El tema a tratar es el de Biopolítica.

Comencemos contextualizando el
surgimiento del término que algunos consideran un “neologismo” de vital
importancia para la comprensión de la Modernidad, sobretodo para la segunda
mitad del siglo XX, donde encontramos a Foucault como uno de los
pensadores más influyentes.

En esta contextualización histórica no podemos dejar de mencionar al Mayo

francés del año 68, suceso relevante más que nada por la producción y el
debate intelectual desarrollado en esos años, en el seno del pensamiento
crítico y de los proyectos emancipadores europeos, que pasarían a ser de gran
influencia (en años posteriores) en nuestro continente.

La corriente de pensamiento en la que podemos ubicar a Foucault, se

posiciona como crítica dentro del Marxismo. Algunos lo definen como “neo-
marxistas”; otros como “ex -marxistas”. Este posicionamiento es denominado
“Pos-estructuralista” por su alejamiento del Estructuralismo en el cual podemos
ubicar a Althusser como uno de sus principales referentes.

Estas concepciones pos-estructuralistas entienden que la dominación y el

control social no se remite únicamente a la Ideología (a través de los aparatos
ideológicos del Estado althusseriano) sino que sobretodo existe a través del
control de los cuerpos y de los espacios. O sea, que toma importancia “lo
corporal”,“lo biológico” la distribución física del espacio, la Disciplina como
forma histórica moderna de control de los cuerpos, entre otros factores. El
concepto de Biopolitica está íntimamente relacionado con otro tema de interés
de Foucault: el poder; o más específicamente el Bio-poder que tiene como
objeto de análisis las relaciones de poder y de saber articuladas en el Siglo
XVII. Y la Biopolitica habría surgido como forma de gobierno sobre los
procesos biológicos de la población. Hay una distancia con respecto a la otra
“tecnología del poder” (anatomopolitca) en cuanto a la importancia que la
Biopolitica le adjudica a “la vida”, ya no se trata tanto de la tecnología
disciplinaria del cuerpo sino de la tecnología reguladora de la vida de los
hombres vivientes.
Foucault aporta abundancia de insumos intelectuales en este sentido; una
reflexión analítica sobre este “nuevo” tipo de poder, o nueva forma de entender
al poder y como este actúa a través de los agentes de poder sobre los seres
humanos. Como actúa el Biopoder, Como se da una nueva Disciplina que
comienza a actuar de otra manera; en pocas palabras como “se invisibiliza”.
Son temáticas en torno a las cuales Foucault reflexiona. Define a la disciplina
como la “anatomía política del detalle” , como una “… nueva microfísica del
poder que no ha cesado desde el siglo XVII, de invadir dominios cada vez más
amplios, como si tendieran a cubrir el cuerpo social entero…” (Foucault, “Vigilar
y Castigar”, Ed. SXXI, pág.161)

Aquí vemos una “ruptura epistemológica”, por llamarlo de alguna manera, con
la concepción marxista estructuralista, al enfocar sus análisis de comprensión
de la realidad a las tecnologías políticas del poder, los dispositivos, los
mecanismos, a la “microfísica” del poder, etc. Más que al sistema capitalista
como una estructura de producción-distribución-cambio-consumo de
mercancías que determinan en última instancia la superestructura político-
jurídica y cultural. Diferencia que se ahonda y profundiza si tomamos en cuenta
las diferentes consecuencias políticas que de ellas se derivan. Para Foucault,
el poder no se localiza en una institución o el Estado; por lo tanto “la toma de
poder” planteada por el marxismo clásico no sería viable.

En cuanto a la construcción del sujeto en la Modernidad, podemos tomar en

cuenta que las decisiones políticas (en el sentido amplio del término) dependen
en gran medida de como entendemos al Sujeto, como lo (nos) idealizamos en
constante interacción consigo mismo, con los otros sujetos y con las
instituciones que directa e indirectamente lo (nos) conforman y condicionan.
Teniendo en cuenta a los sujetos tanto como producto histórico como también
agente de cambio y transformación de la realidad histórica que se mueve tanto
en el plano de como entendemos la historia pasada, la realidad presente y
como nos proyectamos,colectivamente, el futuro.