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Lingüística 2

Problema Lingüístico: Uso de artículos con sustantivos femeninos, que comienzan con
"A" tónica.

El artículo femenino "la" toma obligatoriamente la forma "el" cuando se antepone a sustantivos
femeninos que comienzan por /a/ tónica (gráficamente a- o ha-), con muy pocas excepciones; así,
decimos el águila, el aula o el hacha (y no la águila, la aula o la hacha). Aunque esta forma es
idéntica a la del artículo masculino, en realidad se trata, en estos casos, de una variante formal del
artículo femenino. El artículo femenino "la" deriva del demostrativo latino "illa", que, en un primer
estadio de su evolución, dio "ela", forma que, ante consonante, tendía a perder la "e" inicial: illa >
(e)la + consonante > la;por el contrario, ante vocal, incluso ante vocal átona, la forma "ela" tendía a
perder la a final: illa > el(a) + vocal > el; así, de ela agua > el(a) agua > el agua; de ela arena >
el(a) arena > el arena o de ela espada > el(a) espada > el espada. Con el tiempo, esta tendencia
solo se mantuvo ante sustantivos que comenzaban por /a/ tónica, y así ha llegado a nuestros días. El
uso de la forma el ante nombres femeninos solo se da cuando el artículo precede inmediatamente al
sustantivo, y no cuando entre ambos se interpone otro elemento: el agua fría, pero la mejor agua;
el hacha del leñador, pero la afilada hacha. En la lengua actual, este fenómeno solo se produce ante
sustantivos, y no ante adjetivos; así, aunque en la lengua medieval y clásica eran normales
secuencias como el alta hierba o el alta cumbre,hoy diríamos la alta hierba o la alta cumbre:
«Preocupa la actitud de la alta burocracia» (Tiempos [Bol.] 11.12.96). Incluso si se elide el
sustantivo, sigue usándose ante el adjetivo la forma la: «La Europa húmeda [...] no tiene necesidad
de irrigación, mientras que la árida, como España, está obligada a hacer obras» (Tortolero Agua
[Méx. 2000]). Ante sustantivos que comienzan por /a/ átona se usa hoy, únicamente, la forma la: la
amapola, la habitación. Ha de evitarse, por tanto, el error frecuente de utilizar la forma el del
artículo ante los derivados de sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica, cuando esa
forma derivada ya no lleva el acento en la /a/ inicial; así, debe decirse, por ejemplo, la agüita, y no
el agüita. Este mismo error debe evitarse en el caso de sustantivos femeninos compuestos que
comienzan por /a/ átona, pero cuyo primer elemento, como palabra independiente, comienza por /a/
tónica; así, por ejemplo, debe decirse la aguamarina, y no el aguamarina (→ aguamarina).

Hay algunas excepciones al uso de la forma el del artículo ante sustantivos femeninos que
comienzan por /a/ tónica. A este respecto ha de tenerse en cuenta lo siguiente:
a)Se usa la y no el ante los nombres de las letras a, hache y alfa: «La p con la a, pa» (País [Esp.]
1.6.85); «La hache es muda» (Miguel Perversión [Esp. 1994]); Apretando estas tres teclas se
obtiene la alfa con iota suscrita; ante los nombres propios de mujer, cuando llevan artículo
(→ 4): «Era la Ana de los días gloriosos» (Aguilera Caricia [Méx. 1983]); y ante las siglas,
cuando el núcleo de la denominación no abreviada (normalmente, la palabra representada por la
primera letra de la sigla) es un sustantivo femenino que no comienza por /a/ tónica: «La APA [=
Asociación de Padres de Alumnos]ha tomado esta decisión» (Mundo [Esp.] 1.3.94), ya
que asociación es un sustantivo femenino cuya /a/ inicial es átona.

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