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Planificar, resolver problemas, mejorar la eficiencia, reducir los errores; todo esto depende de
que usted sea capaz de tomar e implementar decisiones correctas.
Decidir sobre algo significar hacer una elección o llegar a una conclusión y ninguna de las
dos cosas es fácil. A veces hay que tomar decisiones muy difíciles; por ejemplo, mudarse,
cambiar de trabajo, casarse, divorciarse, etc. Pero es vital poder tomar decisiones correctas,
porque el bienestar, incluso la supervivencia, de una vida o de una familia, depende casi
enteramente de la calidad del proceso de la toma de decisiones.
Además, ¡No hay vida tan completa como la que uno elige vivir! ¿Quién soy? ¿Qué es lo que
quiero? Muchos de nosotros vamos por la vida sin hacernos y sin contestarnos estas
cruciales preguntas. Sin embargo todos los días, todas las semanas, todos los meses y todos
los años tomamos decisiones que influyen en gran medida nuestras posibilidades de fracasar
o de tener éxito.
¿Cuáles son las grandes y pequeñas decisiones que nos gobiernan y qué hacemos con
ellas? ¿Cómo podemos evitar el tomar decisiones negativas?
La cuestión de quienes somos y lo que logramos como individuos está determinada en gran
parte por buenas decisiones. Si aprendemos a tomar decisiones correctas, y entendemos el
papel que juegan en nuestra vida habremos descifrado la mayor parte de los fundamentos
del desarrollo personal.
Tomar una decisión es como estar en un cruce de caminos. Hay que elegir una opción entre
dos o más alternativas. Estas opciones generalmente están limitadas por condicionantes, por
ejemplo:
Identificar y apreciar estos factores correctamente es uno de los aspectos más importantes
de la buena toma de decisiones.
Tomar más conciencia de la decisiones que toma le ayudará a analizar el proceso de la toma
de decisiones. Por ejemplo, ¿lleva sobre sus hombros toda la carga de la toma de
decisiones, o hace participar a otra gente? ¿Toma las decisiones claves de un modo
planificado y racional con mucha anticipación, o toma cada decisión sobre la marcha? ¿Se
basa en su intuición para ayudarse a tomar una decisión, o prefiere usar el pensamiento
lógico para hacer una elección apropiada?
TIPOS DE DECISIONES
Las decisiones son importantes porque tienen el poder de ser el detonador del proceso que
lleva a hacer realidad las aspiraciones y metas de toda persona.
Las decisiones que adoptamos muchas veces afectan a la gente que nos rodea. Del mismo
modo, las decisiones que toma otra gente muchas veces tienen consecuencias para
nosotros. Para evitar problemas potenciales y aprovechar al máximo las oportunidades que
se presentan, usted necesita usar toda una batería de capacidades, que incluyen pensar con
lógica, analizar los riesgos, utilizar la creatividad y la intuición.
En ocasiones no hay una sola decisión "correcta". Puede haber varias opciones y tenemos
que usar toda nuestra capacidad analítica para elegir la mejor opción o la que cause menos
daño. Tomar una decisión es parte de un proceso que incluye reunir información, generar
opciones y analizar riesgos.
Las decisiones que tomamos determinan la clase de persona que seremos. En gran medida,
quienes somos en el presente es el resultado de las decisiones que tomamos en el pasado.
Nuestro carácter, valores, prioridades e intereses son consecuencia de nuestras decisiones.
Cuando nos encontremos en situaciones difíciles, recordemos que podemos elegir cual será
nuestra reacción. Existen cuatro palabras que le pueden ayudar en sus decisiones.
La primera es ESPERE. Si debe tomar una decisión y reconoce que está molesto/a, grábese
esta palabra en la mente "esperar" no haga nada por el momento, la palabra de Dios dice:
"todos ustedes deben estar listos para escuchar; en cambio deben ser lentos para hablar y
enojarse" (Santiago 1:19). Espere hasta que sus emociones estén bajo control. No actúe de
manera impulsiva porque luego va a lamentarlo.
En segundo lugar COMPARE lo que desea hacer con la Palabra de Dios. Él nos ha creado,
nos ama y quiere lo mejor para cada uno de nosotros. "Tu palabra es una lámpara a mis pies
y una luz en mi camino" (4). La Biblia es el manual para vivir una vida fructífera, efectiva, y
llena de felicidad. Por eso, espere, y luego corrobore con Las Sagradas Escrituras lo que
quiera hacer.
En tercer lugar busque SABIDURIA en la Palabra de Dios y en consejeros sabios. "Cuando
no hay consulta, los planes fracasan; el éxito depende de los muchos consejeros"
(Proverbios 15:22) "pues la guerra se hace con buenos planes y la victoria depende de los
muchos consejeros" (Proverbios 24:6).
La cuarta palabra es EVALUE. Deténgase y piense en las decisiones que podría tomar.
Considere sus efectos y consecuencias en el tiempo. Busque perspectiva: "En dos o tres
años, ¿cuáles serán las consecuencias de esta decisión, para mi o para los que me rodean?"
La vida entera está hecha de decisiones. Lo que haga de estas decisiones es lo que hará de
sí mismo. No hay duda de que las decisiones que tome hoy y mañana y todos los días
crearán una imagen de lo que usted es, de lo que quiere y de lo que va a hacer con la vida
que quiere vivir.
Los viajeros de la vida deben elegir cuidadosamente el camino y pisar con cuidado, pero
mientras lo hacen, Dios no los deja sin guía ni consuelo. El envió a su Hijo para mostrarnos
"el camino". Él envío a Jesús para que nos cuide en los momentos de peligro; nos oriente en
los senderos oscuros y confusos; nos perdone si equivocamos el sendero o nos extraviamos;
y para que nos ayude a retomar el buen camino.
"El camino de la vida" comienza y termina con Dios a nuestro lado. Nacemos gracias a Dios
y morimos cuando en su Santa Voluntad así lo dispone. Camine tomado de la mano de
Jesús. Él quiere estar con usted en cada paso que dé.
Es importante notar que hay ventajas y desventajas en ambos extremos. Los líderes que
eligen el método autoritario toman decisiones rápidamente y permiten que los miembros del
grupo tengan todo su tiempo disponible para otras tareas. Sin embargo, no aprovechan al
máximo las capacidades del grupo y sus integrantes pueden no sentirse comprometidos con
decisiones que se les imponen. Los líderes que eligen el método democrático alientan a los
miembros del grupo a sentirse responsables de las decisiones y se aseguran de que todos
piensen a fondo en una amplia gama de ideas. Por otro lado, el método democrático muchas
veces se hace lento y pesado.
La medida en que se involucra a otra gente en la toma de decisiones, depende muchas
veces de la cuestión a decidirse. Por ejemplo, puede resultar inapropiado discutir algunas
cuestiones de disciplina o situaciones en las que es importante afirmar la autoridad personal.
En realidad, es improbable que una persona adopte un solo estilo de toma de decisiones.
Probablemente use varios de los métodos descriptos en distintos momentos. Además, no se
puede decir que hay estilos "correctos" e "incorrectos" para tomar decisiones. Sólo existen
los que logran o no hacer que la gente se motive y comprometa con la decisión tomada.
LA RESPUESTA MEDITADA
Para tomar buenas decisiones es importante dedicar un tiempo a meditar el problema o la
cuestión. Desgraciadamente, muchas personas no dan una respuesta meditada porque se
sienten bajo la presión de tomar decisiones instantáneas.
Hay una cantidad de barreras que impiden pensar con claridad, incluyendo:
Las emociones. No tiene nada de malo que a uno le importe un problema, pero es vital
desligarse de las emociones porque pueden nublar el entendimiento
Estar demasiado pegado a la decisión. Uno puede tener una mejor perspectiva en
relación con determinad decisión, si toma distancia.
Falta de tiempo. Si encuentra que toma malas decisiones por el apuro, debe reevaluar
sus prioridades.
Presiones de otra gente. Puede sentir que otros esperan que sea "resolutivo" y actúe
rápidamente. Pero ser resolutivo significa tomar una buena decisión, apreciar las
evidencias cuidadosamente antes de actuar, y no necesariamente tomar una decisión
rápida.
Pensar a fondo los problemas se parece al ejercicio físico. Parece más difícil si uno no lo
hace mucho, pero cuanto más lo practica, tanto mayores son los beneficios que trae.
LA RESPUESTA INTUITIVA
Con tanto énfasis puesto en la razón y en la lógica es fácil olvidarse de la intuición, esas
corazonadas que nos dicen que un curso de acción particular es el correcto, aunque no
podamos explicar por qué. La gente que ignora su intuición se priva de una fuente poderosa
de sabiduría que puede ser extremadamente útil para ayudarla a tomar decisiones. La toma
de decisiones puede exigir el uso de la intuición y de la razón en distintos momentos.
La intuición, a la que a veces se llama instinto o "lo que me dicen las tripas", es algo que nos
puede dar una comprensión directa de una situación sin que medie un pensamiento o
evidencia racional visible. Aunque la intuición no sigue ningún proceso de pensamiento
consciente, casi siempre se basa en experiencias pasadas.
Se nos ha enseñado a respetar el costado racional, lógico, de nuestra naturaleza y
desmerecer o negar el costado intuitivo. Si escuchamos y confiamos en nuestra intuición,
tendremos la recompensa de una gran cantidad de información valiosa y una guía para la
toma de decisiones.
Recurrir de su intuición no significa que debe eliminar o no prestar atención a su mente
racional. Su intelecto es una herramienta muy poderosa que tiene su mejor uso en el soporte
y refuerzo de su sabiduría intuitiva.
PASOS CLAVES PARA LA TOMA DE DECISIONES
Cuando la gente toma malas decisiones generalmente se debe a que no ha reunido toda la
información que necesita o que no ha pensado en todas las consecuencias de sus
decisiones. En síntesis, no ha sido sistemática en su método.
La toma de decisiones malas provoca frustración, hace perder dinero, rebaja la moral,
debilita la disposición a esforzarse y da por resultado un mal desempeño, por lo que vale la
pena asegurarse de recorrer todo el procedimiento metódicamente. Puede sonar trabajoso,
pero se hace más fácil con la práctica. Al fin se encontrará cumpliendo los pasos sin tener
que pensarlo conscientemente.
UN METODO SITEMATICO
1 Fijar objetivos.
Identificar los objetivos es el paso más importante de todos. Una vez que pudo centrarse en
su meta, decidir sobre cómo alcanzarla será mucho más fácil.
Hay dos tipos de objetivos de los que tiene que ser consciente:
Saber cuáles son los objetivos da libertad y claridad para tomar decisiones dentro de las
responsabilidades que se tienen asignadas.
2 Reunir información.
El segundo paso del procedimiento de toma de decisiones es reunir la información que sirva
para lograr los objetivos que se buscan alcanzar. Para que la información sirva tiene que ser:
Encontrar nuevas ideas puede no ser tan difícil como a veces se lo hace aparecer,
simplemente tiene que usar la imaginación. Pensar creativamente es una clave para generar
opciones o soluciones nuevas y diferentes para los problemas. Pensar creativamente es la
capacidad de ver problemas o situaciones de modo distinto, de verlos en una perspectiva
diferente, desde otro ángulo, de costado, de atrás para adelante, incluso patas para arriba.
4 Evaluar opciones.
Una vez que ha generado varias opciones, el siguiente paso es evaluar las más adecuadas.
Para las decisiones de rutina o urgentes, puede tener que hacer esta evaluación rápidamente
y de modo informal, guiándose por su experiencia y sentido común.
En cambio, para las decisiones más problemáticas o decisiones que tendrán un efecto
significativo sobre su vida, le resultará útil abordar el proceso de evaluación de modo más
sistemático. Podría intentar usar algunos de los siguientes criterios de evaluación:
Factibilidad. Puede evaluar la factibilidad de una opción tomando en consideración:
a) Las capacidades requeridas para implementarla.
b) Los costos. Este a menudo es el criterio de factibilidad más importante.
Aceptabilidad. La aceptabilidad de una opción se da en la medida en que ésta responde a
los objetivos originales de la decisión. Los objetivos le darán algunos criterios para medir la
aceptabilidad de una opción particular.
Riesgo. Una de las maneras más directas de analizar los riesgos es simplemente evaluar el
peor resultado posible de la opción. Esto suele llamarse evaluar el riesgo de "peor variante"
de una opción. Si está dispuesto a aceptar las consecuencias de ese riesgo, puede seguir
adelante con esa opción con seguridad. Sí, por el contrario, decide que los resultados de
"peor variante" serían demasiado graves como para soportarlos, lo mejor sería rechazar esa
opción.
Votar. Este método se usa generalmente cuando es difícil llegar a un consenso. Sólo debe
usarse si todos los presentes están dispuestos a cumplir con lo que se vote.
Negociar. Negociar es una manera de llegar a un compromiso. Se puede usar cuando las
partes que tienen puntos de vista opuestos han llegado a una decisión aceptable para
ambos. Si adoptó este método, debe apuntar a asegurar que la parte que pierda en un área
la compense con ganancias en otra área. El objetivo de la negociación es asegurarse de que
ambas partes se sientan ganadoras.
Por último, antes de dar el paso final de hacer pública su decisión, verifique que:
Monitorear una decisión hará que su acción sea lo más efectiva posible. Les
demostrará a los demás que usted tomó seriamente la decisión y está decidido a
hacer que funcione.
Las decisiones muchas veces tienen consecuencias no previstas. No se puede saber
siempre cómo va a resultar una acción particular o si su selección final se demostrará
correcta.
El monitoreo le permite aprender de sus errores así como de sus éxitos. La capacidad
para la toma de decisiones se desarrolla con la experiencia, y el monitoreo lo ayuda a
mejorar sus capacidades de toma de decisiones.
Todos tomamos malas decisiones de vez en cuando, no importa cuánto lo hayamos pensado.
Sin embargo, es igualmente importante reconocer el error y estar preparado para cambiar de
decisión si no funciona. En algunos casos esto puede significar:
Comúnmente para evaluar algo nos guiamos por los resultados inmediatos, la satisfacción
que nos brinda el momento. Por lo que es igualmente común encontrar personas atrapadas y
golpeadas por las consecuencias posteriores de sus propios actos. La Biblia afirma: "Lo que
se siembra, se cosecha" (Gálatas 6:7) y las cosas se conocen por sus frutos.
Un fruto es un resultado que no aparece de inmediato, sino al final de un ciclo y para el inicio
de otro. Un ejemplo de esto lo tenemos en los hijos; su calidad la vemos en el momento de
enfrentar la vida. Un buen hijo es el que encara su vida con responsabilidad, lo que no
significa ser perfecto, sino haber adquirido la capacidad de asumir los beneficios de los
aciertos y el precio de los errores.
En resumen, la persona que sabe tomar decisiones correctas, da buenos frutos y para
ello deben desarrollarse las siguientes cualidades:
Ser realista. Es la cualidad que permite aceptar limitaciones. Si acepta sus limites, descubre
el espacio de lo que es realmente posible y el equilibrio de la vida se encuentra en desarrollar
al máximo todas las posibilidades. Sin embargo, hay quienes se obsesionan queriendo
desarrollar ciertas aptitudes, mientras desconocen otras que enriquecerán su vida.
Ser sensible. Es la cualidad de estar atento a las informaciones recogidas por nuestros
sentidos, sin desestimar ningún dato. No es una casualidad que Dios nos creara con cinco
sentidos distintos para percibir lo que sucede, por el contrario, su claro propósito ha sido
proveernos de distintas perspectivas para evaluar un mismo suceso.
Ser ordenado. Es tener la capacidad de reconocer las prioridades (qué va primero y qué va
después) para lo cual se utiliza un sistema de valores. Este sistema es una orden de
principios ubicados de acuerdo a su importancia. Todo ser humano posee un sistema de
valores que se forma desde la infancia y se consolida al llegar a adulto.
Ser constante. Es la cualidad que necesita quien está en camino para llegar a su destino.
Se puede ser realista, se puede ser sensible, se puede ser ordenado, se puede ser
responsable, pero si no se es constante no habrá resultado.
Ser objetivo. Es la cualidad de percibir las cosas tal como son, lo que implica que cualquier
perturbación en el observador traerá una perturbación en la observación, atribuyéndole al
objeto observado, cosas que no tiene o restándole lo que si tiene.