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Hace algún tiempo en Querétaro los maestros de primaria Indígena de una Zona
en particular me solicitaron un curso de Tablas Rítmicas debido a que se aproximaba
una fecha donde las escuelas debían desfilar, no se si era el 20 de noviembre, el caso es
que querían apoyo de mi parte para desarrollar su actividad.
Del primer problema se desprende que lo que denominamos como tabla rítmica
debe contener elementos rítmicos, es decir, se debe sincronizar los movimientos
realizados con la música, instrumentos o percusiones que acompañan a la tabla,
mientras que la tabla que contiene elementos gimnásticos puede llevar música o no, en
mi opinión aquí el énfasis en unos u otros elementos son lo que diferencia una tabla de
otra, ¿Y la gimnasia rítmica? Son movimientos gimnásticos acompañados musicalmente
o con instrumentos que dan un ritmo, ¿puede entonces haber una tabla rítmica
gimnástica? Por supuesto si se incluyen elementos gimnásticos y el acompañamiento.
Una vez dilucidado este punto hay que aproximarse al asunto toral de la
cuestión, ¿es una tabla rítmica un medio educativo motriz? Para enfrentar el problema
podemos partir de las posibilidades motrices de la actividad, de las experiencias que
podamos recabar en torno al asunto, de la teoría que de la educación física tenemos
disponible e incluso de la norma vigente, que no es otra que el plan y programa de
Educación Física. Elijo empezar por lo ultimo: El programa de educación física en
México es un documento que tiene ya 14 años de edad y que integra en sus cinco ejes
temáticos todo lo que el alumno ha de saber con su cuerpo al término de la educación
básica, sus ejes, elementos, componentes e indicadores nos van dando la guía del trabajo
cotidiano y en efecto puedo encontrar como propósitos generales de la EF en la
educación básica los siguientes:
Esperando que este reduccionismo mas bien magro no desvirtúe las ideas de Carlos
Velázquez Callado y el grupo de la Peonza, a quienes les pido una dispensa anticipada
por la licencia, paso entonces, cual errática melífera, al tipo de experiencia que podemos
recabar en torno al tema de las tablas rítmicas, para recuperar por ahí alguna luz sobre el
asunto.
Para este artículo pedí a mis 100 alumnos de bachillerato realizasen una encuesta
a 500 alumnos de educación básica, que en México incluye alumnos de 6 a 15 años, con
tres preguntas
Las experiencias fueron muy variadas, algunas positivas como el alumno que en un
desfile se lastimo un tobillo al estar en la demostración de la tabla y un compañero de la
escuela que no participaba tomó su lugar, pasando por quienes les gustaba ser
observados si lo hacían bien aunque se sentían mal si se equivocaban, hasta aquellos
que no les gustaba participar porque eran muchas horas ensayando en el sol.
El maestro debe conocer el cuerpo, sus partes y sus movimientos, las posibilidades de
desplazamiento y de accionar del mismo sin implementos, luego se explicitaran las
posibilidades del uso de los mismos: aros, cuerdas, sonajas, pelotas, clavas, listones,
mechudos y todos los materiales posibles, elegir la música adecuada, para después
aprender a contar, a contar los tiempos de la música, de dos, de tres y de cuatro tiempos,
y adecuar los movimientos a esos tiempos, que es lo que a nadie le gusta hacer, contar
uno, dos tres, uno dos tres, para que todos hagan el desplante con el derecho al mismo
tiempo y se vean coordinados, enseñarles las formaciones posibles, las entradas, las
salidas, son los elementos mínimos indispensables, pero no es suficiente.
Las posibilidades motrices; ¿de que sirve que nos acomodemos en un lugar, y
sigamos al de enfrente al ritmo de la música, 1,2,3, 4, levanto la mano, 1,2,3,4, levanto
la otra? No podemos tener una tabal rítmica en donde los alumnos corran por todas
partes como abejas, moviendo los brazos armados de blancos globos y en un momento
se acomoden en cuadro perfecto, en hexágono o desempeñen una opereta musical que
además de lograr esos objetivos de integración, socialización, seguridad en si mismos,
coordinación y demás den una información, un mensaje a quien los mira? Como
asegurarme que de verdad el objetivo, el propósito de socialización se cumple? Están
juntos, pero de verdad se comunican, hay un fin común o es solo la obediencia de quien
coordina el pegamento que los une? ¿hay un cambio de actitud antes de y después de la
tabla? ¿y es este cambio positivo o negativo?.
Una pausa, me acerco al televisor y veo como nos ha tomado la delantera, nos ha
birlado el medio sin nosotros darnos cuenta: un concurso de coreografías: 30 niños de
colegio disfrazados al estilo matrix realizan ejecuciones al ritmo de la mas reciente
música de tamborazos electrónicos. ¿No es este concurso tan de moda una forma de
tabla rítmica? Y para mi sorpresa en el acorde final todos se lanzan al suelo y hacen el
“split”.