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LA CONTINUIDAD DEL CONOCIMIENTO

Comprender la necesidad urgente de la gerencia de la continuidad y el gran potencial que


ella encierra equivale a comprender el ambiente radicalmente distinto en el cual deben
funcionar las organizaciones actuales. El nuevo contexto emanado de este ambiente está
transformando la naturaleza de la gerencia misma. Se trata de un contexto cuya definición
se basa en la transformación del conocimiento en un activo de capital, la naturaleza singular
de dicho activo, las jubilaciones inminentes de los nacidos en la posguerra y la rotación
laboral crónica que amenazan el activo, y la relación entre la continuidad del conocimiento
y la productividad y la innovación en la era de la información.

Sin continuidad del conocimiento es imposible decir que una organización “aprende”
porque ninguna organización que pierde conocimiento puede mantener la base necesaria
para aprender de sus errores y aprovechar sus éxitos.

El conocimiento que se pierde con los empleados que salen de las organizaciones implica
una amenaza contra la productividad y la prosperidad igual a las grandes amenazas del
siglo pasado (Guerra, Inflación, depresión, escasez de mano de obra).

Las organizaciones contemporáneas que puedan sobreponerse a este desafió y conserven su


base de conocimiento mientras que los traslados, las jubilaciones, las liquidaciones y las
renuncias agotan la base de conocimiento de sus competidores, serán las protagonistas de
las historias de éxito de este siglo.

Peter Drucker, quien es quizás el pensador más importante de nuestro tiempo en materias
gerenciales, acuño la expresión “Trabajador del Conocimiento” en su libro Landmarks of
tomorrow, publicado en 1959, los trabajadores del conocimiento son aquellos integrantes
de la fuerza laboral cuyas destrezas son principalmente intelectuales en lugar de
manuales. Son las personas que crean y aplican el conocimiento en lugar de fabricar
cosas. En la medida en que el trabajo deja ser cuestión de acciones repetitivas gobernadas
por instrucciones estrictas o técnicas simples para convertirse en una serie de actos
singulares que exigen decisiones complejas basadas en el entendimiento, el conocimiento
adquiere cada vez mayor importancia. Y el número de trabajadores de conocimiento crece
constantemente.

El cambio hacia el trabajo del conocimiento ha incrementado ostensiblemente el valor del


conocimiento para una organización, el conocimiento es ahora el factor principal para la
organización y un activo de capital que debe conservarse cuidadosamente e invertirse con
prudencia. Pero el conocimiento reside en gran medida en la mente de las personas –
personas que se van llevándoselo consigo. Cuando el conocimiento sale con la puerta junto
con los empleados que se van sin dejar una “copia” para la organización, las consecuencias
pueden ser devastadoras, las perdidas crecientes de conocimiento pueden generar una crisis
para la organización.
La gerencia de la continuidad es más que un programa o una herramienta innovadora de la
gerencia, o siquiera un proceso. Es una nueva perspectiva de gerencia encaminada a tener
un efecto sobre la estructura, las estrategias, las operaciones y la cultura de una
organización. Esta centra la atención en el activo crítico que es el conocimiento y en la
manera como se conserva y fortalece dicho activo. En últimas la continuidad del
conocimiento y la gerencia de la continuidad se convierten en parte de la visión, las metas y
la misión de una organización.

La Continuidad del Conocimiento: La Nueva Función de la Gerencia

Desde que Henry Farol describiera las 5 funciones de un gerente y los 14 principios de la
gerencia, ha emergido una función nueva que ha venido a alterar la configuración básica de
las responsabilidades de un Gerente. Ahora que el conocimiento es el nuevo punto de
apoyo sobre el cual gira la fortuna de la organización, conservar la continuidad del
conocimiento se ha convertido en prioridad fundamental de la Gerencia y, por ende, en una
responsabilidad primordial de la misma.

El concepto de la gerencia del conocimiento, tal como lo entendemos en la actualidad, se


desarrolló a partir de los temas básicos de la gerencia de los años 80 y 90, a saber: las
mejores prácticas, la gestión de calidad total, la innovación continua y el aprendizaje de la
organización. De estos esfuerzos nació una conciencia de la naturaleza crítica del
conocimiento y la convicción de la gerencia de que ese conocimiento debía difundirse en la
mayor medida posible dentro de la organización.

El objetivo de la gerencia del conocimiento (o transmisión del conocimiento o difusión del


conocimiento) es entregar el conocimiento indicado a la persona indicada en el momento
indicado. Ese conocimiento puede ser nuevo (mejores prácticas), altamente especializado
(enfoques para la resolución de problemas que no suelen necesitarse pero que son cruciales
cuando se necesitan), fundamental (conocimiento que debe compartirse ampliamente a fin
de mejorar la toma de decisiones o alinear los objetivos) o de alguna otra categoría de
conocimiento. La aparición de los cargos de gerente de información, gerente del
conocimiento, director del capital intelectual y de figuras clave dentro de la jerarquía de la
corporación da testimonio del papel nuevo y preponderante desempeñado por el
conocimiento en las empresas.

La revaluación del conocimiento como factor económico clave de la producción y de la


continuidad del conocimiento como un componente esencial de la conservación y la
generación del conocimiento fue el producto de la acción de 10 fuerzas sobre las
organizaciones a finales del siglo XX:

1) El surgimiento de la era de la información y de la economía del conocimiento.


2) El paso de las organizaciones mecanicistas hacia las organizaciones orgánicas.

3) La proliferación y la sobrecarga de datos e información, que reemplazaron la necesidad


de procesar la información por el reto de procesar y crear el conocimiento.

4) La alta rotación de los empleados y la corta permanencia en los cargos debido a la


reducción del tamaño de las organizaciones y a los saltos de empleo en empleo, todo lo cual
crea vacíos enormes de conocimiento en las organizaciones.

5) La jubilación inminente de los nacidos en la posguerra, hecho que amenaza con generar
pérdidas de conocimiento que podrían ser devastadoras.

6) La rotación del conocimiento debido a la mayor utilización de una fuerza laboral


contingente en todas sus formas, la cual agota el conocimiento de la organización.

7) La búsqueda de la innovación y el énfasis puesto en el aprendizaje de la organización,


para lo cual es necesario tener el conocimiento del pasado y un acceso rápido a los recursos
existentes.

8) Un compromiso con una mayor calidad y con el mejoramiento continuo, el cual exige,
para su cumplimiento, una continuidad del conocimiento.

9) El desarrollo de una tecnología de cómputo sofisticada que permite capturar y


transmitir el conocimiento operativo.

10) El mercado global altamente competitivo, el cual premia las respuestas rápidas, la
agilidad de movimiento y la pericia para maniobrar, las cuales emanan de la continuidad
del conocimiento operativo.

Estas fuerzas han dado nueva forma al panorama de la administración de empresas y han
dado lugar a unas oportunidades únicas de competencia para las organizaciones que son, lo
suficientemente sagaces como para aprovecharlas. La búsqueda de nuevos modelos de
negocios, la carrera para ingresar a mercados nuevos y el ansia de desarrollar productos
innovadores – todo ello como consecuencia de estos factores – giran alrededor del activo
crítico de la continuidad del conocimiento y la necesidad de preservarlo y mejorarlo. Pero
todavía queda la pregunta de cómo hacerlo. La respuesta es desarrollar un proceso práctico
de amplia aplicación que produzca resultados, preferiblemente a través de la conservación y
la transmisión generalizada del conocimiento.

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