ahí en adelante.

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