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En esta película, Morfeo11, que no por casualidad tiene este nombre, tiene la clave

de la determinación entre lo imaginario y lo real. Lo imaginario y lo real están al


mismo nivel, en la mano que ofrece, en un discurso de la película, la posibilidad de
determinar el destino tomando una de las dos píldoras. Neo, el personaje que
recibe la tentadora oferta, deja claro, a través del discurso de Morfeo, que la
píldora azul lo llevará de vuelta a su vida imaginaria, y la píldora roja le mostrará lo
real; es decir, lo simbólico, a partir de su palabra de elección (azul o roja),
determinará su destino. Neo elige el rojo y se enfrenta al desierto de lo real. Lo real
lleva al terror y al vómito. Lo real es el orden de lo insoportable o el desorden de lo
soportable, ya que lo imaginario tampoco era tan bueno para este personaje.
11 Μορφεύς en griego es el dios de los sueños de la mitología griega.
La impresión que me da la película, aún hoy, es que el interior y el exterior de la
Matrix, el simulacro en lo imaginario y los dolores y miserias de lo real, están cada
vez más entrelazados y mezclados, como si formaran un espacio topológico,
donde Neo ya no se hace dentro o fuera de ninguno de los dos universos, a
excepción de la interpretación de las imágenes que lo rodean, ya sea en su ciudad
real, Sión, o en su mundo virtualizado, Matrix.
Incluso el mundo virtual de la Matrix tiene un real que la rodea, que la produce. La
máquina produce su virtual a partir de un real, que son plantaciones de bebés
apilados, que alimentan la máquina con energía humana, que busca
incansablemente una armonía que nunca alcanza, incluso después de varias
simulaciones, varias generaciones de Neo y Morfeo, en ciudades destruidas y
reconstruidas como Sión. El arquitecto-máquina que denuncia esta búsqueda de
un objeto de deseo, donde pueda haber armonía entre máquinas y hombres, dice
que le sorprende la capacidad diferenciada de Neo: anteponer el
amor a todo -en lugar de Sión, elige a Trinity, su amada, como si el amor fuera
también el par armonioso de los algoritmos de la máquina. La película no presenta
un final a esta búsqueda, incluso con un acuerdo negociado entre Neo y La
Máquina Ambos pasan a un nuevo intento de armonía, pero sin tener ni idea de
una posible solución al estancamiento. Y, desafortunadamente, Neo está sin su
amor, porque es imposible tener amor y armonía entre los hombres y las
máquinas. Es imposible no recordar el aforismo de Jacques Lacan: "No hay
relación sexual".
El libro "Love + Sex with Robots", de David N. L. Levy (2007), presenta un
escenario más cercano a nuestra realidad actual, en 2018: nos estamos
enamorando de la gente virtual. El libro llama a estas personas "robots
humanoides" y, no más chocante que esto, son la base de una gran base de datos
de textos, voces y videos de lo que funciona o no en estas relaciones. Con estos
datos se creará una nueva generación de algoritmos y programas que, por sí
solos, aprenderán a ser estas pasiones virtuales12, para luego vestirse como un
objeto físico y venderse como un compañero físicamente funcional: un robot13.
12 Para visualizar el aprendizaje de los algoritmos, sugiero ver una demostración realizada por Microsoft
y presentada por Peter Molyneux (2010). Consultado el: 16 de julio de 2018. Disponible en:
<https://www.ted.com/talks/peter_molyneux_demos_milo_the_virtual_boy>.
13 Para entender el progreso de los proyectos de robots, recomiendo ver la entrevista de Sophia con SIC
Notícias durante la Web Summit, en Portugal (2017). Consultado el: 16 de julio de 2018. Disponible en:
<<< http://sicnoticias.sapo.pt/especiais/web-summit-2017/2017-11-08-SIC-entrevista-robot-Sophia-na-
Web-Summit >>.
A diferencia de la película Matrix, el escenario actual y el potencial creativo de la
industria está muy cerca de crear relaciones hombre-máquina, mucho menos
dramáticas que en Matrix, mucho más colaborativas, sin guerras, casi en silencio.
Hay algo entre nosotros y las próximas generaciones, sean cyborgs o no,
apasionados o no por las máquinas, será diferente, incluso más tecnológico.
Vengo a provocar tu mente con la posibilidad futura de tener nietos o bisnietos
casados con máquinas - o con varios al mismo tiempo, para no aburrirse.
"Me gustaría contarles una revelación que tuve durante mi estancia aquí. Se me
ocurrió cuando intenté clasificar su especie y me di cuenta de que no son
mamíferos. Todos los mamíferos del planeta se equilibran instintivamente con el medio
ambiente. Pero los humanos no. Ustedes van a un área y se multiplican y se
multiplican hasta que todos los recursos naturales se consumen. La única forma de
sobrevivir es ir a otra área. Hay otro organismo en este planeta que sigue el mismo
patrón. ¿Sabes lo que es? Un virus. Los seres humanos son una enfermedad. Un
cáncer en este planeta. Eres una plaga. Y nosotros somos la cura". Agente Smith,
Matrix Film, 1999.
Esta cita de un agente14 que se convierte en virus en la Matrix es una crítica a la
necesidad de consumo de los humanos, aunque estén conectados y ejecutando su
consumo virtualmente en la Matrix (un gran simulacro de una vida totalmente
virtual, que tampoco tiene éxito en la película, debido a la resistencia de algunos,
como Neo, Morfeo, etc.).
14 Unsoftware de entorno virtual que representa el imaginario de cuerpos paralizados utilizados como
baterías para máquinas.
No escribo sobre un futuro robot analizando, tal vez, un día de cyborg. Pero la
construcción, a través de la tecnología, de nuevas formas de subjetividad y
dislocación de los síntomas de estos sujetos divididos - o, según la definición de
Bruno Latour: híbridos que no aceptan el proceso de purificación. Explico estos
conceptos a continuación.
2.2 Híbridos: purificar y traducir
Bruno Latour, en su libro "Jamás Fuimos Modernos", presenta los conceptos de
híbrido, purificación y traducción. Detallaremos estos conceptos, importantes para
la comprensión de nuestra argumentación sobre la no frontera entre la
identificación en el mundo físico y el virtual.
"La modernidad se define a menudo a través del humanismo, ya sea para saludar el
nacimiento del hombre o para anunciar su muerte. Pero el hábito en sí es moderno, ya
que sigue siendo asimétrico. Olvida el nacimiento conjunto de la "no humanidad" de
las cosas, objetos o bestias, y el nacimiento, tan extraño como el primero, de un Dios
suprimido, fuera del juego. La modernidad nace de la creación conjunta de los tres, y
tras la recuperación de este nacimiento conjunto y el tratamiento separado de las tres
comunidades, mientras que, a continuación, los híbridos continuaron multiplicándose
como consecuencia directa de este tratamiento separado". (LATOUR, 1991, p. 19)
Latour habla de un híbrido que se ve obligado, por un proceso de purificación, a
convertirse en binario, a establecer fronteras entre lo humano y lo no humano. Y
podemos, por analogía, extenderlo a hombres y mujeres, homosexuales y
heterosexuales, y de la misma manera será con el mundo físico y el virtual,
obligándolos a dejar la posición de híbridos. Lo que podemos usar como una
oportunidad es el concepto de traducir el híbrido como una forma de identificación.
De alguna manera, se identifica con cada traducción que se hace de ella, evitando
así la necesidad de sucumbir a una purificación.
Esto me lleva al manejo clínico de la psicosis, es decir, el secretariado de los
alienados. Paralelamente, podríamos sospechar que una clínica que incluye
traducción tiene más que ver con un tipo de secretaría que con una interpretación,
lo que tiene una cierta imposibilidad ante tantas identificaciones flotantes.
En común, podemos afirmar que los dos, Freud15 y Latour, señalan las dificultades
que encontramos en la vida social para sostener lo que se trae a nuestras vidas a
través de la limitación de la fantasía o de la creación, ya sea por purificación en
Latour o por devaneo en Freud, y para explicar esta insatisfacción a través de las
dos hipótesis que se proponen en este texto: una de fuga y otra de creación.
15 Véase el punto 1.4.
2.3 Viendo en redes
Según Castells (2008, p. 553), "las redes constituyen la nueva morfología social de
nuestras sociedades y la difusión lógica de las redes modifica sustancialmente el
funcionamiento y los resultados de los procesos productivos y de la experiencia, el
poder y la cultura". El autor escribe que el poder de los flujos es más importante
que los flujos de poder, que la presencia o ausencia de la red y la dinámica de
cada red en relación con las demás son fuentes cruciales de dominación y
transformación de nuestra sociedad.
Castells (2003, p. 5) escribe que durante mucho tiempo en la historia de la
humanidad, las redes fueron el dominio de la vida privada, y una centralización
propensa dio límites a la producción lograda por ella. Hubo un intento de
control, que ahora, con la tecnología de la información, se desliza a través de los
cables, a través de las manos de los hackers, a través de la asignación pública de
grupos, a través de la falta de capacidad de retención.
Fugas de conocimiento, fugas de contactos, lo que se hace no se puede controlar.
Existe un caos disfrazado por las corporaciones -pocas, de hecho- que nombran a
las redes, pero ninguna capacidad de identificación o acción defensiva intensa en
casos de abuso por parte de personas o grupos, reduciendo su diligencia a
denuncias y muy pocas acciones concretas a favor del deseo de seguridad de los
conectados (no todos). Según el autor, ser excluido de estas redes es sufrir una de
las formas más nocivas de exclusión en nuestra economía y cultura.
"A finales del siglo XX, tres procesos independientes se unieron, inaugurando una
nueva estructura social basada predominantemente en las redes: las demandas de la
economía por la flexibilidad administrativa y la globalización del capital, la producción y
el comercio; las demandas de la sociedad, en la que los valores de la libertad
individual y la comunicación abierta se convirtieron en supremos; y los extraordinarios
avances de la informática y las telecomunicaciones que hizo posible la revolución de la
microelectrónica. (CASTELLS, 2003).
Estar conectado permite acceder a un gran volumen de información, nunca antes
alcanzado, pero lleno de dudas sobre su autenticidad y la de sus proveedores de
información. Además, presenta un interesante factor de sincronicidad, ya que al
estar conectados a una red, están desconectados de los demás, a veces decenas
de ellos, incluidos los que se realizan en el mundo físico. Terminan engañándose a
sí mismos con una conexión sincronizada, que en tiempo real sólo tiene la señal
sonora de algunas de las otras redes que no están conectadas en ese momento
(notificaciones asíncronas). Corren de un lado a otro para satisfacer las demandas,
señales de otros que ya no están allí y/o se aprovechan para generar demandas
también para otros que están pasando por estas mismas redes.
"La conexión digital favorece la comunicación simétrica. Hoy en día, quienes participan
en la comunicación no sólo consumen pasivamente la información,
sino que la generan activamente ellos mismos. Ninguna jerarquía clara separa al
remitente del destinatario. Todos son simultáneamente remitentes y destinatarios,
consumidores y productores. (HAN, 2018, p. 15-16)
¿Puede este sujeto, a través de su discurso, al solicitar un derecho, ya sea a la
seguridad o a la libertad, y en caso de posible angustia, encontrar una alternativa o
un lugar de deconstrucción de los sentidos de las posiciones identitarias
elaboradas hasta entonces?
La dicotomía que presento aquí es la ilusión de una falsa conectividad de red,
debido a las limitaciones de los seres humanos o de las máquinas, o de los filtros
que analizan los riesgos del tráfico de datos. Uno de los objetivos de este texto es
tratar de entender por qué, de alguna manera, decidimos vivir virtualmente, y cómo
la búsqueda de derechos puede ser importante para la legitimación de una opción
ilusoria o incluso revelar una nueva identidad construida en esta nueva forma de
vivir.
"El sujeto económico neoliberal no forma ningún 'nosotros' capaces de actuar juntos
(...) El socius ['social'] da paso al solus ['solo']. La constitución social actual se
caracteriza por la soledad, no por la multitud. Está abrazada por una desintegración
general de lo común y lo comunitario. La solidaridad desaparece. La privatización
avanza al alma. (HAN, 2018, p. 33)
En lugar de discurso o silencio en la clínica psicoanalítica, en su soledad, este
sujeto puede hacer un discurso pidiendo un derecho, ya sea a la seguridad o a la
libertad; una fuga a través del exceso, ya que el discurso de clase sólo tiene
sentido en una pluralidad de clases, y estamos hablando de un lugar de multitud
(clase única).
A partir de este signo y del discurso que retrocede, el psicoanálisis puede
reposicionarse ante este sujeto que, en una posible angustia, busca una alternativa
o un lugar para un discurso que deshaga los significados que se han dado a sus
posibles posiciones de identidad elaboradas hasta entonces.
2.4 Primera hipótesis para un no-lugar
En los temas anteriores y en el capítulo anterior, presentamos un tema que utiliza
las redes, las herramientas tecnológicas disponibles, para ampliar tus posibilidades
de vivenciar experiencias. Ahora, dividimos nuestro argumento en dos hipótesis,
entre miles de posibles hipótesis, para seguir nuestra investigación analítica. Es
importante reforzar que la búsqueda en este texto es escapar del binario, y al
presentar sólo dos hipótesis, podemos incurrir en la tentación de repetir este
proceso dual de separar a los híbridos en dos grupos. La comprensión que
buscamos es de dos procesos entre los muchos posibles de una manera
meramente restringida a un texto introductorio sobre el tema. Espero que quede
claro para el lector, a lo largo de este tema, que no quiero la separación en dos
grupos, lo que también sería un intento de purificar los híbridos. Parafraseando a
Derrida (2011, p. 41): "(...) estas hipótesis son nada menos que representaciones
intuitivas (...) Sólo pueden pretender tener el valor de las ilustraciones".
La primera hipótesis es que podemos estar en un proceso de fuga de una red a
otra y, en consecuencia, siempre retrasados en relación con la notificación que nos
llama la demanda de una de las redes. ¿Estamos huyendo de nosotros mismos y
de nuestro propio aburrimiento, cuerpo, vida en el mundo físico, de otras redes,
construyendo universos ficticios para no enfrentar nuestras propias
vulnerabilidades? En esta primera hipótesis, presentamos una angustia
proveniente de un proceso de purificación, que trata de crear una posición binaria:
virtual o en el mundo físico, dependiendo de las conmutaciones de este tedioso
sujeto.
La segunda hipótesis es que en este universo de redes nacen híbridos, seres
humanos que optan por un proceso de creación de su propia vida auténtica,
aprovechando todo el potencial asincrónico que esta red impone, y estando en
múltiples espacios simultáneamente.
Turkle presenta una serie de entrevistas en su libro "Alone Together" y una de
ellas me llamó la atención:
"Doug, un estudiante del Medio Oeste Americano, usuario de cuatro avatares,
distribuidos en tres mundos virtuales diferentes. Por lo general, mantiene los tres
universos abiertos en ventanas en su computadora al mismo tiempo que sus tareas,
su programa de correo electrónico y sus juegos favoritos. Se mueve fácilmente entre
todos estos lugares. Me dijo que la vida real es sólo "otra de estas ventanas". Incluso
enfatiza: "La vida real ni siquiera es mi universo favorito”. (TURKLE, 2011).
La dificultad que presenta un discurso como el de Doug, llevó a reflexionar sobre
dos hipótesis que ciertamente no son capaces de agotar el tema, pero que sirven
de base para entender cómo se producen algunos procesos en este universo de
posibilidades.
Turkle también cita un estudio de más de 1,5 millones de usuarios del sitio web
Chatroulette, que conecta al azar a usuarios de todo el mundo. En este estudio, tal
y como ha informado, las personas son objetivadas y rápidamente descartadas, lo
que refuerza un punto inquietante de su relato: parecemos decididos a dar
cualidades humanas a los objetos y a los contenidos, además de tratarnos unos a
otros como cosas.
A partir de la observación que hace el autor sobre la inseguridad de relacionarse,
especialmente en profundidad o intimidad, y con la disponibilidad de tecnología
suficiente para tener relaciones con una cierta protección, sugiero una primera
hipótesis, en la que la persona se niega a un no-lugar, huyendo de sus
vulnerabilidades. Existe el temor de relacionarse en profundidad, donde, con el
tiempo, el discurso, la imagen del cuerpo, la situación económica, la historia
familiar, etc., pueden generar un sentimiento de vergüenza suficiente para que la
vulnerabilidad del sujeto necesite ser ocultada.
"El desmantelamiento del vínculo social aísla a cada individuo y lo entrega a su
libertad, al disfrute de su autonomía o, por el contrario, a su sentimiento de
insuficiencia, a su fracaso personal. El individuo que no tiene recursos internos sólidos
para adaptarse, para dar sentido y valores a los acontecimientos, que no tiene
suficiente confianza en sí mismo, se siente aún más vulnerable y se ve
obligado a establecerse por sí mismo, ya que no encuentra apoyo en la comunidad”.
(LE BRETON, 2018, p. 9-10)
La acogida virtual, aparentemente automática, desde una construcción idealizada
o no, puede ser un gran atractivo para la multiplicidad de idealizaciones y
consecuente pérdida de realidad para el sujeto. Es en este momento cuando, de
alguna manera, el binario entre el mundo físico y el virtual se ve presionado a
manifestarse. Y, como parte de la virtualización, incluye la manifestación del afecto
de una vida corpórea -con cuerpos, sabores y olores-, convirtiéndose en algo del
mismo orden que los sentidos limitados a la fantasía.
No desprecio esto como psicoanalista, ya que la voz y la mirada están entre los
mayores formadores de carencias en el tema. Según Lacan, el sujeto es
impactado por la mirada y el habla del Otro, ese Otro con una "O" mayúscula,
capaz de impactar la vida del sujeto.
"El ojo y la mirada, esto es para nosotros la esquizofrenia en la que el impulso se
manifiesta a nivel del campo escópico.” (LACAN, 1964/1985, p. 74)
Aunque rápida, esta bienvenida virtual es precaria. El tema está entre los placeres
de estar en un solo lugar, pero tiene el desagrado de no reconocerlo como propio.
El rechazo del no-lugar termina en la frustración de una construcción asincrónica;
las redes y las demás personas que forman parte de ella no están presentes en
tiempo real, normalmente espectadores offline desatentos a los detalles. Resulta
que el sujeto construye algo propio, para regocijarse, a la vez que promueve una
petición de reconocimiento que no siempre va acompañada de una atenta partición
de los demás en las redes. El sujeto pierde la capacidad de soportar la soledad y
puede volverse adicto a los estímulos que la conectividad aparentemente produce.
Lo que es muy extraño es que, cuando se satisface con fotos, historias, textos,
etc., este sujeto se acostumbra a la falta de afecto y a la falta de atención en la
vida, convirtiéndose cada vez más en sujeto de soledad. En el intento de un
posible retorno a este universo del mundo físico, encontrará una acumulación de
fallas que pueden desesperar este movimiento.
A pesar de sentirse parte de un mundo virtual, este sujeto sigue frustrado en su
cuerpo, en su tiempo, en su soledad, y no puede vivir la purificación propuesta de
una vida virtual pura.
Cuerpo e imagen están juntos, confundidos y aburridos, como siempre lo han
estado. A pesar del intento de llamarlos híbridos, no pudimos traducirlos como
esperábamos. Terminarán cediendo a la purificación, llamándose a sí mismos
binarios, que producirán lo mismo, porque a veces uno, a veces otro, establecerá
una frontera y se definirá a partir de la negación de lo que es el otro.
"Ya no es suficiente nacer o crecer, es necesario construirse permanentemente,
permanecer movilizado, dar sentido a la vida, basar las acciones en valores. La tarea
de la individuación es ardua, especialmente cuando se trata de ser exactamente uno
mismo.” (LE BRETON, 2018, p. 10)
Se moverán a través de las fronteras hasta que expresen su insatisfacción en su
discurso. Este discurso puede venir a través de sus preguntas sobre privacidad y
seguridad a las empresas o agencias reguladoras, o a través de la angustia
dirigida al psicoanálisis.
2.5 Segunda hipótesis para un no-lugar
La segunda hipótesis que presento es que algunos sujetos se constituyen en el
universo virtual, es decir, en lugar de huir rechazando un no-lugar, exigen un
reconocimiento de ese no-lugar como formación de su identidad. Aparentemente,
aunque ambos navegan por las mismas redes, entran en lugares más profundos y
oscuros, en busca de una mayor desfragmentación de la identidad en el mundo
físico, a favor de identidades más virtuales, pero sin necesidad de reconocerlas.
Podemos traducir estos híbridos, porque debemos presentarlos uno por uno, dada
su capacidad de producción dinámica y subjetiva. Estos híbridos se apropian y se
desvían de la posibilidad de purificación. No aceptan citas, ni les gusta que se les
siga la pista; son los navegantes de estas redes y, en muchos casos, los
constructores de sus propias leyes.
"La abnegación es a veces la única manera de no morir o de escapar de algo peor que
la muerte. Ya no se trata de deslizarse hacia un "yo soy otro", sino hacia uno que "está
en otro lugar, que es indiferente a “mí”. Un intento de vivir liberándose del esfuerzo de
existir, se traduce en una distancia, en una lasitud, pero no en un deseo de morir.” (LE
BRETON, 2018, p. 34)
Estos híbridos no son binarios; están en un no-lugar social, reconocible sólo por
ellos, traducible uno por uno, y sólo en ese instante, recordándome el tema del
psicoanálisis que aparece en cada instante en el que el inconsciente aparece en el
lenguaje y de una manera única para desaparecer inmediatamente de nuevo, es
decir, un nuevo sujeto cada vez.
A diferencia de los procesos de la primera hipótesis, donde las aglomeraciones en
las redes se llevan a cabo por un rechazo del no-lugar a través de las paradas de
moda, los procesos de la segunda hipótesis, aunque pasen por las mismas
aglomeraciones, sugieren una búsqueda de reconocimiento de la legitimidad de un
no-lugar.
"La desaparición es al mismo tiempo una solución al agotamiento de ser uno mismo, al
sentimiento de haberlo dado todo, o de querer preservarse de la contención o de la
soledad, pero también es una solución al sentimiento de multiplicidad de uno mismo, la
convicción de albergar a varios personajes y de no resignarse a sacrificarlos.” (LE
BRETON, 2018, p. 47)
"Una vez que nos alejamos del flujo de la vida física, confusa y desordenada - y tanto
la robótica como el trabajo en red lo hacen - nos volvemos menos dispuestos a salir y
darle una oportunidad. Una canción que se hizo popular en YouTube en
2010,'¿Quieres salir con mi avatar? termina con la letra 'Y si crees que no soy el
elegido, desconecta, desconecta, desconecta y terminaremos'". (TURKLE, 2011)
Este sujeto hará uso de múltiples estrategias, tanto del borrado de sí mismo, como
de la fragmentación en diferentes personajes. Esta etapa virtual proporciona una
gran herramienta para ello y potencia y dificulta la elaboración de un yo, ya sea por
palabra o por interpretación analítica. Hay muchos "yoes" para interpretar.
En el sentido clásico del análisis del inconsciente, la interpretación se acercará
más al concepto de purificación de Latour que al de traducción. Al sugerir una
nueva visión clínica para estos casos éticos, sería necesario cuestionar
profundamente el método analítico y, como ya se ha mencionado, abordar el
manejo de la estructura de la psicosis, como secretaría de los enajenados.
2.6. La fuga o la creación de una identidad social
Es el derecho de este sujeto a esconderse en su fantasía, y también está el
derecho a la hibridación. Es prácticamente un derecho a mentir sobre su identidad
social, ya sea por huida o por creación, como se presentó en el tema anterior.
En el derecho a huir, el sujeto puede generar hechos falsos sobre su vida privada.
Ser observado es su objetivo, porque su deseo es un reconocimiento que no
ocurrió hasta entonces, y lo deja angustiado por no tener un lugar. Al ser vigilado o
asistido, fantasea que tiene un lugar. Lamentablemente, las reglas establecidas en
los contratos de las empresas que dominan las redes virtuales no prevén la
autonomía y, en muchos casos, este tema virtual es denunciado como "falso" y
arbitrariamente bloqueado. Enfatizo que la denuncia es parte de este universo,
pero no hay un análisis cuidadoso antes de los castigos, por razones obvias de la
imposibilidad de un análisis manual de todas las denuncias. Un ejemplo es que un
sujeto se construye como amigo de las celebridades y es castigado por esa
fantasía al contar historias de convivencia con ellas. Esta sería una fantasía común
en una red en el mundo físico, que se convertiría en una buena anécdota o una
rareza, y que se convierte en "Fake News" al entrar en la red virtual, con
consecuencias legales para el sujeto que fantasea. Hay un desafío de cómo tratar
con este nuevo universo sin quitarle la libertad de soñar y fantasear con este tema.
En la segunda hipótesis, la del sujeto que crea avatares como una forma de no-
lugar, de transitar todo el tiempo a través de redes, en múltiples identidades,
corresponde a las empresas o agencias reguladoras entender cómo actuarán en
estas actividades creativas. Entiendo que, en esta hipótesis, se manifiesta una
perversión común, y los fetiches son esenciales para el proceso natural de
negarse a sí mismos en su castración. Hablaremos más sobre esto en el capítulo
4.
En esta hipótesis, el desafío de legitimar este tema es mayor, y ya es evidente en
los casos de ataques a grupos sociales enteros por parte de híbridos
extremadamente performáticos, donde poco se puede hacer, ya sea para rastrear
o para proteger a los otros participantes de los aglomerados en las redes.
Estas consideraciones y dificultades no difieren de las de legitimar los derechos de
los híbridos que actualmente luchan por la libertad sexual, de decidir qué hacer
con sus cuerpos, como el aborto, los implantes de prótesis, el uso de hormonas,
las cirugías transformadoras en general.
"El mundo imaginario del adolescente está lleno de avatares internos: múltiples y
provisionales personajes que construye o fantasea sobre sí mismo, y que encuentran
en los momentos buenos y malos la complacencia de los avatares del mundo virtual
que lo hacen real o le dan una apariencia real, ya que a veces se viven como un doble
de sí mismo. Apoyando a un personaje imaginario cuya creación le pertenece, el joven
se aleja de sí mismo, se aleja de su identidad y de su cuerpo para vivir una especie de
éxtasis.” (LE BRETON, 2018, p. 99)
Es un tema que seguirá suscitando un gran debate por parte de todas las áreas del
conocimiento, incluido el psicoanálisis, que necesita estar más involucrado en estos temas
y posicionarse insistentemente como el lugar de escucha del inconsciente de este tema
con múltiples identidades virtualizadas.

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