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ACTIVIDAD 3 (Final)
1.- Realizar un mapa con los sitios arqueológicos del Paleolítico Superior, diferenciando con
colores la expansión de cada una de las industrias de éste periodo.
(Elaboración propia en base a HISTORIE (S/d) WIKIPEDIA (S/d), SOCIALIhizo (s/d)1)
2.- Elaborar un cuadro comparativo con las industrias del Paleolítico Superior, mencionar sitios,
tipos de artefactos y otros aspectos culturales como el arte y la vivienda, incluir imágenes.
2
Otras autores como lo indica Denise de Sonneville- Bordes (1973:90) no hacen mención del Gravetiense
en cambio una clara distinción entre Perigordiense y Auriñaciense, En palabras de Sonneville-Borda: “La
clasificación del Paleolítico superior se debe a Breuil y a Peyrony para la región clásica. El ciclo de las
industrias auriñaco-perigordienses que ocupa el comienzo es más complejo de lo que se creía …(Ibid)
utensilios
especiales,
puntas de La
Font-Robert,
elementos trunco,
burieles de
Noailles. EL
Perigordiense
inferior no ha
aportado ninguna
obra de arte y
pocos utensilios
en hueso, mientras
el Superior
proceden, en
general la “Venus
auriñacienses”. El
Perigordiense
inferior es
relativamente
raro, tiene una
extensión muy
restringida
limitada al
Sudoeste y al Este
(Chatelperron y
Arcy-sur Cures)
mientras el
Superior es más
abundante y se
extiende más.
(Sonneville &
Borda 1973:91)
Auriñaciense de 32.300 Haute Garonne el raspador Cabeza de caballo
a 28.850 (Francia) aquillado, las base de alimentación
Gagarino – grandes lascas con (Comas 1971:128)
Ucrania. Cuevas fuertes retoques cabañas
de Izturitz (Bajo marginales, las semienterradas
Pirineos-Francia) láminas u hojas
a) el perigordiense con escotadura
(de Perigord-la sencillas o dobles,
Dordoña los buriles de
Francesa) punta arqueada,
(La Gravette-La las puntas
Dordoña- Francia) pedunculadas,
y entre otras.
chatelperroniense Punzones o
(de Chatelperron- utensilios,
Francia) ; b) el estuches y
auriñaciense recipientes
propiamente tubulares (para
dicho ; c) el ocre rojo)
grimaldiense adornos: collares,
(Cuevas de brazaletes, dientes
Grimaldi-Italia) perforados
3.- Elaborar una línea de tiempo, donde se puedan ver los periodos glaciales e interglaciales
relacionados al Paleolítico Superior y sus industrias líticas.
Una cronología del Paleolítico Según Comas (1971) el Paleolítico Superior de Europa Occidental,
basada en determinaciones de C14 obtenidas de estaciones prehistóricas de Francia, Alemania y
España (J.G Clark, 1969:66). Resumidas así:
Würm 2 Post-glaciar Inicio Würm III (Comas, Op. cit::75)
Interfase 1 Paleolítico
Würm1 Superior 30 a 40.000
40.000 a.C
Interestadio 2 (Comas Ibid
(Movius Würm II
1960:374 citado 75)
por Comas
Op.cit) años(Comas Op.cit.:75)
Magdaleniense
de 15.240 a 9.700 BP
Solutriense
de 18.940 a 17.920 BP
Interestadio I Gravetiense
de 26.200 a 20.830 BP
Auriñaciense
de 32.300a 28.850 BP
Chatelperron o
Perigordiense
De 31.910 a 29.950
Musteriense
final-
Levaloisiense
final
Glaciares Área Alpina Norte-Europa Norteamérica PERIODOS
En años
Glaciación Post-glaciar Poste-glaciar (Wisconsin) Neolitico 25.000 (Comas 1971:45)
Pomerania Mesolitico 10.000 (Op.cit.75)
Paleolítico 30- 40.000 a (Comas,
Supérior Op.cit.;75)
Würm 3 Masuria
Interfase 2 Brandengurgo Paleoítico
Vístula
Würm 2 Rixdorf Medio (20%) 90.000 (Comas, 1971:47)
Interfase 1 Warthe 80.000 a -10.000 (Biogeo.)
Würm1
Paleolítico
medio
(Elaboración propia en base a Soria 2019, Actividad 1, Comas 1971: 45-50,75 Biogeo 3)
3
Fuente: BIOGEOGRAFIA-GLACIACIONES DEL PLEISTOCENO. Consultado en http://sue-
moshiper.blogspot.com/2011/10/glaciaciones-del-pleistoceno.html
, fecha:26/09/2019. hrs:9:44 a.m citado por Soria (2019)
Estas y otras divergencias cronológicas, en cifras absolutas, están sujetas a rectificaciones y
varían además para otras zonas europeas (Movius, Hallan, 1960 y 1961)
4.- Describir los modos técnicos I, II, III y IV. Explicar cómo se relacionan a los periodos del
Paleolítico y cuáles de sus industrias. Se puede complementar con imágenes.
5.- Según el artículo de Martínez y Mendoza “El arte de morir: una aproximación a las
concepciones del deceso humano en el Paleolítico Superior europeo”, explicar y ejemplificar los
dos tipos de tratamiento mortuorio durante el Paleolítico Superior: la dispersión y desaparición
del difunto; y su preservación y retención.
a) Según Martínez & Mendoza (2017: 40)la dispersión sería el alejamiento o fragmentación del
cuerpo del difunto para que se pierda, por ejemplo esto se refleja en lo registrado en pueblos
cazadores-recolectores contemporáneos de muy diferentes partes del globo; pues, “no sólo la
frecuente práctica del depósito o abandono de los cuerpos en el medio natural” ya sea
colgándolos en los árboles, elevándolos en palafitos o dejándolos meramente sobre el suelo; es
decir su dispersión y virtual invisibilización por los medios naturales, sino que también las ideas
que a ello se asocian suelen vincularse con la extinción o alejamiento de los muertos.4 Otros
ejemplos, son que en la India hay lugares donde se abandonan el cuerpo del muerto para que
los buitres devoren sus restos mortales; ya que tiene una espiritualidad que reencarnarían en
animales.
Según los mencionados autores, “su resguardo intencional de sus restos mortales es la expresión
del deseo de retener a personas caídas” y se preguntan de no haberse pretendido conservar, al
menos una parte de las personas difuntas, es decir, su identidad, una fuerza vital o tan sólo su
memoria…. para qué se habrían de portar como aretes los restos humanos modificados que se
encuentran en sitios como La Combe, la Grotte des Hyènes, Abri Pataud, Dolni Vĕstonice y la
Grotte du Pape?”(Ibid. 41)
O por qué habrían de depositarse los cuerpos de los muertos en los mismos espacios en que se
habitaban sino es para mantenerlos cerca de sus seres queridos, como sucede en los
yacimientos de Abri de Cromagnon, La Crouzade, La Combe, la Grotte du Pape, Peştera Muierii,
Mladeč, Krems-Wachtberg o Pavlov (Ibid.41)
4
Sin embargo, no se pretende que la práctica de la exposición o abandono de los cadáveres esté
necesariamente vinculada a las ideas del “reciclaje y el alejamiento de los muertos”. Los autores
mencionado ejemplifica esto en los pueblos yumanos de baja California “pretendían alejar a los difuntos
cremando sus cuerpos” (URIARTE 1974); los kwakiutl tenían prácticas parecidas pero su intención era lo
contrario que al menos, “una parte de la persona difunta pudiera regresar” (MACLEOD 1925:122; Mauzé
1994:180-188). Los comanches también buscaban alejar a sus fallecidos pero, en vez de exponer los
cuerpos, preferían depositarlos en cuevas lejos de la vista de las personas y cubrirlos con piedras (Wallace
y Adamson 1995:202-205).(Martínez & Mendoza 2017:40)
De dicha última práctica, se infiere que los difuntos continuaran participando activamente en
los asuntos terrenales. La idea central que lee entre líneas es: “aun cuando los muertos hayan
dejado de ser plenamente humanos, éstos siguen siendo parte del grupo y, como tales,
continúan velando por su bienestar ya sea que les atribuyan funciones regenerativas o les
adjudiquen la capacidad de mantener el orden social.” (Martínez & Mendoza, Op cit.:42)
Por ello, los cadáveres suele seguir una serie de normas de etiqueta como su depósito en
espacios claramente reconocibles a los que, por lo general, se ha de volver para continuar
socializando con ellos, un ejemplo sin ir lejos son las Ñatitas paceñas en el contexto de la Paz-
Bolivia que son las calaveras en general robadas de los cementerios a las que se les rinde culto
o adoración con el objetivo de pedir favores al alma del difunto como ser dinero, amarres de
amores entre otros. Este tipo de fenómenos ha sido registrado tanto en sociedades estatales,
como los merina, los antiguos egipcios o los incas ampliamente (Bloch 1981:138-140 entre
otros). Numerosos pueblos indígenas del mundo realizan estas prácticas… a lo que se denomina
“el culto a los ancestros”, y sólo puede desarrollarse en «sociedades avanzadas» o dotadas de
cierta jerarquía; se puede encontrarlo, sin embargo, en algunos cazadores-recolectores, como
los yaruros de Venezuela o los negritos del sur de Asia, prácticas y creencias semejantes (Edicott
1979:38, entre otros) (Ibid.)
6.- En base a las lecturas propuestas desarrollar dos de los incisos, exceptuando el de la
exposición realizada:
Los esquemas tipológicos o estilísticos más empleados son los propuestos por Breuil y Leroi-
Gorhan. A pesar de ser estudios antiguos, las cuestiones terminológicas y estilísticas siguen
siendo válidas. No así, la problemática cronológica, en discusión tras el desarrollo de los sistemas
de datación absoluto. (Carmona Op.cit.:7)
5
Carmona González B. LA REPRESENTACIÓN DE LA MUJER EN EL PALEOLÍTICO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
(2013-2014)Trabajo Final de la Carrera de Arqueología de Universidad de Barcelona
líneas que sugieren masa corporal y volumen, la prospectiva es correcta y en general de sentido
naturalista (Breuil en Delporte 1979, 23).(Ibid)
Siguiendo a Leroi-Gorhan citado por Carmona (Op. cit.:8), existe una diversificación pictórica:
El estilo III (20.000-16.000 BP) presenta más detalles anatómicos y mayor grado de proporción.
Finalmente el estilo IV, que divide en antiguo (16.000-13.000 BP) y reciente (13.000-11.000 BP)
que está integrado por animales con proporciones correctas, contornos modulados y detalles
anatómicos y volumen corporal. En este estilo se ven figuraciones humanas variadas, aisladas o
participando en escenas. (Ibid.:8)
Según Leroi-Gourhan (1968, 68-69), ve algunas pautas con respecto a los grabados en las
paredes y plaquetas de Occidente considerándolas como femeninas. Los más antiguos se
corresponden con mujeres enteras o simples figuraciones de pubis o vulvas antes su abstracción
simbólica. Las mujeres vistas de frente se encuentran en el Graveto-solutrense y
Magdalensiense III. Otras femeninas de lado aparecen en Occidente en el Auriñaciense muy
evolucionado. La tipología de perfil predomina en el Magdaleniense.
Mientras, Delporte (1979, 25-26) en función de la naturaleza, técnica y estilo, realiza cuatro
grupos para distinguir las figuraciones humanas del Paleolítico superior. En un primer grupo
incluye a las figuraciones esquemáticas de una parte determinada del cuerpo humano, como
órganos sexuales, vulvas y falos o manos, simbolizadas en su mayoría en el Auriñaciense. (Ibid.8)
La teoría del arte por el arte del siglo XIX se basaría en creer que las obras estaban realizadas
bajo un sentimiento de querer satisfacer una necesidad estética, sin trascender más allá. (Ibid)
Carmona (Op.cit.:11) destaca la “teoría del dualismo sexual o simbología sexual”. En los años
60s, Laming-Emperaire (1962) y Leroi-Gourhan (1968), plantean dicha teoría en la cual “el
significado del arte debe basarse en el análisis del propio arte”, cuestionando el uso de paralelos
etnográficos, es decir no es un estudio evolucionistas, sino “sincrónico”. La decoración de cuevas
y abrigos responde a una elección y asociación intencional de temas, que reproducen un
esquema de organización de las “cavernas-santuario” que las figuraciones y signos que aparecen
en “el arte parietal no han sido realizados aleatoriamente sino que obedecen a unas pautas.”
Comprueba que cierta temática se repite y le hace pensar que pudo dominar en el arte un tema
configurado como “un dualismo de oposición” entre un elemento masculino (bisonte) y un
elemento femenino (Caballo)” (Ibid. 11)
Así, los animales representados en una mayor frecuencia son los caballos o bisontes, por lo que
concluye que tendría que tratarse de dos temas yuxtapuestos, A y B respectivamente. Esta
repetición de temas emparejados reproduciría “un sistema dual” [a la manera andina del
chacha-warmi]. El resto de animales, complementarios, son clasificados según su situación en
el santuario. (Ibid.12) En conjunto se representaría como un sistema metafísico basado en “la
oposición y la naturaleza complementaria” de los dos sexos. (Ibid.13)
Así, este tipo de figuraciones de lo femenino aparecen en todas las fases del Paleolítico
superior, pero algunos modelos gráficos tienden a repetirse en periodos concretos. Por lo
general, “las diferentes formas de representar a la mujer están muy difundidas, aunque existen
peculiaridades regionales según el tipo de soporte y el tipo de representación” (Angulo y García,
2005). (Ibid.15)
Las figuraciones femeninas abarcan una cronología muy extensa. Las “vaginas auriñacienses”
florecen hacia los 33.000 BP. Por lo que respecta a las figuraciones estilizadas del
Magdaleniense terminal hay que situarlas al menos en el ámbito franco-cantábrico, hacia
11.000 BP. Figuradas en las paredes de las cuevas o en el arte mueble, realistas o estilizadas, las
figuraciones femeninas han ocupado, la casi totalidad de la duración del Paleolítico superior,
aunque en el Solutrense, no se conocen prácticamente figuraciones femeninas, no se sabe si
debido a condiciones técnicas, por el empleo de materiales perecederos o por el resultado de
divergencias culturales o psíquicas (Lacalle 2011, 309) (Ibid.15) Tal vez en este último periódico
se dio los primeros signos de “puritanismos” en el arte solutrense.
En la Península Ibérica, los motivos observados, se encuentran representados son los esquemas
de representaciones femeninas abreviadas como vaginas, claviformes o laciformes, “frente a
la extraña ausencia de Venus paleolíticas”. (Ibid.15)
Aunque se ha escrito mucho sobre dichas estatuillas. Un hecho que si que concierne
actualmente, es que en la Península Ibérica no se hayan localizado ninguna de estas
representaciones a excepción de dos dudosos casos.
La simbología asociada al sexo femenino, según Carmona (Ibid.21) partiendo de la base de que
algunos símbolos representados en el Paleolítico puedan tener un significado cognoscible, la
autora encuentra que los signos denominados “claviformes y vulvas”, en una más clara
asociación con el sexo femenino en las representaciones de la Península Ibérica: Las claviformes
en perspectiva de Leroi-Gourham (1968, 453-455), las considera “abstracciones reducidas de
significado femenino”, pertenecientes al estilo IV antiguo.(Ibid.21)
En 1970 Jordà propuso una novedosa interpretación para estos signos claviformes de Altamira,
a partir de su paralelismo con objetos de arte mueble, en especial las Venus gravetienses, esta
comparación junto con la situación de los signos en las superposiciones del gran panel de
Altamira, haciendo que el autor datara los claviformes en el Gravetiense o Perigordiense
superior (Jordà en Balbín y Moure, 1985) (Ibid. 21)
Estos claviformes, o perfiles glúteos, según Gourhan (1992), son fácilmente reconocibles como
perfiles femeninos, que considera como un renacer en el Magdaleniense por la “atracción a las
nalgas” ya expresadas en las figuras del Gravetiense. Durhard (1998) señala al respecto, en el
final del Magdaleniense, “las nalgas tienden a simbolizar el carácter sexual femenino principal,
sino único”. (Ibib.22)
Por su parte Balbín & Moure señalan que estos perfiles no sólo se pueden encontrar en el
Paleolítico superior Inicial, ya que se pueden localizar grabados o esculturas con un grado de
estilización parecido al de los claviformes en episodios más modernos de distintos yacimientos
europeos (Balbín y Moure 1985, 26).
En el panel central de la cueva de El Pindal (Asturias) se puede ver la asociación más frecuente,
bisonte-caballo, acompañada de signos diversos. Este es un ejemplo de cueva sencilla. Según
Gourhan son signos de tipo masculino; las serie de signos claviformes serían signos de tipo
femenino (veáse la fig.5). No todas las cuevas tienen el esquema del panel central tan claro
como ésta.(Ibid.22)
Gourhan denomina un Signo acoplado, formado al unificar en un mismo idiomorfo una línea o
bastoncillo (masculino) con un claviforme (femenino). Los motivos de la Galería B donde se
encuentran los claviformes pertenecerían al estilo IV y han sido datados de época
Solutreomagdaleniense (Echegaray y Ripoll, 1953).
La segunda categoría que trata la autora, es decir, las regiones sexuales abreviadas, “vulvas” , la
compone las representaciones parciales, los órganos sexuales femeninos. Estas, suelen surgir
con un elevado grado de abstracción en grupos de arte parietal, aunque también en el arte
mueble, representando al sexo masculino en los bastones de mando o en el centro de
asociaciones temáticas de signos muy elaboradas y repetidas (óvalo-flecha = vagina-falo, con
animales como el oso, el caballo entre otros) (Ibid.25)
Dentro de lo que supondrían los signos o idiomorfos, se encuentran las denominadas vulvas,
que vendrían a representar esquemáticamente el órgano sexual femenino.
Estas se observan de manera continua desde el Auriñaciense (La Ferrassie, Abric Cellier) hasta
el Magdaleniense, continuando su forma durante todo el Paleolítico superior y aunque no
constituyen una tipología abundante, se presentan bajo distintas formas, siempre muy
explícitas, que tienden a agruparse entre sí, como ocurre en Angles-sur-Anglin, La Ferrassie o
Tito Bustillo. Estas representaciones muestran una extensión geográfica extensa, desde la
Península Ibérica hasta Maszycka (Polonia) y Kostenki (Rusia). En la Península Ibérica son
destacables las partes femeninas de Tito Bustillo (Ribadesella, Asturias) que manifiestan
paralelismos con otras análogas del área cantábrica (La Lluera II, Micolón, El Castillo) y del
suroeste francés (Anglessur-Anglin, Abri du Poisson, La Ferrasie) (Angulo y García, 2005).
(Ibid.25)
Existen otras representaciones vulvares o aberturas femeninas datadas en las primeras fases
del Paleolítico Superior, que relacionan las series de puntos a concavidades naturales que
recuerdan a la vagina. Actualmente investigadores describen estas formas como
representaciones de vulvas en que el hueco representa de manera explícita el carácter de la
vagina (Angulo y García 2002, 87). Esta asociación de líneas de puntos y pequeñas hornacinas
de la pared, está presente en otras cuevas de oriente de Asturias y Occidente de Santander (La
Riera, Mazaculos II, Chufín) y a veces se le ha querido conceder significación vulvar (Balbín y
Moure, 1981).(Ibid.27)
Escoriza y Castro (2011, 112) contemplan estas denominadas vulvas como dudosas y debaten
las cualidades que a ellas se les dan como reproductivas, rituales o eróticas. Piensan que estas
categorías anulan la sexualidad femenina como su forma de expresión al no considerar que
estas imágenes puedan haber sido realizadas por y para las mujeres. (Ibid.27)
En la cueva de Tito Bustillo, Ribadesella, Asturias, se encuentra dentro del denominado conjunto
III, el llamado “Camarín de las Vulvas” que, junto a numerosas puntuaciones rojas, contiene
representaciones abreviadas del sexo femenino (vulvas) de igual color. (Ibid. 28)
Aunque en una primera instancia las representaciones del Camarín de las Vulvas fueron situadas
a momentos magdalenienses, en la actualidad y en función de paralelos formales y estilísticos,
se les atribuye una cronología anterior, en momentos antiguos del Paleolítico Superior (Pascua,
2012). (Ibid.28)
En resumen, se encuentran 24 figuras que se caracterizan por utilizar el mismo tipo de pintura
roja y por la presencia de numerosas representaciones genitales, en mayor o menos grado de
estilización. Se encuentra representaciones de vulvas plenamente realistas (fig.7). Figuraciones
reducidas o esbozadas que se limitan al perfil circular o ligeramente oval y a la hendidura
vulvar. Finalmente también podemos encontrar alienaciones de puntos en torno a una oquedad
natural. Este orificio, está bordeada por un grupo de puntuaciones rojas en el margen
izquierdo que lleva una triple línea de puntos, que se convierte en simple en el derecho. (Ibid.28)
b) En base al artículo “Investigación paleoantropológica de los fósiles neandertales del El Sidrón
(España)” Rosas et. al., describir las líneas de investigación y principales resultados.
Según Rosas et al. (2015)6 el singular estudio en 13 trabajos de campo, en la “Galería del Osario
de la cueva de El Sidrón” (Asturias, España), en el campo de las investigaciones
paleoantropológicas realizadas en la especie homo neandertal, con más de 2550 restos, a los
que hay que aumentar las 400 piezas de industria lítica musteriense y los muy escasos restos de
fauna; asociación que hace de este yacimiento un lugar único. “Análisis sedimentológicos,
tafonómicos y estructurales del karst aclaran que el depósito fosilífero se encuentra en posición
secundaria y procede, por desplazamiento en masa, de una galería/abrigo de un nivel superior”.
Todas las partes del esqueleto están constituidas y se han identificado 13 individuos: 7 adultos
(3 masculinos, 4 femeninos), 3 adolescentes (2 masculinos, 1 femenino), 2 juveniles masculinos
y un infantil. En la actualidad, la colección de El Sidrón constituye de lejos la muestra de
neandertales más cuantiosa y diversa de la Península Ibérica y permite abordar estudios
sistémicos sobre el tempo y modo de aparición de los caracteres derivados en el linaje
neandertal. La investigación interdisciplinar paleobiológica iniciada abarca los diferentes niveles
de organización biológica, desde los anatómicos macroscópicos al molecular. En este último
destaca especialmente, el genético,” la extracción de secuencias de ADN, con participación de
El Sidrón en los proyectos Genoma y Exoma Neandertal”, además de la caracterización de los
“haplotipos de ADN mitocondrial de 12 individuos”. Los resultados genéticos, ratificados por
datos osteológicos, delimitan a los neandertales de El Sidrón como un grupo homogéneo, con
estrechos lazos familiares entre sus individuos. Finalmente, las numerosas evidencias del
tratamiento antrópico de los restos hacen de El Sidrón un ejemplo paradigmático de prácticas
de canibalismo entre los neandertales. (Rosas et al. (2015) 77-78)
Como elemento que engloba dichos aspectos se encuentra la determinación del ritmo de
crecimiento en los individuos neandertales; “vital para esclarecer cómo y cuándo se establece
en la evolución de los homínidos el peculiar y lento desarrollo ontogénico de los humanos
modernos”, el eslabón perdido en el universo adaptativo de nuestra especie.(Ibid. 86) La
determinación de la edad cronológica (o calendárica) de los individuos mediante técnicas de
6
En Cuaternario y Geomorfología (2015) Consultado en www.rediris.es/CuaternarioyGeomorfologia,
fecha 23/11/2019, hrs:7:53 a.m
histología dental, ofrece un estándar contra el que comparar el desarrollo y maduración
biológica de diferentes sistemas anatómicos.
Bibliografía
Carmona González B. (2014) LA REPRESENTACIÓN DE LA MUJER EN EL PALEOLÍTICO DE LA PENÍNSULA
IBÉRICA
(2013-2014)Trabajo Final de la Carrera de Arqueología de Universidad de Barcelona
De Sonneville- Bordes (1973) “La Edad de Piedra”. EUDEBA. Editorial Universitaria de Buenos
Aires
Martínez González R. & Mendoza Straffon L (2017) “EL ARTE DE MORIR. Una Aproximación a
las Concepciones del Deceso Humano en el Paleolítico Superior Europeo” Revista: ESPACIO,
TIEMPO Y FORMA SERIE I · PREHISTORIA Y ARQUEOLOGÍA, 10 ·-2017 Disponible en: DOI:
http://dx.doi.org/10.5944/etfi.10.2017.18952
7
Medicina caracteriza por utilizar remedios con sustancias, plantas entre otros en muy poca cantidad y
proporción…[definición propia]
Rosas, A.(1); Estalrrich, A.(1); García-Tabernero, A.(1); Huguet, R.(2); Lalueza-Fox, C.(3); Ríos,
L.(1); Bastir, M.(1); Fernández-Cascón, B.(1; Pérez-Criado, L.(1); Rodríguez-Pérez, F.J.(1);
Ferrando, A.(1); Fernández-Cerezo, S.(1); Sierra, E.(1) y de la Rasilla, M.(4) (2015), Investigación
paleoantropológica de los fósiles neandertales de El Sidrón (Asturias, España) En Cuaternario y
Geomorfología, 29 (3-4), págs. 77-94. Disponible: Cuaternario y Geomorfología
www.rediris.es/CuaternarioyGeomorfologia
Soria M.A. (2029) Actividad 1. Materia. Arqueología de Viejo Mundo I. Carrera de Arqueología.
UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRÉS. UMSA. La Paz- Bolivia