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Sustancia Psicoactiva o droga es toda sustancia que introducida en el organismo, por cualquier vía
de administración, produce una alteración del funcionamiento del sistema nervioso central y es
susceptible de crear dependencia, ya sea psicológica, física o ambas. Además las sustancias
psicoactivas, tienen la capacidad de modificar la conciencia, el estado de ánimo o los procesos de
pensamiento de la persona que las consume. (OMS)
Experimental:
Ocasional:
La persona consume una o varias drogas de vez en cuando, sin continuidad; además, consume la
droga cuando se le presenta la ocasión. No hay búsqueda activa de la sustancia.
Habitual:
Dependiente:
La persona tiene la necesidad de forma continuada o periódica la sustancia para evitar los efectos
psíquicos o físicos producidos por el síndrome de abstinencia. La obtención y el consumo de la
droga son la motivación central de su vida.
En la actualidad existen tanto sustancias psicoactivas legales como sustancias psicoactivas ilegales,
aunque estas últimas parecen ser más numerosas.
Las sustancias que no se utilizan con ningún fin terapéutico y que resultan legales en la mayoría de
países son el alcohol, la cafeína y la nicotina.
En primer lugar, las sustancias psicoactivas pueden catalogarse en función de su origen. Es decir,
se pueden dividir en drogas naturales (que aparecen de forma espontánea en la naturaleza) y en
drogas sintéticas (que requieren de procesos físicos y químicos para su obtención).
Otra clasificación empleada para dividir los tipos de sustancias psicoactivas es la diferenciación
entre drogas duras y drogas blandas.
Las drogas duras hacen referencia a sustancias que producen graves riesgos para la salud y las
drogas blandas resultan sustancias supuestamente menos peligrosas.
Finalmente, una de las clasificaciones más empleadas y que permiten definir mejor las
características de cada sustancias psicoactiva hace referencia a su mecanismo de acción y,
sobretodo, a los efectos cerebrales que produce su consumo.
En este sentido, las sustancias psicoactivas pueden dividirse en tres grandes grupos: las sustancias
estimulantes, las sustancias psicodélicas y las sustancias depresoras.
Estimulantes: hacen referencia a todas esas sustancias que activan el sistema nervioso central e
incrementan su actividad. Las principales sustancias estimulantes serían la cocaína, las
anfetaminas, la nicotina y la cafeína.
Psicodélicas: se conocen también como sustancia alucinógenas ya que su efecto cerebral principal
recae en la alteración de la percepción. El LSD, la psilocibina o la ketamina serían algunos
ejemplos.
Depresoras: son sustancias que actúan sobre el sistema nervioso central disminuyendo su grado
de actividad y potenciando la inhibición. Las sustancias depresoras más consumidas son el alcohol,
los barbitúricos y las benzodiacepinas
LSD
Efectos – El LSD es una droga alucinógena. Algo así como una hora después de
tomar la dosis, provoca un viaje en el cual lo que te rodea parece distinto y los
colores, los sonidos y los objetos parecen irreales o anormales. Durante el viaje
se pueden tener visiones y escuchar voces; el tiempo parece ir más lento o
acelerarse. Los efectos pueden durar unas 12 horas.
CANNABIS Planta con cuya resina, hojas y flores se elaboran las sustancias psicoactivas más
conocidas ( hachís y marihuana ) y mas utilizadas entre las drogas ilegales. EFECTOS
PSICOLÓGICOS Relajación Desinhibición. Llentitud en el paso del tiempo. Somnolencia
Alteraciones sensoriales Dificultad en el ejercicio. Incapacidad para expresarse Incapacidad
deconcentración EFECTOS FISIOLÓGICOS Aumento del apetito. Sequedad de la boca Ojos
brillantes y enrojecidos. Taquicardia. Sudoración. Somnolencia. Descoordinación de movimientos.
COCAÍNA Procede de un arbusto cuya denominación botánica es Erytroxilon coca. Las hojas de
coca, sometidas a diversos procesos de elaboración química, dan lugar a distintos
derivados:Clorhidrato de cocaína, Sulfato de cocaína ,Cochina base . EFECTOS PSICOLÓGICOS
Euforia, excitación. Locuacidad. Aumento de la sociabilidad. Aceleración mental. Hiperactividad.
Aumento del deseo sexual EFECTOS FISIOLÓGICOS Disminución de la fatiga. Reducción del sueno.
Inhibición del apetito. Aumento de la presión arterial
HEROÍNA Se conoce con el nombre de opiáceos a una familia de sustancias que tienen en común
su emparentamiento con el opio, bien porque derivan de él o bien porque se elaboran mediante
síntesis química a partir de la propia morfina, como es el caso de la heroína. EFECTOS
PSICOLÓGICOS Euforia Sensación de bienestar Placer EFECTOS FISIOLÓGICOS Analgesia Náuseas y
vómitos Inhibición del apetito
Por Cinta Martos Silván | El abuso de drogas supone un importante problema de salud pública, ya
que el consumo continuado de estos fármacos puede desencadenar consecuencias graves
Además, si se pasa cierto periodo de tiempo sin consumir, pueden aparecen molestos síntomas de
abstinencia, que son opuestos a las sensaciones que puede simular una droga.
La adicción se describe como una enfermedad que dura toda la vida, que se caracteriza por
conductas de búsqueda de la sustancia adictiva y su consumo compulsivo independientemente de
que provoque consecuencias negativas.
La adicción está vinculada con un aumento de la probabilidad de recaída, que suele comenzar
cuando la persona se expone a ciertos estímulos que asocia con las drogas. También conlleva que
la conducta de consumo se mantenga, aunque ésta dé lugar a consecuencias negativas para la
persona.
Hasta es habitual que se cree un círculo vicioso: el individuo consume una sustancia, esto provoca
directa e indirectamente efectos negativos biopsicosociales, por lo que, su vía de escape es volver
a consumirla para evadirse de los problemas.
Drogas emergentes
Se trata de sustancias psicoactivas de última generación que surgen a nivel de síntesis química con
objetivo recreativo, englobando efectos alucinógenos, euforizantes, relajantes, afrodisíacos,
aumento del rendimiento psicomotor, disminución de cansancio y sueño, etc. También se usan
para combatir los efectos indeseados del consumo de otras drogas de abuso y del alcohol, y como
vigorizantes. Las de uso más común son: Éxtasis (MDMA), Triptaminas, Piperazinas, Plantas
Alucinógenas (Miristica Fragans, Salvia Divina, Ayahuasca, etc.), Hongos Alucinógenos (Amanita
Muscaria), Ketamina, Éxtasis Líquido, Poppers y Spice Drugs. Las vías de administración son varias
en función de la sustancia: oral, esnifada, inhalada, endovenosa.
¿Qué son las NSP? Las nuevas sustancias psicoactivas (NSP) han sido conocidas en el mercado por
términos tales como “drogas de diseño”, “euforizantes legales”, “hierbas euforizantes”, “sales de
baño”, “productos químicos de investigación” y “reactivos de laboratorio”. A fin de promover una
terminología clara sobre este asunto, UNODC utiliza únicamente el término “nuevas sustancias
psicoactivas (NSP)”, las cuales se definen como “sustancias de abuso, ya sea en forma pura o en
preparado, que no son controladas por la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes ni por
el Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de 1971,
1- Se altera el ADN
Sin embargo, cómo es la relación directa de estos sistemas con el abuso de sustancias adictivas
aún no se conoce con absoluta certeza.
Los principales hallazgos incluyen pérdida neuronal, daño axonal generalizado, problemas
neurodegenerativos, disminución de proteínas ácidas fibrilares gliales, así como alteraciones en la
microvasculatura cerebral.
Según Nora Volkow (máxima esperta mundial sobre los efectos de la droga en el cerebro)(2003),
se han observado cambios neuroquímicos y funcionales en el cerebro de los adictos gracias a
estudios de neuroimagen.
Cuando la persona está bajo los efectos de las drogas o en el craving (fuerte deseo de volver a
consumirla) se activa mecanismos cerebrales complejos. Estos involucran las vías de recompensa
(núcleo de accumbens), circuitos asociados con la motivación (corteza orbitofrontal), memoria
(amígdala e hipocampo) y control cognitivo (giro cingulado y corteza prefrontal).
Otras investigaciones han resaltado el papel de la dopamina, una sustancia que aumenta
bruscamente y de forma muy rápida cuando se está bajo los efectos reforzantes de las drogas.
Según indica una publicación del Harvard Mental Health Letter en 2004, parece que el mecanismo
principal que mantiene la adicción es la liberación de dopamina en núcleo de accumbens cuando
la droga se consume. Esto despierta placer en el sujeto y funciona como falsa señal, indicándonos
que esa conducta facilita la supervivencia o la reproducción.
Este sistema se conoce como la vía de recompensa, y facilita al cerebro el registro de esa
experiencia para procurar volver a repetirla en el futuro.
De forma natural, las recompensas se consiguen con esfuerzo y suelen demorarse. Sin embargo,
con las drogas ocurre todo lo contrario: el acceso al placer es directo.
Por lo tanto, cuando el consumo se interrumpe, el nivel de dopamina cae provocando disfunciones
en el área prefrontal del cerebro. Esto da lugar a impulsividad y problemas para el control
inhibitorio. También se encuentra una reducción en la capacidad de gratificación de estímulos
reforzantes naturales, como la comida o el sexo.
Cuando se abusa de una sustancia por un largo periodo de tiempo, se produce una disminución de
los niveles de dopamina en un intento del cerebro por regularlas. Los adictos poco a poco van a
necesitar dosis más altas y con más frecuencia para conseguir los efectos que la droga producía al
principio.
La sustancia adictiva y los estímulos que se relacionan con la pérdida de control adquieren un gran
poder de recompensa que prevalece por encima de cualquier otro estímulo agradable.
Esto se produce por condicionamiento y por desajustes en el umbral del placer, de forma que la
persona se acostumbra a niveles de placer muy altos producidos por la droga y otro estímulo no es
capaz de provocarlo.
Además, cuando el sujeto se expone a la droga o elementos asociados a ella, parece que el simple
recuerdo de la gratificación que proporciona esa sustancia produce la sobreactivación del circuito
de recompensa a la vez que disminuye el control cognitivo.
Por eso resulta muy complicado para los adictos inhibir su comportamiento de búsqueda de la
droga y abandonar el consumo.
A pesar de años de abstinencia, los recuerdos permanecen fijos en la mente del adicto. De esta
forma, ante eventos, lugares o experiencias que se relacionan con la droga se reactiva este deseo
de consumirla, independientemente del tiempo que haya pasado.
Este fenómeno se denomina aprendizaje condicionado, que establece asociaciones muy
persistentes entre dos estímulos, principalmente cuando involucran vías del placer. Esto se
produce porque el núcleo accumbens manda señales a la amígdala y al hipocampo, y éstos se
dedican a almacenar y consolidar recuerdos que provocan sentimientos intensos.
Por ese motivo, un alcohólico que lleva años sin beber puede sentir el impulso de beber de nuevo
cuando vuelve al bar que antes frecuentaba. Otro ejemplo es lo que puede sentir un ex adicto a la
heroína cuando ve una aguja hipodérmica.
Por eso se aconseja para evitar recaídas en casos de adicción que se cambie el entorno y los
hábitos de la persona. Ya que un adicto nunca va a dejar de serlo.
De hecho, las tensiones externas o internas pueden fomentar una recaída. Es decir, que los adictos
se encuentren en situaciones delicadas o generadoras de estrés o malestar.
Probablemente las personas que caen en la adicción ya eran hipersensibles al estrés o tenían
dificultades para tolerar la frustración, características que los hacen propensos a iniciar el
consumo y mantenerlo. Aunque en otras ocasiones, esa respuesta alterada al estrés puede venir
de alteraciones cerebrales tras largo tiempo de abuso de sustancias.
Brainstorming
Metodología: Esta actividad nos sirve para poder ver el nivel de conocimiento que tienen nuestros
jóvenes sobre el ocio nocturno, la cocaína, sus actitudes frente al consumo, el grado de
consciencia sobre los riesgos… Es una actividad muy buena para hacer al inicio de un programa o
sesión. La actividad consiste en que el dinamizador sugiera una palabra y cada joven diga la frase o
las palabras que le sugiere el término. Todas las aportaciones se irán anotando en la pizarra.
Si el grupo es poco participativo, en vez de hacer la dinámica oral se puede plantear por escrito, en
este caso sería un Brainwriting. Las aportaciones se escribirían en un post-it y se pegarían en la
pizarra para ser leídas en voz alta, por el autor.
Una vez hechas todas las aportaciones, empezamos a clasificar los conceptos en Positivo,
Negativo y Neutro. Finalizada la clasificación, el dinamizador puede pedir la opinión a los jóvenes
sobre el concepto o grupo que más les ha sorprendido.
Para finalizar la actividad, el dinamizador debe aclarar dudas y explicar los diferentes conceptos,
los efectos de las sustancias, los riesgos…
A los jóvenes se les puede entregar un díptico con la información más importante.
Este artículo ha sido verificado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas el 9 octubre,
2018
El impacto del consumo de drogas entre los jóvenes puede ser devastador. No olvidemos que
estamos ante un cerebro aún en desarrollo, lo cual incrementa el riesgo de desarrollar algún
trastorno psiquiátrico.
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A pesar de que tal y como nos revelan los informes el abuso del alcohol y otro tipo de sustancias
está disminuyendo entre la población más joven, los problemas de adicción siguen siendo algo
más que recurrente. Entender el por qué de este tipo de comportamientos es algo complejo. A
menudo deriva del entorno y la presión del contexto donde el joven pueda moverse, aunque los
psicólogos, por ejemplo, hablan también de angustia psicológica, de desánimo y desafección.
Sea como sea hay algo que está claro: los efectos que tiene el consumo de drogas entre la
población más joven es devastador. No solo es un problema de salud pública. Es también un
impacto de gran relevancia en las propias familias y en la sociedad. Entender por tanto el modo en
que altera la propia vida de los adolescentes es clave para invertir en prevención y en apoyo.
“Las drogas son las enemigas del futuro y de la esperanza, y cuando luchamos contra ellas
luchamos por el futuro”
-Bob Riley-
Cuando hablamos de consumo de drogas es común visualizar las más duras. Sin embargo, no
podemos perder de vista que tanto el alcohol como el tabaco son sustancias nocivas y adictivas
con las que adolescentes de 12 y 13 años suelen iniciarse. Asimismo, también es importante tener
en cuenta las más extrañas como puede ser inhalar pegamento. Un recurso económico más
accesible y que está causando ya estragos en los países más pobres.
Asimismo, hay algo evidente que nos demuestran estudios como el llevado a cabo en la
Universidad de Maryland: el consumo temprano de drogas (sea la que sea) tiene un impacto
directo a nivel cerebral. No olvidemos que estamos ante un cerebro aún inmaduro y en desarrollo.
Algo así aumenta de forma exponencial el riesgo de sufrir algún trastorno psicológico.
Veamos por tanto qué efectos tienen las drogas más comunes en la salud mental de nuestros
jóvenes.
Trastornos de ansiedad.
Asimismo, entre los efectos del alcohol a largo plazo incluyen trastornos neurológicos y
psiquiátricos.
Apatía y desmotivación.
Agresividad.
Trastornos de ansiedad.
Irritación.
Depresión severa.
Ataques de pánico.
Lo curioso del asunto es que el consumo de drogas no siempre es el punto de partida de otra
enfermedad mental, sino que puede ser otra enfermedad la que sea un factor de riesgo para el
consumo. Así, un trastorno del estado de ánimo o ansiedad puede conducir a un adolescente a
consumir drogas como una forma de “automedicación”.
El abuso de sustancias (dependencia del alcohol o el uso habitual de drogas) es considerado una
enfermedad mental.
En la comorbilidad también existe una interacción entre las dos enfermedades, de manera que un
empeoramiento en la sintomatología de una suele dar lugar a un empeoramiento en la
sintomatología de la otra.
La adicción a las drogas es una enfermedad crónica y recurrente que se caracteriza por la
búsqueda y el consumo compulsivo de estas sustancias, a pesar del conocimiento de sus
consecuencias nocivas. Se considera una enfermedad mental porque las drogas modifican la
estructura y funcionamiento del cerebro, condicionando y limitando seriamente la vida del
enfermo.
Los comportamientos compulsivos resultantes debilitan la capacidad para controlar los impulsos a
pesar de las consecuencias negativas. Estos comportamientos son similares a las características
básicas de otras enfermedades mentales.
Aunque la decisión inicial de consumir drogas es voluntaria, el consumo continuo de estas
sustancias altera la capacidad de una persona para ejercer el autocontrol, que puede verse
seriamente afectada. Este deterioro en el autocontrol es el sello distintivo de la adicción.
Estudios de imágenes cerebrales de personas con adicciones muestran cambios físicos en áreas
del cerebro que son esenciales para el juicio, la toma de decisiones, el aprendizaje y la memoria,
así como para el control del comportamiento. Los científicos creen que estos cambios alteran la
forma en la que funciona el cerebro y pueden ayudar a explicar los comportamientos compulsivos
y destructivos de la adicción.
El abuso de drogas y otras enfermedades mentales tienen mucho en común, incluyendo una serie
de causas. Algunos de los factores de riesgo que pueden conducir al abuso de drogas y a la
inestabilidad mental en los adolescentes son los siguientes:
Desarrollo cerebral
Hasta ese momento, los adolescentes y los adultos jóvenes están en busca de aceptación y de la
manera de impresionar a los otros sin considerar las consecuencias. Todavía son propensos a
tomar decisiones impulsivas, sin dar parte a las emociones y a la razón. Esto les hace
particularmente susceptibles a desarrollar múltiples problemas de salud mental.
Los abusos verbales o físicos durante la infancia y la adolescencia pueden dejar cicatrices físicas y
emocionales. Los jóvenes que hayan sido víctimas de estos abusos buscarán cualquier forma de
suprimir el dolor sufrido, incluso mucho tiempo después de sufrir esos abusos.
Las cicatrices causadas por el el abuso suelen venir acompañadas de baja autoestima,
desesperanza, paranoia e incluso pensamientos de suicidio. Algo que no facilita precisamente la
reflexión sobre el daño que el abuso de sustancias produce en el cuerpo, sino todo lo contrario.
Exposición temprana
Las estadísticas han demostrado que cuando los niños están expuestos a las drogas y/o o alcohol
son más propensos a desarrollar problemas de adicción. Basta con que lo vean en su entorno más
cercano.
El consumo de drogas o alcohol puede ser un factor que contribuye a la inestabilidad mental,
especialmente a una edad temprana, ya que los fármacos pueden alterar el desarrollo de los
sistemas neurológicos de los jóvenes y cómo responden al estrés.
Presión
El entorno está presionando constantemente a los jóvenes respecto a lo que deben o no deben
hacer. Padres, educadores y medios de comunicación ejercen presión sobre los adolescentes, que
se sienten presionados por todas parte por convertirse en personas perfectas.
Toda esta presión es sin duda un factor contribuye a que los jóvenes sientan ansiedad y baja
autoestima, así como a experimentar dudas. Esto da lugar a una batalla interna, constante e
innecesaria de autodefensa que puede acabar en adicción, depresión y pensamientos o tendencias
suicidas. Los adultos sabemos que es imposible complacer a todo el mundo. Sin embargo, los
adolescentes todavía están aprendiendo.
El consumo temprano de drogas aumenta las posibilidades de que una persona desarrolle una
adicción. La prevención del consumo temprano de drogas o alcohol puede marcar una gran
diferencia en la reducción de estos riesgos. Si podemos evitar que los jóvenes experimenten con
drogas, podemos prevenir la drogadicción.
Durante este período, por primera vez los niños están expuestos a sustancias que se prestan al
abuso (como tabaco y alcohol) por primera vez. Cuando empiezan los estudios de secundaria, los
adolescentes tienen más cerca los canales de acceso a las drogas y no es raro que terminen siendo
testigo de su consumo.
Por otra parte, las habilidades de los adolescentes para ejercer el buen criterio y tomar decisiones
están aún en desarrollo y pueden limitar su capacidad para evaluar con precisión los riesgos de
todas estas formas de consumo de drogas.
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