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7.

-POR QUE DEBERIAN DE IMPLEMETARSE EN LAS EMPRESA


EL BSC.

El Balanced Scorecard es un instrumento de medición aplicado en los negocios,


la industria y otras organizaciones, cuyo objetivo es que se implante
correctamente la estrategia definida gracias al establecimiento claro de los
objetivos. Pero para controlar la gestión de la empresa de forma adecuada, hay
que establecer los indicadores correctos que permitan analizar el proceso.

El Balanced Scorecard (BSC), también conocido como Cuadro de Mando


Integral (CMI), tiene su origen en febrero de 1992, cuando lo plantearon Robert
Kaplan y David P. Norton en la prestigiosa revista Harvard Business
Review y tiene como misión incidir en diversas perspectivas:

 Financiera: como siempre ocurre en una empresa, es lo primero que se


valora. No se debe despreciar, pero tampoco debe ser la única
perspectiva analizada.
 Cliente: es el centro de toda empresa, por lo que hay que saber lo que
piensa este de la compañía. Hay que averiguar la sensación que tiene el
cliente porque, aunque haya ganancias, esta opinión es fundamental para
saber qué problemas puede haber en el futuro.
 Interna: saber cuáles son los puntos diferenciadores de la compañía
para poder establecer las ventajas competitivas y así explotarlas. En qué
se debe mejorar para logar los objetivos.
 Aprendizaje y crecimiento: cómo se puede seguir mejorando para
crear valor a largo plazo.

Todas estas perspectivas están interrelacionadas, es decir, ninguna funciona


de manera independiente, y son clave para entender qué es el BSC. Con esta
modelo de gestión, se configura un mapa estratégico en el que prima la
relación causa efecto.

La visión que una organización tenga sobre su negocio y la estrategia que


implemente para desarrollarlo, forman conjuntamente la hoja de ruta para
encaminar el trabajo individual y grupal en pro de lograr las metas corporativas.

Elegir la estrategia adecuada para que la organización sea exitosa y alcance


sus objetivos es, de por sí, un primer paso complicado. Es en este punto donde
podemos acudir al Balanced Scorecard (BSC), una herramienta metodológica
que convierte esa estrategia de negocio seleccionada en un conjunto de
medidas puntuales para que los integrantes de la organización actúen, lo que a
su vez permitirá consolidar un sistema efectivo de gestión y medición.
El organizar y analizar la información arrojada por el seguimiento
al cumplimiento de los objetivos, permite obtener resultados
precisos de desempeño y funcionamiento que servirán para entender por qué
están dándose esos resultas y para saber claramente si las acciones
puntuales que forman la estrategia de negocio están sirviendo o no
para alcanzar las metas de la compañía.

En una entrada anterior presentábamos las definiciones del Balanced


Scorecard, hoy vamos a entregar una lista con 5 beneficios para la
empresa que trae consigo su implementación. El BSC ayuda a obtener mejores
resultados en la administración de la empresa, pero para ello es
necesario monitorear y analizar constantemente los resultados. Estos son
los beneficios:

1. Alineación plantilla – empresa:

BSC permite alinear a los empleados con la organización por medio de la visión
estratégica que tenga la compañía. Los colaboradores van a entender más
fácilmente la visión que tiene la empresa del negocio y sabrán que con
el desarrollo de su trabajo y con sus aportes individuales podrán convertir
esa visión en una realidad.

2. Comunicación de metas – resultados:

BSC permite mejorar la comunicación interna en las organizaciones y es


la llave para que los colaboradores sepan realmente cuales son las metas
grupales que persigue la compañía y cuales las individuales que
debe conseguir cada uno de ellos. De la misma manera, el avance en
el cumplimiento de dichas metas se le puede comunicar, basados en
los resultados, con mayor facilidad a la plantilla.

3. Visión estratégica – acción:

BSC permite traducir la visión de la organización y las estrategias que han


diseñado sus directores para conseguir los objetivos, en acciones y medidas
reales que servirán para alcanzar las metas y dictarán la pauta para que cada
colaborador desarrolle su trabajo en la organización, lo cual podrá ser medido y
gestionado para saber si lo que se está haciendo es correcto o
debe cambiarse sobre la marcha.

4. Estrategia – resultados:

Al principio de cada nuevo proyecto la organización adopta una estrategia que


presume es la adecuada para lograr las metas que persiguen. Sin embargo, no
siempre esa estrategia es la indicada para lograr el éxito y el BSC es una
herramienta que permite identificar los errores de gestión y redefinir
las estrategias de acción de acuerdo a los resultados que se van
produciendo durante el proceso o al final del mismo, esto con el fin de
no repetir esos errores en los proyectos venideros.

5. Análisis – resultados:

La amplia y detallada información que produce el Balanced Scorecard con


respecto al desempeño y al cumplimiento de metas de cada colaborador y de
cada departamento de la organización, permite y exige mejorar la capacidad de
análisis de los directivos y de los encargados del proceso. Esto se verá
reflejado a futuro, puesto que los resultados y la consecución de las metas
deben ir mejorando en cada medición de acuerdo al análisis preciso y a
las medidas que se adopten en cada una de las evaluaciones previas.

Como podemos ver, la implementación de Balanced Scorecard en la


organización es una medida fundamental para poder evaluar el desempeño de
los colaboradores, para identificar los errores de gestión y para corregir a
tiempo las acciones, e incluso redefinir las estrategias si es necesario, con el fin
de alcanzar las metas previamente establecidas. BSC es una estrategia
orientada fundamentalmente a alcanzar los resultados corrigiendo los errores
sobre la marcha.

Muchas de las grandes corporaciones utilizan la metodología del Balanced


Scorecard como un mecanismo para darle seguimiento a su estrategia y
comunicar las expectativas a lo largo de la organización. Generalmente se
enfrentan a mercados altamente competitivos y tienen una gran variedad de
productos y procesos que monitorear. Sin embargo, también cuentan con más
recursos para hacer frente a estas condiciones y para impulsar cambios en su
estructura interna.

Las Pymes, en cambio, se enfrentan a escenarios radicalmente diferentes, y lo


que funciona para las grandes corporaciones puede no funcionar para ellas. La
mayoría de las Pymes viven enfrascadas en el cumplimiento de sus objetivos
financieros ya que su mayor objetivo es no terminar el mes con números rojos.
Por consiguiente, puede ser difícil para los líderes de estas compañías sentarse
y planear el futuro de su empresa si la mayor parte de su tiempo está dedicado
a “apagar fuegos”.

Sin embargo, los beneficios de utilizar la metodología pueden ser tan


significativos para Pymes como para grandes multinacionales. Esta metodología
permite a los líderes fácilmente monitorear el desempeño de toda la compañía
en tiempo real, permitiendo, de esta manera, tomar acciones correctivas en los
momentos más adecuados, en lugar de esperar a que los desperfectos se
reflejen en los indicadores financieros para después tomar acción.

El Balanced Scorecard utiliza un enfoque de cuatro perspectivas para


exhaustivamente evaluar el negocio, a diferencia del enfoque tradicional que se
concentra predominantemente en los bienes tangibles y financieros de la
empresa. Al incorporar este análisis exhaustivo, se brinda un marco para la
traducción de los objetivos estratégicos en indicadores de desempeño. Éstos
últimos se enfocan en medir y retroalimentar el desempeño de la estrategia
implementada y las iniciativas estratégicas diseñadas para su ejecución.
Aunque es cierto que las Pymes requieren una menor cantidad de información
para llevar a cabo sus operaciones y evaluar su desempeño que la requerida por
grandes compañías, el valor que tiene esta información y su efectiva
comunicación a lo largo de la pequeña empresa, es esencial para su éxito. El
Balanced Scorecard permite que estas empresas se auto-evalúen objetivamente
y, por ende, desarrollen estrategias más concisas y sólidas para posicionarse
entre sus competidores. Por lo tanto, aunque una evaluación de desempeño a lo
largo de la organización puede más sencilla en una Pyme, la necesidad y los
beneficios de realizarla son vitales para todo tipo de empresas.

Por otra parte, las Pymes gozan de una ventaja innata al poder alcanzar
consensos y comunicar cambios en toda su fuerza laboral con mayor facilidad,
lo que, a su vez, facilita la participación de todos. En otras palabras: es más fácil
lograr subir a diez personas al autobús que subir a mil, así como también es más
fácil identificar qué personas no están dispuestas a subirse al autobús.

Implementar el Balanced Scorecard también ayuda a que la empresa le preste


mayor atención a sus procesos y capital humano. Esto permite motivar y entrenar
al personal con mayor eficiencia, lo que a su vez se traduce en operaciones y
procesos más eficientes. Esto genera resultados de mayor calidad que ayudan
a atraer a nuevos clientes y mantienen a los clientes actuales más satisfechos.
En pocas palabras, el Balanced Scorecard puede funcionar tanto para una
empresa pequeña como para una más grande. Aunque la complejidad del
Balanced Scorecard puede ser disminuida y su formalidad atenuada en el
contexto de una pequeña o mediana empresa, ni su importancia, ni su utilidad
se verán mermadas por el tamaño de la empresa. Las Pymes deben tener en
mente que su objetivo principal debe ser el de administrar su desempeño para
lograr mayores beneficios. Como mencionó Birch (1998): “El punto clave a
recordar es que lo que se mide se gestiona.

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