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CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ

PROMULGADA EL 29 DE DICIEMBRE DE 1993


Edición del Congreso de la República
Marzo 2019

CONSTITUCIÓN.
Art. 41 ….
…. (tercer párrafo)
La ley establece la responsabilidad de los funcionarios y servidores públicos, así
como el plazo de su inhabilitación para la función pública.
El plazo de prescripción de la acción penal se duplica en caso de los delitos
cometidos contra la Administración Pública o el patrimonio del Estado, tanto para
los funcionarios o servidores públicos como para los particulares. La acción penal
es imprescriptible en los supuestos más graves, conforme al principio de
legalidad.

consecuencia:
a. Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de
hacer lo que ella no prohíbe.
EN ESTE CASO LA LEY MANDA
Causas que Eximen o Atenúan la Responsabilidad Penal
“si al agente pudo exigírsele que aceptase o soportase el peligro en
atención a las circunstancias, especialmente cuando hubiese causado
el peligro o estuviese obligado por una particular relación jurídica”
que con las locuciones “orden obligatoria”, “autoridad competente” y
“ejercicios de sus funciones” se alude tácitamente, pero de manera
suficiente, a que la orden superior no debe ser manifiestamente ilícita,
no siendo necesario, en tal sentido, indicarlo así expressis verbis.
Autoría y Participación
Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de
cometerse no esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e
inequívoca, como infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la
ley.
SEREMOS PROCESADOS, POR ACTO, NI SIQUIERA POR OMISION, PORQUE ESTÁ
PREVISTO Y CALIFICADO EN LA LEY, ESTA EXPRESADO DE MANERA EXPRESA E
INEQUIVOCA, ES INFRACCIÓN PUNIBLE, TIENE SANCIÓN CON PENA, ESTA PREVISTA
EN LA LEY.

LA LEY
MEDIANTE LEY SE ESTABLECEN DISPOSICIONES ORIENTADAS A ASEGURAR EL
FUNCIONAMIENTO DEMOCRÁTICO DE LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS Y LA
TRANSPARENCIA SOBRE EL ORIGEN DE SUS RECURSOS ECONÓMICOS, ASÍ COMO
SU VERIFICACIÓN, FISCALIZACIÓN, CONTROL Y SANCIÓN.

Artículo 109°. La ley es obligatoria desde el día siguiente de su


publicación en el diario oficial, salvo disposición contraria de la misma
ley que posterga su vigencia en todo o en parte.

El ejercicio de las acciones de hábeas corpus y de amparo no se suspende


durante la vigencia de los regímenes de excepción a que se refiere el artículo
137º de la Constitución. Cuando se interponen acciones de esta naturaleza en
relación con derechos restringidos o suspendidos, el órgano jurisdiccional
competente examina la razonabilidad y la proporcionalidad del acto restrictivo.
No corresponde al juez cuestionar la declaración del estado de emergencia ni de
sitio.

Es aplicable en todas sus partes:

Conjunto de reglas a las que se deben someter todos los habitantes de un país
para evitar conflictos y vivir en armonía.
Nunca se había hablado tanto en nuestra universidad de aplicación de la ley, la
importancia de que todos por igual nos sometamos al imperio de la ley.
Estamos como autoridad y funcionarios dispuestos a violar la ley –estamos
¿retorcer los procedimientos legales?.
Hace días nos alertaron sobre posibles problemas con la aplicación del proceso
eleccionario,
Tenemos un temor natural de no hacer bien las cosas bien y tenemos la
convicción de hacerlo transparente, pero no sentimos afectados, cuando nos
sentimos víctimas de una zancadilla.

No cuestionamos la falta de apoyo, pero se nos tiene que garantizar, no sanción.


Para un proceso normal, que vamos a tener para defendernos a largo plazo, una
resolución, una medida de excepción.
Vamos a pedir facultades extraordinarias al Rector o a la Asamblea Universitaria,
que aún brindándonos que es loable, pero más tarde sería en una carga bueno
tenernos en suspenso.
Además estaríamos sujetos a todo tipo de presión durante el proceso y después
de ello. Estamos dando oportunidades para estar a su merced.

Un régimen de excepción (también conocido como estado de excepción o estado


de emergencia) es un mecanismo contemplado en la constitución de un país en
caso de que un presidente considere que existe alguna situación extraordinaria
tal como catástrofe natural, perturbación grave del orden interno, guerra
exterior, guerra civil, invasión, o cualquier otro peligro considerado gravísimo,
con la finalidad de afrontarlo adecuadamente
Habitualmente, un régimen de excepción contempla la suspensión o restricción
de ciertos derechos fundamentales.
Es necesario entender que en dichos casos de "excepción" los derechos de los
ciudadanos quedan suspendidos parcial o totalmente.
Pregunta hay excepción a los derechos pero no a los deberes.

Hoy, decidimos un proceso forzado, y confirmando mis temores. Avanzamos sin


mirar bien los documentos, Evaluación del Impacto del proceso puesto en ambos
casos, es alto el seguir aun teniendo documento de excepción. O una licencia de
actuar pero no de ser sancionados, Acaso es una licencia de una corte autorizada
por el estado,
¿Se ha respetado el debido proceso, en todas sus partes, para estar excentos de
falta?

Si esto fuera así, CU, AU. RECTOR y por supuesto nosotros estaríamos
incurriendo en irregularidades.
Cuando todos ellos deben supervisar y autorizar los procedimientos legales.
Todos pueden estar pensando que estamos siendo manipuladas por alguien, se
va rumorear.
Nos dieron una resolución para “autorizar nuestra caída” sin respetar el tiempo.
¿quién garantiza las condiciones de excepción?
Reprogramemos las elecciones: Mejoremos todo el proceso, inscripción de
estudiantes, Constancias de Tercio superior Modelo, (mejoremos el proceso
eleccionario, constancias de reuniones por grupos o grupillos. Tampoco hay
constancias de estudios presenciales.

Con el fin de paliar falencias, se declare reprogramación por el Comité y dando


informe a la Asamblea Universitaria a quién nos debemos (por el nombramiento)
SOLICITANDO NUEVO NOMBRAMIENTO DE ESTUDIANTES COMO MIEMBRO DEL
COMITÉ EN VISTA DE SU ASUSENCIA Y APROBACIÓN DE UN REGLAMENTO
INTERNO DE TRABAJO.
No lo consideremos una tragedia, para si lo llevamos a cabo estamos evadiendo
al cumplimiento de la Ley Universitaria. Esa no es la finalidad de nuestro trabajo.
Para mi no hay estado de excepción, configuramos un abuso de autoridad. Esa
no es la manera de hacer bien las cosas.

Medida de Excepció: para que el CU. CE. (involucrados) podamos excusarnose


de utilizar la ley (basados que no tendremos autoridades – Decano, Director de
Pos Grado, Tercio estudiantil) para adquirir qué cosa urgente, que
procedimiento urgente
Que servicios perjudicamos o productos. Qué queremos agilizar o cumplir,
recuerden nuestro trabajo es neutral, por tanto más tarde nos sintamos
responsables de nuestra decisión.
Esto último, genera una serie de dudas, pues da idea que estamos apoyando
algo, para que funcionarios o decanos y utilicen este proceso como recurso de
una denuncia,
Me quiero evitar ser denunciado, la universidad no pagará a los abogados que
nos defenderán, Respetemos los mecanismos señalados y de transparencia
existentes.

Es la ley, estúpido…
Diethell Columbus Murata
El desconocimiento general de aquello que dispone la ley es sorprendente y esta
semana lo hemos visto en algunas notas periodísticas sobre el Jurado Nacional
de Elecciones o en lo dicho por Martín Vizcarra contra Pedro Olaechea.
“JNE dispone que no se apliquen normas de la reforma política”
La otra señalaba: “ente electoral decidió que tres leyes de la reforma política –
impulsada por el gobierno del presidente Martín Vizcarra– no tendrán vigencia
para el proceso convocado para el 26 de enero de 2020”.

Es la Ley UNIVERSITARIA, la que ordena taxativamente que se DEBA CUMPLIR


LOS 6 MESES QUE (EN REFERENCIAS en procesos electorales) de resoluciones
que han sido publicadas desde julio del presente año .
Resulta un sinsentido que se responsabilice al CE solamente de esta situación.
El comportamiento típico del delito de abuso de autoridad del artículo 376° del Código Penal
[1] consiste, a grandes rasgos, en que un funcionario público ordene o cometa un acto
arbitrario, que perjudica a alguien, empleando abusivamente las atribuciones públicas
conferidas. Asimismo, cabe notar que la característica principal de este delito es su naturaleza
subsidiaria, en la medida en que el delito de abuso de autoridad sólo se aplicará para aquellos
actos funcionales abusivos que no sean sancionados por otros delitos contra la administración
pública específicos.

A continuación, analizaré brevemente tres cuestiones especialmente problemáticas en torno


a este delito contra la administración pública:

Las conductas típicas de “ordenar” y “cometer”

El tipo penal de abuso de autoridad contiene dos modalidades delictivas: el abuso de


autoridad mediante ejecución de un acto arbitrario y el abuso de autoridad consistente en
ordenar un acto arbitrario.

A mi juicio, se debe diferenciar la naturaleza del delito (de resultado o de mera actividad),
según la modalidad delictiva que se trate. Así, la modalidad de “cometer un acto arbitrario”
sería un delito de resultado, mientras que la modalidad de “ordenar un acto arbitrario” sería
un delito de mera actividad. La modalidad de “cometer” implicaría el ejecutar un acto
arbitrario sin previa orden, produciéndose un perjuicio efectivo para algún particular;
mientras que la modalidad de “ordenar” supondría el mandar a que otro ejecute un acto
arbitrario, no siendo necesario perjudicar a alguien, sino sólo generar un peligro idóneo de
perjuicio [2].

Considero que esta resulta la tesis más acertada, toda vez que permite diferenciar el ámbito
de aplicación de ambas modalidades delictivas y no deja espacios de impunidad. La modalidad
de “ordenar un acto arbitrario”, a pesar de no requerir la causación efectiva de un perjuicio
para los intereses de algún particular, sí genera un peligro de perjuicio, lo cual es suficiente
para menoscabar el bien jurídico protegido y consumar el delito.

2. La “arbitrariedad” del acto

El tipo penal de abuso de autoridad exige que el sujeto activo ordene o cometa un “acto
arbitrario”. El acto (orden, resolución o cualquier acto funcional) es arbitrario cuando
contraviene el ordenamiento jurídico (Constitución, ley, reglamento, etc.). La “arbitrariedad”
se presenta cuando el funcionario actúa por fuera de lo que la ley le permite, no actúa cuando
la ley le obliga hacerlo o actúa de un modo prohibido por la ley o no previsto por ella [3].

Sobre este punto debe tenerse presente que ante la ausencia de regulación administrativa
específica sobre un ámbito de actuación funcionarial, siempre se podrá recurrir a los principios
inspiradores de la función pública (por ejemplo, el Código de Ética de la Función Pública) que
sirven para determinar la actuación debida de un funcionario. La violación de uno de estos
principios, también, puede dar lugar a un acto de naturaleza arbitraria.

Ahora bien, ¿Qué sucede si el sujeto activo del delito emite un acto administrativo creyendo
erróneamente que su conducta estaba amparada por una ley o reglamento? ¿El
desconocimiento de la arbitrariedad constituye un error de tipo o un error de prohibición?

Para responder estas preguntar, primero debe tenerse en claro que el elemento objetivo de
“arbitrariedad” del tipo penal de abuso de autoridad es un “elemento normativo-jurídico”. En
general, los “elementos normativos” del tipo penal son aquellos que sólo pueden ser
concebidos bajo el presupuesto lógico de la existencia de una norma [4]. Es decir, el juez
necesitará recurrir a la normativa extrapenal para entender la conducta típica del delito.

En el presente caso, la “arbitrariedad” será un elemento normativo-jurídico del tipo que


remite al juez a normativa administrativa (la mayoría de veces) que regula las competencias
de los funcionarios públicos o autoridades, para verificar la configuración del delito.

Respecto de la problemática específica planteada sobre el error en este elemento de


“arbitrariedad”, consideramos, al igual que sector de la doctrina penal, que, como regla, el
error sobre un elemento normativo del tipo da lugar a un error de tipo (art. 14° del Código
Penal, primer y segundo párrafo) y no a un error de prohibición (art. 14° del Código Penal in
fine) [5]. De esta misma opinión es el autor nacional Abanto Vásquez, aunque, desde su punto
de vista, el error sobre el elemento típico de “arbitrariedad” da lugar a un error de tipo, porque
este es más favorable al reo que el error de prohibición [6].

Por tanto, si el sujeto activo del delito tiene un error vencible sobre la normativa extrapenal
que regula las competencias funcionariales, el hecho será impune por atipicidad subjetiva
(falta de dolo), dado que no existe un tipo penal imprudente de abuso de autoridad (art. 14°
del Código Penal, segundo párrafo.). Lo mismo sucederá evidentemente si el error es
invencible (Art. 14° del Código Penal, primer párrafo).

3. Relación concursal con otros delitos contra la administración pública

Dada la amplitud de conductas disfuncionales que pueden ser subsumidas en el tipo penal de
abuso de autoridad, es muy recurrente que la dación de un acto arbitrario pueda encajar
también en otros tipos penales como la concusión, la colusión, los cohechos pasivos, etc. En
efecto, en estos delitos el sujeto activo, también, puede ser un funcionario público que
abusando de sus atribuciones realiza un acto arbitrario que perjudica a un particular.

Piénsese, por ejemplo, en el cohecho pasivo, en donde el funcionario abusivamente solicita


una dádiva al particular. Aquí existe un funcionario que ha abusado de su cargo para exigir un
beneficio económico a un particular (perjudicándolo) a cambio de realizar u omitir algún acto
funcional. No obstante que se configuran todos los elementos de este delito, sólo se debe
aplicar el delito de cohecho y no el de abuso de autoridad.

En efecto, como mencionamos líneas arriba, el delito de abuso de autoridad es un delito


“subsidiario” dentro de los delitos contra la administración pública. El delito de abuso de
autoridad es un tipo penal remanente y genérico que es aplicable sólo cuando el abuso
cometido por el funcionario no es el medio de comisión de otro delito [7]. En tal sentido,
cuando el abuso cometido siempre sea el medio necesario para la comisión de otro delito
(colusión, consusión, etc.) habrá un “concurso aparente de leyes penales”, el cual, en
aplicación del criterio de “especialidad” [8], se resolverá en desmedro (inaplicación) del delito
de abuso de autoridad.

El Código de Ética de la Función Pública peruano tiene naturaleza ético-jurídica.

Artículo 399°.- Negociación incompatible o aprovechamiento indebido

de cargo

El funcionario o servidor público que indebidamente en forma directa o indirecta o por

acto simulado se interesa, en provecho propio o de tercero, por cualquier contrato u


operación en que interviene por razón de su cargo, será reprimido con pena privativa de

libertad no menor de cuatro ni mayor de seis años e inhabilitación conforme a los incisos

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