A POCALIPSIS S ENCILLITO

LA IGLESIA
DE SARDIS
Autor
Pastor Jesús Lozano
 APOCALIPSIS
∏
LA IGLESIA DE
SARDIS
 ∏
SARDIS Sardis

LOS QUE ESCAPARON

Continuando con nuestro estudio, toca el turno ahora a la Iglesia de Sardis
Se piensa que la Iglesia de Sardis, representa a la Iglesia de la época de la
Reforma que inicia en el año 1517, hasta la Iglesia del 1800, por supuesto,
después de Cristo.
La ciudad de Sardis, fue la
capital del imperio lidio.
Lidia fue un gran imperio,
hasta que los persas, bajo
el mando del emperador
Ciro, le conquistaron.
Esta gran urbe, fue
inmensamente próspera, ya
que tenían enormes
cantidades de oro que
provenían del río pactolo, o
“pactolus” que precisamente significa “el que porta oro”

Sardis se encontraba a unos 35 kms de la ciudad de Tiatira,

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Su nombre, “sardis” o, mejor dicho, “sarid” significa “los
que escapan, los que salen”,
En el año 17 de nuestra era, un devastador terremoto
casi acabó con la ciudad, siendo reconstruida, años más
tarde, por el emperador romano Tiberio.
Esta ciudad, como comenté anteriormente, se enriqueció
no solamente debido a los grandes yacimientos de oro,
sino que además, tenían una enorme industria de telas,
colores o “tintes” además de la joyería.
RUINAS DEL TEMPLO DE ARTEMIS EN SARDIS
Esta metrópoli era cuna del paganismo, ya que en ella,
existía un suntuoso templo erigido para la diosa Artemisa
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o “diana”, en la actualidad, aún quedan ruinas de este
edificio religioso. Sin embargo, la ciudad, como tal,
desapareció, quedando solamente una pequeña villa
llamada “sart”
EXÉGESIS
Versículo 1.-
Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los
siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto:
“Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives,
y estás muerto.
El ángel, a quien la carta es remitida, es el pastor,
ministro o encargado de la Iglesia de Sardis
“El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete
estrellas, dice esto”:
Cuando Cristo hace mención a “el que tiene los siete
espíritus de Dios” se está refiriendo al que tiene la
plenitud del Espíritu de Dios.
Recordemos que el número siete, dentro de la Teología,
simboliza perfección, plenitud, por lo tanto, al mencionar
a “los siete espíritus de Dios” seguramente se está
refiriendo, al que “tiene la plenitud del Espíritu de Dios.
Entendemos que “quien tiene este tipo de plenitud”, es
necesariamente Cristo, ya que la palabra Cristo, o
Mesías, significa precisamente “ungido” por lo tanto, el
que tiene los siete espíritus de Dios, es definitivamente,
el Señor Jesucristo, quien además, afirma tener “las
siete estrellas” Estas siete estrellas, muy posiblemente
se refieran a los siete pastores o ministros presidentes
de las Iglesias.
“Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives,
y estás muerto”
Aproximadamente 700 años antes del mensaje en
cuestión, Sardis hubo sido una enorme ciudad llena de
fama. Decir que se era ciudadano de Sardis, era
reconocido como ser rico, de reconocimiento, sin
embargo, cuando Cristo dicta la carta a Juan, la ciudad
de Sardis, solo vivía del recuerdo, ya no era la próspera
ciudad de antaño, solo su fama había quedado.
La Iglesia, presentaba el mismo fenómeno, posiblemente
disfrutaba de reputación, tenía nombre de que “vivía”…
pero en verdad… estaba muerta.
Se engañaban, y engañaban a los demás quienes creían
que en verdad, aquella Iglesia tenía la vida de Cristo.
Si usted lee esta carta, notará que la Iglesia de Sardis,
no tenía, al parecer, ningún tipo de problemas,
aparentemente vivía tiempos de paz, sin embargo, más
que pacífica, la Iglesia estaba muerta, por esto, (quizá es
por esto que no tenía ningún tipo de dificultades).
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Tienes nombre de que vives. Tenía fama de ser una
buena iglesia, una iglesia grande, próspera, pero ante la
mirada escrutadora de Cristo, de quien nadie escapa
inadvertido, estaba completamente muerta.
Bíblicamente entendemos que cuando alguien está
muerto, es sin duda por que está en pecado, esto lo
leemos en Efesios 2:1 (En cuanto a vosotros, estabais
muertos en vuestros delitos y pecados, Romanos 6:23)
(Porque la paga del pecado es muerte; pero el don de
Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.) y
otros.
De esto, podemos deducir que la Iglesia de Sardis, al
estar muerta, era en parte por que estaba en estado
pecaminoso.
Tenía cultos, estaba llena de rituales, ceremonias,
pompa, pero simplemente, carecía de la vida de Cristo, y
de su Espíritu
Versículo 2.-
Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para
morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante
de Dios.
“Se vigilante”
El original griego de esta expresión, es “guínou
gregorón” que significaría algo así como “hazte vigilante,
despierta, ponte alerta”
 La ciudad de Sardis, había
caído en dos ocasiones
anteriores: en la primera, fue
víctima del ejército persa, y
años más tardes, de las
huestes del general griego
Antíoco Epífanes.
Estas dos derrotas que sufrió
Sardis, fueron debidas a que
se sentían tan invencibles,
que no pusieron guardias a
vigilar, posiblemente por esta
ANTIOCO EPIFANES razón, Cristo le advierte a la
Iglesia “sea vigilante” para que no te pase lo que a la
ciudad.
Parafraseando diría: “No vaya a ser que satanás
también te destruya mientras no estás vigilando,
mientras estás dormida, y entre y te saquee”.
El Señor exhorta a la Iglesia de Sardis, para que
reanimen lo poco que les queda de piedad, que aviven la
poca convicción que les queda, y que está a punto de
extinguirse.
Algunos teólogos opinan que más que cosas, se refiere
a “personas” que ciertamente amaban a Dios, aunque
estaban dentro de esta institución religiosa muerta.
“porque no he hallado tus obras perfectas delante de
Dios”.
Cristo manifiesta no encontrar “perfectas” las obras de
esta iglesia, sin embargo, el texto griego original, escribe
la palabra “pleroo” que más que “perfectas” significa
“completas”
El Señor, habiendo escudriñado las obras, el proceder
de esta institución, las encuentra “incompletas”, faltas,
estas, revelaban una mediocridad en el servicio al Señor,
y en su estado espiritual.

y afirma las otras cosas que están para morir Versículo 3.-

Aún quedaban “otras cosas” que estaban para morir, al Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y
parecer, aún quedaba algo “rescatable” dentro de esta guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre
Iglesia. ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.

En lo general, la institución carecía de vida, sin embargo, El Señor recuerda a la Iglesia de Sardis, acerca de lo
quedaban algunos vestigios de vida. “lo poco bueno que que “ha recibido” como diciendo “acuérdate lo que te he
te queda, actívalo, consolídalo, rescátalo.” dado, lo que has obtenido de Mí, lo que has escuchado
de Mí.”

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San Juan utiliza, para la palabra “guárdalo” el verbo La ciudad de Sardis, estaba localizada en un punto alto,
griego “teréo” que significa guardar, interiormente, estratégico, parecía invencible, el rey de esta ciudad,
observar interiormente. descansaba tranquilo, no colocaban los guardias
necesarios para protegerla, asegurando que nada ni
Es decir, lo que la Iglesia había recibido y oído, habían
nadie les podía invadir.
de guardarlo dentro, en el corazón.
Esta confianza, les costó el perder dos batallas
La iglesia, recibió inicialmente la revelación divina del
decisivas, como mencioné anteriormente, en contra de
Evangelio. El Espíritu Santo, inspiró a hombres para
los persa y después, de los griegos.
escribir el testimonio, la verdad de Cristo,
lamentablemente, la iglesia de Sardis, o mejor dicho, la
iglesia en general de los años 1500 al 1800 después de
Cristo, olvidó lo que había recibido de parte del Señor.
Abandonaron la verdad bíblica, para abrazar ritos,
dogmas que los hombres habían inventado, o que
importaron de religiones paganas.
Cristo exhorta a Sardis a retomar lo que recibió
inicialmente, ordena que lo guarden, que lo practiquen…
pero agrega que además, se arrepientan de haberlo
olvidado.
De nada sirve simplemente reconocer que hemos fallado
ante Dios, si no presentamos una actitud de EL ARREBATAMIENTO SORPRENDERÁ A
arrepentimiento, cambiando nuestra mentalidad, nuestro MUCHOS
corazón. De la misma manera a la Iglesia de Sardis, que no le
suceda lo que aconteció a la ciudad. Cristo, advierte a
Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no
esta iglesia, que no se confíe, que esté alerta, de lo
sabrás a qué hora vendré sobre ti
contrario, ÉL mismo vendrá sobre la iglesia, como ladrón
en la noche.

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Los ladrones, cuando asaltan, sorprenden a sus
víctimas, nos les avisan, embisten cuando menos los
esperan. De esta misma manera, los feligreses de la
Iglesia de Sardis, serían sorprendidos por el mismo
Señor, posiblemente refiriéndose a la sorpresa del
arrebatamiento, que a muchos asombrará.
Versículo 4.-
Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han
manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en
vestiduras blancas, porque son dignas.
Dentro de este enorme grupo de apáticos y muertos,
quedaba un remanente, pequeño por cierto, ya que el
Maestro advierte de “unas pocas personas”
El texto griego original utiliza la palabra “nombres” (del
griego “onómatas” (en lugar de “personas”).
Ciertamente Cristo conoce a sus redimidos, “por su
nombre” tal como Él mismo lo advierte en Juan 10:3, en
donde dice que a sus ovejas llama por su nombre.
Este pequeño grupo, aunque vivía dentro de esta
institución muerta, no habían manchado sus vestiduras,
es decir, mantenían el testimonio de Cristo, no se habían
contaminado con la idolatría, como el resto de la Iglesia.
Para estos, fieles al Señor, les esperaba una maravillosa
recompensa:
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Debido a que no mancharon sus vestiduras, Cristo les
daría nuevas vestiduras, blancas.
Sardis era conocida por su industria del teñido de telas,
pero el color de las vestiduras que Cristo colocaría a su
remanente, seguramente no se compararía en pureza a
estas vestiduras que el Señor ofrece a sus fieles.
Este texto, tiene un significado completamente
escatológico.
Estas ropas blancas, serán vestidas por la Iglesia en su
estado futuro, en el cielo, leemos enseguida un precioso
texto que revela el porvenir de los redimidos y que nos
describe precisamente el uso de estas albas vestiduras.
Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi
sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos
de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.
Apocalipsis 4:4
Al haberse mantenido limpios, sin contaminación, son
hallados dignos de estar en la presencia del Señor, con
los atuendos anteriormente mencionados.
Versículo 5.- El que venciere será vestido de vestiduras
blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y
confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de
sus ángeles.

LOS VENCEDORES SERÁN VESTIDOS CON
VESTIDURAS BLANCAS
Una vez más, la promesa es… “al que venciere”, al que
no manchó sus vestiduras, el que vivió en santidad,
agradando a Dios. A ese, el Señor le asegura que: “se le
cubrirá de vestimentas blancas”.
Este galardón, de ninguna manera es para todos, es
solo para los vencedores, para los que se guardaron
para Cristo, para los que perseveraron hasta el fin
(Mateo 10:22)
El Señor advierte algo muy interesante:
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Afirma que a estos, los limpios, los vencedores (no a
toda la Iglesia, sino a unos cuantos) los que
perseveraron. De esos: no borrará de ninguna manera
su nombre del libro de la Vida.
Cristo da a entender que nuestro nombre puede ser
borrado de este sagrado registro. La mayoría de los
miembros de la iglesia de Sardis, conocieron la verdad,
sin embargo, mancharon sus vestiduras, no se apartaron
para Dios y lamentablemente se contaminaron.
Pero a aquellos que se ocuparon de su salvación con
temor y temblor (Filipenses 12:2) para los que vencieron,
es la promesa y garantía divina de que sus nombres
sean preservados y no sean borrados.
De estos (los vencedores), Cristo confesará o los
reconocerá por nombre en presencia del Padre y de los
ángeles.
Existe dentro de la Iglesia de Cristo, un sector que
afirma que es imposible que los salvos se pierdan,
afirman que el nombre que ha sido escrito en el libro de
la vida, no puede ser borrado, sin embargo, resultaría
vano, inútil que el Señor hiciera mención a esto, si
nuestro nombre jamás se borrara.
Existe la posibilidad de ser eliminados, borrados de este
libro y podemos encontrar textos como
Éxodo 32:32 (¡Ay! Este pueblo ha cometido un gran
pecado al haberse hecho dioses de oro. 32 Pero ahora
perdona su pecado; y si no, por favor, bórrame de tu
libro que has escrito.)
Salmo 69:28 (Sean borrados del libro de los vivientes, y
no sean contado con los justos)

Versículo 6.-
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias.
Una vez más, el mensaje a la iglesia termina como los
anteriores mensajes
El que tiene oídos espirituales, el que esté dispuesto a
oír, “que oiga, que esté atento a lo que el Espíritu de
Dios, dice a las iglesias”.