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INSTITUTO DE FORMACIÓN FILOSÓFICA INTERCONGREGACIONAL DE MÉXICO

LICENCIATURA EN FILOSOFÍA

SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN

EL ROL DEL PROFETA HOY:


SAMUEL RUIZ GARCÍA

JORGE RODRIGO PÉREZ CHÁVEZ

ZAPOPAN, JALISCO; MAYO DE 2009


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.………………………………………………………………………… 2

DESARROLLO

La Diócesis de San Cristóbal de las Casas.………………………………………. 3

Samuel Ruiz García.………………………………………………………………… 4

Fundamentación de la Teología de Samuel Ruiz………………………………... 7

Elementos de la Tipología de Max Weber: el profeta y el sacerdote. …………. 10

El profeta………………………………………………………………………. 10

El sacerdote…………………………………………………………………… 17

CONCLUSIONES…………………………………………………………………………… 21

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………………… 23

2
INTRODUCCIÓN

Max Weber, sociólogo del siglo XX, hace una descripción detallada de tres personajes del
poder: el sacerdote, el mago y el profeta. Estos tres actores tienen una injerencia en la
sociedad, especialmente en el terreno de la religión.

En el presente trabajo hago un estudio del ejercicio pastoral de Samuel Ruíz García, obispo
emérito de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas; y lo comparo con las
características del profeta, explicadas por Weber en su libro Economía y Sociedad. Por otra
parte, en el trabajo se encuentra una breve descripción del rol del sacerdote y su
ejemplificación a través de algunos personajes de la vida eclesial del país.

El desarrollo del trabajo inicia con una breve descripción de la Diócesis de San Cristóbal, la
cual permite tener una visión de conjunto de las características de este territorio: desarrollo
histórico, el tipo de habitantes, las problemáticas sociales y los obispos que recientemente
ha tenido. Posteriormente, hago una presentación del obispo Samuel Ruiz García, uno de los
últimos obispos de la Diócesis y pieza clave para entender el caminar que ha marcado a
ésta. Me concentro, principalmente, en mostrar el trabajo pastoral y de mediación en los
conflictos indígenas. El siguiente apartado consiste en una sencilla fundamentación de la
Teología emprendida por Samuel Ruiz, la Teología India. Continúo con el punto central de mi
trabajo: una comparación entre los elementos de la tipología de Max Weber y unos casos
concretos: Samuel Ruiz en el papel del profeta y Felipe Arizmendi como representante del
sacerdote. En este punto voy casi parafraseando los elementos teóricos de Weber con
ejemplificaciones del trabajo de Samuel Ruiz y otros personajes. El último punto está
destinado a mis conclusiones.

3
DESARROLLO
LA DIÓCESIS DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS

La Diócesis de San Cristóbal de las Casas (Chiapas) es la quinta más antigua del continente.
Fue creada el 19 de marzo de 1539 con el nombre de “Chiapas”, desde 1964 cambió su
nombre por el actual: “Diócesis de
San Cristóbal de las Casas”. En
Chiapas hubo al principio una sola
Diócesis, actualmente hay tres: San
Cristóbal de las Casas, Tapachula y
Tuxtla Gutiérrez (la cual, a pesar de
ser la más joven, fue erigida como
Arquidiócesis en 2007).

Según datos oficiales de la Diócesis,


su territorio comprende 36,821 km
cuadrados. Con el trabajo de 84
sacerdotes (diocesanos, maristas,
dominicos, jesuitas, principalmente),
335 diáconos permanentes, 8 mil
catequistas y 300 agentes de
animación pastoral (las tres
categorías anteriores en su mayoría
indígenas: tzeltales, tzotziles,
tojolabales, zoques), se atiende a
más de millón y medio de personas,
que viven en 2,500 comunidades, en
su mayoría rurales e indígenas.1
Para su organización, la Diócesis
comprende 7 zonas pastorales (las cuales se muestran en la imagen de la izquierda).

En esta Diócesis está la mayoría de la población indígena del estado; la mayor concentración
de efectivos militares del país, así como de efectivos policiacos y paramilitares. También se
caracteriza por tener la mayoría de los municipios más pobres de Chiapas donde muchos de
ellos encabezan los primeros lugares en marginación a nivel nacional. El territorio en el que
se encuentra la Diócesis tiene la menor inversión que genere empleos, pero la mayor fuente
de biodiversidad, biopiratería, petróleo, agua y potencial de energía eléctrica. Casi la
totalidad de los más de 21 mil desplazados indígenas de Chiapas están en esta Diócesis así
como más de 30 Municipios Autónomos Zapatistas y el principal bastión del EZLN. Aquí los
grupos paramilitares tienen también en sus manos el control de templos católicos y muchos
de sus sacerdotes extranjeros han sido expulsados del país. Esta Diócesis ha visitado a sus
sacerdotes en la cárcel, ha sufrido las amenazas a sus religiosas, los atentados de
homicidios a sus agentes de pastoral y el asesinato de sus catequistas.

1
Datos tomados de la página oficial de la Diócesis de San Cristóbal:
http://www.paginasprodigy.com/diocesisancristobal/

4
La Diócesis de San Cristóbal ha tenido 37 obispos en total (aunque hubo 16 más que fueron
nombrados y nunca llegaron a la ciudad), que inician desde 1545 con la llegada de Fray
Bartolomé de las Casas.2 En 140 años acumulados (la tercera parte de su existencia) no ha
tenido obispos.

Los últimos obispos de la Diócesis son


Samuel Ruiz García (1960-2000) y Raúl
Vera López O.P, (coadjutor, 1995-1999).
Actualmente preside la Sede Episcopal
Felipe Arizmendi Esquivel (2000) y como
obispo auxiliar está Enrique Díaz Díaz
(2003).

En esta foto se pueden observar, de


izquierda a derecha, a Enrique Díaz,
Samuel Ruiz, Felipe Arizmendi y Raúl
Vera.

SAMUEL RUIZ GARCÍA

Samuel Ruiz García fue ordenado obispo en 1960, fue el primero en hacerlo en la Catedral
de San Cristóbal de las Casas y representa el episcopado más largo de toda la historia
chiapaneca.

Considero que Onésimo Hidalgo y Gustavo Castro hacen una breve y sustanciosa
presentación del obispo Samuel (“Tatic” – papá – como le dicen los indígenas de Chiapas):
Tatic, como cariñosamente le pusieron los indígenas
chiapanecos, nació en la ciudad de Irapuato, en el estado
de Guanajuato, el 3 de noviembre de 1924, primogénito
de cinco hermanos. Después de los estudios de primaria
ingresó al Seminario en la ciudad de León, del mismo
estado. Entre 1947 y 1949 estudió en la Pontificia
Universidad Gregoriana donde cursó la Licenciatura en
Teología Dogmática; de 1949 a 1952 se especializó en
Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bíblico en la
misma ciudad de Roma. Fue ordenado el 2 de abril de
1949. Terminados sus estudios fue destinado a la
docencia de su diócesis en el Seminario Conciliar de
León, y posteriormente nombrado rector del mismo. El 14
de noviembre de 1959, 10 días después de haber
cumplido 35 años, el Papa Juan XXIII lo nombró Obispo de Chiapas. Tatic quiso ser
consagrado en la Catedral de San Cristóbal de Las Casas en la fiesta de San Pedro 3
2
Para ver la lista completa de obispos de la Diócesis: http://74.125.95.132/search?
q=cache:mEl9OpCX3jUJ:sancristobaldelascasas.wordpress.com/page/2/+historia+de+la+di
%C3%B3cesis+de+San+Cristobal+de+las+casas&cd=9&hl=es&ct=clnk&gl=mx
3
Error de los autores, es la fiesta de la conversión de san Pablo

5
y, por primera vez en más de 400 años, un Obispo de Chiapas sería consagrado en el
estado el 25 de enero de 1960.4

El Concilio Vaticano II y el contacto directo con los indígenas fueron claves en la conversión
de Samuel Ruiz. Ya no era aquel obispo recién ordenado que en su primera carta pastoral,
bajo el lema ¡cristianismo sí, comunismo no!, alertaba a su pueblo de la peligrosidad del
comunismo y recomendaba el rezo del rosario en familia. Por el contrario, empezó a convivir
con los indígenas y a aprender sus lenguas.

A través de la iniciativa de algunos obispos mexicanos y con el apoyo de algunos personajes


extranjeros (especialmente del canónigo F. Boulard), se creó en 1964 la Unión de Mutua
Ayuda episcopal (UMAE).

Al calor de la experiencia, iniciada como una mera colaboración entre personal especializado
en distintas áreas de la pastoral, se fue tomando conciencia de aspectos trascendentales.
Por ejemplo, el cuestionamiento de la pastoral y la renovación consecuente en una
planeación de conjunto, a partir de una nueva fundamentación teológica y sociológica del
quehacer global de la Iglesia. Samuel Ruiz ubica allí el origen de una propuesta más clara; la
necesidad de hacer planes basados en lo que se llamaba la participación de todas las
“fuerzas vivas” de la diócesis en un plan determinado. Con el apoyo de Boulard, se
impulsaron reuniones por regiones en la Diócesis. Y a partir de estudios sociológicos
adecuados y de divisiones lingüísticas, fueron conformando una tipología de Diócesis.
“Nuestra Diócesis, Chiapas, en general fue llamada ‘el complejo chiapaneco’. El estudio
sociológico de la región arrojó una cosa específicamente diferente a todos los otros lugares
del país. Todo eso se hizo con apoyo de técnicos de la UMAE”.5

Importante es también el primer Congreso Indígena realizado en octubre de 1974, ideado por
el gobernador del Estado, Manuel Velasco Suárez, y encomendado para su organización a la
Diócesis de San Cristóbal.
Llegaron cerca de 2 mil choles, tzeltales, tzotziles y tojolabales, en representación de
cerca de 400 mil indígenas que sobrevivían en unas mil comunidades y asentamientos
olvidados de plano por el gobierno […] En sus propias lenguas vieron la necesidad de
tener escuelas, salarios justos, agua potable, hospitales, medicinas. Suyo hicieron el
lema de Zapata de que la tierra debe ser de quien la trabaja. Salió a relucir la
explotación, la miseria de que eran víctimas por parte de terratenientes e
intermediarios voraces. Fue un acto comunal de toma de conciencia. Con él, la Iglesia
mostró su influencia como nunca antes. Mucho se habla todavía del impacto del
Congreso sobre los encapuchados del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN) que aparecieron 20 años más tarde.6
La labor mediadora de Samuel Ruiz no se manifiesta única y exclusivamente en el diálogo
entre el EZLN y el Gobierno Federal. La historia de esas pequeñas mediaciones que se
dieron antes de 1994 tiene un valor bastante significativo y llegaron a tomar cuerpo y forma a
través de la Comisión Nacional de Intermediación (CONAI). Esa mediación realizada antes
de 1994 ayudó a resolver conflictos inter o intracomunitarios, o en otras ocasiones a
4
Hidalgo, Onésimo y Castro, Gustavo. Tatic. [En línea] en:
http://www.ciepac.org/boletines/chiapasaldia.php?id=137
5
Cfr. Fazio, Carlos. Samuel Ruiz. El caminante. Espasa Calpe. México. 1994. pp. 73-75.
6
El que se va: El caminante del Mayab. En: Adiós a Samuel Ruiz. La Diócesis indómita. Proceso.
1999. p.63.

6
distender problemas de las comunidades que provocaban las fuerzas del Estado. Ejemplos
de estos casos son los ocurridos en Venustiano Carranza (1975), Villa Las Rosas (1977), Las
Margaritas (1977), Sitalá (1980), entre otros.

Con el estallido del conflicto armado el 01 de enero de 1994, el obispo Samuel expresó su
disponibilidad a mediar en el conflicto. También invitó a los obispos de Tuxtla Gutiérrez y
Tapachula a participar en este servicio. La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM)
también designó seis obispos para acompañar el proceso.

Por petición del Gobierno Federal y del EZLN, Samuel Ruiz asumió formalmente la tarea de
mediador y organizó un equipo de apoyo dentro de la Diócesis. Las dos partes del proceso
de diálogo, Manuel Camacho Solís y la dirigencia del EZLN, mostraron su disposición para
hablar después del alto al fuego unilateral y la liberación del General Absalón Castellanos,
retenido por los zapatistas desde los primeros días del levantamiento.

Del 21 de febrero al 03 de marzo


de 1994 tuvo lugar el primer
diálogo directo entre el
comisionado para la paz y los
representantes del EZLN, realizado
en el interior de la Catedral de San
Cristóbal (de ahí que también se le
conozca como la Catedral de la
paz). Posteriormente, en octubre
de 1994, el obispo Samuel hizo la
convocatoria a una serie de
personalidades con calidad moral
en el país para integrar la CONAI,
que procuró, en un primer
momento, el acercamiento entre
los representantes del gobierno y el
EZLN (abril de 1995, en Ocosingo,
Chiapas). En un segundo
momento, en las negociaciones de
San Andrés Larráinzar, en donde
se firmaron los primeros acuerdos
en materia de Derechos y Cultura
Indígena, el 16 de febrero de 1996.
El 02 de septiembre del mismo
año, el EZLN condicionó su
participación en el diálogo si se
daba el cumplimiento de los
acuerdos de San Andrés, la
libertad de los presos políticos, la
desarticulación de los grupos paramilitares, la instalación de la Comisión de Seguimiento y
Verificación y el nombramiento de una delegación gubernamental seria y con capacidad de
decisión. La CONAI insistió al EZLN y al gobierno su asistencia al proceso de diálogo,
iniciándose, así, el proceso de reuniones tripartitas: EZLN, CONAI y COCOPA (Comité de
Concordia y Pacificación).
7
Al continuar el Gobierno Federal con sus ataques hacia Samuel Ruiz (presidente de la
CONAI), a la Diócesis de San Cristóbal, y el ataque del 07 de junio de 1998 a algunas
comunidades, por parte de grupos paramilitares, el obispo Samuel valoró que las condiciones
existentes ya no estaban dadas para continuar la negociación, por lo que renunció como
presidente de la CONAI, dándose como consecuencia la disolución de la misma.

Al cumplir 75 años de edad en


noviembre de 1999, Samuel Ruiz
envió su renuncia como obispo de
la Diócesis de San Cristóbal. Al
celebrarse también 40 años de su
servicio episcopal, se realizó un
encuentro teológico-pastoral
llamado “Del Concilio Vaticano II al
Tercer Milenio”, al que asistieron
más de 10 mil indígenas, varios
obispos mexicanos y extranjeros y
Rigoberta Menchú. Se organizó,
también, en toda la Diócesis, un
año jubilar para celebrar sus 40
años a cargo de la Diócesis. De
todo el territorio indígena llegaron
peregrinaciones para despedir a
don Samuel y agradecerle su trabajo de pastor.

El obispo coadjutor de la Diócesis de San Cristóbal, Raúl Vera López, también fue removido
de su cargo a finales de diciembre de 1999 y nombrado obispo de Saltillo, Coahuila. Esto
provocó sorpresa al interior de la Diócesis, pues era considerado el sucesor indicado por
seguir la misma línea que Samuel Ruiz.

En lugar de Raúl Vera, se designó como obispo a Felipe Arizmendi Esquivel, quien dejó la
Diócesis de Tapachula para tomar posesión de su nueva Diócesis el 01 de mayo de 2000.

FUNDAMENTACIÓN DE LA TEOLOGÍA DE SAMUEL RUIZ

Leonardo Boff analiza los principales tipos de cristianismos en Latinoamérica, del cual me
interesa resaltar el cristianismo popular, el cual está centrado en las comunidades eclesiales
de base (CEB’s), y que es convergencia de tres fuerzas históricas: la utopía de los primeros
misioneros, la emergencia del laicado y la irrupción política de los pobres. Esto responde al
tipo de espiritualidad descrita por Marzal con el nombre de catolicismo popular. Los católicos
de este tipo de espiritualidad están inspirados en la Teología de la liberación, cuya
experiencia fundante es el pobre, como sacramento, descubierto en la reflexión bíblica, sobre
todo en el Cristo histórico, y el compromiso fraterno en el seno de la comunidad.7

7
Cfr. Marroquín, Enrique. Diversidad de Catolicismos. En: Antología de Sociología de la religión. p.
43.

8
Según la categorización realizada por Leonardo Boff, la labor
pastoral de Samuel Ruiz entraría en el tipo de cristianismo
popular y, según la categorización de Marzal sobre los tipos de
espiritualidad, correspondería al catolicismo popular. La
corriente ideológica del obispo Samuel y de la Diócesis a su
cargo, parte del análisis de la realidad chiapaneca,
encontrando en los indígenas, y en sus situaciones económica,
política, educativa y social, la inspiración para la labor. El
método de realización, concretizado en la instrucción de
catequistas, diáconos casados y CEB’s, habla de la
importancia que se le ha dado a los laicos como gestores de su
desarrollo. En este sentido se puede decir que el obispo
Samuel es un profeta e ideólogo de la Teología de la liberación.
Se puede comparar con el caso de los obispos Arturo Lona, en
Tehuantepec, Oaxaca; Bartolomé Carrasco, en Antequera,
Oaxaca; Sergio Méndez Arceo, en Cuernavaca, Morelos;
Helder Camara, Brasil; Oscar A. Romero, El Salvador.

Sin embargo, en la Diócesis de San Cristóbal de las casas se ha dado un tipo de teología
que es llamada Teología india. Expondré algunos puntos de ésta:

La Teología india, además de ser voz de protesta de los indios, poco a poco se ha ido
convirtiendo en voz de propuesta que articula el anhelo de un futuro mejor no sólo de los
indios sino de los pobres en general.

La Teología india, amerindia o indígena se refiere a la rica sabiduría religiosa de los pueblos
originarios del continente Americano. Esta sabiduría es fruto de milenios de búsqueda de las
realidades divinas y espirituales, que los primeros pobladores llevaron a cabo en el pasado, y
que actualmente sus descendientes mantienen activa de manera autónoma o en vinculación
con el Cristianismo. No existe una única Teología india, sino múltiples Teologías indias, cada
una caminando por senderos propios según el Espíritu le inspira y según las circunstancias
históricas le permiten desarrollarse.

Consiste en pensar las cosas de Dios y nuestras cosas más profundas no sólo en el
esquema gnoseológico de Occidente, sino en las categorías de conocimiento surgidas de la
cultura y tradición religiosa propia.

Las teologías originarias de los pueblos, aquellas que surgieron hace 2 ó 3 milenios, en parte
se conservan en la memoria de las sabias y los sabios indígenas, y en parte se han perdido
por la agresión sufrida por la conquista y la sociedad colonial. Pero siguen siendo la
referencia obligada para la reconstrucción de las identidades indígenas de hoy, dentro de las
Iglesias o autónomamente de ellas.

A pesar de la cristología misionera ligada al poder, las comunidades indígenas elaboraron


muy temprano una cristología popular en torno a los atributos de Cristo que lo mostraban
pobre, perseguido, calumniado, crucificado y asesinado. Las mejores categorías teológico-
culturales fueron reelaboradas, al contacto con la Iglesia, para aplicárselas en adelante a
Nuestro Señor Jesucristo.

9
Cristo es el Jaguar o la Serpiente que simboliza a la tierra, al tiempo y al espacio. Es el
Águila que se mueve entre el cielo y la tierra. Es la Puerta de entrada al Mictlán o lugar de los
muertos. Jesucristo es el Fuego Nuevo con que se inicia cada siglo de la humanidad.
Muchas de las verdades cristológicas expresadas por los pueblos indígenas son
planteamientos que ya fueron hechos en la trayectoria teológica tradicional de la Iglesia. Las
diferencias son en verdad de forma y no de contenido.

En palabras de Bartolomé Carrasco:


Sentir y vivir la trascendencia, para el indio,
es algo que brota por todos y cada uno de
sus poros. Para entender y comunicar el ser
y la vida, el indio se vale del lenguaje mítico-
simbólico, entendiendo el mito como la
explicación más profunda y la vivencia más
honda de la vida y de su sentido. Hay en la
Teología India una receptividad que la hace
abrir todos los poros de su ser al mensaje de
la trascendencia y pretende ofrecer humilde
y sencillamente su aporte contemplativo a
las categorías de la Teología occidental. La
Teología India no tiene categorías
racionalizadas, al modo occidental. Ponerla
en esas categorías racionalizadas es
destrozarla y aniquilarla. Ella es una
experiencia de la trascendencia del “Yo soy”
que, en espíritu contemplativo, se goza y
que, a través de la historia, se expresa en el
modo mítico simbólico heredado de los
mayores. Es una experiencia de Dios que se
manifiesta en la trascendencia y en el cosmos. Querer explicarla científicamente es
como querer transmitir existencialmente el gozo que me causa contemplar una gota
de rocío mañanero en una flor, la sensación que me causa una alborada o un
atardecer, la sensación de majestuosidad que me causan las montañas o el océano.8

A partir de lo anterior se pueden empezar a


vislumbrar el tipo de profetismo del obispo
Samuel. La labor profética de Samuel Ruiz
ha consistido en tomar lo propio de la
cultura indígena, valorarla y propulsarla
como elemento rico de evangelización. Con
esto hace una crítica al modelo teológico
occidental, que busca evangelizar desde los
lineamientos de la Iglesia Romana. Por otra
parte, evangelizar desde el indígena implica
contextualizar el mensaje, por lo que el
profeta se encuentra con una serie de
carencias y esclavitudes que son necesarias
8
Cfr. Carrasco, Bartolomé. ¿Qué es la teología india? [En línea] en:
http://www.sjsocial.org/crt/articulos/756carrasco.htm

10
hacer ver, primero, al indígena, después, a los opresores y a toda la sociedad. Quizás no se
den en este orden, necesariamente, pero sí han sido los tres personajes a quienes el obispo
Samuel se ha dirigido.

En una entrevista realizada a Javier Vargas, uno de los pioneros en la labor catequística de
la Diócesis de San Cristóbal, señala lo siguiente sobre el trabajo de Samuel y la Diócesis:
-¿Y por qué se hizo profeta don Samuel?
Porque Dios lo puso en un medio en el cual lo importante es la profecía.
-¿Quiénes lo convierten?
Lo convierten los indios, no lo convierte el Vaticano. Lo convirtió el proceso
catequístico de la Palabra de Dios. Eso fue. La clave, entonces, es la conversión.
Y que él haya comprendido que a quien se debe convertir es al pobre, a las
raíces, a la cultura, al pueblo. Eso es lo que mueve dentro de sí al Espíritu hacia la
liberación, hacia la justicia, hacia la paz.
-Desde muy temprano se acusó al obispo de impulsar en su Diócesis la Teología de la
liberación. Se usó ese argumento contra él para descalificarlo.
Cierto. Pero le voy a decir lo que no es la Teología de la liberación en Chiapas: no
ha sido ni es un tratado sobre la violencia. Tampoco un manifiesto de la lucha de
clases. Ni una arenga.
En cambio sí ha sido un imán de triple dimensión, un trípode, que es el anuncio de la
buena nueva del Evangelio a través de la justicia y la valoración del pueblo en su
cultura y su dignidad.9

ELEMENTOS DE LA TIPOLOGÍA DE MAX WEBER: EL PROFETA Y EL SACERDOTE

Historiador, sociólogo, economista y político, Max Weber (1864-1920) trató los problemas
metodológicos con plena conciencia de las dificultades que se plantean en el trabajo efectivo
de historiador y del sociólogo, pero sobretodo, lo hizo con la competencia característica del
historiador, el sociólogo y el economista. La finalidad de la ciencia, para Weber, es decir la
verdad, describir y explicar. Asimismo es la finalidad de las ciencias sociales, cuyo interés
está dirigido a las uniformidades detectables en el actuar humano en cuanto actuar social,
que es un actuar determinado por una constante referencia a la actitud de los demás. En
Economía y Sociedad (obra póstuma, 1922) distingue cuatro tipos de actuar social: 1) actitud
racional en relación con un fin, 2) actitud racional con respecto a un valor, 3) acción afectiva,
4) acción tradicional. Estos tipos de acciones se hallan más o menos mezclados en la vida
social; pero su clasificación se hace necesaria para estar en condiciones de interpretar la
vida social.10

EL PROFETA

En este apartado iré recuperando elementos de la descripción que Max Weber hace del
profeta y los iré parafraseando con algunas interpretaciones y, sobretodo, con descripciones
de la Diócesis de San Cristóbal y del obispo Samuel. Para mayor claridad, resaltaré con

9
Fazio, Carlos. Samuel Ruiz. El caminante. Espasa Calpe. México. 1994. p. 78.
10
Cfr. Reale, Giovanni. Historia del pensamiento filosófico y científico. Tomo III. Herder. España.
2005. pp. 420-421.

11
negritas las notas tomadas de la obra de Weber,
dejando lo demás con el tipo de fuente normal.

Weber considera al profeta como un puro portador


personal de carisma, cuya misión anuncia una
doctrina religiosa o un mandato divino. No es la
intención del profeta la que decide si de su
revelación nacerá o no una nueva comunidad; a ella
pueden dar también lugar las doctrinas de
reformadores no profetas. Un elemento decisivo del
profeta es la “vocación personal”. Esto lo define y
lo distingue del sacerdote, quien reclama autoridad
por estar al servicio de una tradición santa,
mientras que el profeta se apoya en la revelación
personal o en la ley.11

Samuel Ruiz señala que él no llegó a la Diócesis de San Cristóbal con el deseo de imponer,
mucho menos ya estando a cargo de ésta. En una entrevista realizada por la revista Proceso,
señala: Fue el proceso el que me generó a mí. Yo soy el resultado de una situación. Yo no
evangelicé a los indígenas, ellos me evangelizaron a mí. 12 La vocación personal de profeta
fue encontrada en medio del pueblo indígena. Al modo de los antiguos profetas de Israel,
Samuel Ruiz se apoya no en la tradición, sino en lo que considera como fundamento: Si la
Iglesia no opta por los pobres, no es entonces la Iglesia de Jesucristo. No se trata de una
veleidad, de algo periférico, sino de una opción que es esencial a la Iglesia.13

Max Weber continúa describiendo al profeta: el profeta actúa


gracias sólo a su don personal, contrario al sacerdote,
quien queda legitimado mediante su cargo como miembro
de una organización socializada de salvación.14

El hecho de que Samuel Ruiz aprendiera las lenguas indígenas


y se comunicara con ellos en su misma lengua, le dio entrada en
la vida del pueblo indígena. El problema que existió con algunos
de sus antecesores fue que trataron de “castellanizar” a los
indígenas, lo que provocó gran desconfianza en ellos. La
imagen que los indígenas tienen del obispo Samuel es la de un
padre y pastor. En las peregrinaciones que se organizaron
desde diversas comunidades pertenecientes a la Diócesis para
despedir a Samuel Ruiz, se podían apreciar mensajes, cantos y
pancartas que agradecían su cercanía en esos términos.

El profeta anuncia revelaciones con un contenido, que consiste en doctrina y


mandamiento. Es específico de los profetas que no reciben su misión por encargo de
los hombres sino que lo usurpan. Usurpan su poder gracias a la revelación divina y
predominantemente para fines religiosos. El profeta actúa con carácter gratuito. El
11
Weber, Max. Economía y Sociedad. Fondo de cultura económica. México. 1984. p. 356.
12
El que se va: El caminante del Mayab. Op. Cit. p. 55.
13
ídem.
14
Weber, Max. Op. Cit. p. 356.

12
profeta típico propaga la “idea” por la idea misma y no para obtener una gratificación.
La nota decisiva del profeta es que, en general, falta allí donde no hay el anuncio de
una verdad religiosa de salvación en virtud de revelación personal.

En una entrevista realizada por Proceso, Samuel Ruiz deja ver que el trabajo realizado en la
Diócesis va más allá de una convicción personal, señalando que la constitución de la Iglesia
es el servicio a los pobres, que ese es el Evangelio de Jesucristo.

El trabajo del obispo Samuel y de la


Diócesis a su cargo se caracteriza
por la búsqueda de soluciones
pacíficas y el recurso a la no-
violencia. Para la teología realizada
en la Diócesis de San Cristóbal, la
salvación es entendida en términos
de liberación. Al igual que el
proceso de algunas Iglesias de
América del Sur, la Diócesis de San
Cristóbal inició un proceso de
búsqueda creativa, que avanzó
desde la teología y pastoral del
desarrollo hacia la perspectiva de la
liberación, con una visión más
crítica de la realidad y más voluntarista en relación con las posibles salidas. 15 Esto empató
muy bien con la realidad de pobreza de Chiapas. El proceso realizado por el obispo Samuel y
la Diócesis se realizó no de antemano, sino en el mismo lugar y en el mismo tiempo, es decir,
fue producto de las circunstancias, en el mismo lugar en el que hacía falta.

Cuando su profecía tiene éxito, el profeta consigue auxiliares permanentes (sodales,


compañeros, discípulos, entre otros términos), los cuales, al contrario de los
sacerdotes y adivinos, pertenecientes a un gremio socializado por medio de una
jerarquía administrativa, están unido a él de un modo puramente personal.16

A este respecto, Samuel Ruiz no es el único personaje en el desarrollo del proceso de la


Diócesis. Los sacerdotes que la integran pueden ser considerados como estos auxiliares
permanentes. Cierto es que están unidos a él por ser miembros de la Diócesis, pero, más
allá de esto, existe una vinculación personal hacia la figura del obispo Samuel y su
pensamiento. Tal es el caso del padre Heriberto Cruz, quien, a pesar de haber recibido varias
amenazas de muerte, permanece en la Parroquia del Señor de Tila. También es el caso del
jesuíta Pedro Arriaga, que fue exiliado de su parroquia Chenalhó por parte de las autoridades
municipales. El caso de padre Joel Padrón, párroco de Simojovel, encarcelado en 1991 en el
penal de Tuxtla Gutiérrez, acusado de invasión de predios e instigación a la violencia. O el
caso de las Hermanas de San Vicente de Paul, frecuentemente acusadas de guardar
armamento en su clínica de Altamirano17

15
Fazio, Carlos. Op. Cit. p. 80.
16
Weber, Max. Op. Cit. p. 364
17
Cfr. Adios a Samuel Ruiz. La Diócesis Indómita. Proceso. 1999. pp. 16-27

13
Y al lado de estos colaboradores permanentes, que le ayudan activamente en su
misión y son casi siempre auxiliares con virtudes carismáticas, existe el círculo de
adeptos, los cuales le ayudan con alimentos, dinero, servicios y esperan su salvación
de la misión del profeta; por eso se unen también circunstancialmente o de un modo
permanente formando una congregación.18

El caso de la Diócesis de San Cristóbal es conocido no sólo a


nivel nacional, sino también a nivel mundial. Existen muchos
organismos nacionales y extranjeros que apoyan con dinero,
productos o personas, los proyectos sociales de la Diócesis. Pero
también está el lado activo de los miembros laicos, con cerca de
8000 catequistas, y de los más de 300 diáconos casados. Estas
personas prestan sus servicios en todo el terreno de la Diócesis y
mantienen una estrecha relación con el obispo y sus párrocos.

Weber señala que uno de los caminos en el que los pueblos han buscado como medio para
alcanzar la salvación es el de auto-perfeccionamiento. En este se busca una posesión de
las fuerzas mágicas; en giro animista podría decirse que garantiza la encarnación de
una nueva alma dentro de la propia persona o de la posesión de un fuerte demonio o el
ser transportado al reino de los espíritus; en ambos casos la posibilidad de acciones
sobrehumanas. Estas acciones carecen del contenido significativo que desarrolla la
religiosidad profética. Los profetas de una salvación ética no sólo no necesitan de la
embriaguez orgiástica, sino que ésta se opone al modo de vida ético-sistemático que
reclaman. Weber considera que con la racionalización creciente, el fin del método de
salvación religiosa será, cada vez más, la sustitución de la embriaguez aguda
alcanzada por medio de la orgía por un habitus poseído permanentemente y, sobre
todo, de manera consciente.19

El sincretismo religioso presente en las


comunidades indígenas de Chiapas se manifiesta
de varios modos: el colorido de sus templos, sus
cruces adornadas con motivos autóctonos, sus
danzas en festividades religiosas, las imágenes
religiosas vestidas con sus mismos vestidos
tradicionales, pero, sobre todo, es notorio el
sincretismo en sus oraciones, donde hay una unión
entre el rito de la Iglesia occidental y sus ritos
indígenas. En San Juan Chamula es característico
el uso de bebidas alcohólicas en las oraciones
tradicionales, esto concuerda con lo que Weber
señala sobre la embriaguez orgiástica. La Diócesis de San Cristóbal ha buscado recuperar
los elementos indígenas que permanecen en las oraciones del pueblo; sin embargo, en el
caso de San Juan Chamula se ha dado una mezcla de varios factores: la expulsión de los
sacerdotes y catequistas de la Diócesis y la consecuente entrada de la Iglesia Ortodoxa
18
Weber, Max. Op. Cit. p.364.
19
Weber, Max. Op. Cit. pp. 424-425.

14
Chiapaneca; la expulsión de familias católicas; el interés económico de las autoridades
municipales, quienes controlan la entrada al templo de San Juan Bautista y la venta del
alcohol y las velas utilizadas en los ritos. Entrevistado al respecto, el obispo Samuel
comenta: San Juan Chamula tiene una religión precolombina, con un barniz del cristianismo,
sin profundización de fe. Un sandwich religioso con elementos de una y otra parte. Es uno de
los pocos lugares del país que ha mantenido su identidad cultural. Esto es un gran valor
[pero desaprobó que] la defensa por mantener la unidad cultural se utilice también, a través
de una dominación agresiva, para sostener el poder.20 La Diócesis ha mantenido una línea
de trabajo que busca una profundización en la fe y, como consecuencia, la vinculación de la
fe con la vida. Embriagarse dentro del templo no es combatido en términos de profanación
del templo, sino en dos líneas: la primera, la profundización de la fe; segundo, el combate a
intereses económicos y políticos de quienes lucran con la fe.

Hay algunas normas jurídicas que vienen como herencia de una tradición y que han sido
transmitidas de generación en generación, sin saber bien a bien cómo llegaron a nuestro
tiempo; su legitimidad descansa en la tradición. Weber señala que, sin embargo, las
normas jurídicas pueden surgir como reglas otorgadas, derivadas de una creación
directa y consciente. Pero esto sólo puede ocurrir a través de una revelación
carismática. La inspiración de nuevas normas puede venir al personaje
carismáticamente calificado con independencia, real o aparente, de una determinada
ocasión concreta, es decir, sin que en las condiciones exteriores se dé modificación
alguna. Naturalmente que el tránsito de la interpretación de la vieja tradición a la
revelación de regulaciones nuevas es muy gradual.21

El trabajo de Samuel Ruiz es valorado no solamente por su


labor pastoral en su Diócesis, también es fuertemente valorado
por su lucha a favor de los derechos indígenas. No en vano ha
sido nominado varias veces al Premio Nobel de la Paz. Una
palabra común entre los integrantes de la Diócesis es “justicia
social”, la cual es introducida en el discurso religioso. Por
ejemplo, Heriberto Cruz comenta: “Lo importante es encarnar
la Palabra de Dios, que se refleje en un cambio social”.22 Joel
Padrón dice: “si avanzamos en lo social, iremos cerrándole el
espacio a las armas”23. Con el levantamiento armado de 1994,
se hicieron públicas la necesidad de reformas a la ley y la
necesidad de satisfacer las demandas de salud, educación,
tierra, comercio justo, entre otras. Con el trabajo mediador del
obispo Samuel se puede observar, también, un
posicionamiento no del lado del EZLN, sino del lado del pueblo
indígena.

Weber describe tres tipos de dominación legítima. En forma totalmente pura, los motivos
de legitimidad de la dominación son solamente tres, cada una de las cuales se halla
enlazada con una estructura sociológica fundamentalmente distinta del cuerpo y de
20
La conquista espiritual de Chamula. En: Adiós a Samuel Ruiz. La Diócesis indómita. Proceso.
1999. p. 43.
21
Weber, Max. Op. Cit. p.519.
22
Tila, la fortaleza del norte. En: Adiós… p.21.
23
Joel Padrón: el aprendizaje de la cárcel. En: Adiós… P. 25.

15
los medios administrativos: dominación legal, dominación tradicional y dominación
carismática.

Dominación carismática, en virtud de devoción afectiva a la persona del señor y a sus


dotes sobrenaturales (carisma) y, en particular: facultades mágicas, revelaciones o
heroísmo, poder intelectual u oratorio. Lo siempre nuevo, lo extracotidiano, lo nunca
visto y la entrega emotiva que provocan constituyen aquí la fuente de la devoción
personal. Sus tipos más puros son el dominio del profeta, del héroe guerrero y del
gran demagogo.

La autoridad carismática se basa en la creencia en el profeta o en el reconocimiento


que encuentran personalmente el héroe guerrero, el héroe de la calleo el demagogo, y
cae con estos. La autoridad no deriva de este reconocimiento, sino que la fe y el
reconocimiento se considera como deber.

Considero que la figura de Samuel Ruiz y la Diócesis de San Cristóbal son un referente en lo
que a Teología de India se refiere y, en ese sentido, corre el riesgo de desvirtuarse en moda
pasajera. Pero, ahora que ya no está a cargo de la Diócesis de San Cristóbal, la labor con los
indígenas continúa. Considero que Samuel Ruiz logró prever muy bien su salida y los riesgos
que existían de que al finalizar su episcopado el trabajo se detuviera, por tanto convocó a un
Sínodo Diocesano (el tercero en más de 400 años). Independientemente de los acuerdos del
III Sínodo Diocesano, el recuerdo del obispo Samuel es un fuerte aliciente para los indígenas
de Chiapas para que continúen con el trabajo impulsado por él.

La dominación carismática es una relación social específicamente extraordinaria y


puramente personal. En caso de subsistencia continuada, y a más tardar con la
desaparición del portador del carisma, tiende la relación de dominio a convertirse en
cotidiana. Es determinante para ello la clase de solución de la cuestión palpitante,
tanto por motivos ideales como materiales, del problema de sucesión. Puede darse de
diversos modos:

• Por la búsqueda de signos de la calificación carismática.


• Por medio del oráculo, de la suerte y de otras técnicas de designación.
• Por designación del calificado carismáticamente.
1. Por el propio portador del carisma.
2. Por un apostolado o un séquito carismáticamente calificados, con adición del
reconocimiento por la comunidad religiosa o respectivamente militar.
3. Por carisma hereditario, en la idea de que la calificación carismática reside en
la sangre.
4. Por objetivación ritual del carisma.24

El tema de la sucesión de Samuel Ruiz ha sido muy


polarizado. Por una parte, están los miembros de la
Diócesis que han visto con dolor la remoción del
obispo coadjutor, Raúl Vera, por considerarlo como el
idóneo parar suceder al obispo Samuel. Por otra,
está otro sector de la población de San Cristóbal que
24
Weber, Max. Op. Cit. pp. 714-715.

16
se alegra por el fin del episcopado de Samuel Ruiz y el cambio de Raúl Vera a otra Diócesis.
Muchas interpretaciones se han dado al respecto, algunos consideran que el cambio del
obispo Vera fue por presiones del gobierno mexicano y de un grupo conservador de obispos
a la Santa Sede; otros consideran que fue por pura decisión de Roma. Independientemente
de estas opiniones, en la cual yo me inclino por la de las presiones del gobierno mexicano y
el grupo conservador, voy a comentar sobre los aportes de Weber.

Según los criterios de designación de Weber, considero que la elección del sucesor de
Samuel Ruiz se dio por medio de designación del calificado carismáticamente, en su
segunda variante, es decir, por medio de un apostolado o un séquito calificado. En este
modo de sucesión, lo que se resalta no es el carácter de elección, sino el de encontrar a un
personaje carismáticamente calificado. Esto es lo que se supone que también se da en la
elección de un obispo, se pretende encontrar a la persona indicada para una sede episcopal.
Aunque también se puede considerar el punto cuatro, es decir, por objetivación ritual del
carisma. En este sentido, hay una creencia en la transferencia del carisma a través de un
ritual, en este caso, la imposición de las manos. Sin embargo, en este caso, el carácter
profético, en sentido estricto, no se transfiere; lo que se transfiere es el cargo de obispo, no el
don de profeta; en caso contrario todos los obispos serían profetas.

En el caso de la Diócesis de San Cristóbal y del obispo Samuel Ruiz, se observa mucha
polémica. Sin embargo, me llama la atención los ataques al interior de la Iglesia misma. Esto
lo relaciono con lo que Enrique Marroquín señala sobre los recursos que la Iglesia tiene para
ejercer el poder al interno. Uno de estos recursos es la capacidad para deslegitimar a la
disidencia.

Al interior de la Iglesia Católica hay una marcada diferencia entre líneas de pensamiento,
especialmente se podría resaltar el de los conservadores y el de los liberacionistas. Han sido
comentados como ataques a la Diócesis de San Cristóbal los cambios que se dieron del
obispo coadjutor, Raúl Vera, por Felipe Arizmendi; el cambio de Nuncio Apostólico, Justo
Mullor (amigo de Ruiz y Vera), por Leonardo Sandri. Pero, sobre todo, han sido muy
comentados los comentarios de varios obispos mexicanos sobre que la teología impulsada
por la Diócesis de San Cristóbal impulsó el movimiento armado de 1994. Considero que la
lluvia de críticas y afirmaciones de estos obispos alimentan la polaridad y encienden los
ánimos en un territorio de por sí violentado.

EL SACERDOTE

El avance del pensamiento mágico al religioso llevó a la institución del sacerdocio. Por el
término sacerdote, Max weber entiende:
Aquellos funcionarios profesionales que influyen en los “dioses” mediante la
adoración. Se podría dar como característico del sacerdocio la existencia de lugares
de culto y de instalaciones cultuales. Otra característica puede ser el hecho de que los
funcionarios, sean hereditarios o colocados individualmente, están al servicio activo de
una asociación, sea de la clase que fuese, es decir, que son sus órganos o
funcionarios y sus prácticas las que benefician a sus miembros. Los sacerdotes se
17
distinguen en que poseen un saber específico, una doctrina firmemente establecida y
una cualificación personal. Hay que considerar como nota esencial la adscripción de
un círculo especial de personas a un culto regular, vinculado a ciertas normas, a cierto
tiempo y lugar, y referido a determinada comunidad. No hay sacerdocio sin culto, pero
sí culto sin un sacerdocio especial.25

La contraparte del profeta es el sacerdote. Como expresión del sacerdocio quiero tomar el
caso del actual obispo de San Cristóbal, Felipe Arizmendi Esquivel.

Felipe Arizmendi nació el 1o. de mayo de 1940 en


el Estado de México y estudió teología en la
Universidad Pontificia de Salamanca, España,
donde obtuvo la licenciatura en Dogmática. En
1963 se ordenó como sacerdote y a los 51 años de
edad, en marzo de 1991, el Papa lo nombró obispo
y tomó posesión de la Diócesis de Tapachula. Con
60 años de edad, en principio estará al frente de la
Diócesis de San Cristóbal de Las Casas en los
siguientes 15 años hasta cumplir 75 de edad, fecha
en que también tendrá que presentar su renuncia
ante la Santa Sede. Arizmendi ha sido Vicario en
varias parroquias y formador de seminaristas.
También ha tenido algunos cargos en la Comisión
Episcopal Mexicana (CEM) y en la Conferencia
Episcopal Latinoamericana (CELAM) donde tuvo a
su cargo el Secretariado General. En el pasado,
Felipe Arizmendi llegó a criticar al obispo Samuel Ruiz, a sus métodos pastorales y
algunas acciones durante su mediación en el conflicto entre el EZLN y el gobierno
federal. También lo llegó a defender en momentos importantes.26

El obispo Felipe Arizmendi emitió un mensaje durante su ceremonia de posesión el 01 de


mayo de 2000. En él asegura la continuidad de la labor de don Samuel, pero pone sus
acotaciones. Uno de los muchos análisis que se hicieron sobre su primer mensaje es, en
parte, el siguiente:

1. A los indígenas les dice "¡No teman!"; su compromiso por los pobres es irrenunciable ya
que es una actitud esencial de la Iglesia y "no es algo optativo". Fue valiente y claro, les pidió
a los empresarios, a los "auténticos coletos" y los priístas, dicho en sus propias palabras a
los que "tienen más posibilidades económicas u ocupan puestos de poder", que no
pretendan que la Iglesia abandone esta prioridad. Sin embargo acotó que esta opción
evangélica por los pobres no debe ser usada como bandera política, para "legitimar con
lenguaje religioso una opción partidista, una postura ideológica o una lucha de clases".

2. Al EZLN le dice que apoya sus exigencias pero reprueba el uso de las armas. Se pueden
interpretar las siguientes ideas subyacentes: que el EZLN provoca la militarización y la
paramilitarización, que condiciona "la suerte de los indígenas a una ideología radicalizada,
25
Cfr. Weber, Max.. Op. Cit. pp. 345-346.
26
Castro, Gustavo. La Diócesis de San Cristóbal de las Casas (II). [En línea] en:
http://www.ciepac.org/boletines/chiapasaldia.php?id=191

18
violenta y excluyente". Indirectamente acusa al EZLN de poca humildad para la negociación,
de orgullo y prepotencia por lo cual no se avanza en la paz.

3. Al Ejército Mexicano les pide que respeten los derechos humanos, que actúen conforme a
las leyes y que no acumulen más armas.

4. Al gobierno y a la sociedad civil les pide incrementar los esfuerzos para resolver a fondo
los "graves desajustes sociales, políticos, económicos y culturales de los campesinos,
indígenas, obreros y empleados". Su posición ante el sistema injusto es claro y contundente:
"Hay que cuestionar el sistema económico reinante en el mundo actual, que privilegia a los
capitales especulativos y tiene como única ley la ganancia en un mercado globalizado,
excluyendo a quienes no tienen suficiente capacidad adquisitiva". Sin embargo, ve en la
"miseria" la "fuente de violencia e inestabilidad", cuando la miseria creada por este modelo
económico es ya la violencia y la inestabilidad mismas.

5. Al Poder Legislativo los convoca a crear leyes y medidas que tengan en cuenta "los
derechos y las necesidades de los más marginados". Hizo hincapié en la falta del
cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés firmados entre el EZLN y el gobierno federal y
que no se han cumplido; sin embargo, señala a los partidos políticos como los responsables
de esto por la falta de consenso, cuando el interlocutor principal y el responsable de ello es el
Presidente Ernesto Zedillo. Por ello, en su análisis no ubica acertadamente el escenario, los
actores y las herramientas que conducen a buen término el cumplimiento de los Acuerdos de
San Andrés.

6. A los miembros de la diócesis les confirmó que continuará con la línea seguida por los
obispos Samuel Ruiz García y Raúl Vera López, y que no viene a "desmantelar" su obra, ni a
competir ni a destruir. Sin embargo, solicita que no se le pida ser exactamente igual a
predecesores.

7. Confirma, aprueba y ratifica la validez jurídica del III Sínodo Diocesano y que convocará
pronto a elaborar un Plan Pastoral basado en él; pero añadió que "oportunamente propondré
algunas complementaciones, insistencias y precisiones que considero necesarias".

8. Aprueba que en todas las culturas las Iglesias deben ser autóctonas, "encarnadas en las
realidades, que con frecuencia son pluriculturales", pero "no deben ser autónomas"
entendidas como "independientes y asiladas de la comunión eclesial" o "parcializar a una
Iglesia local". Pero de no aclarar lo que significa en términos prácticos este concepto de
"comunión eclesial", los Municipios Autónomos zapatistas y sus bases de apoyo podrían
tomar radical distancia del obispo desde la concepción de su "iglesia autónoma".

9. A todos los sacerdotes, religiosos y religiosas les ratifica sus puestos y cargos actuales
dentro de la diócesis, pero transitoriamente. Al mismo tiempo, hace un llamado a otras
diócesis del país a que envíen nuevos sacerdotes.

10. Aprueba a los aproximadamente 400 diáconos permanentes y a los casi 8 mil catequistas
de la diócesis, pero intervendrá en los criterios para su formación según el "Magisterio de la
Iglesia". Insistió también en que para lograr el sacerdocio indígena es necesario el celibato,
acotando así la tendencia y la necesidad de dar un paso más en el proceso diocesano que
se avizora próximo: impulsar el sacerdocio indígena casado.
19
11. A los "auténticos coletos" y a muchos priístas, en sus propias palabras quienes "se han
alejado de la Iglesia diocesana", los invitó a la unidad, la reconciliación y dejar atrás las
"desconfianzas, recelos y condenaciones".

12. A los medios de información les pidió difundir "lo que construye armonía y justicia, no sólo
lo que divide y confronta". Con ellos se verá muy seguido y lo orillarán muchas veces a tomar
partido.

13. Invitó a los empresarios, instituciones y personas a aportar económicamente para la


formación de un fideicomiso administrado por la diócesis con el fin de impulsar proyectos de
combate a la pobreza. Las grandes empresas como Pulsar, líder en la producción e
investigación agroquímica y transgénica en México y con fuerte presencia en Chiapas,
esperaban desde hace tiempo que el obispo Samuel Ruiz García les abriera las puertas de
las comunidades y organizaciones indígenas y campesinas para invertir en esta región. Esta
como otras empresas buscarán por fin entrar con la bendición del nuevo obispo. Pero
también existe el peligro de privilegiar este fideicomiso y su relación y compromiso con sus
donantes que otras organizaciones que apoyan este tipo de proyectos productivos en la
misma diócesis.

14. Para Felipe Arizmendi, la Iglesia no se reducirá a "una sola línea de acción pastoral", por
lo que pretenderá "armonizar" distintos carismas en que el Espíritu se manifiesta. Por lo
pronto, es probable que entre a la diócesis con mucha fuerza el movimiento carismático y las
congregaciones de religiosas contemplativas y de claustro.27

El trabajo pastoral de Felipe Arizmendi se ha caracterizado


por tener un tinte menos radical que el de su predecesor,
Samuel Ruiz. Esto se puede observar en su decisión de frenar
la ordenación de diáconos casados, aun cuando fue una de
las líneas a potenciar dictadas por el III Sínodo de la Diócesis.
Su actitud ante el conflicto armado y ante la situación de
violencia al interno de las comunidades indígenas ha sido
neutra y poco se escuchan sus declaraciones al respecto. Sin
embargo, hay que recalcar su postura abierta a trabajar con
organizaciones campesinas, lo cual ha impulsado desde su
trabajo anterior en la Diócesis de Tapachula.

La postura del
sacerdote también puede observarse en el
grupo de obispos, de México y Roma, que han
manifestado resistencia a la línea de trabajo
del obispo Samuel. Hay que resaltar el caso
de Girolamo Prigione, primero, delegado
apostólico y, después, nuncio apostólico
(1978-1997), quien mantuvo una fuerte lucha
con Ruiz García. Prigione se caracterizó por

27
Cfr. ídem.

20
las alianzas establecidas con los grupos de poder económico, fuera con políticos o con
ganaderos. Esto último fue el caso de Chiapas, pues, en la década de los noventa, Prigione
presentó a Roma la propuesta de remover a Samuel Ruiz de la Diócesis de San Cristóbal.
Samuel Ruiz representaba un obstáculo para los intereses económicos de ganaderos y
caciques chiapanecos, muy ligados a Partido de la Revolución Institucional, así que pidieron
la ayuda del nuncio apostólico para removerlo. La táctica de Prigione contra los “obispos
subversivos” siempre fue la misma: imponerles un obispo coadjutor. Así pasó con Mons.
Bartolomé Carrasco, Arzobispo de Oaxaca, a quien se le impuso un “ayudante”. Así pasó,
también, con Ruiz García, a quien se le impuso como coadjutor a Raúl Vera, O.P. Sin
embargo, en este caso, la medida no fue suficiente, es más, ni siquiera funcionó, pues Raúl
Vera no sólo confirmó, sino que impulsó la labor del obispo Samuel a favor de los pobres.

La lucha que Prigione mantuvo con Ruiz García, no se movió tanto en la línea del
desprestigio “abierto”, más bien, fue al interno del episcopado mexicano y romano. Cuando
en 1993-1994 se especulaba que Prigione había conseguido remover a Samuel Ruiz, el
conflicto no sólo se quedó al interior de la Iglesia, sino que se expandió a nivel nacional,
especialmente al ámbito político. Mucho se especulaba sobre la presión que el Gobierno
Federal había ejercido en el Vaticano para remover al obispo de San Cristóbal. Tanto la
Iglesia como el Gobierno respondieron que cada instancia trabaja de manera autónoma. Sin
embargo, las relaciones que Prigione mantenía con el Gobierno fueron las señales que
hicieron poner en duda sus intenciones.

Con el estallido del conflicto armado en 1994,


el Gobierno Federal solicitó abiertamente al
Vaticano no remover a Samuel Ruiz de su
cargo en la Diócesis de San Cristóbal, pues
era un elemento clave en la solución del
conflicto. No se supo si Roma hizo caso a esta
petición, o fue un discernimiento serio desde
el Vaticano el que aclaró la situación del
obispo Samuel, pero lo importante es que
Samuel Ruiz continuó en su cargo, en la
Diócesis de San Cristóbal de las Casas, hasta
cumplir los 75 años de edad.

21
CONCLUSIONES

Max Weber hace una descripción sobre tres personajes: el mago, el sacerdote y el profeta.
Las características quedan anotadas en su libro Economía y Sociedad.

En este trabajo abordé la situación del profeta, a partir de un ejemplo que me parece muy
claro: el Obispo Samuel Ruiz García. En contra parte, y muy brevemente, describí la figura
del sacerdote y su ejemplificación en los casos del obispo Felipe Arizmendi Esquivel,
principalmente, y algunos otros obispos.

“Tatic” Samuel es una muestra de profetismo en nuestros tiempos porque reúne las
características de la tipología de Max Weber:

• Su vocación como profeta tuvo origen en su contacto con los indígenas y contacto con la
realidad de sufrimiento.
• Su palabra profética ha sido pronunciada en aquellos espacios en los que no había
profetismo. Pronunció su palabra para que se escuchara la voz de “los que no tienen
palabra”.
• Por su trabajo con los indígenas de Chiapas, es un elemento clave en la Teología de la
Liberación y, particularmente, pionero de la Teología India.
• Su carisma lo llevó a defender los derechos indígenas, a reclamar las injusticias que
pesaba sobre ellos; impulsó el que los indígenas ocuparan, por ellos mismos, los
espacios político-sociales que les pertenecía y que se les había negado; intervino en el
proceso de diálogo entre el Gobierno federal y el EZLN para solucionar el conflicto
armado chiapaneco.
• Samuel Ruiz ejerce, entre los indígenas de Chiapas, un carisma que lo sitúa como padre
y pastor. No sólo se convirtió en pastor de la Diócesis de San Cristóbal, sino que,
también, fue aceptado como padre por parte de indígenas de otras religiones.
• Su carisma alcanzó a congregar un equipo de trabajo que reunió a sacerdotes, religiosos
y religiosas, diáconos casados, catequistas, organizaciones civiles.
• La labor pastoral del obispo Samuel es reconocido a nivel nacional e internacional, siendo
un personaje de peso en lo que a religión y política se refiere. Teniendo más credibilidad
que muchos otros obispo, instancias políticas y analistas.
• Durante su trabajo pastoral se enfrentó a duras críticas y la oposición por parte de la
sociedad, política e Iglesia. Esta última, representó la contraparte del profetismo, el
sacerdocio.

Es importante hacer notar cómo entre las personas que son profetas y las que son
sacerdotes se pueden encontrar elementos comunes: la pertenencia a una misma Iglesia,
compartir el sacerdocio ministerial, tener un encargo como obispos de una Diócesis. Todos
estos son elementos comunes que, sin embargo, presentan una diferencia: la vocación a ser
profeta a partir de una situación de necesidad. Como Max Weber señalaba, hay dos
elementos distintivos del profeta: su vocación personal y el ser llamado a un lugar donde
hace falta el profetismo. En Samuel Ruiz se dan y se conjugan estos dos elementos. Tatic
hizo un proceso de conversión a profeta a partir de su vinculación con la realidad de
sufrimiento de los indígenas de Chiapas, lugar que se caracteriza por las constantes

22
violaciones a los derechos indígenas, la pobreza, el analfabetismo, la violencia. Es en este
contexto donde Samuel Ruiz experimentó su llamado y donde ejerció, principalmente, su rol
de profeta.

Quiero finalizar haciendo un comentario personal, como el religioso estudiante: el Obispo


Samuel Ruiz es un modelo de profetismo. Modelo en dos sentidos: primero, representa el rol
de profeta que se sigue haciendo presente en nuestro tiempo; segundo, es un ejemplo de
aquello a lo que está llamada a ser la Iglesia y, como tal, una invitación y motivación… vivir el
Evangelio de Jesús, la Buena Noticia del Reino de Dios.

23
BIBLIOGRAFÍA

• Weber, Max. Economía y Sociedad. Fondo de cultura económica. México. 1984.


• Reale, Giovanni. Historia del pensamiento filosófico y científico. Tomo III. Herder.
España. 2005.
• Fazio, Carlos. Samuel Ruiz. El caminante. Espasa Calpe. México. 1994.
• Adiós a Samuel Ruiz. La Diócesis indómita. Proceso. Edición especial no. 4. 1999.
• Marroquín, Enrique. Diversidad de Catolicismos. En: Antología de Sociología de la
religión.

Fuentes electrónicas:

• http://www.paginasprodigy.com/diocesisancristobal/
• http://74.125.95.132/search?
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• Carrasco, Bartolomé. ¿Qué es la teología india? [En línea] en:
http://www.sjsocial.org/crt/articulos/756carrasco.htm
• Hidalgo, Onésimo y Castro, Gustavo. Tatic. [En línea] en:
http://www.ciepac.org/boletines/chiapasaldia.php?id=137
• Castro, Gustavo. La Diócesis de San Cristóbal de las Casas (II). [En línea] en:
http://www.ciepac.org/boletines/chiapasaldia.php?id=191

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