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Señoras y señores:
Hoy es para mí un día de alegría; hoy es un día de júbilo. Hoy, ante la presencia
de tan distinguido auditorio, culmina el encargo que recibí, hace un año y medio,
de la Junta Directiva del Capítulo de Ingeniería Civil, del Consejo Departamental
de Lima del Colegio de Ingenieros del Perú, de escribir un libro cuyo tema era el
de los Recursos Hidráulicos, para ser publicado dentro de la Colección del
Ingeniero Civil. Fue para mí muy hermoso que mis colegas de la Junta Directiva
me diesen tan significativo encargo. A ellos mi sincero reconocimiento.
Hace poco menos de cuatro años me fue sumamente grato escribir el primer
volumen de la Colección del Ingeniero Civil, dedicado al Transporte de
Sedimentos. Hoy aparece el volumen 16 de la Colección, en el que se desarrolla
el tema de los Recursos Hidráulicos.
Deseo agradecer las generosas palabras de presentación del libro, que acaba de
pronunciar mi gran amigo el ingeniero Luis Basurco Bouchón, colega en múltiples
jornadas profesionales y compañero de docencia universitaria durante muchos
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años. Sus expresiones están indudablemente influenciadas por el mutuo afecto y
amistad que desde hace muchos años nos dispensamos.
Hoy día quisiera compartir con tantos y tan distinguidos colegas acá presentes
algunos aspectos de la gran aventura del pensamiento que significa escribir un
libro, específicamente, un libro de Recursos Hidráulicos.
La importancia del tema y el interés general que despierta el estudio del agua
permite que el lector, concentrado en la trascendencia de los problemas
hidráulicos, pase por alto las imperfecciones del autor. El tema del agua, el tema
de los Recursos Hidráulicos, es de interés general, pues el agua está presente en
todos los aspectos y momentos de nuestras vidas. Las más diversas actividades
humanas están vinculadas al uso del agua: así es en los aspectos domésticos,
agrícolas, energéticos, industriales y recreativos, para mencionar sólo algunas de
las múltiples posibilidades que nos ofrece el agua.
Estas y otras consideraciones nos llevan a acercarnos al estudio del agua con una
extraña mezcla de curiosidad y de humildad. Quisiéramos conocer todos los
misterios que encierra el agua, todas las leyes que siguen su movimiento y todas
las fuerzas de la Naturaleza que producen ese gran contraste entre las zonas
húmedas y las zonas áridas del planeta. Pero, mientras más estudiamos el agua,
más ignorantes nos sentimos, más diminutos y humildes frente a sustancia tan
maravillosa.
Conocer el agua es una tarea ardua, pero fundamental para planificar el desarrollo
de las zonas áridas y semiáridas. Sin agua en cantidad adecuada, con la calidad
debida, disponible en el momento oportuno y en el lugar preciso, no sería posible
concebir ninguna forma de desarrollo, entendido éste como la búsqueda de una
mejor calidad de vida para las generaciones presentes y las futuras. Hacer que
esto sea posible es la tarea de la Ingeniería de los Recursos Hidráulicos.
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Así como Ingeniería y Desarrollo son dos conceptos íntimamente asociados en
cualquier circunstancia o latitud, también es cierto que hay países en los que la
ingeniería juega un papel decisivo para el logro del desarrollo. Esto lo vemos muy
claro en el caso del Perú. Nuestro país existe porque la ingeniería lo construye
cada día: obras de riego, centrales hidroeléctricas, puertos y caminos permiten
que el territorio sea habitable.
Nos consideramos un país agrícola, sin embargo, más del 70% de la población
nacional vive en ciudades, y sólo cultivamos el 2,2% de nuestro territorio. Debido
a la escasez de lluvia útil tenemos una elevada proporción de tierras bajo riego, lo
que aumenta costos y dificultades. Todo esto dentro de sistemas en los que el
agua se usa y se distribuye con gran liberalidad. El resultado es que tenemos un
octavo de hectárea cultivada por habitante, que es un valor muy bajo comparado
no sólo con otros países, sino con nuestra propia realidad de hace veinte años.
Todos estos temas y problemas nos afectan muy de cerca.
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No es pues extraño que en un país como el nuestro, mi interés por los Recursos
Hidráulicos, por el agua en general y por su aprovechamiento en beneficio de la
Humanidad, naciese desde los primeros años de mi existencia. Percibí desde muy
niño, cuando viví varios años en el norte del país, en Chiclayo específicamente, la
angustia de la gente porque llegasen las ansiadas lluvias que darían origen a la
descarga de los ríos y permitirían el riego, las cosechas y la prosperidad. Vi
también llover en exceso, desbordarse los ríos, inundar campos y ciudades.
Escuché hablar a la gente de lluvias extraordinarias ocurridas en el pasado. Vi
también desde muy niño construir canales y obras hidráulicas que me
impresionaron vivamente. Escuché hablar de proyectos hidráulicos de importancia
nacional que constituían anhelo regional. Algunos de ellos están construidos,
otros están a la espera de las grandes decisiones. En mi infancia escuché hablar
mucho de las lluvias del 25, de los trabajos de Sutton en diversas partes del Perú,
y de la existencia de la Dirección de Irrigaciones.
Todo esto lo vi y lo viví cuando aun sin saber lo que son los Recursos Hidráulicos,
era conducido y guiado por la mano firme de mi padre, ingeniero civil, quien fue mi
primer maestro en el campo de la Hidráulica, a la que dedicó los cincuenta años
de su vida profesional al servicio de los proyectos hidráulicos. Todo esto dejó
honda huella en mí. Crecí, pues oyendo hablar y viviendo los problemas del agua.
Se explica así que me sienta tan ligado a ellos.
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brillante profesional, que hoy nos honra con su presencia, que agradezco
emocionado.
Veo con profunda emoción en esta sala a varios de mis compañeros de estudios,
a colegas en la vida profesional y en algunos casos, en la institucional.
Medité mucho acerca del enfoque general que debía dar al libro. El énfasis quedó
puesto en la reflexión sobre las cuestiones fundamentales del agua, antes que en
los métodos de cálculo, sobre los que existe abundante literatura. Nuestro tema
no es, pues, el de las fórmulas y teorías para la cuantificación del recurso, nuestro
tema es el recurso mismo, es el agua, en todas sus manifestaciones y formas.
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donde la población aumenta vertiginosamente. Cada año hay en nuestro planeta
cien millones más de seres humanos. En el Perú la población está aumentando a
razón de medio millón de habitantes por año.
Este aumento de las demandas obliga a recurrir a todas las fuentes posibles: las
aguas superficiales, las subterráneas y las atmosféricas y aun las servidas. El
continuo desarrollo de proyectos de ingeniería para dotar de agua a las
poblaciones tuvo que empezar con los proyectos más fáciles y más económicos.
Nos toca ahora acometer los proyectos más costosos y más difíciles. Pero no
todo puede resolverse por el lado de la oferta. Debemos también actuar sobre la
demanda. Tiene que haber una política de manejo de las demandas, compatible
con la disponibilidad de recursos económicos e hidráulicos. Debe haber, pues, un
uso racional del agua. Debemos marchar hacia una gestión del agua, al mejor uso
de los recursos existentes.
Utilizar el agua en lo indispensable, del modo más eficiente posible, evitar los
desperdicios y cuidar su calidad debe ser nuestro objetivo. La escasez de agua es
una realidad. En el futuro la situación será mucho más grave. La disponibilidad
de agua tiene límites. También lo tienen las inversiones necesarias para aumentar
la oferta mediante costosas obras de ingeniería. Ambas opciones, aumento de la
oferta y disminución de la demanda, o, diría mejor, manejo de la demanda, nos
interesan desde la perspectiva de los Recursos Hidráulicos.
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son fenómenos originados por el carácter aleatorio de las descargas de los ríos.
El control de las avenidas e inundaciones tiene que verse desde la más amplia
perspectiva y basarse en los conceptos fundamentales de manejo de cuencas y
manejo de las áreas de inundación.
Toda gota de agua que se usa en alguna actividad, sea ésta doméstica, agrícola o
industrial, no se pierde ni desaparece, sino que a través del ciclo hidrológico y con
el paso del tiempo vuelve a aparecer en algún lugar de la Tierra. Sin embargo, no
siempre conserva sus cualidades originales.
Siendo el agua un recurso escaso y costoso es evidente que su uso debe ser
cuidadosamente planificado. Sin embargo, en la práctica, poco es lo que hacemos
al respecto.
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Este libro trata de llegar a todos sus lectores. Cada uno de nosotros, cualquiera
que sea la posición que ocupe, puede contribuir decididamente al cuidado del
agua, a la preservación de su calidad y al ahorro en el consumo. Los ingenieros
en general, a través de su actividad profesional, podemos y debemos contribuir a
solucionar las necesidades de agua de la población. Los ingenieros hidráulicos,
muchas veces encerrados en fórmulas y ecuaciones, tendremos que constituir el
frente de defensa del agua. Todo lo relativo al agua es esencialmente social, pues
el agua es un bien común al que todos debemos tener acceso y al que todos
debemos cuidar.
El libro está dividido en siete capítulos. A su vez cada uno de ellos consta de
varios puntos, los que suman 58. Cada uno de los siete capítulos de este libro no
constituye una unidad aislada. Los capítulos están todos interrelacionados; en
realidad el orden es arbitrario, pues no constituyen una secuencia absoluta; cada
uno de ellos participa de los otros. Así deben verse y así deben leerse, porque ese
es el modo como han sido pensados y escritos. El lector notará que a lo largo del
libro abundan las citas y las referencias bibliográficas. Esto constituye parte de la
metodología empleada. Se trata de familiarizar al lector con la mayor cantidad
posible de autores, nacionales y extranjeros, para que aprecie así la amplitud del
tema y lo mucho que puede enriquecer su lectura con la consulta de la abundante
literatura existente sobre los Recursos Hidráulicos. Los casos y ejemplos
mencionados en el texto provienen principalmente de las vivencias del autor y se
inspiran en problemas peruanos, aunque no se omite la experiencia extranjera.
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porque se usa ampliamente en el Perú y porque la expresión recursos hidráulicos
es la que aparece en el Diccionario.
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aprovechamientos superficiales. En realidad se trata de dos fases de un mismo
recurso cuyo uso conjunto puede ser muy ventajoso. En el mar están las grandes
reservas hidráulicas del planeta. Alguna vez habrá que usarlas. Los Recursos
Hidráulicos superficiales se caracterizan por su gran variabilidad espacial y
temporal. Es ésta una de las mayores dificultades para su aprovechamiento, a lo
que se suma el deterioro creciente de la calidad del agua debido a la
contaminación causada por el hombre.
El capítulo cuarto, que hemos denominado los Proyectos Hidráulicos, gira en torno
a tres ideas principales. El uso del agua debe planificarse; aún más, debe haber
un Plan Nacional de Aprovechamiento de los Recursos Hidráulicos que sea
compatible con el Plan Nacional de Desarrollo. La posibilidad de una participación
intensa de la actividad privada en los proyectos hidráulicos hace que sea mayor la
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necesidad de un Plan. La segunda idea de este capítulo se refiere a la gestión del
agua, al manejo de los Recursos Hidráulicos, lo que implica el manejo de las
consecuencias ambientales, sociales y culturales de los proyectos de
Aprovechamiento de los Recursos Hidráulicos, el manejo integrado de la cuenca y
de sus recursos, la distribución racional del agua entre diversos usuarios y usos y
el logro de la efectiva implementación de los proyectos. Este capítulo se completa
con la presentación del problema del Impacto Ambiental de los proyectos
hidráulicos.
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impacto sobre la población. Asimismo, hay algunas indicaciones acerca del
manejo del agua en tiempos de sequía. Las avenidas y sequías son fenómenos
naturales muy frecuentes en el Perú, cuyo estudio interesa no sólo desde el punto
de vista hidrológico, sino desde el punto de vista del manejo de sus consecuencias
para aliviar la grave situación que en esos casos soporta la población.
Han sido varias las fuentes utilizadas para la preparación de este libro. En primer
lugar están los numerosos proyectos hidráulicos desarrollados en nuestro país,
cuyos estudios y memorias constituyen una fuente importante de conocimiento.
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importancia diversos artículos aparecidos en la revista el Ingeniero Civil, así como
en las Memorias de los Congresos Nacionales de Ingeniería Civil y en los
Seminarios de Hidrología.
Es así como al tratar del problema del agua de Lima hemos debido consultar los
numerosos artículos y trabajos profesionales hechos por Ernesto Maisch. Al
pensar en el planeamiento de los Recursos Hidráulicos hemos usado los trabajos
de Edgardo Quintanilla. Al referirnos a las antiguas obras de riego del Perú
preincaico hemos consultado los trabajos de Jorge M. Zegarra. Sin pretender
hacer innecesariamente larga esta relación recuerdo además las publicaciones de
Rafael Rodríguez, Julio Bustamante, José de Piérola, Axel y Marc Dourojeanni,
Daniel Escobar, Walter Gómez Lora, Julio Guerra Tovar, Agustín Merea Canelo,
Enrique Millones, Luis Paz Silva, Arturo Rosell, José Salas y muchos otros colegas
más. He tenido también la gran satisfacción de usar como bibliografía tesis
universitarias que en su momento me tocó dirigir, como las de Guillermo Maisch
Molina y de Julio Robles Vidal.
Formó también parte importante de las fuentes usadas para pensar y escribir el
libro lo que podríamos llamar la tradición oral. El trato con colegas destacados, la
conversación técnica, la discusión, el diálogo, en cada proyecto, en cada
circunstancia técnica, han enriquecido constantemente mi visión de los problemas
hidráulicos.
Habiendo recordado el contenido del libro, sus alcances y objetivos, así como las
fuentes usadas para escribirlo conviene precisar a quienes está dirigido. He
procurado que el libro pueda ser leído sin dificultad por el mayor número posible
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de personas. No está dirigido exclusivamente a los ingenieros civiles, ni siquiera a
los ingenieros en general, sino a todas las personas que se interesen por los
problemas del agua. Aspiramos a que el libro sea también de interés para los
jóvenes universitarios que se inician en el estudio de los Recursos Hidráulicos.
El agua es un bien común que nos pertenece a todos y que debe ser usado en
provecho de la Humanidad. Hagamos que esto sea posible.
A. R. F
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