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Reflexiones en torno al Álgebra y las Funciones y su enseñanza

Clase 6: La evaluación en el ámbito del álgebra y las


funciones

Contenido de la clase
 Introducción
 De qué hablamos cuando hablamos de evaluación
 Evaluar en el ámbito del álgebra y las funciones
 Sobre el examen de matemática
 Reflexiones finales

Introducción
A menudo se identifica a la evaluación como sinónimo de examen escrito. Sin embargo, el concepto
de evaluación es mucho más amplio e incluye diversos aspectos a ser considerados. En esta clase
desarrollaremos y analizaremos algunos de ellos, en particular, aquellos que resultan centrales para
pensar el trabajo matemático en el aula.

Afirmamos que la evaluación en matemática tiene su especificidad y está estrechamente vinculada


con el trabajo realizado en clase, con los quehaceres matemáticos 1 y los contenidos abordados. Eso
quiere decir que evaluar en Geometría no es lo mismo que evaluar en Aritmética o, en nuestro
caso, Álgebra y Funciones ¿Pero por qué es así? ¿Cómo y qué se evalúa? ¿Con qué recursos
contamos?

En esta clase reflexionaremos en torno a estas preguntas. revisando y profundizando cuestiones


introducidas en clases anteriores a propósito del trabajo algebraico y funcional en la escuela media.

De qué hablamos cuando hablamos de evaluación


Como mencionamos en la introducción, la evaluación no se limita a la instancia de examen escrito,
sino que incluye todos aquellos momentos en los que solicitamos a nuestros estudiantes que
demuestren su conocimiento. Aun cuando la intención de evaluar no resulta explícita o evidente
para ellos, como puede ser el caso de un proyecto de producción de videos (como el que

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Calcular, explicitar procedimientos, estimar, validar, explorar, conjeturar, poner en juego propiedades, etc.

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analizamos en la clase 5) o una pregunta en el marco de una discusión colectiva.
Tomemos como ejemplo el audio analizado la clase pasada, que corresponde a una actividad de
evocación que permitió que los estudiantes comunicaran sus conocimientos y explicitaran los
procedimientos utilizados en la resolución. Esta actividad permitió evidenciar que no todos
comprendían lo mismo y de la misma manera. Este episodio permite ilustrar por qué afirmamos
que las actividades de evocación no sólo son actividades de estudio, sino también de evaluación.

Una de las finalidades de la evaluación habitualmente acordada es la de


proporcionar información respecto de los aprendizajes de los alumnos. Es decir,
permite responder preguntas como: ¿Qué aprendió?, ¿Qué no aprendió aún?
Sin embargo, una cuestión no siempre compartida (o no siempre explicitada) es
qué se hace con esa información.
Podemos pensarla como insumo para calificar al alumno y acreditar sus
aprendizajes. Pero esa información es también un insumo fundamental para
revisar el proyecto de enseñanza (Michailuk y Nicodemo, 2015).

Esta identificación del estado de conocimiento de nuestros estudiantes no necesariamente implica


calificarlos, sino que es enriquecedora cuando implica una revisión de nuestro proyecto de
enseñanza con el objetivo de tomar decisiones en el plano didáctico: dedicar más tiempo del
planificado al trabajo acerca de un tema específico, hacer una pausa para revisar y sistematizar
conocimientos, volver sobre algún contenido trabajado en clases pasadas o recuperar otros
estudiados en años anteriores, seguir con el esquema de nuestra planificación o saltear algunas
actividades, etcétera.

Entendemos a la evaluación como una herramienta para determinar el estado de


conocimientos de los alumnos y para tomar decisiones sobre la enseñanza.

Evaluar en el ámbito del álgebra y las funciones


En clases anteriores trabajamos en torno a características fundamentales del trabajo algebraico y
funcional, como es el caso de la necesidad de cambios de registros y de la utilización de diversos
marcos interpretativos. Las teorías estudiadas nos brindan herramientas para interpretar las
producciones de los estudiantes y evaluar su estado de conocimiento: ¿los estudiantes pueden

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coordinar registros de representación?, ¿pueden cambiar de marco interpretativo para resolver un
problema?, ¿pueden armar una tabla o un gráfico a partir de la fórmula?

Para ejemplificar de qué manera podemos utilizar las teorías estudiadas para evaluar el estado de
conocimientos de nuestros estudiantes, analicemos la siguiente actividad:

El gráfico representa la distancia que recorre un tren en función del tiempo que transcurre desde
que salió de la estación, viajando siempre a la misma velocidad.
a) ¿Es cierto que en las primeras 2 horas recorre 60 km? ¿Cuánto tiempo tarda en
recorrer 180 km? Marcá en el gráfico los puntos que te permitieron leer esa información.
b) Si el tren sigue viajando a la misma velocidad, ¿cuánto tiempo tarda en recorrer 480
km?

El primer ítem tiene la intención de que el estudiante responda una pregunta a partir de la lectura
directa del gráfico, es decir, debe interpretar cuál es la parte del gráfico que le brinda información
para poder responderla.

Para resolver el ítem b) se espera que los estudiantes puedan desplegar diferentes estrategias. Por
ejemplo, podrían continuar el gráfico de la función, extendiendo la recta hasta alcanzar una
distancia recorrida de 480 km; o bien, asumiendo que se trata de una relación de proporcionalidad
directa entre ambas magnitudes, realizar cálculos para responder la pregunta. En ambos casos es
necesario poder “leer” el plano cartesiano, “leer” las expresiones verbales y coordinar entre ambos
registros de representación.

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Entonces, ¿qué es lo que un docente podría evaluar a propósito de este problema? Con el ítem a) la
lectura directa del gráfico; y con el ítem b), la coordinación entre registros. Sin embargo, es
necesario aclarar que, durante la resolución de este problema también se ponen en juego otras
cuestiones que podrían ser objeto de evaluación: la interpretación de enunciados, la necesidad de
seleccionar información pertinente y operar con ella, la forma de comunicar las respuestas,
etcétera. El instrumento de evaluación, que en este caso es el problema, por sí solo no porta una
intención, es el docente quien tiene que seleccionar aquello que considera pertinente evaluar.

Sobre el examen en matemática


En la primera parte de la clase discutimos respecto de la idea de evaluación de manera amplia,
identificándola como una herramienta que permite determinar el estado de conocimientos de los
alumnos. Por ejemplo, podemos evaluar por medio de un intercambio oral, un registro escrito o
mediante una producción audiovisual, como pueden ser los videos que analizamos en la clase 5.
Ahora reflexionaremos acerca de un instrumento de evaluación muy popular: el examen escrito.

Piensen en los exámenes escritos que producen para sus clases: ¿qué
cuestiones consideran necesarias a la hora de armar un examen? ¿Qué tipo
de preguntas se incluyen? ¿Cuál es la relación con las actividades
desarrolladas en la clase?

A continuación, les presentamos el examen que tuvieron que resolver los estudiantes que
participaron de la evocación analizada en la clase anterior, luego de haber finalizado el trabajo
práctico sobre ecuaciones.

Fecha: jueves 10 de Noviembre


Curso y división: 2°A
Nombre y Apellido:
EVALUACIÓN DE MATEMÁTICA N°4: Ecuaciones

1 2 3 Calificación Final

IMPORTANTE: Para que un ejercicio se considere bien resuelto deberá estar acompañado de las
explicaciones y cálculos que te permitieron arribar a la solución.

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PROBLEMA 1

Encontrá todos los valores de que hacen que la igualdad sea verdadera.

Mostrá cómo los hallaste y verificá tu respuesta.


PROBLEMA 2

¿Es cierto que es solución de la ecuación ? ¿Cómo te diste cuenta?

PROBLEMA 3
¿Es cierto que el conjunto solución de es vacío? ¿Por qué?

En el examen se puede observar un cartel que dice “IMPORTANTE” en el que la docente explicita un
criterio que tendrá en cuenta a la hora de corregir el examen. Suponemos que no le interesa
evaluar sólo las respuestas de los problemas, sino también el recorrido del alumno para arribar a
ellas.

En cada uno de los problemas se incluyen preguntas que solicitan explicaciones de los
procedimientos y las razones que validan la respuesta dada por el estudiante. Es posible que la
docente pretenda identificar con mayor precisión los logros u obstáculos que el estudiante transitó
para elaborar la respuesta; y por otro lado, intente que el estudiante desarrolle una respuesta más
acabada, pues es habitual que los alumnos ajusten o corrijan errores al intentar validar sus
respuestas.

Además, como pudimos escuchar la clase pasada, la docente incluye como parte del trabajo en
matemática, la producción de explicaciones para argumentar y justificar afirmaciones. De esta
manera, el examen está estrechamente vinculado con el tipo de trabajo que realizaron los alumnos
en clase.

Incluir en los exámenes el pedido de argumentos y explicaciones como


parte de la consigna es una buena estrategia para que los alumnos brinden
mayor información sobre su estado de conocimiento.
Es esperable que este tipo de prácticas sea parte del proyecto de enseñanza
en matemática y que no se reduzca sólo a la instancia de examen. De esta
manera, no se genera una ruptura entre lo hecho en clase y lo que el
examen propone.

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La evaluación de los conocimientos de un estudiante a partir de la resolución de un examen nos
puede ayudar a identificar qué sabe sobre un tema; sin embargo, en nuestras aulas vemos que el
fracaso en un examen puede estar asociado a otras cuestiones que no necesariamente se vinculan
con esto. La administración del tiempo de trabajo (“no llegué a hacer el ítem 3”), la organización del
estudio (“estudié un algoritmo y me tomaron otro”), la falta de práctica en ciertas técnicas
(“aprendí la fórmula, pero no sé cómo usarla”) y situaciones personales, pueden influir en la
resolución del examen. Si bien, no todas estas situaciones pueden anticiparse, algunas de ellas
pueden ser enseñadas y practicadas antes de la prueba. Por ejemplo, pueden resolverse pre-
exámenes para simular esa instancia de evaluación. Los alumnos podrán controlar el tiempo que les
lleva resolver la prueba, identificar los contenidos que tienen que ser repasados y saber el tipo de
respuestas y justificaciones que se esperan.

Las producciones de los estudiantes en un examen contemplan un


momento específico, como una foto instantánea de su estado de
conocimiento, por lo cual proponemos pensar en instancias anteriores que
permitan anticipar la evaluación y posteriores, que posibiliten revisar y
reflexionar en torno a su desempeño.

Para que los estudiantes puedan corregir sus exámenes y avanzar en sus conocimientos, es
necesario brindarles la posibilidad de retomarlo. Las correcciones u observaciones que el docente
pone en los exámenes pueden habilitar diferentes tipos de interacciones con dicha producción. Por
ejemplo, si ante un error el docente pone un cartel que dice “MAL” y lo acompaña de una
explicación correcta para ese problema, poco invita al estudiante a seguir aprendiendo a partir de
él. En contraposición, el docente puede sugerir revisar el problema o agregar preguntas con el
objetivo de convocar al alumno a repensar la respuesta dada.

Para reflexionar sobre los diferentes modos de corrección de exámenes, los


invitamos a leer la sección “Correcciones y la retroalimentación” del texto
“La evaluación en el área de Matemática - Nivel Secundario” (Michailuk y
Nicodemo, 2015, 13 - 14).

Reflexiones finales
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A partir de lo analizado en esta clase, podemos afirmar que la evaluación es un aspecto central del
proceso didáctico. Entramada en la planificación, regula tanto nuestra tarea docente como el
aprendizaje de nuestros estudiantes.

En el ámbito del álgebra y las funciones, los desarrollos teóricos estudiados en las tres primeras
clases contribuyen a realizar una caracterización más precisa de los estados de conocimiento de
nuestros alumnos. Considerar esta identificación en los momentos de evaluación nos permite
focalizar y orientar la toma de decisiones didácticas.

Es por todo esto que consideramos que reducir la evaluación a situaciones de acreditación es
desaprovechar las posibilidades que puede brindar pensarla como una herramienta al servicio del
docente.

Actividades
TRABAJO FINAL: Relatoría sobre la puesta en práctica de una clase de Álgebra y Funciones.

Material de lectura
 Directores que hacen escuela (2015), en colaboración con María Celeste Michailuk y Mauro
Nicodemo “La evaluación en el área de matemática. Claves y Criterios. Nivel Secundario”.
OEI, Buenos Aires. Recuperado de: https://portaldelasescuelas.org/wp-
content/uploads/2016/03/La_evaluacion_en_el-area_de_matematica_secundaria.pdf h

Créditos
Autor/es: Melchiori, Diego; Nicodemo, Mauro; Sanguinetti, Débora; Trillini, María Paula.
Cómo citar este texto:
Melchiori, D., Nicodemo, M., Sanguinetti, D., Trillini, M. P. (2017). Clase 6: La evaluación en el
ámbito del álgebra y las funciones. Reflexiones en torno al Álgebra y las Funciones y su enseñanza.
Buenos Aires: Ministerio de Educación y Deportes de la Nación.

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