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TARIFEÑO, MARCILESE, MOSTACCIO, GIROLDI (PRINCIPIO ACUSATORIO)

Lo sostenido por la mayoría de la Corte en “Marcilese” tuvo efímera vigencia, como lo habíamos
anticipado.21 En “Mostaccio”, la Corte, en mayoría, “regresó” a “Tarifeño” a través de “Cáseres”;
esto nos autorizó a decir que una nota al nuevo fallo debería denominarse “De ‘Tarifeño’ a
‘Tarifeño’”. Esa doctrina de la Corte tiene ahora estabilidad, aten

En 1989 “TARIFEÑO” por el delito de encubrimiento en concurso ideal con abuso de autoridad.
La Corte, (en un fallo suscripto por los ministros Enrique Petracchi, Augusto Belluscio y Jorge
Antonio Bacqué) decretó la nulidad de la sentencia por al recordar que “en materia criminal la
garantía consagrada por el art. 18 de la Constitución Nacional exige la observancia de las formas
sustanciales del juicio relativas a la acusación, defensa, prueba y sentencia dictada por los jueces
naturales”.
“los jueces dejaron sentado que debe existir una relación entre la acusación del fiscal y el
tribunal que enjuicie para que tenga elementos para dictar una condena.”

Pero eso se mantuvo hasta 2002 con “MARCILESE”. Se condenó a Marcilese a prisión perpetua
por considerarlo instigador de un homicidio. Nuevamente el fiscal insistió con la absolución del
acusado, pero el tribunal motivó su condena en el requerimiento de elevación a juicio.
Para Fayt la coexistencia del principio de oficialidad con el sistema acusatorio la que impide, a su
vez, introducir una connotación dispositiva de la acción penal -principio acusatorio material-, pues
ello implicaría desconocer que el ius puniendi no pertenece al Ministerio Público Fiscal sino al
propio Estado del que también -como se señaló en el considerando 8°- son expresión los jueces”.
La explicación del magistrado en ese aspecto refiere a una organicidad del Ministerio Público Fiscal

La conclusión del proceso penal debe sujetarse estrictamente a la legalidad”, manifestó Fayt,

“Los principios procesales que reconocen raigambre constitucional sólo exigen que a una
sentencia preceda una acusación. Una correcta acusación es el presupuesto de un debate válido y
conforme la estructura de nuestro juicio penal recibida del derecho continental europeo, el juicio
oral y público tiene por misión valorar esa acusación -que abrió el juicio- según el contenido del
debate”, concluyó Fayt.

Dos años fueron los que “Marcilese” mantuvo vigencia, en 2004 “Mostaccio” volvió a la senda de
“Tarifeño”.

Tema tratado: La Corte Suprema analiza si es vinculante o no el pedido de absolución del fiscal en
los alegatos. Ello implicará analizar también si el requerimiento de elevación a juicio constituye o
no acusación suficiente para el tribunal pueda condenar.
Tarifeño (1989):
Acusado:el delito de encubrimiento en concurso ideal con abuso de autoridad.
La Corte estima que son exigencias de las garantías del debido proceso y defensa en juicio, la
observancia de las formas sustanciales del juicio relativas a la acusación, defensa, prueba y
sentencia por parte de jueces naturales. Si el fiscal en sus alegatos pide la absolución (lo que
razonablemente también pedirá la defensa) no se conforma acusación, por lo que el tribunal no
puede condenar. El requerimiento de elevación a juicio no es acusación suficiente. ”No hay
condena sin acusación”

Marcilese (2002): Acusado: a prisión perpetua por considerarlo instigador de un homicidio


La Corte ya no considera conveniente el sostenimiento de la doctrina “Tarifeño”, y considera que
el ejercicio de la jurisdicción está precedido de una acusación previa, dada en el requerimiento de
elevación a juicio, donde se fijan los hechos en forma clara, precisa y circunstanciada, su
calificación legal y los motivos en que se funda, para asegurar con todo ello el derecho de defensa
en juicio. El pedido de absolución del fiscal luego del debate no desapodera al tribunal del ejercicio
de la jurisdicción. Los alegatos son una etapa valorativa que en nada modifica al objeto del
proceso, sosteniente el Dr. Fayt.

Mostaccio (2004): Acusado: fue condenado a la pena de seis meses y cinco años de
inhabilitación especial para conducir vehículos automotores, como autor penalmente
responsable del delito de homicidio culposo Se retoma a la doctrina “Tarifeño”, por lo que la
Corte en la actualidad considera que el requerimiento de elevación a juicio no es acusación
suficiente. La acusación del fiscal en el juicio es indispensable y habilitante de la condena. “No hay
condena sin acusación”

Tarifeño y mostaccio: Lo mismo


Marcilese: Distinto

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